Ultimas conversaciones EL «CUADERNO AMARILLO» DE LA MADRE INÉS 6 de abril de 1897 7 de abril 18 de abril 1 de mayo 7 de mayo 9 de mayo 15 de mayo 18 de mayo 19 de mayo 20 de mayo Del 21 al 26 de mayo Del 21 al 26 de mayo <*> 26 de mayo 27 de mayo 29 de mayo 30 de mayo 4 de junio 5 de junio 6 de junio 7 de junio 8 de junio 9 de junio 10 de junio 11 de junio 12 de junio 13 de junio 14 de junio 15 de junio 19 de junio 20 de junio 22 de junio 23 de junio 25 de junio 26 de junio 27 de junio 29 de junio 30 de junio 2 de julio 3 de julio 4 de julio 5 de julio 6 de julio 7 de julio 8 de julio 9 de julio 10 de julio 11 de julio 12 de julio 13 de julio 14 de julio 15 de julio 16 de julio 17 de julio 18 de julio 19 de julio 20 de julio 21 de julio 22 de julio 23 de julio 24 de julio 25 de julio 26 de julio 27 de julio 29 de julio 30 de julio 31 de julio 1 de agosto 2 de agosto 3 de agosto 4 de agosto 5 de agosto 6 de agosto 7 de agosto 8 de agosto 9 de agosto 10 de agosto 11 de agosto 12 de agosto 13 de agosto 14 de agosto 15 de agosto 16 de agosto 17 de agosto 18 de agosto 19 de agosto 20 de agosto 21 de agosto 22 de agosto 23 de agosto 24 de agosto 25 de agosto 26 de agosto 27 de agosto 28 de agosto 29 de agosto 30 de agosto 31 de agosto 2 de septiembre 3 de septiembre 4 de septiembre 5 de septiembre 6 de septiembre 7 de septiembre 8 de septiembre 9 de septiembre 10 de septiembre 11 de septiembre 12 de septiembre 13 de septiembre 14 de septiembre 15 de septiembre 16 de septiembre 17 de septiembre 18 de septiembre 19 de septiembre 20 de septiembre 21 de septiembre 22 de septiembre 23 de septiembre 24 de septiembre 25 de septiembre 26 de septiembre 27 de septiembre 28 de septiembre 29 de septiembre 30 de septiembre ÙLTIMOS DICHOS DE TERESA A CELINA Julio _ Septiembre de 1897 12 de julio Julio 21 de julio 24 de julio 3 de agosto 4 de agosto 5 de agosto 8 de agosto Agosto 16 de agosto 20 de agosto 21 de agosto 22 de agosto 24 de agosto 31 de agosto 3 de septiembre 5 de septiembre 11 de septiembre 16 de septiembre 19 de septiembre 21 de septiembre 23 de septiembre 25 de septiembre Septiembre 27 de septiembre 30 de septiembre Ùltimos dichos de nuestra querida Teresita. 30 de septiembre de 1897 Por la noche ÙLTIMAS PALABRAS DE SOR TERESA DEL NINO JESÛS RECOGIDAS POR SOR MARIA DEL SAGRADO 8 de julio 9 de julio 12 de julio 13 de julio 16 de julio 25 de julio 28 de julio 29 de julio 1 de agosto 10 de agosto 11 de agosto 15 de agosto 20 de agosto 27 de agosto 1 de septiembre 8 de septiembre 17 de septiembre 21 de septiembre 25 de septiembre 30 de septiembre OTROS DICHOS DE TERESA A LA MADRE INÉS DE JESÛS Mayo Junio Julio Agosto Septiembre SOR GENOVEVA Junio Julio SOR MARIA DEL SAGRADO CORAZÔN Mayo Julio SOR MARIA DE LA EUCARISTÎA 11 de julio 18 de julio Julio 2 de agosto 11 de septiembre SOR MARIA DE LA TRINIDAD Abril Mayo Junio Julio-agosto Agosto Septiembre SOR TERESA DE SAN AGUSTÎN Junio SOR MARIA DE LOS ANGELES SORAMADADE JESÛS ANÔNIMO SISTEMA DE REFERENCIAS Cada uno de los dichos de una misma jornada ira numerado con 1. 2. etc. antes dei texto de cada dicho. En el caso de un solo dicho en una jornada, no se pondra esta numeraciôn. Ejemplos (para el Cuaderno amarillo): CA 12.7.3 indica el tercer dicho del 12 de julio; CA 10.6 indica el ùnico dicho del 10 de junio. EL «CUADERNO AMARILLO» DE LA MADRE INÈS Dichos recogidos durante los ùltimos meses de nuestra santa Teresita Sor Inès de Jesûs c.d.i. 6 de abril de 1897 6.4.1 Cuando no se nos comprende o se nos juzga desfavorablemente, <,a qué defendernos o dar explicaciones? Dejémoslo pasar, no digamos nada, jes tan bueno no decir nada, dejarse juzgar, digan lo que digan...! En el Evangelio no vemos que santa Maria Magdalena haya dado explicaciones cuando su hermana la acusaba de estarse a los pies de Jesûs sin hacer nada. No dijo: «jSi supieras, Marta, lo feliz que soy, si escucharas las palabras que yo escucho! Ademâs, es Jesûs quien me ha dicho que me esté aqui». No, prefiriô callarse. jVenturoso silencio, que da al aima tanta paz <1>! 6.4.2 «Que la espada del espiritu, que es la palabra de Dios, esté siempre en nuestra boca y en nuestros corazones». Cuando nos encontremos con un aima poco agraciada, o nos desanimemos, no la abandonemos nunca. Tengamos siempre en la boca «la espada del espiritu» para reprenderle sus faltas, no dejemos pasar las cosas por conservar nuestra paz, luchemos siempre, aun sin esperanzas de ganar la batalla. <,Qué importa el triunfo? Lo que Dios nos pide es que no nos detengamos por las fatigas de la lucha, que no nos desanimemos diciendo: «jPeor para ella! No se puede conseguir nada, hay que dejarla por imposible». No, eso es cobardia, hay que cumplir con el deber hasta el final<2>. 6,4,3* jQué importante es no hacer juicios sobre nada aqui en la tierra! Mirad lo que me sucediô, hace algunos meses <3>, en la recreaciôn. Fue una naderia, pero me ensené mucho: Sonaron dos golpes de campana, y, como la depositaria <4> estaba ausente, sor Teresa de San Agustin necesitaba de una tercera <5>. Ordinariamente resulta enojoso hacer de tercera, pero en esa ocasiôn mas bien me atraia porque habia que abrir la puerta para recibir unas ramas de ârbol para el belén. Sor Maria de San José estaba a mi lado, e intui que compartia mi deseo infantil. «<,Quién me va a servir de tercera?», dijo sor Teresa de San Agustin. Inmediatamente me puse a desatarme el delantal, pero lentamente con el fin de que sor Maria de San José estuviese lista antes que yo para cubrir la plaza, como ocurrié. Enfonces sor Teresa de San Agustin dijo, riéndose y mirândome a mi: «Seguro que va a ser sor Maria de San José quien anadirâ esta perla a su corona. jVuestra Caridad <6> iba demasiado lentamente!». Yo solo contesté con una sonrisa y volvi a mi trabajo, pensando en mi interior: «jQué diferentes, Dios mio, son tus juicios a los de los hombres! Por eso nosotros nos equivocamos muchas veces en la tierra, tornando por imperfeccién en nuestras hermanas lo que es mérito ante tus ojos». 7 de abril 7.4 Le preguntaba de qué manera moriria yo, haciéndole ver mis aprensiones. Me contesté, con una sonrisa llena de ternura: «Dios te absorbera como a una gotita de rocio...» <7>. 18 de abril 18.4.1 Acababa de confiarme ciertas humiliationes muy penosas que le habian infligido algunas hermanas. Dios me proporciona asi todos los medios para permanecer muy pequena; pero eso es lo que hace falta. Yo estoy siempre contenta. Me las arreglo, aun en medio de la tempestad, para mantenerme en una gran paz interior. Si me habian de disensiones entre las hermanas, yo procuro no excitarme a mi vez contra ésta o contra aquélla. Necesito, por ejemplo, sin dejar de escuchar, mirar por la ventana y gozar interiormente de la vista del cielo, de los ârboles... Hace poco, durante mi conflicto con sor X, yo miraba con gran placer como retozaban las hermosas picazas en el prado, y me sentia tan en paz como en la oration... He discutido mucho con..., estoy muy cansada pero no temo la guerra. Es voluntad de Dios que luche hasta la muerte. jMadrecita, reza por mi! 18.4.2 Cuando rezo por ti, no digo el Padrenuestro o el Avemaria; digo simplemente, en un arranque del corazôn: «Dios mio, colma a mi Madrecita de toda clase de bienes, âmala aùn mas si puedes». 18.4.3 Era yo todavia muy pequena cuando nuestra tia ame dio a leer un cuento que me extranô mucho. Pues en el se alababa a una directora de internado porque sabia salir airosamente de cualquier apuro, sin herir a nadie. Me fijé sobre todo en esta frase: «A ésta le decia: tù no tienes la culpa; a aquélla: tienes razônl». Yo pensaba para mi: eso no esta bien. Aquella directora no deberia haber tenido miedo de nada y tendria que haber dicho a las niûas que habian actuado mal, cuando era asi. Hoy no he cambiado de opinion. Me cuesta mucho actuar asi, lo confieso, pues siempre lo mas fâcil es echar la culpa a los ausentes, y eso aplaca enseguida a la que se lamenta. Si, pero...<8> yo hago todo lo contrario. Si no me quieren, jpeor para ellas! Yo digo siempre toda la verdad; si no quieren saberla, que no vengan a buscarme. 18.4.4. No hay que dejar que la bondad dégénéré en debilidad. Cuando se ha reprendido a alguien justamente, hay que mantenerse firmes, sin dejarse ablandar hasta el punto de acongojarse por haber causado dolor, por ver sufrir y llorar. Correr tras la afligida para consolarla es hacerle mas daho que provecho. Dejarla consigo misma es obligarla a recurrir a Dios para reconocer sus faltas y humillarse <9>. De otra manera, se acostumbraria a recibir consuelo después de una reprimenda merecida y, en las mismas circunstancias, actuaria siempre como una niha mimada que grita y patalea hasta que su madré viene a enjugarle las làgrimas. NOTAS Abril Los ocho dichos fechados en abril de 1897 son expresiôn principalmente de la experiencia adquirida por Teresa en la formaciôn de las novicias. Estas palabras tienen una gran semejanza con las de los «Consejos y Recuerdos» publicados en la Historia de un aima. Las escasas cartas de la familia (UC pp. 604-606) dan fe de una reiterada aplicaciôn de vegigatorios, que no logran cortar la tos. Hacia finales de mes, se registran varias hemoptisis por la manana. El estado general es muy precario. 1 2 3 4 CfMsC36r°y RP 4. Idéntico sentido del deber en Ms C 23v°; CA 18.4.1 y 18.4.4. En diciembre de 1896; cf Ms C 13r°. La hermana ecônoma, que enfonces lo era la madré Inès de Jesûs. 5 Religiosa que acompanaba a la procuradora cuando ésta hacia entrar obreros en clausura. Teresa fue «tercera de la procuradora» (13.7.18) en junio-julio de 1893 (CG p. 728+g). 6 Formula de trato que, hasta hace poco tiempo, era habituai entre las carmelitas, en vez del tù o del usted. La conservamos porque, a nuestro entender, es la que mejor traduce el sentido de la frase [N. del T.]. 7 Cf Cta 141,2v°. La madré Inès morirâ el 28 dejulio de 1951 al cabo de varios dias de coma. 8 Cf Cta 204, n. 2. 9 La misma linea de conducta en Ms C 24r°. 1 de mayo 1.5.1 No es «la muerte» quien vendra a buscarme, sera Dios. La muerte no es un fantasma ni un espectro horrible, como se la représenta en las estampas. En el catecismo se dice que la «la muerte es la separation del aima y el cuerpo», jno es mas que eso <1>! 1.5.2 Hoy he tenido el corazôn totalmente inundado de paz celestial. jHabia rezado tanto ayer noche a la Santisima Virgen, pensando que su hermoso mes iba a comenzar! Tù no estabas esta noche en la recreation. Nuestra Madré nos dijo que uno de los misioneros <2> que se embarcaron con el P. Roulland <3> habia muerto antes de llegar a la misiôn. Este joven misionero habia comulgado en el navio con las hostias del Carmelo que le dimos al P. Roulland... Y ahora ha muerto sin haber hecho ningùn apostolado, sin haberse tornado ninguna molestia, por ejemplo la de aprender el chino. Dios le ha concedido el martirio de deseo; ya ves como El no necesita de nadie. Yo no sabia enfonces que la madré Maria de Gonzaga le habia dado por segundo hermano espiritual al P. Roulland. Lo que acabo de referir se lo habia escrito a ella el P. R., pero como nuestra Madré le habia prohibido decirmelo, solo me hablô de lo que habia oido en la recreation... Para ella constituyô un gran sacrificio este silentio, de cerca de dos anos, sobre sus relaciones con dicho misionero <4>... Nuestra Madré le habia pedido que pintase para él una estampa en pergamino. Como yo era su primera de oficio en la pintura, hubiera podido aprovechar la ocasiôn para pedirme consejo y asi hacerme adivinar todo el asunto. Pero, muy al contrario, se ocultaba de mi lo mejor que podia y venia a buscar a hurtadillas Jo supe mas tarde_ el brunidor para sacar brillo al oro, que yo guardaba en mi mesa. Luego lo devolvia cuando yo no estaba. Solo tres meses antes de su muerte le dijo nuestra Madre, por propia iniciativa, que me hablase libremente sobre ese tema y sobre cualquier otro. 7 de mayo 7.5.1 7 de la manana Hoy es dia de licencia <5>. Mientras me vestia, he cantado «Mi alegria» <6> 7.5.2 Nuestra familia no permanecerâ mucho tiempo en la tierra... Cuando yo esté en el cielo, os llamaré muy pronto... jY qué felices seremos! Todas nosotras hemos nacido coronadas... 7.5.3. jToso! jToso! Hago como la locomotora de un tren cuando llega a la estaciôn. Yo también estoy llegando a una estaciôn: a la estaciôn del cielo, jy lo anuncio! 9 de mayo 9.5.1 Podemos decir muy bien, sin vanagloria, que hemos recibido gracias y luces muy especiales. Vivimos en la verdad; vemos las cosas bajo su verdadera luz. 9.5.2 A proposito de esos sentimientos que una a veces no puede evitar, cuando, después de haber prestado un servicio, no se recibe ninguna muestra de gratitud. Te aseguro que también yo experimento ese sentimiento de que me hablas. Pero no me dejo nunca atrapar por él, pues no espero ninguna recompensa aqui en la tierra: lo hago todo por Dios; y de esta manera, nada puedo perdery siempre me doy por bien pagada del trabajo que me tomo por servir al préjimo. 9.5.3 Si, por un imposible, ni el mismo Dios viese mis buenas acciones, no me afligiria por ello lo mas minimo. Le amo tanto, que quisiera darle gusto sin ni que él mismo supiese que soy yo <7>. Al verlo y al saberlo, esta como obligado a «pagârmelo», y yo no quisiera causarie esa molestia... 15 de mayo 15.5.1 Me siento muy contenta de irme pronto al cielo. Pero cuando pienso en aquellas palabras del Senor: «Traigo conmigo mi salario, para pagar a cada uno segùn sus obras», me digo a mi misma que en mi caso Dios va a verse en un gran apuro: jYo no tengo obras! Asi que no podrâ pagarme «segùn mis obras»... Pues bien, me pagarâ «segùn sus propias obras...» 15.5.2 Me he formado una idea tan alta del cielo, que a veces me pregunto corno se las arreglarâ Dios, después de mi muerte, para sorprenderme. Mi esperanza es tan grande y es para mi motive de tanta alegria _no por el sentimiento, sino por la fe_, que necesitaré algo por encima de todo pensamiento para saciarme plenamente. Preferiria vivir en eterna esperanza a sentirme decepcionada. En fin, pienso ya desde ahora que, si no me siento suficientemente sorprendida, aparentaré estarlo por complacer a Dios. No habrâ peligro alguno de que le haga ver mi deception; sabré ingeniârmelas para que él no se dé cuenta. Por Io demâs, me las arreglaré siempre para serfeliz. Para lograrlo, tengo mis pequenos trucos, que tù ya conoces y que son infalibles... Adernas, con solo ver feliz Dios bastarâ para que yo me sienta plenamente feliz. 15.5.3 Le habia hablado de ciertos ejercicios de devotion y de perfection aconsejados por los santos y que a mi me desanimaban. Yo ya no encuentro nada en los libros, a no ser en el Evangelio <8>. Este libro me basta. Escucho con verdadera delicia estas palabras de Jesûs que me dicen todo lo que tengo que hacer: «Aprended de mi, que soy mando y humilde de corazén»; y encuentro la paz, segùn su promesa: «... y encontraréis descanso para vuestras aimas». Esta ùltima frase me la dijo levantando los ojos con una expresién celestial. Anadié la palabra «pequenas» a la frase de Nuestro Senor, lo cual le dio todavia mas encanto: «...y encontraréis descanso para vuestras pequenas aimas...» 15.5.4 Le habian dado un hâbito nuevo (el que aùn se conserva). Se lo habia puesto por primera vez en Navidad de 1896. Este hâbito, el segundo después de su toma de hâbito, le caia muy mal. Le pregunté si eso la disgustaba: iNi pizea! No mâs que si fuese el de un chino, allâ a 2.000 léguas de nosotras. 15.5.5 Echo a mis pajaritos, a derecha y a izquierda, los granos buenos que Dios pone en mi manita. Y luego, jque sea lo que Dios quiera! No vuelvo a ocuparme mâs de ello. Unas veces, es como si no hubiera echado nada; otras, ayuda. Pero Dios me dice: «Da, da siempre, sin preocuparte del resultado». 15.5.6 Me encantaria ir a Hanoi<10> para sufrir mucho por Dios. Quisiera ir alia para estar completamente sola, para no tener consuelo alguno en la tierra. En cuanto a la idea de ser ùtil alii, ni siquiera se me pasa por el pensamiento, estoy completamente segura de que no haria absolutamente nada. 15.5.7 En realidad, me da igual vivir que morir. No entiendo bien qué podré tener después de la muerte que no tenga ya en esta vida. Veré a Dios, es cierto, pero en cuanto a estar con él, ya lo estoy completamente en la tierra <11>. 18 de mayo 18.5.1 Me han liberado de todos los oficios. Y pensé que mi muerte no causaria el menor trastorno a la comunidad. <,Te apena el pasar por un miembro inûtil ante las hermanas? No, ésa es la menor de mis preocupaciones, jme da exactamente igual! 18.5.2 Al verla tan enferma, habia hecho todo lo posible para conseguir que nuestra Madré la dispensase de rezar los oficios de difuntos. Por favor, no me impidas rezar mis «pequenos» oficios de difuntos. Es lo ùnico que puedo ya hacer por las hermanas que estân en el purgatorio, y eso no me cansa lo mâs minimo. A veces, al final del silencio <13>, tengo un momentito libre, y eso mâs bien me relaja. 18.5.3 Necesito tener siempre algo que hacer; de esa manera, no estoy preocupada ni pierdo nunca el tiempo. 18.5.4 Habia pedido a Dios poder seguir los actos de comunidad hasta mi muerte. jPero él no quiere! Estoy segura de que podria muy bien asistir a todos los oficios divinos, no moriria por ello ni un minuto antes. A veces pienso que, si no hubiera dicho nada, no me creerian enferma. 19 de mayo 19.5. <,Por qué estas hoy tan alegre? Porque esta manana he tenido dos «pequenas» penas. jMuy agudas, si...! Nada como las «pequenas» penas me produce «pequenas» alegrias... 20 de mayo 20.5.1 Me dicen que tendré miedo a la muerte. Puede ser. No hay nadie aqui que desconfie mas que yo de sus sentimientos. Yo nunca me apoyo en mi parecer; sé muy bien cuân débil soy. Pero quiero disfrutar del sentimiento que Dios me da ahora. Siempre habrâ tiempo de sufrir por Io contrario <14>. 20.5.2 Le estaba enseôando su fotografia: Si, pero... eso es el sobre. ^Cuando se podrâ ver la carta? jCuânto me gustaria ver la carta <15>... Del 21 al 26 de mayo 21/26.5.1 Teôfano Vénard <16> me gusta todavia mas que san Luis Gonzaga, porque la vida de san Luis Gonzaga es extraordinaria, y la suya totalmente ordinaria. Ademâs, es él quien habla, mientras que en caso del santo es otro el que escribe y el que le hace hablar; jy enfonces, no se sabe casi nada de su «pequena» aima! Teôfano Vénard queria mucho a su familia, y yo también quiero mucho a mi «pequena» familia. No entiendo a los santos que no quieren a su familia... jSi, a mi pequena familia de aqui, yo la quiero mucho! Quiero mucho, mucho a mi Madrecita. 21/26.5.2 Voy a morir pronto, pero ^cuândo? Si, ^cuando...? jNunca acaba de llegar! Soy como un ninito al que se le esta prometiendo siempre un pastel: se lo ensenan desde lejos, y luego, cuando él se acerca para cogerlo, retiran la mano... Pero, en el fondo, estoy totalmente resignada a vivir, a morir, a recobrar la salud o a ir a Cochinchina, si Dios asi Io quiere. 21/26.5.3 Después de mi muerte, no hace falta que me rodeéis de coronas, como a la madré Genoveva <18>. A las personas que quieran traerlas, podréis decides que prefiero que empleen ese dinero en rescatar a algunos negritos. Eso si que me gustaria. 21/26.5.4 Hace algùn tiempo, sentia mucho tomar remedies caros; pero al presente no me preocupa Io mas minimo, al contrario. Es asi desde que lei en la vida de santa Gertrudis que ella se alegraba en su interior, diciéndose que todo redundaria en provecho de los que nos hacen el bien. Y se apoyaba ene estas palabras de Nuestro Senor: "jTodo lo que hicisteis con uno de mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis!". 21/26.5.5 Estoy convencida de la inutilidad de los remedies que tomo para curarme; pero me las he arreglado con Dios para que haga que se aprovechen de ellos los pobres misioneros enfermos que no tienen ni tiempo ni medios para curarse. Le pido que los cure a elles, en vez de a mi, por medio de los medicamentos y del reposo que a mi me obligan a tomar. 21/26.5.6 Me ha repetido tantas veces que soy valiente, y esto responde tan poco a la verdad, que me he dicho a mi misma: jQué se va a hacer, no hay que dejar por mentiroso a todo el mundo! Y me he puesto, con la ayuda de la gracia, a trabajar por adquirir esa valentia. He hecho como el guerrero, que, al oirse felicitar por su bravura, sabiendo muy bien que no es mas que un cobarde, acaba por sentir vergüenza de los elogios y quiere merecerlos. 21/26.5.7 Cuando esté en el cielo, jcuântas gracias pediré para ti! Si, importunaré tanto a Dios, que si al principio quisiera negarse a lo que le pido, mi insistencia lo obligarâ a satisfacer mis deseos. Esta historia esta en el Evangelic. 21/26.5.8 ...Si los santos me demuestran menos carino que mis hermanitas, sera muy duro para mi..., y me iré a llorar en un rinconcito... 21/26.5.9 Los santos inocentes no serân niüitos en el cielo; solo tendrân los encantos indefinibles de la infancia <19>. Se los représenta como "ninos" porque nosotros tenemos necesidad de imâgenes para comprender las cosas del espiritu. ...Si, yo espero unirme a ellos. Si quieren, seré su pajecito y llevaré la cola de sus trajes... 21/26.5.10 Si no tuviese esta prueba del aima <20>, que no se puede comprender, estoy segura que moriria de alegria al pensar que pronto dejaré la tierra. Del 21 al 26 de mayo c > 21/26.5.11* Esta noche estaba un poco triste, preguntândome si Dios estaria realmente contento de mi. Pensaba en que cada una de las hermanas diria de mi, si se lo preguntasen. Una diria: «Es un aima buena, puede llegar a ser santa». Otra: «Es muy amable, muy piadosa, pero esto..., y lo de mas alla...». Y otras tendrian también otros pareceres; muchas me juzgarian muy imperfecta, lo cual es verdad... Mi Madrecita me quiere tanto, que el amor la ciega, asi que no puedo creerla. <,Y quién me dira lo que piensa Dios? Estaba en estos pensamientos cuando me llegô tu billetito. Me decias que todo en mi te gustaba, que Dios me amaba de manera muy especial, que él no me habia hecho subir como a las demâs la âspera escalera de la perfection sino que me habia puesto en un ascensor para que llegase antes a Él<21>. Todo eso me emocionaba, pero el pensamiento de que tu amor te hacia ver lo que en realidad no existia me impedia gozar en plenitud. Entonces tomé en mis manos el Evangelic, pidiendo a Dios que me consolase, que él mismo me respondiera... Y he aqui que mis ojos se posaron en este pasaje que nunca me habia llamado la atencién: «El que Dios envié habia las palabras de Dios, porque no le comunicé su Espiritu con medida». Entonces derramé lâgrimas de alegria, y esta manana, al despertarme, me encontraba todavia inundada de gozo. Eres tù, Madrecita querida, la que Dios me ha enviado, eres tù quien me educo, eres tù quien me ha traido al Carmelo; todas las grandes gracias de mi vida las he recibido a través de ti. Por eso, tù dices las mismas cosas que Dios, y ahora creo que Dios esta muy contento de mi, ya que tù me Io dices. (*) Ya no recuerdo la fecha exacta. 