Biografia. Obras. Autoridad doctrinal EDICION ACTUALIZADA POR ; Divinity Library 'St. Louis, W BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS MADRID . MCMLXXV âUG'76 (g) Biblioteca de Autores Cristianos, de La Editorial Catôlica, S. A. Madrid 1975. Con censura eclesiâstica. Depôsito legal: M. 12290 - 1975. ISBN 84-220-0710-X. Impreso en Espana. Printed in Spain. I Pàgs. Prologo VII SECCION PRIMERA Sistesis biogrâfica de Santo Tornas Nacimiento, patria y familia (1225) .......... 2. Oblato benedictino (1230-1239) ................. Estudiante en la Universidad de Nâpoles (1239-1243)................. ............................ Entra en la Orden de Predicadores (1244). Secuestrado por sus hermanos en Aquapendente (mayo de 1244)............................. Detenido en Montesangiovanni y en Rocaseca (mayo de 1244-fines de 1245) ..... Fuga de Rocaseca y termination de su noviciado (fines de 1245-1247)................. 8. Discipulo en Colonia de San Alberto Magno (1248-1251) ............................................... Se ordena de sacerdote y comienza a ensenar en Colonia (1251-1252) .............. 10. Es nombrado Bachiller en el Estudio Ge­ neral de Santiago de Paris (1252-1255). 11. Maestro y Regente de la câtedra de extranjeros (1256-1259)....................................... 12. Regresa a Italia y enseüa en el Estudio Ge­ neral de la Corte Pontificia (1259-1268). 13. Segundo profesorado en Paris (1269-1272). 14. Vuelve a Italia y ensena en la Universidad de Napoles (1272-1273)........................ Cesa de escribir y toma un breve descanso en el castillo Sanseverino (6 de diciembre de 1273 a 6 de enero de 1274)................ 16. Emprende el viaje al concilio de Lyon. Su enfermedad y dichosa muerte en el monas­ terio de Fosanova (fines de enero-7 de marzo de 1274) ..... , Semblanza de Santo Tomas 9 12 13 14 16 17 19 20 38 43 60 65 74 ?- Indice general VI SECCI ON SEGUNDA Pâgs. 89 Obras de Santo Tomâs............................................... 1. Catalogo de sus obras .................................. 2. Carâcter y condition de las mismas .......... 3. La «Suma Teolôgica» de Santo Tomas........ a) Origen de la «Suma» ........................... b) Lugar y tiempo de su composition ... c) Género literario de la «Suma» .......... d) Su verdadero titulo................................ e) Carâcter propio de la «Suma» de Santo Tomas ...................................................... /) Técnica y estructura dei articulo de la «Suma»............................................. 150 93 100 121 121 122 126 133 134 SECCION TERCERA Autoridad doctrinal de Santo Tomâs...................... 161 Desde su muerte hasta su canonization (1274-1323) ... ............................... ... 164 2. Desde su canonization hasta su declaration como Doctor de la Iglesia universal (13231567)............................................. ... ... 185 3. Desde su Doctorado sobre la Iglesia uni­ versal hasta Leon XIII (1567-1878) ... 190 4. Bajo el pontificado de Leon XIII (18781903). Es declarado Patrôn de todas las Escuelas catôlicas (1880).......................... 200 5. Bajo el pontificado de San Pio X (19031914). Motu proprio Doctoris Angelici y las veinticuatro tesis tomistas (1914) ... 230 6. Bajo el pontificado de Benedicto XV (19141922). El Côdigo de Derecho Canonico y Santo Tomas (1917) ........................... 241 7. Bajo el pontificado de Pio XI (1922-1939). Santo Tomâs y la Constitution apostôlica Deus scientiarum Dominus (1931)......... 244 8. Pio XII y Santo Tomâs.............................. 256 9. Santo Tomâs durante y después dei Con­ cilio Vaticano II ....................................... 271 10. Su autoridad doctrinal es universalmente reconocida.................................... 284 Carta “Lumen Ecclesiae”.......................................... 292 1. Bibliografia ... 314 Autores Cristianos se une al homenaje que la Iglesia y el mundo del pensamiento en general rinden a Santo Tomâs de Aquino en el VII Centenario de su muerte (7-3-1274), publicando, en volumen aparté, dentro de la coleccion Minor, la magnifica Introduction General del P. Santiago Ramirez, O. P., a la ediciôn bilingue de la Suma Teolôgica de la B. A. C. Tanto en la sintesis biogrâfica de Santo Tomâs, cientificamente documentada, como en la apreciacion de su doctrina en si misma, y, sobre todo, a juicio dei Magisterio eclesiâstico de todos los tiempos, el estudio de Ramirez es actualmente ùnico en calidad. No resultarâ sorprendente tal afirmaciôn a quien piense que ha sido este el tomista mâs parecido a Santo Tomâs desde el siglo xiii hasta hoy, y, por eso, el mâs capaz de hablar adecuadamente del Doctor Comûn. El Maestro General de la Orden, Aniceto Fernândez, pudo decir en la sesion cumbre del reciente Congreso Internacional de Ro­ ma (20-4-1974), delante del Padre Santo y de los 1.500 congresistas, que «las obras del P. Santiago Ramirez demuestran como ninguna otra la riqueza, perennidad, fecundidad y actualidad de la doctrina de Santo Tomâs» («L’Osservatore Romano», 22-23 de abril de 1974). La présente ediciôn da cabida, al final de la Sec­ tion Tercera, al excepcional documento Lumen Ecclesiae, de Pablo VI, sobre Santo Tomâs con ocasiôn de su VII Centenario. Aparté de esto, la obra ha sido puesta al dia en los siguientes detalles: a) a la Section Tercera, sobre la autoridad de Santo Tomâs, se le ha anadido un nuevo apartado (el 9) de Μ· I t ’ vi VIII ■ Prôlogo sobre Santo Tomas durante y después del Concilio Vaticano IT, b) se ha actualizado la bibliografia; c) el estudio sobre la Suma Teolôgica que, dado el sentido introductorio que tenia en la ediciôn origi­ nal, constituia secciôn aparté, en la présente se in­ corpora a la Secciôn Segunda, sobre las Obras de Santo Tomas; d) los textos latinos (tanto en la exposiciôn como en las notas) los traducimos al caste­ llano, evitando asi los duplicados bilingües. En lo demâs, la ediciôn reproduce fielmente la primitiva. ViCTORiNO Rodriguez, O. P. -Ή* INTRODUCCION 4 TOMAS DE AQUINO ■m » 4 3 Secciôn primera SINTESI S BIOGRAFICA SANTO TOMAS Nacimiento, patria y familia (1225) Naciô Santo Tomas de Aquino a fines de 1224 ο principios de 1225, en la fortaleza de Rocaseca, perteneciente al reino de Sicilia y enclavada en la provincia de Napoles, a 125 kilometros de Roma. Fueron sus padres Landolfo de Aquino, senor de Rocaseca y de un tercio de Montesangiovanni, y Teodora de Teate, hija de los condes de Chieti. Raza de guerreros y de Caballeros. La familia de los Teate era de origen normando, y de origen lombardo la de los Aquino. ) I ^—· · · \ * Landolfo no era conde, ni siquiera senor de Aquino. Fuéronlo sus antepasados. Pero el condado de Aquino desapareciô en 1067, y su mismo titulo dejô de existir desde 1130. Le sucediô el senorio de Aquino, que heredô la rama principal de la familia en 1137, con Pandolfo de Aquino. El hermano menor de Pandolfo, Rinaldo I, fue el primer senor de Rocaseca y de un tercio de Monte­ sangiovanni (1157), enclavado dentro de la campina romana. Contrajo matrimonio con una hermana de Roger de Medania, conde de Acerra, dando origen a la rama de los Aquino de Rocaseca. Rinaldo I tuvo très hijos: Ricardo, creado en 1171 conde de Acerra por su ferviente devociôn a la dinastia normanda, pero desposefdo poco des­ pues de su condado y condenado a muerte por Enrique VI; Sibilia, mujer de Tancredo, conde de Lecce y después rey de Sicilia, y Aimôn, cuyos hijos Rinaldo II y Landolfo pelearon en favor de su tio Ricardo, sosteniendo victoriosamente en 1197 el asedio de Rocaseca contra las tropas im­ periales. Pero Rinaldo II murio poco después, lo mismo que su hijo natural Finigrana, que fue pasado por las armas en el castillo de San German en 1201, K ;Vi!’* ·« -V- > C Sec.I. 4^··; · • ·. ♦*» Λ r ·: Sintesis biogrâfica de Santo Tomas quedando Landolfo, por consiguiente, como ùnico serior de Rocaseca y del tercio de Montesangiovanni. Hizo este grandes y repetidos servicios al emperador Federico II Barbarroja, por lo cual no solo le reconociô sus seriorios, sino que en 1220 le nombraba justicia de la Tierra de Labor, confiàndole asi el mas alto cargo del reino, pues era équivalente a gran canciller, y de el dependia toda la administration civil y judicial del territorio puesto bajo su autoridad. El mismo cargo de gran condestable, o capitan general, le era inferior. De esta suerte Landolfo recupero, y hasta supero, el esplendor de los mejores tiempos de la casa de Aquino. Landolfo y Teodora fueron padres de numerosa prole. Doce hijos les concediô el Serior: siete va­ rones y cinco hembras. Tomas era el benjamin de los varones. A exception de su segundo hermano, Jacobo, los dernas fueron guerreros y Caballeros. Su herma­ no mayor, Aimôn, torno parte en la expedition de Chipre de 1232, en donde fue hecho prisionero por los templarios, enemigos del emperador Fede­ rico IL Libertado por intervention del papa Gre­ gorio IX, estuvo complicado en la conjuration de Capaccio contra el emperador, que lo desterrô. Mas tarde volviô al reino por mediation del papa Inocencio IV (1252), y Carlos de Anjou le nom­ bre justicia de Sicilia en 1267, muriendo en 1269. Su tercer hermano, Landolfo, que habia tornado parte también en la conjuration de Capaccio, muriô en el destierro. Su cuarto hermano, Rinaldo, que era asimismo uno de los conjurados, fue ejecutado en 1246 por orden del emperador. A sus cualidades de guerrero y caballero unia las de poeta y literato, siendo el primer rimador çpnocido de la lengua italiana. Oblato benedictino en Monte Casino Felipe, su quinto hermano, tomo por asalto Castrocielo en el 1229 por orden dei emperador, quien le hizo justicia dei principado de Capua. Pero, habiéndose conjurado en Capaccio con sus demas hermanos, acabô su vida en el destierro. Por fin, su sexto hermano, Adenolfo, mas hâbil, se reconcilio de nuevo con Manfredi y con el em­ perador, y se casô con la calabresa Flor delle Altre, dando origen a otra rama de los Aquino, que fueron los condes de Belcastro. Sus hermanas fueron Marotta, Teodora, Maria, Adela y otra cuyo nombre se ignora, que rnurio muy nina, de un rayo, en Rocaseca, a los pocos meses de nacer Santo Tomas. Marotta se hizo re­ ligiosa benedictina y fue abadesa dei monasterio de Santa Maria de Capua; Teodora contrajo ma­ trimonio con Roger de San Severino, conde de Marsico; Maria caso con el primogenito de la casa de San Severino, en el castillo Marano de los Abruzos; y Adela fue la esposa de Roger de Aqui­ la, conde de Fondi y de Traietto, hoy Minturno. Oblato benedictino en Monte Casino (1230-1239) En cuanto al pequeno Tomâs, los proyectos de sus padres eran otros. Solian los nobles, en la Edad Media, destinât sus hijos menores al estado eclesiastico, y Landolfo de Aquino lo habia intentado con su segundo hijo, Jacobo, a quien hizo elegir abad de la iglesia canonical de San Pedro de Canneto en 1217, a la edad de unos veinte anos, aunque su election fue anulada por haber sido hecha contra los derechos de la Santa Sede . Frustrado su intento, probô fortuna con Tomasito, enviandolo al monasterio del Monte Casino en 1230, a la edad de cinco anos, en calidad de oblai Fontes vitae S. Thomae p.532-535* 8 Sec.I. Sin tests biogrâjica de Santo Tornas to. Deseaba mantener relationes de buena amistad con tan poderoso vecino y hasta aspiraba, a lo que parece, a que su benjamin llegase un dia a cenir la mitra abacial dei famoso monasterio, con lo cual redondearia la fortuna y la prosperidad de su fa­ milia. Era entonces abad Landolfo Sinibaldi, pariente suyo, a quien hizo donation de treinta libras de oro y de un molino para sufragar los gastos de la education de su hijo2. Alli permanecio Tomas durante nueve afios, aprendiendo las primeras letras, la gramàtica latina y la italiana, la mùsica, la poesia y la salmodia, amen de su formation moral y religiosa, que era lo principal. A los oblatos benedictinos de esta época podia aplicarse exactamente el apôstrofe de Alfano a Teodino: Lectio psalmorum, numerus, modulatio cantus, uis tibi secreti cum prece iuncta dabant 3. Su conducta en el monasterio fue ejemplar. Recogido, piadoso, meditabundo, silentioso, era el modelo de los demas oblatos. No se deleitaba en los juegos, como los demas, sino que se retiraba solitario con su cartilia, aprendiéndola de memo­ ria, lo mismo que los salmos y las demas lectio­ nes que le iba dando su maestro: cotidie, quae a magistro dicebantur, memoriae commendabat *. Su aplicaciôn era extraordinaria, ingenti studio in­ tendebat’, asidua su oration, que altemaba de dia y de noche; y acuciante su curiosidad por las cosas divinas, preguntando con frecuencia y ansiedad a su maestro: quid est De us?, {que cosa es Dios? 5 2 Fontes p.535-536. 3 Citado por A . VJklt, O. P., San Tommaso d’Aquino p.17 (Roma 1946). * Pedro Calo, O. P., Vita S. Thomae Aquinatis η.3, en Fontes, p.19. 5 Pedro Calo, Ibid. Le. • * .1 ’ * ' I « -■ ■Μ Estudiante en la Universidad de Napoles Estudiante en la Universidad de Napoles (1239-1243) Pero en 1236 el monasterio entrô en conflicto con el hermano de Tomas, Felipe de Aquino, justicia del principado de Capua, con quien hizo causa comûn su padre, Landolfo, y hasta el mismo emperador. Las cosas fueron empeorando, hasta que en marzo de 1239, con la excomuniôn de Federi­ co II por el papa Gregorio IX, se hizo imposible la permanenda de los oblatos en el monasterio. El mismo abad de Monte Casino, Esteban de Corvario, en vista de las relevantes cualidades de su hijo, aconsejô a Landolfo que lo enviase a Napoles a continuar sus estudios en la Universidad. Y en abril de 1239, a los catorce anos cumplidos, abandon© Tomas la célébré abadia benedictina para dirigirse a la ciudad partenopea, instalandose probablemente en el pequefio cenobio de San Demetrio, perteneciente a Monte Casino y en donde residian los monjes cuando iban a Napoles o quiza en casa de alguno de sus patientes, que alii los tenia numerosos. La Universidad de Napoles habia sido fundada en 1224 por el emperador Federico IL Contaba a la sazôn con las facultades de artes (filosofia y letras), de derecho civil y canonico, de medicina y de teologia. Tomas frecuentô la facultad de artes, perfeccionandose en letras, segùn el método dei famoso cursus, que consistia en una prosa rimada con pa­ labras dispuestas y ordenadas a base de su acento, no del valor cuantitativo de sus silabas. Sus progresos en este arte fueron extraordinarios, haciéndoselo connatural, como puede verse en sus escritos, en donde la armonia tipica del cursus esta profusamente diseminada. fôSrïKBBKraHRMI r · ·*.♦ F’ V- 10 Sec.I. Sintesis biografica de Santo Tomas Salutem consequimur Incarnationis mysterio e. Sanguinem suum fudit in pretium simul et lavacrum; ut redempti a miserabili servitute, a peccatis omnibus mundaremur 4*7. panis vivus in caelo genitus, in utero Virginis fermentatus, in patibulo crucis excoctus, in altari positus, sub speciebus reconditus!: cor meum in bonum confirma et in semita huius vitae consolida, mentem meam laetifica, cogitationes emunda. Y en un sermon que predicô en el consistorio cuando Urbano IV instituyô la fiesta del Corpus Christi, exclamaba: Hic est panis, et verus, qui sumitur et non consumitur, immittitur et non digeritur, convertit et non convertitur, reficit et non deficit, perficit et sufficit ad salutem: praestat vitam, confert gratiam, culpam remittit, enervat concupiscentiam. Cibus mentium, cibus fidelium, qui intellectum illustrat, affectum inflammat, defectum purgat, desiderium sublimat. O fidei ineffabile sacramentum et caritatis augmentum, spei vehiculum, Ecclesiae firmamentum; extinctorum fomitum et corporis mystici complementum!8 Su estro poetico quedô inmortalizado en los himnos y secuencias del oficio dei Santisimo Sacramento. 4 Summa Theologiae 3 prol. 7 Officium de festo Corporis Christi, Ad Matutinas, lec.l.*, en Opuscula, ed. P. Mandonnet, t.4 p.465. e Sermo S. Thomae de Aquino de festo Corporis Christi habitus in Consistorio pleno: ibid., p.478-479. Estudiante en la Universidad de Nâpoles 11 Pero sobre todo estudiô con ahinco la filosofia, teniendo por profesor de lôgica al maestro Mar­ tin, y de cosmologia (que entonces llamaban filo­ sofia natural) al maestro Pedro de Irlanda, ambos de tendencia marcadamente aristotélica. Pronto se hizo notar entre sus condiscipulos por su memo­ ria prodigiosa y por su inteligencia soberana, superandolos a todos9. Encargado de repetirles las lecciones, se las exponia con mas brillantez, profundidad y competencia que sus mismos profesores 10. Cuatro anos empleo en estos estudios (12391243). Al mismo tiempo, su alma piadosa buscaba afanosamente a Dios y se preocupaba primordialmente de la ordenaciôn de su vida, de su voca­ tion. Le encantaba la vida religiosa con sus ob­ servandas monasticas, recordando con nostalgia los nueve anos pasados en Monte Casino; el estu­ dio, el afân de saber, para mejor conocer a Dios y servirle, le atraian irresistiblemente. Dadas las circunstancias por que atravesaba entonces dicho monasterio, no podia pensar en embarcarse por alii. Por otra parte, en la misma Universidad napolitana tuvo ocasiôn de conocer y de ponerse en contacto con algunos religiosos de una nueva Orden, que eran profesores de la facultad de teologia, y cuyo convento, erigido en 1231, se habia puesto bajo el patrocinio y advocation de su fundador, Domingo de Guzman, recientemente canonizado (1234). 9 “Los superaba a todos dialogando y disputando”. (Deposlciôn de Bartolomé de Capua en el Proceso napolitano de canonizaciôn n.76, en Fontes, p.371). 10 “Empezô a descollar tanto en clarldad de Ingenio y perspicacia de Inteligencia, que podia repetlr a los demâs con mâs altura, profundldad y clarldad que sus doctores lo que habia oido de ellos” (Guillermo de Tocco, O. P., Vita S. Thomae Aquinatis c.5, en Fontes, p.70; Pedro Calo, O. P., Vita... n.4, Fontes, p.20; Bernardo Gui, O. P., Vita s. Thomae Aquinatis c.4 en Fontes, p.170). 12 4. Sec.I. Sintesis biogrâfica de Santo Tomâs Entra en la Orden de Predicadores (1244) Por ellos, especialmente por fray Juan de San Julian1112 , hombre de gran ciencia y santidad, conociô el joven Tomas que la Orden de Predica­ dores armonizaba perfectamente las observandas monasticas con el estudio. Habia encontrado lo que deseaba. Sus aspiraciones de vida religiosa y de estudio serian plenamente cumplidas. Y decidiô ingresar en ella. La invitaciôn de Juan de San Julian para que vistiese el habito dominicano en­ contre) a Tomas completamente resuelto y decidido a seguirla. Por su parte, hubiera deseado ejecutar en seguida su resolution. Pero, durante las temporadas de vacationes que habia pasado en su casa, pudo advertir la oposiciôn que harian sus padres. Era prudente esperar, como se lo aconsejaba su di­ rector espiritual y confidente, fray Juan de San Julian, a que su anciano y achacoso padre, Landolfo, pasase a mejor vida. Este muriô, efectivamente, por Navidad de 1243, y Tomas se pré­ senta a principios de enero de 1244 al prior de San Domenico Maggiore, Tomas Agni da Lentini, pidiéndole su admisiôn en la Orden, que le fue concedida de buen grado. Tenia dieciocho afios bien cumplidos, la edad requerida precisamente por las antiguas constitu­ tiones de la Orden para vestir el santo habita n. El convento de Napoles pertenecia a la provincia romana, de la que era provincial el celebre Hum­ berto de Romans, afios mas tarde general de la Orden. 11 Bartolomé de Capua, en el Proceso napolitano de canonizaciôn n.76, en Fontes. p.371; Guillermo de Tocco, Vita... c.6, en Fontes, p.71. 12 “No se reciba a nadie menor de dieciocho afios” (Liber consuetudinum dist.l n.13: ed. Gelabert, Milagro y Garganta, O. P., en Santo Domingo de Guzmdn p.878 [B A C Madrid 1947]). ____ * ” Secuestrado por sus hermanos 13 No aviso a su madré ni a sus hermanos de su decision. Y comenzô el noviciado con todo el fer­ vor de su alma. Era, sin embargo, de temerse la oposiciôn de su familia, particularmente de su madré, una vez que esta Ûegase a enterarse. En prevision de ello, los superiores lo trasladaron a Roma, al convento de Santa Sabina, en donde estaba a la sazôn el general de la Orden, Juan de Wildeshausen, el Teutonico, que debia trasladarse dentro de poco a Bolonia para asistir al capitulo general. El maestro Juan decidio llevar consigo al novicio, con objeto de enviarlo a Paris, a con­ tinuar sus estudios, una vez terminado el novicia­ do en el convento de Bolonia. 5. Secuestrado por sus hermanos en Aquapendente (mayo de 1244) Pero lo ocurrido en Napoles, con su entrada en religion, no tardô mucho en llegar a oidos de la madré. Lo supo por sus vasallos de Rocaseca, que se lo refirieron sobresaltados, entre lagrimas y quejidos clamorosos 13. Ni corta ni perezosa, manda dona Teodora preparar sus caballos y su acompanamiento, y vuela a Napoles, a entrevistarse con su hijo. Alli se en­ tera de su traslado a Roma. Sin perder un mo­ mento, se dirige a la Ciudad Eterna, al convento de Santa Sabina, en busca de Tornas. Pero este habia ya emprendido el viaje a Bolonia con el maestro Wildeshausen y otros tres religiosos. La paciencia de la madré llegô a su limite. Inmediatamente redacta una carta para sus hijos Aimon, Felipe, Rinaldo y Adenolfo, que se hallaban por la Toscana al servicio del emperador, y se la manda con un propio, con la orden termi­ nante de vigilar todas las sendas y caminos por 13 “Ellos, entre lâgrlmas y quejidos, se lo comunlcaron a la madré” (Tocco, Vita... c.7, en Fontes p.72). 14 Sec.I. Sintesis biogrâfica de Santo Tornas donde pudiera pasar Tomas, de arrestarlo una vez encontrado y de conducirlo bajo buena guardia a su residencia de Rocaseca. Obtenido el permiso del emperador, destacaron al momento patrullas pot toda la region, y no tardaron en divisar cerca de Aquapendente un grupo de cinco frailes dominicos, entre los cuales se encontraba Tomas, sentados junto a una fuente. Era a mediados de mayo de 1244, y el calor se hacia sentir. A galope se acercaron al grupo de frailes, echan pie a tierra y, sin mediar palabra, se dirigen a su hermano, forcejeando por despojarlo de su hâbito. Este se cine fuertemente la capa contra su cuerpo y no se déjà desvestir. El maes­ tro Juan protesta contra tan brutal atropello ante el caballero Pedro de la Vina, intimo e influyente consejero del emperador, que iba al frente de la pa trulla, mientras los hermanos del novicio lo montan a caballo por la fuerza y desaparecen ra­ pidos con su presa por el horizonte. 6. Detenido en Montesangiovanni y en Rocaseca (mayo de 1244-fines de 1245) De primera intention, después de trotar un par de dias o très, lo llevan y recluyen en el castillo de Montesangiovanni Campano, propiedad mancomunada de su familia, y en donde ha hecho alto su madré en su viaje de regreso a Rocaseca. Pocos dias después lo llevara consigo a su resi­ dencia habituai, es decir, a la fortaleza de Roca­ seca. Entretanto sus hermanos se han vuelto al campamento del emperador. La vida de fray Tomas en dicha fortaleza no fue propiamente una carcel ni una reclusion. Po­ dia circular libremente por toda ella, aunque su madré habia tornado las medidas oportunas de vigilantia. Trataba de reducirlo por las buenas. Halagos, el honor y el porvenir de su familia: su Detenido en Montesangiovanni y Rocaseca 15 talento y su virtud le hacian acreedor a los mas encumbrados puestos en la Orden benedictina o en el siglo; todo menos simple iraile mendicante. Ponïale delante un hâbito benedictino, instândole a que lo vistiese en vez del dominicano, y asi reanudase su antigua vida de Monte Casino, de donde con el tiempo seria abad. En otras ocasiones le ofrecia un traje seglar, diciéndole que podia ser justicia como su padre. Sus hermanas alternaban con la madré en estos menesteres. El resultado fue nulo. Antes bien, fue Tomas el que indujo a su hermana Marotta a abandonar el si­ glo y a ingresar en el monasterio de benedictinas de Capua. Los dominicos de Napoles supieron en seguida el paradero de fray Tomâs y le visitaban con frecuencia, particularmente su director espiritual, fray Juan de San Julian. Dona Teodora no se oponia resueltamente a ello. Amaba demasiado a su hijo para impedirlo. Dejaba hacer. Lo primero de que se preocupô el detenido y le procurô fray Juan fue la Biblia y el Breviario, a lo que anadiô este las Sentencias, de Pedro Lom­ bardo, y la Sofîstica, de Aristoteles, en la que estaba estudiando cuando vistiô el habito. Ademas le procuraba mudas de él y de ropa interior, que el buen fraile vestia sobre las suyas propias y se despojaba de ellas en la habitation dei novicio. La vida de fray Tomâs se concentre en la ora­ tion y en el estudio. Sabla todo el Salterio de me­ moria desde su paso por Monte Casino. En el aûo y medio largo que paso en Rocaseca aprendio de memoria lo restante de la Biblia y las Sen­ tencias, de Lombardo. Pero le faltaba por soportar la prueba mas dura. Al cabo de un ano largo vuelven sus hermanos del campamento y ponen en obra todos los medios para reducirlo a abandonar el hâbito dominicano. ; ! Sec.I. 16 Sintesis biografica de Santo Tomas Se lo hacen jirones, para que se avergüence de su desnudez y se vea obligado a vestir el benedictino o el traje de seglar; le quitan sus libros y su Bre­ viario, para que no pueda rezar ni estudiar y acabe por aburrirse; y como golpe decisivo se conciertan con una joven hermosa y elegantemente ataviada, pero de costumbres ligeras, a la que introducen en la habitaciôn de fray Tomas con el encargo de tentarlo y seducirlo a toda costa. Mas todo en vano. Porque él se cubre con sus harapos, y tiene en su cabeza el contenido de sus libros: y en el momento en que ve entrar a la mujerzuela en su aposento, corre a la chimenea, que estaba ardiendo; arrebata un tizôn y con él pone en fuga precipitada a la tentadora. Luego se dirige al an­ gulo mas apartado de su habitaciôn y dibuja en la pared una cruz con el tizôn, ante la cual se postra en oraciôn, suplicando al Senor que le libre para siempre de los ardores de la carne. Fue inmediatamente escuchado, y durante el suefio se le aparecicron dos angeles, que le cineron un cingulo como prenda de perfecta y vitalicia castidad. Desde entonces no volviô a sentir jamas el menor movimiento sensual. La victoria habia sido com­ pleta. Viendo la madré que todo era inûtil, no insistiô mas y cesô de vigilar los accesos de la morada de su hijo. 7. Fuga de Rocaseca y terminaciôn de su noviciado (fines de 1245-1247) Convenido este con fray Juan de San Julian, disponen ambos la fuga. Un dia determinado llega fray Juan con un par de caballos ante los muros de la fortaleza. Fray Tomas se descuelga con una cuerda por la ventana. Montan los dos en sus caballos y desaparecen rapidamente camino de Nàpoles. Era a fines de 1245. Discipulo de San Alberto Magno 17 Alli, o quiza en algùn otro convento, completô su noviciado. Es probable también que comenzase sus estudios de teologia en el convento de Santo Domingo de Bolonia. Durante las vacaciones de 1247 fue enviado al Estudio General de Paris, incorporado en parte a la Universidad, adonde solian mandar los mejores estudiantes de las provincias. Pero el convento de Santiago de Paris estaba excesivamente lleno, y hubo de distribuir parte de los estudiantes por otros Estudios Generales que se iban fundando. 8. Discipulo en Colonia de San Alberto Magno (1248-1251) A Tomas le cupo en suerte Colonia, cuyo Es­ tudio General, que acababa de fundarse en 1248, estaba regido por el maestro Alberto de Bollstàdt. Las lecciones de tal maestro produjeron en él una impresiôn profunda. Naturalmente silencioso y concentrado, las altas lucubraciones que exponia Alberto lo hicieron todavia mas. Y como era de estatura prôcer y de recia contextura, sus jôvenes condiscipulos del Rhin, de suyo inclinados a la ironia, comenzaron a distinguirlo con el apodo de Buey mudo de Sicilia. Lo creian abobado y como oprimido bajo el peso de la ciencia que brotaba de los labios de su comûn maestro; tanto que, al exponer este el famoso y dificil libro De los nom­ bres divinos, de Dionisio el Areopagita, un con­ discipulo, compadeciéndose de él, se le ofreciô espontaneamente para repetirle las lecciones. Aceptô agradecido fray Tomas. Pero al comenzar aquél su tarea de repetidor, comenzô a confundirse y equivGcarse, sin acertar a poner las cosas en su punto. Entonces nuestro joven, to­ rnando la palabra, no solamente volviô las aguas ·■ - 18 ?| Sec.I. Sintesis biogrâfica de Santo Tomâs a su cauce, repitiendo distintamente y sin titubear las explicaciones del profesor, sino que las com­ pleto, poniendo de su cosecha muchas cosas que Alberto no habia dicho. Quedô atônito el condiscipulo y le rogô que en lo sucesivo tuviese la caridad de ser su repetidor. Accediô Tomâs de buen grado, pero a condiciôn de que no se lo contase a nadie. Mas le faite tiempo para referirselo al maestro de estudiantes, quien ocultamente escuchô la siguiente repeticiôn y refirio todo al regente Alberto. Acostumbraba también el de Aquino a redactar en hojas sueltas lo que habia escuchado en clase, anadiendo sus propias reflexiones y meditaciones. En cierta ocasiôn se le cayô distraidamente a la puerta de su celda una de aquellas hojas que contenia las notas y comentarios de una de las lecciones. Cogiôla uno de sus condiscipulos, y habiendo admirado al leerla la competencia y ori­ ginalidad de su companero, se la entregô al referido Alberto. Intrigado este por taies indicios, decidiô someterle a una prueba solemne y definitiva. Encargôle preparar para el dia siguiente un acto escolâstico sobre un problema muy dificil. El maestro le arguye con fuerza. Tornas repite los argumentes de manera impecable, y, antes de contestarlos, présenta una distinciôn fundamental, que era la clave de su soluciôn y resolvia el problema definitivamente. Entonces Alberto le dice: «Fray Tomâs, no parece usted un estudiante que contesta, sino un maestro que define y determina». A lo que Tomâs contestô con toda humildad y reverencia: «Dispense, maestro; pero no veo otra manera de resolver la cuestiôn». Replied Alberto inmediatamente: «Ahora responda usted con su distinciôn a estos argumen- Se ordena de sacerdote y ensena en Colonia 19 tos». Y le espetô sobre la marcha cuatro silogismos tan fuertes, que todos creyeron que lo habia apabullado. Pero Tomas los deshizo con su distinciôn tan facilmente como los de la primera serie. Visto lo cual, el maestro Alberto dijo: «Llamâis a éste el Buey mudo; pero yo os aseguro que este buey data taies mugidos con su ciencia, que resonarân en el mundo entero» 14. Nuestro genial estudiante conservo toda su vida las notas tomadas en la clase de San Alberto Magno sobre los Nombres divinos, de Dionisio, y sobre la Etica a Nicômaco, de Aristoteles, junto con sus propias reflexiones, habiendo llegado su autografo hasta nosotros 15. Se ordena de sacerdote y comienza a ensenar en Colonia (1251-1252) Una vez terminada su carrera y ordenado de sacerdote por el arzobispo de Colonia Conrado de Hochstaden 16, comenzô a ensenar alli mismo, bajo la alta direction del propio Alberto. Los fa­ mosos opùsculos De ente et essentia ad fratres et socios y De principiis naturae ad fratrem Silvestrum fueron escritos probablemente en Colonia, como primitias de su profesorado. Por este tiempo, Inocencio IV, a instigation de la madré de Tomas, le ofreciô la abadia de Monte K “Nosotros llamamos a éste Buey mudo; pero serà él qulen dé tal mugido en doctrina que resonarâ en todo el mundo” (Tocco, Vita... c.12, en Fontes p.79). 15 a. Pelzer, Le cours inédit d’ Albert le Grand sur la morale à Nicomaque recueilli et rédigé par Saint Thomas d’Aquin: Revue néo-scolastique de Philosophie 24 (1922) 333-360.479-520; G. Mersseman, Les manuscrits du cours iné­ dit d’Albert le Grand sur la morale à Nicomaque: Rev. néo-scolastique de Phil. 38 (1935) 64-83; M. Grabmann, Die autographe von Werken des hl. Thomas von Aquin: Hlstorlches Jahrbuch 60 (1940) 514-537. 16 A. Walz, O. P., San Tommaso d’Aquino p.63-65; Bulla canonizationis S. Thomae Aquinatis: Xenia Thomistica t.3 p.175 nota 2 (Roma 1925). 20 .· V ■>· *».· Sec.I. Sintesis biografica de Santo Tornâs Casino, cuyo cargo podria aceptar conservando su hàbito dominicano, pues sabian su adhesion inquebrantable a la Orden de Predicadores. Parecia el ünico medio posible de ayudar a su familia en la dificil situation en que se encontraba por las repetidas vejaciones del emperador, que habia en­ trado a sangre y fuego por su senorio de Rocaseca, expulsando de su reino a su madré y hermanas y ensanandose con sus hermanos, pues uno de ellos, Rinaldo, fue pasado por las armas. Estos se habian pasado al servitio del Papa, y era justo que se les atendiese. Les quedaba el tercio del castillo de Montesangiovanni Campano, enclavado en terri­ torio de los Estados pontificios, adonde se habian refugiado; pero sus rentas y recursos no bastaban a mantener decentemente su noble rango. Y aunque el emperador habia muerto ya17, el senorio de Rocaseca no estaba todavia en condiciones de rentar nada. No obstante, fray Tomas rechazô de piano la oferta, lo mismo que otra, hecha mas tarde por Clemente IV 1S, del arzobispado y del pingüe be­ neficio de la abadia de San Pedro, de Napoles. Su vocation era el estudio y la enseüanza en el estado de simple fraile 10· Es nombrado bachiller en el Eshidio General de Santiago de Paris (1252-1255) Entre tanto, vaco el oficio de bachiller en la catedra de extranjeros que la Orden tenia en su Estudio General de Santiago de Paris, y el maes­ tro general Juan el Teutonico debia proveerlo. Los tiempos eran dificiles, por la ruda oposicion de los profesores seculares contra los religiosos. Era v A. Walz. San Tommaso d'Aquino p.63. ’8 Tocco, Vita... c.42, en Fontes p.115-116. i’ Bartolomé de Capua, Proceso napolitano de canonizaciôn n.78. en Fontes p.375-376; Tocco, Vita... c.63, en Fontes p.137. * I * Nom brada bachiller en el E. G. de Santiago 21 preciso que el candidato fuese de prendas no solo relevantes, sino verdaderamente excepcionales. Consulto el caso con Alberto Magno, y este le aconsejô que nombrase a fray Tomâs de Aqui­ no, por ser el candidato mas apto que conocia. No lo aceptô el general, seguramente porque le pareciô demasiado joven, pues apenas contaba veintiséis afios, y, ademas, porque un hombre tan concentrado y taciturno no le ofrecia las garantias necesarias para afrontar con éxito una situaciôn tan delicada, que requeria personas de tempera­ mento dinamico y de temple luchador. Entonces Alberto escribiô al cardenal Hugo de San Caro, legado del Papa en Alemania y antiguo regente en el Estudio de Santiago, interesandole vivamente por la candidatura de Tomas y rogandole que le apoyase ante el maestro general con todo el peso de su autoridad. Hizolo asi el car­ denal, y Juan de Wildeshausen acabô por aceptarla, escribiendo a fray Tomas que se pusiese inmediatamente en camino hacia Paris para hacerse cargo de dicho oficio a primeros de septiembre. Era el aho de 1252. Su ensenanza en Colonia no habia durado mas que un solo curso. El joven bachiller biblico comenzô sus lecciones glosando el texto de Baruc: «Este es el libro de los mandamientos de Dios y la ley perdurable para siempre; los que la guarden alcanzaran la vida»20. Ensenaba bajo la direction del maestro fray Elias Brunet de Bergerac, que sucediô a Al­ berto Magno en la catedra de extranjeros (12481256), desempenando su oficio con la mayor di­ ligentia. Era el bachiller biblico un cursorius biblicus que debia exponer rapidamente la letra de dos libros de la Escritura cada curso: recorriendo râBar 4,1. Puede verse este discurso Inaugural entre los opüsculos del Santo, ed. Mandonnet, t.4 p.481-490. 20 22 Sec.ï. Sintesis biografica de Santo Tornâs pida, textual y literalmente toda la materia, sin pararse en suscitât dudas ni mover cuestiones 21, pues eso era propio del maestro. El mismo Santo Tomas definiô exactamente el papel de bachiller biblico diciendo que «recorrer es llegar corriendo expeditamente al fin... sin impedimento de cues­ tiones» 22. No se sabe con exactitud los que explicô nuestro bachiller, pero es muy probable que sus comentarios sobre Jeremias y los Trenos procedan de este periodo (1252-1253). En seguida pasô a bachiller sentenciario, que debia explicat en otro bienio (1254-1256) los cuatro famosos libros de las Sententias, de Pedro Lombardo. Tomas redactô por escrito sus explicaciones y las dio a la luz pùblica, probablemente ampliadas, pues son demasiado extensas para solo dos cursos, aunque fuesen tan largos como los que se estilaban en Paris por aquellas calendas. Se sabe también que en algunos puntos las retocô y com­ pleto mas tarde; por ejemplo, en la cuestiôn pri­ mera de la distinciôn segunda sobre el primer li­ bre» inserto diez anos después el articulo 3.°, utrum pluralitas rationum, secundum quas attributa Idivinal differunt, sit aliquo modo in Deo, vel tan­ tum in intellectu ratiocinantis, con ocasiôn de una consulta que le habia hecho el maestro general fray Juan de Vercelli sobre ciento ocho proposiciones denunciadas de su amigo y compaüero fray Pedro de Tarantasia23. Esta obra es conocida en ' .... · . 1 • ·* V ·»·»»·.—» ■ » ■* 5. 21 P. Mandonnet, O. P., Chronologie des Écrits Scriptu­ raires, tirada aparté, p.135-152. 22 in Isaiam prophetam expositio prooemium, en Opera (Venecia 1613), t.4 fol.lrb. 23 A. Dondaine, O. P., Saint Thomas a-t-il disputé à Rome la question des '‘attributs divins"? 52: Bulletin Thomiste R (1931-1933) 199·-213·; Saint Thomas d’Aquin et la dispute des attributs divins: Archivum Fratrum Praedicatorum 8 (1938) 253-262; O. Lotttn, Ο. S. B., Pierre de Tarentaise a-t-il remanié son commentaire sur les Sentences?· Re­ cherches de Théologie Ancienne et Médiéval 2 (1930) 420-423* H. D. Simoxin, O. P., Les écrits de Pierre de Tarentaise: Nombrado bachiller en el E. G. de Santiago 23 los antiguos manuscrites dei siglo χιπ con el ti­ tulo de Scriptum fratris Thomae de Aquino super Sententiis Magistri Petri Lombardi. En la Biblioteca Vaticana se conserva el autôgrafo sobre el tercer libro. Estos cuatro primeros anos de su profesorado fueron de los mas revueltos y agitados que ha conocido la Universidad de Paris. Los dominicos regentaban dos catedras, una de propios y otra de extranjeros, ocupadas, respectivamente, por Bonhome de Bretaiîa y Elias Brunet de Bergerac; los franciscanos regentaban una, ocupada sucesivamente por Guillermo de Melitôn y por San Buenaven­ tura. Eran las mas concurridas, en cantidad y en calidad, de toda la Universidad: «tenian muchos oyentes en las aulas y casi todos los mas litera­ tes» 24. Por su género de vida austera y recogida estudiaban mas que los maestros seculares y desempenaban sus deberes profesorales mas escrupulosamente; pues mientras que los seculares, que gozaban de pingües prebendas, cenaban opiparamente y prolongaban sus tertulias entre copa y copa sin preocuparse de preparar sus lecciones para el dia siguiente, los religiosos ayunaban y velaban de noche en profundas y prolongadas meditaciones sobre lo que habian de ensenar por la manana. Es­ tos daban siempre sus clases, porque estaban siempre bien preparados; aquéllos, al sentirse indispuestos e impreparados después de una noche de orgia, las suspendian con demasiada frecuencia: «la manana siguiente declaraban con frecuencia Beatus Innocentius PP. V (Petrus de Tarantasia, O. P.), 163-335 (Roma 1943); R. Smeraldo, O. P., Intorno all’Opuscolo IX di San Tommaso d’Aquino. Pietro da Tarantasia ha errato in Teologia? (Roma 1945). 24 TomAs de Cantimpré, O. P., De apibus p.181 (Douais 1605); Humberto de Romans, O. P., Carta al Prior y religio­ sos de Orleâns, en Denifle, O. P., Chartularium Universitatis Parisiensis t.l p.310. * · J* * . ** ♦ K*'. r· Sec.I. 24 Sintesis biogrâfica de Santo Tomas dia festivo para los estudiantes» 25. De esta suerte. los mejores y mas aprovechados estudiantes acababan por abandonar sus catedras e irse a las de los religiosos, que ensenaban mas y mejor: «sobresalian en la atenciôn a la catedra» 26. Esa marcada superioridad se hizo notar particularmente en tiempo de la regencia de San Alberto Magno, que no encontraba local bastante amplio para contener el nûmero siempre creciente de sus oyentes, y volviô a repetirse desde el momento en que Tomas comenzô sus explicaciones como simple bachiller. Desde el primer instante superô a todos, incluso a los maestros mas célébrés y encanecidos en la catedra, por su nuevo método de ensenar, claro, conciso, profundo, preciso, y por su extraor­ dinaria originalidad, cualidades que le granjearon una simpatia y aun admiration sin limites por parte de los estudiantes. Los jôvenes aman lo mo­ derno y original, que era la nota dominante de su ensenanza. Nadie como él los enardecia en el estu­ dio e investigation, arrastrandolos con su ejemplo y con su verbo câlido, portador de profundas y sublimes verdades, expuestas con originalidad insospecbada. Su biôgrafo Guillermo de Tocco lo hace notar con no disimulada complacentia: «Nombrado bachi11er, al empezar a difundir en la ensenanza lo que antes habia procurado ocultar en su taciturnidad, le infundiô Dios tanta ciencia y puso en sus labios tanta doctrina, que parecia excederlos a todos, in­ cluso a los maestros, y por la claridad de su doctri­ na, incitaba mas que ningûn otro en los estudian­ tes el amor a la ciencia. En su ensenanza suscitaba nuevos temas; encon­ traba un modo nuevo y claro de afrontarlos; adutia nue vas razones en su resolution; y nadie que le oyese ensenar cosas nuevas y resolver las dudo25 u Cantimpré, O.C., p.181. Ibid. Nonibrado bachiller en el E. G. de Santiago i sas con nuevas razones, dudaria que Dios lo iluminô con rayos de nueva luz: quien comenzo a tener tan pronto un pensamiento tan cierto, que no dudô en ensenar opiniones nuevas y en escribir las que Dios se dignase inspirarle nuevamente» 27. Todo era nuevo en él; nuevos problemas, nue­ vas conclusiones, nuevos argumentes, nuevas razo­ nes, nuevo método, nueva presentation, nuevo orden, nueva formulation. Ocho novedades subrayadas en un solo pàrrafo. Un tai éxito sin precedentes concitô las iras, ya mal contenidas, de los maestros seculares contra los regulates, es decir, contra los dominicos y franciscanos, al sentirse postergados dentro de la Univer­ sidad. Y fuera de ella se notaba un fenômeno parecido. Todo el mundo se iba tras de los religiosos, que predicaban, bautizaban, confesaban y administraban los ùltimos sacramentos por todas partes, con gran celo y solicitud; no siendo infrecuente que los fieles eligiesen su sepultura en el claustro de los conventos, a quienes solian también legar sus ha­ ciendas. Su salmodia, sus servicios religiosos, sus solemnidades cultuales los atraian a sus iglesias conventuales, quedando desiertas las parroquias y los curas en ellas como pâjaros solitarios, sin ofrendas ni limosnas: «Y el sacerdote en la casa dei Se­ rior como pajaro solitario, permaneciendo abandonado en el edificio, es defraudado del consuelo y limosnas habituales de sus parroquianos» 28. El clero parroquial y extrauniversitario participaba de los mismos sentimientos contra los regulares, debido a causas parecidas: su superioridad en el apostolado. Era el estado de guerra universal. Como era de 27 Tocco, Vita... c.14, en Fontes p.81. 28 Inocencio IV, bula Etsi animarum, del 21 de no­ vembre de 1254, en Denifle, Chartularium Universitatis parisiensis t.l p.268. 26 g* * Sec. I. Sin tests biografica de Santo Tomâs esperar, fue la Universidad la que primero rompio las hostilidades. Habia en ella un grupo de cuatro maestros belicosos, enredadores, intrigantes, dispuestos a todo: Guillermo de Saint-Amour, Cris­ tiano de Beauvais, Nicolas de Barre y Odôn de Douai. Su jefe era Guillermo, por ser de mas prestigio, de mas tenacidad y de mas enemiga contra los religiosos. El mismo asumiô también la jefatura de la oposiciôn dei clero parroquial y extrauniversitario. Su consigna era ecbarlos de las obras de apostolado, y sobre todo de la Universidad, y recluirlos en sus conventos como a los monjes. Por febrero de 1252, en una reunion clandes­ tina. a la que no invitaron a los maestros regula­ res, decidieron: l.°, que ninguna Orden religiosa que al presente no tenga establecida Casa de estudios en Paris, pueda establecerla en lo sucesivo, ni pretender su agregaciôn a la Universidad; 2.°, que las ya establecidas y admitidas no puedan te­ ner mas que un solo regente y una sola catedra; 3. °, quedan excluidos del cuerpo profesoral todos los maestros que no admitan el présente decreto; 4. °, no seran admitidos al magisterio los bachilleres que recbacen jurarlo o someterse a él29. El tiro iba derecho contra los dominicos, que eran los ùnicos religiosos que regentaban dos catedras. Estos rehusaron aceptar seme jante decre­ to, por consideratio invalido en cuanto al fondo y en cuanto a la forma. En cuanto al fondo, porque los maestros parisienses no tenian autoridad para promulgarlo, ya que establecer nuevas catedras o reducir las ya existentes era privativo del obispo, o del canciller como delegado suyo: «aunque no pueden estable­ cer nada de derecho» 30. » Denifle. Chartularium... t.l p.226-227. » Humberto de Romans, Carta al Prior y religiosos de Orléans, en Chartularium... t.l p.310. Nontbrado bachiller en el E. G. de Santiago 1 27 En cuanto a la forma, por haberse hecho clandestinamente y sin la debida convocation de todo el claustro. Un incidente desagradable vino a envenenar los animos todavia mâs. En una colisiôn de algunos . estudiantes con la politia resulto muerto uno de aquéllos y varios otros contusos y después encarcelados. La Universidad puso el grito en el cielo, reclamando sus privilegios y el castigo inmediato de los agentes de la autoridad que habian osado violarios. No habiendo recibido satisfaction inmediata, o lo râpida y enérgica que pedian, los maes­ tros se apresuraron a décrétât la huelga general en senal de protesta. Pero los franciscanos y dominicos se negaron a secundaria por creerla injusta e innecesaria, ya que el regente Alfonso, hermano del rey, castigô a los culpables tan pronto como la justitia dio su fallo 31. A pesar de todo, ello sirviô de pretexto para que dichos maestros seculares promulgasen un nuevo decreto (abril de 1253): en adelante nadie podrâ ser maestro en la Universidad si no ha jurado de antemano delante de todo el claustro, o por lo menos très de sus miembros, observât las ordenaciones y estatutos universitarios; y si el claustro decreta la huelga general, todos deben secundaria, so pena de ser expulsados de la Universidad y privados de ejercer su magisterio en Paris o en cual• 32 quiera otra parte . Como es natural, los maestros religiosos no admitieron el nuevo decreto. Entonces los seculares los declararon pùblicamente rebeldes y los expulsaron de la Universidad, prohibiendo a todos los estudiantes frecuentar sus aulas bajo pena de ex­ pulsion fulminante. Alejandro IV, Bula Quasi lignum vitae, del 14 de abril de 1255, en Chartularium... t.l p.280; Declaraclôn de los maestros de Paris en abril y septlembre de 1253, en Chartularium... t.l p.242-243. 32 Denifle, Chartularium... t.l p.242-243. 28 ’ * · ·· Sec.I. Sintesis biogrâfica de Santo Totnâs En vista de ello, el prior de los dominicos y el guardian de los franciscanos apelaron al Papa. Ino­ cencio IV reconociô (1 de julio de 1253) que los seculares habian excedido sus derechos, los reprendiô severamente v les ordenô recibir de nuevo inmediatamente en su gremio a los maestros regula­ res, encargando a los obispos de Senlis y de Eureux de su ejecuciôn 33. Mas la paz completa no era tan fàcil de establecer, dado el rencor inveterado de los seculares. Por lo cual el Papa vuelve a insistir de nuevo en otra comunicaciôn (26 de agosto), recomendândoles acortar las distancias y suprimir las diferencias hasta llegar a una perfecta armonia entre todos; y piensa que en un ano (para la Asuncion de 1254) quedaria restablecida la calma 34. Durante el forcejeo por encontrar una avenencia, los franciscanos comenzaron por ceder. Su general Juan de Parma declarô por septiembre de 1253, ante toda la Universidad, que retiraba las protestas o apelaciones anteriores y que aceptaba todos los decretos emanados de la misma, contentandose con la sola catedra que venian regentando. En su virtud, los seculares reconocieron sin dificultad el magisterio de San Buenaventura y su admisiôn en el claustro universitario, que ejercio desde esa fecha hasta su elevaciôn al generalato en 2 de febrero de 1257 3S. Los dominicos fueron mas duros de pelar. Para hacerles tragar la pildora, los seculares les propusieron que a su aceptaciôn de todos los estatutos y decretos susodichos podian aüadir esta clausula: «con tal que para mi, que profeso la régla de los 33 Denifle, Ibid., p.247-248. 34 Denifle, o.c.» p.249-250. 35 L. Amorôs, O. F. M., Introducciôn a las obras de San Buenaventura: BAC, t.l p.10-11. Nombrado bachiller en el E. G. de Santiago I hermanos Predicadores, dichos estatutos no sean, segùn la misma regia, ilicitos, ni inhonestos, ni contrarios a la salud de las aimas, ni al derecho di­ vino o humano, ni a la utilidad pùblica, ni daûinos para la santa Iglesia de Dios» 36. Pero no quisieron aceptarla de ninguna manera, sino a condition expresa de conservar las dos câtedras que poseian: «Se negaron a dar su consentimiento al no ser con la condition dicha de que se les concediesen las dos catedras a perpetuidad» 37. Los seculares estaban exasperados. A pura fuerza trataron de echarlos de la Universidad. Por octubre de ese mismo ano publicaron por todas las clases de la Universidad el decreto de expul­ sion de los dos regentes dominicos. Al llegar dos bedeles a las clases dei convento de Santiago y comenzar uno de ellos a leerlo pùblicamente, los estudiantes se precipitaron sobre él, le arrebataron su documento y lo arrojaron fuera del aula con su companero. Entonces el rector toma consigo très maestros en artes y penetra en la clase. Papel en mano, trata de leer el decreto; pero es tal el escândalo y griterio de los estudiantes, que no consigne hacerse oir. Es mas: se le acercan y lo rodean, cacheandole por todas partes y diciéndole que viene armado. El protesta indignado, y, para probarles que no es asi, remanga su capa hasta la cabeza. Poco importa; le fue imposible publicat e intimai' la sentencia de expulsion. Los dominicos continuaron ensenando como antes en sus dos catedras 38. La indignation de sus adversarios subiô de punto. Y para colmo de males, el Papa concediô una nueva catedra a los cistercienses, que acababan de fundar un Colegio de Estudios en Paris, dispensan— — 34 Denifle, Chartularium... t.l p.255. 37 Ibid. 38 Denifle, o.c., p.256. Sec.I. 30 < i 1 Sintesis biografica de Santo Tornas doles de su regia en lo que afectaba a este asunto: «no obstante el que seâis monjes» y ordenando al canciller que admita y reconozca al abad Guido como su titular39. Mas no pudo tener lugar, a causa de los alborotos que aquéllos promovieron para impedirlo. Sin perder un momento, lanzan al mundo entero un libelo difamatorio, en donde acumulaban toda suerte de acusaciones contra los dominicos, verdaderos causantes, segun ellos, de todo el malestar de la Universidad y hasta de la cristiandad entera. Y, no contentos con eso, multiplican las intrigas, las difamaciones, las calumnias, de palabra y por escrito, no solo entre los estudiantes, sino también entre el pueblo fiel40. El Papa les cita a su presencia, y ellos encargan a Guillermo de Saint-Amour la defensa de sus derechos e intereses ante la curia pontificia. Ademas como los gastos de viaje, dietas y proceso se anuncian cuantiosos, imponen a todos los estudian­ tes la obligation de pagar una cuota équivalente a la pension de una semana, para sufragarlos 41. Muchos se resistieron a pagarla, y los que frecuentaban las clases de los dominicos se declararon insolventes en masa. Irritados ante ese plante, dispusieron que ninguno de dichos estudiantes pudiera graduarse en la Universidad; y si se graduaba en otra parte, no le serian jamas reconocidos sus titulos42. Ya en presencia del Papa, que a la sazôn residia en Anagni, Guillermo desplegô toda su habilidad para ganar a su causa el ânimo dei pontifice y de los cardenales. Grandes eran sus dotes para intrigar y negotiar. Alli permaneciô casi medio ano, des- 41 42 Ibid., Ibid., Ibid Ibid., p.251. p.252s. p.265-266. p.258-259. * G Nombrado bachiller en el E. G. de Santiago 31 de junio hasta noviembre de 1254, y obtuvo un éxito completo en sus gestiones. En primer lugar consiguiô que el Papa expidiese el 4 de julio una bula por la que confirmaba e imponia todos los estatutos y decretos promulgados por el claustro de profesores de la Univer­ sidad 43. Pocos dias después (15 de julio) autoriza a los maestros seculares para hacer un empréstito de 300 libras con que poder sufragar los gastos del proceso en curso44. Y al mes siguiente (31 de agosto) declara que toda la Universidad, es decir, todos los maestros y todos los estudiantes estan obligados a contribuir a prorrateo para ese fin 45. Pero esas disposiciones, con ser tan importantes, eran todavia particulares y limitadas al solo con­ vento de Santiago y a la Universidad de Paris. Guillermo no se daba por satisfecho y trabaja sin descanso por conseguir el golpe decisivo contra to­ dos los religiosos mendicantes. Lo consiguiô al fin cuando logro que Inocencio IV publicase en 21 de noviembre la bula Etsi animarum, por la que se anulaban y suprimian todos los privilegios y exenciones concedidos por él y por todos sus predecesores a los franciscanos y dominicos 46, pues, siendo comunes a las dos ôrdenes, no podia quitarlos a una sin la otra; pero su intention era devolvérselos mas tarde a solos los franciscanos47. Los religiosos quedaron consternados, y Guillermo regresô a Paris con aire de triunfador. Mas su contento y el de sus partidarios habia de durar muy poco. El mismo dia que firmô la bula Ibid., p.199-265. 44 Denifle, o.c., p.265. 45 Ibid., p.266. 46 Ibid., p.267-270. 47 Fratres minores postea sperabat absolvere (Salim bene, O. F. M., Chronica, citado por Denifle, o.c., t.l p.264 nota). 43 I* I 1 * bl·.. · · H, • .'I'M · . ·,·% ’· r* 1 Sec. I. I* Sintesis biogrâfica de Santo Lornas sufriô Inocencio un ataque de apoplejia que lo inmovilizô en su lecho, muriendo el 7 de diciembre. A las dos semanas (21 de diciembre) fue elegido para sucederle en la catedra de San Pedro el cardenal Rinaldo Segni, sobrino de Gregorio IX, que tomô el nombre de Alejandro IV. Un dia después (22 de diciembre) publico la bula Nec insolitum, por la que anulaba y declaraba sin ningùn efecto la de su predecesor dei mes prece­ dente, que todavia no habia sido promulgada en toda la cristiandad "8. El 31 de diciembre escribiô una carta al general de los dominicos Humberto de Romans, en la que mostraba su predilecciôn por la Orden y se encomendaba a sus oraciones. De acuerdo con el Papa y por iniciativa suya, el general dirigiô a toda la Or­ den una circular por la que recomendaba a todos los religiosos un uso moderado y discreto de sus exenciones y privilegios. Firmô, ademâs, con el general de los franciscanos Juan de Parma, una carta enciclica dirigida a las dos ôrdenes, por la que se recomienda y consagra la union de ambas en servicio de Dios y en defensa de sus privilegios 49. Por fin, Alejandro IV publico el 14 de abril del ano siguiente (1255) su famosa bula Quasi lignum vitae, dirigida a los maestros parisienses, en la que, después de relatar sumariamente todo lo ocurrido en la Universidad desde 1252 entre los maestros seculares y regulares, ordena y manda: l.°, que los religiosos conservaran a perpetuidad las catedras que legitimamente poseen; 2.°, que los maestros dominicos Bonhome y Brunet deben ser reintegrados a sus oficios y dignidades; 3.°, que el ju­ ramento exigido para ingresar en el claustro de « Denifle, ojc., t.l p.276-277. 4’ Bula Summa summi artifici, en Bullarium Ord. Praed. t.l p.267 ; circular Noverit dilectio vestra, en Denifle, o.c., t.l p.287-288; enclcllca Salvator saeculi, en Monumenta Ord. Praedicatorum historica, ed. B. Reichert, O. P„ t.5 p.25-31 (Roma 1900). Nombrado bachiller en el E. G. de Santiago profesores debe limitarse a guardar secreto lo tratado en sesiones de facultad; 4.°, que el derecho de huelga escolar como medida de represalia contra posibles abusos no podra ejercerse sino con la aprobaciôn de las dos terceras partes de los miembros de todas las facultades 50. Con la misma fecha expidiô otra bula a los mismos destinatarios, por la que les reitera la orden de réintégrai· en sus puestos y derechos a los referidos maestros dominicos y anula todas las sanciones que habian fulminado contra sus estudiantes o simpatizantes 51. Otra tercera fue enviada el mismo dia a los obispos de Orleans y de Auxerre Guillermo de Bussy y Guido de Mello, en las que se les encarga y encomienda la ejecuciôn de las otras dos en el término de quince dias después de su reception, bajo pena de privation de sus oficios y benefiCIOS 52 . Estas bulas cayeron como una bomba entre aquellos maestros. Aleccionados e instigados por Gui­ llermo de Saint-Amour, que continuaba intrigando y revolviendo después de su regreso de Anagni, no solamente no las acataron, sino que se dispusieron a resistirlas. Y pasando al contraataque, enviaron el 2 de octubre una especie de ultimatum al Papa, en donde hacian constar: l.°, que los domi­ nicos eran los verdaderos causantes de todo el mal estado de la Universidad, por ser sus enemigos y perseguidores, persecutores nostri\ 2.°, que la bula Quasi lignum vitae era invalida y subrepticia por haber sido procurada con malas artes por dichos religiosos contra la verdadera voluntad e intention 50 51 52 Denifle, o.c., t.l p.279-285. Ibid., p.286-237. Ibid., p.285-286.300-301. Tomas de Aquino 2 J « Sec.L 34 Sintesis biogrâfica de Santo Tornas dei Pontifice, ya que era un verdadero lignum mortis de la Universidad; 3.°, que ellos no podian ni querian admitir a esos religiosos en su gremio, prefiriendo antes renunciar a sus catedras, disolver la Facultad o trasladarla a otra parte fuera de Paris. Por consiguiente, o anulaba dicha bula o ellos disolverian la Facultad de Teologia 53* . Y para forzarlo mas, indisponiéndolo con los dominicos, quisieron dejar constancia de estas dos cosas: l.a, que esos frailes habian calumniado alevosamente al preclaro y honradisimo maestro Gui­ llermo de Saint-Amour ante el capellan del papa Gregorio de San Lorenzo, el rey y el obispo de Paris, atribuyéndole falsamente un libelo famoso e injurioso contra la Santa Sede titulado De peri­ culis novissimorum temporum, que acababa de ver la luz pùblica; 2.a, que los citados religiosos eran, por el contrario, autores de un libro pernicioso y herético llamado Liber introductorius in Evange­ lium aeternum, en donde se afirma expresamente que fallarà la Iglesia de Pedro, es decir, la Iglesia de Cristo M. Ademas, formaron una nueva sociedad o gre­ mio de maestros y escolares disidentes55 que, segùn ellos decian, nada ténia que ver con la Uni­ versidad de Paris ni con su Facultad de Teologia y, por consiguiente, no caia bajo los conceptos y censuras del Papa y de sus ejecutores M. Y de las palabras pasaron a los hechos. Protegidos por esa fingida inmunidad, redoblaron sus esfuerzos para indisponer a todo el mundo contra los odiados dominicos y hacerles la vida imposible. Coaccionaban a los estudiantes para que no pudiesen asistir a sus clases, irrumpian en ellas alborotando para que no pudiesen tener lugar, 53 « 55 « Dentfle, o.c„ p.292-296. Ibid., p.296. Ibid., p.300.311. Ibid., p.292-296.300-301.311. γ *■· Nombrado bacbiller en el E. G. de Santiago apedreaban el convento de Santiago y lanzaban fléchas contra sus ventanas57. Los frailes no podian salir a la calle sin set insultados, maltratados y atropellados. Las cosas llegaron a tal extremo, que el rey San Luis tuvo que poner una fuerte guardia permanente alrededor de su convento para que los defendiese dïa y noche contra todo conato de asalto58. Y el general de la Orden Humberto de Romans ordenô que en todos los conventos se rezasen los salmos penitenciales y las letanias de los santos, con oraciones e invocationes a la Santisima Virgen y a Santo Domingo, implo­ rando su ayuda y protection contra tantos y tan encarnizados enemigos 59. Pero Alejandro IV no era hombre que se dejase intimidar ni envoiver. Sabia perfectamente quiénes eran los verdaderos culpables y estaba dispuesto a hacer respetar su autoridad. Era falso cuanto habian alegado contra los do­ minicos. No eran ellos, sino un franciscano 11amado Gerardo de San Donnino el que habia escrito el Liber introductorius in Evangelium aeter­ num. El Papa lo hizo examinât y lo condenô, dejando a salvo expresamente el honor de la Orden franciscana, por tratarse de una mera equivoca­ tion de uno de sus miembros é0. Tampoco se con­ tenta en él la clausula incriminada, sino precisamente la contraria: «por tanto no fallarâ, en manera alguna, la Iglesia de Pedro, que es el trono de Cristo, sino que permanecerâ, mudada en ma­ yor gloria, eternamente estable» 61. En cuanto al libelo difamatorio atribuido a Gui57 sa 59 60 61 Ibld., p.305.308-309.312. Ibid., p.314-315. Monumenta Ord. Praed. historica t.5 p.82. Deniele, o.c., t.l p.297-298. Ibid., p.297 nota 8. 36 > α Sec.I. Sintesis biografica de Santo Tornas llermo de Saint-Amour, los dominicos estaban en lo cierto. Dicho maestro habia acumulado en un Tractatus brevis de periculis novissimorum tem­ porum toda clase de argumentes y de quejas ima­ ginables contra los religiosos mendicantes, a quienes presentaba como los precursores del Anticristo, multiplicando las copias y repartiéndolas por doquier. Nada menos que cinco ediciones hizo de él, anadiendo siempre cuanto le sugeria su enemiga contra ellos 62. Estos escribieron varias refutaciones. Por parte de los franciscanos escribiô San Buenaventura sus cuestiones disputadas De perfectione evangelica, y Tomas de York, su tratado Manus quae contra Omnipotentem; por parte de los dominicos le re­ futo Santo Tomas en su opùsculo Contra impug­ nantes Dei cultum et religionem. Al mismo tiempo denunciaron al Papa el libelo de Guillermo. El Pontifice encomendô su examen a una comisiôn de cardenales. Entretanto redoblô sus energias contra los desobedientes y recalcitrantes. Ratified la bula Quasi lignum vitae con todas sus ordenaciones, excomulgo nominatim a los maestros disidentes de la nueva sociedad académica, prohibiô concéder gra­ dos universitarios a cuantos recusasen obedecer sus mandatos y dispenso a todos, maestros y estudiantes, de pagar la cuota que les fue impuesta por los rebeldes para sufragar los gastos de su 63 causa . Viendo el cariz violento que iban tornando los sucesos, cuatro arzobispos franceses, el de Bour­ ges, el de Reims, el de Sens y el de Rouen, tomaron la iniciativa de buscar un compromiso entre los maestros seculares y los dominicos. Después « Cf. P. Glorieux, Le “Contra impugnantes” de S. Tho­ mas. Les sources. Son plan: Mélanges Mandonnet, t.l p.51-8 (Paris 1930). 43 DeNIFLE, O.C., p.304.319-326. Nonibrado bachiller en el E. G. de Santiago de varias conferendas, el prior del convento de Santiago, deseoso de paz y tranquilidad, aceptô las condiciones siguientes (1 de marzo de 1256): l.a, los dominicos conservaran sus dos câtedras, sin poderlas aumentar jamas; 2.a, sus profesores, maestros o bachilleres, no formaran parte del claustro universitario, a no set que los maestros seculares los reciban y reconozcan espontâneamente como tales; 3.a, todos sus estudiantes, ex­ cepto los de su propia Orden, seran recibidos en el gremio universitario como los de los otros maestros v facultades; 4.a, los religiosos renuncian a toda querella que pudieran haber formulado contra los seculares y procuraran, por su parte, intercéder ante el Papa para que se les condonen las penas en que pudiesen haber incurrido; éstos, a su vez, se comprometen a no molestar mas a los religiosos en el ejercicio de sus cargos académicos y de sus ministerios apostôlicos 64. Pero sabedor el Papa de semejante transaccion, se apresurô a declararla nula en cartas al arzobispo de Paris (17 de junio de 1256) y al prior y reli­ giosos del convento de Santiago (1 de julio), exigiendo de todos el cumplimiento exacto de lo ordenado en sus anteriores bulas y letras apostolicas, sin distingos ni tergiversaciones 65. Al poco tiempo, la comision de cardenales dio nor concluso el examen del libelo de Guillermo de Saint-Amour. Todos convinieron en que era una obra reprobable y vitanda en todos sus aspectos. Alejandro IV lo condenô «como inicuo, criminal, execrable, y a las instituciones y documentos que contiene como malignos, falsos e impios», man­ dando recogerlo y quemarlo en el termino de ocho dias 66; y como su autor no se sometiera al fallo, sino que mas bien continuaba en su rebeldia contra " « 44 Ibid., o.c., p.304-305. ibid., p.307.327. Ibid., p.331-334.337-338. v Z/7 < Sec.I. 38 Sintesis biografica de Santo Tornas las ordenaciones pontificias en el pleito de la Universidad, el Papa lo privô de todos sus beneficios y dignidades y mandô al rey que lo encarcelase y desterrase de Paris 67. Sus complices Cristiano de Beauvais, Odon de Douai y Nicolas de Barre, que también fueron castigados con las mismas penas, se sometieron y acabaron por ser muy devotos de los dominicos ; solo Guillermo continuô impénitente en su tierra natal hasta el fin de sus dias, sin césar de intrigar desde alli en la Universidad, como veremos mas adelante. 11. Maestro y regente de la câtedra de extranjeros (1256-1259) Cumplidas tan brillantemente las obligaciones de profesor durante sus cuatro anos de bachillerato biblico y sentenciario, y manifestada su com­ petenda teolôgica excepcional por sus comentarios sobre el maestro de las Sententias, era de rigor que se le presentase inmediatamente a la licenciatura y se le otorgase sin mas informes ni dilaciones 69 el grado de maestro in Sacra Pagina. Pero la efervescencia de los seculares contra los dominicos y la corta edad dei candidato, que no contaba mas que treinta y un anos, mientras que los estatutos exigian treinta y cinco para ser promovido al magisterio70, hacian temer una ruda oposiciôn. Consciente de ello, el Papa tomo la iniciativa (enero de 1256), ordenando al canciller de la Uni­ versidad Aimerico de Veire que le expidiese la Licentia docendi. Mas antes de recibir la orden » 4® 4’ 70 Ibid., p.319-324. Ibid., p.364-367. Deniflk. o.c., p.137. Ibid. Regente de la câtedra de extranjeros 39 dei Pontifice, y sabedor probablemente de sus intenciones, ya se la habia concedido el canciller (febrero de 1256). Sabido es que ese titulo conferia el derecho de ensenar pùblicamente, de predicar y de ejercer actos magistrales, como presidir actos escolasticos y disputas solemnes y determinar o dirimir las cuestiones. Alejandro se apresurô a dar las gracias al canciller (3 de marzo), encargandole al mismo tiempo que mandase a fray Tomâs comenzar inmediatamente sus lecciones magistrales 71. Aimerico traslado esta orden al prior de San­ tiago, quien se la comunicô al interesado, diciéndole que se preparase a recibir el magisterio in Sacra Pagina. Para ello debia el licenciado jurar los estatutos de la Facultad y tener una leccion inaugural solemne, llamada Principium, a la que asistia todo el claustro de profesores. El se excusô ante su superior, alegando humildemente su insuficiencia teolôgica y doliéndose de ser ocasiôn de revueltas. Pero doblegô su voluntad ante el man­ dato del prior, y comenzô a préparât su leccion inaugural. No sabiendo que tema escoger, acudiô a la oraciôn ante el altar del Santisimo Sacramento y, postrado de hinojos, rogo al Senor que se dignase infundirle ciencia y gracia para bien comenzar y para cumplir exactamente el oficio de maestro, reci­ tando, entre otras oraciones, el salmo 11, que comienza con estas palabras: «Salvame, Senor, porque no hay santo, porque ha disminuido la verdad entre los hijos de los hombres». Y se le apareciô un anciano, vestido de dominico, que le dijo tomase el texto del siguiente salmo 103,13: «De tus moradas mandas las aguas sobre los montes, y del fruto de tus obras se sacia la tierra» 72. En Paris Ibid., p.307. 