INDICE DE LAS ORACIONES Or 1 Querida Virgen Santisima Or 2 [Billete de su Profesiôn] Or 3 Miradas de amor a Jesûs Or 4 Homenaje a la Santisima Trinidad Or 5 «Flores misticas» Or 6 Acto de Ofrenda al Amor Misericordioso Or 7 [Oraciôn a Jesûs en el sagrario] Or 8 [Oraciôn para el abate Bellière] Or 9 [Oraciôn de Celina y de Teresa] Or 10 [Ofrenda del dia] Or 11 Que yo me parezca a ti Or 12 Consagraciôn a la Santa Faz Or 13 «Padre eterno, tu Hijo ûnico» Or 14 [Al Niüo Jesûs] Or 15 «Padre eterno, ya que me has dado» Or 16 [A la Santa Faz] Or 17 «Seüor Dios de los ejércitos» Or 18 Santos Inocentes y San Sebastian Or 19 [Acto de fe] Or 20 Oraciôn para alcanzar la humildad Or 21 «Si yo fuese la Reina del cielo» Or 1 Querida Virgen Santisima Querida Virgen Santisima, haz que tu Teresita ya nunca mas se atormente. NOTAS Or 1 - QUERIDA VIRGEN SANTISIMA Documento: autôgrafo. - Fecha: junio (?) 1894. - Publication: Prières (1988). Dos lineas a tinta, de la mano de Teresa, a continuation de una poesia copiada por sor Inès de Jesûs para el 21 de junio, fiesta de la madré Maria de Gonzaga, después de la primera comuniôn de Teresa (8 de mayo de 1884, a la que hace alusiôn). Séria, pues, en torno al 21 de junio cuando Teresa (de once aüos) escribiô esta plegaria. La caligrafia es sin duda alguna la de 1884. csQué sufrimiento «atormentaba» en esas fechas a la nina Teresa que justificase este grito dirigido a Maria? El primer Manuscrite puede ofrecernos la respuesta: «... la Santisima Virgen permitié este tormento para bien de mi aima» (Ms A 31 r°). Recordemos los hechos: el 13 de mayo de 1883, Teresa se cura de una enfermedad nerviosa gracias a la sonrisa de la Santisima Virgen. En un primer momento quiere guardar el secreto. Pero Maria, su hermana mayor, lo descubre y se lo cuenta a las carmelitas. La niüa empieza a dudar y créé «haber mentido». Le han robado su «felicidad». Ya no siente mas que «humillaciôn» y un «profundo horror» (ibid.). Su sufrimiento dura, pues, desde hace un ano cuando Teresa conjura aqui a la Virgen que la libre de él. Y, en efecto, disfrutarâ de un periodo de calma «durante casi un ano», 1884-1885 (cf Ms A 32v°). Pero la liberation definitiva no tendra lugar hasta el 4 de noviembre de 1887, en Nuestra Senora de las Victorias; ese dia, «la Santisima Virgen me hizo sentir que habia sido realmente ella quien me habia sonreido» (Ms A 56v°). «Querida Virgen Santisima»: Teresa volverâ a lanzar esa misma exclamation en su lecho de muerte (CA 30.9.6). Or 2 [Billete de su Profesiôn] 8 de septiembre de 1890 jOh Jesûs, divino esposo mio <1>!, que nunca pierda yo la segunda vestidura de mi bautismo <2>. Llévame antes de que cometa la mas leve falta voluntaria. Que nunca busqué yo, y que nunca encuentre, cosa alguna fuera de ti; que las criaturas no sean nada para mi y que yo no sea nada para ellas, sino que tû, Jesûs jlo seas todo <3>...! Que las cosas de la tierra no lleguen nunca a turbar mi aima, y que nada turbe mi paz. Jesûs, no te pido mas que la paz, y también el amor, un amor infinito y sin mas limites que tû mismo, un amor cuyo centro no sea yo sino tû <4>, Jesûs mio. Jesûs, que yo muera mârtir<5> por ti, con el martirio del corazôn o con el dei cuerpo, o mejor con los dos... Concédeme cumplir mis votos con toda perfection, y hazme comprender corno debe ser una esposa tuya. Haz que nunca sea yo una carga para la comunidad, sino que nadie se ocupe de mi, que me vea pisada y olvidada <6> como un granito de arena tuyo, Jesûs. Que se cumpla en mi perfectamente tu voluntad, y que yo llegue al lugar que tû has ido por delante a prepararme... Jesûs, haz que yo salve muchas aimas, que hoy no se condene ni una sola y que todas las almas dei purgatorio alcancen la salvation <8>... Jesûs, perdôname si digo cosas que no debiera decir, solo quiero alegrarte< 9> y consolarte. NOTAS Or 2 - BILLETE DE SU PROFESIÔN Documento: autôgrafo. - Fecha: para el 8 de noviembre de 1890. Publicaciôn: HA 98, pp. 127s (retocada) y Manuscrits autobiographiques, 1957. Sobre las disposiciones interiores de Teresa en el momento de su profesiôn, cf Ms A 75r°/77v° y las que cartas que escribiô durante los ejercicios espirituales de diez dias previos a la misma (Cta 110-117). Al escribir este billete, Teresa hace suya una tradiciôn del Carmelo. Era costumbre en aquel tiempo que la novicia en la toma de hâbito -o la profesa el dia de su profesiôn- llevase sobre su pecho un billete de esa indole, en el que pedia para si y para sus amigos las gracias que deseaba alcanzar. Una tradiciôn aseguraba que todas las peticiones que se hacian en el momento de la postraciôn solemne, con los brazos en cruz, sobre la alfombra de buriel, serian escuchadas. <1> La profesiôn consagra a Teresa como «esposa» de Jesûs. Este tema recurre a menudo bajo su pluma, especialmente en la correspondencia con Celina. <2> Una larga tradiciôn espiritual ve en la profesiôn religiosa un «segundo bautismo», que devuelve al aima su «vestidura de inocencia» (Or 5); cf Cta 114 y Ms a 70 r°. <3> Eco, sin duda, de la Imitation de Cristo, pero también de san Juan de la Cruz de quien Teresa se fue impregnando a lo largo de todo el ano 1890 (cf MsA83r°). <4> Bajo un vocabulario muy sencillo, Teresa pide en realidad la «transformaciôn de amor» por la que el Amado y el aima «el uno da posesiôn de si al otro y cada uno se déjà y trueca por el otro» (Cântico Espiritual, B, cane. 12, 7). <5> Uno de los profundos deseos de Teresa desde su misma infancia; cf Ms B 3r°. En 1896 afirmarâ que esos «deseos de martirio no son nada» (Cta 197). Sin embargo, sufrirâ el «martirio del cuerpo» por la enfermedad, y el «martirio del corazôn» de mùltiples maneras (cf Cta 167 y 213). <6> La constante aspiration de Teresa; cf Cta 95, 103, 176; MsA71r°; P 15,7; etc. <7> Uno de simbolos preferidos de Teresa desde marzo de 1888; cf Cta 45 y 111. Pero después de su profesiôn solo volverâ a aparecer en junio de 1897 (Ms C 2v°). <8> Ya en su toma de hâbito expresaba Teresa este mismo deseo (Cta 74). En el examen canonico, el 2 de septiembre de 1890, insiste en la orientation apostôlica de su vocation: «salvar aimas» (Ms A 69v°). Y hasta en la enfermeria conservarâ Teresa el preocupaciôn por las «aimas del purgatorio»; CA 18.5.2; 6.8.4; 11.9.5, etc. En fecha desconocida, habia hecho el «acto heroico» (o renuntia a sus méritos) en favor de esas aimas (cf PA, pp. 178 y 286s). <9> Ser la alegria de Jesûs, agradarle, hacerle feliz, consolarle: ése es el ùltimo resorte de toda la existencia de Teresa. Or 3 Miradas de amor a Jesûs Jesûs, tus humildes esposas hacen el proposito de mantener los ojos bajos en el refectorio, a fin de honrar y de imitar el ejemplo que tû les diste en el palacio de Herodes <1>. Cuando ese principe impio se burlaba de ti, Hermosura infinita, ni una sola queja saliô de tus divinos labios, ni siquiera te dignaste posar en él tus ojos adorables. Ciertamente, divino Jesûs, Herodes no merecia que lo miraras; pero nosotras, que somos tus esposas, deseamos atraer sobre nosotras tu mirada divina; te pedimos que nos recompenses con una mirada de amor<2> cada vez que nos privemos de levantar los ojos; y te pedimos también que no nos niegues tampoco tu dulce mirada cuando caigamos, pues no llevaremos cuenta <3> de nuestros fallos <4>. Formaremos un ramillete que tû, asi lo esperamos, no vas a rechazar. En esas flores verâs nuestro deseo de amarte, de parecernos a ti, y bendecirâs a tus pobres hijas. iJesûs, miranos con amor y danos tu dulce beso! Amén. NOTAS Or 3 - MIRADAS DE AMOR A JESÛS Doc.: CE II, 181 r°/v°. - Fecha: julio (?) de 1893. - Compuesta para: si misma y para sor Marta de Jesûs. - Publ.: HA 14, p. 267 (retocada); HA 53, p. 256. Teresa compuso esta oraciôn, probablemente en julio de 1893, para sor Marta de Jesûs y para si misma. Habian hecho la profesiôn en