26 de mayo _ Vispera de la Ascension. _ Esta manana, durante la procesién <22>, estaba y en la ermita de san José y miraba de lejos por la ventana a la comunidad en la huerta. Era fantâstica esa procesién de religiosas con capas blancas; me hacia pensar en el cortejo de las virgenes en el cielo. Al doblar el paseo de los castanos, os veia a todas medio tapadas por las altas hierbas y por los capullos dorados del prado. Era cada vez mas delicioso. Y de pronto, entre esas religiosas veo a una, de las mas elegantes, que mira hacia mi y se inclina sonriendo para hacerme una séria de que me habia visto. jEra mi Madrecita! Inmediatamente me acordé de mi sueüo: la sonrisa y las caricias de la madré Ana de Jesûs <23>, y senti que me invadia la misma impresién de dulzura que entonces. Y pensé: jDe modo que los santos me conocen, me aman, me sonrien desde lo alto y me invitan a reunirme con ellos! Entonces se me saltaron las lâgrimas... Hace muchos ahos que no habia llorado tanto. jY qué dulces eran esas lâgrimas! 27 de mayo 27.5.1 _ Ascension _ Yo quiero un «circular» <24>, porque siempre he pensado que deberé corresponder al oficio de difuntos que cada carmelita dirâ por mi. No comprendo muy bien cémo hay quienes no quieren circular; es tan hermoso conocerse, saber un poco con quiénes vamos a vivir eternamente. 27.5.2 No tengo absolutamente ningùn miedo a los ùltimos combates, ni a los sufrimientos de la enfermedad, por grandes que sean. Dios me ha socorrido siempre, me ha ayudado y me ha llevado de la mano desde mi mas tierna infancia..., cuento con él. Estoy segura de que continuarâ ayudàndome hasta el fin. Tai vez llegue a no poder mas, pero nunca tendré demasiado, de esto estoy segura. 27.5.3 No sé cuândo moriré, pero creo que sera pronto. Tengo muchas razones para esperarlo asi. 27.5.4 No deseo mas morir que vivir. Es decir: si tuviese que escoger, preferiria morir; pero como es Dios quien escoge por mi, prefiero Io que quiera él. Me gusta siempre Io que él hace <25>. 27.5.5 Que no piensen que, si me euro, eso me va a desconcertar o desbaratar mis humildes planes. jEn absoluto! La edad no es nada a los ojos de Dios, y yo me las arreglaré para seguir siendo una nina aunque viva mucho tiempo <26>. 27.5.6 Siempre miro el lado bueno de las cosas. Hay quienes se Io toman todo de la manera que mâs les hace sufrir. A mi me ocurre todo Io contrario. Cuando no tengo mâs que el sufrimiento puro, cuando el cielo se vuelve tan negro que no veo ni un solo claro entre las nubes, pues bien, hago de ello mi alegria... jMe pavoneo <27>! Como en las humillaciones de papa <28>, que hacen que me sienta mâs gloriosa que una reina. 27.5.7 <,Te has fijado, en la lecture dei refectorio, en esa carta dirigida a la madré de san Luis Gonzaga, en la que se dice de él que no habria podido aprender mâs ni ser mâs santo aunque hubiera llegado a la edad de Noé <29>q 27.5.8 A proposito de su muerte. Soy como una persona que, al tener un billete de loteria, tiene mâs posibilidades de que le toque que otra que no lo tiene. Sin embargo, tampoco ella estâ segura de conseguir un premio. A fin de cuentas, yo tengo un billete, que es mi enfermedad, y puedo abrigar esperanzas. 27.5.9 Me acuerdo de una vecinita de los Buissonnets, de 3 anos de edad, que, al oir que las otras ninas la llamaban, decia a su madré: "jMamâ, me necesitan alli!, déjame ir, por favor..., j"me necesitan alli...! Pues bien, me parece que hoy los angelitos me llaman, y yo te digo como aquella ninita: «jDéjame partir, me necesitan alli!». No los oigo, pero los siento. 27.5.10 Cuando hacia el mes de noviembre <30> se habia proyectado mi partida para Tonkin, ^te acuerdas que comenzamos una novena a Teôfano Vénard para obtener una senal de la voluntad de Dios? En aquel entonces y volvia a asistir a todos los actos de comunidad, incluso a Maitines. Pues bien, justo durante la novena comencé de nuevo a toser, y desde entonces solo voy de mal en peor. Es él quien me llama. Me gustaria mucho tener su retrato. Es un aima que me encanta. San Luis Gonzaga estaba serio incluso en la recreaciôn, pero Teôfano Vénard estaba siempre alegre. Por aquellos dias estâbamos leyendo en el refectorio la vida de san Luis Gonzaga. 29 de mayo 29.5 Botones de fuego por segunda vez. Por la noche yo estaba triste, y abri el Evangelic delante de ella para consolarme. Mis ojos se posaron sobre estas palabras, que le lei: «Ha resucitado, no esta aqui, mirad el sitio donde lo pusieron». jSi, asi es! En efecto, yo ya no soy, como en mi infancia, accesible a cualquier sufrimiento. Estoy como resucitada, no estoy ya en el sitio en que me creen... jPero no te aflijas por mi! He llegado a no poderya sufrir, porque cualquier sufrimiento me resulta agradable. 30 de mayo 30.5.1 Ese dia, se le dio permiso para que me contara su vémito de sangre del Viernes Santo de 1896. Como le manifesté mi gran pesar por no haber sido avisada enseguida, me consolé lo mejor que pudo y por la noche me envié este billete: «No sufras, Madrecita querida, porque parezca que tu hijita te ha ocultado algo, pues tù sabes muy bien que si te ha ocultado una esquinita del sobre, nunca te ha ocultado ni una sola linea de la carta. ^Pues quién conoce mejor que tù esta cartita que tanto amas? A las demâs se les puede ensenar el sobre por todos sus lados, pues no pueden ver mas que eso, üipero a ti...ü! Tù sabes ya, Madrecita, que fue el dia de Viernes Santo cuando Jesûs comenzé a rasgar un poco el sobre de TU cartita. ^No te alegra que él se disponga a leer esta carta que tù estas escribiendo desde hace 24 anos? jSi supieras qué bien sabra ella decirle tu amor durante toda la eternidad!» <3 \ 30.5.2 jTal vez sufras mucho antes de morir...! No te aflijas por eso, jlo deseo tanto! 30.5.3 jNo sé como haré en el cielo para vivir sin ti! NOTAS Mayo La correspondencia de mayo 1907 no dice nada acerca dei estado fisico de Teresa. Los parcos datos dei Cuaderno amarillo indican que Ia tos persiste, agotadora, sobre todo por Ia noche. A los vegigatorios se anaden las sesiones de botones de fuego. La resistencia de la enferma se va debilitando. A partir de la segunda quincena, Teresa se ve obligada a renunciar progresivamente a la vida comunitaria. Sin embargo, aùn no se ha perdido toda esperanza de curaciôn. En medio de esta incertidumbre, el abandono de la santa muestra su verdadera dimension: es ésta una de las notas dominantes de este mes de mayo. La poesia Una hoja deshojada (PN 51) es una prueba patética de ello. En este mes Teresa escribe ocho cartas o billetes (Cta 225 a 232) y cinco poesias (PN 50; PN 51 a 54), coronadas por su testamento mariano: Por qué te amo, Maria. 1 La madré Inès transcribe una frase anàloga en una carta del 16 de julio (UC p. 636); cf 11.9.4. 2 El P. Mazel; cf Cta 226, n. 3. 3 Sobre este segundo hermano espiritual de Teresa, cf Ms C 33r°. 4 En realidad un afio. 5 Dia de recreaciôn extraordinaria; las hermanas podian conversar libremente entre ellas, y cantar en su celda en ciertos momentos de la jornada; cf Ms A 20v°; Ms C 19r° y 28r°; Cta 225. 6 PN 45. 7 Pensamiento anâlogo al de san Juan de la Cruz a sor Magdalena del Espiritu Santo; cf CRIS0GONO DE JESÙS SACRAMENTADO, Vida de san Juan de la Cruz, 11a ed. Madrid, BAC, 1982, p. 193. [SAN JUAN DE LA CRUZ, Obras Completas 4a ed., Burgos, Monte Carmelo, 1983, p. 108. N. del T.J 8 Cf Ms A 83v°; Ms C 36v°; y BT. 9 Las novicias. 10 Al Carmelo, fundado por el de Saigon en 1895; cf Ms A 84v°; Ms C 9r°; Cta 221; PN 47,6. 11 Cf Cta 56, n. 2. 12 Oficio que se rezaba en privado a la muerte de cada carmelita (durante la vida religiosa de Teresa murieron cerca de quinientas en Francia). Cf 27.5.1; 6.8.4. 13 Tiempo libre durante el «silencio riguroso», desde las 12 del mediodia a la 1 de la tarde en verano y de 8 a 9 de la noche durante todo el ano; cf UC p. 725. 14 Cf 9.7.6. 15 Cf 30.5.1. 16 Sobre este joven mârtir cf Cta 221 y 245; PN 47; diecisiete veces aparece nombrado en CA, una de ellas en 27.5.10. 17 Al Carmelo de Saigon; cf 2.9.5. 18 Fundadora de Lisieux; cf Ms A 78r°/79r°. 19 Cf PN 44 y Or 18. 20 Tentaciôn respecto a la existencia del cielo (3.7.3); cf Ms C 5v°/7r°. 21 Cf Cta 229; Ms C 3r°; Cta 258. 22 Procesiôn de las Rogativas. 23 Cf Ms B 2r°/v°. 24 Resena biogrâfica que se envia a todos los monasterios de la Orden después del fallecimiento de una hermana. En el caso de Teresa, hizo sus veces la Historia de un aima (30 de septiembre de 1898). 25 Cf 2.8.4; 30.8.2; 4.9.7; 5.9.2. 26 Cf 25.9.1. 27 [La santa usa la expresiôn] «Faire jabot: familiarmente, sacar hacia fuera el cuello de la camisa para pavonearse» (Littré). 28 La enfermedad mental del senor Martin. 29 Histoire de saint Louis de Gonzague, por J.-M. Daurignac, (Paris, Douniol, 1864), p. 346. 30 En 1896. 31 Cf el texto exacto en Cta 231. 4 de junio 4.6.1 Se despidiô de nosotras (*) en la celda de sor Genoveva de la Santa Faz, que daba a la terraza, del lado de la sala capitular. Estaba acostada en el jergôn de sor Genoveva. Ese dia parecia no sufrir ya y ténia el rostro como transfigurado. No nos cansâbamos de mirarla y de escuchar sus dulces palabras. Le he pedido a la Santisima Virgen no seguir estando amodorrada y enajenada, como me encontraba todos estos dias; me daba cuenta de que eso te apenaba. Y esta noche me ha escuchado. jHermanitas mias, qué feliz me siento! Veo que voy a morir pronto, ahora estoy segura de ello. No os extranéis si no me aparezco a vosotras después de la muerte y si no veis ninguna cosa extraordinaria como senal de mi felicidad. Acordaos de que mi «caminito» es no desear ver nada <1>. Sabéis bien lo que tantas veces he dicho a Dios, a los ângeles y a los santos: que no es mi deseo aqui en la tierra verles <2>... Los ângeles vendrân a buscarte, dijo sor Genoveva. jCémo nos gustaria verlos! No creo que los veâis, pero no por eso dejarân de estar alli... Sin embargo, por complaceros, me gustaria tener una hermosa muerte. Se lo he pedido a la Santisima Virgen. No se lo he pedido a Dios porque quiero dejarle hacer lo que él quiera. Pedirle a la Santisima Virgen no es lo mismo. Ella sabe bien lo que ha de hacer con mis pequenos deseos, si tiene que decirlos o no... En definitiva, ella es la que tiene que juzgar, para no obligar a Dios a escucharme, para dejarle hacer en todo su voluntad. Esta noche he logrado poder consolaros un poco y estar muy amable, pero no debéis esperar verme asi en el momento de la muerte... jNo lo sé! Quizâs, de repente, la Santisima Virgen ha hecho esto por su cuenta, sin decirselo a Dios; y en ese caso, eso no prueba nada para mas tarde. No sé si iré al purgatorio, y no me preocupa en absoluto <3>; pero si voy, no lamentaré no haber hecho nada por evitarlo. Nunca me arrepentiré de haber trabajado ùnicamente por salvar aimas. jCuânto me alegra saber que N.M. santa Teresa pensaba lo mismo <4>! Madrecita querida, si algùn dia vuelves a ser priora <5>, no te preocupes, ya verâs como no te va a costar tanto como la otra vez. Estaràs por encima de todo. Dejarâs que piensen y que digan lo que quieran, cumplirâs en paz con tu deber... etc. ... etc. No hagas nunca nada por serlo, ni nada tampoco por no serlo... Por lo demâs, te prometo que yo no dejaré que te elijan para serlo si eso es perjudicial para tu aima. Cuando la abracé: jYa lo he dicho todo! En especial a mi Madrecita, para mas tarde... Hermanitas, no os aflijâis si sufro mucho y si no veis en mi, como ya os he dicho, ninguna serial de felicidad en el momento de mi muerte. Nuestro Senor muriô ciertamente victima de amor, jy ya veis qué agonia fue la suya <6>...l Todo eso no significa nada. (*) Era durante la novena a Nuestra Senora de las Victorias para obtener su curaciôn. 4.6.2 Un poco mas tarde, al verla sufrir otra vez mucho, le dije: «Bueno, deseabas sufrir; pues Dios no lo ha olvidado». Deseaba sufrir y he sido escuchada. Desde hace varios dias estoy sufriendo mucho. Una manana, durante la acciôn de gracias después de la comuniôn, senti unas angustias como de muerte... jy sin una pizca de consuelo! 4.6.3 Lo acepto todo por amor de Dios, hasta toda esa serie de pensamientos extravagantes que me vienen a la mente. 5 de junio 5.6.1 (Durante Maitines) Madrecita, he visto que me quieres con un amor desinteresado. Pues bien, si yo sé que tù eres mi madrecita, jun dia tù sabras que yo soy tù hijita! jSi, cuânto te quiero! 5.6.2 He vuelto a leer la obra que compuse sobre Juana de Arco <7>. En ella podrâs ver cuâles son mis sentimientos sobre la muerte; todos estân allf expresados. Te gustarâ. Pero no creas que me parezco a Juana de Arco cuando por un momento tuvo miedo... Ella se mesaba los cabellos <8>... Yo no me tiro de mis «pequenos» cabellos... 5.6.3 Madrecita, tù fuiste quien me préparé para la primera comunién <9>, prepârame ahora para morir... 5.6.4 Si una manana me encuentras muerta, no sufras: sera que papa Dios habrâ venido a buscarme con la mayor sencillez. Sin duda es una gracia muy grande recibir los sacramentos; pero cuando Dios no lo permite, también esta bien, todo es gracia. 6 de junio 6.6.1 Te agradezco que hayas pedido que me diesen una particula de la sagrada hostia. Aun asi me ha costado mucho pasarla. jPero qué feliz me sentia de tener a Dios en mi corazén! He llorado como el dia de mi primera comunién <10>. 6.6.2 El Sr. Youf<11> me ha dicho acerca de mis tentaciones contra la fe: «No se detenga usted en eso, es muy peligroso». No es muy consolador oir una cosa asi, pero afortunadamente no me impresiono porello. Pero estate tranquila, que no voy a devanarme los «sesitos» atormentàndome. El Sr. Youf me ha dicho también: «<,Està usted resignada a morir?" Y yo le contesté: "Padre, me parece que solo se necesita resignation para vivir; para morir, lo que yo siento es alegria». 6.6.3 Me pregunto como haré para morir. Sin embargo, quisiera salir de ese trance j«con honor»! En fin, creo que eso no depende de uno. (Pensaba en nosotras) 6.6.4 Cuando era nina, los grandes acontecimientos de mi vida me parecian montanas inalcanzables. Al ver a las ninas hacer la primera comunién, me decia a mi misma: ^Cémo haré yo en mi primera comunién...? Mas tarde: reorno haré para entrar en el Carmelo...? Y luego: <,para tomar el hâbito?, i,para hacer la profesién? jActualmente, es para morir<12>! 6.6.5 «Voy a hacerte fotografiar para complacer a nuestra Madre»<13>. Sonriô con aire travieso: Di mâs bien que es por ti... «jCiercecito, déjà de soplar! No es por mi, es por mi companero que no lleva chaqueta...». Me recordaba con ello una historieta de auverneses que papa nos contaba. Le ponia entonaciôn, y venia muy a cuento, pues el companero, aparentemente tan caritativo, en realidad abogaba en su favor. 6.6.6 Por miedo a producirle nauseas, no queriamos decide que el jarabe que tomaba era jarabe de caracoles, pero ella se dio cuenta y se riô de nuestros temores. jQué me importa tomar jarabe de caracoles, con tal que no vea los cuernos! jAhora como caracoles, como los patitos! Ayer hacia como las avestruces: jcomia huevos crudos! 6.6.7 jTe quiero mucho, mucho! 6.6.8 Le dije: «Los ângeles te llevarân en sus palmas, para que tu pie no tropiece en la piedra». Respondiô: Si, eso esta bien para ahora mismo; pues mâs tarde, después de mi muerte, jjjya no encontraré ningùn obstâculo!!! 6.6.9 Tras la visita del Dr. de Cornière <14>, que la habia encontrado mejor, le dije: «^Estâs triste?». No, no... He encontrado en el Evangelic: «Pronto veréis al Hijo del Hombre sentado sobre las nubes del cielo». Yo respondi: «^Cuândo, Senor?». Y en la pâgina de enfrente lei estas palabras: «Hoy mismo». Pero todo esto... es para que no nos inquietemos por nada, ni por querer vivir ni morir... Y unos instantes después: jSin embargo, tengo muchas ganas de irme! Le digo a la Santisima Virgen que haga ella lo que quiera. 7 de junio 7.6.1 _ Domingo _<15> Durante algùn tiempo estuvo sentada a mi lado en el banco al fondo del cementerio. Al final, apoyô tiernamente la cabeza sobre mi pecho y cantô a media voz: ^Olvidarme de ti, Madré querida? jNo, no, jamâs!<16> Al bajar las escaleras, vio a la derecha, bajo el nispero, la gallinita blanca que tenia a todos sus polluelos recogidos bajo sus alas. Algunos solo ensenaban su cabecita. Se parô a contemplarlos, muy pensativa. Al cabo de un poco, yo le hice senas de que era hora de volver. Tenia los ojos llenos de lâgrimas. Le dije: «jEstas llorandol». Entonces se cubriô los ojos con la mano, llorando mas todavia, y me respondiô: En este momento no puedo decirte por qué, estoy demasiado emocionada... Por la noche, en su celda, me dijo con una expresiôn celestial: He llorado al pensar que Dios escogiô esa comparaciôn para hacernos creer en su ternura. jEso es lo que ha hecho conmigo durante toda mi vida! jMe ha escondido totalmente bajo sus alas...! Luego, al separarnos, lloraba mientras subia la escalera, sin poder ya contenerme, y ténia prisa por volver a la celda. Mi corazôn rebosaba de amor y de gratitud. 7.6.2 Hoy hace diez anos que papa me dio esta florecita blanca cuando le hablé por primera vez de mi vocation <17>. (Y me enseüô la florecita). 7.6.3 Si no me hubieses educado bien, habrias visto cosas muy tristes <18>. Y no hubiera llorado hoy al ver la gallinita blanca... 8 de junio 8.6.1 Pronto vendréis todas conmigo; jea, esto no durarâ mucho! A sor Maria de la Trinidad, que le pedia que se acordase de ella en el cielo: Aùn no has visto mas que el cascarôn; pronto verâs el pollito. 8.6.2 Le decia que yo no ténia ya apoyo alguno en la tierra. i,Cômo que no? Si que tienes un apoyo: me tienes a mi. 8.6.3 Habiamos hablado de esas largas enfermedades que con frecuencia cansan a las enfermeras, lo cual constituye un gran sufrimiento para las enfermas que se dan cuenta de ello. Yo acepto seguir como estoy hasta el final de una vida muy muy larga. Y si eso le agrada a Dios, acepto incluso que «me tomen ojeriza». 9 de junio 9.6.1 Se dice en el Evangelio que Dios vendra como un ladrôn. A mi vendra a robarme con gran delicadeza. jCômo me gustaria ayudar al Ladrôn! 9.6.2 iQué feliz me siento hoy! _ <,Es que ha pasado ya la prueba <19>? No, pero hay como una especie de tregua. Las serpientes malignas ya no silban en mis oidos... 9.6.3 jCon qué paz dejo que digan a mi alrededor que estoy mejor! La semana pasada estaba levantada, y me creian muy enferma. Esta semana no puedo tenerme en pie, estoy agotada, jy mira por dônde me creen ya sana! jPero qué importa! _ Sin embargo, <,tù crees que morirâs pronto? Si, espero irme pronto. La verdad es que no estoy mejor; me duele mucho el costado. Pero _siempre lo diré_ si Dios me cura, no sufriré la menor deception. A sor Maria del Sagrado Corazon, que le decia: «jQué tristes nos vamos a quedar cuando nos dejes!». No, ya veréis, sera como una lluvia de rosas <20>. 9.6.4 No tengo miedo al Ladrén... Lo veo a lo lejos y me guardo muy bien de gritar: jAI ladrén! Al contrario, lo llamo diciéndole: jPor aqui, por aqui! 9.6.5 Soy como un ninito en la estacién del ferrocarril, que espera a sus papas para que lo suban al tren. jPero ellos no vienen y el tren se va! Bueno, hay otros trenes y no todos los voy a perder... 10 de junio 10.6 Habia mejorado, y le extranaba. Ténia que esforzar por no dejarse llevar de la tristeza. ...La Santisima Virgen cumple bien mis encargos, jvolveré a dârselos! Le repito con frecuencia: «Dile que por mi nunca se moleste»<21>. El ha comprendido, y eso es lo que hace. Yo ya no entiendo nada de mi enfermedad. jAhora resulta que he mejorado! Sin embargo, me abandono y me siento feliz. jQué séria de mi si abrigase la esperanza de morir pronto! jCuàntas deceptiones! Pero no llevo ninguna, porque me contento con todo lo que Dios hace y solo deseo su voluntad. 11 de junio 11.6.1 Habia arrojado flores al San José de la huerta (al fondo del paseo de los castanos), diciendo con tono infantil y gratioso: «jToma!». _ ϊ,Ρογ qué arrojas flores a san José? <,Para obtener alguna gracia? jNo...! Es por complacerle... Yo no quiero dar para recibir. 11.6.2 Para escribir mi «pequena» vida <22>, no me devano los sesos. Es como si estuviera pescando a caha: escribo lo que me sale. 12 de junio 12.6.1 No me creen tan enferma como estoy en realidad. Por eso me resulta mâs penoso verme privada de la comuniôn y del oficio divino. Pero mejor que nadie se preocupe ya por eso. Yo sufria mucho por ello, y habia pedido a la Santisima Virgen que arreglase las cosas para que nadie sufriese. Y me escuchô. En cuanto a mi, no me importa que piensen o que digan lo que quieran. No veo razôn para desconsolarme. 12.6.2 jManana no comulgaré! jY tantas nihas recibirân a Dios <23>! (Habia primeras comuniones en la parroquia de Santiago). 13 de junio 13.6 (En la huerta) Me da la impresiôn de ser una tela atirantada en el bastidor para que la borden, y que nadie viene a bordarla. jEspero y espero! Pero en vano... En fin..., no es nada extrano: jlos ninitos no saben lo que quieren! Digo esto porque pienso en el Nino Jesûs: él es quien me ha atirantado en el bastidor del sufrimiento para darse el gusto de bordarme y luego el de aflojarme para ir a mostrar alla arriba su precioso trabajo. Cuando hablo del Ladrôn, no me refiero al Nino Jesûs, me refiero al Dios «grande». 14 de junio 14.6 Ultimo dia de la novena <24>. Se encontraba mucho mejor, nuevo motivo de deception para ella, que sin embargo me dijo con una sonrisa: jSoy una niha curada! _ ôY eso te entristece? No..., momento a momento se puede soportar mucho. 15 de junio 15.6.1 El dia 9, veia muy claramente a lo lejos el faro que me anunciaba el puerto dei cielo, pero ahora ya no veo nada, tengo los ojos como vendados. Ese dia veia al Ladrôn; ahora ya no le veo en absoluto. Lo que me dicen sobre la muerte ya no penetra en mi interior; es como si resbalase sobre una losa. jSe acabô! La esperanza de la muerte se ha gastado. Sin duda es que Dios no quiere que piense en ella como antes de caer enferma. Entonces, ese pensamiento me era necesario y muy provechoso, y asi lo sentia. Pero hoy ocurre lo contrario. Dios quiere que me abandone como un niüito que no se preocupa de lo que harân con él. 15.6.2 ôEstâs cansada de ver que tu estado se prolonga? jDebes de estar sufriendo mucho! Si, pero «me place». _ <,Por qué? Porque «le place» a Dios. (Empleaba esta palabra y algunas otras que no iban con su manera sencilla de expresarse normalmente, cuando queria encubrir su pensamiento de una manera que fuese entretenida para nosotras. Habia adoptado también ciertas expresiones ingenuas, de las que se servia en la intimidad, y que en sus labios tenian mucha gracia.) 15.6.3 No sé cuando moriré; ya no tengo la menor confianza en la enfermedad. Aun cuando me administrasen los sacramentos, seguiria creyendo que aùn puedo dar marcha atrâs. No estaré realmente segura de que me ha llegado el turno hasta que haya dado el paso y me vea en los brazos de Dios. 15.6.4 (Por la noche) jCômo me gustaria decirte algo agradable! Solo dîme solamente si me olvidarâs cuando estés en el cielo. jSi te olvidase, me parece que todos los santos me echarian del paraiso como a un bùho feo! Madrecita, cuando esté alla arriba, "vendré y te llevaré conmigo, para que donde yo esté estés también tù". 15.6.5 Estoy contenta, no ofendo a Dios lo mas minimo durante mi enfermedad. Hace un poco, estaba yo escribiendo sobre la caridad (en el cuaderno de su Vida <è5>), y con mucha frecuencia venian a interrumpirme; entonces, he procurado no impacientarme y poner en practica lo que estaba escribiendo. 19 de junio* 19.6 Nuestra prima, la madré Margarita (superiora general en Paris de las religiosas Auxiliadoras del Inmaculado Corazôn, enfermeras) me habia enviado una preciosa canastilla repleta de lirios artificiales, para el dia 21, fiesta de la madré Maria de Gonzaga. Le llevé la canastilla, diciéndole muy alegre: «jMe la envia la Superiora General de las Auxiliadoras!». Me respondiô de repente, en un arranque y con carino: j La Superiora General de mi corazôn eres tù ! 