72 Tocco, Vita..., c.16, en Fontes p.85: Gerardo de Frachet, O. P., Vitae fratrum Ord. Praed., c.24 ξ 8: ed. B. Rei71 11 IL 40 Sec.L Sintesis biogrâfica de Santo Tomâs se decia comûnmente que aquel anciano era el mismo Santo Domingo de Guzman, y Tomas escogiô como tema de su lecciôn el referido texto 73. Esta tuvo lugar después de Pascua de Resurrecciôn, hacia mediados de abril, en medio de la agitaciôn de estudiantes y maestros seculares, que emplearon los medios mas indignos, hasta la coaccion tisica, para impedir la asistencia a ella: «oponiéndose inicuamente a los que quisieron asistir al acto inicial del amado hijo fray Tomas de Aqui­ no» 74. El Papa protestô formal y enérgicamente de semejante atropello en sus letras de 17 de junto al arzobispo de Paris 75. Pero los seculares se resistian a admitirlo como maestro en el gremio de la facultad, lo mismo que a San Buenaventura, que habia sido promovido desde 1253; y fue necesaria una orden terminante dei Pontifice, expedida el 23 de octubre de 1256, por la que se mandô recibir en su seno, con la plenitud de todos sus honores y derechos, a fray Tomas de Aquino y a fray Buenaventura de Bagnorea: «Que... especial y nominalmente recibiesen a los doctores en teologia fray Tomas de Aquino, de la Orden de Predicadores, y a fray Buenaventu­ ra de Bagnorea, de la Orden de los Menores, desde entonces y a todos los efectos, en la comunidad universitaria de Paris, y que a dichos doc­ tores los recibiesen como maestros» 76. Obedecieron a la fuerza, pues el acto de admisiôn no se verificô hasta el 15 de agosto del ano siguiente (1257), en el convento de los franciscanos, por el maestro Cristiano de Verdun, en presencia de un delegado del arzobispo parisiense Ki p.216 (Roma 1896). Puede verse el texto de este dis­ curso inaugural entre los opûsculos de Santo Tomâs, ed. Mandonnet, t.4 p.491-496. 73Deposlclôn de fray Pedro de Capotto, O. P., en el Proceso napolitano de canonizaciôn n.92, Fontes p.398-399. 7* Denifle, o.c., t.l p.321. 75 Ibid., p.319-323. 74 Ibid., p.339. chert, * or 4' Regente de la câtedra de extranjeros 41 Reginaldo Mignon77. La provincia romana, a la que pertenecia fray Tomas, recibiô con grandes muestras de regocijo la promocion de su hijo mas ilustre 78. Sin embargo, lo mismo que San Buenaventura habia actuado realmente como maestro desde oc­ tobre de 1253, asi también Santo Tomas comenzô a tener, ademas de sus lecciones ordinarias, dispu­ tas solemnes desde que pronunciô su Principium. Pues de esta fecha son la cuestiôn disputada De sensibus Sacrae Scripturae (abril o mayo de 1256) y la De opere manuali religiosorum (entre mayo y julio del mismo ano), en la que trata uno de los puntos mas controvertidos entre los seculares y mendicantes; ademas de una cuestiôn de Quolibet acerca del entendimiento creado, que data del mes de diciembre, reunidas todas ellas en el Quodlibeto V11· Très aiïos durô su regencia parisiense (12561259), teniendo a sus ordenes como bachiller a Anibaldo degli Anibaldi, que después fue cardenal, y a quien Tomas dedicara su Glossa continua o Catena aurea sobre el evangelic de San Marcos. Jamas se conociô identidad mayor entre maestro y bachiller. Anibaldo explicaba las Sententias, de Pedro Lombardo, sirviéndose de los comentarios de su maestro. Fruto de su labor fue un resumen muy bien hecho de los comentarios de Santo To­ mas, a quien falsamente se atribuyeron durante varios siglos 7\ Las aulas apenas bastaban para contener el nùmero de sus oyentes. El curso duraba diez meses, Ibid., p.366. 78 Tomâs Masetti, O. P., Monumenta et antiquitates veteris disciplinae Ordinis Praedicatorum ab a. 1216 ad a. 1343, praesertim in Romana Provincia t.l p.224 (Roma 1864). 7’ P. Glorieux, Répertoire des Maîtres en Théologie de Paris du XHIe siècle t.l p.117 (Paris 1933); M. Grabmann, Die italianische thomistenschule des XIII und beginnenden XIV Jahrhunderts, en Mittelalterliches Geistesleben p.347-348 (München 1926). 77 42 Sec.l. Sin tests biografica de Santo Tornas desde septiembre hasta San Pedro, con cuarenta y dos semanas de lecciones efectivas. El maestro tenia su clase a primera hora de la manana, entre prima y tercia, sucediéndole el bachiller sentenciario entre tercia y sexta. El libro de texto era la Biblia. Su actividad cientifica fue prodigiosa. Publicô sus comentarios sobre Isaias, cuyo autôgrafo se conserva en la Biblioteca Vaticana, y explicô el evangelio segùn San Mateo, que nos ha sido transmitido en las notas o reportaciones de sus discipu­ los Pedro de Andria y Ligier de Besançon80. Escribiô también magnificos comentarios a los opùsculos De Trinitate y De Hebdomadibus, de Boecio, habiendo llegado hasta nosotros el autôgrafo del primero. Disputo ademas y redactô veintinueve cuestiones De veritate y comenzô la Summa contra Gentiles, terminando su primer libro. Por otra parte, el rey San Luis le consultaba siempre sobre los negocios mas graves de gobierno81; y, cuando debia celebrar consejo, ténia costumbre de informar la vispera a fray Tomâs, rogandole se sirviese darle su parecer a primera hora dei dia siguiente. El santo cumplia fiel y escrupulosamente esos encargos. Afiadanse sus frecuentes predicaciones. Por cierto que, predicando el domingo de Ramos (6 de abril de 1259) en la iglesia dei convento de Santiago, ocurriô una escena desagradable, provocada por los partidarios de Guillermo de SaintAmour. A pesar de la condenacién de su Tractatus brevis de periculis novissimorum temporum, lo volvieron a editar y divulgaron su contenido en francés de mil maneras, en prosa y en verso, acompanândolo de canciones indecentes. Pues bien, durante el sermon, un tai Guillot, bedel de la naM. Grabmann, Die Werke des hl. Thomas von Aquin p.251-253 (Münster In Westfalen 1931). si Tocco, Vita... c.35, en Fontes p.109. Regresa a Italia y ense fia en la corte pontificia 43 ciôn de Picardia, se levanta y comienza a leer en alta voz delante del pùlpito uno de aquellos libelos infames. El santo se para y escucha en silencio toda aquella sarta de improperios. Cuando el bedel hubo terminado de leer su papel, prosiguiô su dis­ curso como si no hubiese ocurrido nada. Pero Alejandro IV no pudo tolerar aquella insolencia desvergonzada y dio orden al obispo de Paris (26 de junto) de excomulgar a dicbo bedel en presencia de toda la Universidad, de privarlo para siempre de todo oficio y beneficio universitario y expulsarlo de Paris 82. El primero de julio de este mismo ano se encontraba en el capitulo general de Valenciennes, en calidad de definidor por la provincia romana. Alli forrno parte de una comision de cinco miembros designados por el capitulo para redactar la Ratio studiorum que debia régir en todas las Casas de Estudio de la Orden; los otros cuatro, todos ellos maestros de Paris, eran Bonhome de Bretana, Flo­ rencio de Hesdin, San Alberto Magno y Pedro de Tarantasia. Las huellas de San Alberto y de Santo Tomas sobre la necesidad de la cultura filosôfica en el programa de estudios de la Orden se notan visiblemente 12. Regresa a Italia y ensena en el Estudio General de Ia corte pontificia (1259-1268) Al abandonar Paris durante las vacaciones de verano para regresar a su patria, dejô como sucesor inmediato de su catedra al ingles Guillermo de Antona (1259-1260), y a este sucediô en el bienio siguiente (1261-1262) el amigo y compatriota de Tomâs, Anibaldo degli Anibaldi, que fue creado cardenal en 1262 por Urbano IV. 82 θ3 Denitle, Chartularium... t.l p.391. Ibid., p.385-386. r 44 Sec.l. Sin tes is biogrâfica de Santo Tomâs Nueve anos permaneciô en Italia (1259-1268), los mas fecundos de su vida. Al llegar a su pro­ vincia le hicieron predicador general en el capitulo de Napoles (29 de septembre de 1260). Este titu­ lo le daba derecho a asistir como vocal a los ca­ pitules provinciales, y con este motivo tuvo ocasiôn de pasar algùn tiempo en diversas ciudades, como Orvieto (1261), Perusa (1262), Roma (1263), Viterbo (1264), Anagni (1265), Todi (1266), Lucca (1267) y otra vez Viterbo (1268), en donde se celebraron dichos capitules. Estuvo también en el capitulo general de Bolonia (1267), asistiendo a la traslaciôn del cuerpo de Santo Domingo a la capilla en la que desde enfon­ ces reposa. Fue entonces, probablemente, cuando dio un memorable ejemplo de humildad. Ténia costumbre de pasear solo por el claustro del con­ vento, absorto en profundas meditaciones. Un re­ ligioso de otro convento, que no le conocia personalmente, tuvo necesidad de salir a la ciudad para arreglar ciertos asuntos. Segùn las constituciones, debia hacerlo acompaôado de otro religioso senalado por el prior. Este le concediô el permise, diciéndole que saliese acompahado del primer re­ ligioso que encontrase por el claustro. Apenas salido de la celda prioral, topo con el fraile deam­ bulante y le dijo: Hermano, el padre prior ha dicho que vengais conmigo. Inclinô la cabeza y le siguiô. Pero aquel religioso tenia prisa e iba por las calles a pasos acelerados. Tomas, grueso y cor­ pulento, no le podia seguir, y era objeto de sus frecuentes reconvenciones, que el santo soportaba en silencio y humildemente. Hasta que llegaron a pasar junto a algunas personas que le conocian personalmente, las cuales, sospechando lo ocurrido, dijeron al azaroso fraile que su compafiero era nada menos que el maestro fray Tomas de Aquino. Entonces él se excuso como pudo, lamentando su Regresa a Italia y en sena en la corte pontificia 45 equivocation, mientras que aquellas personas mostraban su admiration por tan hermoso ejemplo de Pero en donde principalmente residiô fue en Anagni (1259-1261), en Orvieto (1262-1265), en Roma (1265-1267) y en Viterbo (1267-1268), es decir, en donde sucesivamente residia la corte pon­ tificia, a la que acompanaba fray Tomâs como profesor de su Estudio General y como teôlogoconsultor del Papa. Ese Estudio General habia sido fundado en 1245 por Inocencio IV, y comprendia las Facultades de Teologia y de Derecho Canonico y Civil, a las que se anadieron mas tarde las de Filosofia y Medicina. Universidad ambu­ lante, como la misma corte pontificia y distinta de la Universidad de Roma, fundada en 1303 por Bonifacio VIII85 En Anagni y en Orvieto comenzô a exponer las epistolas de San Pablo, escribiendo sus comentarios sobre la epistola a los Romanos y sobre los diez primeros capitules de la primera epistola a los Corintios, al mismo tiempo que terminaba la Suma contra Gentiles y publicaba su comentario sobre el libro De divinis nominibus, del pseudoDionisio Areopagita. A instancias de Urbano IV emprendiô otra obra, es decir, una Glosa continua super quatuor Euangelia, conocida vulgarmente con el nombre de Catena aurea, en donde recoge y coordina las exposiciones de los Padres sobre los evangelios. Dedico a Urbano W la exposition sobre San Mateo; y, a la muette de este en 1264, dedicô la restante sobre los otros très evangelios a su amigo el cardenal Anibaldo degli Anibaldi. A petition del mismo pontifice, fray Tomas examinô un Libellus de fide Sanctae Lrinitatis εχ Tocco, Vita... c.25, en Fontes p.98. 65 H. Denifle, O. P.. Die Entstcbung der Univ ersitiit en des Mittelalters p.301-311 (Berlin 1885). 46 Sec.I. Sintesis biogrâfica de Santo Tornas que fue presentado al Papa por Nicolas de Durazzo, obispo de Cotrone, en Calabria, griego de origen, aunque educado en la Iglesia latina. Era una colecciôn de autoridades mas o menos auténticas de los Padres griegos sobre el misterio de la Santisima Trinidad. El resultado de su examen lo consigno en el opùsculo Contra errores graecorum, que dedico al referido pontifice. Encargôle también la composiciôn de un oficio para la fiesta del Corpus Christi, que acababa de establecer, y el santo escribiô la obra maestra que conocemos (1264). Tuvo ademâs en aquella solemnidad un encendido sermon delante del Papa y de los cardenales w. De todas partes le llegaban consultas y peticiones. El arzobispo dominico de Antioquia Cristiano Elias le enviô al cantor de su Iglesia, que deseaba resolver una multitud de dificultades teologicas suscitadas por los sarracenos, los griegos y los armenios. El santo las condensô y resolviô en su opùsculo De rationibus fidei contra saracenos, graecos et armenos, ad Cantorem Antiochenum. El general de la Orden, Juan de Vercelli, le remitiô 108 proposiciones extraidas del comentario de Pedro de Tarantasia a las Sentencias, de Lom­ bardo, y denunciadas por un anônimo como falsas o malsonantes, con el encargo de darle su parecer por escrito. Tomas las examinô y censurô una por una, mostrandose casi siempre favorable al acusado, en su opusculo Declaratio centum et octo dubiorum ex commentario fratris Petri de Taran­ tasia in Sententias, ad Magistrum Generalem. AI arzobispo de Palermo, Leonardo dei Conti, que le pidiô un resumen teolôgico sobre los articu­ los de la fe y los sacramentos de la Iglesia, le en­ viô el opusculo De articulis fidei et Ecclesiae sacraSe encuentra entre los opûqculoe del Santo edltados por el P. Mandonnet, t.4 p.476-480. Regresa a Italia y ensena en la cortc pontificia 47 mentis. A Santiago de Viterbo, lector de Venecia, que le habia consultado sobre cuatro casos de con­ cienda, le contestô con su breve escrito De emptio­ ne et venditione. Al arcediano de Todi, que deseaba una buena exposiciôn sobre las constituciones dogmaticas Firmiter y Damnamus, del concilio IV de Letran, le dedico sendos comentarios: In De­ cretalem Primam expositio, ad Archidiaconum Tudertinum; In Decretalem Secundam expositio, ad eundem. Al rey de Chipre, Hugo II, que le consul­ to sobre el modo de cumplir exactamente con su oficio destinaba su De regimine Principum o de Rege et Regno; pero no pasô del libro II, capitu­ lo 4, siendo lo restante de su discipulo Tolomeo dei Fiadoni. Y a la duquesa de Flandes, Margarita, hija de San Luis de Francia, que le pidiô consejo sobre el modo de tratar a los judios de su condado, le contestô con su De regimine iudaeorum ad Ducissam Brabantiae. Al morir Urbano IV, su provincia le encomendô establecer un Estudio General, dandole plenos po­ deres para elegir y reclutar profesores y estudian­ tes. Tomas opté por el convento de Santa Sabina, de Roma, en donde enseûô durante un par de anos (1265-1267) y predicô en varias basilicas. Fueron particularmente notables los sermones que predicô en Santa Maria la Mayor durante una semana San­ ta. Conmoviô al pueblo hasta las làgrimas cuando hablaba de la pasiôn de Cristo; y el dia de Pascua lo moviô basta los mayores transportes de alegria, asociandolo al incontenible gozo de la Santisima Virgen por la resurrecciôn de su Hijo. Una de las devotas oyentes, que padecia desde largo tiempo de leucorrea y no habia encontrado alivio en la medicina, concibiô tanta veneraciôn por el predicador, que creyô sanaria con solo tocar el extremo k 48 Sec.I. Sintesis biografica de Santo Tomas de su capa. Asi lo hizo al descender fray Tomas del pùlpito, y quedô repentinamente sana 87. En 1265 fue invitado a pasar las Navidades consigo por el cardenal Ricardo degli Anibaldi, tio del cardenal Anibaldo degli Anibaldi de que hemos hablado anteriormente. Residia en el castillo de Molaria, al oeste de Frascati. El cardenal habia in­ vitado también a otros huéspedes ilustres, entre los que se encontraban dos judios muy doctos y ricos. Al hacer su presentation, el cardenal Ricardo rogô a Tomas que dirigiese a dichos judios algunas buenas y santas palabras, como él solo sabla decirlas. Aceptô gustoso, y, para hacerlo con mas libertad, se fue con ellos a una capilia. Entablando el dialogo, les iba resolviendo plenamente todas las dificultades que se les ofrecieron sobre la divinidad de Tesucristo. Tomas anadiô: «Pensadlo bien todo, y maüana continuaremos nuestra conversation». Hiciéronlo asi, y al dia siguiente, que era la vispera de Navidad, despues de un breve coloquio, se ovo la voz de nuestro santo y de su companero fray Reginaldo de Priverno, que cantaban el Te T)eum. Acudiô el cardenal con todos sus capellanes y fa­ miliares, y todos juntos terminaron el cantico. Los judios habian abrazado la fe de Cristo. El cardenal los bautizô, y el dia de Navidad celebraron todos su conversion con una comida de gala88. En Santa Sabina comenzo Tomas a explicar por segunda vez las Sentencias, de Lombardo, y hasta redacto un nuevo comentario sobre el primer libro de las mismas. Pero en seguida se dio cuenta de que aquella obra adolecia de no pocos defectos pedagogicos, como falta de orden, repetitiones inùtiles y lagunas considerables. Inutilizô, pues, su se- ’■*· eC "· 8? Deposlclon de fray Leonardo de Gaeta en el Proceso napolitano de canonizaciôn n.75, en Fontes p.369; Tocco. Vita... c.53, en Fontes p.126-127. eo Deposicion de Bartolomé de Capua en el Proceso na­ politano de canonizaciôn n.86, en Fontes p.389-391; Tocco. Vita... c.42, en Fontes p.96-97. ■ « Regresa a Italia y ensena en la corte pontificia I 49 gundo comentario y concibiô la idea de componer otra obra que evitase todos aquellos inconvenientes y sirviese de libro de texto para sus discipulos. Era la Sum a Teologica, cuya primera parte redacto alii mismo, integrando en ella los materiales del citado comentario. Al mismo tiempo, ademas de sus lecciones ordi­ narias, tuvo sus cuestiones disputadas y de Quoli­ bet, a estilo parisiense. A este periodo pertenecen las diez cuestiones De potentia y cinco cuestiones de Quolibet (Quodlib. VII-XI). En Roma, por fin, compuso su Catena aurea sobre los evangelios de San Marcos y de San Lucas. Luego fue reclamada su presencia en Viterbo, en donde residia a la sazôn la corte papal de Cle­ mente IV (1267-1268). En esta ciudad continuo sus cursos, disputas y predicaciones. Por mandato dei Papa dirigiô la palabra al pueblo viterbiense. Prosiguiô sus cuestiones disputadas De spirituali­ bus creaturis89 y comenzô a escribir la segunda parte de la Suma Teologica. Entre Roma y Viterbo parece que disputô también y publicô sus cuestio­ nes disputadas De anima, De virtutibus in com­ muni, De caritat e y De Verbo Incarnato. Tomâs llevô a cabo todos estos trabajos gracias a su laboriosidad incansable y a la ayuda que le prestaba su fiel amigo y companero fray Reginaldo de Priverno, que los superiores habian puesto a su disposition desde su regreso a Italia. También San Alberto tuvo a su servitio a Godofredo de Duisburg, que le ayudaba como amanuense. Ambos santos se hallaron juntos en la corte papal de Orvieto entre la primavera de 1261 y la de 1263. San Alberto habia acudido a Orvieto para conseguir de Urbano IV ser exonerado de su obispado de Ratisbona. El Papa gustaba de colo8’ P. Mandonnet, O. P., Chronologie des Questions dis­ putées de S. Thomas d’Aquin: Revue Thomiste 23 (1918) 366-371; M. Grabmann, Die Werke... p.344. -’.J 7 · * · Mr rf III & G ■' 50 Sec.I. Sintesis biografica de Santo Tomâs quios filosôficos, y es seguro que los très conversaron juntos mas de una vez sobre cuestiones de filosofia. En particular trataron de la necesidad de encauzar los estudios filosôficos, corrigiendo y de­ purando a Aristoteles, para que su filosofia pudiera servir eficazmente a la teologia. La comisiôn de très teôlogos parisienses nombrada a este proposito per Gregorio IX en 1231 no habia hecho nada positivo 5Û. Por eso, el Papa, de acuerdo con San Alberto Magno, encomendô este oficio a Santo Tomas, al mismo tiempo que reorganizaba la Facultad de Filosofia en el Estudio General de la curia. — . La ocasiôn era propicia, pues en la misma corte residia el dominico Guillermo de Moerbeke, gran helenista, que era penitenciario y capellan del Papa. Fray Tomâs, por consiguiente, le suplicô que hiciese una nueva traduction de Aristoteles, lo mas fiel y exacta posible, para poder limpiar su filoso­ fia de todas las adherencias extranas que habia contraido a través de los siglos y hacerla apta para el servitio de la verdad revelada, pues él no poseia mas que un conocimiento imperfecto de la lengua griega91. Guillermo puso manos a la obra con verdadero éxito, y Tomâs comenzô a exponer las principales obras del Filésofo, particularmente aquellas de que mas se abusaba y cuyo uso académico estaba, por lo mismo, prohibido, como los tres libros De anima, los De sensu et sensato y De memoria et reminiscentia, los ocho de Fisica general y doce de Metafisica, cuyos comentarios, 90 Denifle, Chartularium... t.l p.138; A. Masnovo, Da Guglielmo d’Auvergne a S. Tommaso d’Aquino t.l p.31-37 (Milano 1930); M. Grabmann, I divieti ecclesiastici di Aris­ totele, sotto Innocenzo III e Gregorio IX: Miscellanea His­ toriae Pontificiae, vol.5 collect, n.7 p.95-101 (Roma 1941). 91 S. Merkle, Antonio Uccelli und Thomas contra erro­ res Graecorum: Romlsche Quartalschrlft 35 (1927 ) 202-239, particularmente p.223-224. #.**£*$ 51 I comenzados en Viterbo, fueron terminados en Paris 92. » Segundo profesorado en Paris 13. I I Segundo profesorado en Paris (1269-1272) Porque, en efecto, en noviembre de 1268, el general, Juan de Vercelli, lo enviô a Paris, con el encargo de regentar por segunda vez la câtedra de teologia para extranjeros. Caso raro en las costumbres académicas de aquel tiempo, segùn las cuales un profesor no solia ensenar mas que una sola vez en Paris. Hubo, sin embargo, algunas excepciones, como en Pedro de Tarantasia y Guillermo de Antona, que ensefiaron dos veces. Pero el general debiô de tener razones especiales y poderosas para sacar de la corte pontificia a un maestro tan eminente como nuestro santo, ya comenzado el curso en Viterbo y en Paris. El motivo fue doble. Por una parte, la recrudescencia de la guerra de los maestros seculares contra los mendi­ cantes, excitados desde su destierro por Guillermo de Saint-Amour y capitaneados por sus partidarios Gerardo de Abbeville y Nicolas de Lisieux. Por otro lado, las malsanas doctrinas de los llamados averroistas, Siger de Brabant y Boecio de Dacia. Ambas Facultades, la de Artes (Filosofia) y la de Teologia, estaban en plena efervescencia. El titular de la catedra de extranjeros Gilberto van Eyden, flamenco, no era de altura suficiente para hacer frente a la situation. Se necesitaba un hombre de gran prestigio y de cualidades excepcionales. Juan de Vercelli pensô, desde luego, en Alberto Magno, autoridad maxima de su tiempo y el de mayor prestigio en la Universidad de Paris, en donde habia ensenado hacia veinte anos con éxito ” M. Grabmann, Die Werke... p.260-268; Die Aristoteles kommentare des hl. Thomas von Aquin, en Mittelalterlich.es Geistesleben p.266-314; Guglielmo di Moerbeke, O. P., il traduttore delle opere di Aristotele: Miscellanea Historiae Pontificiae, vol.11 collet, n.20 (Roma 1946). r/ .· Sec.I. Sintesis biografica de Santo Tomas extraordinario (1240-1248). Pero Alberto se excu­ so, y es muy probable que presentase otra vez al general la candidatura de su querido discipulo Tomas para la catedra parisiense. De hecho, el ge­ neral se dirigiô a él, y este se puso inmediatamente en viaje para su nuevo destino. Era, en verdad, el de mejores condiciones para afrontar la situaciôn: conocia los manejos de los seculares, por haber vi­ vido en Paris durante la anterior revuelta y haber tornado parte muy activa en la refutaciôn de Gui­ llermo de Saint-Amour; poseia un temperamento calmoso y enérgico al mismo tiempo, que le hacian sumamente apto para sostener la lucha con las ma­ ximas garantias de éxito; su talento superior y su prestigio eran indiscutibles en la Universidad. Acompanado, pues, de fray Reginaldo y del estudiante frav Nicolas Brunacci, abandonô Viterbo a mediados de noviembre de 1268. Paso por Bolonia, en donde predicô el 2 de diciembre (primera do­ minica de Adviento), y por Milan, en donde también dirigiô la palabra a los fieles el 16 del mismo mes (tercera dominica de Adviento), y visitô el sepulcro de San Pedro de Verona en la Iglesia de San Eustorgio Luego, por Vercelli y Aosta, atravesando los Alpes, se dirigiô hacia Paris, adonde llegô a mediados de enero 1269. No tardô en medir sus armas con los partidarios de Guillermo de Saint-Amour, llamados gerardinos, por ser entonces Gerardo de Abbeville el que habia asumido la jcfatura de los enemigos de las ôrdenes mendicantes. La lucha era encarnizada: en la catedra, en el pùlpito, en opùsculos y publicaciones se combatia sin tregua a los frailes. Gerardo publico entre julio y septiembre de 93 P. Mandonnet, O. P., Saint Thomas d'Aquin lecteur ά la Curie Romaine, en Xenia Thomlstlca t.3 p.26-31 (Ro­ ma 1925); Tomâs Kaeppeli, O. P., Una racolta di prediche attribuite a S. Tommaso d'Aquino: Archivum Patrum Praedicatorum 13 (1943) 59-94. Segundo profesorado en Paris 53 1269 un escrito Contra adversarium perfectionis christianae et praelatorum et facultatum Ecclesiae, al que contestaron sin demora Santo Tomas y San Buenaventura: aquél, con su tratado De perfeetione vitae spiritualis (primera redaction, noviembre de 1269; segunda, enero de 1270); este, con su Apologia pauperum contra insipientem (primeros meses de 1270). Poco después entrô en liza el amigo de Gerardo, Nicolas de Lisieux (abril-julio de 1270), impug­ nando a fray Tomas con su disertaciôn De perfec­ tione et excellentia status clericorum, dedicada a Guillermo, y redactando un elenco de 23 errores que creyô haber encontrado en su adversario. To­ mas le replied al momento en su opùsculo Contra pestiferam doctrinam retrahentium homines a re­ ligionis ingressu (octubre de 1270), y tuvo que emplear también la càtedra y el pùlpito para combatir a sus adversarios, como lo prueban sus sermones de Adviento (1 de diciembre de 1270) y de Sexagésima (1 de febrero de 1271), y su Ouodlib. IV, articulos 23-24, De ingressu puerorum in religio­ nem (marzo de 1271). Ademas, en otros cuodlibetos de esta época se encuentran disputas y alusiones sobre estas controversias, por ejemplo: Quod­ lib. I (marzo de 1269), Quodlib. III (abril de 1270), Quodlib. XII (diciembre de 1270), Quod­ lib. IV (marzo de 1271), Ouodlib. V (diciembre de 1271). Por su parte, Gerardo replico a San Buenaven­ tura con su Liber apologeticus auctoris et libri editi «Contra adversarium», al que contestô, en lugar del Doctor Serafico, Juan Peckham con su Eractatus pauperis contra insipientem (febrero-julio de 1270) y su cuestiôn disputada De paupertate (noviembre de 1270). Pero Nicolas no se dio por vencido, y en febrero de 1271 contestô a ambos con un escrito, »· ; ** · - · · · Λ % 1 54 m Sec.l. Sîntesis biogrâfica de Santo Tomas Contra Peckham et Thomam. La lucha duro enconadisima hasta la muerte de Gerardo, acaecida en 8 de noviembre de 1272, y continuo después hasta el segundo concilio de Lyon (1274), en que se reconociô solemnemente la grande utilidad de los frailes mendicantes. La batalla estaba ganada definitivamente ’4. 'M VJ- I y. Γ, : '41 WJ* > ’C· J 2' *» . , -A P* - . · 7 · % Mas en orras cuestiones doctrinales estaban unidos los franciscanos y los seculares contra la escuela dominicana, representada por San Alberto Magno y por Santo Tomàs. Negaba este la pluralidad de formas substanciales en el hombre, la composiciôn hilemôrfica en el aima y en los angeles y la demostrabilidad racional de la creaciôn del mundo en el tiempo, por no envoiver contradic­ tion la creation del mundo ab aeterno. Aquéllos se lanzaron unidos contra Tornas en una disputa cuodlibética de marzo de 1270. Juan Peckham sobre todo, regente de la catedra franciscana, se excediô en palabras: «lo exasperô con palabras ampulosas y orgullosas» *95. Le pusieron las très cuestiones, tratando de hacerle ver que su doctrina iba contra la fe. Si en el hombre no hay mas que una forma substantial, que es el aima racional, el cuerpo muerto no es esencialmente el mismo que el cuerpo vivo, y, por tanto, el cuerpo de Cristo en el sepulcro no seria esencialmente el mismo cuerpo que fue crucificado en el Calvario; ’* Denifle, Chartularium... t.l p.390-396.459-499; P. Glo­ rieux. Rèpertoir des Maîtres t.l p.343-348.354-360; M. Biekbaum, Bettclorden und Weltgeitslichkeit an der Universi­ ty. Paris p.31-168.273-242 (Münster In Weslfalen 1920). 95 Bartolomé de Capua, en el Proceso napolitano de canonizaciôn n.77, en Fontes p.374; M. Jacquin, O.P., ha des­ erito la escena con vlvos colores Un exercice scolaire au moyen âge, en A travers l’histoire de France p.67-84, Paris 1925). Segundo projesorado en Paris I ni podriamos adorar las reliquias de los santos, por ser esencialmente distintas de sus cuerpos vivos 96. JDe igual modo, si el alma y el angel no estan compuestos de materia y forma, no se distinguirian de Dios, porque serian tan simples y puros como El97. Y si no es demostrable que el mundo no puede ser eterno, no hay manera de probar la creation, ni la distinciôn entre el mundo y Dios 98. Tomas resolviô satisfactoriamente todas las dificultades, sin alteration alguna, con gran calma y humildad, como reconodo el mismo Peckhan 99. Mas no logrô acallar los animos respecto del tercet punto «si se puede probar demostrativamente que el mundo no sea eterno». Antes bien, comenzaron a criticarlo con mas vehementia que antes y a mur­ murar pùblicamente contra semejante doctrina. El les replicô vigorosamente en su opùsculo De aeter­ nitate mundi contra murmurantes. Se le achacaba a fray Tomas su demasiado apego a la doctrina de Aristoteles, el uso de cuyos libros habia sido repetidamente prohibido por la Santa Sede hasta que fuesen corregidos. En la Facultad de Artes de la misma Universidad de Paris se hacia caso omiso de esa prohibition y se ensenaban doctrinas malsanas a nombre de Aristoteles, entre ellas la unidad numérica del entendimiento de todos los hombres en un solo entendimiento agente separado: especie de panteismo psicolôgico, que destruia por su base la moralidad y la inmortalidad personal. Fray Gil de Lessines, que fue por algùn tiempo discipulo de Tomas en Paris, consulto sobre el caso a Alberto Magno en la primavera de 1270, pidiéndole su parecer sobre quince propositiones 96 97 98 Santo Tomâs, Quodhb. 3 a.4. Ibid., a.20. Ibid., a.31. Denifle. Ch-artulaTiurrL... t.l p.624-627 56 Sec.I. Sintesis biogrâfica de Santo Tomâs que se ensenaban en las orillas del Sena. Fray Al­ berto le contestô en su opùsculo De quindecim problematibus que todas ellas, menos dos, eran heterodoxas. Las dos proposiciones exentas eran, efectivamente, ensenadas por fray Tomas y por el mismo Alberto; las demas no eran realmente de Aristoteles, sino de sus comentaristas arabes, particularmente de Averroes o creidas taies, y las defendia con brillantez desde 1266 el canônigo de Lieja Siger de Brabant, profesor en la Universidad de Paris. Fray Tomâs impugnô ex profeso la mas fundamental en su tratado De unitate intellectus contra averroistas, escrito por el otono del mismo aüo. Poco después, el 10 de diciembre de 1270, el obispo de Paris, Esteban Tempier condenaba aquellas trece proposiciones, quedando a salvo las de fray Tomâs. La critica de nuestro santo produjo su efecto sobre el entendimiento de Siger, que la tiene en cuenta en su obra posterior, De anima intellectiva, mostrândose respetuoso con la doctri­ na revelada y corrigiendo en gran parte sus ante­ riores excesos. Su estima y admiration por Alberto y Tomâs se déjà traslucir en su célébré frase praecipui viri in philosophia Albertus et Thomas 10°. Entre tanto fray Tomâs seguia dando sus lec­ tiones ordinarias y solemnes y publicando sus obras. Fruto de su curso ordinario fueron sus comentarios al libro de Job y al evangelio de San Juan, del cual una sola parte fue redactada por él —hasta el capitulo 5—, siendo lo restante una reportaciôn de fray Reginaldo de Priverno, a peti­ tion del profesor parisiense Adenolfo de Anagni, sobrino de Gregorio IX, pero revisada y aprobada por el mismo Santo Tomâs. Y resultado de sus I •i ”» Quaestiones de anima intellectiva: ed. P. Mandonnet, O. P., en Siger de Brabant, en Les Philosophes Belges, 1.7 p.152 (Louvain 1908). Segundo projesorado en Paris disputas solemnes fueron las cuestiones disputadas De malo, De virtutibus cardinalibus, De spe, De correctione fraterna y muchas otras de Quodlibet dispersas por los cuodlibetos I-VI y XII. Ademas llevô a feliz término sus comentarios sobre los libros de Aristoteles De anima, De sensu et sensato, De memoria et reminiscentia, Physico­ rum, Metaphysicorum y Ethicorum ad Nicomachum, Perihermeneias y Posteriorum Analyticorum, comenzando los comentarios sobre los libros de Meteorologia y de Politica, amen del que compuso sobre el libro De causis. Anadase a esto multitud de consultas hechas por el B. Juan de Verœlli, general de la Orden, sobre la forma de la absolution o sobre materias las mas dispares, a las que contesta con sus opùsculos De forma absolutionis (22 de febrero de 1270) y Responsio de articulis quadraginta duobus (2 de abril de 1272); por Bassiano di Lodi, profesor en el convento de Venecia, al que satisface con su Responsio de articulis triginta sex en dos redac­ tions sucesivas, la primera en marzo de 1271, y a fines de abril del mismo aiïos la segunda; por Gerardo de Besançon sobre seis cuestiones, a las que contesta en febrero de 1272 con su Responsio de sex articulis; por un cierto Santiago de Bourg, respondiéndole con su De sortibus (julio-agosto de 1271); por un caballero, a quien contesta con De occultis operationibus naturae; y por otros mas, a quienes dirige, respectivamente, sus opùsculos De fallaciis y De indiciis astrorum. Pero, sobre todo, se ocupa en continuar su gran­ de obra, que es la Suma Teolôgica. En 1270 ter­ mina la prima secundae, que habia comenzado en Viterbo meses antes de emprender su segundo viaje a Paris en otono de 1268; y en los dos anos siguientes (1271-1272) da cima a la secunda secun­ dae. Trabajo inmenso, que Tomâs realizô dictan- ή Μ ni V .*? K * Μ 58 ··. □. · ·< ' ••J—'*·"■ i- L Sec.I. Sin tests biogrâfica de Santo Tomâs do a la vez a très o a cuatro amanuenses, entre los cuales se encontraba, ademas de fray Reginaldo, un cierto breton natural de Tréguier, llamado Eveno Garnit101. Precisamente estaba escribiendo la prima secun­ dae y las cuestiones disputadas De malo, cuando fue invitado un dia a comer por su amigo el rey San Luis IX, quizâ poco antes de emprender este su expediciôn a Tierra Santa, en marzo de 1270. El se excuso diciendo que estaba sumamente ocupado en la composition de la Suma. Pero al man­ dato del prior, que secundo los deseos apremiantes del rey y que estaba también invitado, asistiô con él a la comida. El rey lo sentô a su lado. Tomas apenas abriô su boca mas que para saludarle. Es­ taba absorto como de costumbre. De repente se agita y da un fuerte punetazo sobre la mesa, di­ ciendo: «Esto es concluyente contra los maniqueos». El prior le tiro fuertemente de la capa para sacarle de su embebecimiento, a la vez que le decia: «Repare que estamos a la mesa del rey». El se excusô cortésmente ante el soberano, pero este habia quedado admirado y edificado de lo ocurrido y, llamando a su amanuense, le mandô que escribiese el argumento encontrado por Santo Tomas. De seguro que estaba entonces pensando en la primera cuestiôn De malo 102. Los estudiantes gozaban de rodearle y acompanarle, pues él era sumamente bondadoso: il buon fra Tommaso™3. En tier ta ocasiôn le invitaron a dar un paseo hasta la abadia y el santuario de San 191 Tocco, Vita... c.17, en Fontes p.89. K» En los tres prlmeros articulos de esa cuestiôn exa­ mina a fondo el problema de la exlstencla y de la naturaleza del mal. La época de su composlclôn corresponde al tiempo en que ocurriô este eplsodlo. Balmes ha hecho de él un hermoso comentario en El Criteria c.16 8 1 p.118-119 (Barcelona 1910). 103 Dante Alighieri, Convivio TV 30. Cf. M. Cordovani, O. P., Tomismo dantesco, en Xenia Thomlstica 13 p.309-326. Segundo profesorado en Paris 59 Dionisio, a quien él tenia particular devotion. A la vuelta, cercanos ya a las murallas de Paris, le dijeron: «Maestro, mire que ciudad tan hermosa. <»No querria usted ser su dueno?» Esperaban oir de sus labios alguna palabra de edification. Y, efectivamente, él respondiô: «De mejor gana quisiera tener las homilias de San Juan Crisôstomo sobre San Mateo. La posesiôn de esta ciudad y su administration turbarian la paz de mi alma y me impedirian dedicarme a la contemplation de las cosas de Dios» 104. En otra ocasiôn formaba parte del tribunal de exàmenes de un licenciado que aspiraba al grado de maestro. Tenia éste opiniones contrarias a las suyas y durante el interrogatorio lo manifesto paladinamente con arroganda y hasta con insolencia, no logrando el santo reducirlo con sus argumentes. Sin embargo, todo lo soportô con admirable pa­ tienda y mansedumbre, como si él fuera el examinado y el otro el examinador. Al regresar al con­ vento, sus estudiantes le rodearon y le dijeron: «No es tolerable lo ocurrido, y nosotros protestâ­ mes de ello; porque no se trata solamente de vuestro prestigio personal ante toda la Universidad, sino de la verdad, ya que era completamente falso lo que el licenciado defendia». Respondiô nuestro santo: «No me ha parecido oportuno ni conve­ niente humillar y confundir a un maestro novel delante de todos; pero si a ustedes les parece que no he obrado bien, en la sesiôn de manana podré suplir lo que no he hecho en la de hoy». Y, efec­ tivamente, al dia siguiente volvieron todos al aula dei palatio episcopal en donde se celebraba el exa­ men, y, tocada la misma cuestiôn, el examinando repitiô lo mismo que habia dicho el dia anterior, sin correction ni modification alguna. Entonces ÏÔ4 Bartolomé de Capua, en el Proceso napolitano de canonizaciôn n.78 en Fontes p.376; Tocco, Vitae... c.42, en Fontes p.115. Sint esis biografica de Santo Tomâs 60 fray Tornas, con toda calma y dulzura, le hizo ver que su opinion estaba en pugna con los decretos de un concilio, y poco a poco lo redujo a admitir la verdad, contentandose con anadir suavemente: «Ahora decis bien» 10S. Pero la agitaciôn de la Universidad continuaba, eligiendo la facultad de artes dos rectores a fines de marzo de 1272 y enfrentandose toda la Uni­ versidad con el obispo, declarando la huelga ge­ neral. No todos los profesores, sin embargo, la secundaron. De hecho, fray Tomas tuvo por Pascua de Resurrection su acostumbrada disputa de Quodlibet (Quodlib. VI}. Pero la inmensa mayoria de los cursos se suspendio desde Cuaresma hasta San Juan. 14. Vuelve a Italia y ensena en la Universidad de Nâpoles (1272-1273) Ante semejante situation de hecho y ante la in­ sistentia del rey Carlos I de Anjou, que lo pedia como profesor de la Universidad de Napoles, los superiores no creyeron oportuno retenerlo por mas tiempo en Paris, y le dieron la orden de regresar a Italia inmediatamente después de Pascua, sin esperar el fin de curso. Sucediéndole en la catedra parisiense fray Romano de Roma, hermano del cardenal Rosso-Orsini. Tomas se puso en camino a fines de abril y llegô a Florentia poco antes del 21 de mayo, Pas­ cua de Pentecostes, en donde se celebraba a la sazôn el capitulo general de la Orden y el provin­ cial de la provincia romana. Es seguro que Tomâs asistio como vocal a este ultimo, en calidad de predicador general. En él le nombrô regente de un Estudio General de Teologia que debia estable105 Tocco, Vïtae... c.26, en Fontes p.99-100. Vuelve a Italia y enseiïa en Nâpoles 61 cerse en la provincia, ademas del ya existente en Orvieto, dandole plenos poderes para elegir sitio, personal docente y estudiantes 106. Entretanto habia llegado al capitulo general una carta del rector de la Universidad de Paris y de los profesores de la Facultad de Artes, en la que hacian gran sentimiento del traslado de fray To­ rnas y suplicaban instantemente a los padres capitulares que le permitiesen quedar en Paris regentando su catedra107. Pero la decision estaba ya tomada y ejecutada y Tomas eligiô el convento de Santo Domingo el Mayor de Napoles como sede dei nuevo Estudio General. Era el lugar mas apto de la provincia, pues Roma estaba entonces en plena decadencia y habia sido ya senalado como tal por varios capitules generales y provinciales. Terminado el capitulo, emprendiô Tomas su camino hacia Roma, en direction de Napoles, acompaôado de fray Reginaldo y de fray Tolomeo dei Fiadoni, que él escogiô como estudiante dei nuevo estudio. Despues de una breve pausa en la Ciudad Eterna, reanudô su viaje hacia el mediodia, haciendo un pequeno rodeo por el castillo de Molara para saludar a su amigo el cardenal Ricardo degli Anibaldi. Pero alii cayeron enfermos él y fray Regi­ naldo. El, que padecia de tertianas, curo bastante pronto. En cambio, fray Reginaldo, que sufria de fiebre continua, empeoraba de dia en dia; tanto, que los médicos del cardenal pronosticaban un fatal desenlace. Entonces Tomas, que llevaba consigo sobre su pecho y suspendida al cuello una re­ liquia de Santa Inès, se acercô a fray Reginaldo y Monumenta Ord. Praed. historica t.20 p.39, en Fontes p.583. io? Denifle, Chartularium t.l p.504-505; A. Birkenmajer, Vermischte Untersuchungen zut Geschichte der Mittelalterphilosophie p.2-5 (Münster in Westfalen 1922); Neues zu den Briefe der Pariser Artistenfakultat liber den Tod des hl. Thomas von Aquin, en Xenia Thomistica, t.3 p.57-72; Fontes p.583-586. îm Sec.I. 62 Sin tests biografica de Santo T ornas le dijo: «Tome esta reliquia, pongasela al cuello y encomiéndese a la Santa con plena confianza». Hizolo asi, y quedô repentinamente sano de su dolencia. En memoria y agradecimiento por tan insigne beneficio, dispuso nuestro santo que se celebrase todos los anos solemnemente la fiesta de Santa Inès en el convento de Napoles con una buena comida a la comunidad, como en efecto se hizo mientras él viviô. Ya plenamente restablecidos, continuaron su viaje a Napoles, adonde llegaron a primeros de septiembre. Los superiores le instalaron en una celda independiente y bien orientada, que tenia adjunta una terraza descubierta, para que el santo, que acostumbraba meditar paseandose, pudiese trabajar con mas comodidad. También pusieron un hermano a su servicio, especialmente cuando estaba enferme, pues su salud estaba ya bastante quebrantada. Se sabe que primeramente le sirviô fray Santiago de Salerno, y después fray Bonfilio Coppa. Pero, apenas instalado, tuvo que desplazarse de nuevo para arreglar asuntos de familia, de su hermana Adelasia, que habia quedado viuda recientemente con cuatro hijos de menor edad, pues su marido, Roger de Aquila, conde de Traetto y de Fcndi, habia muerto en su castillo el 26 de agosto, nombrandole su albacea. Con este motivo no solamente se trasladô a Traetto, en donde hizo el dia 20 de septiembre la particiôn de los bienes dejados por su cuôado, sino que hizo, ademàs, un viaje a Capua para entrevistarse con el rey (27 de septiembre), a fin de poder restituir a sus legiti­ mos duenos, sin obstruction alguna, los bienes inmuebles y tierras que el difunto conde se habia apropiado injustamente y en su testamento habia mandado devolver ioe. ’08 Fontes ρ.575-579. Vuelve a Italia y e ns ena en Napoles ue esta suerte no pudo comenzar sus leccione^ y demas ejercicios escolares hasta bien entrado el mes de octubre. Daba sus lecciones en el propio convento, lo mismo que en Paris; pues el Estudio General dominicano era pùblico y sus clases estaban agregadas a la Universidad, al igual que los Estudios de los franciscanos y de los agustinos, ya que la Universidad no tenia escuelas propias de teologia como la de Paris. El rey, por decreto del 15 de octubre, asignô a Tomâs un salario anual de doce onzas de oro, pagaderas en otras tantas mensualidades, el primero de cada mes, al prior del convento de Santo Domingo o a quien él legitimamente delegare. Igual subsidio daba a los demas profesores 109. Explicô en este curso el primer tercio del Salterio —los primeros cincuenta y cuatro salmos— y continuo la exposition de las epistolas de San Pablo, desde el capitulo 11 de la primera a los Corintios hasta el final de todas ellas. Estas Lec­ turas nos han sido transmitidas en forma de reportaciôn por fray Reginaldo de Priverno. Predicaba también con frecuencia, no en latin, como en Paris, sino en su dialecto napolitano. En 1273, desde el pùlpito de la iglesia de Santo Do­ mingo dirigiô a los fieles la palabra todos los dias desde el 12 de febrero hasta el 9 de abril, es decir, desde Sexagesima hasta Pascua, exponiéndoles el Simbolo de los Apôstoles, la Oration dominical, el Avemaria y el Decàlogo, que han llegado hasta nosotros en forma de reportationes por Pedro de Andria. La muchedumbre se agolpaba para escucharle, oyéndole con tanta atenciôn y reverentia como si hablase el mismo Dios 110. Y cuenta Juan de Bias, 1W Fontes p.579-580. no *Έ1 pueblo lo escuchaba con tanta reverenda como si su predicaciôn procediese de Dios” (Tocco, Vita... c.48. Fontes p.122). : j t.*·£*· 64 i » Sec.I. Sintesis biogrâfica de Santo Tomâs justitia de Napoles, en el proceso de canonizaciôn, que predicaba con los ojos cerrados o extaticos y di rigidos al cielo: oculis clausis, contemplativis et directis ad caelum in. Tampoco le faltaron consultas y peticiones, que él satisfizo con su bondad proverbial. Sus opùsculos De mixtione elementorum y De motu cordis responden a consultas de un cierto Felipe. Y a su querido y fiel companero fray Reginaldo de Pri­ verno, que le habia pedido un pequeno manual de teologia y unas instrucciones sobre los angeles, dedicô su Compendium Theologiae y su opùsculo De substantiis separatis. Simultaneamente comentô los libros de Aristo­ teles De caelo et mundo y empezô a comentar los De generatione et corruptione. Pero, sobre todo, continuo la composition de la Sum a Teologica, escribiendo la tercera parte, que trata de la encarnaciôn, de la redenciôn y de los sacramentos. Por Cuaresma de 1273 escribia sobre los misterios de la vida, pasiôn y muerte del Salvador. Estaba absorto en la contemplation de tan altos misterios. Precisamente el 26 de marzo, dominica de Pa­ siôn, se ocupaba en escribir sobre las penas y do­ lores de Jesucristo en el proceso de su sagrada pa­ siôn; y durante la celebration de su misa, a la que asistian muchos seriores y caballeros, sufriô un éxtasis acompafiado de tantas lagrimas, que parecia se reproducian en él las penas del mismo Cristo y tan prolongado, que hubieron de sacudirlo fuertemente para que volviese en si y continuase el santo sacrificio. Terminado éste y vuelto a la sacristia, se le acercaron algunos de los seglares y religiosos que habian asistido, deseosos de saber lo que le habia pasado. El los recibiô ama111 Proceso tes p.362. napolitano de canonizaciôn n.7O, en Fon- Descansa en el castillo de San Severino blemente, pero no les dijo nada de lo que habia visto y experimentado 112. En los meses siguientes trabajaba sin descanso, escribiendo y dictando sobre los sacramentos. Al tratar de la eucaristia, solia bajar a la iglesia cuando no habia nadie en ella, es decir, por la noche antes de maitines. Alli, en la capilla de San Nicolas, se postraba en oraciôn y pasaba largas horas de rodillas ante el crucifijo. Lo mismo habia hecho cuando escribia sobre la muerte y resurrecciôn de Cristo. El sacristan, fray Domingo de Caserta, lo sorprendiô una vez elevado dos codos sobre el suelo, y oyô la voz del Crucificado, que le decia: «Tomas, esta muy bien lo que has escrito de mi, a pesar de habérsele molestado y atacado duramente en ciertas ocasiones, como en el altercado de Juan Peckham, o cuando los partidarios de Guillermo de Saint-Amour, capitaneados por el bedel de la facultad, irrumpieron en su clase vociferando como energûmenos y maltratando a sus estudiantes147. Rehusô con ener­ gia y tenacidad toda clase de altos puestos y dignidades eclesiàsticas, contento con ser siempre un pobre y humilde fraile, y despreciando todas las pompas y vanidades dei mundo148. Con ser un hombre tan célébré y admirado de muchos, jamas sintiô el menor movimiento de vanidad ni de so­ berbia 149. Grande fue también su paciencia en los trabajos y enfermedades. Nunca se quejaba de nada que hombre... de una humildad y paciencia admira­ bles, hasta el punto que nunca molestô a nadie por pa­ labra arrogante o afrentosa” (Fray Pedro DE SaNFELICE, O.P., Proceso... n.45 p.322). “En las disputas, en que acostumbraron a excederse los hombres a veces, siempre se le encontraba manso y humilde, jamâs usando palabras gloriosas o arrogantes” (B. de Capua, Proceso... n.77 p.373). 147 Bartolomé de Capua, Proceso... n.77 p.374; Denifle, Chartularium... t.l p.309-391; M. Jacquîn, O. P., Un exercice scolaire au moyen âge, en A travers l’histoire de France p.67-84 (Paris 1825). ns “Desprendido de las cosas terrenas, y abstraido por las celestiales y divinas” (Fray Pedro de Montesangiovanni, Ord. Cist., Proceso... n.49 p.330). “Despreciô los bienes tempora­ les” (Fray Antonio de Brescia, O.P., Proceso... n.66 p.356). “Vio frecuentemente a dicho fray Tomas, a quien con gusto observaba cuando podia, siempre abstraido y apartado de los negocios temporales, mirando siempre a las cosas superiores” (B. de Capua, Proceso n.77 p.373), Cf. Tocco, Vita,... c.30 p.104-105; c.42 p.114-116. En la oraciôn pidiô al Seiior “que él nunca se aficionase al amor de las cosas te­ rrenas y que nunca cambiase de estado...; y él mismo obtuvo respuesta que nunca cambiaria de estado ni se aflcionaria a las cosas terrenas” (B. de Capua, Proceso... n.78 p.375). “En nada parecia tener aficiôn a las cosas tempora­ les, es decir, a los honores y riquezas de este mundo" (Juan de Nâpoles, O. P., Proceso... n.48 p.328). 149 El mismo dijo en cierta ocaslôn con la mayor sencillez: “Doy gracias a Dios porque nunca senti movimlento alguno de vanagloria que conmoviese mi aima de la sede de la humildad por mi ciencia, por mi câtedra o por algûn acto escolâstico” (Tocco, Vita... c.24 p.97). De esta palabra son eco las de la liturgia: “iOh don de la gracia de Dios, superior a cualquler mllagro! Jamâs sintiô el aguijôn de la pestifera soberbia” (Breviarium Ord. Praed. II noct. ant. 1). n.81 p.381). 146“Fue 80 Sec.I. Sintesis biograjica de Santo Tomas «·< ‘λ." le faltase ni de sus dolores. Los enfermeros estaban maravillados, sobre todo en su ùltima, larga y penosa enfermedad. Lejos de quejarse o molestarles con impertinencias, les mostraba humildemente su profundo agradecimiento por los mas pequenos servicios que le hacian 15°. Y durante las ha­ chas y reyertas de Paris, en que le atacaban a él por una y otra parte como a principal adversario, y a veces como si fuera un hereje, jamas saliô de su boca la menor queja en pùblico ni en privado. Era la misma calma y placidez en medio de la tor­ menta como lo fue literalmente durante una travesia por el golfo de Lyon 151. Pero al mismo tiempo era intrepido y enérgico en defensa de la verdad, dando siempre la cara con ejemplar nobleza. Cuando los gerardinos, por un lado, y los averroistas, por otro, emplearon proced’mientos demagôgicos, llevando la discusiôn de dificiles y complejos problemas teolôgicos y filosôficos ante el tribunal del pueblo ignorante o de petulantes jovenzuelos, Santo Tomas se encara con kv ■ z· * > ' I uh * · t 3*- ’·* ^v'· ■_ «· '. J·· · · y β- ,···~. 5 · - fis» ». • *♦ JE , , 1i « · *·· - .. >■ -· 5 * ■ · iso "En la misma enfermedad... fue tanta su mansedumbre, que no molestô a nlnguno de los que le Ser­ vian” (Fray Octaviano de Babuco, Ord. Cist., Proceso... n.15 p.287). "Y cuando estuvo en el mismo monasterio (de Fossanova), lo vio humilde, benigno, paclente, sin turba cion alguna o iracundia, hasta el momento de su muerte” (Fray Nicolas de Priverno, Ord. Cist., leg., Proceso... n.19 p.290). “Y estando en el mismo monasterio empezô a agravarse, soportando la enfermedad con gran paciencia” (Fray Pedro de Montegiovanni, Ord. Cist., Proceso... n.49 p.332). "Permaneclô en el mismo monasterio muchos dias enfermo, con mucha paciencia y humildad" (B. de Capua, Proceso... η.80 p.379). “Y cuando el mismo fray Tomâs yacia enfermo, los monjes de dlcho monasterio, por la gran devoclôn que le tenian, debldo a su fama de santidad. le traian con sus propias manos lena del monte para hacer fuego, no considerando digno que para el uso de hombre tan grande fuesen los brutos animales los que trajesen la leûa. Y él siempre que veia a los monjes traerle ellos mismos la lena a la habltaclôn donde yacia, se incorporaba con gran devoclôn y humildad dlciendo: ^De dônde a mi que hombres santos se empleen en traerme a ml lena?" (Fray Nicolas, abad de Fossanova, Proceso... n.8 p.277). 151 "Con fortaleza de aima no temiô nada terrible...; in­ cluso cuando los marlneros temian la muerte, él permaneciô impertérrlto durante la tempested” (Tocco Vita c.38 p.112). ’ Semblanza de Santo Tomâs 81 ellos, y los emplaza a discutir noblemente por escrito y ante los sabios, con armas legitimas y a cara descubierta152153 . Y ante la insolencia y arrogancia de ciertos teôlogos que afirmaban a boca llena y sentenciaban quasi ex tripode que una création ab aeterno era intrinsecamente imposible, sin tolerar ni reconocer el menor derecho a la opinion contra­ ria, el santo les advierte que el talento y la sabiduria no han comenzado ni terminado con ellos, sino que también otros son capaces de saber lo 153 que traen entre manos La ejecuciôn ràpida, detallada, conforme a todas sus clausulas y encomiendas, dei testamento de su cunado el conde Roger de Aquila, son una obra maestra de justitia; lo mismo que la respuesta pronta y equilibrada a la consulta del general Juan de Vercelli sobre ciento ocho propositiones denunciadas de Pedro de Tarantasia 154. Su prudencia era proverbial. Se le llamaba el prudentisimo fray Tomas, prudentissimus frater Thomas155. La acreditô plenamente en las respuestas que daba a San Luis de Francia y a las va152 "Si alguno qulere contradecir a esto, que no grite delante de los nifios, sino que escriba y someta su escrito a la discusiôn publica, para que quien entienda pueda Juzgar lo que es verdadero y refutar, con la autoridad de la verdad, lo que es erroneo” {Contra pestiferam doctrinam retrahentium a religionis ingressu c.16, en Opuscula, ed. P. Mandonnet, t.4 p.322). “Pero si alguno, glorlândose en su falsa ciencia, quiere alegar algo contra esto que hemos es­ crito, no ande hablando por las esquinas ni delante de los nifios, que no saben juzgar en causas arduas, sino que escriba contra este escrito, si se atreve, y no sôlo me encontrarâ a mi, que soy el menor de todos, sino a otros muchos que son cultivadores de la verdad, quienes reslstlran a su error o revelarân su ignoranda” {De unitate in­ tellectus contra averroistas, al final, en Opuscula, ed. cit. t.l p.69). 153 "Como si ellos, que tan sutilmente entienden la cuestlon, fuesen los unicos hombres y naciese con ellos la sabiduria” {De aeternitate mundi cotra murmurantes, en Opus­ cula, ed. cit., t.l p.26). 154 Fontes p.575-579; B. Smeraldo, O. P., Intorno all’opuscolo IX di San Tommaso d’Aquino: Pietro da Tarantasia ha errato in Teologia? (Roma 1945). 155 M. Jacqvin, O. P., Le “prudentissime frère Thomas" (Friburgo, Suiza, 1924). ί 82 I Sec. I. Sin tesis biografica de Santo To was rias consultas que le hicieron los capitulos genera­ les y el general Tuan de Vercelli154. Para con los pobres y desvalidos tenia entranas de madré. Los compadecia sinceramente y les ayudaba cuanto podia con limosnas y consejos 156 157* . 159 A pesar de su continua abstraction y taciturnidad, era profundamente humano para con todos, especialmente para con sus hermanos y sobrinos, que tierna y sobrenaturalmente amaba. A su so­ brina Francisca, condesa de Ceccano, le consiguiô del rey Carlos I de Anjou un salvoconducto para que pudiera ir a tomar los banos a Napoles 15e. Pero era un carino viril y sin sensiblerias. Cuando ocurriô la muerte de su madré y de sus hermanos, nadie podia notar en su rostro y modo de condu­ cive la menor mudanza o conmociôn: ùnicamente se limitaba a encomendarlos a Dios en sus oratio­ nes y sacrificios, invitando a sus discipulos y her­ manos en religion a que hiciesen otro tanto15’. Su amistad era fiel, sincera, sacrificada, tierna. De ella dan testimonio el rector y los profesores de la Facultad de Artes de Paris en su célébré carta 156 Tocco, Vita... c.35 p.108-109. Al B. Juan de Vercelli, maestro general de la orden, contestô con très opûsculos: De forma absolutionis, Declaratio quadraginta duo quaes­ tionum y Declaratio centum et octo dubiorum. Intervino tamblén en la Ratio studiorum publicada por el capitulo general de Valenciennes (Fontes p.559-562) y en la comiβΐόη nombrada por el capitulo general de Paris en 1269 para resolver una cuestlôn delicada De secreto, Opuscula, ed. cit., t.4 p.497-501). 157 “Era muy compasivo con los pobres y acostumbraba a socorrer a los indigentes con ropas y limosnas en la misma abundanda que sus afectos, no reservéndose nada de las cosas supérfluas, a sablendas que le obllgaba el precepto del Senor a suplir con ellas los defectos de los demas” (Tocco. Vita... c.36 p.110). ’58 A 3 de abril de 1273 (Fontes p.581). 159 “DIJo dlcho testigo que él oyô a muchos hermanos de la Orden de Predicadores que convivieron con el mis iff* fray Tomas que, cuando morian los sobrinos y otros fami­ liares de él y se le notlfîcaba su muerte, él no se inmutaba en la cara o en los ojos, ml manlfestaba de palabra o de gesto el dolor, sino que con semblante sereno y tranqullo oraba por ellos y hacia que los demâs celebrasen y orasen tamblén: ni el conoclmiento de la muerte de los sobrinos y familiares lo podia inmutar" (B. de Capua, Proceso... 83 Sembïanza de Santo Tomas I < al capitulo general de Lyon 14°. Y la que tuvo con su ayudante y companero fray Reginaldo es de las mas puras y conmovedoras que registra la historia. Sin quererlo, se viene a las mientes la que tuvo el divino Maestro con su discipulo amado. Pero sobre todo era hombre de gran oraciôn y contemplaciôn 161. Los testigos del proceso de canonizaciôn repiten hasta la saciedad que fue «hom­ bre de gran oraciôn» 162, «de gran contemplaciôn y oraciôn» 163, «de gran contemplaciôn 164», «de con­ templaciôn ejemplar165», llamandole «hombre contemplativo y totalmente abstraido de las cosas terrenas hacia las celestes 166», «contemplativo de Dios..., desprendido de las cosas terrenas y atraido por las celestes o divinas, con los ojos casi continuamente elevados al cielo 167». Era el primero en levantarse por la noche, e iba a postrarse ante el Santisimo Sacramento. Y cuando tocaban a maitines, antes de que formasen fila los religiosos para ir a coro, se volvia sigilosamente a su celda para que nadie lo notase 169. El Santisimo Sacramento era su devociôn favorita. Celebraba todos los dias, a primera hora de la manana, summo diluculo, y luego oia otra misa o dos, a las que serFontes p.583-586. 161 “Fue hombre de vida y conversaclôn santa mientras viviô, y... de tanta oraciôn y contemplaciôn que parecia todo absorto de las cosas terrenas y elevado a las divinas”. (Fray Juan de Adelasia, Ord. Cist Proceso... n.33, en Fontes p.301). 162 Fray Santiago de Fresolino, Ord. Cist., Proceso... n.33, en Fontes p.306; Fray Pedro de Fondi, Ord. Cist., ibid., n.35 p.309. 163 Enrique de Caracciolo, oflcial del ejército, n.41 p.317. 164 Fray Pedro de Sanfelice, O. P., n.45 p.322. 165 Fray Juan de Nâpoles, O. P., n.48 p.328. 166 Fray Santiago de Caiazzo, O. P., n.42 p.319; Fray Juan de santa Adelasta de Priverno, n.27 p.301; Fray Pedro de Sanfelice, O. P., n.45 p.322; Conrado de Suessa, O. P n.47 p.326. 167 Fray Pedro de Montesangiovanni, n.49 p.330; Juan de Blas, Justicia de Nàpoles, n.70 p.362. 168 “Oyô a dicho fray Juan de Ciudad de Samnio que e) mismo fray Tomâs era siempre el primero en levantarse por la noche a la oraciôn; y cuando sentia que venian lœ da­ mas a la oraciôn. él se retiraba y se iba a la celda” (B. de Capua, Proceso... n.77 p.373). 160 ’ Hr- j ·· - ? • · · ’ 4 -/·· · ., /·£·' * 84 Sec.I. Sin tests biografica de Santo Tomas via con frecuencia ’6’. El oficio que compuso para la festividad del Corpus Christi y el sermon que predicô ante el consistorio con motivo de su inauguraciôn son de lo mas tierno, devoto y profundamente teolôgico que se conoce en la sagrada liturgia: quo devotius in Ecclesia Dei non dicitur nec cantatur . El arte ha inmortalizado este aspecto de la vida de Santo Tomas. En el Museo del Prado existe un cuadro de Rubens en el que se représenta una procesiôn del Santisimo Sacramento. Van delante San Gregorio Papa, San Agustin y San Ambrosio. Siguen detras San Jeronimo y San Buenaventura. En el centro avanzan Santo Tomas y Santa Clara. Ella va a la derecha y lleva la custodia; él camina a su izquierda, explicando con rostro inflamado el gran misterio. Lleva un gran libro debajo de su brazo derecho y acciona con la mano izquierda. San Gre­ gorio, San Agustin y San Ambrosio detienen su marcha para escucharle; San Jeronimo, meditabun­ do, consulta la Sagrada Escritura; y San Buenaven­ tura eleva, extatico, sus ojos al cielo. U» “Todos los dias celebraba misa con lâgrimas y oia otra devotamente (Fray Pedro de Montesangiovanni, Ord. Cist., Proceso... n.40 p.380). Lo mismo testiflcan Fray Nicolas, abad de Fossanova (n.8 p.378); Fray Conrado de Suessa, o. P. (n.47 p.362); Fray Santiago de Caiazzo, O. P. (n.42 p.319); Fray Pedro de Sanfelice, O. P. (n.47 p.322-323); fray Juan de Napoles, O. P. (n.48 p.328). “Cada dia. antes que los demâs, decia su misa” (Pedro de Grassi, oficial del ejército, n.6 p.273). El tantas veces citado Bartolomé de Capua nos refiere, segûn habia oido decir con frecuencia a muchos religiosos y al caballero Nicolâs Fried, que asistia a las clases del santo, el plan de vida cotidiana de Santo Tomâs: “Item fray To­ mas, todos los dias, a primera hora, celebraba misa en la capilla de San Nicolâs, y después de celebrar oia inmediatamente la misa que celebraba otro sacerdote; luego, dejadas las vestlduras, se iba inmedlatamente a clase. Des­ pués de la clase se ponia a escribir o a dlctar a miïchos se­ cretaries; después comia; luego volvia a la celda, y se ocupaba de las cosas divinas hasta la hora del descanso; y después del dencanso volvia a escribir, y asi ordenaba toda su vida a Dios” (Proceso... n.77 p.373). να juan de Colonna, O. P., De viris illustribus, ed. B. de Rossi, O. P.. Dissertationes criticae in S. Thomam Aquina­ tem dlssert.2 c.l n.2. en Opera omnia de Santo Tomâs, ed. ieonlna, t.l p.LXXVIIb (Roma 1882). El venerable P. Jacinto -Μ Semblanza de Santo Tomâs 85 Sobre la tumba del santo, en la iglesia de San Sernin, de Toulouse, se levanta una magnifica esIl tatua suya. En la mano derecha tiene el Santisimo Sacramento; en la izquierda, una espada de fuego. Debajo esta grabada esta inscripciôn. Ex Evangelii solio Cherubinus Aquinas Vitalem ignito protegit ense cibum. I Igualmente tenia una devociôn tiernisima a la Santisima Virgen. En el autôgrafo de la Suma con­ tra Gentiles se encuentran las palabras Ave, Maria, diseminadas por los espacios marginales, como otras tantas jaculatorias que brotaban de su corazôn. Y cuando queria probar la pluma, no se le ocurria 171 otra cosa . Estas dos devociones predilectas suyas a Jesûs y a Maria han sido bellamente expresadas por An­ drés Orcagna en un hermoso poliptico que se con­ serva en la iglesia dominicana de Santa Maria No­ vella, de Florencia. La Virgen Santisima, con gesto maternai, présenta ante su divino Hijo a Santo To­ mas, que, arrodillado, recibe del Redentor un libro abierto, en donde se lee: «Eres digno de tomar el libro v abrir sus sellos. Te di un corazôn sabio e inteligente» 172. Y al pie del cuadro, en una fi­ gura mas pequena, se représenta al santo arrobado en éxtasis celebrando la santa misa. Se encomendaba también con frecuencia a los angeles y a los santos. Todos los dias, por muy ocupado que estuviese con sus lecciones o sus obras, leia un capitulo de las Colaciones, de Casia­ no, para mantener vivo en su corazôn, como él decia, el fuego de la devociôn y amor de Dios 173. Cormier O P-, desarrolla piadosamente este asunto en su Étude sur Saint Thomas d’Aquin et l’Office du Très-Saint Sacrement (Toulouse 1891). 171 Cf. Summa contra Gentiles, ed. leonina, t.13 praef. p. VUIb. 172 Apoc 5,9; 3 Re 3,12. 173 Cada dia leia un capitulo de las Colaciones de los Padres. Preguntado una vez por qué Interrumpia asi la eepeculaclôn, contestô: Yo con esta lectura concentro la de­ vociôn de' la que paso mâs fâcilmente a la especulaclôn; · V· . - ·ι · 86 Sec.I. Sintesis biogrâfica de Santo Tomâs todo esto se unia el don de lagrimas, que poseyo en grado eminente. Durante la misa, sobre todo al acercarse la comuniôn, sus ojos eran dos fuentes de lagrimas ,74. Lo mismo le ocurria cuando contemplaba la pasiôn y muerte de Jesucristo, que lo hacia con mucha frecuencia 174 175. Y al cantar en Completas, durante la Cuaresma de 1273, la antifona No nos desecbes en el tienipo de la vejez, cuando nos faite la fuerza no nos abandones, Seüor, llamô la atenciôn de los religiosos el mar de lagrimas en que estaba sumergido 176. Y con ser tantas las virtudes que adornaban su aima desde su ninez, pues conservo intacta su inocencia bautismal, creciô siempre sin interrupciôn en todas ellas hasta el fin de su vida. Como atestigua el dominico Conrado de Suessa, que lo conociô durante largos aüos en Napoles, Roma y Orpara que asi el afecto tenga de donde prorrumplr en devoclôn, v el entendimiento, con este mérito, se eleve mâs alto (Tocco. Vita . c.21, en Fontes, p.95). Lo mismo refieren Calo (Vita... n.13, en Fontes, p.32) y B. Gm (Vita... η.15, en Fontes). 174 “En sus oraciones derramaba lagrimas...; y lo vio celebrar derramando lagrimas en el momento de la cornunlôn” (Fray Octaviano de Babuco, Ord. Ctst., Proceso... n.15, en Fontes p.286). “Todos los dias celebraba misa con lâgrimas...: lo vio celebrar con mucha devociôn y efusiôn de la­ grimas” (Fray Pedro de Montesangiovanni, Ôrd. Cist., Pro­ ceso... n.43 p.330-331). “Nunca se ponia a escribir alguna obra sin previa oraclôn y efusiôn de lâgrlmas" (Fray Gui­ llermo de Tocco, O. P., Proceso... n.58 p.346). ws Cuando. postrado ante la imagen del Cruclficado, oyô la respuesta: Has escrito bien de mi, se ocupaba en la redacclôn de las cuestlones de la Suma Teolôgica sobre los misterios de la pasiôn y muerte de Jesucristo (Tocco, Vita... c.34, en Fontes p.103). "Cuando una vez, en el convento de Napoles, el domingo de Pasiôn, celebraba con mâs devoc’.ôn la misa delante de militares, durante la celebraclôn se le vio de tal modo absorto por la subllmldad del Sacra­ mento, que parecia como si estuviese dentro del misterio divino y afectado de las penas de Cristo hombre: cosa que parecia indicar la prolongada abstraciôn de la mente y la abundante profuslôn de lâgrlmas” (O. C., 29 p.103). De él es esta profunda sentencia: "asi como el que poseyese un llbro en el que estuviese toda la ciencla, no buscaria sino saber aquel llbro, asi tamblén nosotros no necesitamos buscar mâs que a Crlsto”, porque en Cristo, como dice el Apôstol, “estân escondidos todos los tesoros de la sabiduria y de la ciencla" (Comentario sobre la epistola a los Tesalonicenses c.2.3. lect. 1, ed. Μαμεγττ, 1912, p.l27b). uô Tocco, Vita... c.29, en Fontes p.103-104. Semblanza de Santo Tomâs 87 ί I ( vieto, «progresaba siempre de bien en mejor, y crecia de virtud en virtud 177». Hermosa y exactamente dice el cardenal Pedro Roger, que después fue papa con el nombre de Clemente VI: «como re­ sulta claro a quien contempla su vida, es como si todos sus miembros fuesen ejemplos de virtud: se leia su simplicidad en la vista; su benignidad en la cara; su humildad en el oido; su sobriedad en el gusto; en la lengua su verdad; en el olor su suavidad; en su tacto la integridad; en su andar la gravedad; en su gesto la honestidad; en su entendimiento la claridad; en su afecto la bondad; en su mente la santidad; en su corazôn la caridad: en él la belleza de su cuerpo fue imagen de su mente y figura de su bondad 178». Espiritu eminentemente contemplativo —miro modo contemplativus, segun frase de Tocco—, para él no habia dualidad ni oposiciôn entre la ora­ ciôn y el estudio, como no la habia entre la acciôn y la contemplaciôn 179 : su estudio era oraciôn, y su oraciôn era estudio. Por eso estudiaba y oraba siempre, salvo un tiempo brevisimo que sacrificaba al sueno 180. Como dice bellamente A. Touron: 177 p. 327. PrOOGSO napolitano de canonizaciôn n.47, en Fontes Sermôn de Santo Tomâs, pronunciado el 7 de marzo en Ανίήόη entre 1340-1342, editado en parte por J. Bhrthikr, O. P., S. Thomas Aquinas, “Doctor Communis" Ecclesiae t.l p.57 (Roma 1914). 