septiembre de 1890 y continuaban el noviciado bajo la direction de la madré Maria de Gonzaga. En el Carmelo, con el fin de conservar el espiritu de soledad, incluso durante las comidas en comunidad, se recomendaba a las carmelitas que tuvieran siempre los ojos bajos. Teresa se somete a esta prâctica ascética: ella vive en presencia de una persona, Jesûs; por amor a él no desperdiciarâ «ni una sola mirada» (cf Ms B 4r°). Asi se explica su exigencia sobre este punto, y no solo respecto a sor Marta sino respecto a todas las novicias. <1> Lucas solo habla dei silentio de Jesûs, pero para Teresa Cristo en la Pasiôn se identifica con la Santa Faz, con los «ojos bajos» (Cta 110, Cta 87; CA 5.8.7). <2> El tema de la «mirada de amor» es eminentemente teresiano, y probablemente lo tomé de san Juan de la Cruz. Esta mirada reciproca entre Jesûs y el aima «esposa» es para Teresa como el simbolo de la vida contemplativa. <3> A Teresa le repugna por temperamento eso de «llevar las cuentas». Si en julio de 1893 coge un «rosario de prâcticas», lo hace «por caridad» con sor Marta (Cta 144); y reconoce que, en esa época, esa ascesis le es «de gran utilidad». <4> «... nuestros fallos»; el rasgo genial de esta oraciôn de apariencia tan modesta, y ahi esta una vez mas el secreto de esa inversion teresiana que dinamizarâ el «caminito». Cf Prières, p. 66. Or 4 Homenaje a la Santisima Trinidad Aqui estamos, Dios mio, postradas ante ti. Venimos a implorar la gracia de trabajar por tu gloria. Las blasfemias de los pecadores resuenan dolorosamente en nuestros oidos. Y para consolarte y reparar las injurias que te hacen sufrir las aimas redimidas por ti, joh adorable Trinidad!, queremos formar un concierto con todos los pequehos sacrificios que vamos a hacer portu amor. Durante quince dias, te ofreceremos el canto de los pajarillos <1> del cielo, que no cesan de alabarte y de reprochar a los hombres su ingratitud. Te ofrecemos también, Dios mio, la melodia de los instrumentos musicales, y esperamos que nuestra aima merezca ser una lira armoniosa que tù hagas vibrar para consolarte de la indiferencia de tantas aimas que no piensan en ti. Queremos también, durante ocho dias, atesorar diamantes y piedras preciosas que reparen el ansia de los pobres mortales por correr tras las riquezas pasajeras sin pensar en las eternas. jDios mio!, concédenos la gracia de ser nosotras mas diligentes en la bùsqueda de los sacrificios, que las aimas que no te aman en correr tras los bienes de la tierra <2>. Por ùltimo, durante ocho dias, tus hijas recogerân el perfume de las flores, deseando reparar asi las indelicadezas que te hacen sufrir las aimas sacerdotales y religiosas <3>. jOh, bienaventurada Trinidad!, concédenos la gracia de ser fieles y la de poseerte cuando termine el destierro de esta vida... Amén. NOTAS Or 4 - HOMENAJE A LA SANTISIMA TRINIDAD Doc.: CE II, 180v°/181r°. - Fecha: febrero de 1894. - Compuesta para: si misma y sor Marta de Jesûs. - Publ.: HA 53, p. 255s. Para situar esta oraciôn de reparation, es importante encuadrarla en la gran corriente reparadora que se desarrollô en el siglo XIX, todavia bajo la fuerte impresiôn de las violentias antirreligiosas de la Revolution francesa. Y lo primera que tenemos que decir es que este texto, aparté su dedicatoria a la Santisima Trinidad, no tiene nada en comûn con las formulas que corrian entre manos en aquella época. En 1885, Teresa adolescente se afilié a la Archicofradia Reparadora de Saint-Dizier (1847) y a la Cofradia de la Santa Faz de Tours (1876). Es conocido el importante papel que jugaron M. Dupont, «el santo hombre de Tours», y sor Maria de San Pedro en la difusiôn y el desarrollo del movimiento reparador. Las apariciones de la Salette (19 de septiembre de 1846) vendrian a fortalecer todavia mas ese movimiento. Teresa conociô sin duda el Association de prières contre la blasphème, les imprecations et la profanation des jours de dimenche et de fête. Estas corrientes de piedad, muchas veces explotadas sin discreciôn con un trasfondo apocaliptico, propiciaron la multiplicaciôn de «victimas de la justicia de Dios» (Ms A 84r°). Cf Or 6. <1> En dos semanas, el «Nûmero total de melodias cantadas por los pâjaros» (es decir, los sacrificios de Teresa y de Marta anotados en una hoja) es de 208; esa misma cuenta para los «instrumentos musicales», las «piedras preciosas» y «el perfume de las flores». <2> Probable alusiôn al trabajo en domingo, profanation deplorada por la Virgen de la Salette. <3> Cf Cta 261, donde las «indelicadezas» son la manera de actuar de los «amigos» de Jesûs; las «aimas sacerdotales y religiosas» son una de las grandes preocupaciones en la oration de Teresa; cf Ms A 69v°. Or 5 «Flores misticas» Cubierta: jMagdalena! jMi queridisma esposa! Yo soy todo tuyo y tù eres mia para siempre. Pagina dei titulo: 1 r°Flores Misticas <1> destinadas a formar una Cesta de Bodas. Se oyô una voz: «Que llega el Esposo, salid a recibirlo...» (Evangelio) Aspiraciones <2>: (Para el texto completo de las paginas, cf Prières p. 73. Omitimos aqui el enunciado dei dia y la palabra «Aspiraciones» que se repite dieciséis veces.) 2r°Rosas blancas. iJesûs, purifica mi aima para se haga digna de ser tu esposa! 2v°Margaritas. i Jesûs, concédeme la gracia de realizar todos mis actos solo por complacerte a ti! 3r°Violetas blancas. jJesûs, manso y humilde de corazôn, haz mi corazôn semejante al tuyo! 3v°Lirio de los valles. Santa Teresa, Madré mia, enséhame a salvar aimas, para que pueda ser una verdadera carmelita <3>. 4r°Agavanzo. Jesûs, a ti solo sirvo <4> cuando sirvo a mis Madré y a mis hermanas. 4v°Flores de te. Jesûs, Maria y José, concededme la gracia de hacer unos buenos ejercicios espirituales y preparad mi aima para el hermoso dia de mi profesiôn. 5r°Campanillas blancas. Santa Maria Magdalena, obténme la gracia de que mi vida no sea mas que un acto de amor. 5v°Madreselva. Jesûs, enséname a renunciar siempre a mi misma para agradar a mis hermanas. 6r°Vincapervincas blancas. Dios mio, yo te amo con todo el corazôn. 6v°Peonias blancas. Dios mio, mira el Rostro de Jesûs y convierte en elegidos a los pobres pecadores <5>. 7r°Jazmin. Jesûs, no quiero probar ninguna alegria tuera de ti. 7v°Miosotis blancas. Santo àngel de mi guarda, cûbreme siempre con tus alas, para que nunca tenga la desgracia de ofender a Jesûs. 8r°Reina de los prados. Maria, Madré mia querida, concédeme la gracia de no empanar nunca la vestidura de inocencia que me vas a dar el dia de mi profesiôn. 8v°Verbenas blancas. Dios mio, creo en ti, espero en ti, y te amo con todo el corazôn. 9r°Lirios blancos. Dios mio, te doy gracias por todas las gracias que me has concedido durante estos ejercicios. 