20 de junio 20.6 Le estaba ensenando las pequenas fotografias de la Virgen Madré que yo habia pintado para el santo de nuestra Madré <26>. Puso las manos sobre las miniaturas extendidas ante sus ojos y, separando los dedos, consiguiô tocar todas las cabecitas del Nino Jesûs. Enfonces me dijo: Los tengo a todos bajo mi dominio... 22 de junio 22.6 Estaba en la huerta, en el coche <27>. Cuando me acerqué a ella por la tarde, me dijo: jQué bien que entiendo las palabras de Nuestro Sehor a nuestra Madré santa Teresa! «^Sabes, hija mia, quiénes son los que aman de verdad? Los que reconocen que todo lo que no se refiere a mi no es mâs que mentira» <28>. jQué gran verdad me parece esto, Madrecita! Si, fuera de Dios, todo es vanidad. 23 de junio 23.6 Le decia yo: « jAy, yo no tendré nada que dar a Dios a mi muerte: tengo las manos vacias! Y eso me entristece mucho. Claro, tù no eres como «el bébé» <29> (algunas veces se daba a si misma este nombre), que sin embargo se encuentra también en esas mismas condiciones... Aunque yo hubiese realizado todas las obras de san Pablo, seguiria creyéndome un «siervo inûtil»; y eso es precisamente lo que constituye mi alegria, pues, al no tener nada, lo recibiré todo de Dios». 25 de junio 25.6.1 Fiesta del Sagrado Corazôn. La habiamos instalado en la biblioteca porque en su celda daba mucho el sol. Durante el sermon, habia cogido un libro de la Propagation de la Fe. A continuation, me mostrô un pasaje en el que se hablaba de la apariciôn de una hermosa Senora, vestida de blanco, al lado de un nino recién bautizado, y me dijo: Mas tarde, también yo iré asi junto a los ninos recién bautizados... 25.6.2 Durante el sermon he hecho novillos, sentia que era fiesta. No todos los dias me puedo permitir eso. Considero mi cuaderno (su Vida) como mi pequena tarea escolar. 26 de junio 26.6 Ayer me dolié mucho el costado, luego... jesta manana cesô el dolor! jAy, cuàndo me iré con Dios! jCômo me gustaria irme al cielo! 27 de junio 27.6 Cuando esté en el cielo, les diré a todos los santos tantas cosas hermosas sobre mi Madrecita, que les entrarân muchas ganas de llevârsela. Estaré siempre con mi Madrecita; les pediré a los santos que vengan conmigo a los lébregos sétanos para protegerla, y si no quieren, pues bueno, vendré yo solita. Se referia con eso a una pequena aventura que me habia acaecido ese mismo dia en la bodega de la sacristia. 29 de junio 29.6.1 ... Mira lo que ha pasado: como yo estaba a punto de morir, los angelitos hicieron toda clase de hermosos preparatives para recibirme; pero se cansaron y se quedaron dormidos. jAy, los ninitos duermen mucho!, no se sabe cuando despertarân... (Nos contaba con frecuencia historietas de éstas para distraernos de sus sufrimientos de aima y de cuerpo)<30>. 29.6.2 jMe sentiré muy desdichada en el cielo si no puedo dar pequenas alegrias en la tierra a los que amo! 29.6.3 Por la noche se acentuô mâs su prueba interior, y ciertos comentarios la habian hecho sufrir. Me dijo: Mi alma esta desterrada, el cielo esta cerrado para mi, y aqui en la tierra, también la prueba. ...Ya veo que no me creen enferma, pero es Dios quien lo permite. 29.6.4 Estaré contenta en el cielo si compones unos bonitos versos para mi; me parece que eso les va a gustar los santos. 30 de junio 30.6.1 Le hablaba de ciertos santos que llevaron una vida extraordinaria, como san Simon Estilita <31>. Me dijo: Yo prefiero a los santos que no tienen miedo a nada, como santa Cecilia, que se casa sin temer nada... 31.6.2 Mi tio habia pedido que bajase con nosotras al locutorio, y, como de costumbre, ella no habia hablado casi nada. jQué acobardada me sentia con mi tio en el locutorio! Al volver, reni mucho a una novicia, no me conocia a mi misma. jQué contrastes hay en mi carâcter! Mi timidez proviene del gran malestar que experimento cuando se ocupan de mi<32>. NOTAS Junio Los primeros dias del mes de junio estân marcados por un empeoramiento brusco de la enferma. El dia 5, vispera de Pentecostés, es grande la inquietud. La comunidad esta consternada, y la madré priora empieza una novena a Nuestra Sehora de las Victorias. Para suplir la alimentaciôn, que es casi nula, el médico prescribe un régimen a base de leche. Hasta el 15 de junio, Teresa habia una veintena de veces sobre su muerte como muy prôxima. Luego, la situation se estabiliza: junio aparece como el mes de la espera dolorosa. La madré Inès de Jesûs consigue de la madré Maria de Gonzaga que Teresa complete su autobiografia. Asi pues, a partir del 4 de junio la enferma consagra el resto de sus fuerzas a la redaction del Manuscrito C. Las que la rodean apenas sospechan que esta redactando, a punta de pluma, su testamento espiritual que, a partir del ano siguiente, llevarâ a cabo la conquista dei mundo. El lunes de Pentecostés, dia 7 de junio, en prevision del santo de la madré Maria de Gonzaga, y «en vista de la proximidad de mi muerte» (Cta 258), sor Genoveva fotografié a su hermana en très poses sucesivas, très documentes de incomparable valor para la historia (cf VTL nn. 41,42, 43). Dieciséis cartas o billetes de Teresa llevan la fecha de este mes de junio (Cta 233 a 248). 1 Cf nota 37 del mes de agosto. 2 PN 24,27. 3 Acerca dei purgatorio cf 8.7.15; 30.7.3; Ms A 84r°/v°; Cta 226; PN 17,6; 23,8; UC p. 615; y deposiciones en los Procesos. 4 Cf SANTA TERESA DE JESÛS, C 3,6. 5 La madré Inès fue priora desde 1902 hasta su muerte (1951), con una interrupciôn de dieciocho meses en 1908-1909. 6 Cf 4.7.2. Y sobre la muerte de amor: Ms C 7v°/8r°; Cta 242 y 255; PN 17,14; 18,52; 24,26; 31,6; Or6; CA 27.7.5; 15.8.1; 30.9 (Apéndice). 7 RP 3. 8 Teresa pudo leer este detalle en Jeanne dArc de H. Wallon, p. 343. Sobre el miedo de Juana de Arco ante la muerte, cf RP 3,16v°/19r°. Teresa volverâ a evocar a su heroina en 20.7.6; 27.7.6; 10.8.4. 9 Cf Ms A 33r°. 10 Cf Ms A35r°/v° 11 El capellân del Carmelo. 12 Cf 6.6.3; 31.7.4; 29.9.2; 30.9 (Apéndice). 13 La madré Maria de Gonzaga, priora. 14 El médico. 15 Domingo de Pentecostés, en realidad el 6 de junio. 16 Pasaje de un canto de la época, titulado: «Nous t'oublier, Mère cherie?» 17 El 29 de mayo de 1887, dia de Pentecostés; cf Ms A 50r°/v°. 18 Teresa escribiô «tistes», en vez de «tristes». 19 Cf la nota 20 del mes de mayo. 20 Comparaciôn tomada de la Histoire de saint Louis de Gonzaga (que se estaba leyendo en el refectorio), p. 411. 21 PN 54,16. 22 El Manuscrito C. 23 Aunque todavia se levanta un poco, Teresa ya casi no asiste a Misa ni al Oficio divino (12.6.1). Pero su estado no se considera todavia lo suficientemente grave como para que el sacerdote entre en clausura a llevarle la Eucaristia. 24 En realidad, se terminé el domingo dia 13. 25 Cf MsC 17r°. 26 Fiesta de san Luis Gonzaga, el 21 de junio. Para esta ocasién Teresa compuso aùn algunos versos: PS 6. 27 Coche de enfermo utilizado por el senor Martin y mas tarde donado al Carmelo. 28 Sainte Thérèse d'Avila, Vie par elle-même, chap. XI. [Las palabras textuales de la Santa son: «^Sabes qué es amarme con verdad? Entender que todo es mentira lo que no es agradable a mi», y se encuentran en V 40,1. N. del T.] 29 Cf Cta 237, 254, 255, 257; CA 7.7.1 ; 29.7.8; 31.7.4; 2.8.5; 18.8.2; 19.8.4; 20.8.1; 21.8.2; 30.9. Pero a sor Maria del Sagrado Corazon Teresa le precisarâ: «Un bébé que es un anciano» (PA 231). En ese mismo sentido encontraremos «infantil» en CA 11.6.1; 10.7.3; 25.8.3; 5.9.1; 29.9.3. Pero, como se ha senalado (Prières, p. 129), en esa actitud no existe la mas minima cursileria. 30 Cf 9.7.9. 31 Santo del Oriente que vivié largos anos en lo alto de una columna, y de ahi su nombre. 32 Cf Ms A 13r°/v° 2 de julio Por la tarde, fue por ùltima vez al oratorio a orar ante el Santisimo; pero estaba al limite de sus fuerzas. Yo la veia mirar largamente a la hostia, y adiviné que lo hacia sin experimentar ningùn consuelo pero con una gran paz en el fondo del aima. Recuerdo que por la manana, después de Misa, cuando la comunidad se dirigia al oratorio para la acciôn de gracias, nadie pensé en sostenerla. Caminaba muy despacito, arrimada a la pared. No me atrevi a ofrecerle el brazo. 3 de julio 3.7.1 Habia muerto una de nuestras amigas <1>, y el doctor de Cornière habia hablado delante de ella de su enfermedad, una especie de tumor que no habia podido définir exactamente. Aquel caso le interesaba vivamente desde el punto de vista médico. «Qué lâstima _dijo_ que no haya podido hacerle la autopsia!». Ella me dijo mas tarde: jAy, asi de indiferentes somos los unos con los otros en la tierra! ^Se diria eso mismo si se tratase de una madré o de una hermana? jQué ganas tengo de irme de este triste mundo! 3.7.2 Le confiaba mis sentimientos de tristeza y desaliento después de una falta. ... Tù no haces como yo. Cuando yo cometo una falta que me pone triste, sé muy bien que esa tristeza es la consecuencia de mi debilidad. ^Pero crees que me quedo en eso? jNo, no soy tan tonta! Corro a decirle Dios: Dios mio, sé que he merecido este sentimiento de tristeza, pero déjame que te lo ofrezca igualmente como una prueba que me envias con amor. Lamento mi pecado, pero me alegro de poder ofrecerte este sufrimiento. 3.7.3 ^Cômo es que deseas morir con esa prueba contra la fe que nunca acaba? iYa! jPero creo en el Ladrôn! Es sobre el cielo sobre lo que recaen todas las dudas. jQué extrano e incohérente! 3.7.4 Como la leche le sentaba mal y de momento no podia tomar ninguna otra cosa, el Sr. de C.<2> habia prescrito una especie de leche condensada que se vendia en las farmacias con el nombre de "leche maternizada". Por diversas razones, esta prescripciôn la apenô, y cuando vio llegar las botellas se echo a llorar a làgrima viva. Por la tarde sintiô necesidad de desahogarse, y nos dijo con expresiôn triste y dulce a la vez: Necesito un alimento para el aima; leedme la vida de un santo. ^Quieres la vida de san Francisco de Asis? Te distraerâ cuando habia de los pajarillos. No, no para distraerme, sino para ver ejemplos de humildad. 3.7.5 Cuando estés muerta, te pondrân una palma en la mano <3>. Si, pero tendré que poder soltarla cuando quiera, para poder dar a mi Madrecita gracias a manos llenas. Tengo que poder hacer todo lo que me guste. 3.7.6 (Por la noche) i Hasta los santos me abandonan! Durante Maitines le pedi a san Antonio que me ayudase a encontrar el paüuelo que habia perdido. ^Crees que me ha escuchado? jSe guardô <4> muy bien de hacerlo! Pero no importa: le he dicho que, a pesar de todo, lo quiero mucho. 3.7.7 Durante Maitines, veia brillar las estrellas, y ademâs escuchaba el Oficio divino. Y me gustaba. (La ventana de su celda estaba abierta.) 4 de julio 4.7.1 Dios me ha ayudado y he superado mi tristeza a proposito de la leche maternizada... 4.7.2 (Por la noche) Nuestro Senor muriô en la cruz entre angustias, y sin embargo la suya fue la mas hermosa muerte de amor. Es la ùnica que se ha visto; la de la Santisima Virgen no se vio. Morir de amor<5> no es morir entre arrobamientos. Te lo confieso francamente: me parece que eso es lo que yo estoy viviendo. 4.7.3 jPresiento que vas a sufrir mucho! ôY qué importa? El sufrimiento podrâ llegar a limites extremos, pero estoy segura de que Dios nunca me abandonarâ. 4.7.4 Estoy muy agradecida al P. Alejo <6>, me ha hecho mucho bien. El P. Pichon <7> me trataba demasiado como a una nina; con todo, también él me hizo mucho bien cuando me dijo que no habia cometido ningùn pecado mortal. 5 de julio 5.7.1 Le hablaba de mis debilidades, y me dijo: También yo tengo debilidades, pero me alegro de ello. Tampoco yo estoy siempre por encima de las naderias de la tierra. Por ejemplo, si me da rabia por una tonteria que he dicho o que he hecho, me recojo en mi interior y me digo a mi misma: jVaya, sigo todavia en el mismo punto que antes! Pero me lo digo con gran suavidad y sin tristeza. jEs tan bueno sentirse uno débil y pequefio! 5.7.2 No estés triste por verme enferma, Madrecita, pues ya vez lo feliz que me hace Dios. Yo estoy siempre alegre y contenta <8>. 5.7.3 Después de mirar una estampa que representaba a Nuestro Senor con dos ninitos, el mas pequefio de los cuales esta sobre sus rodillas y el otro a sus pies, besândole la mano: Yo soy ese pequenito que se ha subido a las rodillas de Jesûs, que estira tan graciosamente su piernecita, que levanta la cabecita y le acaricia sin temor. El otro pequefio no me gusta tanto. Se comporta como una persona mayor; le han dicho algo..., sabe que hay que tratar con respeto a Jesûs... 6 de julio 6.7.1 Acababa de expectorar sangre. Yo le dije: ^Asi que vas a dejarnos? jQué va! El Sr. abate <9> me ha dicho: «Sera para ti un gran sacrificio dejar a tus hermanas» Yo le he contestado: «Pero, Padre, creo que no las dejaré; al contrario, después de mi muerte estaré mucho mas cerca de ellas» <10>. 6.7.2 Creo que ante la muerte tendré que tener la misma paciencia que para los demâs acontecimientos importantes de mi vida. Fijate: entré joven en el Carmelo, y, sin embargo, cuando todo estaba ya decidido, tuve que esperar très meses; para la toma de hâbito, lo mismo; para la profesiôn, otra vez lo mismo <11>. Pues bien, para mi muerte sera también lo mismo: llegarâ pronto, pero tendré todavia que esperar. 6.7.3 Cuando esté en el cielo, me acercaré a Dios, como la sobrinita de sor Isabel<12> ante la reja del locutorio. Ya sabes, cuando recitaba su felicitacién y terminaba con una reverencia, levantando los brazos y diciendo: "Felicidad para todos los que amo". Dios me preguntarâ: "^Qué quieres, hijita?" Y yo contestaré: "Felicidad para todos los que amo". Y haré lo mismo ante delante de todos los santos. Estas hoy muy alegre, parece que ves al Ladrôn. Si, cada vez que me pongo peor, le vuelvo a ver. Pero aun cuando no lo viese, lo quiero tanto que estoy siempre contenta con lo que hace. No le amaria menos si no viniese a robarme, al contrario... Cuando me engaüa, le hago toda suerte de cumplidos; ya no sabe qué hacer conmigo. 6.7.4 He leido un pasaje precioso en los Comentarios sobre la Imitacién <13>. Es un pensamiento del Sr. de Lamennais jmala suerte!_, pero es precioso a pesar de todo. (Ella creia, y nosotras también, que el abate Lamennais habia muerto impénitente.) Nuestro Senor, en el Huerto de los Olivos, gozaba de todas las delicias de la Trinidad, y si embargo su agonia no fue por eso menos cruel. Es un misterio, pero os aseguro que comprendo algo de él por lo que yo misma estoy viviendo. 6.7.5 Estaba poniendo yo una lâmpara ante la Virgen de la Sonrisa <14>, para conseguir que dejase de expectorar sangre. <,No te alegras, pues, de que me muera? Para alegrarme yo, tendria que seguir expectorando sangre. jPero, por hoy, se acabél. 6.7.6 Ocho y cuarto de la manana. Le llevé su lâmpara, que se habian olvidado de subirle. Le habia prestado otros pequenos servicios. Se mostré muy emocionada y me dijo: Siempre te has portado asi conmigo... No sé expresarte mi gratitud. Y secândose las lâgrimas: Lloro porque me siento muy conmovida por todo lo que has hecho por mi desde mi infancia. jCuantisimo te debo! Pero cuando esté en el cielo, diré la verdad, diré a los santos: todo lo que os gusta de mi me lo ha dado mi Mad recita. 6.7.7 (^Cuando llegarâ el juicio final? jCômo me gustaria estar y en ese momento! j^Y después, qué habrâ...?! 6.7.8 Hago muchos pequenos sacrificios... 7 de julio 7.7.1 Después de haber vuelto a expectorar sangre: El bébé va a ir pronto a ver a Dios... ^Tienes miedo a la muerte, ahora que la ves tan de cerca? jNo, cada vez menos! <,Tienes miedo al Ladrén? jEsta vez esta a la puerta! No, no esta a la puerta, ya ha entrado. ^Pero qué estas diciendo, Madrecita? ^Que si tengo miedo al Ladrén? j^Cémo quieres que tenga miedo a alguien a quien amo tanto?! 7.7.2 Le pedi que me volviera a contar lo que le habia ocurrido después de su ofrenda al Amor<15>. Empezé diciéndome: Madrecita, te lo confié aquel mismo dia, pero no me prestaste atencién. (En efecto, habia aparentado no darle a la cosa ninguna importancia.) Comenzaba a hacer viacrucis cuando de pronto me senti presa de un amor tan intenso hacia Dios, que no lo puedo explicar sino diciendo que era como si me hubiesen metido toda entera en el fuego. jQué fuego aquél y al mismo tiempo qué dulzura! Me abrasaba de amor, y sentia que un minuto, un segundo mas, y no hubiese podido soportar aquel ardor sin morir. Enfonces comprend! lo que dicen los santos sobre esos estados que ellos experimentaron tantas veces. Yo no lo probé mas que una vez, y un solo instante, y luego volvi a caer enseguida en mi habituai sequedad. Un poco mâs tarde: A partir de los 14 aôos, he tenido también otros impetus de amor. jAy, cémo amaba a Dios <16>! Pero no era, en absoluto, como después de mi ofrenda al Amor, no era una verdadera llama que me quemase. 7.7.3 Desde nina, me encantaban estas palabras de Job: «Aunque Dios me matara, seguiria esperando en él» <17>. Pero he tardado mucho tiempo en llegar a este grado de abandono. Ahora ya estoy en él; Dios me ha introducido en él, me ha instalado en él... 7.7.4 Le pedia que dijese algunas palabras amables y edificantes al Dr. de Cornière. Madrecita, no es ése mi estilo... Que el Sr. de Cornière piense lo que quiera. Solo amo la sencillez y aborrezco el «fingimiento». Te aseguro que si hiciera lo que deseas estaria mal por mi parte. 7.7.5 En fin, tengo la impresiôn de que estoy realmente muy enferma. No olvidaré nunca la escena de esta manana mientras expectoraba sangre: el Sr. de Cornière parecia consternado. 7.7.6 Ya ves, Dios me trata tan dulcemente en atenciôn a ti. Nada de vejigatorios, solo remedios suaves. Sufro, pero no como para gritar. Tras un momento, con aire travieso: Sin embargo, Dios nos ha mandado pruebas como para «gritar»..., y, no obstante, no hemos «gritado»... (Aludia a nuestra gran tribulaciôn familiar <19>.9 En cuanto a los «remedios suaves», no siempre lo fueron, y sus sufrimientos llegaron a ser terribles. 7.7.7 Soy como un pobre «lobito gris» que tiene muchas ganas de volver a su selva y que se le obliga a vivir en las casas. (En los Buissonnets, nuestro padre la llamaba algunas veces «mi lobito gris»), 7.7.8 Acabo de ver sobre el muro un gorrioncillo que esperaba pacientemente, lanzando de vez en cuando un gritito de Hamada, a que su padre viniera a buscarlo para darle de corner. Y he pensado que yo me parecia a él. 7.7.9 Le decia que me gustaban mucho los cumplidos. Me acordaré en el cielo... 8 de julio 8.7.1 Se encontraba tan enferma, que se hablaba ya de administrarle la extremaunciôn. Aquel dia, la bajaron de su celda a la enfermeria. Ya no podia sostenerse y tuvieron que llevarla. Estando todavia en su celda, y viendo que se pensaba en darla la extremaunciôn, dijo con un tono de gozosa sorpresa: iMe parece estar sonando...! En fin, no estân locos... (El Sr. abate Youf y el Sr. de Cornière.) Solo tengo miedo de una cosa; de que esto vaya a cambiar. 8.7.2 Quiso examinarse conmigo de los pecados que hubiese podido cometer con los sentidos, para acusarse de ellos antes de recibir la extremaunciôn. Estâbamos en el olfato, y me dijo: Recuerdo que en mi ùltimo viaje de Alençon a Lisieux <20>, me servi de un frasco de agua de Colonia que la Sra. Tifenne (*) me habia regalado, y lo hice sintiendo placer. (*) (Una amiga de la familia.) 8.7.3 Queriamos hablarle todas a la vez. jMucha gente tiene algo que decir! 8.7.4 Estaba rebosante de alegria y se esforzaba por comunicârnosla. Si cuando esté en el cielo no puedo volver a la tierra para haceros algunas «bromitas», me iré a llorar a un «rincôn» <21>. 8.7.5 A mi: Tienes larga la nariz, mas tarde tendras buen olfato <22>... 8.7.6 Mirando sus manos enflaquecidas: Esto se esta convirtiendo ya en un esqueleto, y «me pace» <23>. 8.7.7 <,Sabes?, pronto seré una «moribunda». ... Y eso me produce la impresiôn de que fuera una cucana: he dado mas de un resbalôn, pero luego, de pronto, jya estoy arriba! 8.7.8 Prefiero ser reducida a polvo a conservarme incorrupta como santa Catalina de Bolonia <24>. No conozco mâs que a san Crispin que haya salido con honor dei sepulcro. El cuerpo de este santo se encuentra admirablemente conservado en su convento de los franciscanos de Roma. 8.7.9 Hablando consigo misma: ^"No hay mâs que hacer que estarse ahi agonizando..."? Pero a fin de cuentas, jqué importa! Ya alguna vez me he visto cubierta de injurias por tonterias <25>. 8.7.10 Con expresiôn seria y dulce a la vez, ya no me acuerdo por qué razôn pero sé que habia sido incomprendida: La Santisima Virgen hizo muy guardândolo todo en su "pequeno" corazôn... No se me puede reprochar a mi que quiera actuar como ella... 8.7.11 Los angelitos se han divertido mucho gastândome pequenas bromas. Se han dedicado a esconderme la luz que me senalaba mi cercano final. ^Han escondido también a la Santisima Virgen? No, la Santisima Virgen nunca estarâ escondida para mia, pues la quiero demasiado. 8.7.12 Tengo grandes de recibir la extremauncién; si luego se rien de mi, jlo siento! (Si recobraba la salud, pues sabia que algunas hermanas no la creian en peligro de muerte.) 8.7.13 Seguro que lloraré al ver a Dios... Pero no, en el cielo no se puede llorar... O si, ya él mismo ha dicho: «Enjugaré las lâgrimas de vuestros ojos». 8.7.14 Te ofrezco los pequenos frutos de mi alegria tal como Dios me los da <26>. En el cielo alcanzaré muchas gracias para todos los que me han ayudado. Para la Madrecita, todo. Aunque no todo te sirva, habrâ mucho para divertirte <27>. 8.7.15 jSi supieras lo bondadoso que va a ser Dios conmigo! Pero si es un poquito menos bondadoso, a mi me seguirà pareciendo bondadoso... Si voy al purgatorio, me sentiré muy contenta, haré como los très hebreos en el horno: me pasearé por entre las Hamas cantando el cântico del amor. jQué feliz me sentiria si, yendo al purgatorio, pudiese librar a otras aimas y sufrir en su lugar, pues entonces haria el bien, libertaria a los cautivos! 8.7.16 Me previno de que, mas tarde, un gran nûmero de jôvenes sacerdotes, al saber que ella habia sido dada por hermana espiritual a dos misioneros <28>, nos pedirian ese mismo favor. Y me advirtiô que esto podria constituir un gran peligro. Cualquiera podria escribir lo que yo escribo, y recibiria los mismos cumplidos y la misma confianza. Nosotras solo podemos ser ùtiles a la Iglesia con la oraciôn y el sacrificio. La correspondencia epistolar debe ser muy muy rara, y no se debe permitir en absoluto a ciertas religiosas que vivirian pendientes de ella, creerian hacer maravillas, y en realidad no harian mas que perjudicar a su aima y tal vez caer en los lazos sutiles del demonio <29>. Insistiendo aùn mas en ello: Madré mia, lo que acabo de decirte es muy importante, te pido por favor que no lo olvides mas tarde. En e Carmelo, no se ha de acufiar moneda falsa para comprar aimas... Y con frecuencia las bellas palabras que se escriben y las bellas palabras que se reciben son moneda falsa. 8.7.17 Para hacernos rein Quisiera que me pusiesen en una cajita de Gennin, y no en el ataùd. Jugaba con la palabra «ataùd». Habian enviado al Carmelo unas preciosas flores artificiales en cajas de madera, alargadas y muy bien acondicionadas, de la Casa Gennin de Paris. 8.7.18 ... Trae mucho bien consigo el sufrimiento. Nos Neva a ser observantes y caritativas. 9 de julio 9.7.1 No queria caras tristes a su alrededor, y tampoco en casa de mi tio. Quiero que en La Musse estén todos «de boda». Yo lo estoy espiritualmente todo el dia. No es una boda muy alegre, que digamos. Pues a mi me parece muy alegre. 