179"Fue, ademâs, dicho doctor, extraordinariameute con­ templativo, dedkcado a las cosas del oielo” (Tocoo, Vita... c.43, en Fontes p.116). Sus observaciones sobre la ensefianza, la acclôn y la contemplaciôn traducen en parte au propla vida. Cf. De veritate q.ll a.4; Summa Theol. 2-2 q. 181 a.3. iso “Lo que pertenecia a la recreaclôn del cuerpo, comida, suefio y demâs menesteres naturales le ocupaba poco tiempo” (Fray Juan de Napoles, O. P., Proceso... n.48, en Fontes p.328). "Ocupaba una escasa bora en comer ο en dormir" (Fray Leonardo de Gaeta, O. P. Proceso... n.75 p.369). “Se ocupaba contlnuamente, o en la predicacion, o en la ensenanza, o en el estudio, o escribiendo u orando” (ibid.). "Toda su vida fue el orar y contemplar; o enseûar, predicar y disputar; o escribir, o dictar” (Fray Gui­ llermo de Tocco, Ο. P., Proceso... n.58 p.345-346). "Se dedlcaba sin descanso a la oraclôn, al estudio y a escribir” (Fray Santiago de Caiazzo, Ο. P.» Proceso... n.42 p.319). 178 88 it Sec.I. Sintesis biogrâfica de Sanio Tomâs «oraba como si nada tuviera que esperar de su trabajo, y trabajaba con la misma aplicaciôn que si la oraciôn no pudiera bastarle para llegar a la ciencia mas perfecta» 181. En los ùltimos anos de su vida sobre todo, el estudio quedô absorbido por la oraciôn, y esta por su forma mas alta y elevada, que es la pura contemplation. Sabiduria, caridad, paz: he ahi las tres notas dominantes y caracteristicas de la vida espiritual de Santo Tomas, que monseüor Grabmann ha expuesto deliciosamente en su Das Seelenleben des hl. Thomas von Aquin 182. No faltaba mas que quitar las amarras del cuerpo mor­ tal para que su espiritu volase hasta la presencia inmediata de Dios, traduciendo la contemplation en vision facial y beatifica. Fue canonizado solemnemente en Avinôn por Juan XXII el 18 de julio de 1323. 13’ La vie de Saint Thomas d’Aquin, avec une exposé de sa doctrine et de ses ouvrages (Paris 1737). Traducclôn espaûola de Julian de Velasco, en 2 vols. (Madrid 1792 y 1795) t.2 p.68. 182 München 1924. Traducclôn espanola y prôlogo de Octa­ vio N. Derisi (Buenos Aires 1946). Al exponer su vida, hemos hecho también menciôn de sus obras, indicando de pasada, cuando era posible, el lugar y tiempo en que fueron escritas, asi como los motivos o circunstancias de su publicaciôn. Porque en una vida tan intensa y uni­ forme como la de Santo Tomâs, dedicada toda ella al estudio y ensefianza, no es posible separar el hombre del escritor ni la vida de las obras. No obstante, para comodidad de los lectores que deseen conocer de un golpe de vista su production literaria, aüadiremos aqui una lista completa de las verdaderamente auténticas, reduciéndolas a dos grupos principales. Al primero se reducen los comentarios que escribiô a otros libros u obras ya existentes, como son los Libros Sagrados y los de otros teôlogos y filosofos. Al segundo pertenecen sus obras propias y personales, ya sean mayores, como las Sumas y las Cuestiones disputadas; ya menores, como sus opùsculos y sermones. Indicamos entre paréntesis la fecha probable o aproximada de sus obras, segùn las investigationes de los mejores criticos realizadas hasta ahora. Los hemos consultado todos, quedando poco mas o menos en la misma incertidumbre en que estabamos en 1947. Cada dia surgen nuevas conjeturas, sin que ninguna logre todavia imponerse por sus moti­ vos objetivos y valederos. Por eso dejamos las co­ sas, salvo ligerisimos retoques, como estaban en la primera edition, en donde adoptamos casi siempre la cronologia propuesta por el P. Walz, O. P., que, a su vez, se inspiraba en la senalada por M. Grabmann. Sec.II. Obras de Santo Tomâs Cuando los criticos a quienes no satisfaga esa cronologia consigan hacer verdadera luz y ciencia en este asunto, haremos con sumo gusto las rectificaciones oportunas a que haya lugar. Entretanto es lo mas prudente contentarse con saber ad sobrieta­ tem, sin lanzar afirmaciones demasiado aventuradas, so pretexto de estar à la page de las ùltimas conjeturas. 1. CATALOGO DE SUS OBRAS Comentarios a obras ajenas I COMENTARIOS A LA SAGRADA EsCRITURA AI Antiguo Testamento In Ioh expositio (1269-1273). 2. In Isaiam Prophetam expositio (1256-1259). In leremiam Prophetam expositio (1252-1253). In Threnos leremiae Prophetae expositio (1252-1253). In Psalmos Davidis lectura [hasta el salmo 54, reportacidn de fray Reginaldo de Priverno] (12721273). In Cantica Canticorum. [Breve explicaciôn dada a los monjes de Fosanova en febrero de 1274, que nunca fue escrita ni reportada.] II AJ Nuevo Testamento 8. 9. 10. 11. I 12. Hi Glossa continua {Catena Aurea) super quatuor Evangelia, distribuida en la forma siguiente: Super Matthaeum (1261-1264). Super Marcum (1265). Super Lucam (1266). Super loannem (1267). In Evangelium Matthaei lectura [Reportacion de Pedro de Andria v de Ligier de Besançon] (12561259). In Evangelium loannis: expositio: hasta el capitulo 5 inclusive (1267-1272). lectura: desde el capitulo 6 hasta el final [Re­ portacion de fray Reginaldo]. In Epistolam Pauli ad Romanos expositio (12721273). In Epistolam Pauli Primam ad Corinthios: expositio: hasta el capitulo 10 inclusive; sin em­ bargo, desde el capitulo 7,14 hasta el capitulo 10 fue sustituida por el comentario de Nicolas de Gorran, extraido del de Pedro de Tarantasia, por haberse extraviado el original del Santo (12721273). lectura: desde el capitulo 11 hasta el final [Reportaciôn de fray Reginaldo] (1259-1265). De 1259-1265: In Secundam Epistolam Pauli ad Corinthios lectura [Reportacion de fray Reginaldo]. .·· 5 i 11 Γ ·,* 4 4 I Sec.II. 13. 14. 16. 18. 19. 20. 21. 22. Obras de Santo Tomas In Epistolam Pauli ad Galatas lectura [Reportaciôn de fray Reginaldo]. In Epistolam Pauli ad Ephesios lectura [Reportaciôn de fray Reginaldo]. In Epistolam Pauli ad Philippenses lectura [Repor­ taciôn de fray Reginaldo]. In Epistolam Pauli ad Colossenses lectura [Repor­ taciôn de fray Reginaldo]. In Primam Epistolam Pauli ad Thessalonicenses lectura [Reportaciôn de fray Reginaldo]. In Secundam Epistolam Pauli ad Thessalonicenses lectura [Reportaciôn de fray Reginaldo]. In Primam Epistolam Pauli ad Timotheum lectura [Reportaciôn de fray Reginaldo]. In Secundam Epistolam Pauli ad Timotheum lectura [Reportaciôn de fray Reginaldo]. In Epistolom Pauli ad Titum lectura [Reportaciôn de fray Reginaldo]. In Epistolam Pauli ad Philemonem lectura (Reporta­ ciôn de fray Reginaldo]. In Epistolam Pauli ad Hebraeos lectura [Reporta­ ciôn de fray Reginaldo]. COMENTARIOS A LOS DECRETOS DOGMÂTICOS DE LA Iglesia y a los teôlogos Scriptum super quatuor libris Sententiarum Magistri Petri Lombardi (1254-1256). Expositio Primae Decretalis \ îi?sqi7ARï 26. Expositio Secundae Decretalis ) 27. Expositio super librum Boethii «De Trinitate» (1257-1258). 28. Expositio in Dionysium «De divinis nominibus» (1261). 24. COMENTARIOS a LOS FIL0SOFOS A Aristoteles In libros Perihermeneias expositio: hasta el libro Π lecciôn 2, inclusive; lo restante es del cardenal Ca­ yetano (1269-1272). 30. In libros Posteriorum Analyticorum expositio (12691272). 31. In octo libros Physicorum expositio (1268). 32. In libros de Caelo et Mundo expositio: hasta el li­ bro III, lecciôn 8, inclusive; lo restante es de Pe­ dro de Auvergne (1272). In quatuor libros Meteorologicorum expositio: hasta el libro II, lecciôn 10, inclusive; lo restante de los libros II y III es de Pedro de Auvergne, y lo del 29. Ki-k. %. · - ' ' r r;- Catalogo 34. 35. 36. 37. 38. 39. 40. 95 libro IV es probablemente de Juan Quidort (12691272). In libros de Generatione et corruptione expositio". hasta el libro I lecciôn 17, inclusive; lo restante es de Tomas de Sutton (1272-1273). In tres libros de Anima (1266-1272): lectura·, sobre el libro I [Reportaciôn de fray Re­ ginaldo]. expositio·, sobre los libros II y III. In libros de Sensu et Sensato expositio (1266-1272). In libros de Nlemoria et Reminiscentia expositio (1266-1272). In duodecim libros Metaphysicorum expositio (1268-1272). In decem libros Ethicorum ad Nicomachum exposi­ tio (1269). In libros Politicorum expositio·, hasta el libro III lecciôn 6, inclusive; lo restante es de Pedro de Auvergne (1272). A Proclo 41. In librum de Causis expositio (1269-1273). A Boecio 42. In librum Boethii (1257-1258). de Hebdomadibus expositio Obras propias y personales Obras mayores Su If 43. 44. Summa contra Gentiles·. Libro I (1259). Libro II-IV (1261-1264). Summa Theologiae·. Primera parte (1266-1268). Segunda parte: Prima Secundae (1268-1270). Se­ cunda Secundae (1271-1272). Tercera parte: hasta la cuestiôn 90 inclusive (1272-1273); lo restante [Suplemento] esta tomado de su comentario al libro IV de las Sentencias y arreglado probablemente por fray Reginaldo. Cuestiones disputadas 45. 46. De Veritate (1256-1259). De Potentia (1265-1267). 96 O bras de Santo Tornas Sec.II. spiritualibus creaturis (1266-1268). De Anima (1266-1267). De Unione Verbi Incarnati (1266-1269). De Virtutibus in communi (1266-1269). De Caritate (1266-1269). De Malo (1269-1271). 53. De Virtutibus cardinalibus (1269-1272). 54. De Spe (1269-1272). De correctione fraterna (1269-1272). 56. De sensibus Sacrae Scripturae: incorporada a Quod­ lib. VII, aa. 1416 (1266) 57. De opere manuali religiosorum: incorporada a Quodlib. VII, aa. 17-18 (1255-1256). 58. De pueris in Religionem admittendis: incorporada a Quodlib. IV, aa. 23-24 (1271). 47. 48. 49. 50. 51. Cuestiones “de Quolibet” 59. 60. 61. 62. 63. 65. 66. 67. 68. 69. 70. Quodlib etum Quodlibetum Quodlibetum Quodlibetum Quodlibetum Quodlibetum Quodlibetum Quodlibetum Quodlibetum Quodlibetum Quodlibetum Quodlibetum I (marzo de 1269). II (diciembre de 1269). III (abril de 1270). IV (marzo de 1271). V (diciembre de 1271). VI (abril de 1272). VII (diciembre de 1256). VIII IX i (1265-1267). XI XII (diciembre de 1270). Obras MENORES U OPÙSCULOS Discursos de apertura De commendatione et partitione Sacrae Scripturae: Principium o discurso inaugural como bachiller biblico (14 septiembre-9 octubre de 1252). 72. De commendatione Sacrae Scripturae·. Principium o discurso inaugural como maestro in Sacra Pagina (abril de 1256). 71. Opasculos de dogma 73. 74. De articulis fidei et Ecclesiae sacramentis (12611268). Compendium Theologiae (1261-1269) De Substantiis separatis seu de Angelorum natura (1261-1269). Catalogo 76. 77. 78. 79. 80. 81. 97 De aeternitate mundi contra murmurantes (1270). Responsio ad fratrem loannem Vercellensem, Gene­ ralem Magistrum Ordinis Praedicatorum, de articu­ lis centum et octo sumptis ex opere Petri de Tarantasia (1265-1266). Responsio ad fratrem loannem Vercellensem, Gene­ ralem Magistrum Ordinis Praedicatorum, de articu­ lis quadraginta duobus (1271). Responsio ad Lectorem Venetum [Basiano da Lo­ di] de articulis triginta sex (1269-1271). Responsio ad Lectorem Bissuntinum [Gerardo de Besançon] de articulis sex (1271). Responsio ad Bernardum Aiglerio Abbatem Cassinensem (fines de enero de 1274). Illi Opiisculos de mora! 82. 83. 84. 85. 86. 87. 88. De sortibus (1269-1272). De indiciis astrorum (1269-1272). De emptione et venditione (1262). De forma absolutionis (1269-1272). De secreto (12 de mayo de 1269). De regimine Principum·. hasta el libro II capitu­ lo 4, inclusive; lo restante es de Tolomeo dei Fiadoni o de Luca (1265-1266). De regimine ïudaeorum (1265-1272). Ili I II Opùsculos de apologética 90. 91. 92. 93. De rationibus fidei contra saracenos, graecos et armenos (1261-1264). Contra errores graecorum (1261-1264). Contra impugnantes Dei cultum et religionem·, contra Guillermo de Saint-Amour (1256). De perfectione vitae spiritualis·, contra Gerardo de Abbeville (1269). Contra pestiferam doctrinam retrahentium homines a religionis ingressu (1270). Opnsculos de liturgia 94. 95. Officium Smi. Corporis Christi (1264). Piae preces·. Pro peccatorum remissione. Pro obtinendis virtutibus. Pro gratiarum actione. Pro contemplativis. Ante imaginem Christi. Ante communionem. Post communionem. Tomâs de Aquino t I Ut 98 Sec.II. Obras de Santo Tomas Post Corporis et Sanguinis elevationem. Ad Beatissimam Virginem Mariam. Ante studium et praedicationem. Conferencias y sermones 96. 97. 98. 99. 100. 101. 102. 103. 104. 105. 106. ’.07. 108. '09. i 10. 111. Cuaresma de 1273: Collationes de duobus praeceptis caritatis et de­ cem Legis praeceptis [Reportaciôn de Pedro de Andria]. Collationes de Credo in Deum [Reportaciôn de Pedro de Andria]. Collationes de Pater noster [Reportaciôn de Pedro de Andria]. Collationes de Ave Maria [Reportaciôn de Pedro de Andria]. Collationes dominicales (1254-1264). Sermo de Venerabili Sacramento Altaris (1264). Sermo in Dominica I Adventus (diciembre de 1268). Sermo in Dominica II Adventus (diciembre de 1268). Sermo in Dominica I Adventus (diciembre de 1269). Sermo in Dominica III post festum Sanctorum Petri et Pauli (20 de julio de 1270). Sermo in Nativitate Beatae Mariae Virginis (8 de septiembre de 1270). Sermo in festo Omnium Sanctorum (1 de noviembre de 1270). Sermo in Dominica I Adventus (30 de noviembre de 1270). Sermo in Dominica I post Epiphaniam (11 de enero de 1271). Sermo in Dominica XIX post Pentecostem (probablemente el 4 de octubre de 1271). Sermo in Dominica V post Pascha (29 de mayo de 1271). Opùsculos fllosôfîcos 112. 113. 114. 115. 116. 117. 118. 119. De ente et essentia (1250-1256). De principiis naturae (1255). De natura materiae et dimensionibus interminatis (1252-1256). De occultis operationibus naturae (1269-1272). De mixtione elementorum (1273). De motu cordis (1273). De unitate intellectus contra averroistas (1270). De fallaciis, ad quosdam artis tas (1244-1245 segùn unos, 1272-1273 segün otros). Catalogo 99 De fecha indeterminada: 120. De natura generis. 121. De quatuor oppositis. 122. De propositionibus /nodalibus. 123. De demonstratione. 124. De principio individuationis. 125. De instantibus. 126. De natura verbi intellectus. 127. De differentia verbi divini et humani. 128. De natura accidentis. 129. De modo studendi. 130. De immortalitate animae (editada por vez primera por el P. E. Gômez, Ο. P. [Valencia 1935] y dudosa, como los anteriores opùsculos de fecha inde­ terminada, a los que se pueden agregar el De fallaciis y el De natura materiae}. Reportaciones Ademas, se conservan las lecciones de San Al­ berto Magno sobre la Etica de Aristoteles y sobre el libro De divinis nominibus del seudo Dionisio, recogidas y redactadas por Santo Tomas cuando era su alumno en Colonia. El manuscrit©, conservado en la Biblioteca Nacional de Napoles, que contiene las lecciones sobre el De divinis nominibus, es probablemente autôgrafo de Santo Tomâs. 131. 132. Quaestiones fratris Alberti super librum Ethicorum quas collegit frater Thomas de Aquino (1248-1252). In librum de Divinis nominibus Dionysii Areopa­ gitae quaestiones fratris Alberti, quas collegit frater Thomas de Aquino (1248-1252). 2. CARACTER Y CONDICION DE LAS MISMAS Como se echa de ver por la lista que precede, es nuestro santo uno de los autores mas fecundos en nûmero y variedad de obras, siendo maravilloso que las escribiese en tan breve tiempo. En poco mas de veinte afios —fines de 1252 a principles de 1274— escribiô 891 lecciones sobre los libros de Aristoteles, 803 lecciones sobre la Sagrada Escritura, 850 capitules sobre los Evangelios en la Catena Aurea, 463 capitules en la Summa contra Gentiles, 2.991 articulos sobre el Maestro de las Sentencias, unos 1.200 capitulos en multitud de opùsculos de diversa indole, 510 articulos en las Cuestiones disputadas, 260 articulos en las Cues­ tiones de Quodlibet y 2.652 articulos en la Suma Teolôgica, con la soluciôn de mas de 10.000 argumentos. En la ediciôn de Parma ocupan 25 volûmenes en folio, y en la parisiense de Fretté 34 volûmenes en cuarto mayor a dos columnas. Una verdadera enciclopedia. Todo se encuentra en sus obras: desde la gramatica hasta la metafisica; desde la homilética hasta la exegesis; desde la liturgia hasta la mistica; desde la casuistica hasta la dog­ matica mas encumbrada. Santo Tomas llevaba de frente todas las ciencias conocidas de su tiempo, simultaneando el estudio y escribiendo sobre todas Y la admiraciôn sube de punto al pensar que no las escribia de improviso y currenti calamo, sino después de prolongados estudios y profundas meditaciones, y con una redacciôn muy cuidada y la­ boriosa. Sus autôgrafos sobre Isaias, sobre el libro De Trinitate de Boecio, sobre el tercer libro de las Sentencias de Pedro Lombardo, de la Summa con­ tra Gentiles y del opùsculo De rationibus fidei contra saracenos, graecos et armenos, estân llenos Carâcter y condiciôn de las mismas 101 de enmiendas, de tachaduras, de supresiones y adiciones, habiendo trozos que han pasado hasta por très y cuatro redacciones sucesivas. Trabajo enor­ me, llevado a cabo con pluma agil y nerviosa, como lo demuestra su letra corrida y casi taquigrafa. Solamente en los ùltimos anos de su vida se permitiô dictar a très o cuatro amanuenses a la vez sobre materias distintas ya preparadas por él de antemano en croquis o notas amplias. Fecundidad y rapidez solo comprensibles dadas su enorme capacidad de trabajo y su laboriosidad incansable, unidas a una inteligencia procer y a una memoria prodigiosa. No es exagerado decir que el santo sacaba dieciséis horas diarias de trabajo, pues fuera del escaso tiempo de reposo que daba a su cuerpo —dormia muy poco—, todo lo demas lo dedicaba a la oraciôn y lecciôn espiritual y al estudio, sin perder nunca un solo minuto1. La misma comida y el recreo eran para él tiempo de verdadero estudio; pues en el refectorio estaba siempre absorto en profundas meditaciones; mientras paseaba solo por el claustro o por la huerta, iba fer­ mentando sus ideas y planeando sus escritos 2. En su memoria portentosa quedaba estereotipado cuanto leia. Poseia de memoria toda la Biblia y las Sentencias de Pedro Lombardo, que habia aprendido durante su arresto en el castillo de Rocaseca, y cuentan sus biôgrafos que archivaba en ella cuanto leia en su paso por varios conventos y bibliotecas, gracias a lo cual pudo llevar a feliz ter­ mino su Catena Aurea3. Las obras de Aristô1 "El tiempo de su vida, que se le concediô para mérlto, lo distribuyô tan provechosamente, que, fuera del breve tiempo que concedia al suefio o a la refecclôn de su cuerpo, lo demâs lo empleaba en la oraciôn, en la ensefianza, en la predicaciôn, en la meditaclôn o en escribir y dictar cuestio­ nes” (Tocco, Vita... c.29, en Fontes p.104). 2 “Incluso en la mesa contemplaba frecuentemente” (Fray Pedro de Sanfelice, O.P., Proceso... n.45, en Fontes p.323). "Paseando por el claustro y por el jardin, empleaba... el tiempo en sus habituales meditaciones y especulaciones” (Tocco, Vita... c.29, en Fontes p.114). 3 Tocco, Vita... c.41, en Fontes p.114. * ·* , . H-? 102 Sec.ll. Obras de Santo Tomâs teles debia de poseerlas casi igual, a juzgar por el modo de citarlo. Lo mismo ocurre con las obras del Seudo-Dionisio y de San Agustin. Hay trozos en sus escritos, panicularmente en la Suma Teologica, que reproducen literalmente varios pasajes de aquéllos, sin citarlos expresamente \ Citas implicitas transmitidas por su memoria prodigiosa, acaso sin darse cuenta de semejante dependenda. Y a ella se debe, indudablemente, que la erudicion de Santo Tomas, con ser tan rica y variada, no sea empalagosa ni pesada, sino espontanea, oportuna, selecta y perfectamente encuadrada en su propio discurso, formando con él un todo organico y viviente. Poseia el Aquinatense un intelecto poderoso, servido por una asombrosa memoria: esta no aplastaba ni sofocaba a su entendimiento con el peso de sus riquezas y tesoros, sino que era dominada y dirigida por él y puesta siempre a su servicio. Esta observation nos lleva como por la mano a subrayar otra de las caracteristicas mas relevantes de su obra cientifica. Me refiero a su grande origi­ nalidad, perfectamente hermanada con el mayor respeto a la tradition. Nadie mas avido de lectura e information que él. Antes de resolver una cues­ tiôn, procura enterarse de todo cuanto se habia escrito sobre ella por los demas, cualesquiera que fuesen. No ténia aceptaciôn de personas ni prejuicios de ninguna clase, sino una grande amplitud de criterio Xv un afan incansable de buscar la verdad total o fragmentaria en dondequiera que se ofreciese 5. 4 Véase, por ejemplo. San Agustîn, Confessiones 1.10 c.35 n.54 t.2 p.766-768), y Santo Tomâs, Summa Theologiae 1 q.67 a.l. s "En la aceptaciôn o rechazo de opiniones, el hombre no se debe gular por el amor o el odio a quien las Introduce, sino por la certeza de la verdad” (Comentario sobre la Metafisica de Aristôteles 1.12 lec.9 n.2.566). Y en su opusculo De modo studendi, que. segun parece, es auténtico, da este consejo a fray Juan: "No mires a quien te lo dice, sino que » * • * · k.‘i . · Vf J. . . .. Carâcter y co h die ion de las mis ni as 103 Es propio del hombre procéder gradualmente en la conquista de la verdad, como se ve por la histo­ ria de las ciencias y de las artes 6. Todos colaboran a su manera: unos acertando,' vZ otros dando ocasiôn con sus tanteos y hasta con sus equivocaciones a que sus sucesores sean mas cautos y examinen el asunto con mas atenciôn. Por eso, quien sinceramente busca la verdad no debe enojarse con ellos, sino tratarlos con respeto y quedarles agradecido por lo que han contribuido, directa o indi­ rectamente, al hallazgo o al esclarecimiento de la verdad, ùnica y suprema aspiraciôn del sabio7. todo lo bueno que se diga, grâbalo en la memoria” (Divi Thomae Aquinatis monita et preces, ed. Thomas Esser, O. P., p.18, Viena 1882). « “Parece que pertenece a la naturaleza de cada hombre que vaya de lo imperfecto a lo perfecto en la descripclôn adecuada de alguna cosa. procediendo por partes: investigan­ do primero ùna parte y luego otra. Pues pertenece a la natu­ raleza del hombre usar la razôn para el conocimiento de la verdad, Ahora bien, es propio de la razôn no aprender inmediatamente la verdad: por eso pertenece al hombre progresar paulatinamente en el conocimiento de la verdad... Entre las cosas que concurren a lograr una buena descripciôn de algo, el tiempo parece ser como el inventor o un buen cooperador: no que el tiempo obre algo en ese sentido, sino en razôn de aquello que se realiza en el tiempo. Pues si alguien en tiempo precedente trabaja en la investigaciôn de la verdad, el tiempo le ayuda a su encuentro: tanto respecto de un mismo hombre, que después vera lo que antes no veia, como respecto de hombres distintos, en cuanto que uno ve las cosas encontradas por sus predecesores y sobreanade algo por su parte. Y de este modo se ha logrado el progreso en las artes, en las que se comenzô inventando muy poco, y después paulatinamente, por obra de muchos, se logrô gran progreso, porque a cada uno corresponde anadir lo que faltô a los predecesores” (Comentarios sobre la Etica de Aristôteles 1.1 lec.11 n.132-133, ed. Pirotta, O. P., Turin 1834). 7 “Los hombres se ayudan mutuamente en el conocimien­ to de la verdad. En efecto, uno es ayudado por otro en la consideraciôn de la verdad de dos modos, uno directo y otro indirecto. Directamente, cada uno es ayudado por aquellos que encontraron la verdad, porque, como queda dlcho, cuan­ do cada uno de los precedentes encontrô algo de verdad, entre todos introducen a los posteriores al gran conoci­ miento de la verdad. Indirectamente, en cuanto que los anteriores, errando en la verdad, dleron ocasiôn a los poste­ riores a ejercitarse en la dlscusiôn diligente y lograr que apareciese mâs limpiamente la verdad. Ahora bien, es Justo que nos sintamos agradecidos a aque­ llos que nos ayudaron en tanto bien, es declr en el cono­ cimiento de la verdad: no sôlo a aquellos que uno Juzga que han encontrado la verdad, con cuyas opiniones uno comulga slguléndolas. sino también a aquellos que proce- > ’K? 104 Sec.H. O bras de Santo Tomâs Nadie, por muy competente que sea, se basta a si mismo. Necesita de la colaboraciôn de los demas, y siempre puede y debe aprender de ellos 8. La prudencia en los estudios, lo mismo que en las acciones, exige que el verdadero sabio consulte la experienda de los demas que se encontraron ante los mismos o parecidos problemas, y que los oiga con atenciôn y respeto La justicia tam­ bién pide que se oiga a las dos partes, con sus razones o motivos, antes de fallar en pro de una y en contra de otra °. La conquista de la verdad no es obra de un hombre solo ni de una sola época, sino de toda la humanidad pensante a través de los siglos. Cada sabio o cada época contribuye con su grano de arena, y todos juntos constituyen el acervo de la ciencia v de la cultura de la huma­ nidad ”, dleron superficialmente en la indagaciôn de la verdad, aunque no slgamos sus opiniones, porque también éstos nos dan algo: el ejercitamos en la bùsqueda de la verdad” (In II Me· taphysicerum lec.l n.287-288. Cf. In XII Metaphysicorum lec.9 n.2.566; In I De anima lec.2 n.30; In Ps. 43 n.l). "Desaprobar la opinion del amigo no es contrario a la verdad, que se busca principalmente en las ciencias especulativas.. Y aunque, en general, por razôn comûn a todos los hombres, la verdad debe ser preferida a los amigos, esto deben hacerlo especial mente los filôsofos, que son profesores de la sabiduria, que es el conocimiento de la verdad" (In I Ethic, lec.6 n.75-76). 3 “El oir es necesario para la sabiduria, como se dice en Eclo. 6.33: si quieres oir seras sabio; y también es necesario al sabio, segûn Prov. 1,3: el sabio oyendo se hard mds sabio. De modo parecldo es necesario a cada uno, porque nadie se basta para excogitar todas las cosas que pertenecen a la sabiduria y por eso ninguno es tan sabio que no sea instruido por otro: porque, si oye cosas buenas, es ayudado recibiendo; si oye cosas malas, es ayudado conociendo cosas mejores” (In PsA3 n.l, en Opéra, ed. Vives, t.18 p.495-496). ’ "Es decir, cuando el hombre aplica su atenciôn solicita, frecuente y reverentemente, a la experienda de los antepasados, no desatendiéndola por desidia, ni despreciândola por soberbia” (Summa Theologiae 2-2 q.49 a.3 ad 2). “Asi como en los juicios nadie puede juzgar sin oir las razones de ambas partes, asi también quien debe oir filosofia està en mejores condiciones para juzgar si oye todas las razones de los que dudan contrariamente” (In III Metaphysic. lec.l n.342). il "Si bien lo que un solo hombre puede aûadir con su estudio e ingenio al conocimiento de la verdad sea poco en comparaciôn de toda la consideraclôn de la verdad, sin embargo, aquello que resulta de la articulaclôn de todos, es Carâcter y condiciôn de las mismas 105 Es pedante, es injusto, es necio hacer tabla rasa de todo el pasado. La experiencia ensena que la inmensa mayoria de los hombres, aun de los que se dedican a la ciencia y a la investigacion, siguen el camino trazado o senalado por otros, por mas protestas que hagan de originalidad e independencia. Y los mismos verdaderamente originales lo son en minima parte si se compara con lo que deben a los demas *12. Informaciôn universal respecto de todo, suma correcciôn en el trato: he ahi una de las caracteristicas de Santo Tomâs como hombre de ciencia. Créé en la buena fe de los que van en pos de la sabiduria y los trata con la maxima consideration, sabedor de lo noble de la empresa y de lo dificil de coronaria13. No es pendenciero ni cicatero, sino justo y bondadoso: le basta ver en ellos un atisbo de verdad para quedarles agradecido, y declr, de la colecciôn de todos los hallazgos, es algo grande, como se puede ver en cada una de las artes, que lograron un crecimlento admirable debido al estudlo e ingenio de muchos” {In II Metaphysic. lec.2 n.276). 12 “La virtud intelectual se engendra y aumenta mayormente por via de ensenanza. La razôn de ello es porque la virtud intelectual se ordena al conocimiento, que en nosotros proviene mâs de la ensenanza que de la invenclôn. Pues son mâs los que pueden conocer la verdad aprendiendo de otros que encontrândola por su cuenta; y aùn los que la encuentran por si, es mâs lo que aprenden de otros. Pero como en el aprender no se puede procéder hasta el Infinito, es necesario que los hombres conozcan muchas cosas por su cuenta. Y como todo nuestro conocimiento se origina en los sentidos, y el sentir muchas veces causa experiencia, consiguientemente, la virtud intelectual necesita experien­ cia y largo tiempo” {In II Ethic, lec.l n.246). 13 “Es necesario amar a unos y a otros, esto es, a aquéllos cuya opinion seguimos y a aquéllos cuya opinion ré­ pudiâmes Pues unos y otros se preocuparon de buscar la verdad, y en esto nos ayudaron a nosotros" {In XII Meta­ physic. lec.9 n.566). Y después de exponer las diversas soluciones de los filôsofos sobre el magno problema del ultimo fin del hombre y subrayar las dlficultades que todas ellas implican, anade con acentos de sentida conmiseracion: ’en lo cual bien claro estâ cuanta angustia padecîan aqui y allà sus preclaros ingenios’. Sola la luz de la revelaciôn pudo iluminar y dlsipar definltlvamente las sombras de este acuclante problema: “de tales angustias seremos llberados si admitimos... que el hombre puede llegar a la verdadera felicidad después de esta vida, admltlda la inmortalldad dei alma humana" {Srnna contra gentiles. 1.3 c.48). 106 Sec.II. Obras de Santo Tomas hasta para atribuirles generosamente el hallazgo hecho por él; y si se han equivocado, no se ensana con ellos, sino que procura disculparlos o interpretarlo en la forma menos desfavorable. Solamente cuando la mala fe es palpable, y la insolencia manifiesta, y los procedimientos demagogicos, como en las luchas de los gerardinos contra los mendi­ cantes y de los averroistas latinos contra la sana filosofia y teologia, es cuando emplea un estilo mas fuerte, en nombre de la verdad ultrajada, para desengaho de incautos, pero sin traspasar los limi­ tes de la correction 14. Cualidad envidiable, que le atrajo, por un lado, el respeto y hasta la admiration de sus mismos adversarios, como el de Siger de Brabant y el de toda la Facultad de Artes de Paris15, logrando con ella atraerlos a la verdad, y por otro, le pro­ curo hacerse dueno de todo lo bueno y verdadero 14 A contumeliis abstinendo (De perfectione vitae spiri­ tualis c.26, ed. Mandonnet t.4 p.264). 15 Cf. F. Van Steenberghen, Siger de Brabant d’après ses oeuvres inédites (Louvain 1931); Les oeuvres et la doctrine de Siger de Brabant (Bruxelles 1938); B. Nardi, Il preteso tomismo di Sigeri di Brabante: Glornale Critico di Filosofla Italiana 17 (1936) 25-35; 18 (1937) 164-165. La famosa carta de la facultad de artes de Paris al capitulo general de Lyôn puede verse en Fontes vitae S. Thomae Aquinatis p.583-586. Benedicto XIV admlraba esta cualldad del Santo sobre todas las demis: "El Angélico Principe de las Escuelas y Doctor de la Iglesia, Santo Tomas de Aquino, al escribir tantos y nunca bastante encomiados volumenes, necesariamente chocô con varias opiniones de filôsofos y teôlogos que, por exigencias de la verdad, debia refutar. Ahora bien, las demis alabanzas de este dcctor estàn admirablemente acumuladas en esto: que no se le vio menospreciar, morder o falsificar a ningün adversario, sino atraérselos a todos dellcada y cortesmente. Pues si en sus dlchos encontraba algo mis duro, ambiguo u oscuro, lo suavizaba interpretindolo mis suave y benlgnamente; pero si la causa de la religion pedia deshacer y refutar su opinion, lo haiia con tanta modestia, que mereeia no menor alabanza dlslntlendo de ellos que aflrmando la verdad catôlica" (Const. Sollicita et provida, citada por J. Berthier. O. P., en su S. Thomas, "Doctor Communis” Ecclesiae t.l p.161, Roma 1914). Caracter y condiciôn de las nüsmas 107 4* en ellos existante, sin mezcla de error ni de incertidumbre, particularmente en materias teolôgicas Pero ese grande respeto a la tradition no excluye en él la critica, la selection, la originalidad; antes bien las estimula y es un acicate para lanzarse audazmente a nuevas conquistas. Aunque respetemos a todos, decia, debemos, sin embargo, decidirnos por los mas seguros y mejor informados17. El se decidiô por Aristoteles en filosofia y por San Agustin en teologia, pero sin exclusivismos de ningùn género. Y respecto de estos mismos empleô con acierto su critica literaria y doctrinal. No aceptaba sin examen la atribuciôn de todas las obras que circulaban con sus nombres. El libro De ecclesiasticis dogmatibus, que corria a nombre de San Agustin, lo atribuyô con razôn a Genadio 18; tampoco admite como suyo el De spiritu et anima, sino que lo adjudica al cisterciense Alger de Clairvaux 19. La diversidad de estilo le hace pensar que el opùsculo De unitate et uno no es de Boecio, y la critica moderna le ha dado la razôn 20. El fue, asimismo, quien primero descubriô que el famoso Liber de causis no era de Aristoteles, sino una com’6 “Porque el autor los venerô en sumo grado, por eso logrô en cierto modo el entendimiento de todos” (Cayetano, O. P. In Summam Theologiae 2-2 q.148 a.4). 17 ‘‘Sin embargo, es necesario persuadirnos de los mas seguros, esto es, seguir la opinion de aquéllos que llegaron a la verdad con màs certeza" (In XII Metaphysic. lec.9 n.2.566). Aquel libro no es de Agustin, sino 18 Quodlib. 12 a.10c: de Genadio”. 19 Cf. G. Théry, O. L’authenticité du “De Spiritu et Anima” dans Saint Thomas et Albert le Grand: Revue des Sciences Philosophiques et Théologiques 10 (1921) 373-377. 20 “Aquel libro De Unitate et Uno no es de Boecio, como indica el mismo estilo”. (Quaestio disp. De spiritualibus creaturis a.l ad 21). Su verdadero autor es el famoso Do­ mingo Gonzâlez o Gundisalvi. como ha demostrado Paul Correns, Dic dem Boethius falschlich zugeschriebene Abhandlung des Dominicus Gundisalvi de Unitate: Beitriige zur Geschichte der Philosophie des Mittelalters, Bd. I belt 1 (Münster in Westfalen 1891). L· A ■ •■•tt Μ Sec.il. 108 #2 ’· • » . Carâcter y condiciôn de las mismas Obras de Santo Tomas pilaciôn extractada de la Elernentatio theologica, de Proclo 2122 . Se procurô nuevas y mas fieles traducciones de Aristoteles y de los Padres griegos, gracias a su amigo y hermano en religion Guillermo de Moerbeke, penitenciario del papa y doctisimo helenista. Sus escrupulosas traducciones estan hechas sobre magnificos originales griegos, como hoy reconocen los criticos n. Y cuando hay diversidad de lectura en distintos codices, el fino instinto critico de nuestro santo le hace sacar buen partido de ella, quiza con la colaboraciôn dei mismo traductor, pues él no poseia el griego a fondo. Sabe también librarse de un excesivo literalismo en las traducciones. Cada lengua tiene su genio y sus idiotismos, pudiendo ocurrir que lo que suena bien en una sea malsonante en otra. Por eso, no es siempre prudente entre los latinos hablar como los griegos2324 . *25 La cronologia de las distintas obras de un mismo autor era otra de las cosas que ténia muy en cuenta, en la medida en que ello era posible por aquellas calendas. La aplicô a San Agustin, gracias a los datos por él consignados en sus Retractationes, sacando buen partido en las cuestiones de la gra24 cia . Pero de una manera particular empleô la critica doctrinal con relation a las fuentes de que depern den. Repetidas veces, cuando se trata de San Agus­ tin, advierte que habia more platonicorum, en cuyas In librum “De causis” lec.l en Opuscula, ed. Mandonnet, t.l p.196. 22 Cf. M. Qrabmann, Forschungen Uber die lateinische Aristotelesübersetzungen des XIII Jahrhunderts (Münster in Westfalen 1916): Guglielmo di Moerbeke O. P., il traduttore delle opere di Aristotele p.87-160.171-193 (Roma 1946). 23"Muchas expresiones que suenan bien en la lengua griega, quizâ no suenen bien en latin” (Contra errores graecorum, prol., en Opuscula t.3 p.280). 24 "Los errores surgidos sobre la fe dieron ocasiôn a los Santos Doctores de la Iglesla a que expusleran con mayor circunspecciôn las cosas de la fe, a fin de eliminar los errores surgidos: y asi es claro que los doctores que vlvle2’ doctrinas estaba imbuido, y a las que adheria cuanto lo permitia la fe, pero sin comprometerla; no siendo justo en tales casos dar a sus palabras mas valor que el de sus fuentesY tratandose de Aristoteles, advierte con frecuencia que no deben tomarse siempre sus frases y sus ejemplos como suenan, especialmente en sus obras lôgicas, por cuanto en ellas acostumbra emplear ejemplos y modismos de los sofistas 26. Sometia, pues, sus lecturas a una severa critica, no teniendo otra meta que la verdad: «amante unicamente de la verdad» 27 ; porque la verdad es —; y algo divino —«la verdad es algo divino» 2829 conocer a Dios es el ùnico fin de toda nuestra vida; «pues, para usar palabras de Hilario {De Trinitate I 37), soy consciente de que la principal obligation de mi vida es deberme a Dios, de modo que todas mis palabras y sentidos hablen de El2’. Saber lo que piensan los demas no es un fin en ron antes del error de Arrio no hablaron tan expresamente de la unidad de la esencia divina como los doctores siguientes; y cosa parecida ocurre con los demâs errores. Lo cual qcurre no solo en doctores diversos, sino incluso en el mismo Agustin, egregio entre los doctores: pues en los libros que escribiô después de nacida la herejia de los pelagianos, habia mâs cautamente del poder del libre albedrio que en los libros que escribiô antes de nacer dlcha herejia, en los que, defendiendo la libertad del libre albedrio contra los maniqueos, proflrlô algunas cosas que asumieron los pela­ gianos, contrarios a la gracia divina, en defensa de su error” (Contra errores graecorum, prol. p.279). 25 De veritate q.21 a.4 ad 3; De spiritualibus creattiris a.9 ad 1; a.10 ad 8; Summa Theologiae 1 q.77 a.5 ad 3; q.84 a.5c; 2-2 q.23 a.2 ad. 1. Véase a este propôsito el sensato estudio de Boyer, S. I., Saint Thomas et Saint Augustin, en sus Essais sur la doctrine de Saint Augustin p.138-165 (Paris 1932). 26 ‘‘Pues muchas veces en la lôgica usa ejemplos no verdaderos segün su propia opinion, sino probables segùn la opinion de otros” (De malo q.l a.l ad 11). "Acostumbrô Aristoteles, princlpalmente en los libros de lôgica. poner ejemplos que eran probables en su tlempo, segün la opi­ nion de algunos filôsofos” (Summa Theologiae 1 q.48 a.l ad 1). ___ 27 Leôn XIII, enciclica Aeterni Patris, en J. Berthier, O. P., S. Thomas Aquinas, “Doctor Communis” Ecclesiae t.l n.208 p.189. 23 In I Ethicorum ad Nicomachum lec.6 n.77. 29 Summa contra Gentiles 1,2. k.· r it' ■· * 'X’'· r. / < ce L'i*' ■ 109 i ; il T: ' > · ·. I 110 Sec.II. Obras de Santo Tornas si, sino un medio para mejor conseguir la posesiôn de la verdad. La historia por la historia no le interesa. De él es esta frase, que vale un mun­ do: El estudio de la filosofia no es para saber qué hayan pensado los hombres, sino para ver cuâl es la verdad de las cosas 30. De la que es digno colofon esta otra: pues no pertenece a la perfection de mi entendimiento saber qué es lo que quieres o entiendes tu, sino solo cuâl es la verdad de la cosa 31. I « .T-.rSE I I Ί ·.>>>ίy •4 < ;* Λ I ... ί * G. ? · Nada mas lejos de él que el eclecticism© o que el mero papel de compilador. Domina sus fuentes de information, las organiza, las completa y las perfecciona con su propio trabajo personal. Con ser tan respetuoso para con los demas y tan tra­ dicional, Santo Tomas aparedo ante sus contem­ poraneos como un novador y casi como un revolu­ tionary. Revolucionario en filosofia y en teologia, siendo creador de una nueva corriente doctrinal conocida con el nombre de tomlsmo. Monsenor Martin Grabmann ha hecho justicia a esta cualidad de Santo Tomas cuando escribe: «En el modo y manera con que el Aquinatense aprecia y utiliza en detalle a Aristoteles y a sus comentaristas griegos, a la filosofia arabigo-judaica, a las fuentes neoplatônicas, a San Agustin y a los Padres de la Iglesia, a las obras de los antiguos escolasticos y de sus inmediatos predecesores y contemporaneos suyos, se manifiesta una gran dosis de objetividad y de circunspecciôn cientifica sumamente equilibrada, una union serena de respeto y de critica inteligente, objetiva y no pocas veces historica. Cuanto mas se investiga y se penetra en cada M In I De caelo et mundo lec.22 η.8. 31 Summa Theol. 1 q.107 a.2 CL Ibid., q.12 a.8 ad 4. Carâcter y condiciôn de las nüsmas 111 una de las cuestiones, como, por ejemplo, en la teoria del conocimiento y en la psicologia, en la metafisica y teodicea, en la moral y en la mistica y en la teologia sacramentaria, a base de un anâlisis esmerado de las fuentes publicadas e inéditas, tanto mas se aprecia y reconoce el fino y delicado modo con que el santo ha sabido reunir en un hermoso tejido las variadas y dispersas hebras de elementos intelectuales anteriores, admirando la enorme fuerza intelectual que ha sido preciso desarrollar para dominar y armonizar todos esos materiales. El empleo de las fuentes por Santo Tomâs no es mera enumeraciôn ni yuxtaposiciôn de las sentencias o pareceres de los otros de un modo rutinario y material, ni es tampoco un eclecticismo enfermizo, sino una penetration personal, elabo­ ration y perfeccionamiento de los resultados obtenidos por anteriores indagaciones. Tomas trans­ forma y valora ese enorme material de la tradition cientifica al servitio de la verdad certeramente avistada. La entelcquia, la forma que da hechura, que ordena todos esos elementos extranos, que lo asimila y vivifica, es el genio especulativo de Santo Tomas, independiente, creador de una sintesis su­ perior en donde se coordinan y unifican todos los conocimientos verdaderos» 32. Y del célébré profesor protestante R. Seeberg son estas palabras: «Santo Tomas fue el gran adalid del progreso entre los teôlogos dei siglo xiii, el que sometiô mas que ningun otro la tradition a severa critica, transformandola. Pero en él fue tan vivo el amor de la cienda como la devociôn y adhesion a la doctrina de la Iglesia. Por eso creô un sistema en el cual se dan la mano de una manera verdadcramentc admirable el mas fuerte 32 Das Seelenleben des hl. Thomas von Aquin, traducclôn espaflola de Octavio N. Dehisi, La vida cspiritual de Santo Tomâs p.147-148. 112 _- X,.· * < Sec.II. Obras de Santo Tomas apego a la tradition conservadora de la Iglesia con las aspiraciones mas audaces de nuevas conquistas cientificas. Este gran teôlogo iba, en realidad, al frente del progreso filosôfico, siendo al mismo tiempo el mas recio defensor de la tradicion de la Iglesia» 3334 . La teologia tradicional, heredada del siglo xn y codificada en las Sententias de Pedro Lombardo, era hostil al uso de la razôn en la explicaciôn de los dogmas, contentandose con reunir y ordenar los testimonies de los Padres, particularmente del mayor de todos ellos, San Agustin. Los excesos de Roscelin, de Gilberto de la Portée y de Abelardo les habian prevenido contra el uso de la dialectica, que ellos consideraban como una es­ pecie de racionalismo, sustituyendo en su lugar un cierto misticismo piadoso y contemplativo derivado de San Bernardo y cultivado con brillantez por Ricardo y por Hugo de San Victor. Por otro lado, la invasion de la Fisica, de la Metafîsica y de la Etica de Aristoteles, envueltas en comentarios y exposiciones de arabes y judios, les hizo todavia mas cautos en los primeros decenios del siglo xiii. Recuérdense las prohibiciones de 1210 —concilio de Sens— y las del legado pontifi­ cio Roberto de Courçon (1215), exception hecha de la Lôgica y de la Etica. Gregorio IX renueva en 1231 las anteriores prohibiciones, pero con una atenuaciôn importante, mientras se corrijan, y encarga dicha correction a una comisiôn de teôlogos formada por Guillermo de Auxerre, Simon de Authies y Esteban de Provins. Mas la muerte prema­ tura del primero dejô sin efecto tan sabia provisiôn M. 33 Lehrbuc/i der Dogmengeschichte t.3 p.138 (Leipzig 1913), cltado por M. Grabmann. o.c.» p.149. 34H. Denifle, O. P., Chartularium Universitatis parisientis t.l p.136-139.143-144; M. Grabmann. I divieti ecclesiastici di Aristotele sotto Innocenzo HI III e Gregorio IX p.42-133 (Roma 1941). Carâcter y condiciôn de las m'tsmas 113 Entretanto, la penetration de Aristoteles en la Universidad de Paris seguia su curso. La naciôn inglesa impuso en la Facultad de Artes la ensenanza no solo de la Logica, sino también de los libros De anima (1252), y tres anos mas tarde (1255) anexionô a su programa todas las obras conocidas del filôsofo griego, incluyendo la Fisica y la Metafisica. Y ciertos brotes de averroismo indujeron a Urbano IV en 1263 a repetir la prohi­ bition de Gregorio IX35. A pesar de ello, todos estudiaban y citaban a Aristoteles y a sus comentaristas arabes. Los teôlogos, como Alejandro de Haies y San Buenaventura, los aducen con frecuencia, aunque mas bien a titulo de ornamento literario que a titulo de verdadero instrumento incorporado a la obra teolôgica doctrinal. El doctor ùnico en Teologia y en Filosofia es San Agustin, o lo que ellos creian tal, pues admitian como auténticas varias obras apôcrifas, como el libro De spiritu et anima. Todo el humano saber quedaba incorporado a la teologia y absorbido por ella, a pesar de ciertas protestas de distinciôn 36. La teologia misma no era una cienda propiamente dicha, sino una cienda segun la piedad, afectiva, contemplativa, mistica. Los filôsofos, abusando de la autoridad de Aris­ toteles, a quien no sabian distinguit de las adherencias contraidas por el contacto con sus comen35 Denifle, Chartularium... t.l p.227-230.277-279.427-428; P. Mandonnet, O. P., Siger de Brabant2 en Les Philosophes Belges t.6 n. 27-63: De l’action d’Aristote sur la formation des courants doctrinaux du XHIe siècle (Louvain 1911). 36 “Toda la sabidurfa de la filosofia no es nada sln la sabldurfa de la fe crlstiana” (Roger Bacon, O. F. M., Opus tertium c.15, ed. J. S. Brewer, Fratris Rogeri Bacon Opera quaedam hactenus inedita p.53, London 1859). “La sablduria de la filosofia toda ha sido revelada por Dios y dada a los filôsofos” (o.c., c.23 p.74). Sobre este punto pueden consultarse, entre otros, P. Mandonnet. O. P., Siger de Bra­ bant I c.9 p.239-248; F. Ehrle, S. I., L’agostinismo e I’aristotelismo nella scolastica del secolo XIII, en Xenia Thomistica t.3 p.517-588; E. Gilson, La philosophie de Saint Bonaventure p.30-38.88-118 (Paris 1929); Le thomisme^ p.5457 (Paris 1927). L I > r» - 114 Sec.II. Obras de Santo Tomas K taristas y expositores arabes y judios, se creian en posesiôn de la ùnica y verdadera ciencia, sin preocuparse de sus repercusiones en el dogma y la moral cristianos, propugnando no solo la distinciôn entre filosofia y teologia, sino admitiendo también su separation y su oposiciôn. Una misma cosa puede ser verdadera en filosofia y falsa en teologia, y el filôsofo como tal no debe tener en cuenta para nada las ensenanzas de la fe. La autonomia v autosuficiencia de la filosofia eran absolutas. r 5 <>V· * • ~ J? ·> San Alberto Magno fue quien primero se dio cuenta de la necesidad de revisar a fondo las po­ siciones de los unos y de los otros. La filosofia debia cultivarse sobre bases mas amplias, no contentandose con Aristoteles solo ni con solo Platon, sino procurando armonizar entre si lo verdadero de ambos en una sintesis nueva y superior: «sepas que no se perfecciona el hombre si no es en la ciencia de las dos filosofias, la de Aristoteles y la de Platon» 37. La iluminaciôn de lo alto debia conjugarse con la experimentation de lo bajo y sen­ sible, mediante la teoria de la abstraction. Con ella quedaba echado el puente de union entre San Agustin, représentante del platonisme, y Aristo­ teles. Las adherencias arabes y judias del nuevo Aristoteles podian aceptarse en la medida en que cabia reducirlas al platonismo agustiniano y al empirismo aristotélico, respetando siempre y ante todo los dogmas de la fe. La teologia, asimismo, debia también ampliar sus bases, sirviéndose de la filosofia, ya depurada y mejor cultivada, ademas dei argumento tradicio­ nal de autoridad. Sin dejar de ser una ciencia segün la piedad y mas afectiva que especulativa, 3? Metaphysica 1.1 tr.5 c.15, en Opera ed. A. Bokgnet, t.6 ρ.113α. - Carâctcr y condiciôn de las mismas debia revestirse de la técnica que le ofrecia una filosofia mejor elaborada y mas adaptable a su servicio. Revestida de esa coraza y equipada con sus armas, que ella debe utilizar en servicio de la verdad revelada, la teologia se convierte en armadura de los Inertes 30, no como simple ornato de ostentation sino con la eiicacia de un fuerte armado. De esta suerte, sin quedar absorbida la filosofia por la teologia ni tampoco enfrentada con ella, quedaba abierto el campo a su mutua armonia y colaboraciôn, con beneficio para ambas y para toda la humana cultura. Ideal genial que el santo obispo de Ratisbona llevo adelante con laboriosidad incansable y defendiô con tesôn teutônico contra toda clase de adversarios de dentro y de fuera de su Orden. El teologo puede y debe usar de la filosofia como au­ xiliar suyo, no como principal y dominante: «Las otras (ciendas filosôficas) le sirven en cuanto que ella (la teologia) usa de ellas en provecho suyo» 38 39. Por tanto, «pueden ser utilizadas secundariamente, y son muy ùtiles..., aunque algunos, por ignoran­ da, pretenden impugnar de todos modos el uso de la filosofia, maxime entre los predicadores, donde nadie les resiste, blasfemando, como brutos anima­ les, de las cosas que ignoran» 40. Pero, hombre d^ mas érudition que originalidad y de mas curiosidad que penetration, no logrô dominar plenamente todos los vastisimos materiales que habia acumulado; falto de critica y de verdadera sintesis, no consiguiô evitar un cierto eclecticismo que traduce, sin pretenderlo ni quererlo, un espiritu de compilador. la armadura de los inertes es el siloglsmo y la slmllltud congruente, con que adelantamos en esta ciencia’’ (In 1 Sent, expositio prologi, en Opera t.25 p.8b). 39in Epistolas B. Dionysii Areopagitae ep.7 ξ 1 dub.unlc. ad 4 en Opera t.14 p.907b. Cf. in ep.9 § 10 dub.unlc. ad 4; Ibid., p,1003b-1004a. 40 O.C., ep.8 § 2 dub.unlc. c. p.910a. 38 “Pero 116 SeelI. Obras de Santo Tomas Su plena realization estaba reservada a su dis­ cipulo predilecto, Santo Tomas. Ante los ojos de la misma Santa Sede, y estimulado y aprobado por ella, emprendio el santo una revision completa del corpus aristotelicum. En lugar de trabajar sobre el Aristoteles transmitido en infieles traducciones y glosado por los arabes y judios, como hizo su maestro, procurô aislarlo de todas sus adherencias y purificarlo de toda sus incorrecciones, gracias a una traduction directa y fiel de su amigo Guiller­ mo de Moerbeke, hecha sobre los mejores ma­ nuscrits griegos. Y sobre tai base emprendio un comentario literal de sus obras principales, verdadero modelo en su género por su sagacidad y exactitud, que le mereciô el titulo de Expositor por excelencia41 y aùn hoy provoca la admiration de los criticos, como Brentani, Hertling, Rolfes, Colle42, no omitiendo corregirlo y rectificarlo cuando se separa del dogma cristiano 43 o cuando le parecia que se habia equivocado 44. Admite el santo la doctrina aristotélica del ori­ gen de nuestro conocimiento, de los universales, de la teoria de la ciencia, del acto y de la potentia, del alma como forma substantial del cuerpo, de la analogia del ser. Pero la eleva y completa con elementos provenientes de los neoplatônicos y de los arabes a través de San Agustin, del Seudo41 “En la exposiclôn literal de Aristotelea no tuvo igual: de ahi que los fllosofos lo llamen Expositor por excelencia” (Luis de Valladolid, Brevis historia Conventus Parisiensis fratrum Praedicatorum, ed. Martene et Durand, O. S. B., Veterum scriptorum et monumentorum amplissima col­ lectio t.6 coi.561, Paris 1729). « Cf. M. Grabmann, Die Aristoteleskommentare des heiligen Thomas von Aquin en Mittelalterliches Geistesleben p.266-314 (München 1926); O. Mazzella, San Tommaso e Aris­ totele: Acta Hebdomadae Thomistlcae p.44 (Roma 1924). 43 Véase, por ejemplo. In VIII Physicorum lec.2 n.16; lec.3 n.l. 44 Cf. Dom. Valfredi, O. P., Commentarius Apologeticus de usu Philosophiae In theologicis Divi Thomae p.67.89-91 (Genuae 1777): S. Talamo, L’Aristotelismo della scolastica nella Storia della Filosofia' p.156-157.162-170-171 (Slene 1881); O. Mazzella, San Tommaso e Aristotele: Acta Hebdomadae Thomistlcae p.45. · » · ϊτ ■ : r .y..r /A ΓΤ M&b· e- < ·... E··’ - tiRTw· Λ*·/.., χ. ; · *‘ . *’<> · • &· ·· ·? U Carâcter y condition de las mismas 117 Dionisio, de Proclo, de Boecio y de Avicena, no sin haberlos pasado antes por el tamiz de su pro­ pio pensamiento. La doctrina de la participation, la de la creation, la dei Acto Puro, la de la composition de esencia y existencia, y de esencia, potentias y operationes en todo ser creado, son otros tantos complementos de la iilosofia de Aristoteles y perfectamente ensamblados en ella, con pleno dominio de los materiales ajustados. Un estudio profundo y detenido de las obras de Aristoteles y de San Agustin le descubriô, detrâs de la letra, el verdadero espiritu de ambos, que no era antitético ni antagonista, sino perfectamente armonizable en el fondo, como todos los fragmen­ tes de verdad. Se apoderô, pues, de él, y, elevandolo al cubo con el empuje de su propio genio, logrô reunir en una sintesis propia y personal, pero muy superior, cuanto de bueno y sano habian dicho aquéllos, poniendo como base la experienda y la técnica aristotélicas, y como remate, las ge­ niales intuiciones agustinianas, enriquecidas con aportaciones personales de los mas subidos quila45 tes . Sintesis grandiosa que hizo sufrir hondas trans­ formationes a los elementos ensamblados con no pocas ni leves rectificaciones, pero que respondia a las exigendas de una verdadera filosofia peren­ ne, a que aspiraron siempre Aristoteles y San Agustin. En este sentido profundo y verdadero fue Santo Tomas mas aristotélico y mas agustiniano que los aristotélicos y agustinianos de todos los tiempos, y el mas grande discipulo y continuador de ambos que han conocido los siglos. 45 Cf. cardenal C. Laurenti, San Tommaso Dottore e San­ to: Acta Hebdomadae Thomistlcae p.231; E. Gilson, L’idée de philosophie chez Saint Augustin et- chez Saint Thomas d’Aquin: Acta Hebdomadae Augustinianae-Thomistlcae p.83 (Roma 1931). Sec.II. 118 O bras de Santo Tomâs Como dice hermosamente el cardenal Laurenti, «Agustin, que conociô y admirô los libros lôgicos de Aristoteles, no parece que conociese los libros fisicos v metafisicos. De haberlos conocido, es seguro que los hubiera iluminado con su pensamiento, y quiza se hubiera anticipado en ocho siglos la sintesis que delineô la inteligencia soberana de Santo Tornas»46. Pero el hecho es que nuestro santo la realizô insuperablemente. Monsenor Grabmann ha escrito con razôn: «La obra de siglos, mas perenne que el bronce, que produjo el Aquinate es la sintesis entre Agustin y Aris­ toteles» 47. Filosofia autônoma, perfectamente dis­ tinta de la teologia, pero en pleno acuerdo con el dogma: una filosofia cristiana en el pleno sentido de la palabra, sin dejar de ser filosofia en el pleno sentido de la palabra, segùn frase lapidaria de Esteban Gilson 48. Los dos primeros libros de la Summa contra Gentiles y las Cuestiones disputadas De Veritate, De Potencia, De Anima y De spiritualibus Crea­ turis son su mas acabada expresiôn y la realizaciôn mas perfecta del ideal de una verdadera y auténtica filosofia; porque «la filosofia de Santo Tomas es el punto culminante de una lenta y laboriosa ascen­ sion dei pensamiento humano» 49*y «la sintesis filosôfica mas perfecta que ha creado el humano in­ genio» \ «la sintesis de una filosofia perenne» 51. J 46 Cardenal C. Laurenti, S. Agostino e S. Tommaso: Acta Hebdomadae Augustinianae-Thomisticae p.209-210 (Roma 1931). 47 De quaestione "Utrum aliquid possit esse simul cre­ ditum et scitum" inter scholas augustinismi et aristotelicothomismi medii aevi agitata·. Acta Hebdomadae Augustinianae-Tbomisticae p.139. 48 L’idée de philosophie chez Saint Augustin et chez Saint Thomas d’Aquin: Acta Hebdomadae Augustlnlanae-Thomisticae p.84. 49 Cardenal C. Laurenti. San Tommaso Dottore e Santo: Acta Hebdomadae Thomlstlcae p.222. 5® O. Mazzella, San Tommaso e Aristatele: Acta Hebdo­ madae Thomlstlcae p.50. 51 O Mazzella, o.c., p.49. Carâcter y condiciôn de las mistnas 119 La teologia debia aprovecharse de un instru­ mento tan ùtil para la mejor defensa y explication de los dogmas. Dirigida y elevada por la fe, que busca una cierta penetration de su objeto, le ser­ vira de medio para conseguirla. Gracias a este uso de la filosofia, la teologia se constituye en verdadera y auténtica cienda, sin menoscabo de su afectividad y de su elevation. La mayor inteligencia de los misterios, que procura la teologia, no sera puramente mistica y subjetiva, sino también cientifica y objetiva. Pero no debe limitarse al uso de la gramâtica y de la dialectica, como era corriente en las escuelas antes de Santo Tornas, sino que debe utilizar todas las ciendas sin temor alguno, sobre todo la psicologia, la ética y la metafisica: «La teologia, en cuanto que es la principal de todas las ciendas, contiene en si algo de todas ellas» 32. Kf Teniendo en cuenta, sin embargo, que «cuando la sagrada doctrina utiliza argumentes filosôficos en provecho propio, no los acepta por la autoridad de los que los profieren, sino por la razôn de lo que se dice: de ahi que acepte lo que esta bien dicho y rechace lo demas» 52 53. De esta suerte, la teologia resulta mas compleja y dificil, pero también mucho mas rica y fecunda. Basta comparât los comentarios de Santo Tomas a las Sentencias de Pedro Lombardo con otras obras similares de sus predecesores y contempo­ raneos para darse cuenta de la distancia que los separa. Con Santo Tomas comienza de veras una nueva época de la filosofia y de la teologia; el cambio sufrido por ellas fue, en realidad, profundo v gigantesco. La colaboraciôn de la fe y de la razôn en la obra mancomunada de la cienda teoTomâs, In I Sent, dist.22, expositio textus, ed. P. Mandonnet, p.543 (Paris 1929). 53 Santo Tomâs, In librum Boethii "De Trinitate” q.2 a.3 ad 8, en Opuscula, ed. P. Madonnet, t.3 p.53 (Paris 1927). 52 Santo 11:11 120 3 Sec.II. Obras de Santo Tomâs lôgica quedaba asegurada para siempre, por estar fundada sobre bases inconmovibles. Y todo ello revestido de una forma literaria concisa y transparente, sencilla y elegante, serena y vigorosa, y expuesto con un orden tan acabado que parece obra de una inteligencia sobrehumana. Sucede con frecuencia que las inteligencias su­ periores y geniales no son capaces de adaptarse a las mediocres o inferiores. Santo Tomas tiene el don de saberse adaptar a todas. Lo mismo escribe opùsculos o compendios para los estudiantes que disputas o disertaciones para los maestros. Preocupado ünicamente de la verdad, emplea las oraciones enunciativas y prescinde de las metaforas y de todo lenguaje figurado, que es mas propio de la retôrica que de la ciencia: «expresar algo en metaforas pertenece a los poetas...; sin embargo, no basta expresar algo asi para conocer la naturaleza de la cosa, porque esta no se manifiesta en la semejanza de la metafora» 54. Conforme a lo cual dijo bellamente San Alberto Magno: «los poetas no son filôsofos mâs que en parte» 55. Su lenguaje es el modelo nias acabado que se conoce de estilo didâctico: Estilo breve, palabra elegante, juicio claro, firme, elevado56. Con razôn se le ha comparado a un mar inmenso y tranquilo adonde afluyen las aguas de todos los continentes. Déjà irse al fondo todas las impurezas arrastradas, y en sus aguas sosegadas se transparenta como en un espejo t rso el azul de los cielos v el concierto de sus astros S7. 'S3 ‘ I .. .·* A* : •1 "P-. KJ — . - 54Santo Tomâs, In II Meteorologicorum lec.5 n.4. Cf. In II Post. Anal, lec.16 n.8. 55 San Alberto Magno, In Epistolas B. Dionysii Areopagitae ep.7 $ 2, expositio textus, en Opera, ed.clt., t.14 p.916b. 54 Breviarium Ord. Praed., in festo S. Thomae Aquinatis, resp.4. 57 O. Willmann, Geschichte des Idcalismus m 2 p.458, cltado por M. Grabmann, en Thomas von Aquin. Eine Einfilhrung in seine Persdnlichkeit und Gedankenwelt, trad, espafiola de A. Menéndez-Reigada, O. P., p.44 (Salamanca 1918). 3. LA «SUMA TEOLOGICA» DE SANTO TOMAS a) Origen de la “Suma” Frisaba Santo Tomas con los cuarenta anos cuando fue destinado a Roma, al convento de Santa Sabina, con el encargo de organizar, en calidad de regente y profesor, una Casa de Estudios (1265). Se hallaba en la plenitud de sus fuerzas fisicas e intelectuales. Poseia una larga experienda de profesorado en la Universidad de Paris y en la curia pontificia de Anagni y de Orvieto. Dominaba perfectamente las ciencias filosôficas y teolôgicas. Habia publicado, ademas de numerosos opùsculos filosôficos, como De ente et essentia (magna carta de la filosofia tomista), De principiis naturae, De propositionibus modalibus, De natura materiae et dimensionibus interminatis y su exposition al opùsculo De hebdomadibus, de Boecio, una cantidad enorme de obras teolôgicas. Baste recordar sus comentarios sobre Isaias, sobre San Mateo, sobre las Sentencias, de Pedro Lombardo, sobre el opùsculo De Trinitate, de Boecio, sobre el De divinis nominibus, de Dionisio, sobre las Decre­ tales, gran parte de su Catena Aurea sobre los evangelios, su magna Suma contra Gentiles, las cuestiones disputadas De Veritate y De Potentia, algunas cuestiones De Malo y un tercio de sus cuodlibetos, amen de sus opùsculos Contra errores graecorum, De rationibus fidei contra saracenos, graecos et armenos y Contra impugnantes Dei cultum et religionem. Instalado en su nuevo cargo, se entregô de lleno a su cometido. Dominaba en las escuelas teolôgicas la obra clasica de Pedro Lombardo, Quatuor libri Sententiarum, publicada un siglo antes. No satis­ facta plenamente a Santo Tomas ni por su arquitectura cientifica, ni por su elaboration teolôgica ■ ·** · Obras de Santo Tornas de la autoridad y de la razon —aim no bien depuradas y ensambladas—, ni por su ortodoxia y seguridad doctrinal en no pocos puntos de impor­ tanda capital "3. Tampoco le llenaba el comentario que habia escrito él mismo diez anos antes, cuando la ensenaba en la Universidad de Paris (12541256). Emprende, pues, un segundo comentario sobre nuevas bases, y publica el primer libro (1265-1266). Mas pronto se da cuenta de que su nuevo escrito no se puede ensamblar en la obra de Lombardo: es una construcciôn de otro estilo y de otras proporciones. Inutiliza seguidamente la obra comenzada y manda recoger los ejemplares existentes, probablemente muy contados todavfa —pues solo sabemos que habia uno en el con­ vento de Lucca, en donde lo vio su discipulo Tolomeo dei Fiadoni, a quien debemos esta noticia 59—, y se decide, en- consecuencia, a publicar una obra original de nueva planta y de mayores dimensiones: es la Summa Theologiae, que inmortalizarâ su nombre y sera el côdigo fundamental de la teologia catôlica. - · * ·* — Λ?.. kir . - · · 4i Sec.ll. 122 >,9 ' ” W rj <· b) Lugar y tiempo de su composiciôn Trabaja en ella durante ocho anos, sin poderla terminât. La primera parte fue escrita rapidamente *···>; **··.. -fi i • -i .·*>·<.'·· rl 53 Ademâs de su poslclôn poco neta y definida acerca de la famosa formula Christus secundum quod homo non est aliquid, condenada poco después por Alejandro III (20 de marzo de 1170 y 13 de febrero de 1171), habia ensenado varias proposlciones erroneas o poco seguras, que fueron impugnadas y abandonadas expresamente por los teôlogos parisienses del slglo xin. San Buenaventura refiere ocho; algunos manuscrites de la obra de Lombardo, del slglo xui, ponen diecinueve; otros. veintluna; a fines de slglo ascendian a velntiséls. Pueden verse estas listas, que encabezaban con el rotulo de “istae sunt opiniones Magistri Sententia­ rum quae communiter non tenentur”, "articuli In quibus Magister Sententiarum non tenetur communiter ab omni­ bus", u otros similares, en los prolegômenos a la edlciôn critica de las Sentencias de Lombardo, hecha por los padres franciscanos de Quaracchl, p.LXXIII-LXXX (Quaracchl 1916). 5’ "Escriblô también en el tiempo en que estuvo en Roma, siendo ya maestro, el primer libro sobre las Sentencias, que yo vl en Lucca; pero, recogido de alii, no lo volvi a ver” (His­ toria Ecclesiâstica 123 c.15). La «S urna Teolôgica» 123 en Santa Sabina y en el convento de Santa Maria de las Gracias, de Viterbo (1266-1267), adonde fue llamado a enseüar en la curia pontificia de de­ mente IV. Probablemente integrô en ella todo lo bueno y nuevo que habia escrito poco antes en su segundo comentario al primer libro de las Sen­ tencias de Lombardo. En Viterbo mismo debiô de comenzar la Prima secundae 60, que ya ténia muy avanzada, a lo que parece, antes de su segundo traslado a la Universidad de Paris (1268-1269). En la ciudad del Sena compuso la Secunda secun­ dae (1270-1271). Vuelto a Italia, organiza en Na­ poles un Estudio General de Teologia y ensena en su Universidad a ruegos de Carlos I de Anjou, que habia trabajado por llevarlo a su corte. Alii escribe la tercera parte, hasta la cuestiôn 90 (septiembre de 1271 a 6 de diciembre de 1273). Poco le falta para concluir su grande obra. Le faltan, empero, las fuerzas fisicas, que no logran reanimar los cuidados solicitos de sus hermanos de religion, de sus patientes y de sus amigos. Por otra parte, Dios le ha revelado el proximo fin de su vida terrestre, y le ha comunicado tales anticipos de vida eterna que ya no tiene interes en darie cima, a pesar de los ruegos y las instancias de su intimo amigo y hermano fray Reginaldo de Pri­ verno para que la termine. «Non possum, no puedo —le responde—; despues de lo que Dios me ha hecho entrever de sus misterios de vida eterna, todo cuanto he escrito me parece paja, y mas vale prepararse a recoger la gran cosecha de grano de la vida que Dios me tiene reservada»* 6 «o Como es sabido, la secunda parte de la Suma fue subdividida en dos grandes secciones, Hamadas, respectivamente, Prima secundae y Secunda secundae, por abreviaciôn de Prima pars secundae partis y Secunda pars secun­ dae partis. 6i "Cuando el mismo fray Reginaldo veia que fray Tomâs habia cesado de escribir, le dijo: Padre, icômo habéis abandonado tan grande obra, que comenzasteis para alabanza de Dios e iluminaciôn dei mundo? Al cual respondiô dicho ■»*« 124 Sec.II. Obras de Santo Tomâs Convocado al segundo concilio de Lyôn por Gregorio X, emprende su viaje (enero de 1274), que de hecho sera un viaje a la eternidad, entregando dulcemente su alma a Dios el dia 7 de marzo de 1274 en el monasterio de Fossa Nuova, a la edad de cuarenta y nueve anos cumplidos. Mas tarde, el mismo fray Reginaldo a lo que parece, que le sucede en su catedra napolitana, completara la obra con los materiales que el mismo Santo Tomas habia dejado escritos en sus comen­ tarios al cuarto libro de las Sentencias, y que constituyen el llamado Suplemento a la tercera parte. Realmente es una lastima que el propio Santo Tomas no haya terminado su obra cumbre. Hubiérala concluido en cuatro o cinco afios, dadas su extraordinaria facilidad y rapidez en el trabajo, a no hallarse impedido por sus frecuentes traslados, tan largos y penosos en aquellos tiempos, y, sobre todo, por la enorme cantidad de lecciones, dispu­ tas, sermones, consultas y escritos de todas clases. Todos acudian a él, desde los reyes hasta los Caba­ lleros mas desconocidos, y desde el maestro ge­ neral de su Orden hasta el mas oscuro de los lec­ tores y estudiantes, sin dejarle un punto de reposo. Era en muchos casos abusar de su precioso tiempo y de su bondad sin limites. Causa grima, por ejemplo, ver las treinta cuestiones, anodinas en su mayor parte y sin relaciôn alguna con la teœ logia muchas de ellas, que le enviô un lector de fray Tomâs: no puedo. Le Insistla contlnuamente el mismo fray Reginaldo a que fray Tomâs contlnuase los escritos, y, a su vez, fray Tomâs le respondia.Reginaldo, no puedo, porque todo lo que he escrito me parece paja. Todavla fray Reginaldo le inslstlô a que dljese la causa por qué babia cesado de escriblr..., y, después que le Importuno mucho a preguntas, le respondiô fray Tomâs: Te conjuro por el Dios vivo omnipotente y por la fe que tienes a nuestra orden y por la carldad que ahora te compromete, a que lo que te voy a decir no se lo dlgas a nadle mientras yo vlva. Y afiadlô: Todo lo que escrïbi me parece paja en comparaciôn de las cosas que vi y me fueron reveladas (Proceso de canonizaciôn de Santo Tomâs η.79, testimonio de B. de Capua, en Fontes p.377). À '· / La «S urna Teolôgica» 125 Venecia, con la pretensiôn de que le respondiese dentro de cuatro dïas y con el agravante de no motivar sus preguntas, cosa que facilitaria mucho la respuesta. Lo mismo ocurre con las seis cuestiones que le propuso fray Gerardo, lector de Besançon, de las cuales cinco son sencillamente pueriles. Semejantes impertinencias causaban a Santo To­ mâs verdadera molestia. El, tan impersonal y tan reacio a hablar de si mismo, no puede por menos de recordar a sus importunos preguntones que es­ taba sumamente ocupado en otras cuestiones de mayor entidad: «aunque estaba muy ocupado en otras cosas» 62 ; «aunque estaba ocupado en muchas 63 cosas» . Otros habia que pedian una respuesta casi telegrâfica a ciertas cuestiones que debian ser tratadas con mucha mayor calma, como el arzobispo de Palermo Leonardo dei Conti, que le pidiô un resumen sencillisimo sobre los articulos de la fe y los sacramentos de la Iglesia. Santo Tomâs preparaba a conciencia sus lecciones —«cierto que me fue dificil contestar... por las ocupaciones que me impone mi oficio de profesor», dice a la duquesa de Brabante, que le consulto sobre el modo de tratar a los judios 64— y sus sermones: ejemplo, sus colaciones sobre el Credo, sobre el Padrenuestro, sobre el Avemaria y sobre el Decâlogo. Por otro lado, causa verdadero asombro verle llevar de frente, al mismo tiempo que la Suma, multitud de obras de gran envergadura: comentarios sobre Job, sobre el Salterio, sobre el evangelio de San Juan, sobre las epistolas de San Pablo; « Declaratio triginta sex quaestionum ad Lectorem Ve­ netum, en Opuscula omnia, ed. Mandonnet, t.3 p.180 (Paris 1927). « Declaratio sex quaestionum ad Lectorem Bisuntinum: ibld., p.246. 