9v°Ha llegado el Gran Dia <6>. Flor de lis. i i jMi Jesûs amado, tû eres ya todo mio y yo soy ya para siempre tu humilde esposa...!!! NOTAS Or 5 - FLORES MISTICAS Doc.: autôgrafo. - Fecha: para el 20 de noviembre de 1894. - Compuesta para: sor Maria Magdalena. - Publ.: Prières (1988). En el cuaderno (de 10/8'3 cms), conservado en un sobre, la madré Inès escribiô: «Cuadernillo escrito por sor Teresa del Nino Jesûs para preparar a sor maria Magdalena para la profesiôn». Maria Magdalena, primera profesa de la madré Inès y muy apegada a ella, huye de Teresa, que es muy perspicaz para con ella. Obligada a usar una gran discretion con una comparera tan desconfiada, Teresa le propone un florilegio de orationes de lo mas modesto. En él sigue exactamente el esquema que en 1884 préparé sor Inès para la primera comuniôn de Teresa. Senalemos por ùltimo que en 1910 sor Maria Magdalena tenia aùn «este cuadernito en su celda» (PA, p. 591). <1> Adjetivo raro en Teresa: Ms A 79r°; P 36,7; y aqui. <2> Algunas llevan el sello de Teresa, pero el conjunto es convencional. <3> Cf «Una carmelita que no fuese apôstol dejaria de ser hija de la serâfica santa Teresa» (Cta 198). <4> Delicada alusiôn a la condition de hermana conversa de Maria Magdalena. <5> Segùn una tradition oral, transmitida por sor Genoveva, durante la elevation de la hostia en la Misa, Teresa decia y hacia decir a las novicias: «Padre santo, mira el Rostro de Jesûs y convierte en elegidos a todos los pecadores». Sabemos también que, en la elevation del câliz, Teresa decia: «Sangre divina de Jesûs, riega nuestra tierra y haz que germinen los elegidos», inspirândose para esto en sor Maria de San Pedro. <6> La misma expresiôn en Ms A 25r°, para la primera comuniôn de Celina. Or 6 Acto de Ofrenda al Amor Misericordioso J.M.J.T. Ofrenda de mi misma como victima de holocausto al amor misericordioso de Dios <1> jOh Dios mio, Trinidad santal, yo quiero amarte y hacerte amar<1>, y trabajar por la glorification de la santa Iglesia salvando a las aimas que estân en la tierra y liberando a las que sufren en el purgatorio. Deseo cumplir perfectamente tu voluntad y alcanzar el grado de gloria que Tù me has preparado en tu reino. En una palabra, quiero ser santa. Pero siento mi impotentia, y te pido, Dios mio, que Tù mismo seas mi santidad <3>. Ya que me has amado <4> hasta darme a tu Hijo ùnico para que fuese mi Salvador y mi Esposo, los tesoros infinitos de su méritos son mios; te los ofrezco gustosa, y te suplico que no me mires sino a través de la Faz de Jesûs y en su Corazôn abrasado de amor<5>. Te ofrezco también todos los méritos de los santos (de los que estàn en el cielo y de los que estân en la tierra), sus actos de amor y los de los santos ângeles. Y por ûltimo, te ofrezco, joh santa Trinidad!, el amor y los méritos de la Santisima Virgen, mi Madré querida; a ella le confio mi ofrenda <6>, pidiéndole que te la présente. Su divino Hijo, mi Esposo amadisimo, en los dias de su vida mortal nos dijo: «Todo lo que pidâis al Padre en mi nombre, os lo concédera». Por eso estoy segura de que escucharâs mis deseos. Lo sé, Dios mio, cuanto mas quieres dar, tanto mas haces desear <7>. Siento en mi corazôn deseos inmensos <8>, y te pido confiadamente que vengas a tomar posesiôn de mi alma, jAy!, no puedo recibir la sagrada Comuniôn con la frecuencia que deseo,pero, Senor, <,no eres Tù todopoderoso...? Quédate en mi como en el sagrario, no te alejes nunca de tu pequena hostia <9>... Quisiera consolarte de la ingratitud de los malos, y te suplico que me quites la libertad de desagradarte <10>. Y si por debilidad caigo alguna vez, que tu mirada divina purifique <11> enseguida mi aima, consumiendo todas mis imperfecciones, como el fuego, que todo lo transforma en si... Te doy gracias, Dios mio, por todos los beneficios que me has concedido, y en especial por haberme hecho pasar por el crisol del sufrimiento <12>. En el ùltimo dia te contemplaré llena de gozo llevando el cetro de la Cruz. Ya que te has dignado darme como lote esta cruz tan preciosa, espero parecerme a ti en el cielo y ver brillar en mi cuerpo glorificados los sagrados estigmas de tu Pasiôn... Después del destierro de la tierra, espero ir a gozar de ti en la Patria, pero no quiero acumular méritos para el cielo <13>, quiero trabajar solo por tu amor, con el ùnico fin de agradarte, de consolar a tu Sagrado Corazôn y de salvar aimas que te amen eternamente. En la tarde de esta vida <14>, compareceré delante de ti con las manos vacias <15>, pues no te pido, Senor, que lleves cuenta de mis obras. Todas nuestras justicias tienen manchas <16> a tus ojos. Por eso yo quiero revestirme de tu propia Justicia y recibir de tu Amor la posesiôn eterna de Ti mismo. No quiero otro trono ni otra corona que Tù mismo, Amado mio... A tus ojos, el tiempo no es nada, y un solo dia es como mil anos. Tù puedes, pues, prepararme en un instante para comparecer delante de ti... A fin <17> de vivir en un acto de perfecto amor<18>, yo me ofrezco como victima de holocausto a tu Amor misericordioso, y te suplico que me consumas sin césar<19>, haciendo que se desborden sobre mi aima las olas de ternura infinita que se encierran en ti, y que de esa manera llegue yo a ser mârtir de tu amor, Dios mio... Que ese martirio, después de haberme preparado para comparecer delante de ti, me haga por fin morir<20>, y que mi aima se lance sin demora <21> al eterno abrazo <22> de tu Amor misericordioso... Quiero, Amado mio, renovarte esta ofrenda <23> con cada latido de mi corazôn y un nûmero infinito de veces, hasta que las sombras se desvanezcan y pueda yo decirte mi amor en un cara a cara eterno... Maria Francisca Teresa del Nino Jesûs y de la Santa Faz rel. carm. ind. Fiesta de la Santisima Trinidad El 9 de junio del ano de gracia 1895. NOTAS Or 6 - ACTO DE OFRENDA AL AMOR MISERICORDIOSO Doc.: autôgrafo. - Fecha: 9 de junio de 1895. - Publ.: HA 98, pp. 257-259. En los Archivos del Carmelo de Lisieux existe una primera version de esta Acto de Ofrenda, escrito por mano de Teresa los dias 9-11 de junio de 1895. Este texto ha sido reproducido en facsimil en las «Pièces jointes» de la ediciôn fotocopiada de los Manuscritos autobiogrâficos, 1956. En ella hay algunas ligeras divergencias con la version definitiva, que es la que ofrecemos aqui. Esta fue redactada por Teresa para la madré Inès a finales de 1896 o principios de 1897, y luego fue ampliamente difundida y aprobada por la Iglesia. Para un estudio detallado de los documentos, ver Prières 1988, pp. 77s. En cuanto a lo esencial, la ofrenda de Teresa fue escrita sin seguir ninguna formula, con pocas palabras, durante la misa del 9 de junio de 1895, fiesta de la Santisima Trinidad. Pero ya desde el principio Teresa piensa en comunicar esta consagraciôn, y antes que a nadie a su hermana Celina. De ahi la necesidad de un texto escrito, que pudiera ademâs ser sometido a la aprobaciôn de los superiores. Escuchemos el testimonio de sor Genoveva: «Al salir de esta Misa, me arrastrô iras de si en busca de nuestra Madré. Parecia estar como fuera de si, y no me hablaba. Por fin encontramos a nuestra Madré [Inès de Jesûs] y le pidiô permiso para ofrecerse conmigo como victima al Amor misericordioso. Le dio una breve explication. Nuestra Madré ténia prisa, no pareciô comprender demasiado bien de lo que se trataba, y dio permiso para todo, tanta confianza ténia en la discretion de sor Teresa del Nino Jesûs» (PO, p. 281). El martes 11 de junio, las dos hermanas se vuelven a encontrar, de rodillas ante la estatua de la Virgen de la Sonrisa para ofrecerse «las dos juntas». A finales de 1895, Teresa vuelve a hablar, en el Manuscrito A (84r°/v°) sobre la iluminaciôn del 9 de junio: «Pensaba, escribe, en las aimas que se ofrecen como victimas a la justitia de Dios a fin de desviar y atraer sobre si mismas los castigos reservados a los culpables» (84 r°). Podriamos preguntarnos si, el 9 de junio de 1895, Teresa no piensa mas en concreto en sor Maria de Jesûs, carmelita de Luçon, cuya circular acaba de llegar a Lisieux precisamente el 8 de junio. Esta hermana «se ofreciô muchas veces como victima a la justicia divina», decia la circular. Su agonia, el Viernes Santo de 1885, fue terrible. La moribunda dejaba escapar este grito de angustia: «Sufro los rigores de la justicia divina... jla justicia divina...! jla justicia divina...!» Y también: «No tengo suficientes méritos, y tengo que adquirirlos». El relato es realmente impresionante, y pudo muy bien impresionar a las oyentes (cf Prières, p. 84). <1> A proposito de este titulo de Teresa, haremos tres observationes: La palabra «ofrenda» figura en la agenda de sus fechas importantes: «Ofrenda de mi misma al Amor» (Ms A 86r°); en la enfermeria: «mi ofrenda al Amor» (CA 29.7.9); mi ofrenda» (8.8.2). - La palabra «holocausto» significa «totalmente consumido por el fuego». En el Antiguo Testamento, la victima de holocausto ofrecida en sacrificio era quemada