9.7.2 Sor Genoveva me va a necesitar... Pero volveré. 9.7.3 Tras la visita de Nuestro Padre <30>, le comenté que no las habia ingeniado para conseguir que le administraran los ùltimos sacramentos, que cuando ténia visitas no daba la impresiôn de estar muy enferma. jNo conozco el oficio <31>! 9.7.4 .j...Quisiera irme ya...! 9.7.5 Seguramente morirâs el 16 de julio, fiesta de Nuestra Senora del Carmen, o el 6 de agosto, fiesta de la Santa Faz <32>. Corne todos los «datiles» <31a> que quieras, yo no quiero ya comerlos... Ya me he engahado demasiado con las fechas. 9.7.6 ... (j,Por qué iba a estar yo mas a cubierto que cualquier otra de tener miedo a la muerte? Yo no digo, como san Pedro: «Yo nunca te negaré». 9.7.7 Hablâbamos de la santa pobreza: jSanta Pobreza! jQué curioso, una santa que no ira al cielo! 9.7.8 Yo habia estado triste: Mi amor deberia consolarte. Y a las que estaban présentes: Ya me pondré de acuerdo con mi Madrecita. Por la noche, a mi sola: Vamos, yo no me engano, sé muy bien que todo lo que haces por mi lo haces por amor... 9.7.9 Habian cogido un raton en la enfermeria. Ella nos inventé toda una historieta, pidiéndonos que le trajésemos el raton herido, que ella lo acostaria a su lado y lo haria auscultar por el médico. Nos reimos de buena gana, y estaba contenta de habernos distraido. 10 de julio 10.7.1 ... Los ninitos no se condenan. 10.7.2 Lo que has escrito <32> podria muy bien Hegar un dia hasta el Santo Padre. Riéndose: Et nunc et semper! 10.7.3 Serialândome con gesto infantil la estampa de la Santisima Virgen amamantando a Nino Jesûs <34>: jEsa leche si que es buena! Habrâ que decirselo al Sr. de Cornière <35>. 10.7.4 Era sâbado, y a medianoche noche habia expectorado sangre. El Ladrôn ha convertido en ladrona a su mama... Y entonces ella vino a medianoche para obligar al Ladrôn a descubrirse... O a lo mejor vino ella sola, si el Ladrôn no quiso venir. 10.7.5 No me prolongarân la vida ni un minuto mâs de lo que quiera el Ladrôn. 10.7.6 A mi sola: Te preocupas demasiado por cosas que no valen la pena. 10.7.7 Sonriendo: ... Cuando has hecho algo asi, es todavia peor que temas demasiado las consecuencias... 10.7.8 Eres como un pajarillo miedoso que nunca ha vivido entre la gente, siempre tienes miedo a que te atrapen. Yo nunca he tenido miedo a nadie; he ido siempre adonde he querido... Yo me habria deslizado entre sus piernas... 10.7.9 Ténia el crucifijo entre las manos, y después de besarlo a las 3 de la tarde <36>, hizo ademân de querer quitarle la corona y los clavos. 10.7.10 Volviendo sobre el percance de la noche anterior<37>, dijo con gran salero, mirando a la estampa de la Virgen Madré que estaba prendida en la cortina al fondo de su lecho: La Santisima Virgen no es ladrona de nacimiento... pero desde que tuvo a su Hijo él le enseûô el oficio... 10.7.11 Hablâbamos de la muerte y de las contracciones que en ese momento se producen con frecuencia en el rostro. Ella replicô: Si me ocurre a mi eso, no os entristezcâis, pues inmediatamente después no tendré mâs que sonrisas. Sor Genoveva estaba mirando la tapa de una caja_regalo de bautismo, y dijo que la linda cabecita que veia en ella le podria servir de modelo para una cabeza de angel. Nuestra Teresita mostrô deseos de verla, pero a nadie se le ocurriô ensenârsela, y ella no dijo nada. Yo lo supe mâs tarde. 10.7.12 ôQué pensaré al mirar la ventana de tu celda cuando hayas dejado la tierra? Se me partira el corazôn. Pensarâs que soy muy feliz, que alii yo he luchado y sufrido mucho... Me habria gustado morir en ella. 10.7.13 (Durante Maitines) Le viene a la mente que no esta gravemente en enferma, que el doctor se equivoca acerca de su estado de salud. Me confia sus temores y anade: Si mi aima no estuviese de antemano totalmente dominada por el abandono a la voluntad de Dios, si tuviese que dejarse inundar por los sentimientos de alegria o de tristeza que se suceden tan râpidamente unos a otros en la tierra, seria una oleada de dolor muy amarga y no podria soportarla. Pero estas alteraciones solo llegan a rozar la superficie de mi aima... jSin embargo, son pruebas muy duras! 10.7.14 ... Creo que no es la Santisima Virgen la que me hace esas jugarretas... Mâs bien, se ve obligada a ello por Dios... Él le dice que me pruebe para que yo le dé mâs pruebas de abandono y de amor. 10.7.15 A mi sola: ... Τύ estâs siempre ahi para consolarme... Tù llenas mis ùltimos dias de ternura. 11 dejulio 11.7.1 Recita toda esta estrofa: «Puesto que el Rey del cielo quiso ver a su Madré sometida a la noche, sometida a la angustia del corazôn, <,serâ, acaso, merced sufrir aqui en la tierra»<38>? etc........................... ôAsi que ya no ves a la «Ladrona»? jSi, si que la veo! jTù no lo entiendes! Ella es muy libre de no robarme... «Miro a la derecha..., y nadie me conoce» ...Solo Dios puede comprenderme. 11.7.2 Durante Maitines. Me hablô de sus oraciones de antario, por la noche durante el silencio del verano, y me dijo que entonces habia sabido por experienda los que es un «vuelo del espfritu» <39>. Me hablô también de otra gracia de este género que recibiô en la gruta de santa Maria Magdalena <40>, en el mes de julio de 1889, gracia a la que siguieron varios dias de «quietud» <41>. ... Era como si me hubiesen corrido un vélo sobre todas las cosas de la tierra... Estaba totalmente escondida bajo el mando de la Santisima Virgen. En esos dias yo estaba encargada dei refectorio, y recuerdo que hacia las cosas como si no las hiciese, era como si me hubiesen prestado un cuerpo. Estuve asi durante toda una semana. 11.7.3 Le hablaba yo del manuscrito de su vida y del bien que iba a hacer a las aimas. ...jPero qué bien se verâ que todo viene de Dios! Y lo que a mi me quepa de gloria, sera un don gratuito que no me pertenecerà. Todos lo entenderân asi... 11.7.4 Me hablô de la comuniôn de los santos, y me explicô como los bienes de los unos serân los bienes de los otros <42>. ... Como una madré esta orgullosa de sus hijos, asi lo estaremos nosotros unos de otros, sin la menor envidia. 11.7.4 jAy, qué poco he vivido! Siempre me ha parecido muy corta la vida. Me parece que fueron ayer los dias de mi ninez <43>. 11.7.6 Podria creerse que si tengo una confianza tan grande en Dios es porque no he pecado <44>. Madré mia, di muy claro que, aunque hubiera cometido todos los crimenes posibles, seguiria teniendo la misma confianza; sé que toda esa multitud de ofensas séria como una gota de agua arrojada en una hoguera encendida. Y luego cuenta la historia de la pecadora convertida que muriô de amor. Las aimas comprenderân enseguida, pues es un ejemplo palpable de lo que quiero decir. Pero estas cosas no pueden explicarse (*). (*) En las Novissima Verba se completa de esta manera: Este es el dato que me dicté textualmente: «Se cuenta en la vida de los Padres del desierto que uno de ellos convirtiô a una pecadora pùblica cuyos desôrdenes escandalizaban a toda la comarca. Esta pecadora, tocada por la gracia, seguia al santo al desierto para hacer alli una rigurosa penitencia, cuando, la primera noche del viaje, antes incluso de haber llegado al lugar de su retira, sus lazos mortales se rompieron por la impetuosidad de su arrepentimiento lleno de amor, y en aquel mismo instante el solitario vio como su alma era Nevada por los ângeles al seno de Dios. Este es un ejemplo palpable de lo que quiero decir, pero estas cosas no pueden explicarse...». [Cf UC, II, Anexos, p. 145. El texto completo de la "historia" puede verse en SANTA TERESA DEL NINO JESUS Manuscrites autobiogrâficos, Burgos, Monte Carmelo, 1958, Apéndice V, pp. 394_396. N. del T.] 11.7.7 Durante la charla de la noche, me repitié estes versos de «La joven tuberculosa», segùn creo <45>. Y lo hizo con una expresiôn tan dulce... ... Mis dias estân contados, la tierra voy a dejar, voy a deciros adiôs sin esperanza posible de volver. Tù que me amaste y que fuiste mi buen ângel tutelar, déjà caer sobre mi dulces miradas de amor. Y cuando veas que caen, que caen ya las hojas muertas, si me amaste, reza por mi al Senor. 11.7.8 ... Una gran paz en mi alma... Mi barquilla ha sido puesta a flote. Sé que no me repondré, pero estoy resignada a seguir enferma varios meses, todo el tiempo que Dios quiera. 11.7.9 jCômo te ha favorecido Dios! ^Qué piensas de esa predilection? Pienso que «el Espiritu de Dios sopla conde quiere». 12 de julio 12.7.1 Me conté que en una ocasién habia tenido que librar un duro combate interior a proposito de una lamparilla que ténia que preparar para la familia de la madré Maria de Gonzaga que acababa de llegar de improviso a dormir en la casa de las hermanas torneras. La lucha fue tan violenta, y le venian taies pensamientos contra la autoridad <46>, que para no sucumbir hubo de implorar insistentemente la ayuda de Dios. Al mismo tiempo, se aplicaba lo mejor que podia a lo que le habian encomendado. Era durante el silentio nocturno. Ella era la portera, y sor San Rafael su primera de oficio. Para vencerme, pensé que estaba preparando la lamparilla para la Santisima Virgen y el Nino Jesûs. Enfonces, lo hice con increible esmero, no dejando ni una sola mota de polvo, y poco a poco fui sintiendo un gran sosiego y una gran calma interior. Tocaron a Maitines y no pude ir enseguida, pero me sentia en una tai disposition interior, habia recibido una gracia tan grande, que si la hermana San Rafael, por ejemplo, hubiese venido a decirme que me habia equivocado de lâmpara y que habia que preparar otra, la habria obedecido con la mayor alegria. A partir de aquel dia, hice el proposito de no pararme nunca mas a pensar si lo que me mandaban me parecia ùtil o no. 12.7.2 Sor Maria de la Eucaristia <47> decia que yo era admirable... ...jMadre admirable! No, mejor Madré amable <48>, pues el amor vale mas que la admiration. 12.7.3 A la madre Maria de Gonzaga: Nada me para entre las manos. Todo lo que tengo y todo lo que gano es para la Iglesia y para las almas. Aun cuando llegue a vivir 80 anos, seguiré siendo asi de pobre. 13 de julio 13.7.1 Veo que tendré que, cuando esté en el cielo, tendré que vigilar la fruta; pero no tenéis que matar a los pajarillos, de lo contrario no recibiréis limosnas. Y blandiendo graciosamente los brazos hacia la estampa del Nino Jesûs: jSi, si...! 13.7.2 Dios tendra que satisfacer todos mis caprichos en el cielo, porque yo no he hecho nunca mi voluntad aqui en la tierra. 13.7.3 Nos mirarâs desde lo alto del cielo, ^no? No, jbajaré! 13.7.4 Durante la noche habia compuesto para la comuniôn <49> la copia «Tù que conoces», etc. (*). A proposito de eso me dijo: Es curioso, la he compuesto con gran facilidad. Creia que ya no podria hacer versos. (*) El Proceso Ordinario completa asi: Durante la noche del 12, compuso esta copia para prepararse para la comuniôn: Tù que conoces mi infinita nada y no vacilas en bajarte a mi, ven a mi corazôn, joh blanca hostia!, ven a mi corazôn que aspira a ti. De tu bondad, Senor, yo solicito morir de amor tras tanta dignaciôn. Oye, Jesûs, de mi ternura el grito. jVen a mi corazôn! 13.7.5 Yo no digo: «Si es duro vivir en el Carmelo, es dulce vivir en él», sino: «Si es dulce vivir en el Carmelo, mâs dulce aûn es morir en él». 13.7.6 El médico la habia encontrado mejor que de ordinario. Tocândose luego el costado, del que sufria mucho: jSi, si, esto va mejor de que ordinario...! 13.7.7 Me parecia que ténia el aima triste, a pesar de su aire alegre y satisfecho, y le dije: Pones esa cara y dices palabras alegres para no entristecernos, <,no es cierto? ... Yo obro siempre sin «fingimientos». 13.7.8 Le ofrecian vino de Baudon <50>. Ya no quiero vino de la tierra... Quiero beber el vino nuevo en el reino de mi Padre. 13.7.9 ... Cuando sor Genoveva venia al locutorio, yo no podia decirle en media hora todo lo que queria. Entonces, durante la semana, cuando me venia una idea, o cuando lamentaba haberme olvidado de decide algo, le pedia a Dios que le hiciese saber y comprender lo que yo pensaba, y en la visita siguiente ella me decia justamente lo que yo le habia pedido a Dios que le hiciese saber<51>. ...Al principio, cuando ella estaba triste y yo no habia logrado consolarla, me iba con el corazôn desconsolado. Pero pronto comprend! que no era yo quién para consolar a un aima; y en adelante, ya no sentia pena cuando ella se iba toda triste. Le pedia a Dios que supliese él mi impotencia, y sentia que me escuchaba, me daba cuanta de ello en la visita siguiente... Desde entonces, cuando hago sufrir involuntariamente a alguien, le pido a Dios que lo arregle, y ya no me preocupo. 13.7.10 Te pido que hagas un acto de amor a Dios y una invocation a todos los santos; todos ellos son mis «pequenos» parientes en el cielo. 13.7.11 ... Deseo que me compren a très pequenos salvajes: un Luis Maria Martin, un Teôfano Maria, y medio de los dos una nina que se llame Maria Cecilia. Después de un momento: Y ademâs una Maria Teresa. (En vez de que gastasen el dinero en coronas después de su muerte.) 13.7.12 Volviô a hablarme de la comuniôn de los santos. ... Con las virgenes, seremos virgenes; con los doctores, doctores; y con los mârtires, mârtires, pues todos los santos son parientes nuestros. Pero lo que hayan seguido el camino de la infancia espiritual conservarân siempre los encantos de la infancia. Y me desarrollô esos pensamientos. 13.7.13 ... Dios me dio desde la ninez la profunda convicciôn de que moriria joven <52> 13.7.14 ... Mirândome con carino: jTienes una cara...! Después <53>... la tendras siempre asi... jTe reconoceré muy bien, ya verâs! 13.7.15 Dios me ha hecho siempre desear lo que queria darme <54>. 13.7.16 A nosotras très: No penséis que cuando esté en el cielo os dejaré caer alondras asadas en el pico... No es eso lo que yo he tenido ni lo que he deseado tener. Quizâs tengâis grandes pruebas, pero os enviaré luces que os las harân apreciar y amar. Os veréis obligadas a decir como yo: «Tus acciones, Senor, son nuestra alegria». 13.7.17 No créais que siento una intensa alegria de morir, como la sentia antano, por ejemplo, cuando iba a pasar un mes a Trouville o a Alençon; ya no sé lo que es eso de las alegrias intensas. Es mas, para mi la alegria no es precisamente una fiesta, no es eso lo que me atrae. No puedo pensar mucho en la dicha que me espera en el cielo; solo una esperanza hace ya palpitar mi corazôn, y es el amor que recibiré y el que yo misma podré dar. Ademâs, pienso en todo el bien que podré hacer después de la muerte: hacer que se bauticen ninitos, ayudar a los sacerdotes, a los misioneros, a toda la Iglesia... ... Pero, sobre todo, consolar a mis hermanas... ... Esta noche pasada escuchaba una mùsica lejana, y pensaba que pronto escucharia melodias incomparables. Pero este sentimiento de alegria fue pasajero. 13.7.18 Le pedia que me detallase los oficios que habia tenido en el Carmelo. A entrar en el Carmelo, me destinaron a la roperia con la madré subpriora (sor Maria de los Angeles), y ademâs ténia que barrer la escalera y el dormitorio. ... Recuerdo que me costaba mucho pedir permise a la maestra de novicias para hacer mortificaciones en el refectorio, pero nunca cedi a mi penitencia; me parecia que el crucifijo del patio, que yo veia por la ventana de la roperia, se volvia hacia mi pidiéndome ese sacrificio. Fue por esa época cuando iba a segar la hierba, a las cuatro y media, cosa que no le gustaba a nuestra Madre. Después de la toma de hâbito, me destinaron al refectorio hasta la edad de 18 anos; lo barria y ponia el agua y Ia cerveza. En las Cuarenta Horas <55> de 1891, me pusieron en la sacristia con sor San Estanislao. A partir del mes de junio del ano siguiente <56>, estuve dos meses sin oficio, es decir, durante ese tiempo pinté los ângeles del oratorio e hice de tercera de la procuradora <57>. Después de esos dos meses, me pusieron en el torno con sor San Rafael, sin dejar la pintura. Estos dos oficios duraron hasta las elecciones de 1896, fecha en que pedi ayudar a sor Maria de San José en la roperia, en las circunstancias que tù ya conoces... Luego me conté cémo la consideraban lenta, poco diligente en los oficios, y yo misma lo creia asi; y, en efecto, las dos juntas recordamos cuânto la reni un dia por un mantel del refectorio que ella habia guardado mucho tiempo en su cesta, sin repasar. Yo la acusaba de negligencia, y me equivocaba, pues era que no le habia dado tiempo. En aquella ocasién, sin excusarse en absoluto, habia llorado mucho al verme enfadada y descontenta... üiQue haya sido posiblel!! Me dijo también lo que habia sufrido conmigo en el refectorio (yo era enfonces su primera de oficio) al no poder hablarme de sus cosillas, como en otros tiempos, porque no ténia permise y por otras razones... Hasta tal punto, que tù habias llegado a no conocerme ya, anadié. Me hablé de lo que ténia que violentarse para quitar las telas de arana del cuarto oscuro de San Alejo, debajo de la escalera (tenia varadero horror a las arahas <58>) y otros mil detalles que me hacian ver lo fiel que habia sido en todo y lo que habia sufrido sin que nadie lo sospechara. 14 de julio 14.7.1 Lei una vez que los israelitas construyeron las murallas de Jerusalén trabajando con una mano y sosteniendo la espada con la otra. Eso es lo que nosotras debemos hacer: no entregarnos totalmente al trabajo..., etc. 14.7.2 Si hubiese sido rica, me habria sido imposible ver a un pobre sin darle enseguida parte de mis bienes. De la misma manera, medida que gano algùn tesoro espiritual, sabiendo que en ese mismo instante hay aimas que estân en peligro de perderse y de caer en el infierno, les doy todo lo que tengo, y todavia no he encontrado un solo momento para decirme: Ahora voy a trabajar por mi. 14.7.3 Se puso a repetir, con semblante y acento celestiales, la estrofa de "Acuérdate" que empieza con estas palabras: Acuérdate, Senor, de que es tu santa voluntad mi dicha ■ < ■ y mi umco reposo . 14.7.4 Lo importante no es que lo parezca (morir de amor), sino que lo sea. 14.7.5 Siempre me ha gustado lo que Dios me daba. Hasta el punto de que, si me hubiese dado a escoger, yo habria escogido precisamente aquello, incluso las cosas que me parecian menos buenas y menos bonitas que las que tenian las demâs. 14.7.6 jQué veneno de alabanzas he visto que Servian a la madré priora! jY qué desprendida y elevada sobre si misma tiene que estar un aima para no salir de ello perjudicada! 14.7.7 En su visita, el doctor habia vuelto a darnos un poco de esperanza, pero ella ya no se apenô y nos dijo: jYa estoy acostumbrada! jNo me importa seguir enferma durante mucho tiempo! Si deseo que esto se acabe pronto, es por evitaros angustias a vosotras. 14.7.8 jTe quiero mucho, Madrecita! 14.7.9 Mi corazôn esta lleno de la voluntad de Dios, y asi, cuando se le echa algo encima, no penetra en el interior: es como una naderia que resbala fâcilmente, como el aceite, que no puede mezclarse con el agua. Alla en lo hondo vivo siempre en una paz profunda, que nada puede turbar. 14.7.10 Mirando sus manos enflaquecidas<60>: jQué alegria siento al ver como me voy destruyendo! 15 de julio 15.7.1 Tal vez mueras mafiana (fiesta de la Virgen del Carmen) después de la comuniôn. No, eso no encajaria en mi caminito. ^Voy a salirme de él para morir? Morir de amor después de la comuniôn es algo demasiado hermoso para mi, las almas pequenas no podrian imitar eso. jY ojalà que manana por la manana no me ocurra algùn percance!<61>. Cosas asi solo a mi pueden ocurrirme: que sea imposible darme la comuniôn y que Dios se vea obligado a volverse..., iba a entrar después de su primera Misa en el Carmelo para darle la comuniôn. Pero al verla peor, temiamos que escupiese sangre después de medianoche y le pediamos que rezase para que nada desagradable viniese a estropear nuestro proyecto. Ella respondiô: Sabéis bien que yo no puedo pedir eso..., pero pedidlo vosotras por mi... Sin embargo, esta noche acabé pidiéndoselo a Dios por complacer a mis hermanas y para que la comunidad no quedara decepcionada; pero en el fondo le dije todo lo contrario, le dije que hiciese lo que quisiera... 15.7.4 Al vernos adornar la enfermeria: jCuânto trabajo os tomâis para preparar todo lo necesario! jAsi son las fiestas de la tierra! A las ninas que van a hacer la primera comuniôn se les lleva por la mahana su hermoso vestido blanco, y solo tienen que ponérselo <63>; nada saben del trabajo que los suyos se han tornado por ellas, solo saben de alegria. No pasa lo mismo cuando se es mayor... 15.7.5 Me conté el siguiente episodio, cuyo recuerdo guardaba como una gracia: Sor Maria de la Eucaristia queria encender las velas para una procesiôn. No ténia cerillas, pero al ver la lamparilla que arde ante las reliquias, se acercô; pero, jay!, la encontre medio apagada, no quedaba mas que un débil destello en la mecha carbonizada. Sin embargo, consiguiô encender su vela, y, gracias a su vela, se fueron encendiendo todas las de la comunidad. Fue aquella lamparita medio apagada la que produjo aquellas hermosas Hamas que, a su vez, hubieran podido producir infinidad de otras e incluso incendiar el universo. Sin embargo, la causa primera de ese incendio se deberia siempre a aquella lamparita. ^Podrân enfonces las hermosas Hamas, sabiendo esto, gloriarse de haber provocado semejante incendio, cuando ellas mismas solo se encendieron gracias a aquella centellita...? Lo mismo ocurre con la comuniôn de los santos. Muchas veces, sin que nosotros lo sepamos, las gracias y las luces que recibimos las debemos a un alma escondida, porque Dios quiere que los santos se comuniquen la gracia unos a otros por medio de la oraciôn, para que en el cielo se amen con un gran amor, con un amor todavia mucho mayor que el amor de la familia, hasta el de la familia mas ideal de la tierra. jCuântas veces he pensado si no podria yo deber todas las gracias que he recibido a las oraciones de un aima que haya pedido por mi a Dios y a la que no conoceré mas que en el cielo! Si, una centellita muy pequena puede hacer brotar grandes lumbreras en la toda la Iglesia, como doctores y mârtires, que estarân muy por encima de ella en el cielo; ^pero quién podrâ decir que su gloria no se tornarâ la de ella? En el cielo no habrâ miradas de indiferencia, porque todos los elegidos reconocerân que se deben mutuamente las gracias que les han merecido la corona. (La conversation fue muy larga y no pude recogerlo todo, ni palabra por palabra.) 16 de julio 16.7.1 _ Tengo miedo de que sufras mucho para morir... _ ôPor qué tienes miedo por adelantado? Espéra al menos a que ocurra, para sufrir. <,Acaso ves que yo empiece a atormentarme pensando que si sobrevienen las persecuciones y las matanzas que dicen, quizâs te arranquen los ojos? 16.7.2 Habia hecho el sacrificio completo de sor Genoveva <64>, pero no puedo decir que no deseara ya tenerla aqui a mi lado. Muchas veces, en verano, durante la hora de silentio antes de Maitines, sentada en la terraza, me decia a mi misma: jSi estuviera aqui Celina junto a mi! jPero no, esa sera una dicha demasiado grande para la tierra! ... Y me parecia un sueno irrealizable. Sin embargo, no deseaba esa dicha por un sentimiento natural; era por su aima, para que caminase por nuestro mismo camino... Y cuando la vi entrar aqui, y no solo entrar sino que me la confiaban enteramente a mi para que yo la instruyese en todas las cosas; cuando vi que Dios hacia eso, rebasando asi mis deseos, comprend! la inmensidad del amor que él me tiene... ... Pues bien, Madrecita, si un deseo apenas esbozado fue escuchado de esa manera, es imposible que no sean completamente escuchados todos esos mis grandes deseos de los que hablo a Dios con tanta frecuencia. 