64 De regimine iudaeorum ad Ducissam Brabantiae, en Opuscula, t.l p.488. Eft* ■'V Sec.II. 126 • ·< ** a·.__ îl Obras de Santo Tomâs comentarios sobre los Fisicos de Aristoteles, sobre sus libros De Anima, De Sensu et sensato y De Me­ moria et Reminiscentia, De Caelo et Mundo, De Generatione et Corruptione y De Meteoris, sobre su Lôgica y su Metafisica, sobre su Etica y su Po­ litica, amen de sus comentarios sobre el libro De Causis, de Proclo, y de sus opùsculos de contro­ versia, como De perfectione vitae spiritualis, Con­ tra doctrinam retrahentium a Religione, De forma absolutionis, De aeternitate mundi contra murmu­ rantes, De unitate intellectus contra averroistas. Y por anadidura, sus cuestiones disputadas De Anima, De spiritualibus creaturis, De unione Ver­ bi incarnati, De virtutibus in communi, De cari­ tate, De correctione fraterna, De Spe y la mayor parte De Malo, seis de sus quodlibetos y sus opùsculos De regimine principum, De substantiis separatis y Compendium Theologiae. Actividad cientifica verdaderamente febril y sorprendente, que un critico moderno ha calculado en dos mil paginas en cuarto a dos columnas por ano . Decididamente, a no haberse ocupado mas que de la composition de la Suma, la hubiera terminado airosamente en cuatro afios o poco mas. c) Género literario de la “Suma” Esta clase de obras era muy corriente en el siglo xiii, que puede llamarse el siglo de las Sumas, como el xn lo fue de las Sententias. Sabido es que en la Edad Media llamaban Sententias a las colecciones de las autoridades de los Padres, mas o menos ricas y ordenadas, que Servian de base principalmente a los expositores o glosadores de la Escritura. Llamabanse también Flores, Deflorationes, Excerpta, Catenae. Era una herencia de la época misma de los Padres, tanto en Pedro Mandonnet, O. P.. art. Frères Prêcheurs, Dictionnaire de Théologie Catholique t.6 c.875. •WMri· en La «Suma Veolôgica» l 127 Oriente como en Occidente. Baste recordar la ’κΕλογή έν συντόμω entre los griegos; y Senten­ tiarum ex operibus S. Augustini delibatarum liber, de San Prospero de Aquitania; Libri tres Senten­ tiarum, de San Isidoro, y Sententiarum libri quin­ que, de Tajon de Zaragoza, entre los latinos. San Isidoro expresô bellamente el caracter de estas obras en los siguientes terminos: «Resumiendo las sentencias de los antiguos eclesiasticos, como flores de diversos prados, las hemos seleccionado, restringiéndolas brevemente a pocas, y anadiendo otras o cambiando algunas parcialmente; y las of recemos no solo a los estudiosos, sino también a los lectores cansados, que aborrecen los discursos demasiado largos» 66. En los siglos xi y XII fue aumentandose el ca­ pital de autoridades en el mismo plan isidoriano, como puede verse por lo que dice Meningoto al frente de sus Flores, que escribiô entre 1124 y 1141: «Para seleccionar o unificar, de entre las diversas normas y doctrinas de los Padres, aque11 as flores que solemos denominar propiamente sentencias» 67. Pero como esas autoridades no siempre eran concordes —recuérdese el Sic et Non de Abelardo—, se imponia una comparaciôn, clasificaciôn y explication de las mismas, para armonizarlas entre si y con el dogma catôlico. De ahi naciô la cuestiôn ( = quaestio}, que pronto se transformé en disputatio; y la solution personal de la cuestiôn y de la disputa o discusion vino a lia64 Expositiones mysticorum sacramentorum seu Quaestiones in Vetus Testamentum: ML 83,207. 67 Apud. B. Pez, Thesaurus anecdotorum novissimus t.4 ρ.ΙΠ-IV (Augustae Vindelicorum 1723). Es lo mismo que dirâ mâs tarde Pedro Lombardo en el prôlogo de sus Sentencias: "Reuniendo en un breve volumen las senten­ cias de los Padres en sus propios términos, para que el interesado no necesite revolver gran numéro de libros, al ofrecerle lo que busca, sin trabajo, en breve colecciôn" (ed. clt., p.3). 128 Sec.II. Obras de Santo Tomas marse sentencia. Por otra parte, la sentencia era la explication profunda y razonada del texto biblico y el término final de la lectura (= lectio), que contenta tres etapas: littera, o explication puramente gramatical de las palabras; sensus, o sentido obvio e inmediato de la letra; y sententia, o sentido profundo de la doctrina ocultada y contenida bajo la letra Sentencia, por consiguiente, era la explication o exposition profunda y acabada dei sagrado texto. Con ello, la palabra sentencia vino a significat no ya el bloque de las autoridades de los Padres, sino las soluciones y explicaciones doctrinales razonadas de los maestros; y la colecciôn ordenada de las mismas en un cuerpo de doctrina tomô el nombre de Sententias. Evolution lenta y penosa, no exenta, a veces, de errores e intemperantias —recuérdense, entre en la otros, Gilberto de la Portée y Abelard que tuviera gran parte la critica de las autori­ dades patristicas (no todas las autoridades eran - 4e "La exposiciôn —dice Hugo de San Victor— contlene ires cosas: la letra, el sentido y la sentencia. La letra es la ordenaciôn congruente de los dichos, a lo que también llamamos construcclôn. El sentido es la signlficaciôn fâcll y obvia que ofrece inmedlatamente la letra. La Sentencia es el sentido mâs profundo que no se encuentra si no es mediante exposlclôn o interpretaciôn. En todo ello hay un orden, de modo que prlmero es la letra, luego el sentido y, flnalmente, la sentencia : asi resulta perfqcta la exposiciôn” (Didascalion 1.3 c.9: ML 176,771). Roberto de Melûn fustiga con vehemencla a los exposi­ tores que no pasan de la letra cuando dice: Dlscuten muchas veces y muy agudamente si la glosa... se puntûa y senala convenlentemente; y entonces el que logra eso es conslderado perfecto en la exposlclôn, a Julcio de todos, aunque no se le considere perfecto en las senten­ ces. jCiegos Jueces que estlman que algulen puede ser perfecto en la exposlclôn slendo Imperfecto en la sentencia! Pues ôqué otra cosa se busca en la exposlclôn slno la intellgencia dei texto, que se llama sentencia? Pues no expo­ ne bien quien no descubre dlllgentemente el sentido de la escritura. Por tanto, es indudable que nadle es ûtil en la exposlclôn si no es capaz de dlscuttr las sentenclas” (Sententiae, prol. Cod. Burg. 191 fol.2r, en M. Grabmann, Die Geschichte der scholastichen t.2 p.345-346 nota 3, Freiburg im Breisgau 1911). La «Suma Teolôgica» del mismo valor), la gramatica (diversos sentidos de una misma autoridad) y principalmente la dia­ lectica, sobre todo la Tôpica, de Aristoteles, que presto el instrumento razonador para plantear deDidamente la cuestiôn y la disputa y llegar a su debida soluciôn. En lo cual los maestros dei siglo xii, después de mil tanteos, pero en sentido mas amplio, lograron empalmar con los Padres del Oriente y Oc­ cidente, que habian suscitado y ventilado no pocas cuestiones relativas a la Escritura y a la fe catôlica sirviéndose de la gramatica y de la dialectica. Célébrés son, entre otras colecciones de cuestiones y respuestas, la de Eusebio de Cesarea, Περί τών ευ εύαγγελίω ζητημάτων και λύσεων, inspirada en el método aristotélico de los προβλήματα; y las de San Agustin, Quaestionum in Heptateuchum libri sep­ tem, De octo quaestionibus ex Veteri Testamento, De diversis quaestionibus octoginta tribus liber unus, De diversis quaestionibus ad Simplicianum libri duo, De octo Dulcidii quaestionibus liber unus, Quaestionum evangeliorum libri duo, Expo­ sitio quarumdam propositionum ex epistola ad Romanos. Nadie influyô tanto en la teologia occidental como San Agustin, el mas grande de todos los Padres de la Iglesia. La mayor parte de las flores recogidas en los florilegios sentenciarios procedian dei campo fértil y abundoso dei glorioso hijo de Tagaste; las concordandas y soluciones magis­ trales se inspiraban principalmente en sus doctri­ nas; y hasta el titulo de Quaestiones de divina pagina dependia de las Quaestiones agustinianas. La enorme cantidad de Sententias de la escuela de Anselmo de Laon; las Sententias de Roberto de Melûn, lo mismo que sus Quaestiones de divina pagina y sus Quaestiones de epistolis Pauli; las Quaestiones et Disputationes de Simon de Tour· Tomas de Aquino 5 II 130 TJ4' · r- - ; ; Sec.II. nai; las Quaestiones de Odôn de Ourscamp; la Theologia de Abelardo y demas escritos de su escuela, como las Sentencias Parisienses y Florianenses, Isagoge in Theologiam; las Sentencias de Rolando Bandinelli y el Epitome Theologiae ο Sententiae Abaelardi del maestro Hermann, a pesar de su espiritu algùn tanto independiente; las Quaestiones et Decisiones in Epistolas Pauli y De Sacramentis christianae fidei de Hugo de San Vic­ tor, de caracter mas equilibrado y conservador; la famosa Summa Sententiarum; los celebres Qua­ tuor libri Sententiarum de Pedro Lombardo y tantas otras obras de estilo parecido, son fruto del trabajo de compilaciôn y reflexion teolôgica del siglo xii, bajo la inspiraciôn de San Agustin y el empleo de la dialectica 69. En realidad, dichas sentencias o cuestiones eran consideradas por sus autores como Sumas, compendios o epitomes de toda la doctrina revelada. \7éase lo que dice Abelardo en el prôlogo de su Introductio ad Theologiam·. «Hemos escrito una cierta Suma de la doctrina sagrada, a modo de introducciôn a la divina Escritura» 70. Y mas claramente Hugo de San Victor en la prefaciôn a su De Sacramentis [= Mysteriis] christianae fidei’. «Condensé todas las series en ésta a modo de bre­ ve Suma»1'. Por eso empezaron a llamarse Sumas, a imitation de otras obras similares de historia, de derecho y de prédication, como la Summa de om­ nimoda historia, de Honorio de Autun, que justi- • . · 4’ Pedro de Capua expresô muy bien, en el prôlogo de su Summa Theologiae, este carâcter de la ensenanza teolôgica: “Mas el modo de tratar las cuestiones teolôglcas segün el maestro es éste: primero se pone el fundamento de las autoridades; luego se levantan las paredes de los argumen­ tes: en tercer lugar se sobrepone el techo de las soluciones y razones: de modo que, en la casa de Dios, la autorldad propone lo clerto, la argumentaciôn o cuestlôn lo discute, y la soluciôn o razôn lo dilucida y lo clarifica” (Cod. Vat. lat. 4296 fol.lr, en Grabmann, o.c., t.2 p.532-533). 70 ML 178,979. 71 ML 176,183. 131 La «Suma Teolôgica» Obras de Santo Tornas fica dicho titulo diciendo: «Hice este compendio de toda la Escritura... ; y por eso me pareciô bien llamarla Suma de todo, puesto que en ella parece que se recoge sumariamente la serie de toda la Es­ critura» 72 ; la Summa de arte praedicatoria, de Alano de Lille; la Summa Abel, de Pedro Cantor; las Sumas Decretorum, de Paucapâlea, de Rufino, de Rolando Bandinelli, de Omnebene, de Juan de Faenza, de Esteban de Tournai, de Huguccio de Ferrara y de tantos otros decretistas. El mismo Honorio de Autùn habia puesto a su Elucidarium este subtitulo significativo: «Dialogus de Summa totius Theologiae». El ejemplo no podia ser mas elocuente, y se comprende sin dificultad el titulo de Summa Sen­ tentiarum y la boga que comenzô a tomar el género literario de Sumas entre los teôlogos de fines dei si­ glo xii. Desde entonces y durante todo el siglo xiii, las Sumas de todas clases, especialmente de teologia, son légion. Recuérdese las Sumas de Paenitentia iniungenda, de Officiis, super Psalterium, con­ tra Haereticos y Theologiae, de Prepositino; las Sumas de Theologia, de Pedro de Capua, de Ro­ berto de Courçon, de Esteban de Lagton, de Gui­ llermo de Auxerre, de Rolando de Cremona, de Felipe el Canciller, de Alejandro de Haies y de San Alberto Magno, a quien se debe también una Summa de Creaturis; las Sumas De Virtutibus et Vitiis, de Guillermo Pérault y de Juan de la Ro­ chelle, que escribiô también una Summa de Ani­ ma; la Summa contra Cathar os et Waldenses, de Moneta de Cremona, y la Summa de Catharis et Leonistis, de Reinerio Sacconi; la Summa de Paenitentia, de San Raimundo de Penafort, y tantas otras. Los mismos arabes, que tanto influjo tuvieron en los filôsofos y teôlogos dei siglo xiii, habian es72 ML 172,189. ■ * · *· > J· * Clp, -4- f . ’f ; -a ■ 7< Sec. IL 132 .W*'1 B* * · Ο bras de Santo Tomâs crito obras similares, especialmente Avicena, que emplea la palabra Kullun, équivalente a Suma; y Averroes, a quien se debe gran cantidad de com­ pendies —epitomes o compendios de lôgica y de metafisica—, como género literario distinto de sus grandes y pequefios comentarios sobre Aristoteles; por no citar El gran Compendio de Lôgica, de Alfarabi, de quien depende el compendio de Abentomlùs de Alcira, ni el Ictisad de Algazel, que es un verdadero compendio de teologia. Evidentemente, Santo Tomâs, al escribir la Suma de Teologia, siguiô la costumbre de su tiempo. <:Qué entendian por Summa Theologiae los teologos de los siglos xn y xm? Una explication bre­ ve, completa y ordenada de todas y cada una de las partes de la doctrina catolica. Roberto de Melûn lo expresa claramente cuando dice: «Pues équé es la Suma? No es mas que la comprensiôn breve de cada una de las cosas. Por tanto, donde se déjà cada una de las cosas sin explicar, alli en modo alguno se ensena la suma de todas ellas, pues ignorando cada una de ellas es imposible saber su suma, yà que la suma es la colecciôn compendiosa de lôs sin­ gulares: no ensena la suma quien descuida las par­ tes, ni llega a la suma de doctrina quien descuida el conocimiento de las partes» 73. Y mas concretamente, una glosa sobre las Sententias de Pedro Lombardo, atribuida a su discipulo Pedro de Poi­ tiers: «La suma de la divina pagina consiste en las cosas que se han de creer y hacer, en la asercion de la fe y conformation de las costumbres» 7475 *. A lo que hace eco Juan de la Rochele: «puesto que la Suma de la disciplina teolôgica se divide en dos partes: fe y costumbres» 75. Sententiae prol., en Grabmann, o.c., t.2 p.341 nota 1. 74 Glossae super Sententias (Paris, Bibl. Nat., cod. lat. 14423 fol. 41r), en Grabmann, Ibid., p.504. 75 Summa de vitiis (Cod. Vat. lat. 4293 fol.lr), en GrabMANN, ibid., p.504. 73 133 La «Suma Teolôgica» Es la misma idea que indica Santo Tomas en el prôlogo de la Summa: «Exponer breve y claramen­ te, segun lo permita la materia, las cosas que pertenecen a la sagrada doctrina (= religion cristiana», y que apunta también en el proemio a sus opùscuclos E)e ariticulis fidei et Eclesiae Sacramentis y Compendium Theologiae. d) 1 Su verdadero titulo No sabemos si el mismo Santo Tomas le puso alguno, pues de esta obra no se conserva ningùn autôgrafo suyo, siquiera fragmentario, como se conservan fragmentos de su comentario a las Sen­ tentias de Lombardo, al libro de Isaias, al opùsculo E)e Trinitate, de Boecio, y de la Summa contra Gentiles. Fuerza es recurrir a las copias mas antiguas derivadas del original. Ahora bien, los manuscritos mas antiguos y autorizados dei siglo xin le dan el titulo de Summa Theologiae o Summa de Theologia, y rara vez el de Summa super totam Theologiam™. Igualmente, sus primeros biôgrafos y bibliôgrafos la Hainan simplemente Summa, o bien Summa Theologiae, Sum­ ma totius Theologiae y Summa in Theologia 77. En realidad, dicbos titulos son comunes a las otras Sumas de su tiempo, como la Summa Theolo­ giae o de Theologia, de Prepositino, de Esteban de 74 Véase ed. leonina, t.4 p.XIV; Beltrân de Heredia, O. P., Los manuscritos de Santo Tomâs en la Biblioteca del Cabildo de Toledo: La Ciencia Tomista 32 (1926) 399.401.403;Los manuscritos de Santo Tomâs en la Biblioteca Nacional de Madrid: ibid., 34 (1936) 92; B. Geyer, S. Thomae de Aquino Quaestiones de Trinitate divina (Florilegium Patrlsticum fasc.37, p.2, Bonnae 1934). 77 Véanse los testimonies en Mandonnet, Les écrits authentiques de Saint Thomas d’ Aquin p.21 37 40 50 57 67 69 (Fribourg 1910); en Grabmann, Die Werke des hl. Thomas von Aquin p.89 94 (Münster 1931), y en Beltran de Heredia, Los manuscritos de Santo Tomâs de la Biblioteca Nacional de Madrid, l.c., p.109. Un buen resumen puede leerse en A. Walz, O. P., De genuino titulo "Summae Theologiae": Angelicum 18 (1941) 146-148. ·· ■ · . • \ > - ' >* "■1'8 r· Sec.ll. ·< < * à · * - • *·■·.." - Obras de Santo Tomâs Langton, de Guillermo de Auxerre, de Alejandro de Hales y de San Alberto Magno 7a. Tornando, pues, en conjunto todos estos testimonios de la tradicion manuscrita y de sus biôgrafos primitivos, puede asegurarse que su verdadero y genuino titulo es el de Summa Theologiae o de Theologia, especialmente el de Summa Theologiae 7’, que tradujo muy bien en perfecto castellano un autor dei si­ glo xiv por Suma de Teologia 78 *80. De hecho, asi lo conservaron las ediciones incunables 81, la de nuestro compatriota Antonio Coronel (Paris 1516), la piana (Roma 1570), y lo adopta también la ediciôn critica leonina (Roma 1888-1906). Por el con­ trario, el titulo de Summa Theologica con que suele llamarse en los ùltimos siglos y es corriente hoy dia, es, a lo que parece, de época posterior, y rara vez se encuentra en los manuscritos medievales de esta obra vJ de otras similares. Carâcter propio de la “Suma” de Santo Tomâs e) Pero la Suma del Doctor Angelico no es una de tantas, pese a su titulo y a su genero literario, comùn a muchas otras, sino que posee cualidades tan 78 Pueden verse en G. Lacombe, La vie et les oeuvres de Prévotin p.153-162 (Paris 1927); P. Glorieux, Repertoire des Maîtres en Théologie de Paris au XHIe siècle t.l p.238 (Paris 1933); R.-M. Martineau, O. P., Le plan de la “Summa aurea” de Guillaume d’Auxerre, en Théologie I (1930) p.79; Editores de la Summa de Alejandro de Haies, t.l p.XV (Quaracchi 1924); D. Planzer, O. P., Albertus Magnus Handschriften in mittelalterlichen Bibliothekekskatalogen des deutschen Sprachgebietes: Divus Thomas Frib. 10 (1932) 400-401; C. H. Scheeben, Les écrits d’Albert le Grand d’après les Catalogus: Revue Thomiste, nuov. sér., 14 (1931) 274.279. 281.282.286. 7’ Asi plensa el mejor especiallsta en la materia, Cl. Suermondt, O. P., director de la edlclôn leonina, en bus Tabulae Schematicae cum introductione de principiis et compositione comparatis “Summae Theologiae” et “Summae contra Gentiles” S. Thomae Aquinatis p.8 (Roma 1943). 80 Leyenda de Santo Tomâs de Aquino (slglo xiv). publicada por el P. Getino, O. P. p.200 (Madrid 1924). 81 Véase ed. leonina, t.4 p.XTV • .. La «Suma Teolôgica» 135 relevantes y definidas, que hacen de ella una obra ùnica en la historia de la teologia. El mismo Santo Tornas, no obstante su extremada modestia, tenia plena conciencia de la profunda innovaciôn que realizaba —véase el prologo de la Suma—, y sus cronistas y biôgrafos se complacen en subrayarla ”, «El Maestro Tomas, dice la IV continuaciôn de la Chronica minor auctore Minorita Erphordiensi, hizo también la incomparable Suma de Teolof 83 gîa>> ' ... ili Esta grande originalidad aparece, desde luego, en el plan general de la obra, tan grandioso como sencillo. Teologia es la ciencia de Dios segùn Dios mismo se nos ha revelado en la Sagrada Escritura y en la doctrina de la Iglesia, interprete infalible de la divina revelaciôn. Ahora bien, Dios nos ha revelado los misterios mas reconditos de su divinidad y los efectos de naturaleza y gracia que ha obrado por nosotros para atraernos a si mismo, Bien Supremo beatificante; especialmente la grande obra de la encarnaciôn y de la redenciôn, es decir, el misterio de Cristo, θ2 Por ejemplo, Bernardo Gui en su Leyenda S. Thomae de Aquino, c.53: “Escribiô también la Suma de toda la teo­ logia, en que se extendiô con muchos articulos, y de modo distinto del de sus escritos anteriores; la distrïbuyô en un orden admirable, segun las exigendas de la materia, en cuestiones y articulos, determinândolos y declarândolos con razones muy sutiles, y confirmdndolos con la autoridad de los Santos Padres. En esta obra trabajô con tanta utilldad para quienes deseen saber teologia, que encontre y ofreciô, no sin don de la gracia divina, el modo fâcll y compendioso, antes desconocldo, de saber, entender y comprender correctamente” (ed. D. Prümmer, O. P., Fontes vitae S. Thomae Aquinatis p.217). Y Pedro Roger (futuro Clemente VI), en el panegirico de Santo Tomâs que pronunciô el 7 de marzo de 1324 ante los maestros y estudiantes de la Universidad de Paris, decia: “Su sabiduria precedlô a la sabiduria de los otros doctores que hubo en esta Universidad y de todos los filôsofos... Me atrevo a decir que éste precediô en sabi­ duria a todos los que le precedieron y slguieron en esta Universidad”. Y afiade poco después que su doctrina es “verdadera sin contagio de falsedad, clara sin cansancio de ospuridad, fructuosa sin vicio de curiosidad, abundante por el âmbito de su generalidad”” (ed. M. H. Laurent, O. P.: Revue Thomiste, nouv. sér. 24 [1931] p.167). 82 Monumenta Germaniae historica. Scriptores t.24 p.212 (Hannôver 1879). Sec.II. 136 »■'22 ~ % Obras de Santo Tomâs que, en cuanto hombre, es el camino real y unico para llegar a Dios, segùn la palabra del Salvador: Yo soy el camino, y nadie vuelve ni llega sino por z 84 mi . Por consiguiente, toda la teologia se reduce a très partes: primera, a la consideraciôn de Dios en si mismo y como primer principio de todas las cosas: segunda, a la consideraciôn de Dios como ùltimo fin de las mismas, especialmente como fin beatificante de las criaruras dotadas de inteligencia; tercera, a la consideraciôn de Jesucristo como ùnico y verdadero camino para conseguir la posesiôn del mismo Dios glorificador y beatificante. Son exactamente las très partes de la Suma de Santo Tomas. Y nota el santo que, en realidad, no es mas que Dios lo que se considera en toda ella, puesto que en teologia todo se mira en Dios y bajo la ra­ zôn de Dios, a la manera que El lo ve todo en si mismo y por si mismo. «En la sagrada doctrina to­ das las cosas se tratan bajo aspecto divino·, o porque son Dios mismo, o porque dicen orden a Dios como a principio o a fin» 8S. «De modo que la sa­ grada doctrina es como una cierta impresiôn de la cienda divina, que es una y la mas simple de to­ das»36 <*No dijo Dios: Yo soy el que soy, uno en esencia y trino en personas? 87. <{No dijo también: Yo soy el Alfa y el Omega, el Principio y el Fin: ’Εγώ τό άλφα καί τό ώ..., ή αρχή και τό τέλος 88. ^Νθ dijo Cristo: Yο soy el Principio; Yo y el Padre somos un mismo Dios? 89 La teologia, pues, no considera las obras de Dios en si mismas, sino a Dios en ellas y como orienta- 87 88 89 Jn 14,6. Summa Summa Ex 3,13: Ap 22.1Î Jn 8.25: Theol. 1 q.l a.7 c. Theol. 1 q.l a.3 ad 2. Mt 28,19. 10,30. La «Suma Teolôgica» 137 das y reducidas a Dios 90. Por eso, siempre permanece en la consideraciôn de Dios y nunca sale de Dios: todo lo ve en Dios revelado, a través de Dios revelante. Pararse en las obras de Dios, por altas y grandes que sean, sin fijarse en Dios mismo como punto de partida y de llegada, y mas que todo como Dios es Dios, es quedarse en la superfi­ cie y roer la corteza material de las cosas de Dios. Santo Tomâs dio en este sentido un paso de gigante. Hugo de San Victor se fijô principalmente en la obra de la redenciôn; Gilberto de la Porrée y Roberto de Melün pararon mientes en todo el Cristo, es decir, en Cristo como cabeza y en la Iglesia militante y triunfante como cuerpo suyo mistico; Pedro Lombardo fijô su atencion sobre las cosas y las seriales de Dios {res et signa); Ale­ jandro de Haies, San Buenaventura y San Alberto Magno trataron de reunir todos esos aspectos, pero no llegaron a superar su punto de vista, demasiado exterior y superficial, contentândose con una especie de sincretismo. Santo Tomâs se colocô de un salto en el centro de toda la teologia, que es Dios mismo y no mâs que Dios; todo lo demâs no son sino manifestaciones de la divinidad, ùnico objeto formai y propio de la verdadera teologia. Y lo mâs notable es que ese salto de gigante lo dio desde un principio, superando la letra y el espiritu del Maestro de las Sentencias y de sus predecesores, como puede verse hojeando sus comenta90 En el prôlogo a su comentario sobre el libro II de las Sentencias dice el Santo Doctor: “La consideraciôn de las creaturas pertenece a los teôlogos y a los filôsofos, aunque de diverso modo: pues los filôsofos consideran las creaturas en su propia consistenda natural, y por eso indagan sus propias causas y propiedades; mâs el teôlogo con­ sidera las creaturas en cuanto que salieron del primer prin­ cipio y se ordenan al ûltimo fin, que es Dios; por eso se llama correctamente sablduria divina, porque considéra la causa mâs alta, que es Dios. De ahi que diga el Eclo 42,17: iacaso no hizo el Senor a sus santos narrar todas sus maravillas?". Lo mismo repite, subrayando siempre el aspecto divino y sobrenatural, en su comentario sobre el opusculo de Boecio (ed. Mandonnet, t.3 p.10-30) y en la Summa con­ tra gentiles 1.2 c.4). «T» 1. fj*·-»* ' ·! 138 Sec.II. Obras de Santo Tomas rios a Pedro Lombardo 91 y al opùsculo De Trini­ tate, de Boecio 92, aunque no dio cuerpo a su ge­ nial idea hasta la composition de la Suma de Teo­ logia n. Pues si del plan de conjunto pasamos al de cada uno de los très cuerpos del edificio, la admiration sube de punto. No es este el lugar de exponer al detalle el plan de cada parte. Baste decir que todo esta trazado y ensamblado con arte insuperable: tratados, cuestiones, articulos, argumentes y hasta las mismas ob- .J . · »1 “Todas las cosas que se conslderan en esta ciencia son o Dios, o las cosas que proceden de Dios o se ordenan a Dios en cuanto tales, de modo parecldo a como el médlco considera los sistomas y las causas y otras muchas cosas de este gênero en cuanto sanas, esto es, relativas de algûn modo a la salud” (In I Sent., prol. a.4). ‘‘Por tanto, cuanto mâs una cosa se acerca a la verdadera razôn de la divlnldad, con tanto mayor princlpalidad es considerada en esta ciencia” (In I Sent., prol. a.4). Y poco después subraya la diferencla entre este modo de Puesto ver y el de Pedro Lombardo en estos términos: f“‘-----que, como se dijo mâs arriba, la Intenciôn de la Sagrada Doctrina versa sobre las cosas divinas, y lo divino se toma de la relaciôn con Dios, bien como principio, bien como fin, conforme a Ap. 22,13, que dice: Yo soy el Alfa y la Omega: la conslderaclôn de esta doctrina sera sobre las cosas, en cuanto que salen de Dios como de su principio o se orde­ nan a El como a su fin. . De otro modo... segun la intenciôn del maestro" (Ibid., dlst.2 expositio textus). 92 La sagrada teologia “considera las cosas divinas por si mismas, como sujeto de ciencia” (In librum Boetii De Trinitate q.l a.4c p.119). 93 En otras obras mâs elementales o de carâcter parenético sabrâ acomodarse a los deseos de sus destinatarlos o marcharâ sobre los pasos de San Agustin. Asi, en el opuscu­ lo De articulis fidei et Ecclesiae sacramentis harâ un pequefio resumen, especle de cateclsmo de adultos, de casl toda la teologia, segùn los deseos del arzobispo de Palermo, que se lo habia pedldo; y en el Compendium Theologiae, dedlcado a su querido amigo e Inseparable compaüero fray Reginaldo de Priverno, que se lo habia sollcitado, segulrâ las huellas del Enchiridion de San Agustin, divldiendo la materia segun las très vlrtudes teologales: fe, esperanza y cadldad. En forma parenética expondrâ también toda la teologia en sus Colaciones sobre el Credo, el Padrenuestro y el Decâlogo*. pues, como dice al principio de su opusculo De duobus praeceptis caritatis, et decem legis praeceptis, “tres cosas son necesarias al hombre para la salvaclôn’, a saber: ciencia de lo que ha de creer, ciencia de lo que ha’ de desear y ciencia de lo que ha de obrar. Lo primero se enseûa en el Simbolo, donde se da la ciencia de los articulos de la fe: lo segundo, en la oraclbn del Sefior·, lo tercero, en la ley” (ed. Mandonnet, t.4 p.413). - h--Λϊ» La «Suma Teolôgica» 139 jeciones. Santo Tomas puso en ello singular empeno, sabiendo que no hay verdaderamente cien­ cia sin orden 94 y que el principal defecto de una obra didactica es su falta de orden. Con verdad se ha dicho que él es el genio del orden ’5. Siempre lo busca con tesôn y agudeza en los libros que comenta, ya sean de la Escritura, ya de Aristoteles; ora del Areopagita, ora de Boecio, ora del Maestro de las Sentencias. Pero, sobre todo, lo persigue en sus obras originales. El autôgrafo de la Summa contra Gentiles es aleccionador a este proposito; alii se ve con frecuencia la trans­ position de argumentes y hasta de capitulos enteros, escritos de primer golpe, para reducirlos a un orden mas preciso y riguroso, no obstante que dicha obra no estaba destinada directamente a las escuelas. 47. San Agustin expresô lo mismo en esta frase lapidaria: "Ahora bien, hermanos. ante todo atended a la cuestiôn, y asi esperad la soluclôn ordenadamente; pues quien no ve la cuestiôn que se propone, icômo va a entender lo que se expone?" (Tract, in Ioan. 29 n. 3: ML 35,1629). »/r A. ·! · Sec.IL ·*.- 1 La «Suma Teolôgica» ; 155 Santo Tomas llama a esta segunda fase de la investigaciôn cientifica procedimiento disputativo (procedere modo disputativo}. Por eso, la introduce siempre con la formula estereotipada: «ad pri­ mum..., ad secundum..., ad tertium..., sic procedi­ tur», esto es, en cuanto a la primera, a la segunda, a la tercera cuestiôn —o problema—, he aqui ordenadamente las razones o argumentos por una y otra parte; o mejor, he aqui la serie de argumentos por una y otra parte. Porque, efectivamente, la palabra procedere significa, en el lenguaje de Santo Tomas, la marcha o movimiento ordenado de la inteligencia en prosecution de la verdad mediante el examen o discusiôn de los argumentos por una y otra parte, o lo que es lo mismo, mediante la disputa 126. Por ahi se comprende que ninguna de las dos se­ ries contiene lo que vulgarmente llamamos objeciones contra una tesis o proposition determinada, sino simplemente la discusiôn ordenada de un problema en vias de solution; la tesis no aparecera mas que en la fase siguiente, y nadie arguye contra una tesis inexistente y todavia no formulada El argumento Sed contra no es, por lo tanto, una respuesta ni una objeciôn o réplica contra los argumentos de la primera serie, sino meramente una razôn en favor de la otra parte de la alternativa. La frase Sed contra est, con­ tra est, in contrarium est, quiere decir sencillamente: mas en pro de la parte contraria u opuesta, que es la otra parte de la alternativa, hay esta autoridad de la Èscritura o de tai Padre, o bien esta ra­ zôn. En las demas ciendas, que proceden por la sola luz de la razôn natural, los argumentos por una y 126 Santo Tomâs, In III Metaphysic. lec. n.338; lec.5 n.387; lec.12 n.480; lec.14 n.515; In VII Metaphysic., lec.12 n.1.538; In X Metaphysic., lec.7 n.2.060. “El nombre de procesiôn fue Inventado prlmero para slgnlficar el movimiento local, segûn el cual algo pasa ordenadamente por el me­ dio de un lugar a otro; y de ahi pasô luego a slgnlficar todo aquello en que bay cierto orden de uno a otro” (De potentia q.10 a.l.c). • - 156 Sec.II. Obras de Santo Tomâs otra parte deben ser principalmente de razon, no de autoridad humana en cuanto tal, que es de escasisimo valor ' en la teologia, por el contrario, que procede por la luz de la revelaciôn, ayudada y secundada por la razôn ,2J, los argumentos pro y con­ tra deben ser principalmente de autoridad divina (Escritura, Tradiciôn, Magisterio de la Iglesia), que es de valor sumo ,2’, y de razôn teolôgica, es decir, positivamente dirigida y aplicada por la fe, no de mera razôn natural. Por eso, Santo Tomas suele proponer, en la segunda parte dei articulo, los argumentos principales de razôn teolôgica, por una parte, y los de autoridad divina, que vulgarmente llamamos Sed contra, por otra. Ordinariamente, en la Suma reduce a très los argumentos de la primera serie y a uno los de la se­ gunda; en los primeros suele condensar las razones de los que ya trataron la misma cuestiôn sin haber logrado darle una soluciôn verdadera y satisfactoria, o bien las mas fundamentales que pueden aducirse en ese sentido; en los segundos suele aducir una autoridad decisiva o una razôn apodictica, que preparan inmediatamente la verdadera y definitiva soluciôn. Y asi se comprende por que introduce aquéllos con la palabra ritual de parece {videtur quod), mientras que éstos los introduce con la pa­ labra es (sed contra est). La tercera parte o etapa, que es la principal y vulgarmente Hamada cuerpo det articulo, contiene la respuesta satisfactoria a la pregunta o cuestiôn propuesta y discutida por ambas partes, la solu­ ciôn razonada dei problema suscitado, la deter127 "El argumento de autoridad. que se funda en la ra­ zôn humana, es el mâs débil" (Summa Theol. 1. q.l a.8 ad 2). 178 “Esta doctrina tlene como primeros principles los ar­ ticulos de la fe...*, y de estas prtneipios procede esta cien­ cia. sin despreciar los prtneipios comunes” (In I Sent., prôlogo a.3. q.3 a.2 ad 2). iw “El argumento de autoridad que se funda en la revelaclôn dlvlna es el mâs efleaz" (Summa Theol. 1 q.l ad 2). La «S uni a Teolôgica» 157 minaciôn definitiva o la sentencia justificada del asunto litigado 13°. Santo Tomas la Hama invariablemente respon­ sio, en correlacion con la quaestio {quaeritur), que introducta el articulo, y tiene exactamente la misma significaciôn que la λύσις (solutio) artistotélica, correlativa de ζήτημα: pregunta y respuesta son correlativas. Pero asi como la quaestio del articulo no es una pregunta cualquiera, sino un verdadero problema, asi también su respuesta no es una respuesta cual­ quiera, sino una respuesta razonada, probada, jus­ tificada que baga ver la verdadera naturaleza de la cosa examinada y discutida a fondo 131 : una ver­ dadera definition, un verdadero fallo a modo de sentenda motivada, con toda suerte de conside­ randos y resultandos, que corresponde al διορισμός de Aristoteles 132. Por eso, Santo Tomas comienza siempre el cuerpo dei articulo con estas palabras estereotipadas: Responsio. Dicendum quod. Pues esta es la verda-* III 13° En la termlnologia de Santo Tomâs, responsio, solu­ tio, determinatio, definitio, sententia, tlenen la mlsma significaciôn. Véase, por ejemplo, Quodlib. 4 a.18: "sl el maestro, determinando las cuestiones teolôglcas, debe usai la razôn o la autoridad”; III Contra Gentiles c.122: "No parece que sea respuesta suflclente el que algulen dlga...; por tanto, es necesario Inqulrlr la soluciôn por lo dicho anterlormente”; I Sent., prol., divisio textus: “La sentencia, segün Avlcena, es el concepto definitivo y clertislmo”; III Sent. dlst,23 q.2 a.2 qla. le: "Puesto que del acto de asentlr procede la sentencia, que, como dice Isaac, es la accpciôn determinada de una de las partes de la contradicciôn, es necesario que qulen aslenta determine el entendlmlento a una de las partes de la contradlcclôn"·, Summa Theol. 1-2 q.74 a.7c: "La razôn especulatlva juzga y sen­ tencia sobre las cosas Intellglbles..., como vemos en las cosas especulatlvas, que la ultima sentencia sobre alguna proposiciôn es dada por rcsoluciôn en los primeros principios”·, In librum Boetii De Trinitate lec.2: “proslgpilô la razôn de la sentencia” (ed. clt., p.94). ni “Porque la cuestiôn, mlentras se agita en la duda por razones probables, es como Informe, no alcanzando la certeza de la verdad; y por eso se llama formada cuando se le aftade la razôn por la que tiene certeza de verdad” (In librum Boetii De Trinitate, prooemii textus explanatio, ed.clt., p.21). ’32 in Metaphysic. c.3 n.8: ed.clt., p.503.44-45; VII Metaphysic. c.5 n.2 p.567.18. 158 Sec.ll. Obras de Santo Tomâs dera formula del Santo, como atestiguan los mejores y mas antiguos manuscritos de la Suma y de otras obras suyas 133, no la corriente Respondeo di­ cendum quod de las ediciones impresas. La palabra Dicendum (= debe decirse) expresa perfectamente ese carâcter de fallo, definiciôn o determinaciôn, que disiparâ todas las dudas y hara descansar la inteligencia en la posesiôn plena y cierta de la verdad encontrada. Porque, en efetco, di­ cendum significa una verdadera necesidad de decir, no ya solamente con palabras exteriores, orales o escritas, sino, en primer lugar, con palabras menta­ les, interiores, causada y provocada por la demostraciôn de la verdad y no por mero argumento de autoridad como en la pura fe. Y asi se comprende fâcilmente por que Santo Tomâs llama a esta tercera parte dei articulo procedimiento demostrativo (procedere demonstrati­ ve), en contraposition al procedimiento disputativo o dialectico de la segunda 134. El dicendum, por consiguiente, anuncia la respuesta o solution buscada y requerida, no en forma de un si o un no seco y auto"Les mss.—dice el Director de la ediciôn leonina, Cl. Suermondt—portent 99 fois sur 100 la seule abréviation R/. La vraie leçon complète et authéntique serait Responsio. Dicendum quod” (Bulletin Thomiste t.2 [1937] p.47). Y el P. F. Moos, O. P., editor del Comentario al tercer llbro de las Sentencias. declara que en varios de sus manuscritos se lee R/nsio y hasta Responsio con todas las letras (Prôlogo del editor, p.XII, Paris 1933). 134 véanse algunos ejemplos de esta contraposlclôn : “En el llbro precedente Arlstôteles procedlô disputativamente sobre aquellas cosas que deben conslderarse en esta cien­ da; aqui empieza a procéder demostrativamente, determi­ nando la verdad de las cuestiones antes movidas y disputadas” (In IV Metaphysic. lec.l n.529). “Arlstôteles no pro­ cede aqui demostrativamente, sino segûn probabilidad" (In I De coelo et mundo lec.2 n.7). "Pues el dialéctico no pro­ cede por algunos principlos demostratlvos, ni asume una de las partes de la contradlcclôn solamente, sino que mira a ambas partes, pues sucede a veces que ambas son pro­ bables o se maniflestan con probabilidad, a lo que attende el dialéctico; y por eso pregunta. El demostrador, en cam­ bio, no interroga, porque no mira a las partes opuestas~ (In I Post. Analytic, lec.20 n.6). “Pues el ùltimo térmlno al que debe llegar la inqulsiclôn de la razôn es la Inteligen­ cia de los principlos en los que se resolvemos al Juzgar; y cuando se hace esto no se habia de proceso o prueba 133 ♦ ■ ■·· \ 4. ·> •· Λ · i Λ 3 . y La «Suma Teolôgica» 159 ritario, sino en forma de verdadera conclusion cientifica, que se impone a la inteligencia ab intrinseco, por medio de la demostraciôn, y la obliga a aceptar sin ambages ni escrûpulos una de las partes de la alternativa. Y como las partes de la alternativa se oponen contradictoriamente, por necesidad la otra parte es falsa e imposible, y, de consiguiente, los argu­ mentes aducidos en su favor durante la fase de la disputa son falsos y deben ser rechazados como taies, cosa facil de probar una vez que se ha encontrado y justificado la verdadera solution dei pro­ blema. De ahi es que Santo Tomas, en la cuarta y ùltima fase dei articulo, los ase uno a uno y de un tajo bien asentado los pone fuera de combate: «ad primum ergo..., ad secundum..., ad tertium..., di­ cendum». Y alli termina la verdadera solution del problema: «oportet autem quod vera solutio salvet omnia quae sunt de ratione rei, omnia impossi­ bilia excludat» 135. Es el fruto sazonado de inteligencia y penetra­ tion de la verdad divina revelada, que se buscaba en la ciencia teolôgica. Mas no lo gustara ni saboreara plenamente quien no mastique y desmenuce y revuelva todos los argumentes, y todas las pala­ bras, y toda la trama de cada articulo, lentamente, pausadamente. racional (=meramente dialéctica), sino de demostraciôn. En cambio, cuando la inquisiciôn de la razôn no llega al ùltimo término, sino que se detiene en la inquisiciôn misma, es decir, cuando al que busca le queda aun camino abierto en ambos sentidos (y esto ocurre cuando se pro­ cede por razones probables, capaces de causar opinlôn o fe, pero no ciencia), entonces el proceso racional (=dialéctico) se contradistingue del demostrativo. Y de este modo se puede procéder racionalmente (=dialéctica o dis­ putativamente) en cada ciencia para que, a base de probabilidades, se prepare el camino para conclusiones necesarias” (In Boetium De Trinitate q.6 a.l ad primam q., ed.cit., p.125). 135 “Es necesario que la verdadera soluciôn salve todo lo que sea de la naturaleza de la cosa y excluya todos los imposlbles” (In I de generatione et corruptione, lec.15 n.l). il 160 K* < • · , *■> ’we**4 i Obras de Santo Tornas Para el lector de la Suma parecen haber sido escritos expresamente estos sabios consejos de Balmes: «La lectura es como el alimento; el provecho no esta en proporciôn de lo que se come, sino de lo que se digiere. La lectura debe ser pausada, atenta, reflexiva; conviene suspenderla con frecuencia para meditar sobre lo que se lee; asi se va convirtiendo en substancia propia la substancia del autor, y se ejecuta en el entendimiento un acto semejante al de las funciones nutritivas del cuerpo» 134. Este simple analisis de la estructura y de la técnica dei articulo patentiza que la Suma de Teologia esta toda ella construira de bloques mar­ moreos perfectamente labrados y ensamblados por dentro y por fuera, sin ripios, sin cascotes y sin vacios, como si fuera hecha de una sola pieza gigantesca. Lacordaire la comparaba a las pirâmides de Egipto 136 37, otros la han comparado a las catedrales goticas de Colonia y de Milan. En realidad, sintetiza maravillosamente las cualidades de todas ellas; por­ que posee la armonia, la esbeltez, la luz, el misticismo religioso de las catedrales gôticas, y al mismo tiempo la profundidad y la anchura de los cimientos de las pirâmides y su incorruptible perennidad, que desafia la obra destructora de los siglos. Construction tan divinamente lograda, que des­ pues de ella no cabe mâs que la vision beatifica 138139 . Es, en frase feliz de Pio XI, el cielo visto desde la tierra: La Somma Teologica è il cielo veduto dalla 139 terra . Filosofia elemental. Lôgica 1.3 sec.8 p.161 (Barcelona 1905). 137 Discours pour la translation du chef de Saint Thomas d’Aquin, en Oeuvres t.8 p.304-305 (Paris 1895). 138 Neque aliud superest nisi lumen gloriae post “Summam” Thomae (Pedra Labbe, S. I., Encomio de Santo To­ rn às, edltado en Jurami, o.c., p.359). 139 Alocuciôn al Instituto internacional Angelicum, de 12 de diciembre de 1924, en Xenia Thomistica t.3 p.600 (Roma 1925). 136 *· Sec.II. b Secciôn tercera autoridad doctrinal de SANTO TOMAS Τ-. κ: * 1 ■ Al hablar de la autoridad doctrinal de Santo To­ mas, como de la de cualquier otro Doctor de la Iglesia, cabe distinguir la autoridad cientifica y la autoridad canonica. La autoridad cientifica depen­ de del valor intrinseco de su saber y de sus obras: la canonica depende de su conformidad con la di­ vina revelaciôn y de su aprobaciôn y recomendaciôn por la Iglesia catolica, que es maestra infalible de la verdad revelada. De esta habla el santo cuando dice que la autoridad de la Iglesia es ma­ yor que la de cualquier Doctor, por grande que sea, puesto que la recibe de ella: «la doctrina de los doctores catôlicos recibe de la Iglesia su auto­ ridad; por tanto, hay que atenerse mas a la auto­ ridad de la Iglesia que a la de Agustin, Jeronimo ο de cualquier doctor» \ Y cuando ambas se juntan en grado superlativo, la autoridad resultante es maxima. En nuestro santo se cûnan las dos en grado emi­ nente. Por lo que acabamos de decir al tratar de sus obras, puede vislumbrarse algo de su autoridad cientifica, que saliô acrisolada y triunfante por su propia virtud de la terrible prueba a que la sometieran sus adversarios por espacio de cincuenta anos, es decir, desde su preciosa muerte hasta su elevaciôn a los altares, como veremos en seguida mâs detalladamente. Su autoridad dogmatica sigue en orden ascendente desde su canonization hasta nuestros dias. Al exponer una y otra, trataremos de evitar toda exagération y juicio personal, limitandonos a ex­ poner fielmente lo que dan de suyo los documen­ tes. Siguiendo, pues, la consigna de Pio XI , reite1 Summa Theologiae 2-2 q.lO 2 Enclcllca Studiorum ducem, “No exijan mâs unos de otros la Iglesia, maestra y madré de a.12c. de 29 de Junlo de 1923. que lo que exigeide todos todos” (AAS 15 [1923] 324) 164 Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tomâs rada por Pio XII3, no pretendemos darle mas auto­ ridad que la que le da la misma Iglesia, pero tampoco queremos darle menos. Desde su muerte hasta su canonization (1274-1323) 'i La gran novedad y originalidad de doctrina y de método que hemos notado en Santo Tornas pro­ voco, como era de suponer, diversos sentimientos y apreciaciones opuestas durante su vida y después de su muerte. Nadie ponia en duda su gran santidad y su ex­ traordinario talento. Cuando apenas contaba treinta anos (1256) le llamô Alejandro IV «varon cons­ picuo por la honestidad de costumbres, que consiguiô por gracia de Dios el tesoro de la ciencia de las let ras» 4. Très aûos mas tarde, Gerardo de Frachet lo califica de excelente ciencia y gran columna de la orden» 5. Siger de Brabant lo equipara en filosofia a San Alberto Magno 6, que era la maxima autoridad en estas materias7 y Roger Bacon los r ’» J 3 "Y ninguna persona prlvada se constituya maestro en la Iglesia" (Sermôn pronunciado el 24 de Junlo de 1939 ante todos los estudiantes eclesiâstlcos de Roma : AAS 31 [19391 247). < Denifle, Chartularium... t.l p.307. 5 Vitae fratrum Ord. Praed. p.4.a c.17 ξ 3 p.201, ed. Reichert (Lovalna 1896). 4 “Alberto y Tomâs. varones principales en filosofîa” (Quaestiones de anima intellectiva q.3, ed. Mandonnet, O. P., en Siger de Brabant2, Les Philosophes Belges t.7 p.152). 7 "Es alegado como autor..., pues como son alegados en las escuelas Aristôteles, Avlcena y Averroes, asi tamblén él; y aun vive, y tuvo en vida autoridad en doctrina, cosa que no tuvo hombre alguno; pues Cristo no llegô a esto, puesto que fue reprobado en vida él y su doctrina” (Roger Bacon, O. F. M., Opus tertium c.9, ed.clt., p.30). A él se refieren estos versos de Enrique de Würzburg en su poema De statu curiae, de 1261-1263, cltados por A. Walz, O. P., (San Tommaso d’Aquino p.124) : Est hic aliquis, qui si combusta iaceret, inventor fieret, Philosophia, nove. Erigeret meliori modo novus editor illam, vinceret et veteres artis honore viros. Desde su muerte hasta su canonizaciôn 165 llama las dos modernas celebridades: moderni glo­ riosi6. Y en teologia reconocieron su autoridad ex­ ceptional los maestros de la escuela parisiense cuando, al discordar sobre el modo de explicar la existencia de los accidentes eucaristicos sin pro­ pio sujeto y las dimensiones del cuerpo de Cristo en el Sacramento, le rogaton que expusiese su opi­ nion y se sometieron a su fallo Conocidos son también el extraordinario sentimiento que manifesto la Facultad de Filosofîa de Paris al tener notitia de su muerte, y los grandes elogios que le tributô, llamàndole «lucero de la manana, luz y esplendor dei mundo, o mejor dicho, lu­ minar mayor que preside el dia... En verdad no falta razôn para decir que el sol retiro su fulgor y sufrio oscuro e inesperado eclipse cuando faltô a la Iglesia rayo de tanto esplendor Y aunque no desconozcamos que el Creador de la naturaleza lo ha concedido por especial privilegio en el tiempo a todo el mundo, sin embargo, apoyandonos en la autoridad de los antiguos filôsofos, parece que la naturaleza lo puso especialmente para dilucidat sus secretos» 10. En los mismos sentimientos abunda una elegia compuesta a raiz de su muerte, en la que se le cele­ bra como lucero del alba, sol dei universo, medi­ cina dei mundo, vaso y apôstol de la divina gracia, Salvador de las ôrdenes religiosas, martillo de los herejes, escudo de la Iglesia, gema de santidad, flor de los doctores, abismo de ciencia biblica, ejemplar de la filosofîa, lumbrera de la teologia, fundamento doctrinal de toda la Iglesia, sostén y ornamento de Es. en realidad, lo mismo que decia el referldo Roger Bacon: “Este escriblô sus libros de modo auténtlco, y por eso todo el vulgo lo alega locamente en Paris, como a Aristoteles y a Avlcena y a Averroes y a otros autores” (o.c., p.31); “él es el principal en esto” (ibid.). e Liber communium naturalium c.5, ed. R. Stelkle, Opéra hactenus inedita Rogeri Bacôn fasc.2-4 p.ll. ’ Tocco, Vita... c.52, en Fontes p.125-126. io Fontes p.584. L V»1 *»· V · 166 t5.-. ç4 C ’·· iv* Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tomâs todos los doctores, nuevo Salomon que todo lo ilustra y escudrina, mas fuerte que Sansôn y mas temible que Gedeôn, que con su doctrina eminente ha disipado las tinieblas de Egipto y desenmaranado las confusiones de Babilonia; doctor por excelencia de la Iglesia y dei mundo entero, palacio de la sabiduria, pregôn de las glorias de Maria, luz de la filosofia v de la teologia, estrella de santidad, sol del mundo y luz de los pueblos . Y encaràndose con la muette, que quebrô el hilo de su preciosa vida, la apostrofa con vehemencia: «...mors dura, mors impia, mors peritura» 12. San Alberto Magno se entusiasmaba hablando de su discipulo predilecto, a quien prodigaba «alabanzas y ponderaciones extraordinarias» 13. Entre otras, decia de él que era «la flor y honra dei mun­ do», y «el hombre mas sabio después de su tiempo hasta el fin dei mundo, sin temor de ser superado por nadie, cuyos escritos brillan sobre todos los demâs por su pureza y su verdad u. Y sus discipulos lo ensalzan a porfia. Remigio dei Girolami le llama luz de nuestros ojos y corona de nuestra cabeza 15, mar sin fondo ni riberas, aguila del pensamiento, espejo de santidad, que lo mis­ mo revestia amor de verdadero hermano que entranas de madré verdadera y espiritu de verdadero apôstol que practica lo que dice 14; doctor de los doctores y santo de los santos 17. Bombolonio de Bolonia lo cita como doctor venerado y admirable ”, lo mismo que Ramberto n Fontes p.286-288. ’2 Fontes p.588. 13 Asi lo reflere Bartolomé de Capua habérselo oido declr a fray Hugo Borgognonl de Luca, provincial de la provin­ cia romana (Proceso napolitano de canonizaciôn n.82, en Fontes p.383). u Ibid., p.382-383. 15 G. Salvadori, I sermoni d’occasione, le sequenze e ritmi di Remigio Giralomi Fiorentino, en Scritti vari di filologia a Ernesto Monad p.480 (Roma 1901). Cltado por M. H. Laurent, O. P„ Fontes p.589 nota 3. u Fontes p.589. 17 Fontes p.589. 13 Cltado por M. Grabmann, Die italianische thomistens- Desde su muerte hasta su canonizaciôn 167 dei Primadizzi *19, que ademâs le llama doctor egre­ gius, en quien se condensan San Agustin, San An­ selmo, Boecio y Ricardo de San Victor 20. Tolomeo dei Fiadoni lo aduce siempre en estos términos: «como dice el preclaro doctor Tomâs» 21, «el preclarisimo doctor fray Tomas 22, «el ilustrisimo doc­ tor fray Tomâs» 23, al igual que a San Alberto 24 y a los mâs grandes doctores de la Iglesia, como Origenes, San Basilio, San Gregorio Nacianzeno, San Juan Crisôstomo, San Juan Damasceno y San Agus­ tin 25, llegando a escribir: «Nuestros modernos filôsofos y preclaros doctores de la fe ortodoxa, entre los cuales sobresalen Alberto y Tomâs» 26. Y des­ pues de enumerar sus obras, concluye: ««-Para que mâs? Fue el area de la filosofia y de la teologia. Y es de admirar que haya podido escribir tanto, dado que viviô poco tiempo en comparaciôn de otros doctores» 27. Y Guillermo de Tocco lo exalta como Doctor admirable y ôrgano de la divina sabiduria: doctor admirable 28; «pues era ôrgano de la divina sabiduria, por el que quiso Dios revelar su secre­ to» 29. Siendo verdaderamente notable que pudiera escribir tanto y tan profundo y original en tan poco tiempo, cuando un hombre, por mucho talento que posea y aunque dedique a su estudio toda su vida, no puede llegar a comprenderlo perfectamente 30. Y su doctrina es tan fecunda y poderosa, que no chute des XII und beginnenden XIV Jahrhunderts, en Mittelalterliches Geistesleben p.339 (München 1926). 19 Grabmann, o.c., p.351-352. 20 Grabmann, Ibid. Exaemeron p.16.35.45.46.48.62.64.90.140.152, ed. P. Masetti, O. P. (Siena 1880). 22 O.c., p.102.106.195. 22 O.c., p.170.173.179. * O.c., p.19.81.199.205. 25 O.c., p.62. 24 O.c., p.19. 27 Historia Ecclesiastica 1.22 c.15, citado por P. Mandonnet, O. P., Des écrits authentiques de S. Thomas d’Aquin1 p.59 (Fribourg 1910). 28 Tocco, Vita... c.15, en Fontes p.82. 29 O.c., c.39 p.112. 30 Tocco, o. c., c.69 p.112-113. . —-.γ·, .. 168 Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tornas solo sirve para refutar victoriosamente los errores de su tiempo, sino también para rebâtir todos los errores venideros; «tantos cuantos pudiesen sobrevenir» 31. Sin embargo, fueron los teôlogos quienes se alarmaron de su novedad, acogiendo su doctrina con recelo y hasta con abierta hostilidad. La intro­ duction del uso de la filosofia en la ciencia sagrada les parecia no solamente una secularizaciôn, sino una verdadera profanation y corruption de la mis­ ma. San Alberto Magno habia tenido que sufrir criticas similares, que él rechazô con frase airada ”. Pero, en realidad, la oposiciôn de los teôlogos de Paris y de Oxford se centré en Santo Tomas. Como indicamos anteriormente 33, por Pascua de 1270 los teôlogos de Paris, con el obispo Esteban Tempier a la cabeza, impugnaron violentamente algunas de sus doctrinas, en particular la tesis de la unidad de la forma substantial en el hombre, distinguiéndose por su violentia el famoso Juan Peck­ ham. El de Aquino respondiô tranquila y satisfactoriamente a sus adversarios, logrando no verse envuelto en la condenaciôn de ciertas propositio­ nes defendidas por Siger de Brabant y sus secua34 ces . Pero la situation se agravô después de su mar­ cha de Paris y de su muerte. La condenaciôn de 1270 no habia calmado los ânimos de los filôsofos, que continuaban agitandose y exasperaban la suspicacia y la hostilidad de los teôlogos y conservadores. Llegado a oidos del papa Juan XXI —el célébré Pedro Hispano— tal estado de cosas, éste encargô (18 de enero de 1277) al obispo Tem31 Oc.» .c.21 p.95. 32 “Blasfeman como brutos animales de las cosas que ignoran” (In Epistolas B. Dionysii Areopagitae ep.8 ξ 2 dub.unlc. c„ en Opera t.14 p.910a). 33 Supra, p.56. 34 Denifle, Chartularium... t.l p.486-487. Desde su muerte hasta su canonizaciôn 169 pier hacer una encuesta y darle cuenta de su resultado. Mas el obispo, de carâcter vehemente y autoritario, no se limitô al papel de informador, sino que, reuniendo la Facultad de Teologia, les propuso una serie de doscientas diecinueve proposiciones, atropellada y desordenadamente dispuestas, como vitandas y condenables, requiriendo y forzando autoritariamente su voto 3S. Entre ellas habia algunas de Santo Tomâs, otras de Gil de Roma y otras de Roger Bacon, siendo su inmensa mayoria las de los llamados averroistas. Y para que mas clara apareciese su parcialidad contra el gran teôlogo de Aquino, se promulgo el decreto de conde­ naciôn el dia 7 de marzo de 1277, tercer aniversario de su santa muerte. Aquello no fue un juicio, sino un atropello. San Alberto Magno, a pesar de sus anos y de sus achaques, hizo un viaje ex pro­ fesso desde Colonia a Paris para protestar de semejante procedimiento y defender a su discipulo predilecto 36. Otro acto parecido, y de comûn acuerdo, se preparaba en Oxford por el arzobispo de Cantorbery Roberto Kilwardvy, enemigo declarado de la nueva teologia, el cual condenô una nueva serie de treinta proposiciones (18 de marzo de 1277), va­ rias de ellas tomistas, y concediô once dias de in­ dulgentia a quien las impugnase 37. Alentado con este resultado, Tempier se disponia a procéder mas adelante en sus censuras contra la doctrina de Santo Tomâs, convocando a efecto a los maestros que habian preparado la lista del 7 de marzo; pero el colegio cardenalicio, que gobernaba la Iglesia durante la vacante de la Sede Apostôlica por la muerte de Juan XXI (20 de mayo 35 “No por consejo de los maestros, sino por moclôn de unos pocos” (Gil de Roma o Colonna, citado por Mandonnet, en Siger de Brabant, Les Philosophes Belges t.6 p.216 nota 5). 36 Bartolomé de Capua, reflrléndose a lo oido de Hugo de Borgognonl (Proceso... n.82, en Fontes p.382-383). 37 Denifle, Chartularium... t.l p.560 nota 3. 170 Λ* · r, ’ i Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tomâs de 1277), le parô los pies, prohibiéndole terminantemente ocuparse mas de aquel asunto hasta nueva orden. Al mismo tiempo, Pedro de Conflans, arzobispo de Corinto, que residia en la corte ponti­ ficia, hizo saber a Kilwardvy su profundo disgusto por el atropello cometido 3839 . Los franciscanos, a su vez, apegados a la antigua usanza, tomaron parte prépondérante en la oposicion, echando lena al fuego. Guillermo de la Mare publico un Correctorium fratris Thomae (12781279), en el que impugna ex professo nueve articu­ los de sus comentarios sobre el primer libro de las Sentencias, otros nueve de sus Cuodlibetos, otros tantos de sus cuestiones De veritate, diez de su cuestiôn De Anima, cuatro de sus cuestiones De potentia, una de sus cuestiones De virtutibus y setenta y seis de su Suma Teolôgica. Esta obra fue poco después (1284) aprobada y recomendada por el capitulo general de su orden celebrado en Estrasburgo, al mismo tiempo que se prohibia a sus reli­ giosos poseer y leer la Suma de Santo Tomas, excepciôn hecha de un pequeno grupo de lectores mas capacitados y a condition de acompaüarla siempre del referido Correctorium 3’. Y Juan Peckham, que sucediô a Kilwardvy en el arzobispado de Cantor38 "Se dice que se le mandô al oblspo (Roberto Kilwar­ dvy) por clertos reverendos seüores de la curia romane que se abstuviere en absoluto en el caso de aquellas opi­ niones mlentras no reclblese otro mandato” (Juan Peck­ ham, carta de 7 de dlclembre de 1284, en Denifle, Chartu­ larium... t.l p.558-560.625. Véase sobre este punto P. Mandonnet, O. P., Siger de Brabant2, Les Philosophes Belges. t.6 p.235; D. Callus, O. P., The condemnation of St. Tho­ mas at Oxford, ed. de The Aquinas Society of Londons Aqulnas-Papers n.5 (Oxiord 1946). 39 “El ministro general (Bonagra,cla Field) impone a los ministros provinciales que no permltan que se multipllque la Suma de fray Tomâs, a no ser entre lectores notablemente inteligentes, y a condlclôn de ir con las declaraciones de fray Guillermo de la Mare, no puestas marginalmente, sino en los mismos pllegos: y que estas declaraclones no sean transcrltas por seglares” (Fontes p.424-425). . V · 4 &* Desde su muerte hasta su canonizaciôn 171 bery, quiso importer a pura fuerza la censura de su predecesor 40. Mas esta ofensiva violenta no logrô disminuir en lo mas minimo el prestigio y la autoridad doctrinal de Santo Tomas, antes bien parece que provocô una reaction contraria, conquistândole nuevos adep­ tos. El famoso Godofredo de Fontaines decia que el acto de Tempier debia corregirse, porque condenaba propositiones entre si contradictorias y porque escandalizaba y «perjudicaba a estudiantes y profesores, privândoles de aprender la doctrina utilisima de un doctor tan excelso como fray Tomas»41. Gil de Roma estaba asombrado de semejante pro­ céder. Los que impugnan sus escritos, aseguraba, se mueven por pura envidia y juzgan de lo que no entienden: son moscas que se lanzan contra la luz, cegadas por su resplandor, cumpliéndose en el caso présente aquellas palabras dei salmo 75,5: «Iluminando tù admirablemente desde los montes eternos, todos los insipientes se turbaron en el coz 42 razôn» . Y a su amigo y hermano de hâbito el beato Santiago Capocci de Viterbo le decia en Paris, cuando mas arreciaba la lucha antitomista: si los dominicos quisieran, ellos solos poseerian la sabiduria, y los demas seriamos unos idiotas, con solo retirât de la circulation los escritos de fray Tomas 43. Por su parte, dicho beato, que fue hom­ bre eminentisimo en ciencia y santidad 44, siendo 40 o.c. > Fontes vitae S. Thomae p.647-648. Cf. D. Callus, O. P., Utrum episcopus parisiensis peccet in hoc quod omit­ tit corrigere quosdam articulos a praedecessore suo con­ demnatos, ed. M. H. Laurent, O. P., en "Revue Thomiste" 35 (1930) 279-279. 42 Tocco, Vita... c.40, Fontes p.113. 43 Oido contar por dicho beato a Bartolomé de Capua segûn reflere éste en el Proceso de canonizaciôn n.83, Fon­ tes p.383-384. 44 David Gutiérrez, O. S. A., De B. lacobi Viterbiensis, O. E. S. A., vita, operibus et doctrina theologica (Roma 1939). ♦ * ifc « * · î * ·· ut t* F.· - 172 f I I μi f ’ · t 'M I *!·*.·**-,. A4* ji· - ♦ Ας;' - ■ · Q ·V · . -ΛΐΗ ».» .’ ■· - ’ Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tornas arzobispo de Napoles repetia con frecuencia a su amigo Bartolomé de Capua, protonotario del reino de Sicilia: «Creo sinceramente delante de Dios —in fide et Spiritu Sancto— que nuestro Salva­ dor y Doctor de la Verdad enviô en primer lugar para iluminar al mundo y a la Iglesia universal al apôstol San Pablo, después a San Agustin y en nuestro tiempo a fray Tomâs, a quien no sucederâ otro astro de igual magnitud hasta el fin dei mun­ do» 4S. «Porque, efectivamente, en sus escritos se encuentra toda la verdad, toda la luz, toda la claridad, toda la facilidad y todo el método para llegar ordenadamente a una ciencia perfecta» 4δ. De joven y discipulo de Gil de Roma, se dejô impresionar por la condenaciôn de Tempier y se habia permitido impugnarlo 47 ; pero aseguraba que, «desde el momen­ to en que le conociô mejor y empezô a gustar sus escritos, se hizo su discipulo entusiasta y no queria leer mâs que sus obras, pareciéndole dictadas por el mismo Espiritu Santo 48. Y aüadia «que na­ die se haga la ilusiôn de dominar perfectamente la teologia si no signe y se adhiere a la doctrina de fray Tomâs, que senalô la senda para llegar a poseerla» 49. El propio Bartolomé de Capua, que habia conocido y tratado al santo, era del mismo parecer, fundândolo en très consideraciones. Primera, porque es humanamente imposible que escribiese tantas y tan grandes obras en tan breve tiempo, a no ser ayudado sobrenaturalmente por Dios. Segunda, porque sus escritos, a pesar de haber sido impugnado ferozmente por muchos y muy poderosos ad­ versarios, nunca perdieron su autoridad, sino que mâs bien aumentô, siendo recibidos y acatados por B. p.383. de Capita, Proceso de canonizaciôn n.83, Fontes Ibid.,p.384. 47 David Gutiérrez, o.c., p.51-52, 48 Proceso de canonizaciôn l.c.» p.384. 49 Oido al beato por el caballero Pedro Grassi y referldo por éste en el Proceso de canonizaciôn n.6. Fontes p 274 46 -r— .T Desde su tnuerie hasta su canonizaciôn 173 todas partes. Tercera, porque se adaptan a toda clase de gentes y todos sacan provecho de ellos . Lo mismo pensaba fray Alberto de Brescia, hom­ bre de gran ciencia y santidad, que no salia de su asombro pensando como pudo el santo llegar en tan poco tiempo a tan alto grado de virtud y de ciem cia51. Y habiendo rogado con frecuencia a Dios, a la Virgen Maria y a San Agustin que se dignasen manifestarie la gloria de fray Tomâs, se le apare· cieron este y San Agustin, el cual le dijo: He venido a manifestarte la doctrina y la gloria de fray Tomâs, que esta aqui conmigo; «él es mi hijo, que ha seguido en todo la doctrina apostôlica y la mia e iluminô con su doctrina a la Iglesia de Dios». Somos iguales en gloria, aunque él me excede en la aureola de la virginidad y yo le supero en la dignidad episcopal52. Y fray Esteban de Salanhac, en su Crônica inédita, escrita antes de 1278, dice de nuestro Santo: «fray Tomâs de Aquino, pullés, es doctor egregio y famoso en el mundo, que escribiô muchas obras, cuya doctrina sana y lùcida, sigue y admira todo Oriente y Occidente, juzgando sin envidia, y alegrândose y gloriândose de poseerla. Pues ella pro­ cede como luz resplandeciente y crece hasta el pleno dia en que aparezca el Lucero; y de ella toman todos, incluso los detractores y émulos ocultamente» 53. Los discipulos de Santo Tomâs salieron, naturalmente, en su defensa, recogiendo el guante lanI so Proceso de canonizaciôn n.83 p.384-385. si Oido a Alberto por fray Antonio de Brescia y referido por éste en el Proceso de canonizaciôn n.66, en Fontes p.356. 52 Ibid., p.357. Lo mismo reflere Tocco, Vita... c.21 p.95-96. 53 Citado por J. Berthier, O. P., S. Thomas Aquinas “Doctor Communis” Ecclesiae t.l p.LVI-LVII. 174 Autoridad doctrinal de Santo Tomas zado por Guillermo de la Mare. Asi, entre 12801284 publicaron varias réplicas a su Correctorium con el titulo de Correctorium «corruptorii» fratris Thomae, entre ellos el de Ricardo Knapwell, en Ox­ ford, y el de Juan Quidort, en Paris 54, y sobre todo el Apologeticum veritatis contra Corruptorium, debido a la pluma de Ramberto dei Primadizzi 5556 . Ri­ cardo Knapwell le llama «doctor venerable»M, «doctor eximio, con cuya doctrina resplandece la Iglesia, cuyos escritos estan Uenos de verdad, escritos por inspiration del Espiritu de verdad» 57, habiéndose dignado Dios ilustrarlo con el rayo de su sabiduria «y exaltarlo sobre el candelabro de la Iglesia para instruction de todo el mundo» 58. La misma Orden de Predicadores, que se dio cuenta la primera del valor excepcional de la doc­ trina tomista, la hizo suya, como reconocia amargamente su gran adversario Juan Peckham —«Opi­ niones que los mismos hermanos dicen ser de su orden» 5960 —, y tomô las medidas oportunas para que todos sus religiosos la respetasen y acatasen. El capitulo general de 1278, celebrado en Milan, enviô a Inglaterra dos profesores con plenos poderes para procéder severamente contra los religiosos hostiles a la doctrina de fray Tomas i0. El de Paris de 1279 ordena que se castiguen severamente los que se atrevan a hablar «de él o de sus escritos r ·' . · · I > . ■ * 1 » · ·» Sec.II I. 54 Ricardo Knapwell, Ο. P., Correptorium corruptorii “Quare", ed. P. Glorieux (Bibliothèque Thomiste, t.9, Pa­ ris. 1927); Juan Quidort de Paris, O. P.. Correctorium Co­ rruptorii "Circa”, ed. J. P. Müller, O. S. B. (Studia Anselmlana fasc.12-13, Roma 1941). 55 Edltado por J. P. Müller, O. S. B., en la colecclôn "Studl e Testi” vol. 108 (Roma 1943). Sobre ellos y otros puede verse Mandonnet. O. P., Les premiers travaux de po­ lémique thomiste: Revue des Sciences philosophiques et théologiques 7 (1913) 46-70.245-262. 56 O.c., a.l, In I partem p.5. 57 Ibid. sa O.c., a.9, In I Sent, p.432. 59 Carta de 7 de dlclembre de 1284, en Denifle, Chartularium... t.l p.625. 