totalmente en honor de Dios. Cf Ex 29. - Y finalmente, la expresiôn «Amor misericordioso» aparece aqui por primera vez como tal en los Escritos. <2> Esta formula se repite con frecuencia en las cartas. Por ejemplo, en febrero de 1897 Teresa escribirà: «En el cielo desearé lo mismo que deseo ahora en la tierra: amar a Jesûs y hacerle amar» (Cta 220). <3> Nos encontramos aqui con la dinàmica fundamental del «caminito»: deseo incoercible, constatation de imposibilidad, resurgir de la esperanza; compârese con Ms A 32r° y Ms C 2v°. <4> Después de haber invocado a la Trinidad, Teresa se dirige ahora al Padre; mas adelante le hablara a Jesûs («la sagrada comuniôn, el cetro de la Cruz»), <5> «Y en su Corazon abrasado de amor»: estas palabras faltaban en la primera redaction y fueron anadidas a petition sor Maria del Sagrado Corazôn (al igual que, mas adelante, la expresiôn «consolar a tu Sagrado Corazén»). En realidad, ese 9 de junio, Teresa tiene los ojos muy puestos en el «Corazôn» de Jesûs: «jOh Dios miol, tu amor despreciado ^tendra que quedarse encerrado en tu corazôn?» (Ms A 84r°). <6> El Acto de Ofrenda sera leido a los pies de la estatua de Maria, gesto éste que expresa una realidad constante en la vida de Teresa que lo ofrece todo a Dios por las manos de Maria. <7> Sobre esta cita de san Juan de la Cruz, véase Ms C 31 r°, n. 150. <8> Segûn el deseo de Teresa, la madré Inès hizo revisar por un teôlogo el texto del Acto de Ofrenda, ya en 1895. Después de examinarlo, el P. Armando Lemmonier lo sometiô al juicio de su superior (y homônimo), quien hizo cambiar la expresiôn «deseos infinitos» por «deseos inmensos». Teresa obedeciô, aunque ya habia hablado de «deseos infinitos» en Cta 107 y RP 2; véase también la petition de un «amor infinito» en Or 2. Teolôgicamente, Teresa tenia razôn: ella no reduce a Dios a la medida del hombre (ni a su pecado ni a sus deseos), sino que ajusta al hombre a la medida de Dios, abriéndolo al infinito (cf Tomâs de Aquino y Catalina de Sena). <9> Por mas que la madré Inès de Jesûs y sor Maria de la Trinidad hayan visto en esta expresiôn la petition de un milagro (la conservation de la presencia real en Teresa bajo la forma de las sagradas especies), parece que la perspectiva de Teresa era muy otra. Lo que pide en realidad que tome «posesiôn» de ella Aquel que si transforma el pan en su Cuerpo lo hace ûnicamente para transformer en Si mismo al que comulga. Cf Prières, pp. 95s. <10> Compârese con el relato de la primera comuniôn (Ms A 35r°). <11> Teresa pudo leer esta idea en varios pasajes dei Cântico Espiritual, por ejemplo: «el mirar de Dios aqui es amar» (Cântico Espiritual, B, cane. 32,3); ver también, del mismo san Juan de la Cruz, Glosa a lo divino). <12> La action de gracias por toda su vida pasada es también el hilo conductor de todo el Ms A. En la primavera de 1895, Teresa da gracias «en especial» por la «inexpresable gracia / de haber sufrido» (PN 16,1). No pide que se repita, pero tampoco lo rehùsa. Sobre las reacciones de sor Maria del Sagrado Corazôn y de sor Genoveva, cf Prières, p. 99. <13> Teresa, santa dei momento présente y de la pobreza espiritual, no hace reservas de ninguna clase: ni deudas que expiar en el purgatorio, ni méritos para hacer valer como derecho a recompensa. Teresa no niega que tenga méritos (Ms C 33r°/v°), pero se niega a atesorar. Y, sobre todo, de lo que se trata aqui, lo mismo que en toda la ofrenda, es menos de dar que de recibir gratuitamente. <14> Cf la maxima de san Juan de la Cruz citada por Teresa en Cta 188: «A la tarde te examinarân en el amor». <15> Teresa, pues, se distancia incluso de santa Teresa de Avila, que escribia: «Cueste lo que costare, Sefior, no querâis que vaya delante de Vos tan vacias las manos, pues conforme a las obras se ha de dar el premio» (Vida, 21,5). Cf CONRAD DE MEESTER, Las manos vacias. El mensaje de Teresa de Lisieux. Burgos, Monte Carmelo, 1977. <16> Es ésta una de las formulas estereotipadas con que terminaban muchas de las circulares de las carmelitas en aquella época. <17> Desde 1923, la Iglesia ha aplicado indulgencias a la recitaciôn de esta ùltima parte del Acto de Ofrenda, para animar a los fieles a hacerlo suyo. <18> En la enfermeria, Teresa subrayarâ la repercusiôn de su ofrenda hasta en su actos mas sencillos: «Todo lo que hago, los gestos, las miradas, todo, desde mi ofrenda, lo hago por amor» (CA 8.8.2). <19> Es éste uno de los deseos mâs constantes en Teresa desde su juventud religiosa; y los repite hasta unas veinticinco veces en sus escritos (cf las referencias en Prières, p. 101). <20> Cf P 10,14 y 15. De la «muerte de amor» habla en muchas ocasiones san Juan de la Cruz, de quien se ha impregnado Teresa. Cf CA 27.7.5 y 31.8.9. <21> Alusiôn probable al purgatorio. Cf Ms A 84v°. <22> Teresa ha encontrado con frecuencia esta expresiôn nupcial del «abrazo» en el Cântico Espiritual a proposito del matrimonio espiritual del alma con Dios. <23> Cf CA 27.7.9. Or 7 [Oraciôn a Jesûs en el sagrario] Jesûs + 16 de julio de 1895 jOh Dios escondido en la prisiôn del sagrario!, todas las noches vengo feliz a tu lado para darte gracias por todos los beneficios que me has concedido y para pedirte perdôn por las faltas que he cometido en esta jornada, que acaba de pasar como un sueno... jQué feliz seria, Jesûs, si hubiese sido enteramente fiel! Pero, jay!, muchas veces por la noche estoy triste porque veo que hubiera podido responder mejor a tus gracias... Si hubiese estado mâs unida a ti, si hubiera sido mâs caritativa con mis hermanas, mâs humilde y mâs mortificada, me costaria menos hablar contigo en la oraciôn <1>. Sin embargo, Dios mio, lejos de desalentarme a la vista de mis miserias, vengo a ti confiada, acordândome de que «no tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermes». Te pido, pues, que me cures, que me perdones, y yo, Senor, recordaré que «el aima a la que mâs has perdonado debe amarte también mâs que las otras...» Te ofrezco todos los latidos de mi corazôn como otros tantos actos de amor y de reparation, y los uno a tus méritos infinitos. Y te pido, divino Esposo mio, que seas tù mismo el Reparador<2> de mi aima y que actùes en mi sin hacer caso de mis resistentias; en una palabra, ya no quiero tener mâs voluntad que la tuya. Y manana, con la ayuda de tu gracia, volveré a comenzar una vida nueva, cada uno de cuyos instantes serâ un acto de amory de renuntia <3> Después de haber venido asi, cada noche, al pie de tu altar, llegaré por fin a la ùltima noche de mi vida, y enfonces comenzarâ para mi el dia sin ocaso de la eternidad, en el que descansaré sobre tu divino Corazôn de las luchas del destierro <4>... Amén. NOTAS Or 7 - ORACIÔN A JESÛS EN EL SAGRARIO Doc.: CE II, 180r°/v°. - Fecha: 16 de julio de 1895. - Compuesta para: sor Marta. - Publ.: HA 53, p. 261. Esta oraciôn fue compuesta para sor Marta, a petition suya, para sus treinta anos. Como es hermana conversa, su jornada se termina con una visita al Santisimo durante el silentio nocturno que manda la Régla. En esa visita sor Marta hace el examen de concientia, una prâctica con frecuencia poco agradable, sobre todo para un temperamento proclive a la tristeza y al desaliento (Or 7 y 20). <1> En los escritos de Teresa no encontramos, hablando con propiedad, un método de oraciôn. Estas lineas son pretiosas en extremo, pues precisan la actitud que se ha de guardar fuera de la oraciôn: union a Dios durante el dia, caridad fraterna, renuntia habitual. <2> Esta es la ùnica vez que utiliza esta palabra. Considerar a Jesûs como el ûnico «Reparador» del hombre es algo que entronca con la mâs antigua tradiciôn patristica y monâstica. <3> Palabra muy rara en Teresa (Ms A 33r° y 48r°), aunque esa realidad la viviô de continuo. <4>Todo este final y no pocas pinceladas de esta oraciôn han de compararse con la poesia