16.7.3 Me repitiô con expresiôn convencida esta frase que habia leido en las "Florecillas", un libro del abate Bourb <65>. Los santos de los ùltimos tiempos superarân a los de primeras como los cedros superan a los demâs ârboles. 16.7.4 Tù conoces todos los rincones de mi aima, tù sola... (*) (+) El 28 de agosto de 1940, al final del Cuaderno amarillo, anadiô este texto: Advertencia importante Cuando santa Teresita me dijo, el 16 de julio de 1897, "Τύ conoces todos los rincones de mi alma, tù sola...", estoy segura de que, en su pensamiento, no excluia de este conocimiento completo de su alma a sor Maria del Sagrado Corazon y a sor Genoveva de la Santa Faz. A sor Maria del Sagrado Corazon, a quien debia la sonrisa de la Santisima Virgen, que la habia preparado para la primera comuniôn, y a quien debemos adernas la respuesta maravillosa de su ahijada [el Manuscrito B], del 17 de septiembre de 1896. A sor Genoveva de la Santa Faz, su Celina, a quien ella llamaba tan tiernamente "el dulce eco de su alma". Pero se sintiô inspirada por Dios para decirme eso a mi personalmente para que mâs tarde, en razôn de la autoridad que se me iba a conferir, pudieran confiar plenamente en lo que yo dijese y escribiese sobre ella. Sor Inès de Jesûs c.d.i. 28 de agosto de 1940 16.7.5 Con la expresiôn de un nino al que le esta rondando la cabeza una graciosa travesura: Quisiera darte una prueba de amor que nadie te haya dado nunca... Yo me preguntaba qué iria a hacer... Y entonces...<66> 16.7.6* Si Dios me dijera: Si mueres ahora, tendras una gloria muy grande; si mueres a los 80 anos, la gloria sera mucho menor, pero eso me agradarà mucho mas, no dudaria en responder: "Dios mio, quiero morir a los 80 anos, pues no busco mi gloria, sino tan solo agradarte a ti. Los grandes santos trabajaron por la gloria de Dios, pero yo, que no soy mâs que un alma muy pequena, solo trabajo por complacerle, y me sentiria feliz de soportar los mayores sufrimientos aunque solo fuese para hacerle sonreir una sola vez. 17 de julio 17.7 Sâbado. A las 2 de la manana habia expectorado sangre. Presiento que voy a entrar en el descanso... Pero presiento, sobre todo, que mi misiôn va a comenzar: mi rnision de hacer amar a Dios como yo le amo, de dar mi caminito a las almas. Si Dios escucha mis deseos, pasaré mi cielo en la tierra hasta el fin del mundo. Si, yo quiero pasar mi cielo haciendo el bien en la tierra. Y eso no es algo imposible, pues, desde el mismo seno de la vision beatifica, los ângeles velan por nosotros.<67>. Yo no puedo convertir mi cielo en una fiesta, no puedo descansar mientras haya almas que salvar... Pero cuando el ângel diga: «j El tiempo se ha terminado!», entonces descansaré y podré gozar, porque estarâ completo el nûmero de los elegidos y todos habrân entrado en el gozo y en el descanso. Mi corazôn se estremece de alegria al pensar en esto... 18 de julio 18.7.1 ... Dios no me daria este deseo de hacer el bien en la tierra después de mi muerte, si no quisiera hacerlo realidad. Me daria mas bien el deseo de descansar en él. 18.7.2 No tengo sufrimientos, solo molestias. 19 de julio 19.7.1 «Esta noche voy a regar». (Era al comenzar la recreaciôn.) jTendrias que regarme también a mi! <,Qué eres tù? Yo soy un granito, y no sé todavia sabe lo que saldrâ de él... 19.7.2 Hace un momento tenia muchas ganas de preguntarle a sor Maria del Sagrado Corazôn, que venia de estar con el Sr. Youf en el locutorio, lo que éste habia dicho acerca de mi estado después de su visita. Pensaba para mis adentros: quizâs me haga bien y me consuele el saberlo. Pero, reflexionando, me dije: No, eso es curiosidad, no quiero hacer nada por saberlo; ya que Dios no permite que ella misma me lo diga, es serial de que no quiere que lo sepa. Y évité llevar la conversaciôn a ese tema, por miedo a que sor Maria del Sagrado Corazôn me lo dijese como a la fuerza; no me habria sentido feliz... 19.7.3 Me dijo que se habia buscado a si misma enjugândose el rostro una vez mas de lo necesario, para que sor Maria del Sagrado Corazôn se diera cuenta de que estaba sudando mucho, 20 de julio 20.7.1 (A las 3 de la maüana habia expectorado sangre.) «. ... jY, sobre todo, no te olvides de contar la historia de la pecadora! Eso demostrarâ que no me equivoco. 20.7.4 Le decia que temia mucho para ella las angustias de la muerte. Si por angustias de la muerte entiendes esos sufrimientos terribles que se manifiestan en los ùltimos momentos con senales que causa horror a las demâs, yo nunca los he visto aqui en las que han muerto en mi presencia. La madré Genoveva los tuvo en el alma, pero no en el cuerpo. 20.7.5 No sabes cuânto te quiero, y te lo demostraré... 20.7.6 Me acosan a preguntas, lo cual me hace pensar en Juana de Arco ante el tribunal... Y me parece que respondo con la misma sinceridad que ella. 21 de julio 21.7.1 Cuando te miro, Madrecita, me siento muy feliz; tù nunca me cansas, al contrario. Lo decia hace poco: cada vez que me veo obligada a dar algo, y esas veces son muchas, eres tù quien me lo proporciona... 21.7.2 Si Dios me rine, aunque solo sea un poquito, no lloraré lastimeramente...; pero si no me rine en absoluto, si me acoge con una sonrisa, entonces si que lloraré... 21.7.3 jCômo me gustarâ conocer en el cielo la historia de todos los santos! Pero no tendrân que contârmela, pues resultaria demasiado largo. Cuando me acerque a un santo, tendré que poder conocer su nombre y toda su vida con una sola mirada <69>. 21.7.4 Yo nunca he obrado como Pilato, que se negô a escuchar la verdad. Yo siempre he dicho a Dios: Dios mio, yo quiero escucharte; por favor, respondeme cuando te digo humildemente: <,Qué es Ia verdad? Haz que yo vea las cosas tal cual son y que nunca me deje enganar por las apariencias <70>. 21.7.5 Le deciamos que podia sentirse muy dichosa de haber sido escogida por Dios para ensenar a las almas el camino de la confianza. Respondiô: jQué importa que sea yo o que sea otra quien muestre este camino a las almas! Con tal que se ensehe, jqué importa el instrumento! 22 de julio 22.7.1 Sor Maria del Sagrado Corazôn le decia: «jVaya, se te cuida con mucho amor...!». Si, asi es... Y es una imagen dei amor que Dios me tiene. Yo nunca le he dado mas que amor, por eso él me devuelve amor; y esto todavia no ha terminado, pronto me devolverâ mucho mâs... Estoy hondamente conmovida, es como un rayo de luz, o, mejor, como un relâmpago en medio de mis tinieblas..., jpero solo como un relâmpago! 22.7.2 Me repitiô sonriendo estas palabras que el Sr. Youf le habia dicho después de la confesion: Si los ângeles barrieran el cielo, el polvo seria de diamantes. 23 de julio 23.7.1 Le hablaban de asociaciones <71>: Estoy tan cerca del cielo, que todo eso me parece triste. 23.7.2 Una de nosotras le habia dicho y leido algo, y pensaba haberla consolado y alegrado mucho en su gran prueba. _ ^Verdad que tu prueba ha cesado un momento? iNo! jHa sido como si cantaras! 23.7.3 Le hablaba incesantemente de ese miedo, que nunca me abandonaba, a verla sufrir todavia mâs. Los que corremos por el camino del amor creo que no debemos pensar en lo que pueda ocurrirnos de doloroso en el futuro, porque eso es faltar a la confianza y meternos a creadores. 23.7.4 ... Cuando las pruebas de papa, yo tenia un vehemente deseo de sufrir... Una noche en que sabia que habia empeorado <72>, sor Maria de los Angeles <73>, al verme muy triste, intentaba consolarme lo mejor que podia; pero yo le dije: «Sor Maria de los Angeles, creo que puedo sufrir todavia mâs». Ella me miré muy sorprendida y luego me lo recordô muchas veces. Sor Maria de los Angeles, en efecto, no olvidô nunca aquella noche. Nuestra santita, todavia postulante, estaba a punto de acostarse, sentada sobre el jergôn, en camisôn y con sus hermosos cabellos cayéndole sobre los hombros. «Su mirada, dice ella, y toda su persona tenian un algo de tan noble y de tan bello, que crei estar viendo a una virgen del cielo». 23.7.5 Recuerdo que un dia, en lo mâs recio de nuestras pruebas, me encontré con sor Maria del Sagrado Corazôn después de barrer la escalera del dormitorio (del lado de la roperia). Teniamos permise para hablary me parô. Enfonces yo le dije que me sentia con muchas fuerzas y que en ese momento estaba pensando en estas palabras de Mme. Swetchine que me calaban de tal manera que me sentia como abrasada: «La resignation es todavia distinta de la voluntad de Dios; existe entre ellas la misma diferencia que entre la union y la unidad. En la union sigue habiendo todavia dos, en la unidad ya no hay mâs que uno solo»<74>. (No sé si es completamente textual.) 23.7.6 Me habian obligado a pedir la curation de papâ el dia de mi profesiôn <75>; pero no logré decir mâs que esto: Dios mio, por favor, que sea tu voluntad que papâ se cure. 23.7.7 ... «In te, Domine, speravi» <76>. En los dias de nuestras grandes pruebas, jcémo me gustaba recitar este versiculo en el coro! 24 de julio 24.7.1 Le habian mandado unas frutas pretiosas, pero no podia comerlas. Las fue cogiendo una tras otra, haciendo ademân de ofrecérselas a alguien, y dijo: La Sagrada Familia ha quedado bien servida: a san José y al Nino Jesûs le han tocado un melocotén y dos ciruelas a cada uno. Preguntândome a media voz: Tal vez no esté bien, pero las he tocado con satisfaction. Me gusta mucho tocar la fruta, sobre todo los melocotones <77>, y verla de cerca. Yo la tranquilicé, y prosiguiô: La Santisima Virgen también ha tenido su parte. Cuando me dan leche con ron, se la ofrezco a san José, pensando: jQué bien le va a venir esto al pobre san José! En el refectorio, pensaba siempre a quién tenia que darle cada cosa. Lo dulce era para el Nino Jesûs, los platos fuertes para san José, y tampoco me olvidaba de la Santisima Virgen. Pero cuando me faltaba algo, por ejemplo cuando se olvidaban de pasarme la salsa o la ensalada, estaba mucho mas contenta, pues me parecia que enfonces se lo daba de verdad a la Sagrada Familia viéndome realmente privada de lo que le ofrecia. 24.7.2 ... Cuando Dios quiere que nos veamos privadas de algo, no hay mas remedio que aceptarlo. A veces, sor Maria del Sagrado Corazôn ponia mi plato de ensalada tan cerca de sor Maria de le Encarnacion, que yo no podia ya considerarlo como mio, y no lo tocaba. iAy, Madrecita, y qué tortillas, duras como suelas de zapato, me han servido en mi vida! Creian que me gustaban asi, totalmente resecas. Después de mi muerte habrà que poner mucho cuidado en no dar esa porqueria a las pobres hermanas <78>. 25 de julio 25.7.1 Le decia yo que acabaria por desearle la muerte para no verla ya sufrir tanto. ...Si, pero no hay que decir eso, Madrecita, porque lo que me gusta de la vida es precisamente sufrir<79>. 25.7.2 <,Es que estamos ya de lleno en la estacién de los melocotones? <,Se pregonan las ciruelas por las calles? Ya no entiendo lo que pasa. «Cuando se llega a la tarde de la vida, se pierden la memoria y la cabeza». 25.7.3 Nuestro tio le habia mandado uvas. Comié unas pocas y dijo: jQué ricas estân estas uvas! Pero no me gusta lo que envia mi familia... Antes, cuando me traian de su parte ramos de flores para el Nino Jesûs <80>, nunca queria recibirlos sin antes estar bien segura de que nuestra Madré lo habia permitido. 25.7.4 A petition suya, le di a besar el crucifijo, y se lo présenté en la manera acostumbrada <81>. j... No, y lo beso en la cara! Y mirando la estampa del Nino Jesûs (que sor Maria de la Trinidad habia traido del Carmelo de [rue] Mesina)<82>: Ese Nino Jesûs parece que me esta diciendo: «Vendras al cielo, te lo digo yo». 25.7.5 cY dônde esta ahora el Ladrôn? Ya no se habia mas de él. Contesté, poniendo la mano sobre el corazén: jEsta aqui! Esta en mi corazén. 25.7.6 Le decia yo que la muerte, en apariencia, era muy triste y que sentiria mucha pena al verla muerta. Me contesté con voz enternecida: La Santisima Virgen tuvo a Jesûs muerto sobre sus rodillas, desfigurado, ensangrentado. jLo que tù veas sera algo bien distinto! jYo no sé lo que ella habrâ hecho...! Suponte que me traen a tus brazos en ese estado: <,tû qué harias? Responde mihi<83>... 25.7.7 Después de contarme varias cosillas que se reprochaba a si misma, me pregunté si habria ofendido a Dios. Le contesté sencillamente que todos aquellos pecadillos no lo eran en realidad, y que me habia hecho mucho bien contândomelos. Entonces, parecié emocionarse mucho, y mas tarde me dijo: Al oirte, me acordé del P.Alejo. Tus palabras han calado también profundamente en mi corazén. 25.7.8 Se echo a llorar; yo recogi sus lâgrimas, secândolas con un pano fino (sor Genoveva conserva esta reliquia). Sor Genoveva le présenté una florecita de geranio, que estaba sobre la mesa desde hacia mucho tiempo, para que la arrojase a sus estampas prendidas con alfileres en la cortina de su cama. ...No arrojar nunca flores marchitas..., solo florecitas lozanas «recién abiertas». 25.7.9 Le proponiamos una distraccién, pero que era demasiado ruidosa. Y respondié sonriendo: j... Nada de juegos de muchachos! ...Nada tampoco de juegos de ninas. Solo juegos de angelitos. 25.7.10 ... Miro las uvas y me digo: Son bonitas, y tienen buen aspecto. Luego como un grano: éste no se lo doy yo al Nino Jesûs, me lo da él a mi. 25.7.11 En mi enfermedad soy como un auténtico nino: no pienso en nada, estoy contenta de ir al cielo, y eso es todo. 25.7. 12 ... La primera vez que me dieron uvas en la enfermeria, le dije al Nino Jesûs: jQué ricas son las uvas! No entiendo por qué esperas tanto para cogerme, pues soy un pequeno racimo de uvas <84> y dicen que estoy tan madura... 25.7.13 A proposito de la direction espiritual: ... Pienso que hay que tener mucho cuidado con no buscarse una a si misma, pues pronto quedaria herido el corazôn y podria decirse con razon: «Los centinelas me quitaron el manto y me hirieron...; pero apenas los dejé, encontre al Amor de mi alma». Pienso que si el aima hubiese preguntado humildemente a los centinelas dônde estaba el Amor de su aima, ellos le habrian indicado dônde se encontraba; pero por haber querido atraer su admiraciôn, cayô en la turbaciôn y perdiô la sencillez del corazôn. 25.7.14 ... Tù eres mi luz. 25.7.15 Escucha una historia muy divertida: Un dfa, después de mi toma de hâbito <85>, sor San Vicente de Paùl me encontre en la celda de nuestra Madré y exclamô: «jPero qué cara de bienestar! jQué fuerte esta esta chica! jY qué gordal». Yo me fui toda confusa por el cumplido, cuando hete aqui que sor Magdalena me para delante de la cocina y me dice: «jPero en qué te estas convirtiendo, mi pobrecita sor Teresa del Nino Jesûs! jEstâs adelgazando a ojos vista! A ese paso, con ese semblante que hace temblar a cualquiera, no podràs guardar mucho tiempo la Regia». Yo no salia de mi asombro al escuchar, una tras otra, opiniones tan opuestas. Desde aquel momento, dejé de prestar la menor importancia a la opinion de las criaturas, y esta impresiôn se ha desarrollado en mi de tal manera, que actualmente tanto las censuras como los elogios resbalan sobre mi sin dejar la menor huella. NOTAS Julio Dos fuentes nos suministran una rica informaciôn sobre el mes de julio: los 238 dichos, o sea casi una tercera parte del Cuaderno amarillo, y 34 cartas que habian de Teresa, en su mayor parte dirigidas a la familia Guérin que estaba de vacaciones en La Musse (cf UC p. 611s). Dichas fuentes nos permiten seguir paso a paso el curso de la tuberculosis. Tras la aparente mejoria de finales de junio, se declaran dos hemoptisis abundantes y repetidas, los dias 6 y 7 de julio. Reposo absoluto, hielo y otros cuidados conjuran por el momento el peligro. Al atardecer del 8 de julio, bajan a la enferma a la enfermeria de la planta baja. Pronto vuelven las hemoptisis. El Dr. de Cornière no espera ya la curaciôn. El 29 de julio, se agrava de tal manera, que al dia siguiente administran la Unciôn de los enfermes a la moribunda: se piensa que no pasarâ de la noche. A comienzos de mes, Teresa ha tenido que abandonar la redaction de su manuscrito. Su tarea ha terminado. Y comienza la de la madré Inès de Jesûs. A la cabecera de su hijita, el future «historiador» (CA 29.7.7) pregunta y recibe explicaciones. Recuerdos de la infancia que evoca la enferma, comentarios espontâneos sobre su experienda religiosa, reacciones ante los sufrimientos del cuerpo y del alma. Teresa, en su espontaneidad, es veraz. Su «caminito» deberâ transmitirse al mayor nûmero posible de aimas. Julio es el mes de las intuiciones proféticas sobre su misiôn pôstuma. Trece cartas y billetes fueron redactados (a lâpiz) por Teresa a lo largo de este mes (Cta 249 a 261). 1 Juana Maria Primois, fallecida el 1 de julio a los 43 anos. 2 El Dr. de Cornière. 3 La palma puede verse en la foto VTL n° 46, y se encontre intacta a la hora de exhumarla el 6/9/1910. 4 [Teresa dice: «bien guetté». N. del T.], expresiôn normanda por «bien gardé». 5 Ver la nota 6 del mes de junio. 6 Cf Ms A 80r°/v°; y 25.7.7. 7 Cf Ms A 70r° y LC 151 ; para sus otras quince cartas a Teresa, véase CG p. 1438. 8 Sobre la alegria de Teresa enferma, cf 19.5; 6.7.3; 9.7.1; 13.7.7; 10.8.3; 20.8.4; 5.9.3; 6.9.2; Cta 255; UC p. 620-621, 656. 9 El abate Youf. 10 Cf 27.8.6; Cta 229 y 253; UC p. 664. 11 Sobre todos esos retrasos, cf Ms A 68r°, 72r° y 73v°. 12 Tornera del Carmelo. 13 Cf Im II, 9, Reflexiones. 14 La estatua que Teresa, siendo nina y estando gravemente enferma, vio que le sonreia el 13 de mayo de 1883, cf Ms A 30r°. 15 Ofrenda del 9 de junio de 1895; cf Ms A 84r° y Or 6; vuelve a evocarse en 29.7.9; 8.8.2; y el 30.9. 16 Cf MsA52r°. 17 Traduction de la Vulgata. 18 Cf 13.7.7; 11.8.6; 15.8.7. 19 La enfermedad dei serior Martin. 20 En octubre de 1886; cf Ms A 43r°. 21 Teresa escribe «toin» en vez de «coin» [rincon], 22 «Papa decia esto algunas veces, era una frase conocida», anoté la madré Inès. Sobre la nariz de ésta, cf Cta 219. 23 Cf 15.6.2; sobre la delgadez de la enferma, 14.7.10; 20.9.2; 24.9.3. 24 Cf Ms A 59v°. 25 Cf Ms C 27r°. [En el original, Teresa hace un juego de palabras intraducible al espaüol, incurriendo en un barbarismo francés: «agoniser» = agonizar, y «agoniser», que, usado como barbarismo en lugar de «agonir», significa colmar, cubrir de injurias. N. del T.] 26 Cf Cta 260. 27 Teresa escribe «éjouir» en vez de «réjuir» [gozarte]. 28 El abate Bellière (cf 30.7.4; 12.8.2; 4.9.4; 21.9.3) y el P. Roulland (cf 1.5.2; 30.7.4; 4.9.4). 29 Cf Ms C 32r°/v°. 30 El canônigo Maupas. 31 «De la astucia», précisa en otra parte la madré Inès. 31a Teresa juega con las palabras «dattes» (= dâtiles) y «dates» (= fechas), que se pronuncian lo mismo. 32 Cf Or 12. Y sobre los pronôsticos acerca de la fecha de su muerte, cf 15.7.1; 31.7.1; 25.8.1; 2.9.1; 23.9.2. 33 Su autobiografia. 34. Reproduction de un cuadro pintado por Celina (1894); cf 10.7.10. 35 Cf 3.7.4 y 20.8.6. 36 Era costumbre en el Carmelo tocar la campana a las 3 de la tarde, en recuerdo de la muerte de Cristo. Al oirla, todas las religiosas besaban su crucifijo. 37 Una hemoptisis. 38 Cf el texto original en PN 54,16. 39 Cf SANTA TERESA DE JESÛS, M6, 5. 40 Una ermita en la huerta del Carmelo. 41 Cf TERESA DE JESÛS, Camino de perfection, cap. 32. [En realidad, cap. 31. N. del T.] 42 Cf 13.7.12; 15.7.5; Cta 185. 43 Cf Ms A 11v°. 44 Cf Ms A 70r°; Ms C 36v°; y 20.7.3; asi como Prières, pp. 62 y 66. 45 En realidad, de Las hojas muertas de L. Abadie. 46 Esto le sucediô bajo el priorato de la madré Inès (1893-1896). 47 Maria Guérin. 48 Alusièn a las letanias de la Santisima Virgen. 49 Cf PS 8. 50 Vino tonificante. 51 Cf Cta 144,r°tv y 149, pârr. 2. 52 Cf Cta 258; CA 27.7.14. 53 Teresa escribe «pis» en vez de «puis». 54 Cf Cta 253, de esta misma fecha; véase también Ms A 71 r° y 84v°; Ms C 31 r°; Cta 201; Or 6; CA 16.7.2; 18.7.1; etc. Ya hemos indicado en otra parte el fundamento sanjuanista de esta afirmacièn. 55 Es decir, los tres dias que precedian al miércoles de Ceniza, que en 1891 cayeron en los dias 8-11 de febrero. 56 En realidad, en la primavera de 1893; cf CG p. 1172. 57 Cf nota 5 del mes de abril. 58 Cf 18.8.7. 59 Cf PN 24,32. 60 Cf 8.7.6. 61 Una hemoptisis. 62 El abate Troude. 63 Cf Ms A 35r°. 64 Cf Ms A 82r° 65 Abate Bourbonne. 66 Siguen tres lineas raspadas ilegibles. 67 Cf Cta 254, parr. 2. 68 Cf 11.7.6. 69 Cf Cta 106 y 163. 70 Sobre esta exigenda de veraddad en Teresa, cf por ejemplo 9.5.1 ; 4.8.3; 5.8.4; 3.9.1; 30.9. 71 Asociaciones piadosas. 72 En junio de 1888; cf Ms A 73r°. 73 Su maestra de novicias. 74 La misma cita en Cta 65. 75 El 8 de septembre de 1890; cf Ms A 76v°. 76 «A ti, Senor, me acojo». 77 Cf Cta 147; fruta preferida de Teresa. 78 Cf también 20.8.18. 79 Sobre este amor al sufrimiento, cf Ms A 36r° y 69v°; Ms C 7r°, 10v°; Cta 253, 254, 258; PN 10,8; 54,16; PN 50,5; CA 23.7.4; 31.7.13; 24.9.1; 25.9.2; 30.9; etc. 80 Estatua del claustro que Teresa adornô durante toda su vida religiosa; cf Ms A 72v°. 81 Se presentan los pies para besar; cf 2.8.5; 19.8.3. 82 Cf Or 13, descripciôn dei documento. 83 «Respôndeme». 84 Cf RP 5,9; Ms A 85v°; PN 5,9 y 10; 25,7; CA 27.7.10. 85 El jueves 10 de enero de 1889; cf Ms A 72r°. 26 de julio 26.7.1 Esta noche he sonado que estaba con papa en un bazar, y veia alii unas preciosas pelotitas blancas que me hacian ilusiôn para clavar en ellas mis alfileres; pero finalmente me dije a mi misma que en el Carmelo las hacian parecidas y pedi una musiquilla. 26.7.2 Me dijo que alrededor del 8 de diciembre de 1892 se habia encargado de sor Marta; que en 1893 habia ayudado en el noviciado a la madré Maria de Gonzaga; y que en la ùltima election, la de 1896, se habia visto encargada totalmente, por asi decirlo, de las novicias <86>. 26.7.3 ...La virtud brilla naturalmente; en cuanto desaparece, lo noto enseguida. 27 de julio 27.7.1 No queria que me olvidase de las gotas de un medicamento que me habian prescrito. ... Tienes que fortalecerte. Esta noche 30 gotas, no lo olvides. 27.7.2 (sNo te cansamos? No, porque sois gente muy amable. 27.7.3 Nos conté, riéndose, que habia sonado que la llevaban al «calefactorio» <87> entre dos candeleros para el santo de Nuestro Padre <88>. 27.7.4 La comunidad estaba en la colada. ... Hacia Ia una de Ia tarde, pensé: jQué cansadas estarân en la colada! Y pedi a Dios que os aliviase a todas y que el trabajo se hiciera con paz y caridad. Y al verme tan enferma, me alegré de poder sufrir como vosotras. 27.7.5 Por la noche me recordô las palabras de san Juan de la Cruz: «Rompe la tela de este dulce encuentro» <89. Yo siempre he aplicado estas palabras a la muerte de amor que deseo para mi. El amor no gastarâ la tela de mi vida: la romperâ de repente. jY con qué deseos y con qué alegria me he repetido, desde los mismos comienzos de la mi vida religiosa, estas otras palabras de N.P. san Juan de la Cruz: «Es gran negocio para el aima ejercitar en esta vida los actos de amor, porque consumândose en breve, no se detenga mucho acâ o alla sin ver a Dios»!<90>. Al repetir estas ùltimas palabras, levanto el dedo y adopté una expresién celestial. 27.7.6 A proposito de las dificultades que yo preveia para la publication de su vida: ... Pues bien, yo digo como Juana de Arco: «... Y se cumplirâ la voluntad de Dios, a pesar de la envidia de los hombres» <91>. 27.7.7 _ jYa pronto no volveré a ver tu rostro tan querido! jTan solo veré ya tu aima! jQue es mucho mâs hermosa! 