60 Fontes vitae S . Thomae p.621. Desde su muerte hasta su canonizaciôn 175 irreverente e indecentemente», por ser una cosa que «de ningùn modo puede tolerarse» 61. Lo mismo re­ pite el de Paris de 1286, afiadiendo esta ordenaciôn: «Imponemos terminantemente y mandamos que todos los hermanos, segùn su saber y poder, procuren promover y al menos, segùn se opina, de­ fender la doctrina del venerable maestro fray To­ mas de Aquino, de grata memoria» 62. El de Colo­ nia de 1309 dispuso que su doctrina fuese la nor­ ma y guia de los estudios de la Orden: «Queremos y mandamos terminantemente a todos los lectores y sublectores que lean y determinen segùn la doc­ trina y las obras del venerable doctor fray Tornas de Aquino, y que informen en la misma a sus alum­ nos, y que los estudiantes se apliquen a ella con diligencia» 63. Y concede a los estudiantes que resîden fuera de sus provincias, y no pueden subve­ nir de otra manera a sus necesidades, la licencia de enajenar sus libros con el permiso de su prior y el visto bueno de sus profesores, «excepto la Biblia y las obras de fray Tomas»64. El de Metz de 1313 la celebra como «mas sana y mas comûn, y nuestra Orden tiene obligaciôn de seguirla especialmente», ordenando que ningun religioso sea enviado a Paris a recibir los grados académicos sino después de haber estudiado a Santo Tomas très aüos por lo menos65. El de Bolonia de 1315 prohibe a los conventos vender o enajenar las obras del santo, a no ser que estuvieran duplicadas y man­ da a las casas de estudio que se las procuren todas66. Los siguientes capitules generales fueron acentuando estas ordenaciones hasta nuestros dias. Sabida es también la correcciôn y penitencia que impuso el capitulo provincial de la provincia romana 61 62 63 64 65 66 Ibid.. Ibid., Ibid., Ibid., Ibid., Ibid., p.622. p.655. p.655. p.656. p.656. p.659. Ii 11· 11 176 Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tomas celebrado en Arezzo en 1315 a fray Humberto Guidi, lector en Florencia, por haber menospreciado e impugnado la doctrina del Aquinatense: suspen­ sion por dos anos de su oficio de profesor y ayuno a pan y agua durante diez dias 67. Merced a estas disposiciones y, sobre todo, gra­ cias a su propia virtud y excelencia, la doctrina de Santo Tomas no solo resistiô sin quebrantos la prueba, sino que saliô de ella mâs pujante y avasalladora que nunca, llegando a traspasar las fronteras del Occidente, como atestigua Bartolomé de Capua en el Proceso de canonization'. Aceptada «por muchisimos, incluso en naciones barbaras» 68. Alusiôn a las traducciones en griego hechas por Guillermo Bernard de Gaillac. f » I > Î I En realidad, las obras de fray Tomas eran cada vez mâs leidas y estudiadas, no solo por los sabios y profesores, sino hasta por lo menos capacitados y dispuestos: «incluso los laicos y menos inteligentes buscan y apetecen poseer sus escritos» . «Pues es a todos manifiesto —dice Guillermo de Tocco— que en todo el mundo entre los fieles catôlicos no se lee otra cosa en la filosofia y teologia de las escuelas que no se tome de sus escri­ tos» 70. De esta suerte llegô a conquistar el titulo envidiable de Doctor Communis, es decir, Doctor Universal, Doctor de todos, que ya le daba equivalentemente el beato Santiago Capocci de Viter­ bo cuando decia que en sus obras se encuentran «la verdad comûn, la claridad comûn, la iluminaciôn 67 68 69 70 Ibid., p.661. Proceso de canonizaciôn n.8, en Fontes p.385. B. de Capua, ibid., p.385. Tocco, Vita... c.16, Fontes p.85. Desde su rnuerte hasta su canonizaciôn 177 comûn, la doctrina y el orden comûn para llegar pronto a la perfecta intelecciôn» 71, y le reconociô expresamente la posteridad. Veamos algunos testimonies. Tolomeo dei Fiadoni escribe que fray Tomâs «sobrepasa a los doctores modernos en filosofia y teologia y en cual­ quier otra materia, segùn la inteligencia y opinion comûn de los hombres; de ahi que se le llame hoy en la Universidad de Paris Doctor Comûn por la claridad de su doctrina» 72. Nicolas Treveth se ex­ cusa de pondérât su ingenio agudisimo y su ciencia eminente, «pues las pruebas de su sabiduria son tan pùblicas que los verdaderos escolasticos lo Ha­ man Doctor Comûn» 73. Domingo Garnier, en la dedicatoria a Juan XXII de sus Comentarios sobre la Sagrada Escritura, dice que se apoyarâ para re­ solver las cuestiones en la doctrina de fray To­ mas Doctor Comûn74. Pedro de la Palu cita al santo, diciendo: «la quinta opinion es la del Doc­ tor Comûn Tomas» 75. Juan de Napoles le llama «el Doctor de todos y maestro fray Tomas de Aqui­ no» 76, y dice que su doctrina «se recibe en todas partes» 77. Juan de Sterngasseen hace de él menciôn honorifica con estas palabras: «fray Tomas, de santa memoria, con cuya doctrina es iluminada toda la Iglesia» 78. Y Nicolas de Estrasburgo dice de él y de su maestro San Alberto Magno: «los veneProceso de canonizaciôn n.83, Fontes p.384. 72 Historia Ecclesiastica 1.22 c.89, citado por J. Berthier, O. P., S. Thomas Aquinas "Doctor communis" Ecclesiae t.l p.LVII. 73 Annales, en Berthier. o.c., p.LVII. 74 En Berthier, ibld. 75 In IV Sent, d.44 q.7, citado por Berthier, o.c., p.LVI. 76 Quaestiones disputatae q.9 p.83, ed. D. Gravina, O. P. (Napoles 1618). 77Quaestio Magistri loannis de Neapoli, O. P., "Utrum licite possit doceri Parisius doctrina fratris Thomae quan­ tum ad omnes conclusiones eius", hic primum in lucem edita, arg. "Sed contra", ed. C. Jellonschek, O. S. B., en Xenia Thomistica t.3 p.88. 78 Citado por Grabmann, Forschungen zur Geschichte der Altesten Deutschen Thomistenschule des Dominikanerordens, Mittelalterliches Geistesleben p.394. 178 • * ; • Λ:- I 9 I Y L Hr Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tomâs rabies doctores fray Tomas de Aquino y el senor Alberto, dos grandes luminares de la Iglesia»n. Doctor eximio, Doctor admirable, Doctor incompa­ rable, flor y nata de los doctores», es frase de Juan de Colonna 79 80. Su doctrina es tan verdadera y tan santa que quienes se separan de ella suelen errar en la fe o en la moral», segün advierte Guillermo de Tocco 8182 . 83 Durante todo el siglo xv no se le conoce con otro titulo. «Tomas de Aquino —dice Enrique de Her­ ford—, doctor excelentisimo tanto en materias eclesiàsticas como filosôficas; por lo cual se le llama Doctor Comun, o Doctor General» . Lo reconoce, a pesar suyo, el famoso fray Pedro de Alba y As­ torga cuando dice que Santo Tomas es «el ünico que se llama Doctor Comun, como Alejandro de Hales Doctor Irrefragable; y era lo mismo decir: esta opinion es comun que decir: esta opinion es de Santo Tomas» B3. Titulo, como se ve, sumamente glorioso. Nuestro fray Luis de Valladolid resume todo el comün sentir entre la muerte del santo y los primeros anos dei siglo xv en estas palabras mémo­ rables: «Después de ser investido dei magisterio en teologia, viviô unos veinte anos, durante los cuales sus obras, escritas en tan poco tiempo, dan claro testimonio de cuân ütil fue a la Iglesia y cuân admirable fue su ciencia y doctrina. Pues su doc­ trina, que todo el mundo acoge y admira, procede como luz esplendorosa y crece hasta el pleno dia. Pues <{a que doctos no ha ensenado?, ^a que in­ solentes no ha corregido?, 4 ♦<*, •··l / 180 *< ! , I Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tomas ciôn, aptos para superarse; y en los tratados dialec­ ticos instruye a los jôvenes estudiantes. No hay entre todos los doctores modernos ninguno cuya doctrina sea tan avidamente leida, cuyos libros sean tan frecuentemente citados por los maestros y cuyos volûmenes se multipliquen y difundan tanto en cada una de las universidades del mundo entero como los del doctor Santo Tomas» 85. De todos modos, y acaso para evitar las burlas necias de aquellos nominalistas empecatados, a mediados del siglo xv se comenzo a llamarle Doc­ tor Angelicus en lugar de Doctor Communis. Pero el golpe de gracia contra los adversarios de la doctrina tomista fue dado el 18 de julio de 1323 con su solemne elevaciôn al honor de los altares, verificada en Avinôn por Juan XXII. El 14 de mayo del afio siguiente (1324), el obispo de Paris Esteban Bourret anulô la condenaciôn del 7 de marzo de 1277 en cuanto a los articulos que se referian o parecian referirse a la doctrina de Santo Tomas, después de haber convocado, oido y consultado a toda la Facultad de Teologia de aque11a Universidad. Y nôtase en este solemne docu­ mento un deseo manifiesto de reparar la injuria y resarcir los dafios causados por el acto precipitado de 1277, pues se llama al santo repetidas veccs doctor eximio y venerable, «con cuya doc­ trina resplandece la Iglesia como la luna con el sol...: principalmente por haber sido y seguir siendo luz preclara de la Iglesia universal, perla radiante de los clérigos, flor de los doctores, espejo clarisimo e insigne de nuestra universidad parisiense, cual espléndida estrella matutina, re­ fulgente por la claridad de vida, fama y doctri86 na» . La actitud de los maestros de la facultad pa- ·>··>·,· 85 86 Chronica nova, en Berthier o.c., p.LIX. Fontes vitae S. Thomae Aquinatis p.668. Desde su ni tier le hasta su canonizaciôn » I I 181 risiense respecto del Aquinatense habia pasado de la hostilidad mâs cerril a la admiration y venera­ tion mâs sincera y entusiasta. Un par de meses antes del citado documento de retractation so­ lemne, al celebrar la Universidad por vez primera la fiesta del santo —7 de marzo de 1324—, el famoso maestro Pedro Roger, que anos mâs tarde debia subir al trono pontificio bajo el nombre de Clemente VI, expuso en su panegirico el comün sentir de todos sus colegas. Comienza llamândole, como era justo, nuestro Doctor —Doctor noster—, y le compara en sabiduria a Salomon; porque asi como el Rey Sabio superô en ella a todos los hebreos, egipcios y orientales, asi Santo Tomâs excediô en saber a todos los filosofos y teôlogos habidos y por haber de la Universidad parisiense: «pues su sabiduria precediô a la sabiduria de los otros doctores que hubo en esta Universidad y a la de cualquier filôsofo... Me atrevo a decir que éste precediô en sabiduria a todos los que hubo antes y después de él en esta Universidad» fi7. Y luego anade que su doctrina es «verdadera sin contagio de falsedad, clara sin sombra de oscuridad, fructuosa sin exceso de curiosidad, abundante por el âmbito de su universalidad». Es verdadera sin contagio alguno de falsedad, y por eso es fuerte, sôlida y resistente a toda prueba. La impugnaron muchos y muy doctos con toda clase de argumentos y de maniobras inconfesables, y, sin embargo, como lo vernos por experienda, la doctrina de este Santo permanece, resiste, se pro­ paga, se acepta y recibe cada vez mâs, siendo, en realidad, la doctrina comun: «vernos por experien­ da que la doctrina de este santo, que se dice doc­ trina comûn, aunque fue impugnada con fuertes argumentos, sin embargo, permanece siempre y 87 Ed. M. H. Laurent, O. P., Pierre Roger et Thomas d’Aquin: Revue Thomiste 36 (1931) 167. • '* ■ ·· ■·-··- ■ * ·¥ 182 Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tomâs crece por los siglos de los siglos» 88. La doctrina de los demas doctores, aunque brille y meta ruido por algùn tiempo, es como la luz de los cometas, que luce mucho al principio y luego desaparece por completo; por el contrario, la doctrina de Santo Tomas brilla siempre e ilumina cada vez mas, como la luz del sol de mediodia. De ella cabe decir lo que San Bernardo predicaba de la Virgen Santisima, simbolizada por la estrella polar: no se aparté de la boca ni del corazôn, porque siguiéndola no te pierdes, pensàndola no yerras, guardândola no caes, exponiéndola no mientes estudiândola llegas a la verdad; ténia fuertemente y no te la dejes arrebatar 89. Es clara sin sombra alguna ni fastidio de oscuridad, porque no hay estilo mâs limpido y trans­ parente que el suyo, y tiene el arte de exponer los problemas mâs arduos y oscuros en lenguaje tan accesible, que hasta los ingenios mâs rudos son capaces de entenderlos. «Literalmente esta doctri­ na es la mâs clara entre todas ^Quién tuvo estilo mâs claro? Aun cuando la cosa sea sumamente oscura, él la expone tan claramente que apenas bay uno tan rudo que no la pueda entender» 90. Es util y fructifera, sin dejarse llevar de una curiosidad excesiva ni de vanas sutilezas. No hay en él cuestiones vanas, ni pierde el tiempo en sutilezas inûtiles, como hoy hacen muchos. «Se atiene a la letra, sin meterse a investigar cosas inûtiles o curiosidades, como hacen muchos hoy... Este glorioso santo no fue asi»91. Es copiosa y abundante por su variedad y universalidad; pues, cual otro Salomon, disertô y escribiô de todas las cosas divinas y humanas con justeza y profundidad insuperables, segûn lo prue88 89 9Q 91 Ibid.. Ibid Ibid M. H. 167-168. 168. 168-169. Laurent, art.clt., p.169. » Desde su muerte hasta su canonizaciôn 183 ban sus numerosas obras Es un verdadero sol, que todo lo ilumina y todo lo calienta y fertiliza. Dios ha enviado a la Iglesia para la salvaciôn del mundo tres grandes doctores como tres grandes soles. San Pablo en tiempo de los falsos apôstoles, San Agustin en tiempo de las herejias y Santo Tomas en los tiempos modernos. «Se les llama convenientemente soles a los très doctores que iluminaron a la Iglesia en los diversos tiempos: el primero fue San Pablo, en tiempo de los pseudoapôstoles; el segundo, Agustin, en tiempo de los herejes; el tercero, Santo Tomâs, en tiempo de los modernos; para que de éste digamos aquello del Eclo 1,7: resplandeciô como sol refulgente en el templo de Dios» 93. Podemos, por consiguiente, concluir de todo lo dicho que, a pesar de la guerra encarnizada contra su doctrina y no obstante el valor extraordinario de sus émulos e impugnadores, como Juan Peck­ ham, Roberto Kilwardvy, Gil de Roma, Enrique de Gante, Juan Duns Escoto, Durando y tantos otros, esta saliô mâs pura y pujante de la prueba. como el oro del crisol, llegando a ser reconocido su autor, aun antes de su canonizaciôn, como la autoridad mâxima en filosofia y en teologia y en exegesis de todos los doctores escolâsticos, incluso su propio maestro, San Alberto Magno. Es la conclusion que sacaba el ya citado Pedro Roger en otro panegirico del santo que predicô ante toda la curia papal, probablemente el 7 de marzo de 1342 en la iglesia de los dominicos de Avinôn, siendo ya cardenal arzobispo de Reims94. «Me parece que la doctrina de este santo se muestra verdadera, por encima de todas las doctrinas de los doctores modernos, por dos cosas: primero, porque... la doctrina de este santo fue frecuente” w 94 Ibid., p.170. Ibid., p.170. Ibid., p.166. Ed. J. Berthier, o.c., p.56-61. 184 I · »I * S · hi· * · · Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tomâs mente impugnada con fuertes golpes de fuertes argumentos; fue frecuentemente acosada por sutilidades de grandes doctores; y, sin embargo, como el oro, que cuanto mas es probado por el fuego tanto mas puro resulta, asi esta doctrina, cuanto mas impugnada es, tanto mas se confirma, vive y perdura por los siglos. Segundo..., porque los doctores se comparan a las estrellas: unas lucen en el cielo y su claridad permanece siempre; otras son aparentes, que no son mas que ciertas impresiones producidas en el aire, y su claridad no perdura, porque en seguida caen. Esto ocurre literalmente con la doctrina de muchos doctores sutiles: en su nacimiento se revelan muy luden­ tes, pero al poco tiempo caen totalmente. Por eso de ellos se dice en Ap. 6,13: cayeron las estrellas del cielo; y en Ez. 32,7: haré oscurecer sus estre­ llas. Pero la doctrina de este santo, desde el prin­ cipio, y siempre y continuamente luce cada vez mas. De ahi que sea la estrella candida matutina, de la que se dice en Ap. 22,16: estrella esplendorosa y matutina; y en Ecclo. 50,6: como estrella matutina en medio de la oscuridad y como luna llena luce en sus dias, y como sol refulgente, asi resplandeciô él en el templo de Dios» 95. Y aôade esta observaciôn completamente justa: no se disminuye su autoridad ni debe rechazarse su magisterio porque en algunas pocas y pequenas cosas haya podido equivocarse; como tampoco desmerece la autoridad de San Agustin y de otros Padres y Doctores de la Iglesia en casos similares. Esto solo prueba que eran hombres y que no poseian el privilegio de la inerrancia e infalibilidad, de que solo goza la Sagrada Escritura, por ser palabra del mismo Dios,6. Berth 1ER. o.c., p.58-59. Ibid., p.59. De su canonizaciôn a su doctorado universal 185 Desde su canonizaciôn hasta su declaration como Doctor de la Iglesia universal (1323-1567) A partir de esta fecha, su autoridad doctrinal en la Iglesia catôlica ha ido in crescendo hasta nuestros dias, por la serie ininterrumpida de aprobaciones y recomendaciones cada vez mas apremiantes de los papas y de los concilios. Imposible referir aqui todos estos documentes, que por si solos ocuparian varios volûmenes. Bastenos seleccionar algunos de todas las épocas, remitiendo al lector para los demas a los Salmanticenses, C. D., Pro Doctoris Angelici doctrinae commendatione ad eiusque amorem et venerationem oratio exhor­ tatoria, que va al frente de su celebre Cursus theo­ logicus (Salamanca 1631); a Juan de Santo To­ mas, O. P., Tractatus de approbatione et auctori­ tate doctrinae angelicae Divi Thomae, que es el tercer Prolegômeno de su Curso Teolôgico (Alca­ la 1637); a Reginaldo Lucarini, O. P., Animad­ versiones quaedam in textu operum S- Thomae Summorumque Romanorum Pontificum Bullae, Brevia et Sermones, quibus ostenditur quam grata et recepta semper fuerit in Ecclesia Caholica huius Sancti doctrina, insertas en su Manuale thomisticarum controversiarum (Roma 1666); a Vicente Fontana, O. P., Epicenia sacra S. Thomae de Aquino ex Bullis ac Brevibus apostolicis nobilioribusque scriptoribus selecta (Roma 1670); a Se­ rafin Piccinardi, O. P., De approbatione doc­ trinae S. Thomae (Padua 1683), 3 vols, en folio a Antonio Miguel Yurami, O. P., Testimonia ex Catholicae Ecclesiae et Summorum Pontificum oraculis atque sapientissimorum et probatissimo­ rum virorum scriptis pro commendatione doctrinae Angelici Doctoris S. Thomae Aquinatis undique decerpta atque in unum collecta (Madrid 1789); a Joaquin Bert hier, O. P., S. Thomas Aquinas, Doctor Communis Ecclesiae. I: Testimonia Eccle- - 3 * ■ r·· « E 186 Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tomâs siae (Roma 1914); II: Testimonia ordinum reli­ giosorum, Universitatum atque virorum illustrium, todavia no puesto a la venta; a De auctoritate doc­ trinali Doctoris Angelici S. Thomae Aquinatis (Avi­ la 1914); a D. Mannaioli, De officio adhaerendi germanae Doctoris Angelici philosophiae (Roma 1916); a Sadoc Szabo, O. P., Die auktoritat des beiligen Thomas von Aquin in der Théologie (Re­ gensburg 1919); y Santiago Ramirez, O. P., De auctoritate doctrinali S. Thomae Aquinatis (Salmanticae 1952). Con frecuencia se repi ten los elogios y apreciaciones que ya conocemos, pero que en boca de los romanos pontifices revisten un ca­ râcter y un valor dogmâtico, y a las veces disciplinar. El lector prudente y discreto sabrâ excusât una cierta monotonia, que, bien entendida, acaba por ser elocuente y agradable. Juan XXII, que se procurô un ejemplar espléndido de sus obras, todavia existente en su casi totalidad en la Biblioteca Vaticana, dijo en su bula de canonization que Santo Tomas «resplandece como lucero de la manana entre las filas de los bienaventurados» 97. Al incoar el proceso de su canonization dijo en el Consistorio a los Cardenales: sera una gloria muy grande para Nos y para toda la Iglesia si logramos canonizar a este Santo, para lo cual es preciso que se comprueben algunos milagros hechos por su intercesiôn; porque «él iluminô a la Iglesia mâs que todos los otros Doctores, y mâs se aprende en sus libros en un ano que durante toda la vida en los libros de los demâs» Y concluido el proceso favorablemente, tuvo el 14 de julio de 1323 una alocuciôn en el consistorio ante toda la curia papal sobre el texto ” ’β Ibid., p.49. Ibid., p.45. De su canonizacion a su doctorado universal I 187 del salmo 4,4: «Sabed que el Senor glorifico a su santo», en la cual hace extraordinarios elogios de la Orden de Predicadores y del santo. Entre otras cosas dijo que el Senor habia obrado verdaderas maravillas en él, tanto en santidad como en milagros y en sabiduria: en santidad, porque observé exactisimamente todas las réglas y constituciones de su orden, porque conservo hasta la muerte in­ tacta su virginidad y porque no cometié pecado alguno mortal durante toda su vida; en milagros, porque se comprobaron mas de trescientos, aunque para ello bastaba examinar sus escritos, pues «cada articulo suyo es un verdadero prodigio»: en sabiduria, porque, «después de los Apéstoles y de los Padres, nadie ha iluminado a la Iglesia tanto como él ”. Por eso estan de enhorabuena la Santa Madré Iglesia, Italia y Napoles, la Orden de Predicadores y las demas érdenes religiosas y todo el gremio de los doctores. Su ejemplo es un acicate para todos: «Animense los jévenes en sus estudios, no se detengan los provectos, deléitense los ancianos en ellos; progresen todos en humildad, los provectos no abandonen la contemplacién, los diligentes cumplan los mandamientos de Dios... En medio de la Iglesia abrié su boca y lo llené el Senor de espiritu de sabiduria y de entendimiento, le vistié la estola de la gloria» 10°. Clemente VI, que tanto le habia admirado y ensalzado antes de ocupar el trono pontificio, como hemos visto mas arriba 101, ya en la Sede de San Pedro lo celebra como sarmiento principal y fecundisimo de la vid de la Orden de Predicado­ res, plantada en la Iglesia de Dios, y como doctor egregio, de cuyas obras y ensenanzas, repletas de sabiduria, recoge la Iglesia universal copiosos y " Ibid., p.50. ’W Ibid., p.49. 101 Supra, p.184. 188 μ» : ·· Al »1 f 1 Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tomâs sazonados frutos espirituales, con que se mitre y deleita continuamente: «a aquel preclaro y {ruc­ tuoso sarmiento, esto es, al bienaventurado Tomas de Aquino, confesor y doctor egregio, de cuya sa­ biduria y doctrina, escrita y oral, recoge toda la Iglesia mùltiple y abundante fruto espiritual, alimentandose incesantemente de él» 102. Y mandô al capitulo general de 1346, celebrado en Brive, que impusiese a todos los religiosos de la Orden de Predicadores la obligaciôn estricta de seguir la doctrina de Santo Tomas 103. El beato Urbano V, al ordenar el traslado de su cuerpo desde Fosanova hasta Tolosa para depo­ sitario en la iglesia de los dominicos, le llama doctor egregio, que con sus ensenanzas saludables y transparentes iluminô la Iglesia universal, poniendo de manifiesto los enigmas de la Escritura, desatando los nudos de sus dificultades, diluci­ dando sus obscuridades y aclarando las dudas que surgen en su estudio 1M. Y al entregar al general de la orden la cabeza del santo, dice de ella que era el «depôsito de la divina sabiduria»105. Al mismo tiempo manifesto su firme voluntad de que la facultad de teologia de Tolosa se fundase en la doctrina solida y consistente del Aquinatense, en un todo conforme con San Agustin, y de que la siguiese y propagase por todos los medios como verdadera y catôlica: «quiero que se funde en la doctrina sôlida y consistente de aquel santo» 106; «queremos, ademas, y por las présentes os manda>« En Berthier, o.c., n.71 p.55. ion "Puesto que el Santo Padre y sefior nuestro el Sumo Pontifice nos amonestô sobre ello, para que nadle pueda atentar en contrario, imponemos termlnantemente a todos los hermanos que nlnguno, ensefiando. determinando o respondlendo, se atreva a sostener lo que es contrario a la doctrina comûn y lo que se créé comunmente fue contrario a la oplniôn del' venerable Doctor Santo Tomâs" (en Ber­ thier. Ibid., p.55-56). ’°4 En Berthier. o.c., n.8 p.63. >05 O.c.. n.85 p.65. ’0« O.c.. n.81 p.65. De su canonizaciôn a su doctorado universal I 189 mos que sigais la doctrina de dicho bienaventu­ rado Tomas como verdadera y catôlica, y que os esforcéis en ampliarla con todas las fuerzas» 107. Lo mismo repite Nicolas V: «con cuya doctrina es iluminada toda la Iglesia» 10S. En frase de Ale­ jandro VI, «es como un luminar refulgente en el universo, que ilumina todo el orbe cristiano» 109. Segùn Pio IV, su doctrina es «sagrada», que ha producido y produce continuamente en la Iglesia de Dios abundantisimos frutos de ciencia y de santidad 110. Por fin, San Pio V cierra esta primera etapa declarandolo solemnemente por su bula Mirabilis Deus —11 de abril de 1567— Doctor de la Igle­ sia universal y equiparandolo a los cuatro grandes Doctores de la Iglesia latina: San Ambrosio, San Jerônimo, San Agustin y San Gregorio Magno. Justifica el santo pontifice la atribuciôn de un honor tan extraordinario en aquellos tiempos por la excelencia de santidad y de doctrina que en él concurren y por los senalados servicios que ha hecho a la causa de nuestra religion a través de los siglos. Llamale «luz clarisima de la Iglesia111, y su doctrina es régla ciertisima de nuestra fe: «régla ciertisima de la doctrina cristiana, con que iluminô a la Iglesia apostôlica, refutados infinidad de errores» 112. Lo cual no solo debe entenderse de los errores antiguos o de su tiempo, sino también de todos los que han aparecido después, senaladamente de los errores luteranos, como se ha visto palpablemente en los decretos del concilio de Trento: «como se vio muchas veces antes, y ultimamente en los decretos del concilio Tridentino» 113. Su Suma Teolôgica mereciô el honor sin107 106 109 110 in 112 113 O.c., n.83 p.64. O.c., n.98 p.76. O.c., n.106 p.84. O.c., n.122 p.96. O.c., n.124 p.99. Ibid., p.98. Ibid., P-123. I X ·.· 190 Sec.IH. Autoridad doctrinal de Santo Tomas gularisimo de ser colocada sobre el altar junto con la Biblia, como libro de consulta y orientation. «La Iglesia misma ha hecho suya su doctrina teolôgica, por ser la mas cierta y segura de todas 1U. A él se debe también la primera edition de sus obras completas, que por eso se llama piana (Ro­ ma 1570-1571, en 18 vols· en folio), y todavia hoy goza de gran estima entre los criticos. ·· Desde su doctorado sobre la Iglesia univer­ sal hasta Leon XIII (1567-1878) '» I Sixto V, que quiso asociar a San Buenaventura a una gloria similar declarandolo sexto Doctor de la Iglesia por su bula Triumphantis Hierusalem, de 14 de marzo de 1588, celebra a Santo Tomâs como «honor de la orden y ornamento de la Igle­ sia catôlica» 115, e hizo pintar una imagen suya en la Biblioteca Vaticana: sobre la palma de su mano izquierda soporta la Iglesia, con su mano derecha empuna una pluma en actitud de escribir, y del sol de su pecho irradian rayos de potente luz sobre la Iglesia, en medio de esta inscription: «Los escritos de Santo Tomâs son aprobados por Cristo crucificado». Congratulândose Clemente VIII con el virrey de Nâpoles don Alfonso Pimentel de Herrera por haberse declarado a Santo Tomâs patron de aqueila ciudad, celebra su palabra divina y su doctrina celestial, a la que la Iglesia universal debe muchisimo "4. Y escribiendo a los diputados napolitanos sobre el mismo asunto, lo ensalza como «intérprete de la divina voluntad», cuya doctrina mereciô el honor extraordinario de ser aprobada por 4 F-* ■· - » L· - O.C., Π.125 p.99. ”5 O.C., n.129 p.104. 116 O.C., .134 p.108. Vi- - - r.l. *** Desde su doctorado hasta Leon XIII I 191 el mismo Jesucristo, que le dijo: Bien has escrito de mi™. Pero sobre todo en la constitution Sicut angeli, del 22 de noviembre, por la que solemnemente le declara tai, hace de él este elogio singu­ lar: «Es testimonio de su doctrina el ingente ηύmero de libros que escribiô en un tiempo brevisimo, sobre casi todas las ciencias, con singular orden y perspicacia, sin ningun error; al escribirlos tuvo alguna vez de interlocutores a los apôstoles Pedro y Pablo, que, por mandato de Dios, le expusieron algunos pasajes; y después de escritos oyô que eran aprobados expresamente por Cris-to» 118 . Con este motivo, los napolitanos hicieron grandes fiestas, erigiendo en su honor varios arcos triunfales. Uno de ellos llevaba esta inscription: DOCTRINA . SANCTITATE . SUPERLATIVUS . AQUINAS En otro se leia: SAL . TOTIUS . terrae . LUX . TOTIUS . MUNDI . ET . CIVITAS . CIVITATUM . QUAE . NON . POTEST . ABSCONDI Y en un tercero estaba escrito: Alter . Paulus 119 Paulo V lo encomia como «atleta esplendidisimo de la fe catôlica, cuyos escritos son el escudo con que la Iglesia militante rechaza victoriosamente los asaltos de sus enemigos» 120. Por eso es llamado con razôn defensor de la Iglesia catôlica y debelador de los herejes 121. 117 118 119 120 121 O.c., n.135 n.137 n.139 O.c., n.142 Ibid. p.109. p.112. p.114. p.117. 192 i I’ - » it} Sec.IIL Autoridad doctrinal de Santo Tomas Alejandro VII exhorta a la Universidad de Lovaina a seguir siempre con toda fidelidad la doc­ trina inconcusa y segurisima de los esclarecidisimos Doctores de la Iglesia San Agustin y Santo Tomas, cuya autoridad es tan grande y tan conocida de todos, que no necesitan de nueva recomendaciôn 122. Benedicto XIII repite el elogio de San Pio V, segün el cual es tanta la fuerza y la verdad de la doctrina tomista, que no solamente ha vencido las innumerables herejias que aparecieron hasta su tiempo, sino que también tiene la virtud de con­ fundit y disipar todas las que han venido des­ pues 123. No encontramos palabras —anade— para alabarlo cumplidamente «por sus grandes méritos en favor de la Iglesia». Él mejor elogio es saber que fue aprobada su doctrina por el mismo Jesucristo crucificado v* «recomendada constantemente al pueblo cristiano por los romanos pontifices», como Juan XXII, Clemente VI, Urbano V, San Pio V, Sixto V, Clemente VIII, Paulo V y Alejandro VII. Nada mâs justo, porque iluminando al mundo entero como el sol, produjo frutos ubérrimos en la Iglesia catôlica, y los sigue produ­ ciendo cada dia en abundancia; ademâs, le suministra armas bien templadas para rechazar toda clase de errores, tanto antiguos como modernos 124. Y en 14 de febrero de 1730 mandô a los carmelitas descalzos de la provincia de Castilla seguir la doctrina de Santo Tomâs, lumbrera esplendidisima de la Iglesia, por ser tan alta y constantemente recomendada por los soberanos pontifices 125. A todos los precedentes supera, sin embargo, Benedicto XIV, uno de los pontifices mâs sabios y mâs ilustres que han ocupado la Silla de San O.C., ’» O.c., ’M O.c., 125 O.c., n.151 n.163 n.169 n.172 p.124. p.147. p.149. p.151. Desde su doctorado hasta Leôn XIII 193 Pedro. Al aprobar los estatutos del Colegio Teolôgico de San Dionisio, de Granada, en los cuales se impone la obligation de no ensenar otra doc­ trina que la de Santo Tomas, bajo pena de excomuniôn reservada a la Santa Sede, cita in extenso y hace suyas las alabanzas que ya conocemos de Clemente VIII y de Benedicto XIII, anadiendo por su parte a continuation: «Por eso, ya que las obras de tan gran Doctor, mâs brillantes que el sol, escritas sin error alguno, con las que clarifico a la Iglesia de Cristo con admirable érudition, se O ' :>ueden recorrer con pie firme, Nos, que siempre lemos seguido con peculiar piedad y veneration al Doctor Angélico, igual que nuestros predecesores los romanos pontifices, que tuvieron en gran honor su doctrina y la colmaron de merecidas ala^ banzas, uniendo nuestra palabra apostôlica a estas alabanzas, aprobamos y confirmamos estos estatu­ tos» 126. En su alocucion al capitulo general de la Orden celebrado en la Biblioteca Casanatense en 1756, que se dignô presidir personalmente, le llama Principe de los teôlogos, Angel de las Escuelas, Doctor de la Iglesia universal y honra preclarisima de la Orden de Predicadores. Y después de re­ cordar los elogios repetidos de los pontifices, confiesa ingenuamente de si mismo que todo cuanto de bueno se hallaba en sus numerosos escritos lo debia a Santo Tomas: «Nosotros mismos, en los libros que hemos escrito sobre diversas materias, después de escudrifiar diligentemente y captar el parecer del Doctor Angélico, admirados siempre y gustosos nos hemos adherido a él suscribiéndolo y confesando sinceramente que, si algo de bueno bay en estos libros, no se debe a mi, sino que todo se debe al gran maestro» 127. 12« 127 O.c., η.178 ρ.156. O.C., η.180 ρ.158. Tomâs de Aquino Z * ·«■· “* 194 Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tomas Una cosa sobre todo llamaba la atenciôn de aquel sapientisimo pontifice: la modestia y cabaUerosidad con que siempre trato Santo Tomas a sus adversarios: «Las demâs alabanzas de este doctor estan admirablemente acumuladas en esto: que no se le vio menospreciar, morder o falsificar a ningùn adversario, sino atraérselos a todos delicada y cortésmente. Pues si en sus dicbos encontiaba algo mas duro, ambiguo u oscuro, lo suavizaba interpretandolo mas suave y benignamente; peio si la causa de la religion pedia desbacer y refutar su opinion, lo hacia con tanta modestia, que merecia no menor alabanza disintiendo de ellos que afirmando la verdad catôlica» 12e. τ '* - Pio VI abunda en los mismos sentimientos cuando, en su alocuciôn al capitulo general de 1777, celebrado en Roma, que él mismo presidio, recomendô a los padres capitulares la election de un general que no permitiese ni tolerase en manera alguna «que la doctrina de Santo Tomâs se discuta como doctrina novedosa o se le impugne en discusiôn odiosa». Pues, como decia poco antes, «entre las multiples escuelas, Tomas de Aquino fue 11amado con todo derecho sol de doctrina y baluarte de los teôlogos, puesto que nada afirma que no esté en consonantia con la Sagrada Escritura y San­ tos Padres, y todo cuanto escribiô mereciô ser confirmado, segun se créé piadosamente, por la voz de Dios; y nuestros predecesores lo recomendaron prôvidamente con grandes alabanzas como escudo de la religion cristiana y firme fortaleza de la Igle­ sia, y, recientemente, Benedicto XIV, de cuya doc­ trina fuimos profundos admiradores, mandô que la doctrina tomista fuese restaurada en el Colegio de Santo Dionisio Areopagita del Sacro Monte, a las afueras de Granada, conminando pena de entredi’28 O.c., n.181 p.161. Desde su doc torado hasta Leôn XIII 195 cho al que se apartase de ella» m. Y en 21 de marzo de 1791 escribe al cardenal de la Rochefoucauld: «las dos mayores lumbreras de la Iglesia catôlica son San Agustin y Santo Tomâs» 130. Ya entrado el siglo xix, Leon XII lo declaro, el 28 de agosto de 1825, patron de los estudios en los Estados pon­ tificios, el cual, por la muchedumbre, variedad y facilidad de sus escritos, mereciô el nombre de Doc­ tor Angelico 131. Y Pio IX celebra su ingenio sobrehumano, que le permitiô escribir insuperablemente sobre las cosas divinas y humanas, mereciendo la aprobaciôn del mismo Dios 132. Porque, en realidad, dedujo toda la ciencia de principles inconcusos e invulnérables y la organizô en un cuerpo de doctrina claramente dispuesto con tal arte, que no hay verdad que no haya captado ni error que no haya demolido 133. Es verdaderamente un don singular de Dios a su Iglesia para ilustrar maravillosamente la doctrina revelada y para defenderla victoriosamente de to­ dos los errores. «En verdad él, dotado de un inge­ nio sobrehumano para las cosas sublimes e iluminado con luz divina para entender la Sagrada Escritura extrajo lo que habian discutido los antiguos filosofos y ensenado los Santos Padres, y ela­ boro un cuerpo de ciencia universal, donde la teologia, llevada a cabo con método cientifico, rica y ampliamente explicada y ampliada con nuevas demostraciones, ocuparia el primer puesto; la filosofia, purificada de errores, igual que las demâs ciencias, le serviria con obsequiosa espontaneidad; de donde resultaria que una refulgente luz de verdad unificada no solo penetraria y promoveria cada cosa, sino que disiparia todas las tinieblas de erro12’ 13° 13) 132 133 O.c., Ibid. O.C., O.c., O.c., n.186 p.170. n.188 p.172. n.423 p.328. n.422 p.327. 196 Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tomâs res pasados y futuros, y facilitaria armas eficacisimas para destruirlos» 13\ Narra la historia que la Iglesia de los concilios ecuménicos celebrados después de su glorioso transito hizo tai aprecio de sus escritos, que tomô sus sentencias, y muchas veces hasta sus mismas palabras, para declarar los dog­ mas catôlicos y para triturar los errores emergen­ tes *13S*. «Con semejante prodigio de ingenio, doctri­ na y santidad esplendorosa es adornada toda la Iglesia» 1W. i I •» τ Durante los ùltimos anos de su glorioso pontificado comenzaron a llover peticiones de toda la cristiandad para que lo declarase patron de todas las escuelas catôlicas. El arzobispo de Napoles cardenal Riario Sforza y el claustro de profesores de la Universidad Pontificia de aquella ciudad escribian a Pio IX: «El Doctor Angélico, Santo Tomas, derramô tanta luz sobre las verdades reveladas, que no parece pueda desearse ni esperarse mayor, fuera de la vision beatifica; y en cuanto a las ciencias racionales y naturales, las tratô con tanta verdad, que él solo vale por todos los demas, lo mismo que en las ciencias teolôgicas. Ni cabe la menor duda de que su doctrina goza de tanta autoridad en todo el mundo, que no es superada mas que por la de la Sagrada Escritura» 137*. Y, junto con los demas obispos de la provin­ cia eclesiastica de Napoles, escribia el mismo cardenal: «Es sabido de todos que Santo Tomâs com­ pendia en si la doctrina de todos los Padres y que brilla como el sol entre los demâs doctores escolâsticos» 1 . 134 135 136 137 138 O.c., O.c., O.c., O.c., O.c., n.194 n.195 n.194 n.422 n.424 p.176-177. p.177. p.177. p.325. p.329. Desde su doctorado hasta Leôn XIII 197 La provincia de Benevento, con el cardenal Carafa a su cabeza, dice por su parte: «Una experiencia secular demuestra que el abandono de la doc­ trina del Angelico Maestro trae consigo una verda­ dera floracion de sistemas, origen de un semillero de errores». Por eso, la Santa Sede no ha cesado nunca de recomendarla en filosofia y en teologia como su antidoto, «exhortando a todos a no seJ : 139 pararse de su magisterio» . El arzobispo de Capua Francisco Javier Apuzzo, en nombre propio y de sus sufraganeos, hace de él este magnifico elogio: Ningùn patron mejor que Santo Tomas puede darse a los que ensehan o aprenden las ciencias. «Pues luciô como un sol, que disipa las tinieblas de la noche en todo el mundo. No hubo verdad filosofica, teolôgica o politica que le fuese desconocida. Su ciencia fue mas infusa que adquirida. Ningùn error le sorprendiô. Des­ pues de seis siglos todos le admiran, alaban su in­ genio, ensalzan su modestia, y le veneran no solo los catôlicos, sino también los heterodoxos. El con­ cilio de Trento ratified al maximo su doctrina, lo mismo que el Vaticano, que tù te has dignado presidir. Si los hombres estudiosos se atienen a él, entenderan que la razôn no se opone a la fe; que mas bien recibe de la fe luz y complemento; reconocerân que el temor de Dios es principio de sabiduria; menospreciaran las calumnias de los modernos contra la religion, y orientaran a las ciencias hacia Dios» 140. La provincia eclesiastica de Ravena asegura que su doctrina es la fuerza y el sostén de todas las ciencias 141. La de Reggio Calabria teje un bellisimo ramillete de flores en su honor, llamandole aguila que con sus alas robustisimas se remonta sobre las mas elevadas crestas dei Libano, y con sus ojos ’39 ’40 14’ O.c., n.429 p.336. O.c., n.430 p.339. O.c., n.449 p.366. 198 Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Totnas de linee penetra desde alii los mas profundos secre­ tos de los cedros de las ciencias divinas y humanas alii plantados: admiration del mundo, terror de los herejes, azote de los errores, fénix de las academias, oraculo de los soberanos pontifices; con su ingenio sobrehumano descubriô nuevas verdades aun en las ciencias mas dificiles, iluminô las que habian sufrido eclipse, levanto las decaidas, cultiνό las abandonadas, enriqueciô las estériles y destruyô los sofismas con que se cubrian las falsas. «Su purisima doctrina, expuesta en sus preciosos li­ bros, es oro escogido; cada pagina es un tesoro, cada palabra es sagrada, cada rasgo de su pluma es un rayo de luz, cada articulo es un milagro, y toda ella aprobada expresamente por la misma Sabiduria encarnada, Jesucristo.» Su vigor es tanto que vale para aniquilar todos los errores pasados, présentes y futuros 142. El cardenal Joaquin Pecci, arzobispo de Perusa, que poco después habia de suceder en la Sede Apostôlica a Pio IX, escribia en su nombre y en el de los demâs obispos de Umbria: nada mas a propo­ sito ni mas eficaz para sanar los males de nuestra época, tanto en el orden religioso como en el civil y en el de la humana cultura, que la doctrina del Angelico 143. El arzobispo de Burgos lo ensalza sobre todos los demas doctores, entre los cuales se destaca como el sol entre las estrellas. Nadie es comparable a él en agudeza de ingenio, en amplitud y profundidad de doctrina, en el orden y concaténation de sus conclusiones, que se deducen con un rigor y precision casi geometricos. Supera a todos sus predecesores y contemporaneos en filosofia y en teo­ logia, y no terne en afirmar que superarâ también a todos los futuros 144. . A -n W’· . 142 ■>· 143 144 "5 » · O.c.. n.452 p.370. O.c., n.471 p.394. O.c., n.431 p.341. Desde su doc torado hasta Leon XIII 199 El arzobispo de Efeso, con los profesores y alum­ nos del seminario vaticano, abunda en los mismos pensamientos. Justamente se le ha comparado con el sol, porque, desde que naciô en el firmamen­ to de la cristiandad, ha iluminado profusamente la Iglesia de Dios con los rayos innumerables y po­ tentes de su doctrina, y la ha edificado con el ad­ mirable resplandor de sus excelsas vir tudes. Por lo cual, anaden: «muchos afirmaron que con este ge­ nero de alabanzas no existiô nadie que le igualase ni existira jamas. Por cierto que Santo Tomas es el ùnico a quien los mismos heterodoxos mas admiraron, veneraron y temieron; él es el ùnico que aterra aun a los herejes mas tétricos de nuestro tiempo, el ùnico que ahuyenta la peste de dogmas impios que todo lo invade, el ünico que reprime tantos errores monstruosos diseminados, el uni­ co que abate las masas de terribles enemigos, el ùnico que debe llamarse fortisimo pùgil de todos los tiempos, martillo de los filôsofos aberrantes y de los herejes, torre de David, muro y antemural de la casa de Dios» U5. No menores son las alabanzas que le prodigan el obispo de San Claudio y los profesores de su se­ minario cuando le llaman: «Luz preclara de la Iglesia universal, perla radiante de clérigos, fuente de doctores, candelabro insigne y luminoso por el que todos los que siguen los caminos de la vida y las escuelas de la sana doctrina ven la luz, torre davidica de la que toman las armas los mil fuertes de Israel, esto es, los maestro de doctrina, para pelear las batallas del Senor contra tanta caterva de 146 errores» Y los superiores generales de las ôrdenes reli­ giosas reconocen, por su parte, que es el Doctor Comûn o Universal de todos 147. 1« na w O.c., n.466 p.488. O.c., n.467 p.390. O.c., n.434 p.344. I * 200 Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tomâs Muerto Pio IX en 1878, continuaron las peticiones durante los dos primeros afios de pontificado de su sucesor Leon XIII, que accediô gustoso a ellas, declarandolo Patron de todas las escuelas catôlicas, como luego veremos. 4. Bajo el pontificado de Leôn XIII (18781903). Es declarado Patron de todas las escuelas catôlicas (1880) M i . II * ’ I if ••I ✓bf " • - · i Con ser tantas y tan extraordinarias las alabanzas y recomendaciones de los pontifices, palidecen todas ante las de Leôn XIII, quien ha sido llamado con razôn el papa de Santo Tomas y del Rosa­ rio. En carta del 20 de septiembre de 1892 al ge­ neral de los dominicos Andrés Frühwirth, le expresa su conviciôn profunda y su voluntad decidida de dirigir las inteligencias por la doctrina de Santo Tomâs y los corazones por el Rosario, es decir, de reducir la humanidad extraviada «a los caminos de la verdad y de la verdadera vida» por esos dos medios eficacisimos de salvaciôn 14e. Ningun pontifice los ha ensalzado y recomendado tan­ to como él ni los ha implantado con mayor cons­ tanda y energia. Por lo que se refiere a la doctrina de Santo To­ mâs es éste un timbre de gloria capaz de inmortalizar por si solo su pontificado, como dicen San Pio X Pio XI 150 y Pio XII,51. Sus solas interven’<· O.C., n.314 p.242. “Entre las principales glorias de Leôn XHI, nuestro predecesor de fellz memoria, todo justo critico seüala ésta: que queriendo ordenar de acuerdo con los tiempos los estudios dei clero joven, procuré ante todo y con todas sus fuerzas restaurar la doctrina de Santo Tomâs de Aquino” (Letras apostôlicas In praecipuis a la Academia Romana de Santo Tomâs de Aquino, de 23 de enero de 19Ό4, en Berthier, o.c., n.366 p.271). iso “Clertamente es gran gloria de Leôn XIII restaurar la filosofia cristlana, provocando el amor y estudio del Doctor Angélico, y juzgamos que, entre todas las obras que reallzô en su largo pontificado en favor de la Iglesia y de la sociedad civil, fue ésta tan principal que. de no existir otras, bastaria ella para inmortallzar el nombre de tan gran pon- Declarado Patron de las escuelas catôlicas 201 clones son bastantes para format un bulario tomista de considerables proporciones. Ni es exagerado de­ cir que, gracias a su acciôn poderosa y persistente, estaba preparado el terreno para el «motu proprio» Doctoris Angelici, de San Pio X, para su inclusion en el Côdigo de Derecho Canonico por Benedicto XV y para su insertion en las leyes y estatutos de las universidades eclesiâsticas por Pio XI. Al anunciar al mundo catôlico por la enciclica Inscrutabili su elevation al pontificado, indicô de paso la necesidad apremiante de formar las inteligencias con una filosofia sana y robusta para contrarrestar las doctrinas deletéreas y ponzonosas que iban cundiendo por el mundo entero, ya que de ella depende en gran parte la recta ordenaciôn de las demas ciendas y de la misma vida humana. Porque la verdadera y auténtica filosofia, lejos de oponerse a la divina revelation, conduce mas bien a ella y sirve para defenderla contra los ataques de sus enemigos, como nos lo han demostrado con su ejemplo y con sus escritos San Agus­ tin y Santo Tomas 152. Al ano siguiente desarrollô ex profeso esta idea en su celebre enciclica Aeterni Patris, publicada el 4 de agosto de 1879. Fecha simbolica —el dia de la fiesta de Santo Domingo de Guzman, cuyo hijo mas ilustre fue Santo Tomas— y comienzo que es todo un programa, pues esas palabras son las mismas con que el Sol de Aquino encabeza su famoso Compendium Theologiae. tifice” (Letras apostôlicas Officiorum omnium, de 1 de agosto de 1922: AAS 14 [1922] 454). Ai Epistola Quandoquidem al Revmo. maestro general de los dominicos, de 7 de marzo de 1942: AAS 34 (1942) 96. «2 Berthier, o.c., n.197 p.178. 202 ’*■·, . id - -· Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tornas Tres partes podemos distinguir en tan impor­ tante documento. Primera: Necesidad y utilidad de una filosofia sana y robusta, que pueda servir convenientemente a la fe sin tn eno scabo de su propia dign idad de ciencia burn ana. Si examinâmes a fondo, dice el pontifice, las causas de tantos males como aquejan al mundo actual, echaremos de ver que todas ellas se reducen, como a su primera raiz, a una desviaciôn del pensamiento, corrompido por una falsa filosofia. Porque es natural al hombre obrar segùn el dictamen de su razôn: si esta yerra y falla, la voluntad flaquea y se précipita; si, por el con­ trario, es sana, robusta y fundada en la verdad, espontâneamente se sigue una vida moral recta en los individuos y en las naciones. Por eso, para sanear las costumbres, rectificar las voluntades, es preciso comenzar por sanear y vitalizar las inteligencias. No es que creamos que todo el bien individual y social provenga de la filosofia, pues sabemos que la verdadera salvaciôn de la humanidad procede de mas arriba, a saber: de la revelacion sobrenatural y de la gracia de Dios; pero sostenemos que la ayuda prestada por la lumbre de la razôn natural, debidamente informada y perfeccionada por una auténtica filosofia, es un valioso refuerzo que no es justo ni prudente rechazar ni menospreciar 1S3. En efecto, una filosofia digna de tal nombre es capaz de prestar a la religion très grandes servicios. En primer lugar, nwstrando en cierto modo el camino de la verdadera fe y preparando a los hombres para recibir la divina revelacion. Porque ella demuestra rigurosamente la existencia de un solo Dios personal y distinto del mundo y la de sus atributos de omnipotencia, de omnisciencia y de infalibilidad; de suerte que, en el caso de dirigirse a los hombres, deban éstos obedecer plenamente y ’53 O.c., n.200 p.179-180. Declarado Patron de las escuelas catôlicas 203 creer en su palabra. Con eso queda demostrada la credibilidad racional de la divina revelacion 1M. En segundo lugar, después de admitir por la fe la divina revelacion, siendo un poderoso auxiliar de la teologia. Gracias al uso mùltiple y continuo de ella, la teologia reviste el carâcter de verdadera ciencia de la fe, porque ayuda a recoger y ordenar las muchas y diversas partes de la revelacion y de la tradiciôn en un cuerpo organico de doctrina, estableciendo sus principios, deduciendo sus conclu­ siones y confirmândolo todo con argumentos adecuados e incontables. Una comparaciôn de los divi­ nos misterios entre si y con el fin ùltimo del hombre los muestra intimamente unidos y solidarios unos de otros, lo mismo que sus relaciones con las verdades de orden natural nos los hacen de algùn modo transparentes, concurriendo todo ello a darnos un conocimiento mâs claro y mâs provechoso de los mismos. Puest os asi solidïsimos fundamentos, se requiere aun el uso continuo y multiple de la filo­ sofia para que la sagrada teologia revista naturaleza y condition de verdadera ciencia. Pues en esta disciplina, la mâs noble de todas, es mâs necesario que en ninguna otra que las muchas y diversas partes de la doctrina divina se compaginen forman­ do un cuerpo, de modo que dispuestas cada una en su sitio y derivadas de sus propios principios, guarden mutua coberencia, de modo que todas y cada una se confirm en con argumentos propios y convincentes. No debe olvidarse ni menospreciarse aquel conocimiento mâs preciso y rico de las cosas que se creen y la inteligencia mâs plena, en lo que cabe, de los misterios de la fe, que San Agustin y otros Padres alabaron y procuraron alcanzar, y que el mismo concilio Vaticano I declaro que era fructuosisima. Conocimiento e inteligen­ cia que, desde luego, alcanzan mâs plena y fâcil154 O.C., n.201-202 p.180-182. •r/r 204 f . il I JM. · »·· iû4 . ’ t·. t «J J; ·■» t '*’· -W? Û -pA P L y*··, Sec. Il I. Autoridad doctrinal de Santo Tomas mente aquellos que, a la integridad de vida y cul­ tiva de la fe, unen el ingenio educado en las dis­ ciplinas filosôficas 155. La teologia escolastica no hubiera llegado al apice de su perfection si se hubiese empleado una filosofia enteca 156. Por ùltimo, ayudando a defender la fe contra sus enemigos, resistiendo a sus ataques y pulverizando sus argumentos. Porque, asi como éstos suelen abusar de la filosofia para atacar a nuestra fe, asi nosotros debemos usar de ella para descubrir sus asechanzas yv rebâtir sus embates, Los Padres y los teôlogos escolasticos han utilizado con fruto la filosofia en ese triple sentido, y la Iglesia misma no solo aconseja dicho uso, sino que lo prescribe y ordena en el concilio V de Letran: manda a los doctores en filosofia que se ejerciten en deshacer cuidadosamente los argumentos enganosos, puesto que, como testifica San Agustin, si la razôn es aducida contra la Sagrada Escritura, por aguda que sea, se engaüa por la apariencia de ver­ dad, ya que no puede ser verdadera 157. Segunda: La filosofia de Santo Tomas posee eminentemente esas cualidades. El esta tien codos so­ bre los demas doctores eclesiasticos, como maes­ tro y rey de todos ellos. Su respeto y veneration para con los Padres y teôlogos que le precedieron le granjeô la posesiôn de la ciencia de todos jun­ tos. Reuniendo sus ensefianzas dispersas en un cuerpo compacto de doctrina maravillosamente ordenado, lo enriqueciô y acrecentô de tal suerte con sus propias aportaciones, que ha merecido ser considerado con plena justitia como el mayor baluarte y el mayor timbre de gloria de la Iglesia catôlica. Dotado de un ingenio abierto y penetrante, de una memoria facil y retentiva, de una vida sin mantilla, sin otro norte que la verdad e inmensa155 o.c., n.203 p.182-183. ’56 o.c., n.208 p.188. 157 O.C., n.204 p.183-184. Declarado Patrôn de las escuelas catôlicas 205 mente rico en conocimientos divinos y humanos, se le ha comparado justamente con el sol, que fecunda la tierra con el calor de sus virtudes y la llena e ilumina con el resplandor de su ciencia 15e. Su filosofia es, en primer termina, sumamente universal, sin menoscabo de su profundidad y solidez ni de su orden y claridad. No hay problema filosôfico importante que no haya tratado con agudeza y solidez admirable, con un orden en todas y en cada una de sus partes y con un método, una limpidez y una precision de formulas y de pensamiento que hacen de él un maestro insuperable 159. Pero es, ademâs, de todos los tiempos, por ser tan antigîia y tan moderna como los primeras prin­ cipes del pensamiento y de la realidad en que se funda. Realmente, ella contiene en germen todas las verdades del orden natural que se van descubriendo explicitamente a través de los siglos, y suministra armas eficacisimas para combatir toda clase de errores, antiguos y modernos, pasados, présentes y futuros 160. iss '‘Entre los doctores escolâstlcos sobresale, como prin­ cipe y maestro de todos ellos, Tomâs de Aquino, que, como advierte Cayetano (2-2 q.148 a.4), por haber respetado tanto a los autores sagrados, conslguiô poseer la ciencia de todos. Santo Tomas reunlô sus doctrinas, cual miembros disper­ sos, en un solo cuerpo; las compaglnô en un orden admira­ ble y las incremento grandemente, de modo que con razôn es conslderado como singular baluarte y borna de la Igle­ sia catôlica. De Ingenio dôcll y penetrante, de memoria fâcll y tenaz, de vida integérrima, amante ùnlpamente de la ver­ dad, sumamente imbuldo de ciencia dlvlna y humana, com­ parado al sol, fecundô toda la tierra con el calor de las vir­ tudes y la llenô con los esplendores de su doctrina" (o.c., n.208 p.189). 15’ “No hay parte de la filosofia que no haya tratado aguda y sôlidamente: sobre las leyes del racioclnlo, sobre Dios y los ângeles, sobre el hombre y demâs cosas sensibles, sobre los actos humanos y sus principles; y lo hlzo con tal perfecciôn, que no se puede desear ni mâs abundanda de cuestiones, ni mejor dlsposlçlôn de las partes, ni mejor procedimlento, ni mayor flrmeza de principles y fuerza de argumentaclôn, ni mâs claridad y propledad de lenguaje ni mâs facllldad en expllcar las cosas mâs abstrusas (o.c., Π.208 p.189). uo “Afiâdase que el Doctor Angéllco dllucldô las con­ clusiones filosôficas a base de razones y principles natura­ les de gran amplltud, de modo que Incluyen como en prin­ cipio germinal Inflnldad de verdades que los maestros pos- J 206 ç- ς Λ *5» · 9 s» ·■. · * I ■' J'·. ·*: I I Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tomas En tercer lugar, su filosofia es la mas sana, la mas segura y la mas conforme con la fe, manifestada por el Magisterio de la Iglesia —sanior et Magisterio Ecclesiae conformior doctrina 161—, a la cual ha prestado los mas senalados servicios sin mengua de su propia dignidad, antes bien acrecentandola hasta los limites de lo insuperable. Nadie como él diferenciô mas clara y distintamente la fe y la razôn, la filosofia y la teologia, la naturaleza y la gracia; nadie tampoco los uniô y armonizô mas sôlida y amigablemente; nadie respetô mejor sus derechos y su autonomia, conservando integra la dignidad de ambas. La humana razôn, elevada en alas de Santo Tomas, apenas puede remontarse mas alto; y la fe dificilmente puede conseguir mas y mejores ayudas que las prestadas por su filoso­ fia. Distinguiendo en primer lugar, como es justo, la razôn de la fe, pero armonizândolas amigable­ mente, respetô los derechos y dignidad de ambas, de modo que ni la razôn elevada en alas de Santo Tomâs puede llegar a mas altura, ni la fe puede conseguir de la razôn mâs y mejores argumentos que los que consiguiô por Santo Tomâs 162. Nada extraho, por consiguiente, que su autori­ dad haya sido universalmente respetada y acatada por los hombres mas doctos de todos los siglos, después de su apariciôn en este mundo. Las ôrdenes religiosas mas ilustres han prescrito su doctri­ na en sus constituciones; las mas famosas universidades, como la de Paris, la de Salamanca, la de Alcala, la de Douai, la de Tolosa, la de Lovaina, la de Bolonia, la de Napoles y la de Coimbra, han tenido a gala ponerse bajo el cetro de su magisteriores han expHcltado oportunamente con gran fruto. Al tratar de refutar errores apllcô el mismo método de fllosofar, de modo que. a la vez que deshlzo todos los errores de tlempos anteriores, facllltô armas poderosas para hacer frente a los que hublesen de nacer posteriormente” (o.c., n.209 p.189). 161 O.c., n.215 p.193. ’« O.c., n.209 p.189. 5 ’ Declarado Palrôn de las escuelas catôlicas 207 terio, y él reinô en ellas como verdadero rey en sus propios dominios: Es sabido que en aquellos grandes domicilias de la sabidurîa humana reinô Santo Tomâs como en propio principado; y todos, lo mismo docentes que oyentes, en admirable con­ senso, ace p taron el magisterio y autoridad del Doc­ tor Angélico 163. Pero sobre todo —lo que es mas— los romanos pontifices prodigaron a la sabidurîa de Santo Tomâs de Aquino singulares y amplîsimos testimonios de alabanza 164 ; en prueba de lo cual cita los documentos de varios de ellos. Y has­ ta los mismos concilies ecuménicos, adonde acude la flor y nata del saber de todo el mundo, han rivalizado por honrar particularmente a nuestro san­ to: procuraron siempre rendir singular honor a Tomâs de Aquino 165. No es exagerado decir que él asistiô con su doc­ trina a las deliberaciones y decretos de los padres de los concilies de Lyon, de Viena, de Florencia, del Vaticano contra los errores de los griegos, de los herejes y de los racionalistas, peleando con fuerza incontrastable y con éxito rotundo; mejor dicho, los presidio·. Santo Tomâs estuvo présente a las deliberaciones y decretos de los padres conciliares, y hasta podrîa decirse que los presidiô. Pero el honor mâs grande que se ha hecho a Santo Tomâs, honor unico y personal, no compartido por ningun otro Padre ni Doctor de la Iglesia, es el haber colocado los padres del concilio de Trento, abierta sobre el altar, la Suma Teolôgica de nuestro santo, junto a las Sagradas E serituras y al Corpus luris Canonici, como obra de consulta, de la cual tomarîan sus resoluciones y seguirian sus orâculos 166. Hombre verdaderamente incomparable 167, a quien 163 164 165 166 167 O.c., Π.210 p.190. O.c., n.211 p.190. O.c., n.212 p.191. Ibid. Ibid. 7Sr • -·■ · 208 •u I I Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tomas rinden pleitesia de admiration hasta los mismos enemigos de la Iglesia catolica 16e. Tercera: Es necesario volver a la filosofîa de Santo Tomâs, segtiirla fielmente y propagarla por todos los medios 169. Ast, pues, por la honra y defensa de nuestra fe catôlica, por el bien de la sociedad y por el incre­ mento de todas las ciencias, exhortamos instantemente a todos los obispos del orbe catôlico que hagan todo lo posible por restablecer la aurea doctri­ na de Santo Tomâs y propagarla en todas par­ tes '70. Y los profesores por vosotros diligentemente seleccionados procuren inculcar con insistenda esta doctrina en la mente de sus discipulos, baeten­ do resaltar su excelencia y solidez sobre todas las demâs 171. Lo mismo digo de las academias fundadas o por fundar bajo su nombre: procuren ilustrar su doctrina, defenderla y aplicarla a rebâtir los errores actuales. Y para que no se venda de contrabando por doctrina del santo la que no lo es, procuren todos beberla en sus propias fuentes, o por lo menos acudan a aquellos que, segun el comûn sentir de los doctos, se derivan fieles e incorruptos de la fuente originaria 172. Buena es la érudition en filosofîa y en teologia. La historia de los hombres y de los sistemas es sumamente ùtil a una y a otra. Pero ninguna de ellas es historia pura. Lo mas importante y prin­ cipal es la captation y penetration de la verdad neta, al estilo de los grandes maestros del pasado, especialmente de Santo Tomâs. Debe evitarse que todo o el principal ejercicio filosôfico se reduzca a cuidada érudition. Y lo mismo se diga de la sagrada teologia, que, ciertamente, debe ser ayudada 168 169 170 171 172 Ibid. O.C., n.213 p.192. O.C.. n.217 p.194: n.213 p.192. Ibid. Ibid., 195. Λ. Deciarado Patron de las escuelas catolicas 209 e ilustrada con el instrumental multiple de la erudiciôn, pero, sin embargo, es necesario que sea tratada al estilo de los grandes escolasticos, uniendo en ella las fuerzas de la revelation y de la razôn, a fin de que resuite siempre una defensa invicta de la fe 173. » Tal es el contenido substancial de este celeberri­ mo documento, que mereciô el aplauso de todo el mundo catôlico y provocô una lluvia de flores en honor de Santo Tomas, ofrecidas por la casi totalidad de los cardenales, patriarcas, arzobispos, su­ periores generales de las ôrdenes religiosas y facultades teolôgicas del orbe entero, y por gran parte de los cabildos catedrales, de los seminarios y de las personalidades mas destacadas de la ciencia catôlica. Un verdadero plebiscito de todo el orbe cristiano a favor de la candidatura de Santo Tomas como rey indiscutible del pensamiento catôlico. Esta voz de la casi totalidad de los obispos, unida a la del papa y actuando como taies, équivale a la de un verdadero concilio ecuménico. En la imposibilidad de citarlas todas, nos limitaremos a seleccionar algunas de ellas que hasten para dar una idea aproximada del conjunto. El cardenal prefecto de la Sagrada Congregaciôn de Estudios escribe al pontifice: Ha ordenado Vuestra Santidad que todo el plan de estudios de las disciplinas filosôficas se haga segùn la mente y los principios de Santo Tomâs, supremo maestro de los escolâsticos, en cuyos libros, compuestos con especial ayuda de Dios, hay tantos prodigios cuantos articulos, y constituyen, en comûn sentir de to­ dos, el baluarte de la verdadera filosofîa y la fortaleza de la revelaciôn cristiana 174. Nada mâs proV3 174 o.c., n.214 p.192. O.C., n.476 p.408. 210 • .J··- r i iti . ti . F tl t f 't I Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tomâs vechoso a los estudios filosôficos y teolôgicos que la unidad de doctrina y de método que nos enseno el Doctor Angélico, Maestro insuperable e indiscutible de todos 17S. El cardenal arzobispo de Napoles, con todos sus sufraganeos, dan las gracias al papa por haber puesto al santo como rey y jefe supremo de todos. Bajo la direction de tan experto capitàn, estrecharemos las filas, y como un solo hombre nos lanzaremos contra los enemigos de nuestra religion, seguros de una completa victoria 176, pudiendo decir con verdad: con solo el Aquinate hern os vencido todos 177. El cardenal obispo de Verona, con todos los demas obispos de la provincia eclesiâstica véneta, recuerdan el hecho comprobado de que Santo Tomas brilla entre todos los demas Doctores de la Iglesia como el sol entre las estrellas: Ya es bien sabido en la Iglesia que, entre los doctores que ilustraron la sabiduria cristiana, el astro de Santo Tomâs de Aquino brilla como un sol entre resplandecientes estrellas; dato que ha sido claramente ratificado por el concilio de Trento al colocar en el altar del aula conciliar, a uno y otro lado del Crucifijo, la Btblia y la Suma Teologica de Santo Tomas, como indicando en ésta la segunda contrasena de la fe catôlica 178. El célébré cardenal Manning, arzobispo de West­ minster, y sus sufragâneos reconocen que la ùnica salvation de las inteligencias contra las aberratio­ nes del siglo xix esta en la sana filosofia de Santo Tomas. La moderna filosofia ha querido hacer del hombre un dios, pero un dios que tiene ojos y no ve, que tiene oidos y no oye. Duda de todo, no admite nada, se agita desesperadamente en un ag175 176 177 178 O.o., O.c., O.c., O.c., n.477 n.479 n.471 n.481 p,410. p.418. p.419. p.422. *1 Declarado Patron de las escuelas catolicas 211 nosticismo universal. Solo puede curar tamana dolencia la recia filosofia del Doctor de Aquino 179. El cardenal arzobispo de Burdeos Fernando Donnet dice que nuestro santo es el general en jefe —le grand maître—; sus escritos, y particularmente su Suma Teologica, son la ciudadela de la Iglesia, en donde la verdad ha encontrado un asilo inexpugna­ ble. Alli esta el arsenal de armas para toda clase de combates: mil escudos penden de ella, toda la armadura de los fuertes. ^Por qué se ha abandonado por tanto tiempo en la ensenanza catôlica una po­ sition clave como esta, de donde se divisan todos los campos de batalla posibles, se dominan todas sus avenidas y se puede sembrar la muerte en las filas de los enemigos? 180 El patriarca de Antioquia y de todo el Oriente observa que Santo Tomâs recogiô en si mismo como en un foco potentisimo todos los rayos de luz y de verdad dispersos en las ensenanzas y en los escritos de los sabios de todos los tiempos, proyectândolos con orden admirable y arte exqui­ sita sobre la Iglesia y el mundo entero 181. El de Vercelli, con los demâs de su provincia eclesiastica, escribe: Santo Tomâs es como el sol entre los sabios; por tu carta tanta luz resultarâ resplandeciente para todas las mentes 182. El arzobispo de Adrianôpolis, administrador apostôlico de Perusa, en union de todos sus sufra­ ganeos, exclama: iDichosos los eclesiâsticos que sudaron largo tiempo sobre los libros del Aquinatense! A su escuela se forma el filôsofo y el teôlo­ go, el orador y el director de espiritu; ella da normas y réglas para toda clase de ministerios sacerdotales, y abre el camino y muestra la senda segura de la perfection y de la santidad. No basta 179 180 181 182 O.c., O.c., O.C., O.c., n.484 n.488 n.489 n.495 p.426-427. p.434. p.436-437. p.445. J** ça I & Ή 212 I · t I i ;i f Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tomâs exponcr en las escuelas catôlicas los dogmas de nuestra fe con solos los testimonies de la Escritura y de la tradition: hace falta también complétât esa exposition con los cursos de la razôn formada por una sana y robusta filosofia, que ayuda a penetrar mejor y hacer mas fecundo el tesoro de las verdades reveladas 183* . Y junto con los socios de la Academia de Santo Tomâs, establecida en la misma ciudad, afirma que el Angélico Maestro, reuniendo en si mismo toda la doctrina de los Padres y Doctores de la Iglesia y todo cuanto de bueno y verdadero habia descubierto la razôn humana hasta su tiempo, compuso aquella enciclopedia estupenda, en la cual, establecido un perfecto acuerdo entre la razôn y la reve­ lation, abrazô todo el humano saber como en sintesis maravillosa, gracias a la grandeza y universalidad de sus principios: por eso con razôn Santo Tomâs fue en todo tiempo saludado como el âguila dei ingenio, el sol de la inteligencia y el ângel de las escuelas catôlicas El de Monreal, con todo su cabildo catedral y su clero diocesano, advierte que nada hay mejor y mas prudente que seguir la doctrina y el método de nuestro santo, el cual puso la razôn humana y las ciencias todas al servitio de la fe, conservando intactos e incolumes todos sus derechos. Ningun método mâs apto para indagar y exponer la verdad, ninguno mâs sôlido para defender la doctrina ca­ tôlica, ninguno mâs seguro para regular debidamente las costumbres 185. Este método sapientisimo de Santo Tomâs persigue con pie firme los errores de los herejes, ex­ plica sutUmente las dificultades, disipa las tinieblas 183 iM 185 O.c., n.498 p.451. O.c., n.499 p.453. O.c., n. 500 p.455. J i Declarado Patrôn de las escuelas catôlicas I 213 que oscurecen la verdad, y pone en plena luz los ocultos fraudes de los adversarios 1M. El de Genova subraya que es tanta la excelencia de su doctrina, que ninguna otra puede compararse con ella por la propiedad, sobriedad y limpidez de sus palabras, por el orden lôgico y el rigor de sus procedimientos y por la amplitud y profundidad de sus principios, que todo lo abarcan y para todo sirven, en particular para refutar toda clase de errores antiguos y modernos contra la recta fe y kz 187 sana razon . El de Môdena y sus sufraganeos recogen el comùn sentir, segun el cual Santo Tomas es el mayor de todos los filôsofos: que entre los eseritor es de temas filosôficos sobresalga por encima de todos los demâs Santo Tomâs de Aquino, llamado con razôn Angel de las escuelas por la lucidez de su mente, es cosa tan comprobada que incluso aque­ llos a quienes no agradan las doctrinas escolas ticas procuran gustosamente apoyarse en su nombre y autoridad 188. El de Udine lo celebra como el mâs santo de los santos y el mâs sabio de los sabios, que supo reunir en un cuerpo de doctrina maravillosamente ordenado cuanto de verdad se encuentra en los gentiles, en los Padres de la Iglesia y en los doctores escolâsticos, iluminado por la fe y perfectamente de acuerdo con la révélation, siendo, ademas, sumamente apto para deshacer toda clase de falacias y cavilaciones de los enemigos de la verdad 189. Lo mismo repite el arzobispo de Palermo, ad­ mirando grandemente su obra gigantesca, filosôfica y teolôgica, en perfecta armonia una con otra. La fe y la razôn se abrazan en él tan intima e indisoluble186 187 188 189 Ibid. O.c., n.501 p.456. O.c., n.503 p.459. O.C., n.506 p.463-464. ■ 214 | Π .