Al Sagrado Corazôn (P 14), que es probablemente de junio de 1895. Or 8 [Oraciôn para el abate Bellière] J.M.J.T. Jesûs mio, te doy gracias por haber colmado uno de mis mayores deseos: el de tener un hermano sacerdote y apôstol... Me siento sumamente indigna de este favor; sin embargo, ya que has querido concederle a tu pobre y humilde esposa la gracia de trabajar de manera especial por la santificaciôn de un aima destinada al sacerdocio, te ofrezco por ella, muy contenta, todas <1> las oraciones y los sacrificios de que puedo disponer; te pido, Dios mio, que no mires a lo que soy, sino a los que debiera y quisiera ser, es decir una religiosa totalmente abrasada en tu amor<2>. Tû sabes, Senor, que mi ûnica ambiciôn es hacerte conocery amar, y ahora mi deseo se va convertir en realidad. Yo no puedo hacer mas que orar y sufrir, pero el aima a la que te has dignado unirme con los lazos de la caridad ira a combatir a la llanura para conquistarte corazones, mientras yo, en la montana del Carmelo, te pediré que le des la victoria. Divino Jesûs, escucha la oraciôn que te dirijo por el que quiere ser tu misionero, guârdale en medio de los peligros dei mundo <3>, y hazle sentir cada dia mas la vanidad y la nada de las cosas pasajeras y la dicha de saber despreciarlas por tu amor. Que su sublime apostolado se ejerza ya desde ahora sobre los que lo rodean, y que sea un apôstol digno de tu Sagrado Corazôn <4>... jMaria, dulce Reina del Carmelo!, a ti te confio el alma de este futuro sacerdote cuya indigna hermanita soy. Ensénale ya desde ahora con cuânto amor tocabas tû al divino Nino Jesûs y lo envoivias en panales <5>, para que él pueda un dia subir al altar santo y llevar en sus manos al Rey de los cielos. Te pido también que lo guardes siempre a la sombra de tu manto virginal, hasta el momento feliz en que, dejando este valle de lâgrimas <5>, puede contemplar tu esplendor y gozar por toda la eternidad de los frutos de su glorioso apostolado... Teresa del Nino Jesûs rei. carm. ind. NOTAS Or 8 - ORACIÔN PARA EL ABATE BELLIÈRE Doc.: autôgrafo. - Fecha.: entre el 17 y el 21 de octubre de 1895. Compuesto para: Mauricio Bellière, seminarista. - Publ.: HA 53, pp. s. Teresa compuso esta oraciôn de manera espontânea, dedicândosela a su nuevo hermano espiritual,que le habia encomendado la madré Inès en octubre de 1895 (cf Ms C 31 v° s). Esta adjuntô la oraciôn de Teresa a su respuesta afirmativa al seminarista. <1> El subrayado de «todas» responde a la peticiôn del seminarista. Para entender adecuadamente el sentido de esta ofrenda exclusiva, véase el relato de Teresa, Ms C 33v°. <2> Esta es la oraciôn que Teresa pedirâ a su hermano que haga por ella, cf Cta 220. <3> Los del cuartel sobre todo, cuando las «huellas de una vida ligera» aùn no se han borrado de la mente dei joven, como acaba de escribirlo. <4> Una devociôn predilecta de M. Bellière, que anade iras su firma: «Guardia de Honor del Sagrado Corazôn». <5> Reminiscenda de la oraciôn de Teresa Durnerin, cf Cta 101 y RP 2, nota 25. <6> Reminiscenda de la Salve Regina. Or 9 [Oraciôn de Celina y de Teresa] »Os aseguro que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, mi Padre del cielo se lo concédera. Porque donde dos o très estân reunidos en mi nombre, allf estoy yo en medio de ellos». San Mateo, c. 18, vv. 19-20. Dios mio, te pedimos que tus dos lirios nunca estén separados en la tierra <1>. Que juntas <2> os consuelen del poco amor que encuentras en este valle de lâgrimas, y que por toda la eternidad sus corolas brillen con un mismo resplandor y derramen el mismo perfume cuando se inclinen hacia ti. Celina y Teresa Recuerdo de la noche de Navidad de 1895 Or 9 - ORACIÔN DE CELINA Y DE TERESA Doc. autôgrafo. - Fecha: Navidad de 1895. - Compuesto para: sor Genoveva. - Publ.: Lettres 1948, p. 305. Es texto se encuentra al dorso de una estampa con orla de encaje que représenta a un Nino Jesûs segando lirios; debajo del grabado, este texto impreso: «Dichoso el lirio que llegue sin mancha a la hora de la siega, su blancura brillarâ eternamente en el paraiso». Bajo dos lirios segados se lee: «Teresa» y «Celina», de mano de sor Genoveva (después del 30/9/1897). Esta estampa iba a ser colocada en la sandalia de la novicia la noche de Navidad. Este gesto tan sencillo quiere subrayar que Teresa esta présente y vigilante en su afecto fraternal en medio de las dificultades que sor Genoveva esta encontrando para ser admitida a la profesiôn; cf Prières, pp. 110-111. <1> Recordemos el pensamiento de Teresa a este respecto en Ms A 82r° y CA 16.7.2. <2> Esta palabra es el centro de la oraciôn, ya que traduce la intimidad de las dos hermanas, especialmente en los ùltimos ocho aûos; cf CG, p. 223 y 1364; Ms A 47v° y Ms C 8v°. Para el simbolo de la flor, cf Cta 134. Or 10 [Ofrenda del dia] Dios mio, te ofrezco todas las acciones que hoy realice por las intenciones <1> del Sagrado Corazôn y para su gloria. Quiero santificar los latidos de mi corazôn, mis pensamiento y mis obras mâs sencillas uniéndolo todo a sus méritos infinitos, y reparar mis faltas arrojândolas al horno ardiente de su amor misericordioso <2>. Dios mio, te pido para mi y para todos mis seres queridos la gracia de cumplir con toda perfecciôn tu voluntad y aceptar por tu amor las alegrias y lo sufrimientos de esta vida pasajera, para que un dia podamos reunirnos en el cielo por toda la eternidad. Amén. NOTAS Or 10 - OFRENDA DEL DIA Doc.: copia MSC. - Fecha: 1895 (?). - Compuesta para: Edith de Mesmay. - Publ.: NS 1927, p. 212s. Esta oraciôn fue compuesta «para una persona del mundo», Edith de Mesmay (1860-1927), que naciô en La Porte de Sainte Gemme, amiga predilecta de Maria Martin en el internado de la Visitation de Le Mans. Se puede tener por seguro que Maria del Sagrado Corazôn pidiô a Teresa esta oraciôn para su amiga Edith. Como antiguas alumnas de la Visitation, las dos tenian en comûn una gran dévotion al Sagrado Corazôn. <1> No se debe excluir que Teresa utilice un matiz entre orar «a intention de alguien», es decir, en favor de ese persona (Cta 226) y orar «por las intenciones « de alguien, es decir con ella, identificândose con sus preocupaciones y sus ilusiones, como en el caso présente. Los libros de oraciones de esa época recogen un buen nûmero de formulas de ofrenda de dia en union al Sagrado Corazôn. <2> Un eco dei Acto de Ofrenda (Or 6). Las semejanzas de las expresiôn permiten proponer la fecha del segundo semestre de 1895 para esta Or 10. Or 11 Que yo me parezca a ti Haz que yo me parezca a ti (Vineta de la Santa Faz de Tours) jJesûs...! (que significa) jHaz que yo me parezca a ti, Jesûs...! NOTAS Or 11 - QUE YO ME PAREZCA A Tl Doc.: autôgrafo. - Fecha: 1896 (?). - Publ.: DE, p, 517. Pergamino (7/4'2 cm.) plegado a la mitad. En el interior, al lado izquierdo, una vineta de la Santa Faz de Tours. Texto: sobre la vineta: «Haz que yo me parezca a ti»; debajo: «jJesûs...!». En el sobre en que se conserva, Celina escribiô tardiamente a lâpiz: «Pergamino que Sta. Teresa del N. J. Ilevaba, con otras oraciones, en una bolsita prendida sobre el pecho». Teresa expresô muchas veces los deseos que le inspiraba la contemplation de la Santa Faz (cf CA 5.8.9). Lo cantô en una de sus poesias: «Mi cielo en la tierra» (P 12). Y lo repitiô en sus oraciones apasionadas (Or 12 y 16). Aqui lo resume todo en un grito de amor: aspiration a la transformation perfecta en su Amado, a la configuration con Jesûs en su Pasiôn. Tenemos aqui algo asi como la oration intemporal y fundamental de «Teresa de la Santa Faz» (sobre la «semejanza», cf Prières, p. 117). Or 12 Consagraciôn a la Santa Faz Escôndeme, Senor, en el secreto de tu Rostro... Sor C. Genoveva de Sta. T. - Maria de la Santa Faz. Sor L. J. Maria de la Trinidad y de la Santa Faz. Sor Maria F. T. del N. Jesûs y de la Santa Faz <1>. »Un