27.7.8 _ jPensar que vamos a perderte! _ jPero si no me perderéis...! jQué poco agudas sois...! 27.7.9 A sor Genoveva, que lloraba: jSe ve bien que es eso lo que le cuelga de la punta de la nariz (la muerte)! jMiradla ahi, sobrecogida de miedo! 27.7.10 Tras ofrecer un racimo de uvas al Nino Jesûs: Le he ofrecido ese racimo para ver si le dan ganas de cogerme, porque creo que yo soy de esa clase... El pellejo no era duro y estaba muy dorado. Saboreando un grano: Si, yo soy de esa clase... 27.7.11 La Madrecita es mi teléfono. No tengo mas que aguzar el oido cuando llega, y me entero de todo. 27.7.12 ... No soy egoista, es a Dios a quien amo, no a mi misma. 27.7.13 ...Si escucho a mi natural, prefiero morir; pero solo me alegro de la muerte porque ésa es la voluntad de Dios para mi. 27.7.14 Nunca he pedido a Dios morir joven; por eso estoy convencida de que en estos momentos él solo esta cumpliendo su voluntad <93>. 27.7.15 Se ahogaba <94>, y yo le manifestaba mi compasiôn y mi tristeza. jVamos, no sufras! Si me ahogo, Dios me darà fuerzas. jLo amo! El nunca me abandonarâ. 27.7.16 Me conté que habia llevado durante mucho tiempo una crucecita de hierro y que a causa de ello habia caido enferma. Me dijo que Dios no queria que ni ella ni nosotras nos entregâsemos a grandes mortificaciones, y que aquello se lo habia demostrado <95>. 27.7.17 A proposito de las fricciones présentas por el médico: jEso de ser «almohazada» es peor que cualquier otra cosa!<96> 27.7.18 ... Desde el 9 de junio he estado segura de que moriria pronto <97>. 29 de julio 29.7.1 i...Quisiera irme! _ ôAdénde? jAlla arriba, al cielo azul<98>! 29.7.2 Una hermana le habia referido este comentario que habian hecho en la recreacién: «<,Por qué se habia de sor Teresa del Nino Jesûs como de una santa? Es cierto que ha practicado la virtud, pero no ha sido una virtud adquirida en las humillaciones y, sobre todo, en los sufrimientos». Ella me dijo después: ... jY yo, que he sufrido tanto desde mi mâs tierna infancia!<99> jPero cuânto bien me hacer saber la opinion de las criaturas en el momento de la muerte! 29.7.3 Pensâbamos darle gusto llevândole cierto objeto <100>, pero sucediô todo lo contrario. Se mostrô disgustada, sospechando que habiamos dejado a alguien sin el objeto en cuestiôn; pero se arrepintiô enseguida y pidiô perdôn con lâgrimas en los ojos. jOs pido perdôn, he actuado por un impulso natural, rezad por mi! Y un poco mâs tarde: jQué feliz me siento de verme imperfecta y con tanta necesidad de la misericordia de Dios en el momento de la muerte! 29.7.4 Expectoro sangre por la manana y a las très de la tarde. 29.7.5 Le expresâbamos nuestro temor de que muriese durante la noche. No moriré durante la noche, creedme; he deseado no morir durante la noche. 29.7.6 ... Dos dias después de la entrada de sor Maria de la Trinidad <101>, me curaron la garganta... Dios permitiô que las novicias me agotaran. Sor Maria de la Eucaristia me dijo que me sucedia lo que a los predicadores. 29.7.7 ... Para ser mi historiador, habrâ que entrenarte. 29.7.8 jPues bien, el «bébé» se va a morir! La verdad es que desde hace très dias estoy sufriendo mucho. Esta noche estoy como en el purgatorio. 29.7.9 Con mucha frecuencia, siempre que puedo, repito mi ofrenda al Amor<102>. 29.7.10 Le confiaba una turbaciôn interior. ... Fuiste tù quien sembrô en mi aima la semilla de la confianza, <,ya no te acuerdas? 29.7.11 La sostenia mientras le arreglaban las almohadas. Tengo apoyada la cabeza sobre el corazôn de mi Madrecita <103>. 29.7.12 No habia pedido cierto alivio, y creiamos que era por virtud; pero ella no habia pensado en mortificarse en eso. Como admirâramos su acto: iEstoy cansada de la tierra! Se hacen elogios cuando no se merecen, y reproches cuando tampoco se merecen. jAsi es...! jAsi es...! 29.7.13 Lo que de momento constituye nuestra humillaciôn constituye luego nuestra gloria, incluso en esta vida. 29.7.14 No tengo capacidad para gozar, siempre he sido asi; pero la tengo muy grande para sufrir. Antes, cuando me apretaba el sufrimiento, tenia apetito en el refectorio, pero cuando estaba alegre me ocurria todo lo contrario: imposible corner. 30 de julio 30.7.1 El cuerpo ha sido siempre un engorro para mi, no me he encontrado a gusto dentro de él... Incluso de pequefiita, me avergonzaba de él. 30.7.2 Por haberle prestado un pequeno servicio: jGracias, marna!<104>. 30.7.3 No hubiera querido ni recoger del suelo un alfiler por evitar el purgatorio. Todo lo que he hecho ha sido por agradar a Dios y para salvarle aimas. 30.7.4 Mirando la fotografia de los PP. Bellière y Roulland: jYo soy mâs elegante que ellos! 30.7.5 Le prometian rescatarle algunos chinitos. jNo son chinos lo que quiero, son negros <105>! 30.7.6 Me resulta amargo cuando no me miras. 30.7.7 Las moscas la molestaban mucho, pero no queria matarlas. Siempre las perdono. Y eso que son las ùnicas que me han dado la lata durante mi enfermedad. No tengo mâs enemigos que ellas, y como Dios nos ha mandado perdonar a los enemigos, me alegro de tener esta pequena ocasiôn de hacerlo. 30.7.8 Es muy duro sufrir tanto; eso debe impedirte pensar en nada, <,verdad? Pues no, todavia puedo decirle a Dios que lo amo, y creo que con eso basta. 30.7.9 Senalândome un vaso que contenia una medicina muy desagradable bajo el aspecto de un delicioso licor de grosellas: Ese vasito es la imagen de mi vida. Ayer sor Teresa de San Agustin me decia: «jEspero que estés bebiendo exquisitos licores!». Y yo le contesté: «jAy, sor Teresa de San Agustin, todo lo que bebo es de lo mâs desagradable!». Pues bien, Madrecita, esto es lo que han visto los ojos de las criaturas. Siempre les ha parecido que yo estaba bebiendo licores exquisitos, y era amargura. Digo amargura, pero no, porque mi vida no ha sido amarga, ya que he sabido convertir todas las amarguras en gozo y dulzura. 30.7.10 Si quieres dar un recuerdo mio al Sr. de Cornière, hazle una estampa con estas palabras: «Todo lo que hicisteis al mas pequeno de los mios, a mi me lo hicisteis». 30.7.11 Le habian dado un abanico, que habia llegado del Carmelo de Saigon, y lo usaba para espantar las moscas <106>. Como hacia mucho calor, se volviô hacia las estampas prendidas con alfileres en la cortina de la cama y se puso a abanicarlas con el abanico, y luego a nosotras. Abanico a los santos, en vez de abanicarme a mi; y os abanico a vosotras para aliviaros y porque también vosotras sois santas. 30.7.12 El Sr. de Cornière habia dicho que le diésemos 5 0 6 cucharadas de agua de Tisserand. Ella le pidiô a sor Genoveva que no le diese mas que 5, y luego, volviéndose hacia mi: Siempre lo menos posible, <,verdad, marna? 3.7.13 No digâis al Sr. Ducellier<107> que no me quedan mas que unos dias; todavia no estoy tan débil como para morir, y ademâs, mientras se vive, se encuentra una muy azarada <108>. 30.7.14 (Las 4). Después que saliô una hermana me sonriô. Yo le dije: Descansa ahora, cierra los ojos. ... No, jme gusta tanto mirarte! 30.7.15 Yo queria coger una mosca que la estaba molestando. <,Qué le vas a hacer? Voy a matarla. No, no, por favor. 30.7.16 ^Quieres prepararme para la extremaunciôn? Mirândome con una sonrisa: jNo pienso en nada! Pidele a Dios que la reciba todo lo bien que se puede recibir. 30.7.17 Me conté lo que le habia dicho Nuestro Padre antes de la ceremonia: «... Vas a quedar como un ninito que acaba de recibir el bautismo». Y no me hablô mas que de amor. jCémo me emocioné! 30.7.18 Después de la extremaunciôn nos ensenaba sus manos con respeto. Yo solia recoger los trocitos de piel de sus labios resecos; pero ese dia me dijo: Hoy voy a tragar esos pellejitos, porque he recibido la extremauncion y el santo viatico. Era por la tarde. Apenas habia hecho una breve accién de gracias, cuando varias hermanas vinieron a hablar con ella. Por la noche me dijo: jCômo me molestô que vinieran después de la comuniôn! Me miraban como a un bicho raro... Pero para no irritarme, yo pensaba en Nuestro Senor, que se retiraba a la soledad sin poder evitar que lo siguiera alli la gente, y él no la despedia. Yo he querido imitarle recibiendo bien a las hermanas. 31 de julio 31.7.1 Seguiamos pensando en un dia de fiesta para su muerte, como el 6 de agosto (la Transfiguracién) o el 15 (la Asuncion). No habléis de una fecha, jsiempre sera un dia de fiesta! 31.7.2 Después de contarnos la fabula de La Fontaine (*) «El molinero y sus très hijos»: jTengo las botas, pero todavia no tengo el saco! Esto quiere decir que no estoy para morir. (Es el cuento del «Gato con botas», no una fabula de La Fontaine.) 31.7.3 Habian bajado su jergén para exponerla después de su muerte. Ella lo vio cuando abrian la puerta de la celda contigua a la enfermeria, y exclamé alegremente: iMira, mi jergén! Va a estar bien preparado para colocar en él mi cadâver. ... jMi naricita ha tenido siempre suerte! 31.7.4 reorno harâ el bébé para morir? ^Y de qué moriré? 31.7.5 ... Si, robaré... Desaparecerân muchas cosas del cielo, que yo os traeré... Seré una ladronzuela, cogéré todo lo que me plazca... 31.7.6 Mirando la estatua de la Santisima Virgen y senalândole con el dedo su platito <109>: Cuando vino eso esta noche (un gran vémito de sangre), jcrei que me ibas a llevar! 31.7.7 Nos habiamos quedado dormidas mientras la velâbamos. ... jPedro, Santiago y Juan! 31.7.8 ... Os aseguro que, si la Santisima Virgen no interviene, tengo para largo. 31.7.9 Amablemente: No conversemos, basta con mirarnos unas a otras de hurtadillas <110>. 31.7.10 El Ladrôn vendra y me llevarâ. jaleluya! 31.7.11 Discutiamos sobre los pocos dias que le quedaban de vida. Al fin y al cabo, es la enferma quien lo sabe mejor. Y me parece que tengo todavia para mucho tiempo. 31.7.12 He pensado que tendré que ser muy buenecita y esperar al Ladrôn muy apuesta 31.7.13 He encontrado la felicidad y la alegria aqui en la tierra, pero ùnicamente en el sufrimiento, pues sufrido mucho aqui abajo. Habrâ que hacerlo saber a las aimas... Desde mi primera comuniôn, cuando pedi a Jesûs que me cambiara en amargura todas las alegrias de la tierra <111>, he tenido un deseo continuo de sufrir. Pero no pensaba cifrar en ello mi alegria; ésta es una gracia que no se me concediô hasta mâs tarde. Hasta entonces, no era mâs que una centella cubierta por la ceniza, o como las flores de un ârbol destinadas a convertirse en fruto a su tiempo. Pero al ver caerse mis flores sin césar, es decir, al abandonarme al liante cada vez que sufria, me decia a mi misma extranada y con tristeza: jEsto no pasarâ nunca de simples deseos! 31.7.14 Esta noche, cuando me dijiste que el Sr. de Cornière creia que ténia todavia para un mes o incluso mâs, no me lo podia creer: jhabia una diferencia tan grande con lo de ayer, cuando decia que habia que sacramentarme ese mismo dia! Pero esto me ha dejado sumida en una profunda calma. jQué me importa seguir viviendo aùn mucho tiempo en la tierra! Aunque sufra mucho, y cada dia mâs, no tengo miedo: Dios me darâ fuerzas y no me abandonarâ. 31.7.15 Si vives todavia mucho tiempo, nadie entenderâ nada. jY eso qué importa! jQue todo el mundo me desprecie, enhorabuena! Es lo que siempre he deseado <112>. jLo habré conseguido al final de mi vida! 31.7.16 ... Ahora que Dios ha hecho lo que queria, que los ha enganado a todos..., vendrâ como un ladrôn a la hora en que nadie lo espera. Esto es lo que pienso. NOTAS 86 Acerca de estas fechas, cf Ms C 20r°, 3v°, 22r° 87 Sala de recreation [en Ia que en invierno se encendia una estufa de lena. N. del T.] 88 El canônigo Maupas. 89 Ll cancion 1. 90 Ibid., 1, 6, 34; cf Cta 245; Or 12 (y Prières, p. 121s); Or 16; y 31.8. 91 Palabras que Teresa pone en boca de Juana de Arco en RP 3,9r°. 92 [Teresa escribe, abreviando, «point fines»], en lugarde «Vous n'êtes point fines». 93 Cf 13.7.13; 27.7.13; Ms C 8v°; Cta 253 y 258. 94 Sobre la angustia de la asfixia, cf 20.8.10; 21.8.2; 25.8.9; 26.8.5; 29.9.5' 30.9. 95 Cf 3.8.5. Sobre la cruz de hierro (otono de 1896), cf CG p. 1189. 96 Cf Cta 208 y CG p. 1189, +d. 97 Cf 15.6.1. 98 Poesia aprendida en su infantia; cf Ms A 11 r°. 99 Cf 30.7.9; 31.7.13; Cta 253. 100 Podria tratarse de una caja de mùsica. 101 Sor Maria de la Trinidad habia entrado en el Carmelo el 16 de junio de 1894. 102 Cf Or 6. 103 Cf 10.9.2. 104 Cf Ms A 13 r° y 80v°; Cta 76, 106, 110, 252; CA 30.7.12; 18.8.3; 23.8.7; 23.8.10; 4.9.4; 28.9.1. 105 Cf 21/26.5.3. 106 Cf 20.8.10. 107 Este sacerdote habia escuchado la primera confesiôn de Teresa; cf Ms A 16v°. 108 [Teresa usa la expresiôn «capot» ], «Familiarmente: confuso, impedido, azarado» (Littré). 109 Platito en el suelo que servia de escupidera a Teresa. 110 [Teresa usa la expresiôn «s'entre-guigner»]. «Gigner: entrecerrar los ojos mirando por el rabillo del ojo» (Littré). 111 Cf Ms A 36v°, en que cita a Im III, 36, 3. 112 Al igual que san Juan de la Cruz; cf Ms A 73v°; Cta 81 y 188. 1 de agosto 1.8.1 A proposito de la gracia tan senalada que habia recibido tiempo atrâs, cuando su misai se cerrô sobre una estampa de Nuestro Senor crucificado, de la que sobresalia solo una mano. Me repitié lo que se habia dicho a si misma en aquella ocasiôn: No quiero dejar que se pierda esa sangre preciosa. Pasaré mi vida recogiéndola para las aimas. 1.8.2 Durante Maitines, a proposito del manuscrito de su vida: Después de mi muerte, no habrâ que hablar a nadie de mi manuscrito antes de que se publique; ùnicamente a nuestra Madré habrâ que hablar de él. Si no lo haces asi, el demonio te tenderâ mâs de una trampa para echar a perder la obra de Dios..., juna obra muy importante (*)! (*) En las Novissima Verba se anade (la autenticidad de este texto es dudosa): Algunos dias mâs tarde, le habia yo pedido que releyera un pasaje de su manuscrito que me parecia incompleto, y la encontré con los ojos arrasados en lâgrimas. Al preguntarle el porqué, me respondiô con sencillez angelical: «Lo que he vuelto a leer en este cuaderno es realmente mi aima... Estas pâginas, Madré, harân mucho bien. Mâs tarde, gracias a ellas, se conocerâ mejor la ternura de Dios...». Y aûadié, con tono inspirado: «Si, lo sé muy bien, todo el mundo me amarâ...». [Cf UC, II, Anexos, p. 243. N. del T.] 1.8.3 j... Ahora ya no escribiré mâs <2>! 1.8.4 jQué enferma estoy...! Porque ya ves..., contigo... Porque no podia ya hablarme. 1.8.5 ... Estoy totalmente entregada a su voluntad, esperaré todo lo que él quiera. 1.8.6 jQué bien ha hecho el Senor en decirnos: «En la casa de mi Padre hay muchas estancias!». (Hizo este comentario a proposito de un sacerdote muy mortificado que sufria unas picazones insoportables y se privaba incluso de aliviarlas.) Yo prefiero mortificarme de otra manera, y no en cosas tan molestas; no hubiera sido capaz de contenerme de ese modo. 1.8.7 Se habia originado un disgusto a proposito del hielo <3>, y yo habia llorado. Le pregunté si habia actuado mal, y para consolarme me dijo: jTù eres siempre un encanto! 1.8.8 ^Piensas en tus hermanos misioneros? Pensaba mucho en ellos; pero desde que estoy enferma, ya no pienso en casi nada. 1.8.9 Uno de esos misioneros <4> le habia prometido celebrar por ella una Misa el dia de Navidad de 1896. Y me contaba la deception que sufrié al enterarse de que no habia podido décida ese dia. j... Y yo que me habia unido a él tan contenta a la misma hora! jNo hay nada seguro en la tierra! 2 de agosto 2.8.1 Me encantaria guardartu corazôn, como el de la madré Genoveva. Haz lo que quieras. Yo habia cambiado de opinion, porque me repugnaba mucho hacer una cosa asi, y se lo dije. Se puso un poco triste. Yo adiviné su pensamiento: nos privariamos de un consuelo que ella no nos daria milagrosamente, pues sabia que no se iba a conservar incorrupta. Finalmente me dijo: Cambias mucho de opinion, Madrecita; lo he observado muchas veces a lo largo de mi vida... 2.8.2 Habiamos hablado juntas, intimamente, dei poco caso que muchas veces se hace de la virtud escondida. ... Eso es algo que me ha llamado la atenciôn en la vida de N.P. san Juan de la Cruz, de quien decian: «jFray Juan de la Cruz! jPero si es un religioso mediocre!» <5>. 2.8.3 No tengo grandes deseos del cielo; simplemente estaré muy contenta de ir alla. 2.8.4 De mi no podrân decir: «Muere porque no muera» <6>. Ya te lo he dicho: por inclination natural, si, el cielo; pero la gracia ha adquirido en mi aima un gran dominio sobre la naturaleza, y ahora solo puedo repetirle a Dios: Quiero seguir viviendo largo tiempo en la tierra, si ése es tu deseo, mi Senor. Quiero seguirte al cielo, si te complace a ti. El fuego de la patria, que es el Amor, sin césar me consume. <,Qué me importa la vida? <,Qué me importa la muerte? jAmarte a ti es mi ùnica alegria!<7>. 2.8.5 A sor Genoveva: Todo pasa en este mundo mortal<8>, incluso el «bébé». Pero él volverâ. Sor Genoveva estaba besando los pies dei crucifijo. Τύ no sigues Ia doctrina dei «bébé». Bésalo enseguida en las dos mejillas y déjate besar por él. 2.8.6 Experimento una vivisima alegria no solo cuando me consideran imperfecta las demas, sino sobre todo cuando yo misma me veo asi. Esto supera a todos los elogios, que me desagradan. 3 de agosto 3.8.1 ^Como has logrado Hegar a esa paz inalterable que posées? Me he olvidado de mi y he procurado no buscarme a mi misma en nada. 3.8.2 Le decia yo que mucho tenia que haber luchado ella para Hegar a ser perfecta. No, la cosa no va por ahi... (*) Las Novissima Verba anaden (Ia autenticidad de este texto es dudosa): Y un poco mas tarde: «La santidad no consiste en tal o cual prâctica. Consiste en una disposition del corazôn que nos vuelve humildes y pequenos en los brazos de Dios, conscientes de nuestra debilidad y confiados hasta la audacia en su bondad de Padre» [Cf UC, II, Anexos, p. 251. N. del T.]. 3.8.3 Se habia disgustado con una hermana y me dijo con semblante grave y tierno a la vez: Te lo digo francamente: necesito verte cerca de mi en los ùltimos dias de mi vida. 3.8.4 Hermanitas queridas, rezad por los pobres moribundos. jSi supierais lo que se sufre! jQué poco basta para perder la patientia! Hay que ser caritativa con todas, sean quienes sean... Yo no lo hubiera creido antes. 3.8.5 Le hablaba yo de la mortification con instrumentos de penitencia. ...En ese campo hay que ser muy moderadas, pues con frecuencia me mezcla en ello mas de inclination natural que de otra cosa (*). (*) Las Novissima Verba anaden: En otra ocasiôn me habia dicho acerca de esto: En la vida dei beato Enrique Suson me llamô la atenciôn un pasaje referente a las penitencias corporales. Habia hecho algunas espantosas, que arruinaron su salud, cuando se le aparecié un ângel que le dijo que dejara de hacerlas, y ahadié: «Hasta ahora solo has combatido como simple soldado, hoy te voy a armar caballero». E hizo comprender al santo la superioridad del combate espiritual sobre las mortificaciones corporales. Pues bien, Madrecita, Dios no me ha querido a mi de simple soldado, yo he sido armada enseguida caballero, y parti para la guerra contra mi misma en el campo del espiritu por medio de la abnegaciôn y de los pequenos sacrificios escondidos; y en este combate oscuro, en que la naturaleza no tiene parte alguna, he hallado la paz y la humildad [cf CA, II, Anexos, p. 253], 3.8.6 A nosotras très: Hay que poner mucho cuidado en la regularidad. Después de una visita en el locutorio, no os detengâis para hablar entre vosotras, pues eso séria como estar en la propia casa, donde no se priva una de nada. Y volviéndose hacia mi: Eso, Madré, es lo mâs acertado. 3.8.7 jSi supieras qué doloridos tengo los hombros! Te pondremos guata. No, no me quitéis esta pequena cruz. 3.8.8 Hace mucho tiempo que sufro, pero antes eran pequenos sufrimientos; desde el 28 de julio los sufrimientos son grandes. 3.8.9 Estâbamos desorientadas ante el curso de la enfermedad, y una de nosotras le dijo: «Enfonces, <,de qué morirâs?». Pues moriré de muerte... ^No le dijo Dios a Adân de qué moriria cuando le dijo: «Morirâs de muerte?». Sencillamente asi. 4 de agosto 4.8.1 Esta noche he tenido muchas pesadillas, unas pesadillas espantosas; pero en el peor momento, tù te acercabas a mi y ya no ténia miedo. 4.8.2 ... no, no me creo una gran santa. Me creo una santa muy pequena. Pero pienso que Dios ha querido poner en mi algunas cosas que me hacen bien a mi y a los demâs <ô>. 4.8.3 Le habian traido un manojo de espigas. Séparé la mâs bonita y me dijo: Madré, esta espiga es la imagen de mi aima: Dios me ha cargado de gracias para mi y para el bien de otros... Luego, temiendo haber tenido un pensamiento de orgullo <10>: jCémo me gustaria ser humillada y maltratada para ver si poseo realmente la humildad del corazôn...! Con todo, cuando en otras ocasiones me humillaban, me sentia muy feliz... Si, me parece que soy humilde... Dios me ensena la verdad. Sé muy bien que todo viene de él. 4.8.4 jQué fâcil es desalentarse cuando uno esta muy enfermo...! jY qué bien comprendo que yo me desalentaria si no tuviese fe! O mejor, si no amase a Dios. 4.8.5 Solo en el cielo veremos la verdad de todas las cosas. En la tierra es imposible. Por ejemplo, en la misma Sagrada Escritura, ^no resulta triste ver tantas diferencias de traduction? Si yo hubiese sido sacerdote, habria aprendido el hebreo y el griego, y no me habria contentado con el latin, y asi habria podido conocer el verdadero texto dictado por el Espiritu Santo. 4.8.6 Me quedé dormida un segundo durante la oration. Y soné que hacian falta soldados para una guerra. Tù dijiste: Hay que manda a sor Teresa del Nino Jesûs. Yo respondi que hubiera preferido mucho mas que tuera para una guerra santa. Finalmente, parti, lo mismo. No, yo no hubiera tenido miedo de ir a la guerra. jQué feliz hubiera partido, por ejemplo, en tiempos de las cruzadas para combatir a los herejes! jYa lo creo! jNo hubiera tenido miedo a toparme con una balai 4.8.7 <,Es posible que yo, que deseaba el martirio <11>, me muera en una cama? 4.8.8 <,Y como llevas ahora tu vidita? jMi vidita es sufrir, y nada mas! No puedo decir: Dios mio, esto por la Iglesia, Dios mio, esto por Francia... etc.... Dios sabe muy bien lo que tiene que hacer con ello; yo se lo he dado todo por complacerle. Ademâs, me cansaria demasiado diciéndole: dale esto a Pedro, dale esto a Pablo. Solo lo hago de inmediato cuando me lo pide alguna hermana, y luego ya no vuelvo a pensar en ello. Cuando rezo por mis hermanos misioneros, no ofrezco mis sufrimientos, sino que digo simplemente: Dios mio, dales a ellos todo lo que deseo para mi. 5 de agosto 5.8.1 Hacia mucho calor, y el sacristan nos compadecia por llevar hâbitos gruesos. En el cielo Dios nos recompensarâ por haber llevado por su amor hâbitos gruesos en la tierra. 5.8.2 Al comprobar que ya casi no podia moverse: David decia en los salmos: «Soy como el saltamontes, que cambia continuamente de lugar». jPues yo no puedo decir lo mismo! Me gustaria pasearme, pero estoy atada de pies y manos. 5.8.3 ...Cuando los santos hayan cerrado tras de mi la puerta del cielo, cantarân: Por fin te tenemos, ratoncito gris, por fin te tenemos y te retendremos. (Una cancioncilla que le vino a la memoria.) 5.8.4 Sor Maria del Sagrado Corazôn le dijo que, a su muerte, los ângeles vendrian acompaôando a Nuestro Senor, y que ella los veria resplandecientes de luz y de hermosura <12>. ... Ninguna de esas imaginaciones me hace el menor bien, solo puedo vivir de la verdad. Precisamente por eso, nunca he deseado tener visiones. En la tierra no se puede ver el cielo ni a los ângeles tal como son. Yo prefiero esperar a después de la muerte. 