•-'4 H (J Μ F · 9 I | I · . ■ Autoridad doctrinal de Santo Tomas mente, que basta su solo ejemplo para demostrar palmariamente el profundo acuerdo y la estrecha union de ambas. La union tan intima de estas dos fuentes de conocimiento ha hecho de Santo Tomas el aguila de los ingenios, el sol de las inteligencias y el angel de las escuelas. Y parodiando una frase célébré del cardenal Bessariôn, dice de él que es el mas santo de los sabios y el mas sabio de los 190 santos . El de Cagliari y sus sufraganeos ponderan de tal suerte su saber filosôfico, que no dudan en llamarle la misma filosofia personificada 191. Segùn el arzobispo de Lucca, por su doctrina son extirpados todos los errores, ahuyentadas las tinieblas, y la luz de la verdad resplandece mâs clara que el sol192. El de Sens y sus sufraganeos celebran particularmente el valor insuperable de su Ontologia, de su Teodicea y de su Antropologia 193. El de Ανΐήόη lo ensalza como genio inmenso y poderoso que se extiende a todas las cosas, abarca todos los tiempos y es tan apto para asimilar lo ya ensenado por sus predecesores como para descubrir nuevos mundos y abrir nuevos derroteros 19\ El de Granada y los canônigos y profesores de la Facultad Teolôgica dei Sacro Monte recuerdan con emociôn las palabras de Benedicto XIV al apiobar sus Estatutos, segun los cuales estaban obligados a ensenar exclusivamente la doctrina del Angélico, y prometen observarlos con la mayor escrupulosidad.”5. Al propio tiempo tributan al Santo palabras de sincera admiraciôn y de singular aprecio, resumiendo su elogio en estos términos: Nadie desconoce que Santo Tomâs de Aquino so190 ■·, “ - Sec.III. 191 192 193 194 195 O.c., O.c., O.c.. O.c.. O.c.. O.c., n.509 p.469. n. 510 p.471. n.511 p.474. n.517 p.482. n.521 p.486. n.532 p.489-492. Declarado Patron de las escuelas catôlicas 215 bresale por encima de los mas esclarecidos doctores escolâsticos. En efecto, como un sol esplendoroso, refulgente con los rayos de su sabiduria en medio de la Iglesia, este santo, en quien se conjugaron admirablemente la naturaleza y la gracia, para bacerlo digno del magisterio de todo el mundo, supe­ ro con mucho en doctrina a todos los sabios de aquel tiempo. Con sus innumerables libros, increiblemente llenos de sabiduria, enriquecio la filo­ sofia cristiana, iniciada por los antiguos Padres de la Iglesia y cultivada por San Agustin, con las doctrinas aristotélicas purificadas de sus errores. De donde resulto que la filosofia escolâstica, reducida por Santo Tomas a un cuerpo perfecto, perfectamente acomodada tanto a la explication de la naturaleza como a la defensa de la fe catolica, produjo abundantes y saludables frutos a la sociedad • ,· 196 cnstiana . El de Salzburgo y los demas obispos de su pro­ vincia eclesiastica, que tan cerca experimentaron las aberraciones del racionalismo y semirracionalismo germanicos, celebran entusiasmados la deter­ mination pontificia. Si los prof esores de teologia —dicen— no hubiesen olvidado la âurea doctrina de Santo Tomas, nuestro siglo no se veria agitado por tantos y tan perniciosos errores. El Angélico Doctor es, indiscutiblemente, el principe de los escolasticos, porque no bay doctrina mâs der ta ni mâs verdadera que la suya y porque él es el orâculo y el portavoz de todos. A sus obras pueden aplicarse justamente los encomios de la misma divina Sabiduria que el santo puso al frente de sus comen­ tarios sobre las Sententias, de Lombardo: Yo, la Sabiduria, produje los rîos; Yo soy el camino del agua inmensa del rio; Yo, como canal del rio y acueducto, sali del paraiso 197. Los siglos lo han en1’4 1” Ibid., p.490. O.c., n.525 p.495. » 216 I f r 4 • * 9 < ·1 .'*&·. .'4 a · i >1 Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tomâs salzado como el debelador de las herejias y como otro Sansôn, que mato muchos mâs enemigos muriendo que vivïendo. El mismo es la imagen mas acabada dei perfecto doctor de la Iglesia, tal como lo describiô en sus comentarios sobre el capitulo 4 de San Mateo 19β. En resumen, no se puede encontrar norma doctrinal mâs sana y mâs discreta que la de Santo Tomâs Y el cardenal arzobispo de Malinas, con todos los obispos de Bélgica, llaman a su filosofia sôlida, fecunda, principal arsenal de la Iglesia e invicta ciudadela de la revelaciôn cristiana 20°. Todavia son mas variadas y mas expresivas, si cabe, las alabanzas de los obispos. El de Segni en­ comia su filosofia por su universalidad, que abraza todo cuanto la ciencia humana puede compren­ der; por su perfecta ortodoxia, que no se separa ni un apice de las verdades reveladas; por su rele­ vante dignidad, que sirviendo a la fe, se honra a si misma soberanamente y por la total seguridad que da a la humana razôn de no equivocarse, merced a su pleno acuerdo con la fe y con la misma naturaleza de las cosas198 201. 200 199 Para el de Alatri y su cabildo catedral es Santo Tomas el Maestro indiscutible de todos; en sus inmortales obras encuentra alimento saludable la inteligencia humana, firmeza, la voluntad, y, por lo mismo, una norma recta de bien filosofar y de bien vivir; defensa, la fe, y armas copiosas y bien tem198 “El es Imagen dei perfecto Doctor, que él mismo des­ cribiô diciendo que los doctores deben llumlnar en la fe, dirlglr en las obras, advertlr lo que se debe evitar. Y para conseguir esto deben guardar estabilldad, no abandonando la verdad; utilldad, buscando la gloria de Dios y no la suya" (ibid.). 199 Ibid., p.496. 200 O.c„ n.529 p.502. 201 O.c.. n.536 p.512. Declarado Patron de las escuelas catôlicas I 217 pladas los defensores de la religion contra toda clase de sofistas antiguos y modernos 202. En él se encuentra reunido como en un mar dilatado y pro­ fundo todo cuanto en las fuentes y rios se halla disperso por el mundo de los sabios de todos los • 203 tiempos . Idénticos pensamientos expresan el de Ripatransone y su cabildo por estas hermosas palabras: la sabiduria de los Santos Padres y de los antiguos filôsofos, maxime la de Aristoteles, que estaba dis­ persa en mucbos volumenes, fue reducida a admi­ rable sintesis y cientificamente ordenada por la portentosa obra de Santo Tomâs, a quien la Iglesia dio el justo nombre de Doctor Angelico 2M. En las obras de este sol de la sabiduria cristiana esta condensado el jugo purisimo y el espiritu vi­ vificante de los Santos Padres, dicen el de Loreto, el de Ancona y otros varios 205. (îQuién se atrevera a compararse con ese sol resplandeciente —anaden los de Parma, Piacenza y Borgo San Donnino— y sustituir con sus pobres lucubraciones personales los razonamientos invul­ nérables de tan gran maestro? 204 El famoso Jeremias Bonomelli, obispo de Cre­ mona, subraya la union intima entre la filosofia y la teologia de Santo Tornas, ambas sanisimas y solidisimas, que conservan todo su valor y lozania después de seis siglos. Y prueba la historia que una filosofia malsana contagia a la teologia y la corrom­ pe; a su vez, una teologia enteca no es capaz de orientât debidamente ni vitalizar el pensamiento filosôfico 207. Estamos intimamente persuadidos, dice el de Mutilo, de que la doctrina del Angélico esta satu202 203 204 205 206 207 O.c., η.538 p.513. Ibid.» p.513-514. η.541 p. O.c.» n.543 p.519. n.550 p.527. O.c., n.556 p.534. ·>νΓ % e i ' 218 Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tomas Φ r . I f Λ 1 ; rada de verdadera sabiduria y de que ella sola puede ofrecer solido fundamento a todas las cien208 cias . Para el de Novara, el Santo Doctor, es llamado con razon por todos sol de la Iglesia, por los reful­ gentes ray os de su doctrina 209. El de Lodi recuerda las numerosisimas y grandes alabanzas que el Angélico recibiô de los sumos pontifices con unanimidad extraordinaria; pero ellas llegan al summum por boca de Leon XIII: asi como el sol crece hasta el pleno dia, de modo parecido las alabanzas de la Santa Sede a la doctrina tomis ta, stempre en aumento, por tu voz llegaron hoy al summum, Peatisimo Padre, maestro supre­ mo de la Iglesia 210. Segùn el de Caserta y su cabildo, nada hay mas santo ni mas ûtil que su doctrina, que verdaderamente ha bajado del cielo, y es toda una biblioteca de la fe y de la teologia; quien no la sigue se equivoca lastimosamente 211. Sus principios, advierte el de Lecce y suscribe el de Angulema, deben tenerse como norma perfectisima e inconsusa para bien de la fe y de la ciencia2’2. Porque de hecho es Santo Tomas, en frase del obispo de Abellino, el mas grande de todos los filôsofos: y verdaderamente, ^quién anterior a Santo Tomâs, principe de los filôsofos, en esta ciencia, a quien ninguno supero hasta el présente? Por eso Santo Tomâs serâ para nosotros maestro y guia en el cultiva de las disciplinas filosôficas, a quien, como sol de sabiduria miraremos atentamente y a él nos adheriremos firm emente 213. Coincide el de Mazara, para quien no hay maes­ tro de la filosofia cristiana mejor que el de Aqui208 2C9 210 211 212 213 • . ·. · ·. · ’ » ■ O.c. n.557 n.555 n.560 n.564 n.577 n.566 p.535. p.533. p.539. p.542. p.558. p.544-545. Declarado Patrôn de las escuelas catôlicas 219 no, celebrado con magnificos elogios por veinticinco papas, aducido por cinco concilios ecuménicos en defensa de la fe, seguido por mas de quince ôrdenes religiosas y temido por los mismos herejes, que lo consideran como el ùnico baluarte inexpug­ nable de la Iglesia catôlica 2U. Su solida doctrina —dice, por su parte, el de Spalato y Macarosa— es el yunque sobre el que se rompen todos los martillos de los soberbios sofistas, y tiene virtud sobrada para destruir todos los errores especulativos y practices de la época mo­ derna: es un verdadero sol de nitidisima luz para las inteligencias y de calor fecundante para los 215 corazones . El elogio del obispo de Hermôpolis, administrador apostôlico de Monaco, es de los mas cumplidos. Llamale gran santo y doctor incomparable, gloria de la Iglesia y honor del género humano, sin igual en filosofia y en teologia, genio poderoso que ha explorado todo y explicado todo, lo divino y lo humano, los secretos de la naturaleza y los misterios de la gracia, cuyos escritos forman la enciclopedia mas completa de los conocimientos divi­ nos y humanos. Bebiendo a boca llena en los tesoros de la fe y de la razôn, las dos fuentes inmortales de la verdad, ha derramado sobre el mundo torrentes de luz y de verdad. Es Santo Tomas el hombre mas grande y mas completo que haya existido nunca * 216. 215 Es el rey de la filosofia y el principe de todos los filôsofos, en boca del obispo de Basilea, y cuya doctrina admirable es tan luminosa como segura v conforme con la fe catôlica 217. En este universal concierto de alabanzas no po­ dia faltar la voz autorizada de la Iglesia espafiola, 2i< 215 215 217 O.c., O.c., O.o., O.c., n.570 n.572 n.573 n.595 p.548. p.551. p.554. p.583-584. 220 » I ' » i i * ». I’ Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tomas ya que, como decia Leon XIII, «los espanoles aman con predilection a Santo Tomas, que siempre ha contado entre ellos con discipulos y expositores • . 218 eminentes» . El obispo de Cuenca reconoce que nuestro san­ to es tenido con razôn como el principe de los fi· lôsofos y de los teôlogos El de Vitoria asegura que su doctrina es infinitamente superior tanto por parte de su fondo como por parte de su método de argumentar y de la limpidez de sus formulas M0. El de Salamanca piensa que nada hay tan impor­ tante como admitir y profesar sin distingos ni cavilaciones una filosofia verdaderamente cristiana, la citai en ninguna parte se encuentra tan pura y tan perfecta como en Santo Tomâs, pues él, in­ discutable principe de los maestros, conjugando amigablemente la fe y la razôn, coordina los dos principios del saber, habida cuenta de la distinciôn y de la conjunciôn de la cienda divina y de la ciencia humana, de modo que no permite que el conocimiento del hombre se desvanezca fuera de sus li­ mites ni se rebaje y deprave desvinculado de su alto origen 221. Y el de Segorbe concluye: Santo Tomas resplandece en el cielo de los doctores como el sol entre las estrellas. Su angelica inteligencia domino todas las disciplinas filosôficas y teologicas, las enriqueciô con admirables y riquisimas aportaciones personales y las organize tan acabadamente, que, segùn testimonio de los mismos herejes, bastan y sobran para rebâtir todos los argumentes de los enemigos de la Iglesia 2”. ™ Carta de 12 de dlclembre de 1884 a don Alejandro Pldal y Mon (o.c., n.275 p.226). 219 O.c n.599 p.593. 220 O.c., n.588 p.573. 221 O.c., n.587 p.571-572. O.c., n.589 p.574. Decia rado Patron de las escuelas catôlicas 221 En vista de todas estas y otras muchas manifes­ tationes, unidas a las dirigidas a Pio IX para que la Iglesia declarase a Santo Tomâs patron de todas las escuelas catôlicas, Leon XIII creyô llegado el momento oportuno para promulgat el correspondiente decreto: pues afirman que a ellos les cons­ ta, no menos que a nosotros, que en las doctrinas de Santo Tomâs hay un valor extraordinario y una fuerza singular para lib erar a nuestro tiempo de los graves males que padece 223. Y, en efecto, el dia 4 de agosto de 1880, exactamente un ano después de la publication de su célébré enciclica Aeterni Patris, declaro solemnemente al Santo Doc­ tor Patron de todos los Estudios catôlicos en todos sus grados: Nos, para gloria de Dios omnipotente y honor del Doctor Angélico, para incremento de las ciencias y comûn utilidad de la sociedad huma­ na, declaramos con nuestra suprema autoridad al Doctor Angélico Patrono de las Universidades de Estudios, Academias, Liceos y Escuelas catôlicas, y queremos que como tal sea tenido por todos, venerado y seguido 224. He aqui en sintesis, dice el pontifice, la razôn principal que nos mueve a ello: el Angélico se destaca ■ - _ eminentemente sobre todos los demâs, siendo el modelo que los sabios catôlicos deben imitar en sus diversos estudios. El posee, ciertamente, las mejores y mâs brillantes cualidades de corazôn y de inteligencia que arrastran a su imitation: una doc­ trina riquisima de contenido, sanisima, perfectamente organizada, admirablemente de acuerdo con las verdades reveladas por Dios y, por ende, sinceramente obsequiosa con la fe; anâdase a todo esto una vida integérrima y sin mantilla, ilustrada con las virtudes mâs excelsas 225. M3 M4 ms O.c., n.238 p.209. O.c., n.242 p.211. O.c., n.242 p.211. Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tomas Vayamos por partes: ° l. Doctrina riquisima de contenido.—Por­ que asi como el mar recoge en si todas las aguas del universo, asi el Angelico recoge en sus obras todo lo que en el orden de los conocimientos fluye de sus predecesores 226. ° 2. Doctrina santsima.—Porque todo cuanto de bueno, de verdadero y razonable encontraron los filôsofos paganos, los Padres y Doctores de la Iglesia y los demas sabios que le precedieron, no solamente lo conociô él perfectamente, sino que lo aumentô y perfeccionô con nuevas y geniales aportaciones personales 227. ° 3. Perfectamente organizada.—Porque él ordenô y organize maravillosamente todos esos vastisimos materiales en un cuerpo de doctrina de ideas tan luminosas, expuestas con un método tan acabado y un lenguaje tan preciso y transparente, que parece no haber dejado a sus sucesores la posibilidad de superarlo, sino de imitarlo solamen­ te 228. Y todo ello adquiere nuevos quilates consideran­ do que, estando su doctrina basada en principios universalisimos que todo lo abarcan, no se limita a llenar las necesidades de la época en que apareciô, sino que vale igualmente para satisfacer las de todos los tiempos y para deshacer totalmente los errores que pululan sin césar a través de los siglos. Es tanta su fuerza, que ella sola se mantiene firme e invencible por su propia virtud, y produce en sus adversarios un terror indescriptible ° 4. Admirablemente de acnerdo con las verdades reveladas por Dios y obsequiosa con la fe.— Para los catôlicos, es este acuerdo perfecto entre la fe y la razôn la cualidad mas relevante. El San226 227 228 229 Ibid. Ibid. Ibid. Ibid. Declarado Patron de las escuelas catôlicas 223 to Doctor demuestra con toda evidencia que no puede existir verdadero conflicto entre las verdades de orden natural y las verdades de fe que Dios ha revelado; no siendo, por consiguiente, una vil humiliation ni una esclavitud para la razon hu­ mana el seguir y profesar la fe catôlica, sino mas bien una obediencia noble y honrosa que vigoriza y sublima a la razon. Ambas proceden de Dios, la fe y la razôn, que no nos han sido dadas para que se hagan mutua guerra, sino para que se unan con lazos de verdadera amistad y se ayuden y protejan reciprocamente. Ahora bien: en todos sus escritos puede verse el modelo mas acabado de esta union y concordia admirables. Porque unas veces la fe dirige a la razôn, senalandole el objeto de sus investigatio­ nes; otras, la razôn prépara, defiende y explica lo que la fe nos ensena, y siempre conservando cada cual sus propios derechos, su propia autonomia, su propia dignidad y su propio valor. Y cuan­ do el caso lo requiere, se unen ambas en estrecha alianza para combatir a sus comunes enemigos. Union y armonia que, si fueron siempre de una gran importancia, lo son particularmente en nuestros tiempos a partir dei siglo xvi, porque en esta época comenzaron a sembrarse los gérmenes de una libertad desenfrenada de la razôn contra toda auto­ ridad divina y humana, convirtiendo a la filosofia en fabricante de armas para combatir a la verda­ dera religion 230. ° 5. Vida integérrima, ilustrada con las vir tudes mâs excelsas.—El Angélico Doctor no es menos grande en virtud y en santidad que en sabiduria, y sabido es que la mejor preparation para el debido empleo de las fuerzas intelectuales y para la adquisiciôn de la ciencia es la virtud. Los que la desprecian se ilusionan creyendo que poseen una sabi230 O.C., n.240 p.209-210. 224 I » Sec.III. duria sôlida y provechosa, porque escrito esta que no entrara la sabiduria en un aima manchada por la culpa ni morara en un cuerpo esclavo del pecado 231. Pues bien, Santo Tomas no solamente poseyô esta preparation en grado eminente, sino que mereciô verse aprobada con una serial divina visible; porque habiendo superado victoriosamente una terrible tentation contra la pureza en el castillo de Roca­ seca, los ângeles le ciûeron un cingulo que simbolizaba la extinciôn completa de los ardores de la carne. Desde entonces viviô siempre como si no tuviera cuerpo. Con razôn, por consiguiente, se le llama angel, no solamente por su ingenio sobrehumano, sino también por su pureza angélica 232. * * V M II ·· r st Declarado Patrôn de las escuelas catôlicas Autoridad doctrinal de Santo Tomâs No contento con esto el gran pontifice con­ tinûa sin descanso recomendando a Santo Tomas y animando a todos con sus palabras y con sus mandatos a colaborar en la magna obra de la res­ tauration, desarrollo y propaganda de su doctrina. Ordena y subvenciona espléndidamente una nueva edition critica de todas sus obras, que por eso se Hama leonina, para facilitar su estudio y divulgar por todas partes sus salvadoras ensenanzas; porque nada mâs idôneo para rebâtir las perver­ sas teorias de nuestro tiempo y nada mâs eficaz para conservar la verdad 233. La inmensa labor realizada por él con ingenio sobrehumano justifica plenamente su titulo de Doctor Angélico, cuyo sig­ ni ficado lo llena con creces 234. No hay escuela, ni método, ni doctrina como la suya en filosofia, en teologia y en exégesis biblica. Sus numerosas y maravillosas obras suministran los medios mas aptos y eficaces para encontrar la verdad 235 y constituyen el mâs rico arsenal de ar­ mas bien templadas para defenderla contra todos los errores, aun aquellos que parecen los mâs nuevos y peligrosos 236. Su escuela es la mâs apta para despertar las inteligencias 237, para vigorizarlas, para disciplmar­ ias y para ensenarles a précisât conceptos, a expresarlos con propiedad y nitidez, a discurrit con or­ den y rigor; en una palabra, a filosofar debidamente, remontândose de lo sensible a lo inteligible y de las criaturas al Creador: La doctrina del Doc­ tor Angélico sirve admirablemente para formar las inteligencias, engendra el hâbito de bien comentar, de filosofar y discurrir précisa y vigorosamente ·. pues présenta claramente las cosas con dependen­ da continua y mutua, en conexion y coherencia y con réduction a los primeros principios; remontân­ dose a la contemplation de Dios, causa eficiente, principio impulsor y causa ejemplar de todas las cosas, a quien deben referirse toda la filosofia y todo el hombre 238. Seguir fielmente sus pasos équivale a filosofar sabiamente 239. Porque filosofar sabiamente es respet ar la tradition y superaria con nuevos descubrimientos, no como hoy creen muchos alucinados, que hacen tabla rasa de todo lo pasado; y nadie como él tan respetuoso con la tradition y tan ena­ morado de las nue vas conquis tas de la ciencia 240. Su filosofia no envejece 241, sino que sirve maravillosamente para ilustrar y dirimir cualquier clase de problemas por mâs arduos y dificiles que sean 242. 235 236 237 238 231 232 ‘ ·’ · - . mJ 233 234 O.c., n.241 p.210. Ibid. O.c., n.226 p.200. O.c.. n.220 p.197. 225 239 2 la mas ordenada y me­ jor organizada 253. Cualquier otro método que se ensaye sera tanto mejor cuanto mas se acerque al de nuestro santo 254 ; muchas veces lo hemos dicho, que tanto mejor sera el método cuanto mas se acer­ que a la doctrina de Santo Tomâs 755', lo hemos advertido grave y frecuentemente..., que tanto me­ jor sera el método cuanto mâs se acerque a la doc­ trina de Santo Tomâs756. Y sobre es to, lo que he­ mos advertido mâs de una vez por escrito, lo repetimos hoy de viva voz: que es necesario seguir al Doctor Angélico como guia y maestro; en lo cual vosotros, am ado s hijos, cuanto mâs os apliquéis tanto mâs os veréis superiores en doctri­ na 757. Nada mâs ajeno a nuestra voluntad y nada mâs peligroso que separarse de su doctrina por cualquier pretexto 258. Si otros autores, aunque gra­ ves y respetables, discuerdan del comun maestro de todos, Santo Tomâs, ya saben todos por donde deben ir: por el camino sehalado por el Angéli­ co759. El nombre de Santo Tomâs es al go sagrado, y deben avergonzarse los que no quieren seguir como jefe y maestro a aquel que fue aprobado y recomendado por el mismo Jesucristo 26°. 249 250 251 252 253 254 255 256 257 25S 259 260 O.c., n.26O p.230. O.c., n.281 p.228. O.c., n.318 p.244. n.320 p.246. n.307 p.239. n.251 p.216. O.c n.326 p.252. O.c n.332 p.256. O.c n.276 p.226. O.c n.352 p.264. O.c n.322 p.248. O.c., n.352 p.264. ;*r? *X.· Sec.III. I O 9 i .4 I Autoridad doctrinal de Santo Tomas Ni esto es aherrojar las inteligencias y privarlas de libertad; porque no es libertad verdadera, sino pésimo libertinaje, dejarse llevar por cualquier novedad, cambiando de opinion segùn sus caprichos y pasiones o segün la moda. No es ésa verdadera ciencia, sino falsa y falaz, que deshonra y esclaviza el aima. Por el contrario, nuestro sapientisimo doctor camina siempre dentro de la verdad; porque no solamente no lucha jamâs contra Dios, princi­ pio supremo y fuente de toda verdad, sino que le obedece siempre con la mayor fidelidad y le esta siempre estrecbamente unido, haciéndose de algün modo participante de sus mas intimos secretos. De esta suerte, evitando los errores y sorteando los peligros, la humana inteligencia recobra su verda­ dera libertad al seguir los pasos firmes y caminar por la segura senda de un maestro y de un guia tan experto. Ciertamente, la razon humana desea penetrar lihremente en el conocimiento recondito de las cosas, ni puede no desearlo; pero teniendo a Santo Tomâs por guia y maestro harâ lo mismo mâs expedita y lihremente, porque lo hace con toda seguridad, lejos de todo peligro de salirse de los términos de la verdad261. Tiene un modo de filosofar segurisimo 767 y ad­ mirable 243, que inspira confianza en los que le siguen. asegurandolos contra todo peligro de equivocarse 244. Por eso deseamos que todos sigan fici­ mente sus huellas, los que ensenan y los que aprenden filosofia 265. Verdad es que la filosofia de Santo Tomas es, en el fondo, la filosofia de Aristoteles, de quien nues­ tro doctor es el mejor interprete y el mas grande discipulo 244, pero con la ventaja inestimable de 261 262 263 264 265 266 O.c., O.c., O.c„ O.c., O.c., O.c., n.293 n.342 n.345 n.293 n.249 n.363 p.234. p.260. p.261. p.234. p.215. p.269-270. Declarado Patron de las escuelas catolicas 229 haberlo expurgado de sus errores y defectos y de haberlo completado, haciéndolo servir a la exposiciôn y defensa de la fe catôlica. Y es justo reconocer que uno de los mayores beneficios que le debe la Iglesia consiste precisamente en haber aplicado esta filosofia, depurada y elevada, al servicio de la teologia, haciendo de Aristoteles un servidor de Cristo y constituyendo la teologia en verdadera ciencia de la revelaciôn 267. El modo de ensenar la teologia tiene por preceptor y comentador a Santo Tomâs, principe de los teôlogos™. Con esta suprema declaration y recomendaciôn quedaba definitivamente aprobada toda la labor cientifica de Santo Tomâs, y su ortodoxia puesta fuera de toda duda. Los maestros dei siglo χπι y de principios del xiv, que tanto se escandalizaron de sus innovationes salvadoras y tan rabiosamente las combatieron, recibieron con estos documentes el mâs solemne mentis. El triunfo de Santo Tomâs no podia ser mâs completo y definitivo. Estaba completamente seguro de ello, porque habia escrito: la verdad no varia por la diversidad de per­ sonas; por tanto, cuando uno dice la verdad no puede ser vencido, con cualquiera que discuta ™. La verdad es invencible y acaba por triunfar, por mâs que se la combata. Pero el Angelico no es solo el rey de los filôsofos y de los teôlogos, sino que lo es también de los exegetas. Nada mâs ùtil y oportuno para formar exegetas verdaderos y seguros, y para cultivar con 267 “La filosofia de Santo Tomâs no es otra en el fondo que la arlstotélica. a la que el Doctor Angéllco Interpretô mâs cientiflcamente que nadle; la hizo cristiana enmendândola de errores fâcllmente explicables en un escritor pagano; y de la que usô para exponer y defender la verdad catôlica. Este es uno de los grandes beneficios que la Igle­ sia debe a Santo Tomâs: el haber asociado tan perfectamente la teologia cristiana con la filosofia perlpatétlca, que podamos contar con un Arlstôteles no adversario, sino militante de Cristo (o.c., η. n.321 321 p.247). 268 o.c., n.331 p.255. 269 in lob c.13, en Opera (Venetlls 1593) t.13 fol.l9rb. R*.. ·*■ · · ■ “z - .Jr " * h: Η 230 Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tomâs * acierto la llamada teologia positiva que hacerles estudiar a fondo la filosofîa y la teologia de Santo Tomas e imbuirles plenamente en ellas. He aqui las preciosas palabras dei pontifice: Ha de pro veerse que los jôvenes vayan a los estudios biblicos convenientemente instruidos y preparados, a fin de que no sean frustrados en su justa espe­ ranza, ni, lo que séria peor, caigan incautamente en el error, seducidos por las falacias de los racionalistas y su llamativa érudition. Se encontraràn perfectamente dispuestos si, como Nos mismos hemos indicado y prescrito, cultivan religiosamente y se adentran plenamente en la filosofîa y teologia teniendo por guia a Santo Tomâs. De este modo procederân rectamente tanto en la parte biblica como en la parte llamada teologia positiva, logrando gozosos progresos en ambas 270. Por eso, el inmortal restaurador de la doctrina tomista lo pro­ pone también a los exegetas como maestro y guia de sus estudios 271. Bajo el pontificado de San Pio X (19031914). Motu proprio “Doctoris Angelici” y las veinticuatro tesis tomistas (1914) San Pio X hace suyas las alabanzas, recomendaciones y ordenaciones de la doctrina de Santo To­ mas que hizo su glorioso predecesor, completandolas y mandandolas observât religiosamente. Juzgamos que es totalmente necesario que lo que nuestro ilustre predecesor prescribiô sobre el cultivo de la filosofîa y doctrina tomis ta sea reli­ giosamente observado, y que se procure llevar a la prâctica en la esperanza de mas abundantes fru■ ♦ m Berthier, o.c., *71 O.C., Π.362 p.269. n.331 p.255-256. Bajo el pontificado de San Pio X 231 tos 272. Procuren todos los profesores de filosofîa de los centros eclesiasticos del mundo entero no sepa­ rate nunca de su doctrina y de su método, antes bien estùdienla diariamente con redoblado esfuerzo 273. La filosofîa de Santo Tomas es la mejor preparaciôn para los estudios teolôgicos y biblicos 274. Por eso recondenda a los profesores que la empleen en la explication de los dogmas 275 y que no olviden nunca esta observation·, abandonar a Santo Tomâs, sobre todo en cuestiones de metafisica, es un gra­ visim o peligro 276. Lo cual debe entenderse no so­ lamente de los grandes principios, sino también de las tesis que parecen de menor importancia, pues lo que parece pequeno en metafisica es sumamente grande en sus derivationes y aplicaciones 277. Y lo que digo de su filosofîa debe entenderse a fortiori de su teologia 278> en la cual no es solo el principe, sino el maestro y el guia de todos 27’, como honra del orbe cristiano y luminar de la Iglesia 28°, que vale para todos los tiempos y no envejece nun281 ca . Su doctrina es «integra, incorrupta, fuente inagotable de sabiduria en todo género de ciencias» 282, O.c., n.368 p.272. 273 Ibid., p.273. 274 “Vosotros no debéis querer que los alumnos de vuestra orden sean formados en filosofîa solamente en la forma que lo exlgen las Instituciones académicas publicas, sino con mayor plenitud y altura, a saber, segûn la doc­ trina de Santo Tomâs de Aquino, para que luego puedan llegar a una sôlida ciencia teolôgica y biblfca" (o.c., n.374 p.275). 275 o.c., n.375 p.276. 276 O.c., n.376 p.276. 277Motu proprio Sacrorum antistitum, de 1 de septlembre de 1910: AAS 2 (1910) 656-657. 278 En Berthier. o.c., η.36β p.271-272; n.369 p.273. 279 O.c., n.371 p.274. 280 O.c., n.375 p.275. 281 Epistola al P. En. Hugon, O. P., de 16 de Julio de 1913: AAS 5 (1913) 487. 282 Epistola al P. A. Montaigne, O. P., de 23 de novlem bre de 1908: AAS 1 (1909) 138. 272 E 't -S * L·· S*®*. A Ε”ά·3 232 r Λ* y fl u r- *>·* » I 11 r \J ; *· •0 i r ■ •Atdt'J J; Autoridad doctrinal de Santo Tomâs «la mas segura de todas» 283 y «la mas alabada y recomendada sin interrupcion por la Iglesia» 284. «Repetimos de nuevo lo que ya hemos afirmado muchisimas veces: nada es tan ùtil a la Iglesia como formar el clero en la doctrina del Angelico» 285, «y deseamos ardientemente que se formen en ella to­ dos los que se interesan por los estudios o se dedican a ellos, para arrancar de cuajo tantos errores como circulan por todas partes sobre lo divino y lo humano, y para que la verdad catôlica, debidamente conocida, se incruste indeleblemente en las aimas de todos» 23a. Una triste experienda ensena, particularmente en nuestros dias, que los que se separan de Santo Tomâs acaban, finalmente, por apos­ tatar de la Iglesia de Cristo 287. .v ·. - <·=■· % Sec.III. Pero sobre todo colmô las medidas en su motu proprio Doctoris Angelici, publicado el dia de San Pedro apôstol de 1914. Comienza recordando las ôrdenes ya dadas en anteriores documentos, particularmente en su motu proprio Sacrorum antisti­ tum, de 1 de septiembre de 1910, en donde se mandaba expresamente que se pusiese la filosofia escolâstica como base y fundamento de los estudios sagrados, es decir, teolôgicos y biblicos, entendiendo por tal filosofia principalmente la de Santo To­ mâs y renovando y confirmando cuanto sobre ella habia ordenado Leon XIII. Ahora bien, afiade, no han faltado quienes creyeron que, habiendo Nos dicho principalmente y no unicamente —praecipue..., non unice—, obedecian J» Epistola al P. I. Lottini, O. P., de 9 de agosto de 1910: AAS 2 (1910) 724. 2M Epistola al P. A. Montaigne, O. P., de 23 de noviembre de 1908: AAS 1 (1909) 138. 285 Epistola cltada al P. Hugon: AAS 5 (1913) 487. 286 Epistola al Rvmo. P. Cormier, O. P., de 4 de agosto de 1913: AAS 5 (1913) 287-288. 287 Epistola al P. Tomâs Pègues, O. P , de 17 de novlembre de 1907, en Berth ier, o.c., n.377 p.276. Ba/o el pontificado de San Pio X o, por lo menos, no se oponian a nuestra voluntad siguiendo a cualquier autor escolâstico, aunque sus ensenanzas estuviesen en pugna con los principios de Santo Tomas. Pero éstos se han enganado de medio en medio. Porque es évidente que, cuando Nos hemos propuesto a Santo Tomas como jefe y guia principal de la filosofia escolâstica, queriamos que ello se entendiese, sobre todo, de sus principios, en los cuales se apoya dicha filosofia como en sus fundamentos. Pues asi como debe desecharse la opinion de algunos antiguos, segùn los cuales es indiferente pensar de cualquier modo sobre las cosas creadas con tai que se piense bien sobre Dios, de igual manera se debe rechazar la opinion de algunos modernos, para quienes es in­ diferente seguir y profesar cualquier filosofia con tai que se mantenga y profese la verdadera fe catô­ lica, ya que el error en materias filosôficas redunda en las teolôgicas y, por ende, en la fe misma. Por lo demâs, los principios filosôficos del An­ gelico, tornados en conjunto, no son otros sino los ensenados por los mas grandes filôsofos y Padres de la Iglesia sobre la teoria dei humano conoci­ miento, sobre la naturaleza de Dios y dei mundo, sobre el orden moral y sobre el ùltimo fin del hom­ bre, aunque el Santo Doctor, con su ingenio casi angélico, los perfilô y acrecentô y los hizo servir como propedéutica, como defensa y como ilustraciôn de la Verdad revelada. Un tal tesoro de doctrina no permite la sana razôn que se desprecie, ni la fe tolera que se mutile o disminuya, sobre todo porque, una vez privada la fe catôlica de esa sôlida defensa, en vano buscaria ayuda en otras filosofias mâs o menos aliadas con el materialismo, con el panteismo o con el modernismo. Por consiguiente, los principios basicos de la fi­ losofia de Santo Tomâs no de ben ser considerados como meram ente opinables o discutibles, sino como fundamentos de lo bumano y de lo divino; ademas I *■ *i**<-*V ' ^*»3**· 1 V\i 1 >·.» 234 Aï*-*· M • ’Ad ·N H * ·* . * · Autoridad doctrinal de Santo Tomas de que, una vez rechazados o alterad os de cualquier modo esos principios, acabarân finalmente los jovenes estudiantes eclesiâsticos por no entender ni siquiera la terminologia empleada por la Iglesia en la proposition de los dogmas de nuestra fe 280. He aqui la razôn del porqué hemos ya advertido varias veces a los profesores de filosofia y de teo­ logia que separarse, aunque sea muy poco, del Aquinatense, sobre todo en materia de metafisica, no es sin gran perjuicio y gran peligro. Mas ahora ana- . dimos y declaramos que no solamente no siguen a Santo Tornas, sino que yerran a gran distancia de él cuantos tergiversan o desprecian los principios y tesis capitales de su filosofia. Teniendo en cuenta ademas que, si Nos o nuestros predecesores hemos aprobado y alabado la doctrina de algun otro santo o autor, aunque a las alabanzas se hayan anadido las recomendaciones y hasta los mandatos de divulgarla y defenderla, tal doctrina en tanto debe en­ tenderse aprobada y recomendada en cuanto que esta de acuerdo con los principios del Angélico o, por lo menos, en cuanto que no se le opone de ningùn modo 289. Hemos creido de nuestro deber apostôlico bacer estas declaraciones y recomendaciones en un asunto tan grave e importante para que todos, tanto los del clero secular como los del regular, sepan claramente nuestro pensamiento y conozcan nuestra voluntad, y asi la cumplan con la maxima fidelidad y diligenda. Pero sobre todo deben cumplirla los profesores de filosofia y de teologia, quienes deben tener muy présente que no se les ha concedido la facultad de enseüar para que expongan a sus dis­ cipulos sus opiniones particulares, sino para que les ensenen la doctrina aprobada por la Iglesia, como es la de Santo Tomâs, el cual, después de su 2M 289 ·’■* Y •Λ*. '·* Sec.III. AAS 6 (1914) 336-338. Ibid., 338. glorioso transito, asistiô con ella a todos los cond­ itos ecuménicos. La experienda de seis siglos demuestra cuân verdadero fue el dicho de Juan XXII: Santo Tomâs iluminô la Iglesia mâs que todos los demâs doctores, y en sus libros aprovecha mâs el hombre en un afio que toda su vida en los de los 1 z 290 demas . y gran pontifice. El mismo plico todo el alcance y toda la intention de sus palabras en una audiencia memorable que conceaio concediô ei el dia anterior a su pro­ mulgation — —28 de junio de 1914— a las facultades del Angelicum de Roma, a la que nosotros tuvimos el honor de asistir. En ella dijo textualmente que no queria mas filosofia ni mas teologia que la de Santo Tomâs, cuya doctrina era la doctrina de la misma Iglesia y del mismo Jesucristo. Un mes mâs tarde, la Sagrada Congrégation de Estudios, consultada y requerida por un grupo de profesores de diversas facultades pontificias, ninguno de ellos dominico, sobre un cierto nûmero de tesis por ellos ensenadas y defendidas tradicionalmente como expresion de los puntos capitales de la doctrina de Santo Tomâs en materia principalmente de metafisica, las examinô escrupulosamente y, sometidas luego al fallo supremo del pontifice, conteste —27 de julio de 1914— por orden de Su Santidad, que dichas tesis o proposiciones contenian exactamente los principios bâsicos y puntos principales de la doctrina filosôfica del Angélico. Dada su importantia capital y sabiendo que responden plenamente al pensamiento del Santo Pa­ dre, nos permitimos reproducirlas aqui aunque la cita sea un poco larga, pues son nada menos que veinticuatro. Pueden, sin embargo, para mayor cla- 236 Sec.III. - ·> Autoridad doctrinal de Santo Tomas ridad, clasificarse en cuatro grupos, a saber: siete de ontologia (1-7), cinco de cosmologia (8-12), nueve de biologia y psicologia (13-21) y tres de teodicea (22-24). Adoptamos la tersa y elegante traducclôn que hizo el padre Adriano Suarez, O. P., al verter al castellano la obra del padre Ed. Hugon, Ο. P Les vingt-quatre theses thomistes 291 salvo algunas pequenas correcciones. · » I » 1 99 > 1 < M r 'I. 1. La potencia y el acto dividen el ser de tai suerte, que todo cuanto es, o bien es acto puro, ο bien es acto necesariamente compuesto de potencia y acto, como principios primeros e intrinsecos. 2. El acto, por lo mismo que es perfecciôn, no esta limitado sino por la potencia, que es una capacidad de perfecciôn. Por consiguiente, en el orden en que el acto es puro, no puede ser sino ilimitado y ùnico; pero en el orden en que es finito y mùltiple, entra en verdadera composiciôn con la po­ tencia. 3. Por lo tanto, en la razôn absoluta del ser mismo solo subsiste un ser unico y simplicisimo, que es Dios; todas la demas cosas que participan el ser tienen una naturaleza por la cual se limita dicho ser, y estan compuestas de esencia y existencia como de principios realmente distintos. 4. La nociôn de ente, denominada de ser, se predica de Dios y de las criaturas, no de una ma­ riera univoca ni tampoco puramente equivoca, sino analogica, con analogia ya de atribuciôn, ya de proporcionalidad. 5. Hay, ademas, en toda criatura composiciôn real de un sujeto subsistente con otras formas secundariamente aüadidas que se llaman accidentes; Las veinticuatro tesis tomistas (Almagro texto latino, en AAS 6 (1914) 384-386. Λι > V·* t 1 DI 1924). El Bajo el pontificado de San Pio X 237 dicha composiciôn seria ininteligible si el ser no fuera recibido en una esencia realmente distinta de él mismo. 6. Ademas de los accidentes absolutos, se da un accidente relativo, como una referencia o respecto a algo. Porque si bien ese respecto a algo no impli­ ca de suyo una realidad inherente a otra, tiene, sin embargo, con frecuencia, una causa o fundamento en las cosas mismas y, por lo tanto, una entidad real distinta del sujeto. 7. La criatura espiritual es totalmente simple en su esencia. Pero queda en ella una doble compo­ siciôn: la de la esencia con la existencia y la de la subsistencia con los accidentes. COSMOLOGÎA 8. La criatura corporal esta compuesta de po­ tencia y acto en cuanto a su misma esencia; dicha potencia y dicho acto del orden y de la misma esencia reciben los nombres de materia y forma. 9.Ninguna de esas dos partes tiene ser por si sola, ni se produce ni se corrompe por si; tampoco se pone por si en predicamento, sino por reducciôn al predicamento de substancia como principios esenciales suyos. 10. Aunque la extension en partes intégrales sea una consecuencia de la naturaleza corporea, no es lo mismo, sin embargo, en un cuerpo ser subs­ tancia que ser extension corporal o cantidad dimensiva. La substancia, en cuanto tal, es indivisi­ ble, no a la manera del punto, sino de los seres extrarios al orden de la dimension. La cantidad, origen de la extension en la substancia, se distingue realmente de esta y es verdaderamente accidente. 11. La materia sellada por la cantidad es el principio de la individuaciôn, o sea de la distinciôn numérica, imposible en los espiritus puros, 238 Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tomâs entre un individuo y otro dentro de la misma especie. 12. Por virtud de la misma cantidad, el cuerpo se circunscribe a un lugar, de tal suerte que, de este modo circunscriptivo, es absolutamente imposible que esté en mas de un lugar determinado al mismo tiempo. I Biologîa y Psicologîa ·» » ■ I» I •I,’ ’ Ml t U I l il I h £·· V·. *·<■ r 13. Los cuerpos se dividen en dos categorias: la de los vivientes y la de los que carecen de vida. La forma substancial de los vivientes, llamada aima, requiere una cierta disposiciôn organica, o sea partes heterogéneas, para que haya en el mismo sujeto una parte esencialmente moviente y otra movida. 14. Las almas del orden vegetativo y sensitivo no pueden existir por si mismas ni ser producidas para si, sino que ùnicamente existen y son pro­ ducidas como principio por el cual existe y vive el compuesto viviente; por lo tanto, al corromperse dicho compuesto, se corrompen ellas consiguientemente, a causa de su omnimoda dependencia de la materia. 15. Por el contrario, el alma humana subsiste por si misma, es creada por Dios e infundida en el cuerpo desde el momento en que esta suficientemente dispuesto, y es incorruptible e inmortal por su propia naturaleza. 16.La misma aima racional se une de tal mo­ do al cuerpo, que es su ùnica forma substancial, y por ella tiene el hombre su ser de hombre, y de animal, y de viviente, y de cuerpo, y de substancia, y de ente. Por consiguiente, el aima le da al hom­ bre todos los grados esenciales de perfection y, ademâs, comunica al cuerpo el mismo acto de ser con que ella existe. Bajo el pontificado de San Pio X 239 17. Del alma humana dimanan, por natural re­ sultanda, dos ôrdenes de facultades: organicas e inorganicas. El sujeto de las primeras, a las que pertenece el sentido, es el compuesto; el de las segundas es el alma sola. Es, por tanto, el entendimiento una facultad intrinsecamente independiente del organo que le sirve de auxiliar. 18. La intelectualidad sigue necesariamente a la inmaterialidad, y esto de tal suerte, que los grados de intelectualidad se computan por los de inmaterialidad, o sea por los de alejamiento de la materia. El objeto adecuado de la inteleccion es, en general, el ser mismo en toda su extension ο universalidad; pero el objeto propio del entendimiento humano en el estado actual de union al cuerpo se circunscribe a las esencias abstraidas de las condiciones individuales de la materia. de 19.Recibimos, pues, nuestro conocimiento las cosas sensibles. Mas como lo sensible no es inteligible en acto, hay que admitir en el alma, ademàs dei entendimiento formalmente inteligente, una virtud activa que abstraiga de los fantasmas las especies inteligibles. 20. Por medio de estas especies inteligibles conocemos directamente los universales: con los sentidos percibimos los singulares, y también con el entendimiento, aunque volviéndose en este caso hacia las imàgenes de los sentidos. Finalmente, por medio de analogias con las cosas sensibles y corpo­ rales, nos elevamos al conocimiento de las espirituales. 21.La voluntad sigue al entendimiento, no le precede, y apetece necesariamente aquello que se le présenta como un bien que sacia por completo el apetito; pero elige libremente entre aquellos otros bienes cuya apetencia le es propuesta por un juicio variable. Por consiguiente, la election sigue al ùltimo juicio practico, pero depende de la volun­ tad que dicho juicio sea o no el ùltimo. * 4X3X4 ''■ RT- L'vC® •'XL·· 240 Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tomâs 22. Conocemos la existencia de Dios, no por intuition inmediata ni por demostraciôn a priori, sino a posteriori, es decir, por las criaturas, arguyendo de los efectos a la causa, en la forma siguiente: a) partiendo de las cosas que se mueven, sin tener en si mismas un principio de movimiento. hasta Hegar a un primer motor inmôvil; b) arrancando de la production de las cosas de este mundo por causas subordinadas entre si, hasta Hegar a una causa primera no causada por otra; c) comenzando por los seres corruptibles, que se han indiferentemente al ser y al no ser, hasta Hegar a un ser abso­ luto y necesario que necesariamente existe; d) remontando el vuelo de la consideration de las perfectiones Hmitadas de ser, vivir y entender en las cosas que existen, viven y entienden segùn di­ versos grados de mas y de menos, hasta topar con un ser que es sumamente inteligente, sumamente viviente y sumamente perfecto en la misma razôn de ente; e) por fin, subiendo de la contemplation del orden dei universo a una inteligencia ordenadora que todo lo dispone y dirige a un fin supremo no ordenado ni ordenable a otro fin superior. 23. El constitutivo metafisico de la esencia divina se expresa rectamente didendo que consiste en la real identidad de la misma con su propia existencia, es decir, en que ella es su mismo existir subsistente; siendo esto mismo la razôn de perfec­ tion infinita e ilimitada. 24. Por la misma pureza de su ser se distingue Dios de todas las cosas finitas. De donde se infiere, en primer lugar, que el mundo no pudo procéder de Dios mas que por création; en segundo lugar, que a ninguna naturaleza finita puede serle comunicada, ni por milagro, la virtud de crear, por la cual se produce el ser del efecto en cuanto a toda ' Λ’ > *<» ' '«■Ml»- ' .· ' "TC ■'-S* Bajo el pontificado de Benedicto XV 241 su razôn de ser; por ùltimo, que ningùn agente creado puede influir en el ser de ningùn efecto sin haber recibido previamente la mociôn de la Causa primera. 6. Bajo el pontificado de Benedicto XV (1914-1922). El côdigo de Derecho canonico y Santo Tomâs (1917) Muerto poco después San Pio X —20 de agosto de 1914—, se suscitaron dudas sobre el alcance de su motu proprio Doctoris Angelici en cuanto a la obligation de explicar la Suma Teolôgica de San­ to Tomas como libro de texto en las facultades teolôgicas y sobre el sentido de la declaration de la Sagrada Congregation de Estudios respecto de las veinticuatro tesis tomistas. Estas dudas fueron elevadas a dicha Sagrada Congrégation, y respecto de las veinticuatro propositiones filosôficas tomis­ tas, se preguntaba: «a) si todas ellas contienen realmente la doctrina auténtica de Santo Tomas; b) y en caso afirmativo, si deben imponerse a las escuelas catôlicas como obligatorias» 2’2. A ello contestô la Sagrada Congrégation, por orden de Benedicto XV, el dia 7 de marzo de 1916: a) que dicbas propositiones contienen y expresan realm ente la doctrina auténtica de Santo Tomâs; b) que se propongan en las escuelas catôlicas como normas directivas se guras 293. No se trata, pues, de imponerlas como obligato­ rias al asentimiento interior de maestros y discipu­ los, pero si de la obligation de proponerlas en las escuelas catôlicas superiores o facultades como normas directivas seguras, es decir, segùn la expresiôn del mismo Pontifice al padre Ed. Hugôn, O. P., m AAS 8 (1916) 157. 242 Sec. III. Autoridad doctrinal de Santo Tomis Bajo el pontificado de Benedicto XV 243 η I II 'll •V? * c ·· t f como doctrina preferida por la Iglesia 297; porque esos puntos capitales —principia et pronuntiata maiora— de la filosofîa de Santo Tomâs tienen valor de verdaderas normas de direcciôn completamente seguras en los estudios filosôficos superiores de la Iglesia, que por eso las prefiere a todas las demâs. Es lo mismo que ya habia dicho el Santo Padre a la Academia Romana de Santo Tomâs en su motu proprio Non multo post, de 31 de diciembre de 1914, llamândola filosofîa segun Cristo. Aprobamos, dice, y hacemos nuestro todo cuanto dijeron Leon XIII y Pîo X sobre la necesidad de seguir la doctrina de Santo Tomâs. Ni nuestros predecesores ni nosotros tenemos que esforzarnos por recomendar y ordenar otra filosofîa que la que es segun Cristo, y por eso precisamente exigimos que nuestros estudios filosôficos se hagan en completo acuerdo con el método y los princi­ pios de la filosofîa de Santo Tomâs, que sirve ninguna para exponer y defender victoriosamente la verdad revelada por Dios 295. Precisamente porque la filosofîa de Santo Tomâs es segun Cristo, es decir, plenamente de acuerdo con la fe, a la que sirve maravillosamente, es también una filosofîa que puede y debe servir de norma directiva del todo segura en los estudios filosôficos superiores de Ia Iglesia catôlica. Y extendiendo esta apremiante recomendaciôn a la teologia, anade en otro lugar: Es santo y saludable, y casi necesario, que en las escuelas catôlicas, donde se forma la juventud en la ciencia filosôfica I y teolôgica, se tenga por maestro mâximo a Santo Tomâs de Aquino. Asi, pues, deben mantenerse Ιο­ ίaim ente en vigor las sabias prescriptions al res­ pecto de nuestros predecesores Leon XIII y Pio X, de feliz memoria... Pues consta que los llamados modernistas se desviaron tanto de la fe en sus diversas opiniones cuanto abandonaron los princi­ pias y doctrinas de Santo Tomâs 296. Pero mâs que todas las anteriores declarationes, recomendaciones y ordenaciones de la Santa Sede sobre la autoridad doctrinal de Santo Tomâs en filosofîa y en teologia, es la inclusion de la siguiente ley en el Côdigo de Derecho canonico: Los profeso­ res ban de exponer la filosofîa rational y la teolo­ gia e informar a los alumnos en estas disciplinas, ateniêndose por completo al método, al sistema y a los principios del Angélico Doctor y siguiéndolos con toda fidelidad 297. Realmente, la doctrina filosôfica y teolôgica de Santo Tomâs ha sido, por esta ley, incorporada solemnemente al magisterio de la misma Iglesia, puesto que la Iglesia dijo que la doctrina de Santo Tomâs era la suya 293. Dios le concediô este hombre providencial para iluminar con su doctrina, confirmar la verdad revelada y refutar los errores de todos los tiempos, y ella le ha declarado patron y guia de todos los estudios y escuelas catôlicas 2". Y es un timbre de gloria de este gran pontifice, al promulgar dicha ley, haber consagrado definitivamente y, por decirlo asi, canonizado el método, la doctrina y los principios de Santo Tomâs, como dice su ilustre sucesor Pio XI: es gloria suya haber promulgado el Côdigo de Derecho canonico, donde Γ I •fit n* “El mismo Benedicto XV, durante una audiencia particular que se digné otorgarme, me animé a comentar estas tesls, baciéndolas resaîtar y brlllar en su verdad objetiva. SI bien no Intentaba Imponerlas al asentimlento Interior, querfa fueran propuestas como la doctrina preferida de la Iglesia: tai era la expreslén que repetfa con marcada complacenda” (Ed. Hugôn, O. P., Las veinticuatro tests tomistas, prél. trad. esp. p.51). ™ AAS 7 (1915) 6-7. à! r* *■*’<*? 2’4 Epistola al P. Ed. Hugôn, O. P., de 4 de mayo de 1916: AAS 8 (1916) 174. 2’7 Codex luris Canonici can.1366 § 2; traduccién del padre Sabino Alonso, O. P., en Côdigo de Derecho canônico: BAC 7, p.456. 298Encfclica Fausto appetente, de 29 de Junio de 1921: AAS 13 (1921) 332. 299 Ibid. I 244 Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tomâs se consagran definitivamente el metodo, doctrina y principios del Doctor Angélico 30°. Mérita grande es de la Orden de Predicadores el haberlo formado y educado en su seno, pero es todavia inconmensurablemente mayor el haber seguido siempre con toda fidelidad sus ensenanzas, sin separarse un âpice de ellas30\ 7. Bajo el pontificado de Pio XI (1922-1939) Santo Tomâs y la constituciôn apostôlica “Deus scientiarum Dominus” (1931) G/· it - - .· ·. - M 1 En sus decretales In thesauris sapientiae, de 16 de diciembre de 1931, por las que elevô a San Alberto Magno al honor de los altares y lo declarô Doctor de la Iglesia universal, Pio XI celebra la intima amistad y perfecta compenetraciôn entre el santo obispo de Ratisbona y su discipulo predilecto, el Aguila de Aquino 302. Gran escrutador de los secretos de la naturaleza y admirador de sus bellezas portentosas, San Al­ berto se sirviô de todas las ciencias como de peldaiïos para remontarse hasta el Creador de todas ellas. Pero, sobre todo, es digno de consideraciôn aw Enciclica Studiorum ducem, de 29 de Junio de 1923: AAS 15 (1923 ) 314. 3®1 Epistola al Rvmo. P. L. Theissling, Ο. P., de 29 de octubre de 1916: AAS 8 (1916) 397. Pio XI repite y hace suyo este pensamiento de su predecesor (enciclica Studio­ rum ducem: AAS 15 [1923] 324). En realidad, la Orden de Predicadores sigue en esta escrupulosa fidelidad a Santo Tomâs las ôrdenes y recomendaciones de la Santa Sede. Anteriormente (supra p.187) hemos citado las palabras de Clemente VI. San Pio X es todavia mâs explicite : “Aunque no tengamos la menor duda del cumplimiento de vuestra obligaclôn, permitidme que os exhorte a que tengàis siempre como algo sagrado y solemne prestar atenciôn a esta Sede Apostôllca y seguir a Santo Tomâs como guia en filosofia y teologia. De este modo, en esta agltaciôn de estudlos nunca os apartaréis de la norma de la verdad cristiana. cosa que acaece hoy a no pocos al dar demaslado crédlto a su propio Juiclo o a la autoridad sosnechosa de ciertos hombres" (Epistola al P. Raimundo Velâzquez, O. P., rector de la Universidad de Manila, de 7 de marzo de 1909: AAS 1 [1909] 274-275). AAS 24 (1932) 6-7. fe,·? > » <> »»· À Bajo el pontificado de Pio XI I I 245 el esfuerzo titanico que realize para recoger todos los fragmentes de verdad descubiertos por la razôn natural de los filôsofos y diseminados por las obras de los griegos, de los arabes y de los judios, principalmentte de Aristoteles, depurandolas de sus errores y haciéndolas servir a ilustrar y defender la fe catôlica. Su principal preocupaciôn intelectual era posesionarse de cuanto bueno, verdadero y su­ blime se encuentra en la filosofia de los paganos, para ofrecerlo y consagrarlo todo al Creador, que es la primera verdad, la suprema hermosura y la misma perfecciôn por esencia. Por eso rompiô las cadenas con que los gentiles, los mahometanos y los judios tenian aherrojada la filosofia racional a sus errores, rechazô sus falsas interpretaciones dei genuino pensamiento de Aristoteles, alejô y suprimiô el peligro que implicaban para la fe ca­ tôlica y, arrebatândoles de sus manos las armas de su sabiduria, las convirtiô en defensa eficaz de la verdad revelada. De esta suerte, superando los temores y desconfianzas de algunos teôlogos piadosos contempora­ neos suyos, a causa de ciertos abusos ocurridos, como si la filosofia fuese un gran peligro para la fe, trabajô cuanto pudo por hacer servir toda la fl· losofia, y particularmente la aristotélica, a la ex­ plication y defensa de la verdadera fe. Como ver­ dadero teôlogo, no temiô ningùn peligro ni ningun daüo en la recta y sana investigaciôn de las obras de la naturaleza y de la humana razôn, puesto que toda luz y toda verdad vienen de Dios. Asi echo las bases de una gigantesca enciclopedia, que se extiende desde la observaciôn de los mas diminutos fenômenos de la naturaleza hasta las mas sublimes lucubraciones de la teologia, conquistando un nom­ bre inmortal en las ciencias naturales, filosôficas y teolôgicas. Porque el sobrenombre de Grande o Magno que se granjeô en el estudio de las ciencias naturales y filosôficas lo acrecentô aùn mas hacién- -Vl »%j J 246 - · I I >'· V..··· j : ..v ·· f ' ÿ . M · 'I. ?·' ■1 305 ' ■ ' Xu*· Autoridad doctrinal de Santo Tomas dolas servir todas ellas como instrumento de la teologia e incorporàndolas a la obra comûn de llevar las almas a Dios por medio del apostolado doctrinal 303. Gracias a esta labor ingente prepare* el camino expedito para que su gran discipulo Santo Tomâs rematase la obra comenzada, volando sobre las cimas de la filosofia perenne y escalando las empinadas crestas de la mâs sublime teologia 304. Porque es cosa sabida y repetida mil veces que el Angélico elevô la filosofia cristiana a su ultimo grado de perfection 30S. Por eso, es deber de los obispos y de los superiores de las ôrdenes y con­ gregationes religiosas redoblar su vigilancia sobre los estudios de los jôvenes aspirantes al sacerdotio y hacer que se cumplan exacta e inviolablemente los preceptos del Côdigo de Derecho canonico y las directrices de Leôn XIII. Procuren, pues, ante todo, los profesores de filosofia seguir escrupulosamente el método, la doctrina y los principios de Santo Tomas, esforzândose tanto mâs en ello cuanto es mâs notorio que no hay Doctor de la Iglesia mâs terrible a los modernistas y demâs enemigos de la fe catôlica que el Angélico 306. Y lo que decimos de la filosofia debe entenderse a fortiori de la teologia 307*. Pues gracias al uso de la filosofia tomista, la teologia reviste el carâcter de verdadera ciencia: Lo que hace que esta disci­ plina sea verdadera ciencia y que en ella se dé, como bien dice nuestro admirado predecesor una plena, en cuanto cabe a la razôn humana, ex­ plication y defensa de la verdad revelada, es la 303 304 ^5 ·£££.- Sec.III. Ibid, 9-10. Ibid., 10-11. Letras apostdllcas Officiorum omnium, al Card. Bis- let!, prefecto de la Sagrada Congreg&ciôn de Estudlos, de 1 de agosto de 1922: AAS 14 (1922) 454. 304 Ibid., 454-455. 307 Ibid., 455. 308 Motu proprio Non multo post, de 31 de diciembre de 1914: AAS 7 (1915) 6-7. 5 Bajo el pontificado de Pio XI I 247 filosofia escolâstica, empleada, bajo la guîa y magisterio de Santo Tomâs, en servicio de la teologia 309. Entre la filosofia y la teologia de Santo Tomâs hay tal compenetraciôn, a pesar de su dis­ tinciôn esencial y plena autonomia en la esfera propia de cada una, que no puede darse la una sin la otra en grado perfecto: De ahi que de un filôsofo ignorante o inexperto jamâs podrâ salir un teôlogo docto, y que el que desconozca totalmente la ciencia sagrada no serâ capaz de filosofar per­ fectamente 310. Todavia es mas expresivo en su alocuciôn de 18 de marzo de 1923 a los miembros de la Aca­ demia Romana de Santo Tomas. A las palabras del cardenal Bisleti, prefecto de la Sagrada Con­ grégation de Estudios y présidente de dicha aca­ demia, respondia en estos términos: «La doctrina de Santo Tomâs es luz que desciende de Dios y vuelve a subir a Dios. La Sabiduria infinita quiso verdaderamente imprimir una de sus huellas mâs amplias y encender reverberado uno de los rayos mâs luminosos de su luz inmortal en este hombre, cuya virtud y cuya ciencia, como se ha dicho muy bien, hicieron de él el mâs sabio de los santos y el mâs santo de los sabios... No es de maravillar, por lo tanto, que la Iglesia haya hecho suya esta luz, se haya enriquecido con ella y la haya empleado para ilustrar sus inmortales ensenanzas. Ni causa maravilla el que todos los papas hayan rivalizado por exaltarlo, proponerlo e inculcarlo como modelo, maestro, doctor, patron y protector de todas las escuelas. Tampoco es de maravillar que Santo Tomâs tenga su bulario magnifico, que por si solo bastaria para constituir, por decirlo asi, la espina dorsal de su gloria postuma... Si, eminen309 Letras apostôllcas Ofliciorum omnium: AAS 14 (1922) 455. 3Ïo Letras apostôllcas Unigenitus Dei Filius, de 19 de marzo de 1924: AAS 16 (1924) 144-145. -A... ΝΓ I 248 Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tomas cia: nosotros caminaremos, con la ayuda de Dios, sobre las huellas de nuestros predecesores —y no haremos en ello mas que cumplir una de las aspi­ rationes mâs bellas y mâs sentidas de toda nuestra vida—, recomendando siempre a todos los verdaderos amigos de la fe y de la ciencia, de la verdad natural y de la revelada, de permanecer fieles a Santo Tomâs y a su doctrina» 3,1. ❖ I«’ F I f J '·< I Pero de una manera mas solemne y detallada propone a Santo Tomas como maestro y guia de los estudios superiores y de los estudiantes en su enciclica Studiorum ducem, que publico el 29 de junio de 1923, con motive del sexto centenario de su canonization. Fue el Santo Doctor un modelo acabado de santidad y de ciencia, simbolizado por el sol resplandeciente sobre su pecho, que ilumina las inteligencias con su luz e inflama las voluntades con el calor de sus ejemplos y de sus virtudes 311 312. Pondera, pues, el Santo Padre, en primer lugar, su vida inmaculada, enriquecida de las virtudes mas excelsas: su pureza angelical, su profunda humildad, su espiritu de oraciôn y de contemplaciôn, su fe firmisima, su esperanza decidida, sin titubeos ni vacilaciones; su caridad viva y ardiente, que todo lo vivifica y perfecciona. Con estas disposiciones entré a raudales en su aima la Sabiduria de Dios. Hay très clases de sabiduria: una filosôfica, otra teolôgica y otra mistica, que es el don de sabiduria. En todas ellas fue un verdadero coloso, que ha provocado la admiraciôn de los siglos y el aplauso multisecular de la misma Iglesia por boca de sus pontifices, hasta 311Citado por M. Cordovani, O. P., San Tommaso nella parola di Pio XI: Angelicum 6 (1929) 6. 312 AAS 15 (1923 ) 310. Bajo el pontificado de Pio XI I 249 consagrarlas plenamente en el Côdigo de Derecho canonico: donde se consagran definitivamente el método, la doctrina y los principios del Doctor Angélico 313. Nos, al hacernos eco de todas esas alabanzas tributadas a su ingenio verdaderamente divino, deseamos y aprobamos que se le llame no solamente Doctor Angélico, sino también Doctor Universal de la Iglesia, que ha adoptado como suya su doctrina 314. Nadie como él definiô, clasificô y organize las diversas partes de la filosofia. Su doctrina metafisica sobre el valor objetivo de nuestro conocimiento, sobre las pruebas de la existencia de Dios y sobre tantos otros puntos es de los mâs subidos quilates; y aunque haya sido impugnada acremente en tiempos pasados y siga siéndolo todavia en nuèstros dias, ha salido mâs pura y brillante de la prueba, como el oro del crisol. Por eso decia con razôn San Pio X: Separarse de Santo Tomas, principalmente en cuestiones de metafisica, es suma­ mente peligroso y perjudicial 315. Lo mismo cabe decir de su sabiduria teolôgica, que fue elevada por él al mâs alto grado de per­ fection 316. Porque la teologia es tanto mâs per­ fecta cuanto mejor se conozcan las. fuentes de la revelation, que son sus principios, y mejor filo­ sofia se utilice para explicarlos y para deducir las conclusiones que implican. Ah ora bien, él conocia como nadie las fuentes y documentos de la reve­ lation, y poseia una filosofia depurada y completisima con una facultad de usarla y aplicarla por nadie igualada, pues su inteligencia parece haber sido creada para filosofar 317. Por eso, no hay parte alguna de la teologia en que no dejase marcadas para siempre las huellas 313 314 315 316 317 ■ * Ibid., 310-314. Ibid.,314. Ibid.,316-317. Ibid., 317. Ibid.. 317-318. T ; I ·. V ' .■ O’ vTi * 4 1· « 250 Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tomas de su genio. Estableciô la apologetica sobre bases inconmovibles, como son la nociôn précisa de na­ tural y sobrenatural, su distinciôn esencial, su armonia intima, los motivos de credibilidad y todo cuanto integra esta parte de la teologia. Pues su dogmatica penetrô como nadie los gran­ des misterios de la fe, como el de la Trinidad, el de la Encarnaciôn, el de nuestra elevaciôn al orden sobrenatural, el de la predestination, y asi de los demâs. Igualmente, su moral es completisima, tanto en el orden individual como en el social. Lo mismo su ascética y mistica, que expuso magistralmente al tratar de los dones del Espiritu Santo, de la caridad, de la vida activa y contemplativa y de los diversos estados de perfection: estas y otros ca­ pitulas de teologia ascética y mistica, quien quiera conocerlos bien, deberâ ir, ante todo, al Doctor Angélico 31β. En cuanto a la hermenéutica y exegesis biblica, son clasicas sus ensenanzas sobre la inspiration y sobre la verdad y los sentidos de la Escritura: sus comentarios exegéticos son un arsenal de ciencia escrituristica y un modelo de teologia biblica 31?. Y en la liturgia nada hay comparable a su oficio del Santisimo Sacramento, compuesto por él a pe­ tition de Urbano IV. Vivia de la Eucaristfa y del sacrificio del altar. Por eso ha merecido también ser llamado Doctor Eucaristico 32°. De todo esto se infiere que Santo Tomas es el verdadero maestro y guia en todo género de cien­ das divinas y humanas y en toda clase de virtudes. Y nunca como ahora hace falta insistir en seguir fielmente sus consignas y sus instructiones en filosofia, en teologia, en hermenéutica, en exégesis biblica: «porque en toda clase de cuestiones su v Mi u 318 * rp 318 Ibid.. 318-320. 3” Ibid., 320. 3M Ibid.. 320. Bajo el pontificado de Pio XI 251 doctrina es el antidoto mas eficaz contra el virus modernista, como lo prueba el que precisamente los modernistas le temian mâs que a ningun otro Doctor de la Iglesia 321. Y asi como en tiempo de suma escasez se dijo a los egipcios: Id a José, que ténia el depôsito del trigo, asi en los tiempos actuales, en los que hay tanta penuria de sana doctrina, Nos decimos a todos los que tienen hambre de la verdad: Id a Tomâs, ite ad T bornant, que la posee en abundan­ da y la sabe adaptar a todas las necesidades todos los paladares 322. En conclusion, reiteramos lo ya ordenado por Leon XIII en su enciclica Aeterni Patris, por Pio X en su motu proprio Doctoris Angelici y por Nos mismo en las letras apostôlicas Officiorum omnium sobre el seguimiento de la doctrina de Santo Tomas, y procuren los profesores infundir en sus discipulos un amor sincero de ella: queremos que todo ello sea debidamente atendido y estrictamente observado, principalmente por quienes ejercen el magisterio de las principales disci­ plinas en la formation de los cléricos. Y estén persuadidos de que cumplen con su obligation y res­ pondent a nuestra esperanza si, a la vez que empiezan a estimar al Doctor Angélico, adentrândose larga y profundamente en sus escritos, comunican esa estimation a sus alumnos al interpretar a dicho Doctor, y los capacitan para que ellos hagan lo mismo con los demâs 323. Pero junto con este amor ardiante y sincero a Santo Tomas, que deben tener todos los bijos de la Iglesia que se dedican a estudios superiores, deseamos que se dé, dentro de una justa libertad, una noble emulaciôn que haga progresar los estudios, sin que dégénéré en espiritu de critica, 321 322 323 Ibid., 322-323. Ibid., 323. Ibid., 323. * 252 I Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tomâs que no sirve mas que para disolver los lazos de la caridad. Que cada cual, pues, observe fielmente lo preceptuado en el Côdigo de Derecho canonico sobre el seguimiento de la doctrina de Santo To­ mas en filosofia y en teologia (can.1366 § 2), y que todos se acornoden a esta norma, de suerte que puedan verdaderamente llamarse sus discipu­ los 324. Mas nadie tiene derecho a exigir a los dernas lo que no les exige la misma Iglesia, que es la madré y la maestra de todos; y cuando se trata de puntos sobre los cuales se suele disputât en sentidos diversos entre los autores mas graves y acreditados de las escuelas catôlicas, a nadie se ha de prohibit que siga la opinion que le parezca mas verosimil 325. Meses mas tarde, en su alocuciôn del 24 de noviembre de 1923 a las personalidades que intervinieron en la semana tomista organizada por la Academia Romana de Santo Tomas en honor del santo, decia: la filosofia tomistica è una buona cristiana, cattolica, romana 326. Santo Tomas mismo moria en acto de servicio al Romano Pontifice, que lo habia convocado al concilio de Lyon. Muriendo durante el viaje, que emprendiô enferme y en medio de infinitas incomodidades, puede decirse que no solamente fue romano, sino también verdadero mârtir de la obediencia al Sumo Ponti­ fice: ma martire dell’obbedienza al Romano RonUn afio después, el 12 de diciembre de 1924, en una alocuciôn al Instituto Internacional Ange­ licum, de Roma, explicaba auténticamente los ti­ tulos de Studiorum Dux, Doctor Communis y Doctor Eucharisticus con que le habia honrado en su enciclica Studiorum ducem. 