poquito de este puro amor mas provecho hace a la Iglesia que todas esas obras juntas» <2>. «Pro eso es gran negocio ejercitar mucho el amor, para que, comsumândose aqui el aima, no se detenga mucho acâ o alla sin verle cara a cara» <3>... Consagraciôn a la Santa Faz jOh Faz adorable de Jesûs!, ya que has querido elegir nuestras aimas de manera especial para entregarte a ellas, venimos a consagrarlas a ti... Nos parece, Jesûs, oir que nos dices: «Abridme, hermanas mias, esposas mias queridisimas, que tengo la Faz cubierta de rocio y los cabellos del relente de la noche». Nuestras aimas comprenden tu lenguaje de amor, nosotras queremos enjugartu dulce Faz y consolarte del olvido de los malvados. A sus ojos, tù estas todavia escondido, te considerari como objeto de desprecio... i Oh Faz mas bella que los lirios y las rosas de primavera <4>, tù no estas escondida a nuestros ojos... Las lâgrimas que velan tu mirada divina nos parecen diamantes preciosos que queremos recoger para con su valor infinito comprar las aimas de nuestros hermanos. De tu boca adorada hemos escuchado la amorosa queja. Y sabiendo que la sed <5> que te consume es una sed de amor, quisiéramos, para poder apagârtela, poseer un amor infinito... Esposo amadisimo de nuestras aimas, si tuviésemos el amor de todos los corazones, todo ese amor seria para ti... Pues bien, danos tu ese amor y ven a apagar tu sed en tus pobres esposas... Aimas, Senor, tenemos necesidad de aimas<6>..., sobre todo de aimas de apôstoles y de mârtires, para que gracias a ellas podamos iluminar con tu Amor a la multitud de los pobres pecadores. iOh Faz adorable, lograremos alcanzar de ti esta gracia! Olvidândonos de que estamos desterradas junto a los canales de Babilonia, te cantaremos al oido las mas dulces melodias, y como tù eres la verdadera, la ùnica Patria de nuestros corazones, esos nuestros cantos no serân cantados en tierra extranjera. jOh Faz adorada de jesûs!, mientras esperamos en dia eterno en que contemplaremos tu gloria infinita, nuestro ûnico deseo es hechizar tus divinos ojos escondiendo también nosotras nuestro rostro para nadie aqui en la tierra pueda reconocernos... Tu mirada velada: he ahi nuestro cielo <7>, Jesûs. Firmado: T. del N. Jesûs y de la Santa Faz M. de la Trinidad y de la Santa Faz G de Sta. T. Maria de la Santa Faz NOTAS Or 12 - CONSAGRACIÔN A LA SANTA FAZ Doc.: autôgrafo. - Fecha: 6 de agosto de 1896. - Compuesto para: ella misma, sor Genoveva y sor Maria de la Trinidad. - Publ.: HA 98, pp. 160161, sin el r°; para éste ûltimo: Mss I, pp. 20s. - Las palabra en cursiva fueron escritas por Teresa con tinta roja. Esta oraciôn fue compuesta para el 6 de agosto, fiesta de la Transfiguration. Teresa eligiô esta fecha para consagrarse solemnemente a la «Faz adorable de Jesûs» junto con sus companeras de noviciado que llevaban el nombre «de la Santa Faz». Una primera version, con importantes variantes aparece reproducida en Prières, pp. 124s. - La oraciôn esta escrita al dorso de un cartoncito de 13 por 9 cm. En el anverso, una reproduction de la Santa Faz de Tours, rodeada de très medallones ovales dispuestos en semi-corona, y dentro de ellos las fotografias de las firmantes cuyos nombres se reproducen. <1> Teresa pone las iniciales de los nombres de pila de cada una de ellas: «C» para sor Genoveva (Celina); «L J.» (Luisa Josefina) para Maria de la Trinidad; «Maria F.» (Maria Francisca) para si misma. Sor Genoveva de Santa Teresa se llamaba originariamente «Maria de la Santa Faz» (of Cta 174), y sor Maria de la Trinidad «Maria Inès de la Santa Faz» (of PN 11 y 12). Esta ùltima tenia desde la infancia una marcada devociôn a la Santa Faz. Teresa fue la primera carmelita de Lisieux que Ilevo el «titulo de nobleza» (cf Cta 118) «de la Santa Faz», asi como también el «del Nino Jesûs». <2> SAN JUAN DE LA CRUZ, Cântico Espiritual, B, 29,1. Es la primera vez que esta cita aparece en los Escritos. Se repetirâ en Ms B 4v°; Cta 221 y 245. <3> ID., Llama de amor viva, canciôn 1, n. 28. (Teresa senalarâ este pasaje con una cruz a lâpiz, ya en la enfermeria, en 1897; cf UC, pp. 419-420). Hay que hacer notar que si Teresa no cita estas palabras del Santo hasta 1896-1897, si las esta viviendo ya desde hace aüos; cf CA 27.7.5. <4> Teresa se inspira aqui en las Letanias de la Santa Faz: «jOh Faz adorable, mas fresca que las rosas de primavera!». <5> Este versiculo (Jn 19,28) esta en el origen del ardor apostôlico de Teresa; cf Ms A 45v°, 46v°. Algunas semanas mas tarde, en el Manuscrito B (8/9/96), esta dimension apostôlica se expresarâ en su dimension universal. Cf también P 20+. <6> La mayor parte de los libros de oraciones de Tours proponen un «Grito de amor» en el que se lee: «jAlmas! jAlmas! jTenemos necesidad de aimas!». <7> Este final es como un eco de P 12: Mi cielo en la tierra (12 de agosto de 1895) y de P 21 : Mi cielo (7 de junio de 1896); entre estas dos poesias se sitûa la entrada de Teresa en la noche de la fe. Or 13 «Padre eterno, tu Hijo ùnico» Todo lo que pidâis al Padre en mi nombre os lo concédera... Padre eterno <1>, tu Hijo ùnico, el dulce Nino Jesûs, es mio, porque tù me lo diste <2>. Te ofrezco los méritos infinitos de su divina infancia, y te pido en su nombre que liâmes a las alegrias del cielo a innumerables falanges de ninitos que sigan eternamente al divino Cordero. NOTAS Or 13 a 16 Doc.: autôgrafo. - Fecha: verano (?) de 1896. - Publ.: HA 07, p. 305 (Ora 13 y 15); HA 98, p. 260 (Ora 14 y 16). Por exigencias del anâlisis, hemos separado estas cuatro oraciones (13 a 16) que Teresa habia reunido en una misma estampa de su breviario. Para ella, se trata de algo asi como un carnet de identidad que resume su nombre religioso. Las compuso para si misma, sin duda durante el verano de 1896. En el dorso de la cartulina (8'6/12'8cm) esta pegada una imagen del Jesûs adolescente (4'9/6'5); en los dos angulos superiores se encuentra el texto del la Ora 13; abajo, el texto de Or 14. Al dorso, una imagen de Ia Santa Faz (3'1/4'4) idéntica a la de Or 12. Arriba, en los mârgenes, el texto de Or 15; abajo, el texto de Or 16. NOTAS Or 13 - PADRE ETERNO, TU HIJO ÙNICO <1> Este calificativo es excepcional en Teresa (aqui y en Or 15); escribe mas bien «Padre celestial» (Cta 107 y 247; Ms C 34r°/v°), «Padre santo» (Ms C 34v°), «Padre misericordioso» (Cta 220). <2> Podemos pensar en san Juan de la Cruz y su Oraciôn del aima enamorada: «Mios son los cielos y mia es la tierra (...) Cristo es mio y todo para mi». Escuchamos también un eco dei Acto de Ofrenda, que Teresa repita «con mucha frecuencia». Cf también Cta 137. Or 14 [Al Nino Jesûs] Yo soy Jesûs de Teresa <1> jNinito Jesûs <2>l, mi ûnico tesoro, yo me abandono a tus divinos caprichos, y no quiero otra alegria que la hacerte sonreir. Imprime en mi tu gracia <3> y tus virtudes infantiles <4>, para que en el dia de mi nacimiento para el cielo <5> los ângeles y los santos reconozcan a mi a tu pequena esposa, Teresa del Niüo Jesûs NOTAS Or 14 - AL NINO JESÛS <1> Es la respuesta del «nino» que un dia encontre) Teresa de Avila en un claustro; cf OTILIO RODRIGUEZ, Leyenda âurea teresiana, Madrid, Espiritualidad, 1970, p. 2. <2> Teresa tiene ante los ojos un Nino Jesûs de uno doce aüos. Con el dedo indice izquierdo muestra su corazôn y con el derecho apunta hacia el cielo; este detalle conmueve a Teresa en plena prueba de la fe. Lo seguirâ teniendo ante los ojos en la enfermeria; cf CA 25.7.4. <3> Expresiôn sacada dei Cântico espiritual: «Cuando tû me mirabas, I su gracia en mi tus ojos imprimian...» Es sabido cuânto le gustaban a Teresa estas estrofas (canciones 32, 33 y 36). Una vez mas hay que senalar la gran importancia de san Juan de la Cruz en el itinerario espiritual de Teresa en este verano de 1896. Es ésta, en efecto, la cuarta vez que se inspira en los pensamientos del Santo