5.8.5 Durante las Visperas, Madrecita, he pensado que tù eres mi sol. 5.8.6 Me quedé dormida y soné que tù te inclinabas sobre mi para darme un beso; yo quise devolvértelo, pero de pronto me desperté, toda extranada de que mi beso cayera en el vacio. 5.8.7 Su cama no habia sido colocada todavia en medio de la enfermeria, sino al fondo, en un ângulo. Para celebrar al dia siguiente, de agosto, la fiesta de la Transfiguraciôn de Nuestro Senor, habiamos cogido del coro la Santa Faz, que a ella le gustaba mucho, y habiamos colgado el cuadro, rodeado de flores y de luces, a su derecha, en la pared. Me dijo, mirando la imagen: jQué bien hizo Nuestro Senor en bajar los ojos al dejarnos su retrato! Como los ojos son el espejo del aima, si hubiésemos entrevisto su aima habriamos muerto de alegria. jY cuânto bien me ha hecho esa Santa Faz a lo largo de mi vida! Cuando componia mi cântico «Vivir de amor», me ayudô a hacerlo con gran facilidad. Durante el silencio de la noche, escribi de memoria las quince estrofas que habia compuesto, sin borrador, durante el dia. Ese dia, al ir al refectorio después del examen de conciencia, acababa de componer la estrofa: Vivir de amor es enjugar tu rostro, es de los pecadores alcanzar el perdén <13>. Al pasar junto a ella, se le repeti con gran amor. Y mirândola, lloré de amor. 5.8.8 Yo repito, como Job: «Pero la manana no espero Hegar a la noche, y por la noche no espero volver a ver la manana». 5.8.9 ... Estas palabras de Isaias. «<,Quién creyô nuestro anuncio?... Lo vimos sin belleza ni esplendor...» etc.<14>, han constituido todo el fondo de mi devociôn a la Santa Faz, o, por mejor decirlo, el fondo de toda mi piedad. También yo deseaba estar sin belleza, pisar sola el vino en lagar, ignorada por todas las criaturas... 5.8.10 A proposito de una confidencia que yo le habia hecho, me dijo: Una madré priora siempre deberia hacer pensar que ella esta libre de toda pena. jHace tanto bien y proporciona tanta fortaleza no hablar en absoluto de las propias penas! Por ejemplo, hay que evitar expresarse asi: Tù tienes, si, problemas y dificultades, pero yo tengo los mismos que tù y muchos mas, etc. 6 de agosto 6.8.1 Habia esperado morir durante la noche, y por la manana me dijo: Me he pasado toda la noche acechando, como la nina de la canciôn del zapatito de Navidad <15>... No he dejado de mirar a la Santa Faz... He rechazado muchas tentaciones... jY he hecho muchos actos de fe...! Yo también puedo decir: «Miré a la derecha, me fijé, y no habia nadie que me conociera...». Quiero decir: nadie que conociera el momento de mi muerte... Me imagino la derecha como el lado donde tù estas con respecto a mi. Miré luego la estatua de la Santisima Virgen y canto suavemente: <,Cuândo llegarâ, mi tierna madré, si, cuando llegarâ el hermoso dia en que, desde el destierro de esta tierra, alce mi vuelo a la eternal morada? <16> 6.8.2 El intenso dolor del costado habia cesado durante la noche. El Sr. de Cornière, al auscultarla, la encontre igual de mal, pero ella dudaba de la proximidad de su muerte. Estoy como un pobre Robinson en su isla. Hasta que no me prometieron nada, estaba desterrada, es verdad, pero no pensaba en abandonar mi isla. Pero un buen dia me anuncian la llegada segura de un navio que pronto me conducirâ a mi patria. Enfonces me quedo en la playa, miro a lo lejos, no dejo de mirar..., y, al no ver aparecer nada en el horizonte, me digo: jMe han enganado! jNo voy a irme! 6.8.3 Me ensenô, en el breviario del Sagrado Corazôn, estas palabras de Nuestro Senor a la beata Margarita Maria, que ella habia encontrado alli al azar el dia de la Ascension: «La cruz es el lecho de mis esposas, en ella te haré consumar las delicias de mi amor». Y me contô que, un dia, una hermana habia abierto al azar ese mismo libro y que, al toparse con un pasaje muy exigente, le habia pedido que probase ella también. Y se encontre) con estas palabras: «Abandônate en mi<17>...». 6.8.4 ... No puedo apoyarme en nada, en ninguna de mis obras, para tener confianza. Por ejemplo, me habria gustado poder decirme a mi misma: he cumplido con todos mis oficios de difuntos. Pero esta pobreza fue para mi una verdadera luz, una verdadera gracia. Pensé que en toda mi vida nunca habia podido pagar, una sola de mis deudas para con Dios, pero que, si queria, esto podia ser para mi una verdadera riqueza y una fuerza. Y entonces hice esta oraciôn: Dios mio, te suplico que pagues tù la deuda que tengo contraida con las almas dei purgatorio; pero hazlo a lo Dios, para que de ese modo sea infinitamente mejor que si yo hubiese rezado mis oficios de difuntos. Y me acordé con gran dulzura de estas palabras dei cântico de san Juan de la Cruz: «Y toda deuda paga» <18>. Yo siempre las habia aplicado al amor... Sé que esta gracia no se puede expresar con palabras... jEs demasiado exquisita para ello! jSe siente una paz tan grande al saberse uno tan absolutamente pobre y al no contar mas que con Dios! 6.8.5 j... Ay, qué pocas son las religiosas perfectas!, las que no hacen las cosas por hacerlas y de cualquier manera, diciéndose a si mismas: «a fin de cuentas, no estoy obligada a esto...; no hay mayor mal en hablar aqui, en darme gusto en esto...». jQué raras son las que lo hacen todo lo mejor posible! Y sin embargo, son las mas felices. Por ejemplo, el silencio: jcuânto bien hace al aima, cuântas faltas de caridad evita y cuântos disgustos de toda clase! Hablo en especial del silencio porque es el punto en que mâs se falta! 6.8.6 jQué ufana me sentia cuando hacia de hebdomadaria en el Oficio divino y rezaba bien alto las oraciones en medio del coro!. Porque pensaba que el sacerdote rezaba en la Misa esas mismas oraciones y que yo ténia, igual que él, el derecho de rezar en voz alta ante el Santisimo Sacramento, de dar las bendiciones y las absoluciones, y de leer el Evangelio cuando hacia de primera cantora. ... Pero tengo que decir que el oficio divino ha sido, al mismo tiempo, mi dicha y mi martirio, por el gran deseo que ténia de recitarlo y bien y de no cometer faltas; y a veces me ocurria que, después de haber previsto un minuto antes lo que tenia que decir, lo dejaba pasar sin abrir Ia boca a causa de una distraccién dei todo involuntaria. Sin embargo, no creo que se pueda desear mâs de lo que yo lo he deseado recitar con toda perfection el oficio divino y asistir a él en el coro. ... Disculpo mucho a las hermanas que tienen olvidos o que se equivocan. 6.8.7 Sor San Estanislao, primera enfermera, la habia dejado sola durante todo el tiempo de Visperas, dejando la puerta y la ventana de la enfermeria abiertas; la corriente de aire era muy fuerte. Al encontrarla nuestra Madre en este estado, mostré su descontento y pidié explicationes (*). Ella me dijo: Yo conté a nuestra Madre la verdad. Pero al hablar, me vino al pensamiento una expresién mâs caritativa de la que iba a emplear y que, por otra parte, seguramente no estaba mal; segui mi inspiration, y Dios me récompensé con una gran paz interior. Los Cuadernos verdes precisan: Una de las enfermeras la habia dejado durante todo el tiempo de Visperas expuesta a una corriente de aire. Sor Teresa del Nino Jesûs le habia hecho senas de que cerrase la puerta. En lugar de entenderlo asi, la hermana creyé que la enferma pedia una manta, y se la puso sobre los pies. Teresa traté de hablar, pero respiraba con tanto ahogo que tampoco pudo hacerse comprender, y la buena de la hermana le trajo otra manta, una almohada, etc., creyendo que ténia frio. La pobrecita se asfixiaba, pero ya no traté de seguir explicândose. Al volver de Visperas, sor xxx, al darse cuenta de la corriente de aire y del ahogo de la mansa enferma bajo el peso de todas aquellas mantas, expresé en voz alta su enojo. Vino nuestra Madre y pidié una explication a sor Teresa del Niüo Jesûs, quien en esta ocasién dio pruebas tanto de caridad como de patientia [Cf UC, II, Anexos, p. 274]. 6.8.8 Por la noche, durante Maitines, le pregunté qué entendia ella por «ser siempre una ninita <20> delante de Dios». Me respondié: Es reconocer la propia nada y esperarlo todo de Dios, como un ninito lo espera todo de su padre; es no preocuparse por nada, ni siquiera por ganar dinero. Hasta en las casas de los pobres se da al nino todo lo que necesita; pero en cuanto se hace mayor, su padre se niega ya a alimentario y le dice. Ahora trabaja, ya puedes arreglârtelas tù solito. Precisamente por no oir eso, yo no he querido hacerme mayor, sintiéndome incapaz de ganarme la vida, la vida eterna del cielo. Asi que segui siendo pequenita, sin otra ocupacién que la de recoger flores <21>, las flores del amor y del sacrificio, y ofrecérselas a Dios para su recreo. Ser pequeno es también no atribuirse a si mismo las virtudes que se practican, creyéndose capaz de algo <22>, sino reconocer que Dios pone ese tesoro en la mano de su hijito para que se sirva de él cuando lo necesite; pero es siempre el tesoro de Dios. Por ùltimo, es no desanimarse por las propias faltas <23>, pues los ninos caen a menudo, pero son demasiado pequenos para hacerse mucho daho. 7 de agosto 7.8.1 Sor X., que se ha salido <24>, queria hacerme sus confidendas, aunque yo ya no soy priora. ... Ni se te ocurra escucharla, aunque fuese como un ângel. Serias muy desdichada, porque no cumpliria asi con tu deber. Séria una debilidad que, ciertamente, desagradaria a Dios. 7.8.2 jQué poco amado es Dios en la tierra... ! Incluso por los sacerdotes y los religiosos... No, Dios no es muy amado... 7.8.3 Me enseüô la fotografia de Nuestra Seriora de las Victorias en la que habia pegado la florecita que la habia dado papa en los Buissonnets el dia que ella le comunicô su vocaciôn <25>. La raiz estaba desprendida, y el Nino Jesûs parece que la tiene en la mano y le sonne, igual que la Santisima Virgen. ...El que la florecita haya perdido la raiz te esta diciendo que yo estoy ya en el cielo... Por eso los dos me tratan tan amablemente... (la Santisima Virgen y el Nino Jesûs.) 7.8.4 Si fuese infiel, si cometiese la mâs pequefia infidelidad, sé que lo pagaria con turbaciones espantosas y ya no podria aceptar la muerte. Por eso, no ceso de decide a Dios: «Dios mio, por favor, librame de la desgracia de ser infiel». <,A qué infidelidad te refieres? A alimentar voluntariamente un pensamiento de orgullo. Si, por ejemplo, me dijese a mi misma: He adquirido tal virtud y estoy segura de poder practicarla. Pues eso séria apoyarse en las propias fuerzas, y cuando se hace eso, se corre el peligro de caer al abismo. Pero si soy humilde, si soy siempre pequeüita, tendré el derecho de hacer pequenas travesuras hasta el dia de mi muerte sin ofender a Dios. Mira a los ninos: estân siempre rompiendo cosas, rasgândolas, cayéndose, a pesar de querer muchisimo a sus padres. Cuando yo caigo de esa manera, compruebo todavia mâs mi propia nada y me digo a mi misma: <,Qué no haria yo, a qué extremos no llegaria si me apoyase en mis propias fuerzas...? Comprendo muy bien que san Pedro cayera. El pobre san Pedro confiaba en si mismo, en vez de confiar ûnicamente en la fuerza de Dios. Y saco para mi la conclusion de que si yo dijera: «Dios mio, tû sabes que te amo demasiado para detenerme en un solo pensamiento contra la fe», mis tentaciones se harian mas violentas y ciertamente sucumbiria a ellas. Estoy convencida de que si san Pedro hubiese dicho humildemente a Jesûs: «Concédeme fuerzas para seguirte hasta la muerte», las habria obtenido inmediatamente. Estoy convencida también de que Nuestro Senor no hablaba mas a sus discipulos con sus ensenanzas y con su presencia sensible, de lo que hoy nos habia a nosotros con las inspiraciones de su gracia. Él podia muy bien haber dicho a san Pedro: Pideme fuerzas para cumplir lo que quieres. Pero no lo hizo asi, porque queria hacerle ver su debilidad, y porque, antes de gobernar a toda la Iglesia, que esta llena de pecadores, le convenia experimentar en su propia carne lo poco que puede el hombre sin la ayuda de Dios. ... Antes de su caida, Nuestro Senor le dijo: «Cuando te recobres, da firmeza a tus hermanos». Con lo cual queria decide: Persuàdeles con tu propia experiencia de la debilidad de las fuerzas humanas. 7.8.5 Yo quisiera que estuvieses siempre a mi lado, tû eres mi sol<26>. 8 de agosto 8.8.1 Le decia que mas tarde yo pregonaria sus virtudes. Solo a Dios hay que pregonar, pues en mi pequena nada nada hay que pregonar<27>. 8.8.2 Estaba mirando al cielo por la ventana de la enfermeria, y sor Maria del Sagrado Corazôn le dijo: «jCon cuânto amor miras al cielo!». En ese momento estaba mas fatigada y solo contesté con una sonrisa. Mas tarde me confié lo que habia pensado: Ella créé que miro el firmamento pensando en el cielo de verdad. Pero no es asi: es simplemente porque admiro el cielo material; el otro esta cada vez mas cerrado para mi. Pero inmediatamente después me dije a mi misma con gran paz: Si, es una gran verdad que miro al cielo por amor; si, lo miro por amor a Dios, puesto que, desde mi ofrenda <28>, todo lo que hago, mis gestos, mis miradas, todo lo hago por amor. 8.8.3 Hoy he estado pensando en mi vida pasada y en el acto de valor que realicé en aquella Navidad <29>, y me vino a la memoria la alabanza tributada a Judit: «Has obrado varonilmente y tu corazôn se ha fortalecido». Muchas almas dicen: No tengo fuerzas para realizar tal sacrificio. Pues que hagan lo que yo hice: un gran sacrificio. Dios nunca niega esta primera gracia que da el valor para actuar; después, el corazôn se fortalece y vamos de victoria en victoria. 8.8.4 Si Nuestro Senor y la Santisima Virgen no hubiesen asistido a banquetes, yo nunca habria entendido la costumbre de invitar a los amigos a corner. Me parecia que, para corner, habria que ocultarse, o por lo menos hacerlo en familia. Invitarse si, pero solo para conversar, para contarse viajes, recuerdos, en fin, para cosas del espiritu. Siempre me dieron mucha lâstima las personas que Servian en los grandes banquetes. Si, por desgracia, les sucedia que dejaban caer algunas gotas sobre el mantel o sobre alguno de los comensales, veia al ama de casa mirarles severamente, mientras los pobrecillos enrojecian de vergüenza; y yo me decia interiormente: Estas diferencias que existen en la tierra entre amos y criados jqué bien prueban que hay un cielo en el que cada cual sera colocado segùn su valia interior y en el que todos estaremos sentados al banqueté del Padre de familia! Y enfonces jqué Servidor tendremos, pues Jesûs dijo que él mismo "se pondra a servirnos"! Ese sera el momento en que sobre todo los pobres y los pequeôos se verân ampliamente recompensados de sus humillaciones. 9 de agosto 9.8.1 Yo decia de ella: jNuestro guerrero esta derribado! Yo no soy un guerrero que haya combatido con armas de la tierra, sino con «la espada del Espiritu, que es la palabra de Dios». Por eso, la enfermedad no ha podido derribarme, y ayer tarde, sin ir mas lejos, me servi de mi espada con una novicia. Le dije: Moriré con las armas en la mano <30>. 9.8.2 A proposito de su manuscrito: Habrà en él para todos los gustos, excepto para los que van por caminos extraordinarios. 9.8.3 Has vuelto a ser para mi lo que eras en mi ninez... jMe es imposible decir 10 que eres para mi! 9.8.4 Le decian que era una santa: No, no soy una santa; yo nunca he realizado las acciones de los santos. Soy un aima muy pequena a la que Dios ha colmado de gracias, eso es lo que soy. Lo que digo es la verdad, ya lo veréis en el cielo. 10 de agosto 10.8.1 Estaba mirando la estampa de Teôfano Vénard, prendida con alfileres en Ia cortina de su lecho. Esa estampa representaba al misionero senalando el cielo con el dedo. screes que me conoce? Mira lo que me ensena... Hubiera podido muy bien no adoptar esa postura... 10.8.2 Le decian que las almas que habian llegado, como ella, al amor perfecto podian ver su propia hermosura <31>, y que ella pertenecia a ese nûmero. ôQué hermosura...? Yo no veo, en absoluto, mi hermosura; lo ùnico que veo son las gracias que he recibido de Dios. Estais muy equivocadas, no sabéis que yo no soy mâs que un huesecito <32>..., que una pepita insignificante... (Vinieron a molestarme y no pude escuchar la explication que siguiô.) 10.8.3 Con semblante alegre y simpâtico, mirando el retrato de Teôfano Vénard: jAh..., pero...! jPor qué dices: jAh..., pero...!, preguntô sorGenoveva. Porque cada vez que lo miro, me mira también él a mi; y ademâs, parece espiarme por el rabillo del ojo con aire maliciosillo. 10.8.4 Le ensenaban una fotografia de Juana de Arco en su prisién <33>. También a mi me animan los santos en mi prisiôn. Me dicen: Mientras estés entre rejas, no puedes cumplir tu misiôn; pero mâs tarde, después de tu muerte, llegarâ la hora de sus trabajos y de tus conquistas. 10.8.5 Pienso en las palabras de san Ignacio de Antioquia: «También yo he de ser triturada por el sufrimiento para convertirme en trigo de Dios» <34>. 10.8.6 Durante Maitines: jSi supieras lo que eres para mi! Pero siempre te estoy diciendo lo mismo. 10.8.7 Le hablaba yo del cielo, de Nuestro Senor, de la Santisima Virgen, que estân alli en cuerpo y aima. Lanzô un profundo suspiro y esta exclamation: jAy...! ôQuieres darme a entender con eso que estâs sufriendo mucho a causa de tu prueba <35>? jSi...! jQue ame tanto tanto a Dios y a la Santisima Virgen, y tenga estos pensamientos...! Pero no me detengo en ellos. 11 de agosto 11.8.1 ... Siempre me ha parecido, Madrecita, que te tornas demasiado a pechos Ia labor. (A proposito dei lavado.) 11.8.2 Le decia que después de su muerte seriamos muy buenas y que Ia comunidad se renovaria. «... Os aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto». 11.8.3 No esperaba sufrir asi; sufro como un ninito. ... No quisiera pedir nunca a Dios mayores sufrimientos. Si él hace que sean mayores, los soportaré gustosa y alegre, pues vendràn de su mano. Pero soy demasiado pequena para tener fuerzas por mi misma. Si pidiese sufrimientos, serian sufrimientos mios, y tendria que soportarlos yo sola, y yo nunca he podido hacer nada sola. 11.8.4 ... La Santisima Virgen no tiene una Santisima Virgen a quien amar; es menos feliz que nosotras <36>. (Ya me habia dicho eso mismo en otra ocasién en Ia recreacion.) 11.8.5 Muchas veces rezo a los santos sin ser escuchada; pero cuanto mas sordos parecen a mis ruegos, mas los amo. ϊ,Ρογ qué? Porque he deseado no ver a Dios ni a los santos y vivir en Ia noche de Ia fe, con mucha mayor intensidad con que otros desean ver y comprender <37> 11.8.6 Nos habia contado una gran cantidad de cosas sobre la época de la gripe <38>. Cuando acabé, le dije: jCuânto trabajo te has tornado! jY qué atenta y simpâtica que has sido! Seguro que toda esa alegria no es sincera, pues estas sufriendo enormemente en el alma y en el cuerpo. Riéndose: Yo no «finjo» nunca, no soy como la mujer de Jeroboam <39>. 12 de agosto 12.8.1 (Comulgo.) «...Adiés, hermanas queridas, parto para un largo viaje». (Alusién a mi «partida» para mi retira de profesion.) 12.8.2 Mirando Ia fotografia dei P. Bellière vestido de soldado: A ese soldado de aire tan marcial, yo le doy consejos como a una nina... Le senalo el camino dei amor y Ia confianza <40>. 12.8.3 Desde lo de la espiga, siento mâs bajamente de mi misma. jPero qué grande es la nueva gracia que recibi esta manana, cuando el sacerdote comenzô a rezar el Confiteor antes de darme la comuniôn y todas las hermanas lo continuaron. Veia a Jesûs a punto de entregarse a mi, y aquella confesiôn me parecia una humillaciôn absolutamente necesaria. «Yo confieso ante Dios todopoderoso, ante la bienaventurada Virgen Maria y ante todos los santos, que he pecado mucho...». Si, me decia en mi interior, hacen bien en pedir perdôn por mi en este momento a Dios y a todos los santos... Al igual que el publicano, yo me sentia una gran pecadora. jY Dios me parecia tan misericordioso! Era enormemente conmovedor dirigirse a toda la corte celestial para obtener por su intercesiôn el perdôn de Dios. Poco me faltô para llorar, y cuando la sagrada hostia se posé sobre mis labios me senti profundamente emocionada. ... jQué fantâstico haber experimentado aquello en el Confiteor! Creo que se debiô a la situation actual de mi espiritu: jme siento tan miserable! Mi confianza no ha disminuido, al contrario; y «miserable» no es la palabra exacta, pues soy rica en todos los tesoros divinos; pero precisamente por eso, me humilio mâs. Cuando pienso en todas las gracias que Dios me ha concedido, tengo que contenerme para no derramar incesantes lâgrimas de gratitud. ... Creo que las lâgrimas que derramé esta manana eran lâgrimas de contrition perfecta. jY qué dificil es producir una misma esa clase de sentimientos! Es el Espiritu Santo quien los da, él, «que sopla donde quiere». 12.8.4 Le hablâbamos de las resistentias que en otro tiempo habia opuesto cuando le insistiamos en que se cuidase, en que no se levantase a la misma hora que la comunidad, en que no fuese a Maitines. Nos dijo: Vosotras no me comprendiais cuando yo insistia en que si; pero lo hacia porque veia muy claro que con ello se trataba de influenciar a nuestra Madré. Yo queria decir a nuestra Madré toda la verdad, a fin de que ella decidiera libremente. Os aseguro que si ella me hubiese pedido, por propia iniciativa, incluso no ir a Misa, ni a comulgar, ni al Oficio divino, habria obedecido con gran docilidad. 12.8.5 Es increible: ahora que ya no puedo corner, me apetece toda clase de cosas sabrosas. Por ejemplo, polio, chuletas, arroz con acederas de los domingos, atùn <41>... 12.8.6 ... Podrâs decir de mi: «No vivia en este mundo, sino en el cielo, donde estaba su tesoro». 13 de agosto 13.8 Le dije un pensamiento sobre el cielo, que habia tenido durante Completas. ... Yo ya solo tengo luces para ver mi nada. Y eso me hace mayor bien que las luces sobre la fe. 14 de agosto 14.8 (Comuniôn) ... Muchas pequenas cruces durante la jornada... jAy, cuânto trabajo os doy! Durante Maitines le dije: Has tenido muchos sufrimientos hoy. Si, pero como me gustan... Todo lo que Dios me da me gusta. 15 de agosto 15.8.1 (Comuniôn) Le recordaba yo lo que dice san Juan de la Cruz sobre la muerte de las aimas transformadas en amor<42>. Suspirô y me dijo: Habrâ que decir que donde se dan «el gozo y los transportes» es en el fondo de mi alma. Pero eso no animaria tanto a las aimas si se pensase que no he sufrido mucho. jYa veo que estas muy angustiada! Y sin embargo, hace un mes me decias cosas tan bellas sobre la muerte de amor... Pues lo que enfonces te decia, volveria a decirtelo también ahora. 15.8.2 Se ahogaba mucho, y como el ahogo iba en aumento me dijo: jNo sé qué sera de mi! ôY te preocupa lo que sera de ti? Con acento inefable y con una sonrisa: No, no... 15.8.3 Durante el silencio <43> soné que me decias: Cuando venga la comunidad, va a cansarte mucho que todas las hermanas te miren y te obliguen a décidés algo a cada una. Y que yo te respondia: Si, pero cuando esté alla arriba, descansaré de todo. 15.8.4 Anteanoche le pedi a la Santisima Virgen no toser, para que sor Genoveva pudiera dormir<44>, pero afiadi: Si no lo haces, te querré todavia mas. 15.8.5 Nuestras nuevas campanas tocaban a Visperas; abri la puerta para las oyera bien y le dije: Escucha como suenan nuestras flamantes campanas. Después de escucharlas: jNo demasiado flamantes todavia <45>! 