324 325 326 327 Ibid., Ibid., Acta Ibid., 323-324. 324. hebdomadae thomisticae p.294 (Roma 1924) p.295. Bujo el pontificado de Pίο XI Queremos, dice, traducir esas très formulas en otras tantas recomendaciones que os sirvan de estimulo en todos los momentos. En primer lugar, Santo Tornas debe ser para cada uno de vosotros el Guîa de los estudios, es decir, de todos los estudios y del método de estudiar La cuestiôn del método es capital. Para que la ciencia resuite seria y luminosa, el método es todo. Equivocado éste, extraviado el camino, no se va adelante; y por eso es necesario un guîa. Santo Tomas es el guîa, el dux in via. Verdad es que la ciencia debe buscarse en dondequiera que esté, y aunque sea imperfecta y frag­ mentaria, porque ella sirve siempre para la vida sacerdotal y apostôlica: razôn por la cual Dios se Hama Scientiarum Dominus. Pero sobre la materialidad de cualquier conocimiento cientîfico esta el conocimiento del método, que ensena, por decirlo asi, a hacer el fichero de la inteligencia. Los conocimientos sin orden ni método son como los archivos y bibliotecas sin indices ni ficheros: un cumulo de riquezas inutilizables y sin explotar. El método nos da el fichero de la inteligencia, clasificando y ordenando todos sus conocimientos. El Angélico es en esto un maestro insuperable —è maestro inarrivabile—, y, por lo mismo, el Guîa de los estudios. Pero es también Doctor universal, Doctor Com­ munis, es decir, Doctor de toda la Iglesia, de toda la ciencia, de todo lo escible·. caracteristica que se aproxima a la Divinidad. En pocas inteligencias brillé tan esplendorosa como en la suya la participaciôn dei entendimiento divino, y nosotros nos preguntamos si el eterno Creador ha impreso en alguna inteligencia humana una imagen suya mas perfecta. En sus obras se encuentra una de las caracterîsticas dei libro divino por excelencia, es decir, del Evangelio, que, por ser palabra de Dios, siempre tiene o sugiere una soluciôn para todas las vicisitudes de la vida y para todos los problemas 254 I ...I ·■ . M Sec.IIL Autoridad doctrinal de Santo Tomâs imaginables. Algo parecido se encuentra en Santo Tomâs, particularmente en sus dos Sumas, la Contra Gentiles y la Teologica. En estas dos obras, bien leidas y meditadas, se halla siempre una palabra y una soluciôn para todas las cuestiones que puedan presentarse: palabra segura, palabra genial. Son dos libros que resumen y condensan el universo entero, a saber: el cielo y la tierra 328. Que él sea siempre vuestra luz y que sus libros sean vuestros continuos consejeros, porque en ellos encontraréis siempre la verdad; bien y asiduamen­ te estudiados, os darân la respuesta adecuada a todas vuestras preguntas, con inmenso beneficio para la vida 329330 . Es ademâs, Cantor et Doctor Eucbaristicus: can­ tor suave, sublime, luminoso, no solamente en sus himnos eucaristicos y secuencias inmortales, sino siempre que habia del Augusto Sacramento. Cuan­ do habia de la Eucaristia, él nos lleva al centro que fue su centro, al secreto que fue su secreto, al ali­ mento de su pureza virginal, el pan del cielo que fue su nutrimento angelical. Cuando se trata de ciencia, sobre todo de ciencia sagrada, la pureza es una de las partes mas sustanciales del método moral, indispensable para la adquisiciôn de la misma: pureza de espiritu, pureza de cuerpo, pureza de vida. Por una ley feliz de la misma naturaleza de las cosas, la verdad y la pu­ reza se entrelazan intimamente. La verdad es de tal naturaleza, que la sabiduria no entrarâ en aima malévola ni habitara en cuerpo sometido al pecado. Tal es el secreto que Santo Tomâs ha intuido altamente y la fuente de que se ha nutrido su aima como de un alimento divino 33°. Y hablando a los jôvenes catôlicos universitarios en febrero de 1927, aüadia: hay en la filosofia to328 329 330 Xenia Thomistica t.3 p.600 (Roma 1925). Ibid., p.600. Ibid., p.601. Bajo el pontificado de Pio XI mista, por decirlo asi, un cierto evangelio natural y un fundamento incomparablemente sôlido para todas las construcciones cientificas, porque la caracteristica del tomismo es la de ser, ante todo, objetivo. Sus construcciones o elevaciones no son puramente abstractas y subjetivas, sino construcciones del espiritu que se acomoda a la misma realidad de las cosas... La doctrina tomista no perderâ nun­ ca su valor, porque para ello seria preciso que lo perdie se la misma realidad de las cosas 331. Por fin en su constitution apostôlica Deus scien­ tiarum Oominus, promulgada el dia 24 de mayo de 1931, ordena que en las facultades de teologia, una vez expuestas y demostradas las verdades de la fe por la Sagrada Escritura y la tradition, se busquen e ilustren su naturaleza y razon intima segun los principios y la doctrina de Santo Tomâs337. Asimismo, en las facultades de filosofia debe ensenarse la filosofia escolastica, y ésta de tal suerte que los oyentes se formen en una sintesis com­ pleta y coherente de doctrina segun el método y los principios de Santo Tomâs. Los demâs sistemas filosôficos deben examinai-se y enjuiciarse segun dicha doctrina 333. Pocos dias después —el dia 12 de junio de 1931—, la Sagrada Congregation de Estudios publicaba un articulado de ordenaciones para la ejecucion de lo prescrito por la citada constitution apostôlica. Y refiriéndose concretamente a los pré­ ceptes susodichos, manda y ordena que todo cuanto se prescribe en ellos sobre la ensenanza de la filo­ sofia y de la teologia segun el método, los princi­ pios y la doctrina del Angélico se observe escrupulosamente, conforme a las enciclicas Aeterni PaCltado por M. Cordovani, 0. P., San Tommaso nella parola di Pio XI: Angelicum 6 (1929) 10. 332 AAS 23 (1931) 253. 333 Ibid.. 253. 331 256 Secli I. Autoridad doctrinal de Santo Tomas tris v Studiorum ducem, de Leon XIII y de Pio XI334. Pio XII v Santo Tomâs Λ ·> El eminentisimo cardenal Eugenio Pacelli, secretario de Estado de Pio XI y sucesor suyo en el supremo pontificado, pronunciaba un elocuentisimo sermon el ùltimo dia del triduo celebrado en honor de San Alberto Magno, recientemente canonizado v declarado Doctor de la Iglesia por el Padre Santo. En medio del siglo xiii —decia el orador— aparecen en el firmamento de la Iglesia, entre otras muchas estrellas, el Sol de Aquino y el Astro de Bollstâdt 335. Alberto, creador de un nuevo movimiento filosôfico y sagaz investigador de la verdad revelada, junto con su mayor discipulo, Santo To­ mas, agita el fermento cientifico de su tiempo, lo purifica de las infiltraciones griegas, arabes y judias y destila en él un jugo de alimento sano para el entendimiento, con gran provecho de la sabiduria cristiana, contra todos los venenos dei error y los averiados productos farmacologicos dei ingenio hu­ mano. Alberto y Tomas son dos astros, el primero de los cuales ilumina al segundo y le muestra el camino, que giran alrededor del mismo centro. Dos aguilas, semejantes a las que vio Ezequiel volar sobre el monte Libano, crecidas en el mismo nido y destinadas a superarse en el vuelo, pues mientras que la una —Alberto— extendera los remos de sus grandes alas hasta los confines de la tierra, la otra —Tomas—, con alas de no menor envergadura y con impetu mas potente, se remontara hacia el cielo, y desde alii, desde las regiones etéreas, fija- » ; 33< Art. 18 § 1; Ibid., p.268. 335 Emmo. cardenal Eugenio Pacelli, Nella Alberto Magno·, Angelicum 9 (1932) 131. luce di S. ■■ou Pio XII y Santo Tomâs ra inmôvil su pupila en el Sol33i. Dos aimas gemelas, como las de San Ambrosio y San Agustin: Al­ berto es el nuevo Ambrosio; Tomas, el nuevo Agustin, de quien posee la llama del corazén y la luz de la inteligencia, y que, siguiendo su ruta, se elevarà a las regiones de la Verdad eterna, no con las plumas de Platon, sino con las alas de Aristo­ teles 337. No busquéis en Alberto, como teôlogo, el genio de Tomas, que todo lo ordena en un sistema tan vasto, tan organico, tan entero y completo que no tiene parangon con ningun otro anterior ni poste­ rior. Pero él fue quien primero mostrô y préparé el camino a Tomas, que tanto le superé. Como se ha dicho muy bien, no podia ser maestro del Doctor Comûn de la escolâstica sino el Doctor Experto y Universal. El arbol gigantesco de la Suma Teolôgica, que el Aquinatense planté en el jardin de la Iglesia hasta tocar el cielo, tiene sus raices profun­ das en el terreno fecundo de la escuela de San Al­ berto 338. La doctrina de ambos, bien entendida, no solamente no excluye, sino que fomenta, promueve y da élévation a toda sana modernidad, yendo a la vanguardia de los mas atrevidos progresos cientificos; pero al mismo tiempo nos enseüa que la razôn y la fe son dos hermanas nacidas de la misma Sabiduria divina, y que su verdadera grandeza, prenda de inmortalidad, esta en reconocer y vene­ rar la sangre comûn que circula por sus venas 339. Ya elegido papa, decia en su alocuciôn del 24 de junîo de 1939 a los alumnos de ambos cleros de los seminarios, colegios y facultades de la Ciudad 336 337 338 339 Ibid.. Ibid., Ibid., Ibid., 132. 138. 143. 145. Tomâs de Aquino 258 , · » |( ; ' ''■ Sec.III. Eterna: Esta ordenado con gran sabiduria y debe observarse fielmente lo prescrito en el Côdigo de Derecho canônico sobre el seguimiento de la doc­ trina de Santo Tomas en filosofia y en teologia. Porque su sabiduria filosôfica es tai que pone las verdades de orden natural en la mas viva luz y las recoge todas en una sintesis orgânica maravillosa y solidisima; su teologia es tan acabada, que no hay otra que le supere ni le iguale en declarar y defen­ der los dogmas de la fe; y las dos juntas son las mas aptas para reprimir y aplastar los errores mas peligrosos de todos los tiempos. Por lo tanto, amados hijos, amad y estudiad con toda el aima a Santo Tomâs, trabajando con todas vuestras fuerzas por penetrar y comprender su riquïsima doctrina, y abrazad de buena gana todo lo manifiestamente contenido en ella, principalmente sus puntos fundamentales 340. Renovamos, pues, y aprobamos plenamente las ordenaciones de nuestros predecesores y, si es pré­ cise, establecemos las que falten; pero al mismo tiempo hacemos nuestras sus amonestaciones sobre el verdadero progreso de las ciencias y la justa libertad en los estudios. Aprobamos y recomendamos plenamente el esfuerzo por conquistar nuevas verdades y sumarlas a las ya encontradas; deseamos que se use de justa libertad en aquellas cosas sobre las que discuten los mejores intérpretes del Angélico, e invitam os a que se empleen los recursos de la historia para mejor entender los escritos del Aquinatense. Evitense las vanas discordias y nadie exija de otro lo que no exige de él la Santa Madré Iglesia. Nada mejor para fomentar los estudios y hacer avanzar la ciencia; nada tampoco mas conforme con la doctrina misma de Santo Tomas y con las directrices de los romanos pontifices, que no supri340 Pio XII y Santo Tomâs Autoridad doctrinal de Santo Tomas AAS 31 (1939) 246. men la emulation en la busqueda de la verdad, sino que mâs bien la estimulan y dirigen, mostrândole el camino seguro para alcanzarla 341. Por sus letras apostôlicas Ad Deum, de 16 de diciembre de 1941, declaraba a San Alberto Magno Patron de los cultivadores de las ciencias naturales —cultorum scientiarum naturalium caelestis patro­ nus 342—, y con este motivo escribiô al general de los dominicos una carta —7 de marzo de 1942—, en la que recordaba también el patronato de Santo Tomas sobre las escuelas catôlicas. El patronato del Angélico, dice, se extiende a todos los estudios de todas las escuelas catôlicas, pero de una manera particular es el patron, el maes­ tro y el guia de los estudios filosôficos y teolôgicos. Los que se dedican a las ciencias de la naturaleza, escudrinando paciente y laboriosamente los secre­ tos del mundo sensible, necesitaban también un patron especial que les sirviese de ejemplo, de modelo y de guia en esta clase de investigaciones; y Nos se lo dimos en San Alberto Magno, el cual, no obstante la penuria e imperfection de los instru­ mentes de observation y experimentation de que adolecia su tiempo, estableciô, sin embargo, los principios fundamentales de la observation sagaz, de la experimentation y de la induction para captar debidamente la verdad de los seres naturales: leyes y principios que, si se hubiesen comprendido bien y aplicado exactamente por los sabios de su tiempo, no cabe duda de que los admirables progresos de esas ciencias, que tanto admiramos en nuestros dias y son su timbre de gloria, se hubieran adelantado varios siglos, con gran provecho de la humanidad entera 343. Era perfectamente juste que estos dos santisimos y doctisimos varones, que tanto se amaron en 341 342 343 Ibid., 346-347. AAS 34 (1942) 89-91. Ibid., 97. 260 Hi f i ’ tiH i * r> Λ rit / t ?a - · ». M 9 · 1\· * f Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tomas esta vida y trabajaron con tanto ahinco en la conquista de la verdad, gozasen en el cielo, ademas de la bienaventuranza esencial, de la accidental y secundaria que les redunda por el patronato res­ pective sobre los cultivadores de las ciencias divi­ nas y filosôficas y de las ciencias naturales. Ambos son la honra de la familia dominicana, y los dos brillan como lumbreras refulgentes de ciencia y de santidad. El Doctor Angélico y Universal, que reûne en si como en un mar inmenso todos los rios y manantiales de sabiduria que corren por el mundo entero a través de los siglos, ha ordenado y organizado todos esos enormes materiales en una sintesis doctrinal, coronada por la luz del Evangelic, tan grandiosa que puede tener imitadores, no ri­ vales ni superiores. Su doctrina es de tal fuerza y vitalidad que no solo vale para réfutât todas las herejias antiguas, sino también para deshacer toda clase de errores, por mas nuevos que parezean, que van apareciendo en los tiempos posteriores. Asi, pues, como todos los que acuden a las escuelas catôlicas, de cualquier grado y de cualquier especie que sean, deben celebrarlo como su patron, procurando seguir sus ejemplos e imitar sus virtudes; asi también —y mucho mas particularmente— todos los que se ocupan de estudios filosôfi­ cos y teolôgicos, especialmente los estudiantes de ambos cleros aspirantes al sacerdocio y al servicio de la Iglesia, deben seguirlo con toda fidelidad como a su maestro y guia, segùn ordena el Côdigo de Derecho canonico (canon 1366 § 2), no olvidando nunca que la doctrina de Santo Tomâs contiene un vigor singular y una fuerza extraordi­ naria para sanar los males que aquejan a nuestros tiempos. Pero asi como es peculiar del Angélico el haber realizado una sintesis grandiosa de todas las verdades naturales y sobrenaturales, divinas y huma- Pio XII y Santo Tomâs nas, organizada y coronada desde lo alto por la luz del Evangelic, asi su maestro Alberto Magno parece haberse distinguido en explorar los secre­ tos de la naturaleza para remontarse después a la cuspide de la sabiduria filosôfica y, finalmente, al pinaculo de la teologia, sirviéndose de todos esos conocimientos para defender la fe catôlica 344. En posteriores intervenciones vuelve a insistir con redoblada energia sobre lo mismo. Asi, en su alocuciôn de 17 de septiembre de 1946 a los padres electores de la Compania de Jesûs, reunidos en su XXIX congrégation general, recomienda a todos los miembros de dicba orden la ma­ xima diligenda en observar sus ley es, que les mandan seguir la doctrina de Santo Tomas «como la mâs sôlida, la mas segura, la mâs aprobada y la mâs conforme con sus constitutiones 345. Y pocos dias después —22 de septiembre de 1946—, en otra alocuciôn al capitulo general de los dominicos, recuerda el inmenso beneficio que su orden hizo a la Iglesia dândole a Santo Tomâs, maestro universal de las disciplinas filosôficas y teolôgicas, cuya autoridad doctrinal, ora para formar a los principiantes, ora para orientar y estimular a los maestros en la investigation de los problemas mâs abstrusos y difîciles, es del todo singular, como afirmada en los decretos del mismo Côdigo de la Iglesia, es decir, del Côdigo de Oerecho canônico 346. Decretos que son de maxima importanda, como ya lo hemos advertido en otra ocasiôn 347> de acuerdo en un todo con nuestros predecesores. La sintesis maravillosa de Santo Tomas esta sobre todos los tiempos y sobre todas las vicisitudes de la humanidad como una roca inconmovible, y su fuer­ za y vitalidad imperecederas sirven hoy perfecta3« 345 346 347 ibid., 97. AAS 38 (1946) 384. ibid., 387. Sermon arrlba citado (AAS 31 [1939] 246-247). fc · ··'■ ‘ ; ► I . · ·· · ·· fe C F » ’ ^>•3- < 262 H .1 B' Λ Autoridad doctrinal de Santo Tomas mente para defender el depôsito de la fe y para dirigir con paso firme y seguro los nuevos progresos eventuales de la filosofîa y de la teologia 34β. Sobre esto no cabe discusion. La Iglesia lo afirma sin ambages y lo traduce en leyes y ordenaciones de valor perenne y universal. La Iglesia lo afirma, al estar persuadida que por este camino se va seguro al conocimiento y consolidation de la verdad. Por eso la constitution apostolica Deus scientiarum Dominus confirmo la recordada prescription del Côdigo de Derecho canônico. Es necesario que la fi­ losofîa se proponga, segun se prescribe, «de modo que los oyentes se formen una plena y coherente sintesis doctrinal segun el método y principios de Santo Tomâs»; y en teologia, «expuestas y demostradas las verdades de la fe por la Escritura y Tra­ dition, investîguese e ilûstrese la naturaleza intima y razôn de ser de las mismas segun los principios y doctrina de Santo Tomâs» 349 En estas disciplinas, Santo Tomâs es luz que no palidece y estrella que no se éclipsa 35°. Es preciso dar la mâxima importancia a las ensenanzas filosôficas y teolôgicas del Doctor An­ gélico 351, porque la Iglesia exige que los sacerdo­ tes se formen en esas disciplinas segün su método, su doctrina y sus principios 352. No es que esa prescription coarte la legitima li­ ber tad de investigation y de opinion; antes al con­ trario, la proclama y la favorece; pero con tal de que se conjuguen prudentemente ambas cosas: la sana libertad cientifica y la sincera obediencia a los preceptos de la Iglesia, particularmente del Ibid.. 387. Ibid 387-388. 350 Ibid.. 388. 351 Exhortaciôn apostôlica Menti nostrae, del 23 de septlembre de 1950: AAS 42 (1950) 687. 35’ Enciclica Humani generis, de 12 de agosto de 1950: AAS 42 (1950 ) 575. 348 349 ■ ··*ζ j* Sec.III. Pio XII y Santo Tomâs 263 Côdigo de Derecho canonico 353. Y en especial recuerda a los dominicos la obligacion que tienen de seguir a Santo Tomas: «sin embargo, a vosotros se os manda de modo particularisimo» 354. En una palabra, se debe evitar, por un lado, el considérât el sistema filosôfico-teolôgico de Santo Tomas como fuente de la revelaciôn o como el ùnico instrumento capaz de explicarla y defenderla —como algo infalible—, y, por otro, el prurito de separarse de sus ensenanzas por cualquier pré­ texte— temere et inconsulte—. Pero, aun dentro de esa légitima libertad, no debe olvidarse nunca que permanecen en pie y conservan todo su valor las directrices y ordenaciones de la enciclica Aeter­ ni Patris, de Leon XIII, sobre la unidad de doc­ trina en la ensefianza de Santo Tomas 355, j ce··. Mas no solamente en enciclicas, decretales, leyes, epistolas y alocuciones ha ensalzado, recomendado y preceptuado la Iglesia de mil maneras su doctrina salvadora, sino hasta en los mismos actos de culto. En el prefacio de su fiesta, compuesto personalmente por Su Santidad Pio XII, da gracias a Dios por haberle concedido un Doctor tan santo y tan sabio para que la ilustrase y defendiese victoriosam ente con sus solidas y saludables ensenanzas, admiration dei mundo entero. Y en la colecta de la misa se confiesa su dis­ cipula, suplicando al Senor le concéda imitar sus virtudes y aprender sus ensenanzas. 353 Alocuclôn del 17 de octubre de 1953 con ocasiôn del cuarto centenario de la Universidad Gregoriana: AAS 45 (1953) 685-686. 354 Epistola del 25 de marzo de 1955 al Rvmo. P. McDer­ mott, vicario general Ord. Praed.: AAS 47 (1955) 269. 355 Alocuclôn cltada del cuarto centenario de la Unlversldad Gregoriana, p.685-686; alocuclôn del 14 de septlembre del 1955 a los participantes en el cuarto congreso fllosôflco tomlsta de Roma: AAS 47 (1955) 683. I i 264 n t 1 H I 4 . J Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tomas De hecho, la Iglesia, en muchos de sus concilios, hizo suyas las formulas y el pensamiento del santo Doctor, a quien llama en la postcommunio de su fiesta Doctor egregius, especialmente en el de Florentia, cuyo decreto sobre los sacramentos es una transcription casi literal de su opùsculo De articulis fidei et sacramentis * 356 ; en el de Trento, como confiesan San Pio V, Leon XIII, San Pio X v Pio XI 357, y en el Vaticano I, cuyo decreto sobre la necesidad de la revelation de ciertas verdades de orden natural en el estado natural de la naturaleza humana después del pecado es una cita im­ plicita casi verbal de la Suma Teolôgica 358. Las magnificas y luminosas enciclicas de Leon XIII estân sembradas de citas de Santo Tomâs, y en las de sus sucesores es siempre el autor mas citado. Casi mas que sus palabras vale este ejemplo de la Iglesia para demostrar que realmente aprendiô las lecciones saluberrimas de su Doctor predilecto. * ♦ Todos estos hechos y documentes prueban que Santo Tomas es algo ùnico en la Iglesia. Su bulario es el mas rico de todos. No hay Padre ni Doctor de la Iglesia cuya doctrina haya sido tan aprobada y recomendada como la suya por los romanos pon­ tifices, sin interruption alguna y con la unanimidad mas absoluta, cual si todos hablasen por la misma I ■W' · J tv 354 Opuscula, ed. Mandonnet, t.3 p.11-18; Conc. Florentlno, Decretum pro armenis: Denzinger-Umberg, Enchiridion symbolorum 24-25 n.695-702 p.253-259. 357 San Pio V, bula Mirabilis Deus, de 11 de abrll de 1567: Berthier. o.c., t.l n.124 p.98; Leôn xm, enciclica Aeterni Patris, de 4 de agosto de 1879: Berthier, o.c., n.212 p.191; Pio X, motu proprio Doctoris Angelici, de 29 de junlo de 1914: AAS 6 (1914) 339: Pio XI, enciclica Studiorum ducem, de 29 de Junlo de 1923: AAS 15 (1923) 314. 35’ Summa Theologiae 1 q.l a.l; 2-2 q-2 a.4; Concilio Vaticano, constituclôn dogmatica De fide catholica c.2: Denzinger-Umberg, o.c., n.1786. DS • V*- Pio XII y Santo Tomâs 265 boca, que es la de Pedro 3S’. Ni San Agustin, con ser el mayor de todos los padres, iguala a Santo Tomâs en este sentido; porque, como dice muy bien J. V. Bainvel, S. I.: Santo Tomas goza de tan singular aprobaciôn en los documentes y directri­ ces de Leon XIII, que ni toda la obra de San Agus­ tin le iguala 359 360. De nadie se ha dicho lo que San Pio X dijo del Angélico: que en tanto él y sus predecesores aprobaron o recomendaron la doctrina de algùn Padre o Doctor en cuanto que estaba de acuerdo con la de Santo Tomâs, o por lo menos no le era contra­ ria361. Ninguno tampoco, fuera del Doctor Univer­ sal, ha sido incluido en las leyes de la Iglesia de un modo preceptivo, como maestro, guia y norma de los estudios filosôficos y teolôgicos de todo el orbe catôlico 362. Derivândose, pues, la autoridad doctrinal de un Padre o de un Doctor de la autoridad de la Iglesia misma, siguese que la autoridad del Angélico es mâxima, porque es la mâxima autoridad que la Iglesia ha otorgado a alguno de sus hijos. Por eso, Pio XI la llama admirable y portentosa 363, y Pio XII ha dicho que es unica y singular 364. Al hacer suya su doctrina 365, le comunicô en cierto modo la autoridad de la Iglesia misma; porque, como dice Pio XI, parodiando una frase célébré de 359 Pio XI, enciclica Studiorum ducem: AAS 15 (1923) 313. De Magisterio vivo et Traditione p.93 (Paris 1905). 361 Motu proprio Doctoris Angelici: AAS 6 (1914) 338. 362 Codex luris Canonici can. 1366 § 2; Pio XI, constituclôn Deus scientiarum Dominus art.29 a) y c) : AAS 23 (1931) 253; Sagrada Congregaciôn de Estudios, Ordinationes ad Constitutionem apostolicam "Deus scientiarum Dominus" art.18 $ 1: AAS 23 (1931) 268. 263 Enciclica Studiorum ducem: AAS 15 (1923) 313. 364 Alocuciôn a los padres vocales del capitulo general de los dominicos, 22 de septiembre de 1946: AAS 38 (1946) 387. 365 benedicto XV, enciclica Fausto appetente, de 29 de junio de 1921: AAS 13 (1921) 332. “Cuya doctrina ha hecho suya la Iglesia en inflnldad de documentos de todo género” (Pio XI, enciclica Studiorum ducem, de 29 de junto de 1923: AAS 15 [1923] 314). 360 b B* ·■ r· 266 • i* u ' ·.· £ 1 ■ · F. ■ Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tomas Juan de Santo Tomas al honrar al Angélico se honra algo mâs que su propia personalidad, pues en rea­ lidad se honra la autoridad misma de la Iglesia docente 366. Esta singular insistenda y unanimidad secular de los pontifices en sefialar a Santo Tomas como al Doctor predilecto de la Iglesia hacia decir al celebre cardenal Billot, una de las glorias mas puras de la Compama de Jesûs en los ùltimos tiempos, en un discurso pronunciado el 11 de marzo de 1915 ante la Academia Romana de Santo Tomas, que nosotros tuvimos el honor de escuchar: Hay una cosa que no puedo pasar en silendo, y es la recomendadon perpetua, continua, repetida de siglo en siglo hasta nuestros dias, con machacona insistenda y energia inflexible, de la doctrina de Santo Tomas por la Sede Apostôlica. i Cosa digna de la mas atenta consideraciôn! En la Câtedra Apos­ tôlica se suceden unos tras de otros pontifices de distinta raza, de distinta nacionalidad, de distinta cultura, de distinta educadon, y, sin embargo, to­ dos convienen en recomendar a Santo Tomâs, desde Juan XXII, que lo canonizo, hasta Benedic­ to XV, gloriosamente reinante. Ahora bien, si recorro los anales eclesiâsticos, si hojeo el Bulario Romano, si examino los dichos y los hechos, no encuentro un ejemplo semejante respecto de un individuo particular como precep­ tor, como maestro y como doctor. Esta singularidad me indica por si sola que no se trata aqui de cosas dependientes dei arbitrio humano, ni de partido, ni de escuela, ni de opi­ niones personales de este o de aquel pontifice, sino de algo que se refiere a la misma Câtedra fundada Enciclica Studiorum ducem: Ibid., 324, “En Santo Tomâs se asume y deflende algo mâs que Santo Tomâs mismo" (Juan de Santo Tomâs, O. P., Tractatus de approba­ tione et auctoritate doctrinae Angelicae Divi Thomae, en su Cursus theologicus t.l, ed. de los benedictlnos de Solesmes, p.222). J·’ J ·' -'î ·>£?** èrf XII y Santo Tomâs por Jesucristo y garantizada por El hasta el fin de los siglos, en la cual se sienta y rige, preside y vive, habia y enseüa uno solo, e: decir, Pedro, que no pertenece a ningùn partido, a ninguna escuela, a ninguna orden, sino a solo Jesucristo y a su Iglesia Es el mismo Pedro por boca de sus sucesores quien hace esta singular recomendacion de 367 Santo Tomâs367. No nos recomienda a otro, sino siempre al mismisimo Doctor Angélico 368. Pero es évidente que esa autoridad, maxima en su género, no disminuye en lo mas minimo la au­ toridad de los demas Padres, Doctores y autores probados de la Iglesia, como la luz del sol no excluye ni amengua la luz de las estrellas, sino que se la comunica o se la aumenta. Tampoco es una autoridad tiranica que se impone por la fuerza y que no admite la menor discusiôn, sino una autori­ dad suave y fuerte al mismo tiempo, que se im­ pone por su valor intrinseco y por su luz propia, y que no solo admite discusiôn, sino que la suscita, la estimula y la orienta por seguros derroteros. Autoridad que no mata la libertad, sino que la perfecciona, haciéndola recta, segura, verdadera; que no excluye la emulation, sino que la provoca, sus­ citando sanas audacias con ansias vehementes e incoercibles de superaciôn en la conquista de la verdad. Santo Tomas, segùn frase feliz del padre Lacordaire, Ο. P., no es un dique, sino un faro. Por eso la Iglesia se ha hecho garante de esta sana libertad y emulation, dentro del maximo respeto a su autoridad suma y de la maxima fidelidad en el seguimiento de su método, de su doctrina y de sus principios. No los impone como dogmas de fe ni exige de nadie un asentimiento absoluto e irrevocable; pero exige que se los trate con la maxima consideration, que no se los impugne o se 367 Discurso reproducldo en Xenia Thomistica t.l p.19-20 (Roma 1925). 3«8 Ibid., p.21. _ E?· » '■ ’ *·■ ' 268 Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tomâs los rechace por motivos baladies, sino que se los estudie con amor, diligencia y tenacidad, y que se los proponga en las escuelas como normas directivas completamente seguras 369, mejor dicho, como las mas seguras de todas 37°. Abandonar a Santo Tomâs, principalmente en filosofia y teologia, no puede hacerse sin gran detrimento; y seguirlo es camino segtirisimo para el conocimiento perfecto de las cosas divinas 371. Su aurea doctrina ilumina a las mentes con su esplendor; su método conduce sin peligro alguno de error al conocimiento mâs profundo de las cosas divinas 372 ; doctrinas que nuestros ilustres predecesores Leon XIII y Pio X ban ensalzado con las maximas alabanzas y prèscribieron que fuesen religiosamente conservadas en las escuelas catôlicas 373. Que sea siempre vuestra luz y guia; que sus obras sean siempre vuestros consejeros. En sus libros encontraréis siempre la verdad·. estudiados bien y sin descanso, ellos os darân la respuesta justa a todas vuestras interrogaciones, con inmenso beneficio para la vida 374. Porque, en frase de los papas, la doctrina de Santo Tomas no es solamente la mâs segura de todas —omnium tutissima—, sino también la mas solida, la mâs eficaz, la mâs saludable, la mâs ι>·<· L'' . ·:■ ■ ni Λ t ♦· ·! , «- K- Sagrada Congregaciôn de Estudios, 7 de marzo de 1916: AAS 8 (1916) 157; Pio XII, Alocuciôn a los padres electores de la Compaflia de Jésus, de 17 de septlembre de 1946: AAS 38 (1946) 384; Alocuciôn a todos los estudiantes eclesiâsticos de Roma, de 24 de mayo de 1939: AAS 31 (1939) 246; Alo­ cuciôn a los padres electores de la Orden de Predicadores, de 22 de septlembre de 1946: AAS 38 (1946) 387-388. 370 San Pio V, bula Mirabilis Deus, de 11 de abril de 1567: Berthier, o.c., n.125 p.99. 271 S. Pio X. motu proprio Praeclara, de 24 de Junio de 1914: AAS 6 (1914) 335. 372 Ibid., 334. 373 Benedicto XV. motu proprio Sacrae Theologiae, de 3 de diciembre de 1914: AAS 6 (1914) 690. 374 Pio XI. Alocuciôn al Instituto “Angelicum", de 12 de diciembre de 1924, en Xenia Thomistica t.3 (Roma 1925) p.600. , ·, Pio XII y Santo Tomâs 269 en los cierta y mâs verdadera, como puede verse 375 documentes que citamos en otra parte En una palabra: exige de todos que sean verdaderos discipulos suyos 375 376, no hipocritas ni taimados, como aquellos de quienes decia San Juan Crisôsto­ mo: le llaman Maestro, no queriendo ser sus dis­ cipulos 377378 . Cuando su neto pensamiento no consta evidentemente, sino que sus mejores interpretes disienten entre si, es licito a cada cual, como dice Su Santidad Pio XII, buscar otros medios de averiguarlo, como la historia y la critica, y, finalmente, seguir la interpretaciôn que le parezea mas verosimil y ajustada 370. En cuestiones semejantes es muy prudente y muy justo que cada cual siga libremente su pro­ pio sentir, con tal que ese sentir sea sensato, como dice hermosamente Juan de Santo Tomas 379380 . En cuestiones fundamentalmente disciplinares, como la présente puede la Iglesia cambiar sus leyes o interpretarlas, exigir rigurosamente su cumplimiento o mitigar su observancia. Si concede la libertad, es justo que se pueda usar de ella sin que nadie nos venga a la mano; pero si urge la obligacion, no es menos justo que se la cumpla con toda sinceridad y lealtad, sin que nadie se exima de ella por cualquier pretexto. Los documentes ante­ riores a 1952 sefialaban que esa obligaciôn del canon 1366 § 2, se imponia decretorio et perentorio modo 38°, y en ese sentido los entendimos en la primera ediciôn y en la citada obra; si después Ramîrez, De auctoritate doctrinali S. Thomae Aqui­ natis p.76. 77. 82. 87. 256; 37. 38. 39. 42. 45. 48. 62. 64. 69. 83. 101. 143. 145. 148. 163. 182. 205. 206. 299 (Salamanca 1952). 376 Pio XI, enciclica Studiorum ducem·. AAS 15 (1923) 324. 377 in Mt. 22,35 hom. 16. 378 Alocuciôn a los estudiantes eclesidsticos de Roma, 24 de junio de 1939: AAS 31 (1939) 247. 37? Tractatus de approbatione et axictoritate doctrinae an­ gelicae Divi Thomae dlsp.l a.l n.2, en Cursus theologicus, ed. de los benedlctinos de Solesmes, t.l p.223b. 380 cf. De auctoritate doctrinali S. Thomae Aquinatis 0.256 y 257. 375 s. ·ι 270 Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tomâs se ha mitigado esa obligation, permitiendo mâs libertad, ùsese de ella enhorabuena para mayor servicio de la Iglesia y de la verdad. Hasta la constitution apostôlica Christus Domi­ nus, de 6 de enero de 1953, no se permitia tomar alimento alguno antes de la celebration de la santa misa o de la sagrada comunion —urgia con todo rigor el precepto del ayuno eucaristico—; pero, a partir de esa fecha, se pueden tomar algunos, dentro de ciertos limites alli senalados. Los que usan dicha licencia ejercen un derecho, y nadie puede censurarles por ello; pero los que prefieren obser­ vât rigurosamente el ayuno eucaristico, no cabe duda de que obran mejor. Algo parecido ocurre con el seguimiento desde lejos o desde cerca de Santo Tomâs, tan repetidamente recomendado por la JU’ Séanos permitido trasladar aqui las ùltimas pa­ labras pronunciadas por Pio XII sobre este asunto: «Vosotros sabéis perfectamente como nos es cordial el estudio proiundo y asiduo de la doctrina del Doctor Communis’, lo hemos declarado en mu­ chas ocasiones, incluso en documentes solemnes, haciendo notar, entre otras cosas, como el método y los principios de Santo Tomas los ponen por encima de todos los otros cuando se trata de format la inteligencia de los jôvenes o de inducir a los espiritus ya formados a pénétrât en las verdades hasta sus significaciones mâs secretas. Estando, por lo demâs, en plena armonia con la divina revelaciôn, esta doctrina es singularmente eficaz para establecer con seguridad los fundamentos de la fe y para incorporat los frutos del verdadero progreso. Y nosot ros no dudamos en decir que la célébré enciclica Aeterni Pattis, por la cual nuestro in­ mortal predecesor Leon XIII llama a las inteligen­ das catôlicas a la unidad de doctrina en la enseüanza de Santo Tomâs, conserva todo su valor. No tenemos dificultad en hacer nuestras las graves Durante y después del Vaticano II 271 palabras del insigne pontifice : «Apar tarse inconsiderada y temerariamente de la sabidurîa del Doctor Angélico es contrario a nuestra voluntad y esta lleno de peligros» 381. Santo Tomâs durante y después dei concilio Vaticano II Varios de los documentes pontificios anteriormente citados nos han recordado que Santo Tomas estuvo présente en todos los concilios ecuménicos celebrados después de su muerte, desde el II de Lyon (1274) hasta el Vaticano I (1869-1870). Era de suponer que el concilio Vaticano II contase con Santo Tomas no menos que los siete ecuménicos que le precedieron, y mas teniendo en cuenta la finalidad senalada por Juan XXIII al ùltimo con­ cilio: «Lo que principalmente atane al concilio ecu­ ménico es este: que el sagrado depôsito de la doc­ trina cristiana sea custodiado y ensenado en forma cada vez mâs eficaz» 382383 . Ahora bien, como dira Pablo VI en plena época conciliar, «es tanta la penetraciôn dei ingenio del Doctor Angélico, tanto su amor sincero a la verdad y tanta la sabidurîa en la investigacion, explicaciôn y reduction a la unidad de las verdades mas profundas, que su doctrina es un instrumento eficacîsimo no solo para salvaguardar los fundamentos de la fe, sino también para lograr util y seguramente los frutos de un sano pro383 grès o» De hecho Santo Tomas es citado expresamente a los participantes al'cuarto congreso filosôfico tomlsta de Roma, 14 de septiembre de 1955: AAS 47 (1955) 683. 382 Juan XXIII, Discurso en el acto inaugural dei conci­ lio ecuménico Vaticano II, 11 de octubre de 1962, n.13, en Concilio Vaticano II. Constituclones. Decretos. Declaraciones. Documentes pontificios complementarios (BAC, Ma­ drid 1965) p.748. 383 Pablo VI, Alocuciôn a la Universidad Gregoriana, del 12 de marzo de 1964: AAS 56 (1964) 365. 381 Alocuciôn • •’M X.· MR sert zp*- 272 i 31 Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tornas veinticinco veces en los documentes promulgados dei concilio Vaticano II y, lo que es mas, se recomienda expresamente su magisterio en très lugares, cosa que no habian hecho los concilios ecuménicos anteriores. Concretamente: En el decreto Optatam totius, sobre la formaciôn sacerdotal, n.16, se lee: «aprendan luego los alum­ nos a ilustrar los misterios de la salvaciôn cuanto mâs puedan, y comprenderlos mâs profundamente y observât sus mutuas relaciones por medio de la especulaciôn, siguiendo las ensenanzas de Santo Tomâs» 334. Y en el nûmero anterior habia dicho: «Las disciplinas filosôficas hay que ensenarlas de suerte que los alumnos se vean como llevados de la mano, ante todo, a un conocimiento sôlido y coherente del hombre, del mundo y de Dios, apoyados en el patrimonio filosôfico siempre vâlido» MS. En el decreto Gravissimum educationis, sobre la educaciôn cristiana de la juventud, n.10, se lee: «y considerando con toda atenciôn los problemas y los hallazgos de los ùltimos tiempos, se vea con mâs exactitud como la fe y la razôn van armônicamente encaminadas a la verdad, que es una, siguiendo 3W Concilio Vaticano Π (BAC) p.471. 385 Ibid., p.469. A una consulta sobre el slgnlficado preciso dei “patrimonio philosophico perenniter valido”, la S. C. de Seminarios y Universidades contesté, el 20 de diciembre de 1965. que se referia a los principles de Santo Tomâs, con­ forme a la referenda aneja a la enciclica Humani gene­ ris, de Ρίο ΧΠ, y porque asi lo habia entendido la Comlsiôn conciliar de Seminarios, de Estudlos y de Educaciôn Catôllca. La mlsma S. Congregaciôn para la Enseftanza Catôlica, en un documento sobre la enseftanza de la filosofîa en los seminarios, en 1972, dlrâ que "estân plenamente Justificadas y sisruen slendo validas las repetldas recomendaciones de la Iglesia sobre la filosofîa de Santo Tomâs, en la cual aquellos principles de verdad natural son clara y orgânicamente enunclados y armonlzados con la revelaciôn, al mismo tlempo que se enclerra también en ella aquel dinamlsmo innovador que. segùn atestiguan los biôgrafos, caracterizaba la enseftanza de Santo Tomâs, y debe también hoy caracterlzar la enseftanza de cuantos desean segulr sus huellas, en una continua y renovadora sintesis de las con­ clusiones vâlidas recibidas de la tradiciôn con las nuevas conquistas del pensamlento humano” (Trad, de “Ecclesia” η.1.585, 25 de marzo de 1972, p.26 [450]). V ri Durante y después dei Vaticano II 273 las ensefianzas de los doctores de la Iglesia, sobre todo de Santo Tomas de Aquino» 3B6. Por su parte, los papas del II concilio Vaticano, aparté de promulgar los documentas conciliares, en diversas ocasiones exaltaron el valor perenne de la doctrina y método de Santo Tomas y su eficacia para hacer frente a los problemas de nuestro tiempo. Juan XXIII, en la alocuciôn a los participantes en el V congreso internacional tomista de Roma, de I960, empieza recordando que «la Santa Igle­ sia tomô como suya la doctrina de Santo Tomas, a quien llamô Doctor Cornûn o Universal, por ser entre todas la mas conforme con las verdades reveladas, con los documentos de los Santos Padres y con los principios de la recta razôn» 386 387388 . Des­ pués de mencionar algunas caracteristicas de la doctrina tomista prosigue: «Por lo cual deseamos vehementemente que aumente de dia en dia el nûmero de los que buscan en las obras del Doctor Angélico luz y erudition, no solo entre los sa­ cerdotes y especialistas, sino también entre los dedicados a los estudios comunes,j singularmente o entre los jôvenes de Action Catôlica y doctores. Es, por fin, nuestro gran deseo que Santo Tomas, cual tesoro de preceptores, sea cada vez mas explotado con suma utilidad para el cristianismo y se difundan ampliamente sus escritos, que no desdicen en absoluto ni del método ni del estilo • i · 388 y genio de nuestro tiempo» Très afios mas tarde, en la Universidad de Es­ tudios de Santo Tomas de Roma, remitiéndose a lo dicho el ano 1960, anade: «porque, en defini­ tiva, tenemos la persuasion de que, si los estudios de las doctrinas de Santo Tomâs se realizan con mas empeno y diligentia, resultara que las direcclt., p.716. XXIII, alocuciôn Singulari sane, del 16 de septembre de 1960, al V congreso internacional tomista: AAS 52 (1960) 823. 388 Ibid., p.388. 386 Ed. 387 Juan ‘T J· * »7·· L* 274 • > * 1 Il l f ! ί «I > ... 'Am· Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tomas trices de los padres del concilio ecuménico Vaticano II se llevaran a efecto mucho mas facil389 mente» Pablo VI, en diversas ocasiones, a veces en forma muy preocupada, invita insistentemente al mantenimiento o a la recuperaciôn del pensamiento de Santo Tomâs. Apuntamos las principales manifestaciones: a) «En las obras de Santo Tomâs puede encontrarse un compendio de las verdades universa­ les y mâs fundamentales, expuestas del modo mâs claro y persuasivo. Por eso su doctrina constituye un tesoro de inestimable valor, no solo para la orden religiosa de la que es su mayor lumbrera, sino también para toda la Iglesia y para todas las aimas sedientas de verdad. No sin razon ha sido saludado como el hombre de todos los ttempos. Su ciencia filosôfica, puesto que expresa las esencias de las cosas realmente existentes en su verdad cierta e inmutable, no es peculiar de la Edad Media, ni de una naciôn determinada, sino que transciende todo tiempo y espacio, y es no menos vâlida para todos los hombres de nuestro tiempo. En cuanto a la doctrina teolôgica, expuesta en sus comentarios al A. y N. Testamento, al seudo Dionisio, Boecio y Pedro Lombardo, en los diversos escritos llamados Quaestiones disputatae, Quodlibeta y Opuscula, y especialmente en las dos Sumas, cuanto mejor se comprende en su admirable sfntesis tanto mayor admiraciôn causa por su ni­ tida distinciôn y armonia entre el orden de la naturaleza y de la gracia, entre la razôn humana y la fe divina, que el concilio Vaticano I promoviô 33’ Letras apostôlicas motu proprio dadas, Do minicanus ordo, del 7 de marzo de 1963, por las que el Pontificio Ateneo Angelicum es elevado al titulo y honor de Universidad Pontificia de Estudios de Santo Tomâs en Roma: Analecta S. O. P. 71 (1963) 138. :; Durante y des pué s dei Vaticano II I Ji 275 y defendiô frente a los errores del matérialisme ateo, panteismo, racionalismo y fideismo» 3’°. b) «Escuchen ademas reverentemente la voz de los Doctores de la Iglesia, entre los cuales ocupa lugar principal el Divo Aquinas. Pues era tan grande la fuerza de ingenio del Doctor Angélico, tan sincero su amor a la verdad y tanta su sabi­ duria en la investigaciôn y explication de las ver­ dades mas sublimes, y en su aptisima sistematizaciôn, que su doctrina resulta un instrumento eficacisimo, no solo para asegurar los fundamentos de la fe, sino también para percibir con utilidad y seguridad los frutos de un sano progreso» 391. c) «La doctrina de este eximio maestro no debe ser retenida oculta dentro de los muros de la propia casa; deben alcanzar y fecundar con su razon vital también a nuestro tiempo. Por eso, como Nos mis­ mo advertiamos en otra ocasiôn, confrôntese con las formas y modos filosôficos y con los descubrimientos de las disciplinas naturales y antropolôgicas, que prevalecieron en nuestros mismos dias, de modo que se pueda llegar a conclusiones con que resolver los actuales problemas espirituales y culturales» 392. d) «Vuestros estudios pueden contribuir ade­ mas a disipar la equivocation de un cierto nûmero de creyentes que se sienten boy tentados por un renaciente fideismo. No atribuvendo valor mas que al conocimiento de tipo cientifico y desconfiando de las certezas propias de la sabiduria filo­ sôfica, fundan su adhesion a las verdades metafisicas sobre una option de la voluntad. De cara a esta abdication de la inteligencia, que tiende a 3’0 Pablo VI, carta The institution al padre maestro ge­ neral de la Orden de Predicadores, del 7 de marzo de 1963: AAS 56 (1964) 303. 3’1 Alocuciôn Encensissimo desiderio vestro, a las autoridades, profesores y estudiantes de la Universidad Gregoriana, del 12 de marzo de 1964: AAS 56 (1964) 365. 3” Carta Inclitus Ordo, al maestro general de la Orden de Predicadores Aniceto Fernandez, del 30 de Junio de 1955: Acta Cap. Gen. Diffinitorum S.O.P. (Bogotâ, 15-22 de juHo de 1965) IV-V. 276 tl Z PS '-*■* Λ~· » Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Towas arruinar la doctrina tradicional de los preâmbulos de la fe, vuestros trabajos deben insistir en el in­ dispensable valor de la razon natural, solemnemente afirmada por el concilio Vaticano I, en conformidad con la ensenanza constante de la Iglesia, uno de cuyos testimonios mâs autorizados y mas emi­ nentes es Santo Tomas de Aquino. »Esto indica la importanda de vuestros trabajos en que intentais confrontar la filosofia contempo­ ranea con la obra de Santo Tomas sobre el proble­ ma de Dios. Vuestro cometido atestigua por si mismo el valor permanente de un pensamiento que, a pesar de la desconfianza y de la aversion de que es objeto de tantas corrientes filosôficas mo­ dernas, représenta en la historia del pensamien­ to humano y Cristiano un hecho mayor que no puede ser subestimado. Cierto que, en el curso de los siglos, el tomismo ha experimentado, como todo sistema de tradicion escolar, los peligros de la esclerosis y de las vanas sutilezas, asi como los inconvenientes del revestimiento escolastico. Pero, lejos de caer en una decadencia inevitable, la obra de Santo Tomas no ha cesado de suscitar el interés de grandes espiritus, asi como la formacion de escuelas fecundas, a la vez que el magisterio eclesiastico le prodigô aprobaciôn y apoyo. Particularmente en nuestros dias, en orden a asegurar mejor esta restauraciôn de la inteligencia cristiana, cuya necesidad se hacia imperiosamente sentir, los romanos pontifices, desde Leon XIII, han prescrito el estudio de Santo Tomâs, declarado Doctor Comun o Universal de la Iglesia. »Pero Reorno evitar, en un tiempo en que todas las cosas parecen puestas en cuestiôn, urgentes reclamaciones? (-Es que puede la doctrina de un pensador medieval tener un interés mâs que historico y aspirar a un valor universal? z >···; ‘ fit,, •” ’?!9 H I .. Seed 11. Autoridad doctrinal de Santo Tomas no pocos de vosotros reconocen la urgente y no desdenable necesidad..., para aprender, antes que cualquier otra ciencia, el arte del bien pensar... Tememos una carencia de la filosofia auténtica e idônea para sostener hoy el pensamiento humano, tanto en orden al conocimiento cientifico coherente y progresivo como, de manera especial, en orden a la formation de la mente para la perception de la verdad en cuanto tai; y, por tanto, capaz de dar al espiritu humano la amplitud y la profundidad de vision a la que esta destinado, con peligro de no alcanzar aquellos conocimientos supremos y, sin embargo, fundamentales y elementales que puedan conducirlo a lograr su verdadero destino y la feliz ciencia, indispensable aunque inicial, del mundo divino; mientras que tenemos la certeza de que un correcto, honesto y severo ejercicio del pensa­ miento filosôfico predispone el espiritu para acoger también aquel mensaje sobrenatural de luz divina que se llama fe... La escuela de Santo Tornas puede ser para nosotros una propedéutica elemen­ tal, pero providential, de aquel alpinismo intelec­ tual filosôfico o teolôgico que exige, si, el respeto de las leves dei pensamiento en el analisis y en la sintesis, en la bùsqueda inductiva y en la conclusion deductiva, indispensable para conquistar las cimas de la verdad y para ahorrar a la mente humana la vana experiencia de ilusorias y frecuentemente fragiles constructiones. Y también para otro objetivo, siempre en el campo didactico, pero bastante importante en la economia del pensamiento; es decir, el de acostumbrar al discipulo (y en cuanto al saber todos somos discipulos) a razonar en virtud de los principios subjetivos de la verdad y objetivos de la realidad, y no segùn formulas que la cultura en boga, favorecida muchas veces por tantos coeficientes exteriores y ocasionales, impone a la mentalidad pasiva de un cierto ambiente o de un mo­ mento historico concreto. Parece extrano, pero asi Durante y después dei Vaticano II 281 es: el Maestro Tomâs, lejos de privar al alumno de su personal y original virtud de conocimiento y de busqueda, despierta mâs bien aquel 'appetitus veri­ tatis' que asegura al pensamiento una fecundidad siempre nueva y al estudioso una caracteristica personalidad propia» 396. h) «No podemos dejar de aludir... al retorno de Santo Tomas, de forma ciertamente inesperada, pero formidable, para convalidar la sabia indicaciôn que el supremo Magisterio ha dado de él como de guia autorizado e insustituible de los estudios filosôficos y teolôgicos, y que el Vaticano II ha confirmado..para hacer que se encuentren nuevamente puntos firmes tras ciertas aventuras lamentables originadas por la improvisaciôn, la ligereza, sobre todo por la separaciôn, mas que de los métodos vâlidos de la lôgica y de la gnoseologia, de las matrices mismas del pensamiento cristiano, dei cauce seguro por donde discurre el rio pacifico y poderoso de la tradiciôn» 396 a. z) «A nosotros..., que experimentamos hoy el predominio del conocimiento sensible sobre el in­ telectual y espiritual; a nosotros, Santo Tomas, que todavia sigue sobresaliendo, filôsofo y teôlogo, sobre el horizonte del pensamiento avido de seguridad, de claridad, de profundidad, de realidad; a nosotros, incluso con una sola palabra, ^qué puede decimos?... Nos parece escuchar una lecciôn exhortatoria: la confianza en la verdad del pensamiento religioso catolico, tal como fue defendido por él, expuesto, abierto a la capacidad cognoscitiva de la inteligencia bumana. Basten algunos aspectos de su obra monumental para con396 Discurso Noi siamo motto lieti al Congreso internacional Tomâs de Aquino en su VII centenario, en la Uni­ versidad de Santo Tomâs de Roma, el 20 de abril de 1974: AAS 66 (1974) 265-268. 396a Alocuciôn al Comité promotor del “Index thomisticus", el 20 de mayo de 1974: L’Osservatore Romano, 20-21 de mayo de 1974, p.l. L 282 h X i I ? ’ r I Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tornas solidar en nosotros esta confianza, la cual deseariamos que permaneciese como recuerdo vital de la conmemoracion centenaria del santo Doctor. »Confianza> porque su obra se evidencia en la historia del pensamiento, tanto filosôfico como teolôgico, como una sintesis de lo que otros ilus· très maestros, antes que él, han estudiado y de jado en herencia a la cultura universal; él ha ash milado el tesoro de saber mas significativo de su tiempo (que es tiempo incomparable por la amplitud y por la agudeza del estudio especulativo); lo ha calificado con el mas riguroso intelectualismo, el aristotélico; el cual, sin desconocer otras formas supremas del conocimiento, como la neoplatônica y agustiniana, parece ponerlo en sintonia con nuestra rigurosa mentalidad moderna; lo ha sometido, sin prejuicios, a la discusiôn dialéctica de una ho­ nesta y apremiante racionalidad; por ello lo ha abierto a toda posible adquisiciôn progresiva, con tai de que lo reclame el descubrimiento de una verdad ulterior. vConfianza debemos también a Santo Tomas, porque nos ayuda a resolver el conflicto tan divulgado y radicalizado en nuestra época, entre las dos formas de conocimiento de que dispone la inteligencia del hombre creyente: la fe y la ciencia... vConfianza, finalmente, por aquel providencial resultado que llega al pensamiento, mas aùn, a la vida del hombre, procedente de la complementariedad reciproca de la fe y de la ciencia... »Confianza. Santo Tomas puede ser para nos­ otros uno de los mas autorizados y convincentes testigos de la providencial existencia del magiste­ rio confiado por Cristo a su Iglesia, que no obstruye los caminos del saber, sino que los abre, los rectifica y los defiende, y que no reserva a los solo iniciadores en las fatigas, en las ascensiones, en las acrobacias del pensamiento, la luz de la Durante y después del Vaticano II 283 verdad vivificante, sino que la ofrece con humilde y sublime catequesis a cuantos en la misma Iglesia se reconocen discipulos, y reserva la revelaciôn de los misterios mas altos y mas saludables de la fe a los pequefios, a los sencillos, a los pobres, al pueblo ignorante de las especulaciones dificiles, pero dôcil y disponible al inefable diâlogo de la palabra de Dios» 396b. /) «Aquino, que da el nombre al mâs grande teôlogo de nuestras escuelas, no solamente médié­ vales, sino también modernas..., es un maestro de tal categoria, que incluso hoy merece ser considerado como actual y, en medio de la difusiôn de tantas opiniones falsas o discutibles, como pro­ videncial 396c. £) «En la ciudad de Aquino dijimos, entre otras cosas, lo siguiente: El es el Doctor de la Iglesia que ha ilustrado su doctrina como no lo ha conseguido hacer quizâ ningün otro en toda la historia a causa de la penetration de su ingenio. Y ahora os decimos a vosotros aqui présentes y a toda vuestra Orden: la Iglesia espera con gran confianza de los hijos de Santo Domingo fidelidad a la doctrina de Santo Tomâs de Aquino, la cual deber ser desarrollada ulteriormente segùn las cuestiones que propone el mundo actual y segùn la grandisima fuerza y la eficacia interna que yacen en ella. La fidelidad a Santo Tomâs forma parte de vuestra especial misiôn en la Iglesia» 396d. Pero esta alta estima de Pablo VI por la doctri­ na de Santo Tomâs alcanzô su mâs acabada ma­ nifestation en la carta Lumen Ecclesiae, del 20 de noviembre de 1974, que va a ser el mas valioso en la basilica de Fosanova el 14 de septiembre de 1974: AAS 66 (1974) 539-541. 396C Alocuclôn en Aquino el 14 de septiembre de 1974: L’Osservatore Romano, 16-17 de septiembre de 1974, p.l. 396d Alocuclôn al Capitulo General de los Dominicos, el 21 de septiembre de 1974: AAS 66 (1974) 545. 396b Alocuclôn iNaran· 284 Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tornas recuerdo del VII centenario de la muerte del San­ to, y que por su extraordinario valor se transcribe integra al final de esta secciôn sobre la autoridad doctrinal de Santo Tomas. 10. r > ,.i < I'1 .il. Su autoridad doctrinal es universalmente reconocida Pero, aun independientemente de la autoridad doctrinal extraordinaria y singularisima que le otorga el Magisterio de la Iglesia con sus aprobaciones, recomendaciones v nreceptos reiterados, tiene el santo una autoridad cientifica propia y personal que se impone al respeto, a la admiraciôn y hasta al seguimiento de todo hombre de ciencia honrado y obietivo. Nada extraüo, por consiguiente, que abunden sus elogios, tributados por toda clase de sabios, sin distinciôn de escuelas ni de confesiones: griegos v latinos, protestantes y catôlicos, seglares v eclesiâsticos, franciscanos y jesuitas, por no citar a los dominicos, de quienes es gloria propia. Recogeremos solamente algunos como muestra. Jorge Scolarios, uno de los mas doctos patriarcas de Constantinopla después del cisma, decia: Dudo que ningùn discipulo de Santo Tomas lo admire y venere tanto como yo. Quien ha estudiado sus obras y las ha llegado a comprender no necesita mas: le bastan ellas solas 397. Y dei famoso cardenal Bessariôn es la célébré frase: Santo Tomas es el mas sabio de los santos *y el mâs santo de los sabios 398. 3’7 Comentarios sobre el opùsculo De ente et essentia, de Santo Tomâs, traducldo por él al griego; cltado por Berthier, o.c.. t.l n.678 p.691. 398 Adversus calumniatorem Platonis 1.2 c.7: Berthier. o.c.. n.679 p.92. Autoridad universalmente reconocida 285 Juan Pico de la Mirandola se dice entusiasta de su doctrina y asiduo lector de sus obras, llamândole esplendor de nuestra teologia 3 . Erasmo confiesa que es el mayor de los teologos por su incansable diligenda, su solida erudition y ... 400 su juicio seguro Francisco Titelmans, O. M. Cap., le llama om­ nisciente, diamante de los teologos y su corifeo, principe y arquitecto de todas las ciencias, artifice de la verdad y el mâs sabio de todos los sabios 401. Para el célébré cardenal Francisco de Toledo, S. I., Santo Tomas vale él solo por todos los demas doctores: Solo Santo Tomâs valdrâ por todos, quien, por la diligenda en interpretar, variedad de doctrina y santidad de vida, la extensa, varia y sôlida erudition, el maravilloso método para tratar integramente las' disciplinas; no solo con los co­ mentarios a Aristoteles, sino también, y mâs aim, con la «Suma Teolôgica», «Suma contra Gentiles», «Cuestiones disputadas» y demâs escritos, aporto tanta luz a la filosofia —no digamos nada a la teologia— como todos los demâs juntos —dicho sea en paz con ellos—; en lo cual pienso que no se resta mérito a nadie didendo de Santo Tomâs lo que cada uno de ellos diria si viviese abord 402. Los mas grandes elogios —dice el cardenal Sforza 3” Citado por A. M. Jurami, O. P., Testimonia ex catho­ licae Ecclesiae et Summorum Pontificum oraculis atque sapientissimorum et probatissimorum virorum scriptis pro commendatione doctrinae... S. Thomae Aquinatis p.172173 (Madrid 1789). 4M Adnotationes in Epistolam ad Romanos c.l, citado por B. de Rossi, Ο. P.. Dissertationes criticae in S. Thomam Aquinatem dissert.6 c.2 n.l, en Opera omnia S. Thomae Aquinatis, ed. Leonina, t.l p.H5b. 401 Expositio in Psalmum 109 citado por Jurami, o.c., p.197. 402 Commentaria una cum Quaestionibus in Octo libros Aristotelis de Physica Auscultatione, ad lectorem, fol.2v (Venecia 1578). Π· 286 I Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tomâs Pallavicini, de la misma Compafiia— que se han tributado o que los hombres pueden tributar al Doc­ tor Angélico son siempre inferiores a sus reales méritos, como el sol es mucho mayor en realidad que lo que aparece a los habitantes de la tierra. Yo no puedo menos de seguir su doctrina, y la seguiria aunque me lo prohibiesen 403. El venerable Luis de la Puente, S. I., dice por su parte: «Solamente alegaré al Angélico Doctor Santo Tomâs, porque él solo vale por diez mil testigos, y su doctrina es cierta, segura y muy abonada, y con las verdades de la teologia escolâstica apunta muy altos pensamientos y sentimientos de la mistica, porque ambas son muy hermanas» 404. Conocido es también el sublime encomio debido a la pluma del doctisimo Pedro Labbé, de la citada Compafiia: Cristo es el Verbo del Padre, Santo Tomas es el adverbio de Cristo. Quien conoce a Santo Tomâs conoce a todos los demâs Padres y Doctores; pero conociendo a todos éstos no llega a conocerle a él. En donde el mismo San Agustin es obscuro, Santo Tomâs es claro; donde los otros dudan, Tomâs no vacila; donde acaban los demâs, comienza Santo Tomâs 405. Gratry admira particularmente la densidad metâlica de su estilo, cuyas formulas breves y enérgicas parecen inspiradas por Dios para fijar definitivamente la verdad. Santo Tomâs es la mâs alta santidad unida al genio mâs elevado 406. Como filôsofo, dice Carlos Jourdain, su doctrina es la mâs elevada y la mâs completa 407, y como teôlogo ha sido elevado por los sufragios de la catoli<03 citado por A. Totthôn, Ο. P., Vie de Saint Thomas d’Aquin, traducclôn espafiola de Julian de Velasco, t.2 p.351 (Madrid 1795). 404 Meditaciones espirituales, Introd, t.l p.X-XI (Madrld 1929). 405 Citado por Jurami, o.c., p.259. 4M Les sources c.14. 407 La Philosophie de Saint Thomas d’Aquin, introd, t.l pXVI (Paris 1858). Autoridad universalmente reconocida 287 cidad a tai altura, que no tiene superiores ni rivales. Ningùn Padre ni Doctor de la Iglesia ha penetrado mas profundamente en los misterios del dogma y de la moral evangélicos; ninguno tampoco se ha acercado tanto a la infalibilidad, privilegio glorioso e inamisible reservado por Dios a la Iglesia catô1· 408 I La Facultad Teolôgica de Génova se entusiasma ante su ingenio poderoso y casi divino con que levante el admirable edificio de su filosofia y de su teologia, que dan soluciôn eterna a todos los problemas fundamentales de la fe y de la razôn: Pensamos que las doctrinas de Santo Tomâs son verdaderas e inmutables, siempre vivas después de tantos siglos y aptisimas para rechazar los errores de nuestro tiempo 409. iQuién mâs sutïl que él dis­ cutiendo? tQuién mâs fuerte en la oposicion y rechazo de los errores? iQuién mâs sublime en la contemplation de los misterios mâs elevados? (Quién mâs seguro en el juicio? 410 El atesora en su mente, mâs que humana, todas las ciencias, divinas y humanas —dice la facultad teolôgica de Florencia—. Conocio cuanto la hu­ mana razôn puede alcanzar y refutô cuantos errores puede inventar el genio del mal 411. Su obra, anade la Universidad de Coimbra, es el monumento mas colosal de ciencia filosôfico-teolôgica 412. Los profesores dei seminario de Trapani reconocen que ningùn filôsofo puede compararse con Santo Tomas, porque ninguno resolviô como él los mas arduos y dificiles problemas de ontologia, de psicologia, de ética y de teodicea 413. Los dei seminario de Guastalla no pueden con408 409 410 411 412 413 Ibld., p.XIII-XIV. En Berthier, o.c., n.616 p.613. O.c., p.612-613. O.c., n.624 p.619. O.C., n.629 p.627. O.c., n.642 p.645-646. 288 if* • · ‘'T- * ..... / ··. t H t Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tornas tener su admiraciôn ante ese mar inmenso que re­ coge las aguas de todos los rios y manantiales, ante ese sol que en si condensa toda la luz de las estrellas, ante ese tesoro que reûne todas las ri­ quezas cientificas del mundo 414. Su doctrina, dicen los profesores del seminario de Sora, es la misma doctrina del Verbo encarnado, que ilumina a todo hombre que viene a este mundo, y es camino, verdad y vida 41S. Es también —subrayan los dei seminario de Tréveris— la mas adaptada a toda clase de per­ sonas; porque es fâcil para los principiantes, amena para los aprovechados y sabrosisima para los que han llegado ya a la perfection de la tien• 416 cia Segùn el famoso Enrique Sauvé, rector del Ins­ tituto Catôlico de Angers, Santo Tomâs es el genio mejor equilibrado y el doctor mâs seguro, tanto en filosofia como en teologia. Su sistema doctrinal es como un grandioso y artistico palacio, de quien no se puede demoler ninguna de sus partes sin perjudicar gravemente al todo, y como una inmensa cadena de preciosos brillantes tan trabados entre si, que no admite la ruptura de ningun anillo w. Y para el célébré Cristobal Bonavino, mâs conocido por el seudônimo de Ausonio Franchi, es el Doctor Angélico un genio colosal, que todo lo ordena en un sistema tan vasto, tan orgânico y tan completo, que no admite comparaciôn con ninz · 418 gun otro anterior ni posterior Los mismos protestantes no han podido por menos de reconocer sus méritos y de admirarlos O.c., n.647 p.650. 415 O.c.. n.651 p.656. 416 O.c.» n.662 p.667. 417 O.c., n.631 p.630-631. 418 Ultima critica t.l p.537, cltado por el Emmo. cardenal Eugenio Pacelli, Nella luce di S. Alberto Magno- Aneêïï3 cum 9 (1932) 43. 6 414 Autoridad universal™ente reconocida 289 sinceramente. Leibniz admira la solidez de su doc­ trina 419; Buddeo, la grandeza de su genio 420; Wolf, la penetraciôn de su talento 421 ; Brucker, su espiritu cientifico, su pasmosa erudiciôn y su certero juicio 422 ; Neander le llama el Doctor de los si­ glos 423 ; Landerer celebra en su espiritu la feliz union de la profundidad con la precision y de la fe con la razôn, o sea del dogma con la filosofia 424. Para Enrique Lecoultre es Santo Tomâs el teôlogo por excelencia de la Iglesia catôlica y el re­ présentante nato de toda su ciencia 425 ; Adolfo Harnack reconoce que el Angélico es un pensador de una fuerza mental hercûlea 426; y recientemente ha escrito el profesor C. R. S. Harris: «El gran campeôn del aristotelismo fue Santo Tomâs de Aquino, quien, desprendiéndose de la vieja tra­ dicion de las escuelas, intenté purificar la doctrina aristotélica de los acrecimientos ârabes y hacer uso de ella como un cimiento filosôfico de la teo­ logia catôlica. Su sorprendente éxito se debiô a sus poderes inigualados de sistematizaciôn, un do­ minio maravilloso del detalle y una facultad para la presentaciôn lùcida que ningùn pensador medieval podia igualar» 427. Los testimonios de otras personalidades antiguas y modernas, protestantes y catôlicas. pu419 Tentamina Theodiceae p.3.a § 330,en Opera omnia, ed. L. Dutens, t.l p.358 (Ginebra 1768). 420 Institutiones Theol. dogmaticae 1.3 c.2. 421 Theologia naturalis § 683 p.242, 5799 p.415 (Vero­ na 1738). 422 Historia critica Philosophiae t.3 p.803 (Leipzig 1743). 422 Christi. Dogmengeschichte t.2 p.129, citado por Enri­ que Lecoultre, Essai sur la Psychologie des actions humai­ nes d’après le système d’Aristote et de Saint Thomas d’Aquin p.13 (Lausanne 1883). 424 Articulo Scholastische Théologie, en Herzog, Realencyclopüdie. citado por Lecoultre, o.c., p.14. 422 O.c., p.16. 42< Lehrbuch der Dogmengeschiche* p.498 (Tublnga 1910). 