para actualizar imâgenes del breviario: Glosa a lo divino (P 19); Cta 188, estampa con una imagen del Santo y varios pensamientos de él al dorso; la Consagraciôn a Ia Santa Faz (Or 12); y este registro. <4> Tenemos que recordar que no se trata de ninguna clase de amaneramiento, sino de esas «humilde virtudes» (PN 35,3) contrarias a Ia virtud orgullosa proclamada por Lucifer poco antes (RP 7, El triunfo de Ia humildad). Este texto -la Or 14- ocupa, entre las Oraciones, el lugar dei «ninito», o el dei pajarillo» del Ms B, casi contemporaneo de aquél. Cf P 8, nota 4. <5> Es el «dies natalis» dei Martirologio, cuya lectura en francés Teresa escuchaba todas las noches en el refectorio. Y es éste el ùnico lugar donde habla de su muerte en estos términos. Or 15 «Padre eterno, ya que me has dado» »Asi como en un reino con la efigie del principe se obtiene todo lo que se desea, asi también con la moneda preciosa de mi santa humanidad, que es mi Faz adorable, obtendréis cuanto querâis <1>». (N.S. a sor Maria de San Pedro) Padre eterno, ya que me has dado por herencia la Faz adorable de tu divino Hijo, yo te la ofrezco, y te pido, a cambio de esta Moneda infinitamente preciosa, que olvides las ingratitudes de las aimas que se han consagrado a ti y que perdones a los pobres pecadores. NOTAS Or 15 - PADRE NUESTRO, YA QUE ME HAS DADO <1> Transcripciôn simplificada de unas palabras interiores que escuchô sor Maria de San Pedro (el 28/10/1845), citadas en su Vie, p. 234, y que se convirtieron en la séptimo de las «Promesas de Nuestro Senor» a quien honrare su Santa Faz. Varias de las expresiones que utiliza Teresa en este registro de su Breviario provienen de esta fuente («Padre eterno», imprimir... su divina semejanza»). Or 16 [A la Santa Faz] Yo soy Jesûs de Teresa <1> iOh Faz adorable de Jesûs, ûnica Hermosura que cautiva mi corazôn!, dignate imprimir en mi tu divina semejanza, para que no puedas mirar el aima de tu humilde esposa sin contemplarte a ti mismo <2>. jOh Amado mio!, yo acepto, por tu amor, no ver aqui abajo la dulzura de tu mirada ni sentir<3> el inefable beso de tu boca; pero te pido que me abrases en tu amor, a fin de que me consuma râpidamente <4> y haga aparecer pronto ante tu presencia a Teresa de la Santa Faz NOTAS Or 16 - A LA SANTA FAZ <1> Teresa se apropia audazmente y hace una transposition de la palabra que atane a Jesûs nino. Y de la anécdota pasa al misterio del nombre, poniendo a la par las dos expresiones que forman su apellido: Teresa del Nino Jesûs y de la Santa Faz. <2> Encontramos de nuevo el Cântico Espiritual, canciôn 36, explication del v. 2: «Que da tal manera esté yo transformada en tu hermosura, que, siendo semejante en hermosura, nos veamos entrambos en tu hermosura, teniendo ya tu misma hermosura...» (CB 36,5). <3> «No ver... ni sentir»: actitud fundamental en Teresa, que se acentûa todavia mas con la prueba de Pascua de 1896. «Por amor» acepta verse privada de las manifestaciones sensibles del amor. <4> Expresiôn inspirada en san Juan de la Cruz, quien escribe no obstante: «consumiéndose râpidamente» (cf Or 12). Or 17 «Senor Dios de los ejércitos» Oration inspirada por una estampa que représenta a la Venerable Juana de Arco Senor Dios de los ejércitos, que nos dijiste en el Evangelio: «No he venido a sembrar paz, sino espadas» <1>, ârmame para la lucha. Ardo en deseos de combatir por tu gloria, pero te pido que fortalezcas mi valor... Asi podré exclamar con el santo rey David: «Tû solo, Senor, eres mi escudo, tû adiestras mis manos para el combate...» jAmado mio!, sé muy bien a qué combate me tienes destinada, y que no es en los campos de batalla <2> donde tendré que luchar...Yo soy prisionera de tu amor, voluntariamente he remachado la cadena que me une a ti y que me separa para siempre dei mundo que tû maldijiste <3>... Mi espada no es otra que el Amor; con ella arrojaré del reino al extranjero y te haré proclamar Rey de las aimas <4> que no quieren someterse a tu divino poder. Es cierto, Senor, que no necesitas de un instrumento tan débil como yo; pero, como dijo Juana, tu virginal y valiente esposa: «Para que Dios dé la victoria, hay que luchar» <5>. Pues bien, Jesûs mio, yo lucharé por tu amor hasta la tarde de mi vida <6>. Puesto que tû no has querido gozar de descanso en la tierra, yo quiero seguir tu ejemplo, esperando que asi se realice en mi aquella promesa que salié de tus divinos labios: «El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo alli estarâ también mi servidor, y mi Padre lo honrarâ». Estar contigo, estar en ti, ése es mi ùnico deseo...La certeza que tù me das de que esto se realizarâ me hace soportar el destierro, a la espera dei dia radiante del cara a cara eterno... Ora 17 - SENOR DIOS DE LOS EJÉRCITOS Doc.: CE II, 175r°/v° - Fecha: 1896-1897. - Publ.: HA 07, pp. 306-307 (retocada); Prières 1988, p. 50s. La critica interna permite fechar esta oraciôn durante el invierno de 18961897 (cf Prières, pp. 133s). Durante este invierno, la tuberculosis avanza y va minando las fuerzas de Teresa que presiente cercana su muerte. Ademâs, la atormentan las tentaciones contra la fe. En esta lucha solitaria, vuelve los ojos hacia Juana de Arco. <,A qué estampa de Juana de Arco se refiere el titulo (que no es de Teresa, sino de la copia de los Procesos)? Las palabras «prisionera» y cadena» inclinarian a pensar que se trata de VTL n° 13, Juana (= Teresa) en la prisiôn. <1> Cf BT, pp. 164s. El texto repetirâ mas adelante. «Mi espada». Sobre esta imagen, puede verse el fasciculo Mes Armes (1895), pp. 102 y 121s. <2> Cf Ms B 2v° y Cta 224. La palabra «batalla» aparece 13 veces en los Escritos, y se repite sobre todo en 1896-1897 (nueve veces). <3> Unica vez que esta expresiôn aparece en la pluma de Teresa. Se trata dei «mundo» en sentido joânico (cf Jn 17). <4> La misma idea en Cta 224, donde Teresa hace una transposition explicita de la misiôn de Juana. <5> Réplica historica de Juana a los jueces durante su proceso. <6> Cf la afirmaciôn fuerte de Teresa en CA 9.8.1. Or 18 Santos Inocentes y San Sebastian jSantos Inocentes <1>, que mi palma y mi corona se parezcan a las vuestras! jSan Sebastian <2>, alcânzame tu amor y tu valor, para que yo pueda combatir como tù por la gloria de Dios... ! Glorioso soldado de Cristo <3>, tù que peleaste victoriosamente por la gloria del Dios de los ejércitos y que alcanzaste la palma y la corona del martirio, escucha mi secreto <4>: «Como el angelical Tarsicio <5>, yo también llevo al Senor». No soy mas que una nina, y sin embargo tengo que luchar continuamente para conservar el Tesoro inestimable que se esconde en mi aima..... Con frecuencia debo enrojecer con la sangre de mi corazôn <6> la arena del combate... jPoderoso guerrerol, sé tù mi protector, sosténme con tu brazo victorioso y no temeré a las fuerzas enemigas. Con tu ayuda, lucharé hasta la tarde de la vida. Entonces me presentarâs a Jesûs, y recibiré de su mano la palma que tû me ayudaste a conquistar... Or 18 - SANTOS INOCENTES Y SAN SEBASTIAN Doc.: autôgrafo. - Fecha: finales de 1896-comienzos de 1897 (?). Compuesto para: sor Genoveva. - Publ. NV 1927, pp. 213s e HA 53, pp. 258s. Estampa con orla de encaje (1 T9/8'2 cm) que représenta a un soldado («San Sébastian») prestando auxilio a Tarsicio, y dos angelitos («los santos Inocentes») que presentan la palma y la corona. Arriba, se puede ver un copôn con una hostia resplandeciente y estos dos versos en el grabado: «A este soldado valiente, cuyo corazôn conoce, / dice el nino su secreto: 'Llevo al Serior'». Esta oraciôn fue compuesta para sor Genoveva (tal vez para el primer aniversario de su profesiôn, el 24 de febrero de 1897). <1> Sobre este tema, cf RP 2,2r°; RP 6,5r° y 9r°; Cta 182; P 28 (28/12/1896). <2> Este santo tan popular es uno de los héroes de Fabiola, obra muy lefda en los Buissonnets. A partir de 1893, la madré Inès comparaba a Celina con san Sebastian (a quien esta ûltima tenia especial devociôn). Teresa incluye a este guerrero en el cortejo de honor de la profesiôn de Celina (Cta 182). Ya en su lecho de muerte, el 20 de enero de 1959 (dia de la fiesta del santo), sor Genoveva cantarâ una vez mas: «jOh gran san Sebastian, a quien Dios no niega nadal». <3> Cf P 31,5, compuesta en enero de 1897. <4> Teresa retoma por su cuenta el texto impreso en el an verso de la estampa. <5> Adolescente de la iglesia de Roma que muriô mârtir (hacia el 225) mientras llevaba la eucaristia en secreto a los cristianos presos: al tropezar con unos paganos, se negô a entregârsela y fue asesinado. <6> Cf P36,23. En la estampa Teresa pintô mas sangre de la que habia en el modelo. Toda esa frase tiene un alcance autobiogrâfico: también Teresa lucha «hasta la sangre» contra la tentaciôn; cf Or 19. Or 19 [Acto de fe] Dios mio, con la ayuda de tu gracia estoy dispuesta a derramar toda mi sangre por profesar mi fe (Otra lectura: por todos y cada uno de los articulos del Simbolo). NOTAS Or 19 - ACTO DE FE Doc.: autôgrafo. - Fecha: junio-julio (?) 1897. - Publ.: Le Triomphe de l'Humilité, p. 114. Fecha propuesta de acuerdo a la caligrafia y al contenido. El original de esta oraciôn, escrita a lâpiz, se encuentra en un trozo del margen de una carta (2/9 cm. aproximadamente), rasgado de manera irregular. Desde Pascua de 1896, la fe de Teresa en la vida eterna esta sometida a una dura prueba. Durante los ejercicios espirituales del mes de octubre de 1896, se abre con el P. Godofredo Madelaine, quien le aconseja escribir el Credo y llevarlo sobre su pecho. Entonces, Teresa escribe, con su propia sangre, el Simbolo de los Apôstoles y lo pega al final de su evangelio. En 1897, las tinieblas se hacen mas espesas. El 9 de junio, escribe: «Creo que he hecho mas actos de fe de un ano a esta parte que en toda mi vida. Cada vez que se présenta el combate (...), corro hacia Jesûs y le digo que estoy dispuesta a derramar hasta la ûltima gota de mi sangre por confesar que existe un cielo» s C 7r°). Cf también CA 7.8.4 y UC, p. 449. Cf Prières, p. 142. La madré Inès manifesté a sor Luisa de Jesûs (carmelita de Lisieux desde 1919 hasta 1982) que Teresa se sentia en ocasiones asaltada con tal violencia por el espfritu de blasfemia, que se mordia con fuerza los labios para no proferir las palabras blastemas que muy a su pesar le venian a la mente (tradiciôn oral, DCL). Or 20 Oraciôn para alcanzar la humildad 16 de julio de 1897 jJesûs! Jesûs, cuando eras peregrino en nuestra tierra, tû nos dijiste: «Aprended de mi, que soy manso y humilde de corazôn <1>, y vuestra aima encontrarâ descanso». Si, poderoso Monarca de los cielos, mi aima encuentra en ti su descanso al ver cômo, revestido de la forma y de la naturaleza de esclavo, te rebajas hasta lavar los pies a tus apôstoles. Entonces me acuerdo de aquellas palabras que pronunciaste para ensenarme a practicar la humildad: «Os he dado ejemplo para que lo que he hecho con vosotros, vosotros también lo hagâis. El discipulo no es mas que su maestro... Puesto que sabéis esto, dichosos vosotros si lo ponéis en prâctica». Yo comprendo, Senor, estas palabras salidas de tu corazôn manso y humilde, y quiero practicarlas con la ayuda de tu gracia. Quiero abajarme con humildad y someter mi voluntad a la de mis hermanas, sin contradecirlas en nada y sin andar averiguando si tienen derecho o no a mandarme <2>. Nadie, Amor mio, tenia ese derecho sobre ti, y sin embargo obedeciste, no solo a la Virgen Santisima y a san José, sino hasta a tus mismos verdugos. Y ahora te veo colmar en la hostia la medida de tus anonadamientos <3>. jQué humildad la tuya, Rey de la gloria, al someterte a todos tus sacerdotes, sin hacer alguna distinciôn entre los que te amen y los que, por desgracia, son tibios o frios en tu servitio...! A su Hamada, tù bajas del cielo; pueden adelantar o retrasar Ia hora dei santo sacrificio, que tù estas siempre pronto a su voz... jQué manso y humilde de corazôn me pareces, Amor mio, bajo el vélo de la blanca hostia! Para ensenarme la humildad, ya no puedes abajarte mâs. Por eso, para responder a tu amor, yo también quiero desear que mis hermanas me pongan siempre en el ùltimo lugar y compartir tus humillaciones, para «tener parte contigo» en el reino de los cielos. Pero tû, Seôor, conoces mi debilidad. Cada manana tomo la resolution de practicar la humildad, y por la noche reconozco que he vuelto a cometer muchas faltas de orgullo. Al ver esto, me tienta el desaliento, pero sé que el desaliento es también una forma de orgullo. Por eso, quiero, Dios mio, fundar mi esperanza solo en ti. Ya que tù lo puedes todo, haz que nazca en mi aima la virtud <4> que deseo. Para alcanzar esta gracia de tu infinita misericordia, te repetiré muchas veces: «jJesûs manso y humilde de corazôn, haz mi corazôn semejante al tuyo!» NOTAS Or 20 - ORACIÔN PARA ALCANZAR LA HUMILDAD Doc.: CE II, 181v°/183r°. - Fecha: 16 de julio de 1897. - Compuesta para: sor Marta. - Public.: HA 07, pp. 307-308 (retocada); Prières 1988, p. 53. Esta oraciôn fue compuesta para sor Marta de Jesûs, con ocasiôn de sus treinta anos, el 17 de julio de 1897 (confirmado por la Cta 256). La condition de conversa de esta ûltima la expone a que cualquiera de las hermanas le mande lo que sea, y su espiritu de contradiction le hace dificil la obediencia. Por eso Teresa la invita a mirar a «Jesûs, manso y humilde de corazôn». En esa época, Teresa no usa ya otro lenguaje con las novicias, Maria de la Trinidad (Cta 264), Maria de la Eucaristia (UC, p. 698) y sobre todo sor Genoveva (Cta 243). <1> Esta frase, que se repite por très veces en la oraciôn, ayudaba a vivir a Teresa, especialmente en las ûltimas semanas (Cf CA 15.5.3). <2> Im II,49,7 y CSG, p. 118. <3> Unica vez que se emplea esta palabra en los Escritos. <4> Cf CA 6.8.8 y 7.8.4. Or 21 «Si yo fuese la Reina del cielo» j j jMaria, si yo fuese la Reina del cielo y tû fueras Teresa, quisiera ser Teresa para que tu fueses la Reina del cielo...!!! 8 de septembre de 1897. NOTAS Or 21 - SI YO FUERA LA REINA DEL CIELO Doc.: autografo. - Fecha: 8 de septiembre de 1897. - Pubi.: fuera de texto, HA 07, pp. 48-49 (facsimil retocado) ; Lettres 1948, pp. 438s. Este 8 de septiembre es un dia de calma momentanea y de tranquilidad para Teresa, enferma; cf CA 8.9. Pide «volver a ver la imagen de Nuestra Senora de las Victorias, a la que habia pegado la florecita que le dio (su) padre cuando le permitiô entrar en el Carmelo» (sor Genoveva, PO, p. 309). Fue en esa ocasiôn cuando escribiô al dorso, con mano temblorosa, esta ùltima Oraciôn: «Fueron las ùltimas lineas que escribiô en la tierra». Esta Or 21, un poco alambicada a primera vista, y por tanto sorprendente en Teresa, ha sido considerada como inspirada en estas palabras atribuidas comûnmente a san Agustin: «Senor, mi aima se alegra inmensamente cuando piensa que eres Dios; pero si, por un imposible, pudiera darse que Agustin fuese Dios y que tû fueses Agustin, preferiria que tû fueses Dios a que lo fuese Agustin». Esta anécdota la cuenta el P. Ribadeneira en la Vie des saints et fêtes de toutte l'année. Habia costumbre de leer esta Vie des saints en el refectorio, en tiempos de Teresa. Es probable que la madré Inès le haya vuelto a leer algo en la enfermeria para la fiesta de san Agustin, el 28 de agosto. Por otra parte, esta Or 21 evoca una idea que le gustaba mucho a Teresa: «Querida Virgen Santisima, me parece que yo soy mas dichosa que tû, porque yo te tengo a ti por Madré, mientras que tû no tienes a una Santisima Virgen a quien amar» (Cta 137, del 19 de octubre de 1892, idea que se repite de otra forma en CA 11.8.4). Hay ahi una especie de cambio de identidad, expresado en un grito de amor. FIN DE LAS ORACIONES