422 Filosofia. en El legado de la Edad Media, traducclôn espanola, p.320.1321 (Madrid 1944). Tomâs de Aquino rr~ ίο 1 -V. 290 Sec.III. Autoridad doctrinal de Santo Tomas dieran multiplicarse facilmente. Nada nuevo anadirian a lo ya dicho, porque no caben en lo hu­ mano elogios may ores que los tribu tados a Santo Tomas. Cerraremos, sin embargo, todo lo dicho anteriormente con las siguientes palabras de Pedro de Ribadeneira, S. I., que describen y sintetizan maravillosamente la grandeza doctrinal de nuestro santo: «La sabidurîa de Santo Tomas fue tan esclarecida, tan soberana y divina, que a todos los grandes ingenios pone admiration, y mayor a los mayores. No hay cosa en la teologia y filosofia tan dificultosa que no la allane, tan recondita que no la descubra y la trate con brevedad tan précisa, que son tantas las sententias cuantas las palabras, y en pocos renglones dice en substantia lo que escribieron los otros Doctores en muchos, y esto con una claridad, distinciôn, disposition, trabazôn y conexiôn de las cosas entre si tan admirables, que, como la luz corporal, parece que su doctrina ella misma es la luz con que se ha de ver y entender. Por otra parte, es tan fundada, firme y segura, que no hay donde tropezar ni donde caer... Y no solamente esta agua es clara, limpia y pura y que da salud a los que beben de ella, sino tam­ bién es medicina contra veneno y triaca contra el tôxico de todas las herejias; porque todas se hallaran convencidas por este Santo Doctor o se podran deshacer y refutar con los principios y fundamentos irréfragables de su doctrina. Y de aqui es que todos los herejes de nuestro tiempo tanto la aborrecen y persiguen, porque es su cuchillo, y todos los santos y sabios catôlicos la alaban, ensalzan y magnifican como columna y roca inexpugnable de la Iglesia catôlica, los cuales dan a Santo Tornas ilustres titulos y gloriosos apellidos con gran encarecimiento, aunque ninguno puede haber en alabarle. Llamanle Flor de la teologia, Ornamento de la filosofia, Delicias de los grandes ingenios, Templo : Autoridad universalmente reconocida 291 de la religion, Alcazar de la Iglesia, Doctor Angeli­ co, Escudo de la fe catôlica, Martillo de los herejes, Luz de las escuelas, Varôn ensenado de Dios y que bebiô en la fuente de la Divinidad, entre los doctos doctisimo y entre los santos santisimo; y, finalmente, predican a boca llena que aquel puede pensar de si que ha aprovechado mucho en las ciencias a quien mucho agrada la doctrina de Santo Tomas 428. <28 Flos sanctorum. La vida de Santo Tomâs de Aquino n.6 t.l p.361 (Barcelona 1731). DEL SUMO PONTIFICE PABLO VI AL MAESTRO GENERAL DE LA ORDEN DE PREDICADORES, VICENTE DE COUESNONGLE En el VII centenario de la muerte de Santo Tomas de Aquino (20 de noviembre de 1974) Al querido hijo Vicente de Couesnongle, Maestro General de la Orden de los Frailes Predicadores. Querido hijo, salud y bcndicion apostolica. ; · 1. Lumbrera de la Iglesia y del mundo entero, asi es aclamado con razon Santo Tomâs de Aquino, el cual es objeto de especiales celebraciones este ano, en que se cumple el VII centenario de su muerte, acaecida en el monasterio de Fossanova, el 7 de marzo de 1274, mientras se dirigia al II Concilio General de Lyon, obedeciendo ôrdenes de nuestro predecesor el Beato Gregorio X. En el clima del renovado entusiasmo suscitado por este centenario, se han hecho investigaciones, se han publicado trabajos y se han tenido reuniones en muchas universidades y centros de es­ tudios superiores, principalmente en esta ciudad, donde la Orden de Frailes Predicadores, a la que perteneciô Santo Tomâs, ha organizado un importante congreso. Todavia tenemos en la memoria el espectâculo que ofrecia el aula magna de la Pontificia Universidad que lleva el nombre de Santo Tomâs de Aquino, llena de especialistas venidos de todas las partes del mundo. En el discurso que les dirigimos, les felicitamos por su trabajo, les animamos a continuar su noble tarea y, al mismo tiempo, enaltecimos a este gran Doctor de la Iglesia. Poco tiempo después, llamamos la atenciôn sobre «el ’retorno’ a Santo Tomâs, un retorno inesperado, ciertamente, pero maravilloso, que confirma lo que el Magisterio supremo habia dicho de él: que es el guia autorizado e insustituible de los estudios filosôficos y teolôgicos»1; en efecto, muchos indicios nos permitieron colegir que su doctrina interesa e influye también en los hombres de nuestro tiempo. 1 Discurso al Comité promotor del Index Thomisticus: L’Osservatore Romano (20-21 mayo 1974). Introducciôn 293 2. Ahora deseariamos explicar mejor aquella expresion nuestra, poniendo de relieve numerosos elementos de la doctrina del Aquinate que tienen mucha importanda en orden a la salvaguardia e investigacion de la verdad revelada; por este motivo lo recomendamos a nuestros contem­ poraneos —cosa que ha hecho y sigue haciendo la Iglesia— como maestro en el arte de pensar, segùn formula nues­ tra2 y como guia para conciliar los problemas filosôficos con los teolôgicos y, anadimos gustosamente, para plantear correctamente el saber cientifico en general. Asi, pues, queremos manifestar pùblicamente nuestra conformidad con los que sostienen que, aun setecientos anos después de su muerte, el Santo Doctor debe ser celebrado no solo como excelso pensador y doctor del pa­ sado, sino también por la vigencia de sus principios, de su doctrina y de su método; y deseamos explicar al mismo tiempo las razones de la autoridad cientifica que le reconocen el Magisterio y las instituciones de la Iglesia, y especialmente muchisimos predecesores nuestros, que no dudaron en otorgarle el titulo de «Doctor comûn», que se le dio por primera vez el ano 1317 3. Confesamos que, al confirmât y reavivar una tradition tan prolongada y venerable del Magisterio de la Iglesia, no nos mueve solo el respeto a la autoridad de nuestros predecesores, sino también la consideration objetiva de la validez de su doctrina, el fruto que se obtiene estudiando y consultando sus obras —como sabemos por propia ex­ perientia— y la comprobaciôn del poder persuasivo y formativo que ejerce en sus discipulos, sobre todo en los jôvenes, como pudimos observât en los anos de nuestro apostolado entre los universitarios catôlicos, que, estimulados por nuestro predecesor Pio XI, de feliz memoria, se habian dedicado al estudio del Doctor Angélico 4. 3. Sabemos que hoy dia no todos estan de acuerdo en esto. Pero no se nos oculta que muchas veces el recelo o aversion que se siente hacia Santo Tornas deriva de un contacto superficial y saltuario con su doctrina, mas aùn, del hecho de que no se leen ni se estudian sus obras. Por 2 Alocuciôn al Congreso sobre Santo Tomâs de Aquino en el VII centenario de su muerte, cf. L’Osservatore Ro­ mano (22-23 abril 1974). 3 Pio XI, encicl. Studiorum ducem: AAS 15 (1923) 314. Cf. J. J. Berthier, Sanctus Thomas Aquinas "Doctor Com­ munis" Ecclesiae (Roma 1914) p.l77ss.; J. Kock, Philosophische und theologische Irrtumtisten von 1270-1329: Me­ langes Mandonnet (Paris 1930) II p.328 n.2; J. Ramîrez, De auctoritate doctrinali S. Thomae Aquinatis (Salamanca 1952) p.35-107. * Cf. M. Cordovani, San Tommaso nella parola di S· S. Pio XI: Angelicum VI (1929) 10. Carta «Lumen Ecclesiae» 294 eso, también nosotros, como hizo Pio XI, recomendamos a todos los que deseen formarse un criterio maduro acerca de la postura que hay que adoptar en esta materia: t'Id a Tomâs!5. Buscad y Iced las obras de Santo Tomas —repetimos con gusto— no solo para encontrar alimento espiritual seguro en aquellos opulentos tesoros, sino tam­ bién y ante todo, para daros cuenta personalmente de la incomparable profundidad, riqueza e importancia de la doctrina que contienen. I. Santo TOMÂS EN EL CONTEXTO SOCIO-CULTURAL Y RELIGIOSO DE SU TIEMPO 4. Para formarse un juicio exacto del valor perenne del magisterio de Santo Tomas en la Iglesia y en el mundo de la cultura, no basta conocer de modo directo y completo sus textos; es preciso también tener en cuenta el contexto historico y cultural en que viviô y llevô a cabo su obra de maestro y escritor. Conviene recordar, aunque solo sea los rasgos esenciales de aquella época, para que destaquen con mayor claridad, como dentro de un marco, las ideas fundamentales del santo Doctor tanto en el ambito religioso y teolôgico como en el campo filosôfico y social. Alguien ha hablado de aquel tiempo como de un Renacimiento anticipado; y en realidad las inquietudes que mâs tarde iban a desplegar toda su fuerza innovadora estân fermentando ya entre el 122? y el 1274, afios que abarcan la vida de Santo Tomâs. m 5. Desde el punto de vista socio-politico, son conocidas las vicisitudes que transformaron completamente la fisonomia de Europa: la victoria de los municipios italianos sobre la antigua dominaciôn del imperio medieval, encaminado ya al ocaso; la promulgation de la Charta Magna en Inglaterra; la confederation anseâtica de las ciu lades libres marineras y comerciales del norte de Euro/a; la evolution progresiva de la monarquia francesa; el desarrollo econômico de las ciudades mâs industriosas, como Flo­ rentia, y el florecimiento cultural de las grandes universidades, como la escuela teologica de Paris, la escuela de derecho civil y canônico de Bolonia y la escuela médica de Salerno: la amplia difusiôn de los descubrimientos cientificos y de las lucubrationes filosôficas de los ârabes hispanos; y finalmente las nuevas relaciones con Oriente, consecuencia de las Cruzadas. Comienza entonces, con los municipios y con las mo5 Encicl. Studiorum ducem: AAS 15 (1923) 323. •·* ">W < t ·." Santo T ornas en el contexto de su tiempo 295 narquias nacionalcs, el proceso cultural y politico que en los siglos xii y xiv lleva a la formaciôn del Estado mo­ derno. La Respublica Christiana, fundada en la unidad de fe religiosa en Europa, cede poco a poco el puesto a un nuevo sentimiento nacionalista que orienta la vida del mundo civil europeo por cauces muy distintos de los del Medioevo, cuando dominaba la relaciôn entre las dos autoridades supremas, la papal y la imperial, unidas y en colaboraciôn mutua; sistema que en vano tratarâ todavia de proponer Dante Alighieri, después de muerto Santo Tomâs, como arquetipo de organization politica. En el siglo xm empieza a perfilarse una marcada ten­ dentia a afirmar la autonomia del orden temporal frente al sagrado y espiritual, y, consiguientemente, del Estado frente a la Iglesia; en casi todas las esferas de la vida y de la cultura se despierta el entusiasmo por los valores terrenos y una atenciôn nueva hacia la realidad del mundo, emancipandose la razôn de la hegemonia de la fe religiosa. Por otra parte, en el mismo siglo, al propagarse las Ordenes mendicantes, cundia cada vez mâs un vastisimo movimiento de renovation espiritual que, sacando inspiration y empuje del amor a la pobreza y del celo evangelizador, ïogrô que el pueblo cristiano sintiese la apremiante necesidad de volver al verdadero y genuino espiritu evangélico. Santo Tomâs, situado en el centro del gran debate entre las dos culturas, la humana y la sagrada, y atento a la évolution politica, se hace cargo sin dificultad de la nueva situation y distingue los «signos» de los principios univer­ sales de razôn y de fe con los que hay que confrontât las cosas humanas y discernit los acontecimientos. Reconoce una cierta autonomia a los valores e institutiones de este mundo, aunque afirma sin vacilaciôn alguna la transcen­ dentia y la supremacia del fin ùltimo al que deben dirigirse y subordinate todas las cosas del mundo; el reino de Dios, que es a la vez el lugar de salvation del hombre y el fundamento de su dignidad y libertad 6. 6. Esta postura se encuadra dentro de la teoria general de las relaciones entre cultura y religion, razôn y fe; teo­ ria que elaborô Santo Tomâs atendiendo a los nuevos problemas que surgian y a las nuevas exigendas que se manifestaban dentro del âmbito filosôfico y teolôgico en aquel momento de evolution sociocultural. Efectivamente, es la época en que se impone cada vez mâs el imperativo de la investigation racional, iniciada ya de manera nueva y plenamente dialectica por Abelardo en la universidad de Paris un siglo antes. À F* ( 1, u rv L. Γ f> Cf. Summa Theologiae I-II q.21 a.4 ad 3: ed. Leonina VI p.167. r 296 < Μ I i J ! ί I f 1» Carta «Lumen Ecclesiae» La aceptaciôn respetuosa de la autoridad tradicional es sustituida por la confrontaciôn de sus afirmaciones con las conquistas de la razon, la discusion de las distintas opinio­ nes, el procedimiento lôgico en la demostraciôn de las tesis, la pasiôn por las quaestiones y, finalmen te, el analisis del lenguaje, realizado de manera tan sistematica y con objetivos tales que parecen anticipar el método cientifico de la semântica moderna. En este clima cultural consiguen sus primeros éxitos las ciencias que, sin negar la presencia y action de Dios en el universo, tratan de explicar el curso ordinario de este mundo visible en clave natural, como se ve en no pocos autores cristianos de la época, entre los que sobresale San Alberto Magno, maestro de Santo Tomas, a quien nuestro predecesor Pio XII declarô patrono de cuantos se dedican a las ciencias naturales7. 7. Aunque entonces acababa apenas de estrenarse el método experimental en el estudio de la naturaleza y faltaban aùn los instrumentos —que presagiarâ mas tarde Roger Bacon— para la aplicaciôn de la ciencia a la transforma­ tion y aprovechamiento de las cosas creadas, sin embargo, constaba ya con certeza el valor e importancia de la razôn para la investigation de la realidad concreta y para la explication dei mundo. Por eso, en los nuevos medios culturales se reciben favorablemente las obras de Aristoteles, difundidas primero por los arabes y luego por los nuevos traductores cristia­ nos, entre los que se cuenta Guillermo de Moerbeke, pe­ ni tenciario papal, hermano en religion y colaborador de Santo Tomâs8. En efecto, en estas obras se descubren el sentido de la naturaleza y el realismo que, en opinion de muchos, proporcionan valiosos instrumentos de trabajo e incluso bases idéales para un nuevo planteamiento de la especulaciôn filosôfica y de la investigation cientifica. 8. Pero aqui surge el grave problema del nuevo modo de entender las relaciones entre la razôn y la fe, y —en una perspectiva mâs amplia— como hemos sugerido antes, entre todo el orden de las realidades terrenas y la esfera de las verdades religiosas, principalmente las del mensaje cristiano. En esta materia es évidente el peligro de tropezar en dos escollos opuestos: el dei naturalismo, que desaloja por completo a Dios dei mundo y especialmcnte de la cultura, y el de un falso sobrenaturalismo o fideismo que, para Breve Ad Deum per rerum naturam: AAS 34 (1942) 89-91. a Cf. M. D. Chenu, Introduction à l’étude de Saint Thomas d’Aquin (Paris 1950) p.l83ss. tiMt Santo Tomas en el contexto de su tiempo 297 evitar aquel error cultural y espiritual, pretende frenar las legitimas aspiraciones de la razôn y el impulso evolutivo del orden de la naturaleza, en nombre dei principio de autoridad, sacado de su esfera propia, a saber, la esfera de las verdades reveladas por Cristo a los hombres, que son gérmenes de la vida futura y transcienden absolutamente la capacidad dei entendimiento humano. Este doble peligro se vuelve a presentar reiteradamente en el transcur­ so de los siglos, antes y después de Santo Tomas, y puede decirsc que en la actualidad son también los dos escollos en los que tropiezan los que abordan incautamente los numerosos problemas implicados en la relaciôn entre la razôn y la fe; lo hacen alegando a menudo el ejemplo de audacia innovadora que dio Santo Tomas en su tiempo, pero sin tener la agudeza y equilibrio de la inteligencia soberana del gran Doctor. No cabe duda que Santo Tomas poseyô en grado eximio audacia para la büsqueda de la verdad, libertad de espiritu para afrontar problemas nuevos y la honradez intelectual propia de quien, no tolerando que el cristianismo se con­ tamine con la filosofia pagana, sin embargo, no rechaza aprioristicamente esta filosofia. Por eso ha pasado a la historia del pensamiento cristiano como precursor del nue­ vo rumbo de la filosofia y de la cultura universal. El punto capital y como el meollo de la soluciôn que él dio, con su genialidad casi profética, a la nueva confrontaciôn entre la razôn y la fe, consiste en conciliar la secularidad del mundo con las exigencias radicales del Evangelio, sustrayéndose asi a la tendencia innatural de despreciar el mundo y sus valores, pero sin eludir las exigencias supremas e inflexibles del orden sobrenatural. En efecto, todo el edificio doctrinal dei Aquinate se apoya en el aureo principio, enunciado por él ya en las primeras paginas de la Summa Theologiae, segün el cual la gracia no destruye la naturaleza, sino que la perfecciona, y por su parte la naturaleza se subordina a la gracia, la razôn a la fe y el amor humano a la caridad 9. La infusion de la gracia, que es el principio de la vida eterna, supone toda la amplia esfera de valores y facultades en que se despliega el impulso vital de la naturaleza humana 10 —ser, entendimiento, amor—, acrecentandolo interiormente con nuevas energias11. De este modo, incluso la perfection total del hombre natural —mediante un proceso ’ Cf. Summa Theologiae I q.l a.8 ad 2: ed. Leonina IV p.22. io Cf. Summa Theologiae I-II q.9 a.2: ed. Leonina VII p.169-170. n Summa Theologiae II-II p.24 a.3 ad 2: ed. Leonina VIII p.176. i s * I « 298 Carta «Lumen Ecclesiae» de purification redentora y de elevation santificadora— se realiza en el orden sobrenatural, que alcanza su plenitud definitiva en la felicidad celeste, pero ya en esta vida da lugar a una sintesis armônica de valores auténticos, ciertamente dificil de conseguir —como la propia vida cristiana—, pero fastinadora. 9. Se puede afirmar que Santo Tomâs, superando cierto sobrenaturalismo exagerado, arraigado en las escuelas mé­ diévales, y al mismo tiempo haciendo frente al secularismo que cundia en las escuelas europeas merced a la interpre­ tation naturalista del aristotelismo, supo mostrar —tanto en el plano de la teoria como en la prâctica, o sea con el ejemplo de su trabajo cientifico— como se compaginan en su pensamiento y en su vida la fidelidad total y absoluta a la palabra de Dios y la mâxima apertura de mente al mundo y a sus valores auténticos, el afân de renovation y de progreso y la resolution de levantar todo el edifitio doctrinal sobre el cimiento firme de la tradition. En efecto, no solo se preocupô de conocer las ideas nuevas, los problemas nuevos y las nuevas afirmationes e impugnationes de la razôn acerca de la fe, sino también de estudiar con ahinco ante todo la Sagrada Escritura, que explico desde sus primeros aüos de magisterio en Paris, las obras de los Santos Padres y escritores cristianos, la tradition teolôgica y juridica de la Iglesia y al mismo contemporanea, tiempo toda filosofîa anterior no solo aristotélica, sino también platônica, neoplatônica, romana, cristiana, arabe y judia, sin pretender en absoluto efectuar una ruptura con el pasado, ruptura que lo habria privado de su raiz, de manera que se puede decir con toda razôn que asimilô bien la frase de San Pablo: «no eres tù quien sostiene la raiz, sino la raiz la que te sostiene a ti» (Rom. 11,18). Por la misma razôn, fue muy dôcil al Magisterio de la Iglesia, al que compete guardar y sefialar la «régla de la fe» 12 a todos los creyentes, y antes que nada a los teôlogos, en virtud dei mandato divino y de la asistencia in­ defectible prometida por Cristo a los Pastores de su rebano ’3. Pero sobre todo reconocia la autoridad suprema y definitiva en materia de fe al magisterio dei Romano Pontifice u, a cuyo juicio sometiô por eso, a punto de ’2 Cf. Summa Theologiae Π-Π q.l a.10 ad 3: ed. Leo­ nina Vin p.24. n Cf. Summa Theologiae ibid., a.10; Le 22,32 alii citado. u Summa Theologiae Π-Π q.l a.10: ed. Leonlna VHI p.23-24. Consûltese lo que escribiô Santo Tomâs en el opusculo In Symbolum Apostolorum Expositio, acerca de la Iglesia romana: Dominus dixit... "Non praevalebunt". Et Santo Tomâs en el contexto de su tiempo 299 morir, todos sus escritos, tal vcz porque era plenamente consciente de la inmensa amplitud y de la audacia de la labor innovadora que habia realizado15. 10. Tal afân de buscar la verdad, entregândose a ella sin escatimar ningùn esfuerzo —afân que Santo Tomâs considero misiôn especifica de toda su vida y que cumpliô egregiamente con su magisterio y con sus escritos—, hace que pueda llamârsele con todo derecho «apostol de la verdad» y que pueda proponerse como ejemplo a todos los que desempenan la funciôn de ensenar. Pero brilla también ante nuestros ojos como modelo admirable de erudito cristiano que, para captar las nuevas inquietudes y responder a las exigentias nuevas del progreso cultural, no siente la necesidad de salir fuera dei cauce de la fe, de la tradition y dei Magisterio, que le proporcionan las riquezas del pasado y el sello de la verdad divina; y, para mantenerse fiel a esta verdad, no rechaza las mùltiples verdades descubiertas por la razôn en el pasado o en el présenté, entre otros motives porque —como dice el mismo Angélico—, sea quien fuere el que las proponga, proceden del Espiritu Santo: «La verdad, quienquiera que la diga, procédé del Espiritu Santo, que infunde la luz natural y mueve a la inteligencia y a la expresiôn de la verdad» 14. MC71 · I IL 11. Mâs bien hay que confesar que su fuerte arraigo en la fe divina impide a Tomâs someterse servilmente a maestros humanos, nuevos o antiguos, y en esto Aristoteles no es para él una exception. Su mente estâ abierta a todos los avances de la verdad, sea cual fuere la fuente de su procedencia: es la primera faceta de su universalismo. Pero hay otro aspecto, que quizâ manifiesta mejor su talante intelectual y su personalidad: la libertad suprema con que se acerca a todos los autores, sin comprometerse con nin­ guna afirmaciôn de autoridad terrena. Esta libertad e independencia intelectual en el campo filosôfico constituye su verdadera grandeza como pensador. En efecto, mostrândose obediente sobre todo a la verdad, Inde est quod sola Ecclesia Petri (in cuius partem venit tota Italia, dum discipuli mitterentur ad praedicandum) semper fuit firma in fide·, et cum in aliis partibus vel nulla fides sit, vel sit commixta multis erroribus, Ecclesia tamen Petri et fide viget et ab erroribus munda est. Nec mirum, quia Dominus dixit Petro (Lc 22,32) : "Ego rogavi pro te, Petre, ut non deficiat fides tua" (a.9: ed. Parmensis XVI [1865] p.148). 15 Cf. Vita S. Thomae Aquinatis auctore Guillelmo de Tocco capitulo XIV, en Fontes vitae S. Thomae Aquinatis, ed. D. Prümmer, O. P., fasc. 21 (Saint-Maximin [Var] 1924) p.81. 14 Summa Theologiae I-II q.109 a.l ad 1: ed. Leonina VII p.290. h R Cartel «Lumen Ecclesiae» . * en materia filosôfica, y juzgandolo todo «no (...) por la autoridad de quien lo afirma, sino por el valor de las afirmaciones en si» 17, pudo tratar con gran libertad las tesis de Aristoteles, de Platon y de otros, sin hacerse aristotélico, ni platônico en sentido estricto. Gracias a esta independencia intelectual —que lo asemeja a los que utilizan los métodos rigurosos de las ciencias positivas—, el Aquinate tue capaz de descubrir y superat las insidias ocultas en el everroismo, de colmar las deficiencias y lagunas de Platon y Aristoteles, y de élaborai una gnoseologia y una ontologia que son una obra maestra de objetividad y de equilibrio 18. Hacia todos los maestros dei espiritu humano sentia très cosas: admiraciôn ante el inmenso patrimonio cultural que entre todos acumularon y legaron a la humanidad 19 ; reconocimiento del valor e importanda, mas también de las limitaciones, de la obra de cada uno 20; finalmente, cierta compasiôn hacia los que, careciendo de la luz de la fe, como los sabios de la antigüedad, experimentaban una an­ gustia humanamente insuperable al enfrentarse con los in­ terrogantes ùltimos de la existencia humana y sobre todo con el problema del fin ùltimo del hombre21, mientras que cualquier pobre vieja, poseyendo la certeza de la fe, esta libre de esa angustia y goza de la luz divina mucho mas que aquellos ingenios soberanos22. . ·» r 12. Pues bien, Santo Tomas, aun remontandose con su .; 17 Exposito super librum Boethii de Trinitate q.2 a.3 ad 8: rec. B. Derker (Leiden 1955) p.97. Cf. Summa Theolo­ giae I q.l a.8 ad 2: Argumentum ab auctoritate fidei est firmissimun, sed ab auctoritate humana est debilissimum (ed. Leonina IV p.22). Otro texto que evidencia la actitud no servit ni puramente historicista o ecléctica de Santo Tomâs en filosofia: Studium philosophiae non est ad hoc quod sciatur quid homines senserint, sed qualiter se habeat veritas rerum (In librum Aristotelis de coelo et mundo commentarium I lect. XXII; ed. Parmensis t. XIX [1865] p.58) Cf. Tractatus de spiritualibus creaturis a.10 ad 8; ed. ·>·· L. W. Keeler (Roma 1938) p.131-133. ’β E. Gilson, L’esprit de la philosophie médiévale, Gif­ ford Lectures (Paris 1932) I p.42; Le Thomisme, Introduction à la philosophie de Sainz Thomas d’Aquin (Paris 1965), pas­ sim. Cf. también F. van Steen-Berghen, Le mouvement doc­ trinal du XI au XIV siècle, en Fliche-Martîn, Histoire de l’Église ΧΊΠ p.270. ” Cf. In XII libros Metaphysicorum Aristotelis Exposi­ tio II lect 1: ed. Taurinensis (1950) n.287 p.82. 20 - - ibld. -------Cf. 21 Cf. Summa contra Gentiles ΙΠ c.48: ed. Leonina XIV p.131-132. 22 Cf. In Symbolum Apostolorum Expositio a.l: ed. Parmensis t. XVI (1865) p.35: Nullus philosophorum ante adventum Christi cum toto conatu suo potuit tantum scire de Deo et de necessariis ad vitam aeternam, quantum post adventum Christi scit vetula per fidem. » Santo Tomâs en el contexto de su tiempo 301 agudisima especulaciôn a las cumbres mas altas de la razôn, era como un nino ante los sublimes e inefables misterios de la fe; solia arrodillarse delante dei crucifijo y al pie del altar, implorando la luz de la inteligencia y la pureza de corazôn que permiten escrutar lùcidamente los secretos de Dios23. Reconocia gustoso que habia aprendido mas en la oraciôn que en el estudio24, y mantenia tan vivo el sentido de la transcendenda divina que ponia como con­ dition primordial, previa a cualquier investigaciôn teolôgica, este principio: «en esta vida tanto mâs perfectamente conocemos a Dios cuanto mejor entendemos que sobrepasa toda capacidad intelectual»25. Y hay que considérai esta afirmaciôn no solo como la tesis principal y como el fun­ damento del método de investigation que da lugar a la Uamada teologia «apofatica», sino también como muestra de su humildad intelectual y de su espiritu de adoraciôn. Si tenemos en cuenta que Santo Tomâs supo armonizar perfectamente el espiritu profundamente cristiano y la agudeza de su talento especulativo, abierto a todos los logros dei pensamiento, tanto antiguo como contemporâneo, no puede sorprendernos que, en plena crisis del siglo χπι, lograra encontrar nuevas formulas para définir las relatio­ nes entre la razôn y la fe; que evitase a tiempo que la doctrina teolôgica se desviase bajo el influjo de las nuevas corrientes filosôficas; que disipase cualquier compromiso equivoco entre las verdades de razôn y las reveladas; finalmente, que presentase batalla a la doctrina de las «dos verdades» —de razôn y de fe— que los cristianos podian admitir, aunque fuesen contradictorias, por motivos diver­ sos; doctrina cuyos factores socavaban la unidad intima del hombre cristiano y pretendian canonizar ya enfonces las polémicas doctrinales que mâs tarde, abandonado el equilibrio conseguido por Santo Tomâs, iban a desgarrar la cultura europea 26. 13. Λ1 realizar la obra cumbre del pensamiento medie­ val, Santo Tomâs no se encontraba solo. Antes y después de él, otros muchos doctores ilustres trabajaron en la mis­ ma direcciôn: entre ellos hay que recordar a San Buenaven­ tura —de cuya muerte se celebra también el VII centena­ rio, pues falleciô el mismo ano que Santo Tomâs—, a San 23 Cf. Summa Theologiae II-II q.8 a.7: ed. Leonina VIII p 72; Vita S. Thomae Aquinatis auctore Guillelmo de Tocco, capitulo xxvm, XXX, IV, en Fontes vitae S. Tho­ mae Aquinatis p.102-103.104-105.106. 24 Vita S. Thomae Aquinatis auctores Guillelmo de Tocco, capitulo XXXI, p.105-106: cf. J. Pieper, Einführung zu Thomas von Aquin (München 1958) p.l72ss. q.8 a.7: ed. Leonina VIII 25 Summa Theologiae II-II p.72. 2A Cf. J. Pieper, o.c., p.69ss. b“ ·♦ ·*' ’Va r.·. k O·^** .. ... . ·■ *'1* ·· '. » *·» .**?·· ·■. · ;· ·« ·· K1 I η **· V fi Carta «Lumen Ecclesiae» 302 xMberto Magno, Alejandro de Hales y Duns Scoto. Pero sin duda Santo Tomâs, por disposition de la divina Provi­ dentia, puso el remate a toda la teologia y filosofia «escolâstica», como suele llamarse, y fijô en la Iglesia el quicio central en tomo al cual, entonces y después, ha podido girar y avanzar con paso seguro el pensamiento cristiano. A él, el Doctor comûn de la Iglesia, dedicamos nuestro aplauso en este ano siete veces centenario de su muerte, como homenaje de gratitud por todo lo que hizo en bene­ ficio del pueblo cristiano y como reconocimiento y exalta­ tion pùbllca de su grandeza imperecedera. II. II VaLORES PERENNES DE LA DOCTRINA Y DEL MÉTODO DE SANTO TOMAS 14. La figura dei Aquinate desborda el contexto his­ torico y cultural en que se moviô, situandose en un piano de orden doctrinal que trasciende las épocas historicas transcurridas desde el siglo xm hasta nuestros dias. Durante esos siglos la Iglesia ha reconocido la importanda y el valor perenne de la doctrina tomista, especialmente en algunos momentos senalados, como en los concilios ecuménicos de Florenda, de Trento y \7aticano 127, con ocasiôn de la promulgaciôn del Côdigo de Derecho canoni­ co 28, y en el concilio Vaticano II, del que luego volveremos a hablar. Ademâs, nuestros predecesores y nosotros mismos hemos afirmado repctidas veces la autoridad de Santo Tomas. No se trata —quede bien claro— de un conservadurismo a ultranza, cerrado al sentido de evoluciôn historica y medroso ante el progreso, sino de una opciôn fundada en razones objetivas e intrinsecas a la doctrina filosofica y teolôgica dei Aquinate, que nos permiten ver en él a un hombre deparado, por superior designio, a la Iglesia, el cual, con la originalidad de su trabajo creador, imprimiô una trayectoria nueva a la historia del pensamiento Cris­ tiano, y principalmente las relaciones entre la inteligen- 15. Para resumir aqui brevemente las razones a que hemos aludido, recordaremos ante todo el realismo gnoseolôgico y ontolôgico, que es la caracteristica primera y prin­ cipal de la filosofia de Santo Tomas. Podemos definirlo también como realismo critico, pues estando vinculado a la perception sensible y, por tanto, a la objetividad de las 27 Leôn ΧΙΠ, encicl. Aeterni Patris, en Leonis XIII Pont. Max. Acta I (Roma 1881) p.255-284. 28 Codex luris Canonici can.1366 ξ 2; ci. can.539 g 1. ■ P· Valores perennes de Santo Tomâs 303 cosas, proporciona el sentido verdadero y positivo del ser. Este realismo posibilita una elaboraciôn mental ulterior que, aun universalizando los datos del conocimiento sensi­ ble, no se aleja de ellos dejândose arrebatar por el torbellino dialectico del pensamiento subjetivo, para terminât casi fatalmente en un agnosticism© mâs o menos radical. Primo in intellectu cadit ens, dice el Angelico en un pasaje famo­ so 29. En este principio fundamental estriba la gnoseologia de Santo Tomâs, cuya mayor novedad consiste en la equilibrada valoraciôn de la experiencia sensible y de los datos auténticos de la conciencia en el proceso cognoscitivo, que sometido a reflexion cristiana, es el punto de arranque de una sana ontologia y, en consecuencia, de todo el edificio teolôgico. Por eso se ha podido definit el pensa­ miento de Santo Tomâs como la filosofia dei ser, considerado tanto en su valor universal como en sus condiciones existenciales; igualmente es sabido que, a partir de esta filosofia, el Aquinate se remonta a la teologia dei Ser divi­ no, cual subsiste en si mismo y cual se revela en su Palabra y en los eventos de la economia de la salvaciôn, especialmente en el misterio de la Encarnacion. Nuestro predecesor Pio XI alabô este realismo ontolôgico y gnoseolôgico, en un discurso pronunciado a los jôvenes universitarios, con estas significativas palabras: «En el tomismo se encuentra, por asi decir, una especie de evan­ gelic natural, un cimiento incomparablemente firme para todas las construcciones cientificas, porque el tomismo se caracteriza ante todo por su objetividad; las suyas no son construcciones o elevaciones dei espiritu puramente abs­ tractas, sino construcciones que siguen el impulso real de las cosas... Nunca decaerâ el valor de la doctrina tomista, pues para ello tendria que decaer el valor de las cosas 30.16 * 16. Una filosofia y una teologia de esta indole son posibles gracias al reconocimiento de la capacidad cognoscitiva dei entendimiento humano, fundamentalmente sano y dotado de un cicrto gusto del ser; en efecto, el entendi­ miento tiende a ponerse en contacto con el ser en toda experiencia, pequena o grande, de la realidad existencial, para asimilarla plenamente y remontarse asi a la conside­ ration de las razones y causas supremas que la explican definitivamente. Ciertamente, Santo Tomâs, como filosofo y teôlogo cristiano, descubre en todos y cada uno de lôs seres una par- 29 Cf. Quaestiones disputatae de veritate q.l Leonina, XXII vol.l faslc.2 p.5. so Discarsi di Pio XI I (Turin 1960) p.668-669. a.l: ed. I II I* / ïc '^?SH 2· 304 I i I : * i IÎ f J Mr . i » • H, h I Carta «Lumen Ecclesiae» ticipaciôn del Ser absoluto, que crea, sostiene y con su dinamismo mueve ex alto todo el universo creado, toda vida, cada pensamiento y cada acto de fe. Partiendo de estos principios, el Aquinate, mientras exal­ ta al maximo la dignidad de la razon humana, ofrece un instrumento valiosisimo para la reflexion teolôgica y al mismo tiempo permite desarrollar y penetrar mas a fondo en muchos temas doctrinales sobre los que él tuvo intuiciones fulgurantes. Asi, los que se refieren a los valores transcendentales y la analogia del ser; la estructura del ser limitado compuesto de esencia y existencia; la relaciôn entre los seres creados y el Ser divino; la dignidad de la causalidad en las creaturas con dependencia dinamica de la causalidad divina; la consistencia real de las acciones de los seres finitos en el piano ontolôgico, con sus repercusiones en todos los campos de la filosofîa y de la teologia, de la moral y de la ascética; la organicidad y el finalismo del orden universal. Y si nos remontamos a la esfera de la ver­ dad divina, hay que decir lo mismo de la idea de Dios como Ser subsistente, cuya misteriosa vida ad intra nos da a conocer la revelaciôn; la deducciôn de los atributos divinos; la defensa de la transcendenda divina contra cual­ quier tipo de panteismo; la doctrina de la creaciôn y de la providenda divina con que Santo Tomas, superando las imagenes y penumbras del lenguaje antropomôrfico, con el equilibrio y el espiritu de la fe que le caracterizan, llevô a cabo una obra que hoy tal vez se llamaria de «demitizaciôn», pero que podemos définir con mayor precision como penetraciôn racional, guiada, apoyada e impulsada por la fe, del contenido esencial de la revelaciôn cristiana. En esta linea y por estas razones, Santo Tomas, asi como exaltô la razôn, del mismo modo presto también un servicio eficacisimo a la fe, como proclamo nuestro predecesor Leon XIII en un texto memorable, segùn el cual el Doctor Angélico «distinguiendo netamente, como debe ser, la razôn y la fe, y conciliandolas armônicamente, salvaguardô los derechos y tutelô la dignidad de ambas, de suerte que la razôn, remontandose en alas de su genio a las mas altas posibilidades humanas, ya apenas puede elevarse mas; y la fe no puede casi esperar de la razôn ayudas mas nu­ merosas y valiosas que las conseguidas gracias a Santo Tomas» 31. 17. Otra razôn de la iroportancia y del valor perenne del pensamiento de Santo Tomas nos la ofrece el hecho de que él, precisamente por la universalidad y transcenden­ da de las razones supremas puestas en el centro de su fiEncicl. Aeterni Patris, Acta I (Roma 1881) p.274. en Leonis XIII Pont. Max. Ί· Valores perennes de Santo Tomas 305 ser— y de su teologia —el Ser divino—, no losofia pretendiô construit un sistema de pensamiento cerrado en si mismo, sino que elaboro una doctrina susceptible de enriquecimiento y progreso continuos. En efecto, lo que él mismo hizo asimilando los frutos de las filosofias antiguas y médiévales, asi como las escasas conquistas de las ciencias antiguas, puede repetirse siempre con relaciôn a cualquier dato verdaderamente valido ofrecido tanto por la filosofîa como por la ciencia, aun la mâs avanzada; lo demuestra la experiencia de numerosos autores que han encontrado precisamente en la doctrina de Santo Tomâs los puntos mâs aptos para acoplar muchos resultados particula­ res de la reflexion filosôfica y cientifica en un contexto de valor universal. 18. A este proposito hay que repetir que la Iglesia, aunque admite sin ningün reparo ciertas limitaciones en la doctrina de Santo Tomâs, sobre todo en los puntos en que depende mâs de las ideas cosmolôgicas y biologicas medievales, advierte, sin embargo, que no todas las teorias filosôficas y cientificas pueden reclamar por igual un sitio dentro de la vision cristiana dei mundo o pretender ser consideradas plenamente cristianas. En realidad, ni siquiera los filôsofos de la antigüedad, entre ellos Aristo­ teles, su preferido, fueron aprobados en este sentido, o aceptados integra y acriticamente por Santo Tomâs. Con relaciôn a ellos, el Aquinate adoptô criterios que siguen siendo vâlidos para discernir la aceptabilidad cristiana del pensamiento filosôfico y cientifico actual. En efecto, mientras Aristoteles y otros filôsofos —con las debidas rectificaciones y adaptaciones— podian y pue­ den aceptarse en virtud del valor universal de sus prin­ cipios, su respeto a la realidad objetiva y su reconocimiento de un Dios distinto del mundo, no puede decirse lo mismo de las filosofias o teorias cientificas, cuyos prin­ cipios fundamentales scan incompatibles con la fe reli­ giosa, ya por apoyarse en el monismo, ya por negar la trascendencia, ya por su subjetivismo o su agnosticism©. Desgraciadamente, hay muchas doctrinas y sistemas mo­ dernos radicalmente irréconciliables con la fe y la teologia cristianas. Sin embargo, Santo Tomâs ensefia como, incluso en este caso, dichos sistemas pueden proporcionar, ya aportaciones particulares ùtiles para el perfeccionamiento y desarrollo constantes de la doctrina tradicional, ya al menos estimulos para reflexionar sobre puntos antes ignorados o insuficientemente explicados. 19. El método seguido por Santo Tomâs en este trabajo de confrontaciôn y asimilaciôn puede servir también de ejemplo a los estudiosos de nuestro tiempo. En efecto, » I» S III Γ··ν< p'r r*z >· -. ; < ·Λ □K- f· £ . -Λ ML. 4 ta I •9 Z ^‘· / * c ■·· >4 u-V, 9 va t» «1 . ** * Μ A· ς ‘ 306 l 'I (M h| > Curta «Lumen Ecclesiae» se sabe que entablaba con todos los pensadores dei pasado y de su tiempo —Cristianos y no cristianos— una especie de dialogo intelectual. Estudiaba sus sentencias, opi­ niones, dudas y dificultades, intentando comprender su intima rafz ideolôgica y no pocas veces sus condicionamientos socio-culturales. Luego, exponia su pensamiento, especialmente en las Quaestiones y en las Summae. No se trataba solo de un inventario de dificultades que habia que resolver o de objeciones que habia que refutar, sino de un planteamiento dialectico dei procedimiento, que lo impulsaba a la biisqueda y a la elaboration de tesis seguras sobre los puntos que eran objeto de reflexidn o de discusion. A veces la confrontation era serena y noblemente polémica, como, por ejemplo, cuando se trataba de defender una verdad impugnada: contra errores, contra gentes, contra impugnantes, etc. Pero en cualquier caso entablaba un dialogo, que se desarrollaba con plena y ge­ nerosa disposition de espiritu para reconocer y admitir la verdad, quienquiera que la dijese; es mas, esta dispo­ sition llevaba a Santo Tomas en no pocos casos a dar una interpretation benigna de sentencias que en el debate re­ sui taban erroneas. Por este camino Santo Tomas llegô a una sintesis gran­ diosa y armônica del pensamiento, de valor verdaderamente universal, en virtud de la cual es maestro también en nuestro tiempo. 20. Queremos seôalar, finalmente, otro mérito que contribuye no poco a la utilidad y excelencia de la doctrina de Santo Tomas: nos referimos a su estilo literario, lim­ pido, sobrio, preciso, forjado en el ejercicio de la ensenanza, en la discusiôn y en la redaction de sus obras. Baste repetir a este proposito lo que se leia en la anti­ gua liturgia dominica en la fiesta dei Aquinate: Stilus brevis grata facundia, celsa, firma, clara sententia (estilo conciso, exposition agradable, pensamiento profundo, den­ so, claro)32. No es esta la ùltima razôn de la utilidad de acudir a Santo Tomas en un tiempo como el nuestro, en el que a menudo se emplea un lenguaje o demasiado complicado y retorcido, o demasiado tosco y vulgar, o incluso tan ambiguo que no serve ni de vehiculo del pensamiento ni de mediador entre los que estan llamados al intercambio y comuniôn en la verdad. 4A 32 In festo S. Thomae Aquinatis II noct. IV resp.; cf. J. Pteper, o.c., p.116. \r M*’ Santo Tomas en nuestro tiempo 307 • ’· * III. I El ejemplo de Santo Tomas para nuestro tiempo 21. En el VII centenario de la muerte de Santo Tomâs, qucremos recordar una vez mas lo que piensa la Iglesia sobre su funciôn en la orientation de los estudios teolôgicos y filosôficos. Asi se vera claramente por que la Iglesia ha querido que las escuelas catôlicas reconocieran y siguieran al Aquinate como «Doctor comûn» en estas ma­ terias. Los Romanos Pontifices sostuvieron con su autoridad la doctrina de Santo Tomâs cuando aun vivia: protegieron al Maestro y defendieron también su doctrina contra los ad­ versarios. Y después de su muerte, cuando algunas propo­ sitiones suyas fueron condenadas por autoridades locales, la Iglesia no dejô de honrar al fiel servidor de la verdad, sino que ratificô su veneration inscribiéndolo en el registro de los Santos (18 de julio de 1323) y concediéndole el titulo de Doctor de la Iglesia (11 de abril de 1567). Λ A ·< . 4ΓΤ 4 22. De esta manera la Iglesia ha querido reconocer en la doctrina de Santo Tomâs la expresiôn particularmente elevada, completa y fiel de su Magisterio y dei sensus fidei de todo el pueblo de Dios, como se habian manifestado en un hombre provisto de todas las dotes necesarias y en un momento historico especialmente favorable. La Iglesia, para decirlo brevemente, convalida con su au­ toridad la doctrina del Doctor Angélico y la utiliza como instrumento magnifico, extendiendo de esta manera los rayos de su Magisterio al Aquinate, tanto y mâs que a otros insignes doctores suyos. Lo reconociô nuestro predecesor Pio XI, al escribir en la enciclica Studiorum du­ cem: «A todo el mundo cristiano interesa que esta conmemoraciôn centenaria se celebre dignamente, porque honrando a Santo Tomâs no solo se manifiesta estima hacia él, sino que se reconoce también la autoridad de la Iglesia docente 33. o Ai·. 23. Ahora bien, como séria prolijo citar todas las pruebas de la gran veneration dada por la Iglesia y los Roma­ nos Pontifices a Santo Tomâs, nos limitaremos a recordar que a finales dei siglo pasado, cuando ya se hacian sentir por doquier las consecuencias de la pérdida del equilibrio entre la razôn y la fe, volvieron a proponer su ejemplo y 33 Encicl. Studiorum ducem·. AAS 15 (1923) 324. Téngase en cuenta lo que escrlbiô Santo Tomâs acerca de las relaciones mutuas entre los Doctores de la Iglesia (y los teôlogos) y el Magisterio: Ipsa doctrina Catholicorum Doc­ torum ab Eccesia auctoritatem habet: unde magis standum est auctoritati Ecclesiae quam auctoritati vel Augustini vel Hieronymi vel cuiuscumque Doctoris, en Summa Theologiae Π-ΙΙ q.10 a.12: ed. Leonina VIII p.94. M 308 U , I Μ · 1 h H il J nil ■ 11 $ » I-' 'Ί. Carta «Lumen Ecclesiae» su magisterio como factores que contribuirian a conseguir la union entre Ia fe religiosa, la cultura y la vida civil, aunque fuera de manera distinta y adaptada a los nuevos tiempos. La Sede Apostôlica incitô y estimulô a un florecimiento de los estudios tomistas. Nuestros predecesores, a partir de Leon XIII, y debido al fuerte impulso que él mismo dio con la enciclica Aeterni Patris, recomendaron el amor al estudio y doctrina de Santo Tomas, para manifestât «la consonancia de su doctrina con la ’revelaciôn’ divina» 34, la armonia entre la fe y la razôn dentro de sus respecti­ ves derechos35, el hecho de que la importancia concedida a su doctrina, lejos de suprimir la emulation en la busqueda de la verdad, la estimula mas bien y la guia con seguridad 36. Ademas, la Iglesia ha preferido la doctrina de Santo Tomas, proclamandola como propia37, sin afirmar con ello que no sea licito seguir otra escuela que tenga derecho de ciudadama en la Iglesia38, y la ha favorecido a causa de su experienda multisecular39. También en la actualidad el Angélico y el estudio de su doctrina constituyen, por ley, la base de la formation teolôgica de los que estan llamados a la misiôn de confirmât y robustecer dignamente a los hermanos en la fe 40. 24. También el concilio Vaticano II ha recomendado a Santo Tomas, dos veces, a las escuelas catôlicas. En efecto, al tratar de la formation sacerdotal, afirmô: «Para explicar de la forma mas completa posible los misterios de la salvation, aprendan los alumnos a profundizar en ellos y a descubrir su conexiôn, por medio de la especulaciôn, bajo el magisterio de Santo Tomas» 41. El mismo concilio ecuménico, en la declaration sobre la education cristiana, exhorta a las escuelas de grado superior a procurat que, «estudiando con esmero las nuevas investigaciones del progreso contemporaneo, se perciba con mayor profundidad como la fe y la razôn tienden a la misma verdad», y afirma acto seguido que a este fin es necesario seguir los pasos de Pio XII, encicl. Humani generis: AAS 42 (1950) 573. 35 Cf. Leon XIII, encicl. Aeterni Patris. 36 Ct. Pio XII, Sermo habitus ad alumnos seminario­ rum, collegiorum et institutorum utriusque cleri (24 lun1939): AAS 31 (1939) 247. M» 37 Cf. Benedicto XV, carta encicl. Fausto appetente die: AAS 13 (1921) 332. 33 Pio XII, discurso pronunciado con ocasiôn del IV centenario de la fundaclôn de la Pontificia Universldad Gregorlana (17 octubre 1953): AAS 45 (1953) 685-68. 3’ Pio XII, encicl. Humani generis: AAS 42 (1950) 573. 40 Codex luris Canonici can.1366 § 2. 41 Decreto Optatam totius sobre la formaclôn sacerdo­ tal η.16: AAS 58 (1966) 723. μ - Sanio Tomâs en nuesiro liempo 309 los Doclores de la Iglesia, cspecialmente de Santo Tomés42. Es la primera vez que un concilio ecuménico recomienda a un teôlogo, y éste es Santo Tomas. En cuanto a nosotros, entre otras cosas, baste repetir las palabras que pronunciamos en otra ocasiôn: «Los que tienen encomendada la funciôn de ensenar... escuchen con reverencia la voz de los Doctores de la Iglesia, entre los que ocupa un lugar eminente Santo Tomas: en efecto, es tan poderoso el talento del Doctor Angélico, tan sincero su amor a la verdad y tan grande su sabiduria al indagar las verdades mas elevadas, al explicarlas y relacionarlas con profunda coherencia, que su doctrina es instrumento eficacisimo, no solo para poner a buen seguro los fundamentos de la fe, sino también para recabar de ella de modo util y seguro frutos de sano progreso» 43. 25. Nos preguntamos ahora si Santo Tomas de Aquino, que —como hemos expuesto— dejô marcada su huella en los siglos, tiene algo que ofrecer a nuestro tiempo. Muchos hombres de hoy, mas claramente que en el pasado, o niegan o ponen en duda que pueda interesarles el mensaje evangélico; y no solo son los no cristianos quienes se plantean el problema. Este roza también el pensamiento de algunos catôlicos, que confrontan las propias creencias con la civilizaciôn actual y con los principales puntos de la cultura profana. A menudo se formulan objeciones de este tipo en nombre de la moderna critica del lenguaje, y se afirma facilmente que el lenguaje, o sea el vocabulario de la fe, ha perdido su transparencia y su capacidad de sig­ nification. A estas objeciones hay que afiadir el hecho de que reiteradamente se ponen en tela de juicio las grandes obras que sintetizan la doctrina escolastica; y no siempre se dis­ tingue suficientemente entre la fe en si y la especulaciôn teolôgica. En efecto, el lenguaje mismo de la teologia es­ colastica, asociado al de una filosofia antigua, en funciôn de ideas superadas, propias de un mundo y de una con­ dition humana completamente distintos de los nuestros, es considerado con demasiada frecuencia como inaceptable e incomprensible. Y no podria ser de otro modo —asi se créé— puesto que las ciencias, la técnica, las relationes so­ ciales, la cultura, la vida pùblica, etc., han originado pro­ fundas transformaciones. Ha habido cambios a nivel del proceso racional del pensamiento y sobre el modo de abordar filosôficamente las cuestiones y de tratar con las fuerzas 42 Cf. Declaration sobre la educaciôn cristlana, Gra­ vissimum educationis η.10: AAS 58 (1966) 737. 43 Discurso a los superiores, profesores y alumnos de la Pontificia Universldad Gregorlana (12 marzo 1964): AAS 56 (1964) 365. F 310 I Λ Μ1 ; I - 9 * ,9 I > Μ « Caria «Lumen Ecclesiae» humanas los temas de la fe. Los sistemas teologicos de antes no encuentran ya en la cultura moderna la correspondencia natural de las cosas con las palabras que los autores y hombres de la época utilizaban para designarias. Se sigue que, estando cerca de la forma mental propia de la época medieval, el pensamiento teologico de Santo To­ mas —como el de cualquier otro autor de la época escolastica—, resulta ahora un tanto dificil, exige tiempo y esfuerzo a los que quieren familiarizarse con él y queda reservado mas que nunca a los especialistas dedicados a estos estudios. Consciente de esta evolucion, el reciente concilio ecuménico ha colocado intencionadamente en una perspectiva nueva a la Iglesia, que reflexiona sobre si misma y que esta présente en un mundo cuya novedad tan nitidamente percibia. *n*-i /, » ■*·_ ; » ϋρ,-ί •V. * r- μι i i > ; Il J · -x ■ · *. f*. · τ& Destrez, J., La «pecia» dans les manuscrits universitaires du XIIIe et du XIVe siècles (Paris 1935). Eh RLE, F. S. 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TIPOGRAFICOS MADRID ί’ h LAUS DEO VIRGINIQUE MATRI "iranr· ι· BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS B A C Enciclopedias HISTORIA DE LOS DOGMAS. Ediciôn dirigida por M. Schmaus A. Grillmeier y L. Scheffczyk. T. I cuad. 3b: La inspiraciôn de la Sagrada Escritura, por J. Beumer, S. I. (ISBN 84-220-0435-6). T. Il cuad. 2b: Los Angeles, por G. Tavard (ISBN 84-220-0438-0). T. IV cuad. 2: Bautismo y confirmaciôn, por P. Burkhard Neunheuser, O. S. B. (ISBN 84-220-0666-9). T. II cuad. 2a: Creacîôn y Providencia, por Léo Scheffczyk (ISBN 84-220-0438-0). BAC Maior COMENTARIOS SOBRE EL «CATECHISMO CHRISTIA­ NO», por B. Carranza (2 vols.). Ed. critica e introducciôn por J. I. Tellechea (1-2) (ISBN 84-220-0014-8). MARTIN LUTERO (2 vols.), por R. Garcia Villoslada (3-4) (ISBN 84-220-0422-4: T. I; ISBN 84-220-0423-2: T. II). LA TEOLOGIA EN EL SIGLO XX (3 vols.). Ed. dirigida por Her­ bert Vorgrimler y Robert Vander Gucht. T. I: El entomo cultural (5) (ISBN 84-220-0432-1). T. II: Teologia general y disciplinas teolôgicas (6) (ISBN 84-220-0660-X). T. III (ùltimo): Disciplinas teolôgicas: Dogma, Moral, Pastoral (7) (ISBN 84-220-0674-X). AGUSTIN DE HIPONA. Maestro de la conversiôn cristiana, por V. Capânaga (8) (ISBN 84-220-0692-8). BAC Normal L FUENTES Y AUTORES CLASICOS 1. Ediciones de la Biblia y del Nuevo T estamento BIBLIA VULGATA LATINA (4.· ed.) (14) (ISBN 84-220-0049-0). SAGRA DA BIBLIA, de Nâcar-Colunga : — Tamano BAC, 24 lâminas en color (33·“ ed.) (1) (ISBN 84-220-0417-8). — Tamaho mayor (16 x 25 ans.), lugares paralelos y 50 lâminas de côdices en color (2.® ed.), tela especial labrada (ISBN 84-220-0013-X). — Tamafto breviario (11 x 17 cms.), 1.676 pâgs. Gama variada de encuademaciones (ISBN 84-220-0048-2). — Ediciôn de bolsillo (9 x 13 cms.) (12.* ed.) (ISBN 84-220-0446-1). — Ediciôn popular (το,5 x *7.5 cms.) (25.® ed.) (ISBN 84-220-0258-2). SAGRADA BIBLIA, de Bover-Cantera (6.® ed.).—Agotada (25-26). NUEVO TESTAMENTO, de Nâcar-Colunga, con 20 lâminas en co­ lor (2.® ed.) (40) (ISBN 84-220-0087-4). NUEVO TESTAMENTO, de J. M. Bover.—Agotada (43). SINOPSIS CONCORDADA DE LOS CUATRO EVANGE­ LIOS, por J. Leal (2.* ed.).—Agotada (124). Textos del cristianismo primitivo y Santos Padres A) Cristianismo primitivo LOS EVANGELIOS APOCREFOS, por A. Santos Otero (3.“ ed.).— Agotada (148) (ISBN 84-220-0069-5). H PADRES APOSTOLICOS, por D. Ruiz Bueno (3.* ed.) (65) (ISBN 84-220-0151-6). ACTAS DE LOS MARTIRES, por D. Ruiz Bueno (3.* ed.) (75) (ISBN 84-220-0152-9). TEXTOS EUQÂRISTICOS PRIMITIVOS (2 vols.). Ed. bilingüe, por J. Solano. I. Hasta fines del siglo IV.—Agotada (88). II y ùltimo. Hasta el fin de la época patristica (118) (ISBN 84-2200320-1). H OBRAS COMPLETAS DE AURELIO PRUDENCIO. Ed. bi­ lingüe.—Agotada (58). I« ORIGENES. Contra Celso, por D. Ruiz Bueno (271) (ISBN 84-2200146-2). B) |U ! »ίΐ| ' 1 il' t r i Santos Padres PADRES APOLOGISTAS GRIEGOS (s.II). Ed. bilingüe, por D. Ruiz Bueno (116) (ISBN 84-220-0147-0)· OBRAS DE SAN JUAN CRIS OST OMO (2 vols.). Ed. bilingüe, por D. Ruiz Bueno. I. Homilias sobre San Mateo (1-45) (141) (ISBN 84-220-0206-X). II y ùltimo. Homilias sobre San Mateo (46-90) (146) (ISBN 84220-0125-X). OBRAS DE SAN JUAN CRISOSTOMO. Tratados ascéticos. Ed. bilingüe, por D. Ruiz Bueno.—Agotada (169). ENCHIRIDION THEOLOGICUM SANCTI AUGUSTINI, por F. Moriones.—Agotada (205). OBRAS DE SAN AGUSTIN. Ed. bilingüe dirigida por el P. Félix Garcia. Vida de San Agustin, por Posidio. Primeros escritos. Introduccion general a San Agustin, por V. Capânaga (4.* ed.) (10) (ISBN 84-220-0231-0). II. Confesiones (6.* ed.).—Agotada (11) (ISBN 84-220-0230-2). III. Obras filosôficas (4.“ ed.) (21) (ISBN 84-220-0257-4)· IV. Obras apologéticas (reimp.) (30) (ISBN 84-220-0239-6). V. Tratado de la Santisima Trinidad (3.* ed.) (39) (ISBN 84 220-0282-5). VI. Tratados sobre la gracia (t.°) (3.· ed.) (50) (ISBN 84-2200283-3). VII. Sermones (3.“ ed.) (53) (ISBN 84-220-0119-5). VIII. Cartas (t.°) (2.a ed.) (69) (ISBN 84-220-0513-1). IX. Tratados sobre la gracia (2.0) (3.· ed.) (79) (ISBN 84-2200662-6). X. Homilias (2.* ed.) (95) (ISBN 84-220-0117-9). XI. Cartas (2.0 y 3.0) (2.· ed.) (99a y 99b) (ISBN 84-220-0018-0). XII. Tratados morales (2.a ed.) (121) (ISBN 84-220-0449-6). XIII. Tratados sobre el EvangeHo de San Juan (1-35) (2.· ed.) (139) (ISBN 84-220-0158-6). XIV. Sobre el Evangelio de San Juan (36-124) (2.* ed.) (165) (ISBN 84-220-0124-1). XV. Tratados escriturarios (2.* ed.) (168) (ISBN 84-220-0124-1)· XVI. La ciudad de Dios (i.°) (2.· ed.) (171) (ISBN 84-220-0087-3)· XVII. La ciudad de Dios (2.°) (2.· ed.) (172) (ISBN 84-220-0123-3)· XVIII. Exposiciôn de las Epistolas a los Romanos y a los Gâlatas. Indice general de conceptos de los 18 primeros volûmenes (187) (ISBN 84-220-0086-5). XIX. Enarraciones sobre los Sal mos (235) (ISBN 84-2200045-8). XX. Enarraciones sobre los Sal mos (246) (ISBN 84-2200046-6). XXI. Enarraciones sobre los Sal mos (3. °) (255) (ISBN 84-2200045-8)XXII. Enarraciones sobre los Salmos (4.0 y ùltimo) (264) (ISBN 84220-0044-X). CARTAS DE SAN JERONIMO (2 vols.). Ed. bilingüe. por D. Ruiz Bueno. I. Cartas 1-83 (219) (ISBN 84-220-0149-7). II. Cartas 84-145 (220) (ISBN 84-220-0150-0). OBRAS DE SAN AMBROSIO. Tomo I: Tratado sobre el Evange­ lic de San Lucas. Ed. bilingüe, por M. Garrido (257) (ISBN 84-2200169-1). OBRAS DE SAN CIPRIANO. Tratados y Cartas. Ed. bilingüe, por J. Campos (241) (ISBN 84-220-0148-9). OBRAS DE SAN BENITO. Su vida y su Régla (2.* ed.) (115) (ISBN 84-220-0082-2). OBRAS DE SAN GREGORIO MAGNO. Regia pastoral. Homi­ lias sobre Ezequiel. Cuarenta homilias sobre los Evangelios (170) (ISBN 84-220-0153-5). ETIMOLOGIAS, de San Isidoro de Sevilla.—Agotada (67). SAN LEON MAGNO. Homilias sobre el aüo litûrgico, por M. Ga­ rrido (291) (ISBN 84-220-0247-7). SANTOS PADRES ESP AN OLES (2 vols.). I. San Ildefonso, por V. Blanco y J. Campos (320) (ISBN 84-2200291-4). II. San Leandro, San Isidoro, San Fructuoso, por J. Campos e I. Roca (321) (ISBN 84-220-0292-2). Cristianismo medieval A) Filosofîa y Teologîa OBRAS COMPLETAS DE SAN ANSELMO (2 vols.). Ed. bilingüe. I. Agotada (82) (ISBN 84-220-0175-6). II. (100) (ISBN 84-220-0175-6). OBRAS DE SAN BUENAVENTURA (6 vols.). I. Introducciôn. Breviloquio. Itinerario de la mente a Dios. Reducciôn de las ciencias a la Teologia. Cristo, maestro ùnico de todos. Excelcncia dei magisterio de Cristo (3.°· ed.) (6) (ISBN 84-220-0161-6). II. Jesucristo (3.· cd.) (9) (ISBN 84-220-0162-4). III. Camino de la sabiduria (3."· ed.) (19) (ISBN 84-220-0163-2). IV. Teologia mistica (2.“ ed.) (28) (ISBN 84-220-0225-6). V. Santisima Trinidad. Dones y préceptes (2.* ed.) (36) (ISBN 84220-0165-9)· VI y ûkimo. De la perfecciôn evangélica. Apologia de los pobres (2.“ ed.) (49) (ISBN 84-220-0166-7)· S UNI A CONTRA LOS GENTILES, de Santo Tomâs de Aquino. Ed. bilingüe. I. Libros I y II (2.“ cd.) (94) (ISBN 84-220-0167-5). II. 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De la ley en general. De la ley antigua. De la gracia.—Ago­ tada (149)· VII. Tratados sobre la fe, esperanza y caridad (180) (ISBN 84220-0208-6). I VIII. La prudencia. La justicia (152) (ISBN 84-220-0209-4). IX. De la religiôn, de las virtudes sodales y de la fortaleza (142) (ISBN 84-220-0210-8). X. De la templanza. De la profecla. De los distintos géneros de vida y estados de perfecciôn (134) (ISBN 84-220-0211-6). XI. Tratado dei Verbo encamado (191) (ISBN 84-220-0212-4). XII. Tratado de la vida de Cristo (131) (ISBN 84-220-0213-2). . XIII. De los sacramentos en general. Del bautismo y confirmaciôn. De la Eucaristia (164) (ISBN 84-220-0214-0). XIV. Penitencia. Extremaunciôn (163) (ISBN 84-220-0215-9). XV. Del orden. Del matrimonio (145) (ISBN 84-220-0216-7). XVI y ûltimo. Tratado de los novisimos. Indice de conceptos de los 16 vols. (197) (ISBN 84-220-0217-5). OBRAS DEL DOCTOR SUTIL JUAN DUNS ESCOTO. Ediciôn bilingue. Dios uno y trino.—Agotada (193). Cuestiones cuodlibetales (277) (ISBN 84-220-0315-5)· » ·» B) Espiritualidad OBRAS COMPLETAS DE SAN BERNARDO (2 vols.). I. Sermones. Sentencias (110) (ISBN 84-220-0037-7)· II y ûltimo. Sermones sobre el Cantar. Tratados. Cartas (130) (ISBN 84-220-0038-5). SAN FRANCISCO DE ASIS. Escritos completos. Biografias y Florecillas (5.· ed.).—Agotada (4) (ISBN 84-220-0078-4)· SANTO DOMINGO DE GUZMAN. Su vida. Su orden. Sus es­ critos (2.® ed.).—(22) (ISBN 84-220-0085-7). OBRAS DE SANTA CATALINA DE SEENA. El diâlogo, por A. Morta (143) (ISBN 84-220-0027-X). BIOGRAFIA Y ESCRITOS DE SAN VICENTE FERRER (153) (ISBN 84-220-0080-6). ESCRITOS DE SANTA CLARA Y DOCUMENTOS CON­ TEMPORANEOS. Ed. bilingue, por I. Omaechevarria.—AgotaG) 4 ■>· .. V’-- L ITERATURA OBRAS LITERARIAS DE RAMON LLULL.—Agotada (31). OBRAS COMPLETAS DE DANTE. Versiôn de N. Gonzâlez Ruiz y José Luis Gutiérrez Garcia (3.» ed.) (157) (ISBN 84-220-0096-2). Λ) Escritura y Teologia COMENTARIOS A LOS CUATRO EVANGELIOS, por J. de Maldonado. I. San Mateo.—Agotada (59). II. San Marcos y San Lucas.—Agotada (72). III y ûltimo. San Juan.—Agotada (112). MISTERIO DE LA VIDA DE CRISTO, por F. Suârez.—Tomo I. Agotada en tela (35) (ISBN 84-220-0226-4). Tomo II y ûltimo. Ago­ tada (55). OBRAS DE FRANCISCO DE VITORIA. Relecciones teolôgicas. E. bilingue por T. Urdânoz (1.404 pâgs.) (198) (ISBN 84-220-0188-8). B) Espiritualidad OBRAS COMPLETAS DEL SANTO MAESTRO JUAN DE AVILA. Ediciôn critica preparada por L. Sala Balust y F. Martin HemAndéz. I. Introducdôn biogrAfica. Audi, filia (302) (ISBN 84-220-0278-8). II. Sermones: Ciclo temporal (303) (ISBN 84-220-0022-9). III. Sermones: Ciclo santoral. Plâticas espirituales. Tratado sobre el sacerdocio (304) (ISBN 84-220-0276-9). IV. Comentarios biblicos (315) (ISBN 84-220-0314-7). Epistolario (313) (ISBN 84-220-0295-7). VI y ûltimo. Tratados de reforma y Escritos menores. Indices de nombres y materias (324) (ISBN 84-220-0280-9). OBRAS COMPLETAS DE SAN IGNACIO DE LOYOLA. 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OBRAS COMPLETAS DE SANTA TERESA (en un solo vol.), por E. de la Madré de Dios y Otger Steggink (4.® ed.) (212) (ISBN 84-2200033-4). CARTAS Y ESCRITOS DE SAN FRANCISCO JAVIER (2.® ed.) (toi) (ISBN 84-220-0083-0). TRATADOS ESPIRITUALES. Melchor Cano: La victoria de si mismo. Domingo de Soto: Tratado del amor de Dios. Juan de la Cruz: Diâlogo sobre la necesidad de la oraciôn vocal, por V. Beltrân de Heredia (221) (ISBN 84-220-0032-6). OBRAS DE SANTO TOMAS DE VILLANUEVA. Sermone· de la Virgen Maria y Obras castellanas (96) (ISBN 84-220-0181-6). SAN JOSE DE CALASANZ. Estudio. Escritos.—Agotada (159)· MISTICOS FRANCISCANOS ESPANOLES (3 vols.). I. Arte para servir a Dios y Espejo de ilustres personas, por A. de Madrid. Ley de amor santo, por F. de Osuna (38) (ISBN 84220-0039-3)· Subida del monte Siôn, por B. de Laredo. Oratorio de religiosos y ejercicio de virtuosos, por Λ. de Guevara. Infancia espiritual, por M. de Medina. Doctrina de las tres vias, por el Beato Nicolas Factor (44) (ISBN 84-220-0040-7). Ill y ûltimo. Meditationes del amor de Dios, por D. de Estella. Dcclaraciones del «Pater noster», por J. de Pineda. Manual de la vida perfecta y Esclavitud mariana, por J. de los Angeles. Exhortaciôn a la verdadera devociôn de la Virgen, por M. de Cetina. Homiliario evangélico, por J. B. de Madrigal (46) (ISBN 84220-0036-9). H TERCER ABECEDARIO ESPIRITUAL de Francisco de Osuna. Ed. critica preparada por M. Andres (333) (ISBN 84-220-0311-2). OBRAS SELECTAS DE SAN FRANCISCO DE SALES. I. Introduction a la vida devota. Sermones escogidos. Conversa· ciones espirituales. Alocuciôn al Cabildo catedral de Ginebra (109) (ISBN 84-220-0020-2). ■ II y ûltimo. Tratado del amor de Dios. Constituciones y Directorio espiritual. Fragmentes del epistolario. Ramillete de cartas en­ teras (127) (ISBN 84-220-0120-9). OBRAS ASCETICAS DE SAN ALFONSO MARIA DE LIGORIO. I. Obras dedicadas al pueblo cn general (78) (ISBN 84-220-0021-0). II y ûltimo. Obras dedicadas al clero en particular (113) (ISBN 84220-0028-8). SAN VICENTE DE PAUL. Biografia y escritos (2.® ed.) (63) (ISBN 84-220-00S4-9). -wl OBRAS DE SAN LUIS MARLA GRIGNION DE MONFORT.Agotada (in). BIOGRAFIA Y ESCRITOS DE SAN JUAN BOSCO (2.» ed.) (135) (ISBN 84-220-0079-2). 73 II, I 1 > I C) Literatura OBRAS COMPLETAS CASTELLANAS DE FRAY LUIS DE LEON (4.» ed.). I. El Cantar de los Cantares. La perfecta casada. Los nombres de Cristo (3a) (ISBN 84-220-0121-7)· IL Exposiciôn sobre Job. Poesias. Indice (3b) (ISBN 84-220-0122-5). OBRAS SELECTAS DE FRAY LUIS DE GRANADA.—Agotada (20). HISTORIA DE LA CONTRARREFORMA, por Ribadeneyra.— Agotada (5). TEATRO TEOLOGICO ESPANOL, por N. Gonzâlez Ruiz. I. Autos sacramentales (3.* ed.) (17) (ISBN 84-220-0155-1). IL Comedias teolôgicas, biblicas y de vidas de santos (3.® ed.) (18) (ISBN 84-220-0156-X). OBRAS DEL P. LUIS DE LA PALMA. Historia de la Pasiôn. Ca­ mino espirituaL Practica y breve declaraciôn del Camino espiritual, por F. X. Rodriguez Molero (261) (ISBN 84-220-0034-2). D) Filosofia. Historia. PensAmiento social y polîtico OBRAS COMPLETAS DE DONOSO CORTES (2 vols.) (2.® ed.) (12-13) (ISBN 84-220-0269-8). OBRAS COMPLETAS DE JAIME BALMES. Biografia y Epistolario (33) (ISBN 84-220-0106-3). II. Filosofia fundamental (2.® ed.) (37) (ISBN 84-220-0107-1). III. Filosofia elemental y El criterio (2.® ed.) (42) (ISBN 84-220o 108-X). IV. El protestantismo comparado con el catolicismo (2.® ed.) (48) (ISBN 84-220-0097-0). V. Estudios apologcticos. Cartas a un escéptico. Estudios socia­ les. Del clcro catôlico. De Cataluôa (51) (ISBN 84-220-0098VI. 0). Escritos politicos (r.°) (52) (ISBN 84-220-0127-6). ft VIL Escritos politicos (2.°) (57) (ISBN 84-220-0126-8). VIII y ultimo. Biograflas. Miscelâneas. Primeros escritos. Poesias. Indices (66) (ISBN 84-220-0116-0). ANTOLOGIA GENERAL DE MENENDEZ PELAYO, por José Maria Sânchez de Muniâin. I. Biografia. Juicios doctrinales. Juicios de Historia de la Filosofia. Historia general y cultural de Espana. Historia religiosa de Es­ pana (155) (ISBN 84-220-0115-2). II y ûltimo. Historia de las ideas estéticas. Historia de la Literatura espaüola. Notas de Historia de la Literatura universal. Selecciôn de poesias. Indice (156) (ISBN 84-220-0114-4). HISTORIA DE LOS HETERODOXOS ESPANOLES, de Me­ néndez Pclayo. I. (2.® ed.) (150) (ISBN 84-220-0112-8). II y ûltimo. (2.® ed.) (151) (ISBN 84-220-0111-X). Derecho canonico y documentas pontificios y conciliares CODIGO DE DERECHO CANONICO Y LEGISLACION COMPLEMENTARIA, por L. Miguélez, S. Alonso y M. Cabreros (9.® ed.) (7a) (ISBN 84-220-0248-5). DERECHO CANONICO POSCONCILIAR. Suplemento al Côdigo de Derecho canonico bilingüe de la Biblioteca de Autores Cris­ tianos, por L. Miguélez, S. Alonso y M. Cabreros (4.“ ed.) (7b) (ISBN 84-220-0088-1). 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De mandatis Dei et Ecclesiae. De statibus particularibus (2.* ed.).—Agotada (106). III y ùltimo. Theologia moralis specialis. De sacramentis. De de­ lictis et poenis (2.* ed.).—Agotada (117). THEOLOGIA MORALIS COMPENDIUM, por M. Zalba. I. Theologia moralis fundamentalis. De virtutibus moralibus (175) (ISBN 84-220-0170-5). II y ùhimo. De virtutibus theologicis. De statibus. De sacramentis. De delictis et poenis (176) (ISBN 84-220-0171-3). TEOLOGIA MORAL PARA SEGLARES, por A. Royo Marin. I. Moral fundamental y especial (4A ed.) (166) (ISBN 84-2200441-0). II y ultimo. Los sacramentos (3.* ed.) (173) (ISBN 84-220-0228-0). TRATADO DE MORAL PROFESIONAL, por A. Peinador (2.* ed.) (215) (ISBN 84-220-02-14-2). rios a la «Ecclesiam suam». Ed. preparada por el Instituto Social Leôn XIII (2.» ed.) (252) (ISBN 84-220-0142-X). TEOLOGIA DE LA PERFECCION CRISTIANA, por A. Royo Marin (5.“ ed.) (114) (ISBN 84-220-0183-7). (ISBN 84-220-0189-6) 220-0195-0). LA EVOLUCION MISTICA, por J. G. 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M.e Cabodevilla (319) (ISBN 84-220-0288-4). ASAMBLEA CONJUNTA OBISPOS-SACERDOTES, por el Secretariado Nacional dei Clero Agotada (328) TITUCION», por L. Vischer (337) (ISBN 84-220-0347-3)· CREO EN LA IGLESIA. Renovaciôn y fidelidad, por el Card. Mar­ celo Gonzalez Martin (2.“ ed.) (341) (ISBN 84-220-0408-9). ESCRITOS PASTORALES, por Mons. Eduardo Pironio (344) (ISBN 84-220-0437-2). laciones entre la Santa Sede y el Patriarcado de Constantinople (1958-1972) (345) (ISBN 84-220-0439-9^^^ LOS GRANDES MAESTROS DE L/\ VIDA ESPIRITUAL por Λ. Royo Marin (347) (ISBN 84-220-0650-2). DOCUMENTOS COLECTIVOS DEL EPISCOPADO ESPA5)OL. Ed. completa, preparada por J. Iribarren (355) (ISBN 84-2200673-1). FERIA DE UTOPIAS, por J. M.· Cabodevilla (359) (ISBN 84-2200679-0). ELEVACIONES SOBRE EL AMOR DE CRISTO, por A. Orbe (364) (ISBN 84-220-0687-1). EL APOSTOLADO SEGLAR EN ESPAÇA. Oricntacioncs fun­ damentales, por la Comisiôn Episcopal de Apostolado Scalar (367) (ISBN 84-220-0700-2). 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SOCIOLOGIA Y TEOLOGIA DE LA TECNICA, por M. Brugarola (270) (ISBN 84-220-0198-5)· COMENTARIOS A LA CONSTITUCION «GAUDIUM ET SPES», SOBRE LA IGLESIA EN EL MUNDO ACTUAL. Ed. dirigida por el Card. A. Herrera Oria (276) (ISBN 84-220-0140-3). LA POLITICA DOCENTE. Estudio a la luz dei Vaticano II, por J. Garcia Carrasco (289) (ISBN 84-220-0234-4). LIBERACION MARXISTA Y LIBERACION CRISTIANA, por A. Lôpez Trujillo (354) (ISBN 84-220-0671-5). LOS ORIGENES DEL MARXISM O, por C. Valverde (358) (ISBN 84-220-0678-2). SOCIEDAD Y DELTNCUENCIA EN EL SIGLO DE ORO, por P. Herrera Puga (363) (ISBN 84-220-0609-5). LA IGLESLA ANTE EL PROCESO DE LIBERACION, por A. Bandera (373) (ISBN 84-220-0709-6). • '•â. 11 ORIGEN DE LA VIDA Y DEL HOMBRE, por A. Haas.—Agotada (231). CIENCIA MODERNA Y FILOSOFIA, por J. M? Riaza (3.* ed.) (105) (ISBN 84-220-0238-8). EL COMIENZO DEL MUNDO, por J. M.B Riaza (2.* ed.) (179) (ISBN 84-220-0102-0). AZAR, LEY Y MILAGRO, por J. M.* Riaza (236) (ISBN 84-2200105-5). LA EVOLUCION, por M. Crusafont, B. Meléndez y E. Aguirre (2.* ed.) (258) (ISBN 84-220-0676-6). DIALOGOS SOBRE LA FISICA ATOMICA, por W. Heisenberg (340) (ISBN 84-220-0403-8). LA IMAGEN FISICA DEL MUNDO, por C. F. von Weizsâcker (366) (ISBN 84-220-0694-4)· MAS ALLA DE LA FISICA. Atravesando fronteras, por W. Heisen­ berg (370) (ISBN 84-220-0704-5). 12. Arte y literatura EL ARTE SACRO ACTUAL, por J. Plazaola. Con 48 laminas en negro y 16 en color (250) (ISBN 84-220-0035-0). SUMA POETICA, por Pemân y Herrero Garcia (2.* ed.).—Agotada (2). LOS GRANDES TENIAS DEL ARTE CRISTIANO EN ES­ PAÇA. Nacimiento e infancia de Cristo, por H. J. Sânchez Cantôn, 304 lâminas.—Agotada (34). II. Cristo en el Evangelio, por F. J. Sânchcz Cantôn.—Agotada (64). III. La pasiôn de Cristo, por J. Camôn Aznar, 303 1A minas (47) (ISBN 84-220-0319-8). 2· 3· 6. 8. 9. ίο CONCILIO VATICANO Π. Constituciones. Decretos. Declaraciones (28.* ediciôn) (ISBN 84-220-0646-7). OCHO GRANDES MENSAJES. Rerum novarum. Quadra­ gesimo anno. Mater et magistra. Pacem in terris. Ecclesiam suam. Populorum progressio. Gaudium et spes. Octogesima adveniens (7.“ ed.) (ISBN 84-220-0645-6). EL DERECHO A LA VERDAD. Doctrina de la Iglesia sobre prensa, radio y televisiôn, por J. Iribarren (ISBN 84-220-0139-X). NUEVO TESTAMENTO. Traducciôn NAcar-Colunga (ISBN 84-220-0303-1). LA REGULACION DE LA NATALIDAD. Texto bilingûe de la