15.8.6 Dios me da el valor en proporciôn a mis sufrimientos. Creo que de momento no podria soportar mâs, pero no tengo miedo, pues si los sufrimientos aumentan, Dios aumentara al mismo tiempo mi valor. 15.8.7 Me pregunto como puede Dios contenerse tanto tiempo sin tomarme... ... Ademâs, jse diria que quiere hacerme creer que no existe el cielo...! ... Y todos los santos, a los que tanto quiero, ^dônde se han «metido...?». ... No, no finjo, la verdad es que no entiendo ni jota. Pero, en fin..., tendré que cantar muy fuerte en mi corazôn: «Después de la muerte la vida es inmortal» <46>; de lo contrario, nada tendria sentido... 15.8.8 Después de Maitines estaba agotada, y cuando nos disponiamos a mullirle las almohadas nos dijo: Ahora haced de mi lo que querâis. 16 de agosto 16.8.1 Ya no podia hablar, de débil y sofocada que estaba. jNo... poder... ya hablarte... ni siquiera... a ti...! jAy, si pudieran saberlo...! jSi no amase a Dios...! Si, pero... 16.8.2 En el locutorio no se debe hablar de cualquier cosa, por ejemplo del aderezo personal y de vestidos... 16.8.3 «Tù no tendras una «Teresita» que venga a buscarte». Sonrié, y mirando la estatua de la Santisima Virgen y la estampa de Teôfano Vénard, me las senalô una tras otra con el dedo. 16.8.4 Los ângeles no pueden sufrir, no son tan afortunados como yo. jPero qué maravillados quedarian si sufriesen y sintiesen lo que yo siento...! Si, se quedarian atônitos, pues yo misma lo estoy. 16.8.5 Durante Maitines, se despertô de repente, y mirândome con una dulce sonrisa: jMadrecita linda! 17 de agosto 17.8.1 (Comuniôn) Estoy segura de que Dios quiere que sufra. Los remedios que deberian ayudarme y que alivian a los demâs enfermos, a mi me perjudican. 17.8.2 Acababan de levantarla y le habian hecho dano, y como la habian hecho sufrir también al dispensarle ciertos cuidados, pidiô un panito. Dudaban si dârselo o no, por no saber para qué lo queria. Entonces, dijo mansamente: Deberiais creerme cuando pido algo, pues soy un sol de criatura... (Es decir, que solo pide lo indispensable.) Una vez vuelta a la cama, sintiéndose al limite de sus fuerzas: Soy una "nina" muy enferma, jsi, muy enferma! 17.8.3 Puso una vincapervinca en la estampa de Teôfano Vénard. Yo guardé esa vincapervinca. 17.8.4 Voy a rezar a la Santisima Virgen para que disminuya tu opresiôn. No, hay que dejarles las manos libres alla arriba. 17.8.5 Durante Maitines, mirando la estampa de Teôfano Vénard: No sé qué me pasa, ya no puedo mirarlo sin llorar. 17.8.6 Después de Maitines se encontraba menos sofocada, y dijo a sor Genoveva senalândome a mi: Le rezô a Maria, y ya no he vuelto a hipar. (Usaba esta palabra en plan de broma y con un soniquete muy gracioso, cuando queria decir que tosia hasta ahogarse.) 18 de agosto 18.8.1 Sufro mucho, ^pero sufro bien? Esa es la cuestiôn. 18.8.2 iEl "bébé" esta agotado...! Durante el silencio del mediodia, yo me habia escondido un poco detrâs de la cama, para escribir. Vuélvete de lado para que te vea. 18.8.3 Marna, tienes que leerme la carta que has recibido para mi<47>. No quise pedirtela durante la oraciôn, para prepararme para la comuniôn de manana y porque no esta permitido. (Era durante la recreaciôn.) Y al ver que yo cogia el lâpiz para escribirlo: ^Perderé acaso el mérito por habértelo dicho y por escribirlo tù? 6 O sea, que quieres adquirir méritos? Si, pero no para mi: para los pobres pecadores, por las necesidades de toda la Iglesia, en una palabra, para arrojar flores a todo el mundo, a justos y a pecadores. 18.8.4 Le decia que ténia mucha paciencia. Todavia no he tenido ni un minuto de paciencia. Mi paciencia no es mia... jSiempre os equivocâis! 18.8.5 Ya que dicen que todas las almas sufren las tentaciones del demonio en el momento de la muerte, también yo tendré que pasar por ello. Pero no, yo soy demasiado pequena. Y con los pequehitos no puede <48>... 18.8.6 Yo le decia: jQué extrano te pareceria, si recobrases la salud! Si ésa fuese la voluntad de Dios, me sentiria muy feliz de ofrecerle ese sacrificio. Pero te aseguro que me costaria mucho, porque haber ido tan lejos para tener que volver... jVamos...! 18.8.7 En el estado de debilidad en que me encuentro, me pregunto qué séria de mi si viese una arana grande en la cama. Pero, en fin, quiero aceptar también ese miedo por Dios c... Y si tù le pides a la Santisima Virgen que no suceda eso? 19 de agosto 19.8.1 Poco falté para que se desmayase antes de la comunién al oir salmodiar, aunque en voz baja, el Miserere. Mas tarde me dijo, derramando lâgrimas: jA ver si pierdo el conocimiento...! Si supiesen la debilidad que tengo <49>... Esta noche ya no podia mas. Le pedi a la Santisima Virgen que me cogiese la cabeza entre sus manos para poder soportar esa debilidad. 19.8.2 Quédate conmigo, Madrecita, que solo tenerte a mi lado me resulta ya una ayuda. 19.8.3 Sor Genoveva le présenté el crucifijo, y ella lo besé tiernamente en la cara. En ese momento era hermosa como un ângel. El crucifijo ténia caida la cabeza, y ella dijo contemplândolo: jEsta muerto... ! Prefiero que lo representen muerto, porque pienso que ya no sufre. 19.8.4 Pidié ciertos cuidados que le costaban mucho, pero que el doctor y nuestra Madré habia recomendado. Sor Genoveva le dijo como a un ninito: ^Quién ha pedido eso a la «chacha» <50>? Ha sido el «bébé», por fidelidad. 19.8.5 Acariciaba en las dos mejillas a Teôfano Vénard. (La estampa estaba prendida en la cortina, un poco lejos de ella.) <,Por qué la acaricias asi? Porque no puedo besarle. 19.8.6 A sor Maria de la Eucaristia: NO hay que sentarse asi, de través, en las sillas; esta escrito. 19.8.7 A sor Genoveva, que le arreglaba las almohadas sin tener cuidado con las estampas de las cortinas: jCuidado con Teofanito! 19.8.8 Cuando estâbamos las très juntas a su lado, hablâbamos demasiado. Esto la cansaba, porque le haciamos demasiadas preguntas a la vez. «<,Qué quieres que digamos hoy?». Sera mejor no decir absolutamente nada, porque a decir verdad no hay nada que decir. «Todo esta ya dicho, <,no?». Con una graciosa inclinacion de cabeza: Si. 19.8.9 No importa lo que me digas, aunque sean las cosas mâs insignificantes. Me haces el efecto de un gratioso trovador que canta sus leyendas con melodias siempre nuevas. Y daba sorbitos para hacerme ver que se bebia mis palabras. 19.8.10 Solo sufro en este momento. Si alguien se desalienta y se desespera, es porque piensa en el pasado y en el futuro. 20 de agosto 20.8.1 A sor Genoveva, con tono infantil: Tù sabes muy bien que estas cuidando a un "bébé" que se esta muriendo... Asi que (mostrando el vaso) habria que echar un buen vaso de algo bueno, pues el «bébé» tiene mal muy sabor de boca. 20.8.2 Habia pedido que la besasen poco, pues, al estar tan débil, el aliento la fatigaba. ^Podemos por lo memos hacerte una caricia? Si, las manos no respiran. 20.8.3 Le hablaban de la lata que daba a las enfermeras la pobre madre Corazon de Jesûs <51>. jCômo me habria gustado ser enfermera! No por motivos naturales, «sino por razones de gracia». Y creo que hubiera hecho muy feliz a la madre Corazôn de Jesûs. Si, me hubiera gustado... Y habria puesto en ello mucho amor, pensando en las palabras de Dios. «Estuve enfermo, y me aliviasteis». Hasta en el Carmelo es dificil encontrar ocasiones tan hermosas como éstas. 20.8.4 Con aire alegre y travieso: iPronto estaré sumida en los horrores del sepulcro! Y también tû, Madrecita, estarâs un dia alli... Y cuando te vea Hegar junto a mi, «se estremecerân de alegria mis huesos quebrantados». 20.8.5 En cuanto veo algo de beber, me pasa esto. (Tose y le dice al vaso de agua de Bottot): jNo es para beber! (Aparté:) No me entiende... (Mas alto:) jTe he dicho que no es para beber! 20.8.6 Ya no podia ni ver la leche, que, por otra parte, nunca le habia gustado, y que enfonces le causaba una enorme repugnancia. Yo le dije: «<,Beberias esta taza por salvarme la vida?». jClaro que si...! su hermanito.) 20.8.10 A causa de lo mucho que sentia no poder recibir ya la comuniôn, y como consecuencia de los muchos comentarios que tuvo que oir a este respecto, pasô un dia de angustias y de tentaciones que a mi entender debieron de ser terribles (*). Por la tarde me pidiô que estuviera un rato en silencio y que ni siquiera la mirara. Me dijo muy bajito: Si ahora mismo te contara mis pesares, no pararia de llorar, y estoy tan agotada, que sin duda me ahogaria. Tras un silencio que duré mâs de una hora, me hablô, pero poniendo delante de los ojos el abanico que le habian dado para las moscas, pues estaba todavia muy emocionada. (*) Los Cuadernos verdes aclaran: Aquel dia sufriô angustias muy agudas. He aqui por qué: La comuniôn, que tanto deseaba antes, se convirtiô para ella en un motivo de tormento durante su enfermedad. A causa de los vômitos, de la opresiôn y de la debilidad, temia que le sobreviniese algùn percance, y hubiese querido que fuéramos nosotras quienes le dijésemos que no la recibiera. Ella no queria cargar por propia iniciativa con esa responsabilidad, pero, como no decia nada, nosotras pensâbamos darle gusto insistiendo en que comulgase. Ella seguia callando, pero aquel dia ya no pudo mâs y estallô en lâgrimas. No sabiamos a qué atribuir aquel disgusto y le rogâbamos encarecidamente que nos lo dijese. Pero la opresiôn que le producian los sollozos era tan fuerte, que no solo no pudo respondernos sino que nos hizo senas de que no le dijésemos ni una sola palabra y de que ni siquiera la mirâramos. Al cabo de varias horas que pasé sola a su lado, me atrevi a acercarme y le dije que habia adivinado muy bien el motivo de sus lâgrimas. La consolé lo mejor que pude; parecia estar a punto de morir de dolor. Nunca la habia visto sumida en semejantes angustias. Ya no volviô a comulgar hasta su muerte. El 19 de agosto, dia de su ùltima comuniôn y fiesta de san Jacinto, la habia ofrecido por la conversion del desventurado P. Jacinto. A esta conversion se habia dedicado durante toda su vida [Cf UC, II, Anexos, p. 324. N. del T.] 20.8.11 Me hablô de la carta de un sacerdote que decia que la Santisima Virgen no conocia por experiencia los sufrimientos fisicos. Al mirar esta noche a la Santisima Virgen, comprend! que eso no es verdad. Comprend! que ella no solo sufriô en el aima, sino también en el cuerpo. Sufriô mucho en los viajes, de friô, de calor, de cansancio. Ayunô muchas veces. ... Si, ella sabe bien lo que es sufrir. ... Pero 6acaso estâ mal querer que la Santisima Virgen haya sufrido? jYo, que tanto la quiero! 20.8.12 Se ahogaba mucho. Desde hacia algùn tiempo, encontraba un cierto alivio para sus opresiones, tan penosas, emitiendo algo asi como un gritito acompasado <53>, algo asi como: «jOh, là là!», o bien «jAgne! Agne!». Cuando la opresiôn viene desde abajo, es cuando digo: «jAgne! jAgne!». Pero eso no es de buena education, y no me gusta. Ahora diré: «Anne! jAnne!». Pondrân eso en tu circular. jParecerâ una receta de cocina! 20.8.13 Tù fuiste quien me dio la alegria de tener el retrato de Teôfano Vénard, una alegria inmensamente grande. jY eso que pudiera muy bien no haberme gustado...! Pero es muy coquetôn, es muy mono (*). (*) Expresiones que ella habia oido y que le hacian gracia. 20.8.14 jQué hermoso sera conocer en el cielo todo lo que ocurrié en el seno de la Sagrada Familia! Cuando el Nino Jesûs empezô a ser mayorcito, al ver ayunar a la Santisima Virgen, tal vez le diria: «A mi también me gustaria ayunar». Y la Santisima Virgen le contestaria: «No, Jesusito, tù eres todavia demasiado pequeho, no tienes fuerzas». O quizâs no se atrevia a negârselo. 6 Y san José? jAy, cuânto lo quiero! El no podia ayunar, debido a su trabajo. Lo veo acepillar, y después secarse la trente de vez en cuando. jQué lâstima me da de él! jQué sencilla me parece que debiô de ser la vida de los très! Las mujeres la aldea irian a charlar familiarmente con la Santisima Virgen. A veces le pedirian que dejase que el Nino Jesûs fuese a jugar con sus hijos. Y el Nino Jesûs miraria a la Virgen para saber si debia ir o no. Otras veces, aquellas buenas mujeres irian directamente al Nino Jesûs y le dirian sin ninguna clase de ceremonias: «Ven a jugar con mi nino», etc. ... Lo que me hace mucho bien, cuando pienso en la Sagrada Familia, es imaginârmela llevando una vida totalmente ordinaria. No todo eso que se nos cuenta y todo eso que se supone. Por ejemplo, que el nino Jesûs hacia pajaritos de barro y después, soplando sobre ellos, les daba la vida. No, el Nino Jesûs no hacia milagros inûtiles como ésos, ni siquiera por complacer a su Madré. Y si no, <,por qué no fueron transportados a Egipto en virtud de un milagro, que, por lo demâs, habria sido mas necesario y tan fâcil para Dios? En un abrir y cerrar de ojos habrian sido llevados alla. Pero no, en su vida todo discurriô como en la nuestra. jY cuântas penas, cuântas deceptiones! jCuàntas veces se le habrân hecho reproches al bueno de san José! jCuàntas veces se habrân negado a pagarle su trabajo! jQué sorprendidos quedariamos si supiésemos todo lo que sufrieron!, etc. etc. Me hablé largo y tendido sobre este tema y no pude escribirlo todo <54>. 20.8.15 Quisiera estar segura de que la Santisima Virgen me ama. 20.8.16 j Y pensar que toda la vida me ha costado tanto rezar el rosario <55>! 20.8.17 Después de recibir la absolution, en vez de perderme en oraciones para dar gracias a Dios, pienso sencillamente con gratitud que él me ha puesto un vestido muy bianco y me ha cambiado el delantal. Ni uno ni otro estaban muy sucios, pero es igual: mis vestiditos son mas brillantes y todo el cielo me mira con mejores ojos 20.8.18 No cabe duda que cuando sor Maria del Sagrado Corazén fue procuradora me hizo hacer muchas mortificaciones. Me quiere tanto, que yo parecia su nina mimada; pero en estos casos la mortification mucho mayor todavia. Me cuidaba segùn sus gustos, completamente opuestos a los mios... 21 de agosto 21.8.1 Sufria mucho, y yo la estaba mirando de rod illas y con el alma a los pies. _ Ojitos tristes, ^por qué? _ Porque estas sufriendo mucho. _ Si, pero también paz, paz... 21.8.2 Ya no hay mas que cama para el bébé..., jtodo, todo hace sufrir! Casi enseguida empezé de nuevo a toser y no pudo dormirse. i Ni siquiera cama ya para el bébé! jSe acabo! jCualquier noche me ahogaré, lo sé!. 21.8.3* jCuânto me hubiera gustado ser sacerdote para predicar sobre la Santisima Virgen! Un solo sermon me habria bastado para decir todo lo que pienso al respecto. Ante todo, hubiera hecho ver qué poco se conoce su vida. No habria que decir de ella cosas inverosimiles o que no sabemos; por ejemplo que de muy pequehita, a los tres anos, la Santisima Virgen fue al templo para ofrecerse a Dios con ardientes sentimientos de amor, totalmente extraordinarios, cuando tai vez fue alia sencillamente por obedecer a sus padres. ôY por qué decir también, al hablar de las palabras proféticas del anciano Simeon, que la Santisima Virgen, a partir de ese momento, tuvo constantemente ante los ojos la pasion del Sefior? "Una espada te atravesarâ el alma", le dijo el anciano. Por lo tanto, no se trataba del presente, <,te das cuenta, Madrecita?; era una prediction genérica para el futuro <56>. Para que un sermon sobre la Virgen me guste y me aproveche, tiene que hacerme ver su vida real, no su vida supuesta; y estoy segura de que su vida real fue extremadamente sencilla. Nos la presentan inaccesible, habria que presentaria imitable, hacer resaltar sus virtudes, decir que ella vivia de fe igual que nosotros, probarlo por el Evangelio, donde leemos. «No comprendieron lo que queria decir». Y esta otra frase, no menos misteriosa: «Su padre y su madré estaban admirados por lo que se decia del nifio». Esta admiration supone una cierta extraneza, <,no te parece, Madrecita? Sabemos muy bien que la Santisima Virgen es la Reina del cielo y de la tierra, pero es mas madré que reina; y no se debe decir que a causa de sus prerrogativas eclipsa la gloria de todos los santos, como el sol al amanecer hace que desaparezcan las estrellas. jDios mio, que cosa mas extraha! jUna madré que hace desaparecer la gloria de sus hijos.JYo pienso todo lo contrario, yo creo que ella aumentara con mucho el esplendor de los elegidos. Esta bien hablar de sus privilegios, pero no hay que quedarse ahi; y si en un sermon nos vernos obligados a exclamar desde el principio hasta el final «joh! joh!», acaba uno harto. jY quién sabe si en ese caso algùn aima no llegarâ incluso a sentir cierto distanciamiento de una criatura tan superior y a decir: «Si eso es asi, mejor irse a brillar como se pueda en un rincôn». Lo que la Santisima Virgen tiene sobre nosotros es que ella no podia pecar y que estaba exenta del pecado original. Pero por otra parte, tuvo menos suerte que nosotros, porque ella no tuvo una Santisima Virgen a quien amar, y eso es una dulzura mas para nosotros y una dulzura menos para ella. Finalmente, en mi cântico «Por qué te amo, Maria» he dicho todo lo que predicaria sobre ella. 22 de agosto 22.8.1 Hoy es el santo del abuelito. (San Joaquin.) 22.8.2 6Qué séria de mi, Madrecita, si Dios no me diese fuerzas? jYa no tengo mas que manos <58>...!. Nadie sabe lo que es sufrir asi. No, hay que pasarlo. 22.8.3 ...En tal ocasiôn te tuvieron por imperfecta. Con satisfaction: Bueno, jtanto mejor! 22.8.4 Del lado de los intestinos y... en otras partes sufria intensamente; se temiô la gangrena (*). Bueno, al fin y al cabo, es preferible sufrir mucho y en todo el cuerpo y tener varias enfermedades juntas. Es como un viaje, en el que se soportan toda clase de incomodidades sabiendo que pronto todo pasarâ y que, en cuanto se llegue al final, ya todo sera disfrutar. (*) Los Cuadernos verdes precisan (CV. I, pp. 8_9): (...) Sufre terribles dolores en los intestinos, tiene el vientre duro como una piedra, y no puede realizar sus funciones sino entre horrorosos sufrimientos. Si la sentamos, para evitar una opresiôn mayor cuando tose mucho, le parece estar sentada «sobre clavos». Nos conjura a que recemos por ella, porque, dice, «es como para perder la razôn». No quiere que se dejan a su alcance los medicamentos para uso externo que contengan veneno, y aconseja que no se dejen nunca cerca de los enfermos que padezcan esas mismas torturas; y siempre por la misma razôn: porque «es como para perder la razôn», y porque, al no saber lo que hacen, podrian incluso quitarse la vida. Y que ella misma, si no tuviese fe, no habria dudado un instante en quitarse la vida. 22.8.5 A proposito de un comentario que le hacian (ya no recuerdo con qué motivo): <,Tù crees que la Santisima Virgen se deshizo en contorsiones como san Maria Magdalena <59>? Pues no, no habria estado bien. jMe hace bien hipar! 22.8.6 Habia derramado tila sobre la cama, y para consolarla le deciamos que no ténia importancia. Como queriendo decir que ténia que sufrir por todo: jNo tiene importancia, qué va! 22.8.7 Me miré durante la oraciôn, y luego miré la estampa de Teôfano Vénard con su mirada serena y profunda. Poco después quiso hablar para complacerme, pues apenas podia respirar. Yo le dije que se callara. ^No, no tengo que hablar...? Pues... yo creia... jTe quiero tanto...! jVoy a portarme bien..., Madrecita! 22.8.8 Querian impedirle que se esforzase por consolarnos. Tenéis que dejarme hacer mis «monadas». 22.8.9 Me alegré al pensar que rezan por mi, y enfonces le dije a Dios que queria que esas oraciones se aplicasen por los pecadores. _ ^Enfonces no quieres que sirvan para aliviarte a ti? No. 22.8.10 Sufria mucho y se quejaba. iMadrecita...! jSi...! jLo acepto...! ... No tengo que quejarme mas, no sirve de nada. Rezad por mi, hermanitas queridas, pero no de rodillas, sentadas. (Estabamos de rodillas.) 23 de agosto 23.8.1 No habia pasado nunca una noche tan mala. jQué bueno tiene que ser Dios para que yo pueda resistir todo lo que sufro! Nunca crei que pudiera sufrir tanto. Y no obstante, creo que todavia no he llegado al limite del sufrimiento. Pero él no me abandonarâ. 23.8.2 Τύ cantaste a la Santisima Virgen: «Puede tomar de nuevo Jesûs lo que me ha dado, dile que por mi nunca se moleste» <60>. Ella se lo ha dicho y él te coge la palabra. Me alegro, y no me arrepiento. 23.8.3 No, Dios no me da el presentimiento de una muerte proxima, sino el de sufrimientos mucho mayores... Pero no me preocupo, solo quiero pensar en el momento présente. 23.8.4 Le decia que me habian dado una manta grande para el invierno, y que la verdad es que era demasiado grande. No, no, nunca se tiene demasiado calor en invierno. ... Tû tendras trio cuando yo ya no tenga trio. jQué lâstima! 23.8.5 Bésame en la trente. A sor Genoveva: Reza mucho por mi a la Santisima Virgen, tû que eres mi enfermera, pues si tû estuvieses enferma, yo rezaria mucho por ti a la Santisima Virgen. Por una misma no se atreve una a hacerlo. 23.8.6 Habia ofrecido sus sufrimientos por el Sr. abate de Cornière, que todavia era seminarista <61> y se encontraba muy tentado. Él lo supo y escribié una carta de lo mâs humilde y emotiva. jQué consuelo me ha proporcionado esta carta! He visto que mis pobres sufrimientos han dado su fruto. ^Te has fijado en los sentimientos de humildad que en ella se expresan? Eso es precisamente lo que yo esperaba. ... jY cuânto bien me ha hecho ver como en tan poco tiempo se puede sentir tanto amor y tanta gratitud hacia un aima que te ha ayudado y a la que hasta entonces no conocias! jQué sera, pues, en el cielo cuando las aimas conozcan a quienes las salvaron! 23.8.7 En medio de sus grandes sufrimientos: jMamaita...! jMamaita...! jAh...! jAh.J jSi...! jMamâ! jmamà! jmamâ! 23.8.8 Cuando se ha pedido algo a la Santisima Virgen y no nos escucha, es serial de que no quiere. Entonces hay que dejarla a su aire y no preocuparse. 23.8.9 Me decia que todo lo que habia oido predicar sobre la Virgen la habia dejado indiferente. Que los sacerdotes nos presenten virtudes practicables. Esta bien hablar de sus privilegios, pero sobre todo es necesario que podamos imitarla. Ella prefiere la imitaciôn a la admiraciôn, jy su vida fue tan sencilla! Por hermoso que sea un sermon sobre la Virgen, si nos vemos obligados a exclamar continuamente «joh! johl», acaba uno harto. Me encanta cantarle: «Nos has hecho visible (ella decia: fâcil) el estrecho camino que va al cielo con el constante empleo de virtudes humildes» <62>. 23.8.10 jMarna...! jAy, no paro de quejarme...! jPero vamos...! Acepto, si, estar enferma..., pero cuando toso continuamente y no puedo mâs... (Hoy ha terminado el régimen de leche) Acariciaba yo su trente después de Maitines: jQué gusto da! 24 de agosto 24.8.1 <,Estâs desanimada? jNo...! Sin embargo, esto va cada vez peor. Con cada respiration sufro intensamente. De todas formas, todavia no es como para gritar. (Aquella manana ténia una expresiôn muy dulce y serena.) 24.8.2 ... jCômo me gustaria hablarte...! jQué sacrificio...! jPero me cuesta! 24.8.3 ... Mamaita, a pesar de todo, ^quieres que te hable? (Yo llevaba ya mucho tiempo mirândola en silentio.) Una media hora mâs tarde, durante la recreation: iMamaita...!, jyo que te quiero tanto...! Despertândose durante Maitines: jAy, el tiempo que hace que te estoy hablando! jY veo que no te has enterado de nada! (Me habia explicado su enfermedad durante una pesadilla.) ... jY ahora siento que me amenaza la tos! jEn fin...! _ Todo va peor, ^verdad? _ No, va mejor. 24.8.4 Yo la habia compadecido, y ante el comentario de sor Genoveva de que con eso no se arreglaba nada: jAI contrario!, es eso justamente lo que alivia a los enfermos. 25 de agosto 25.8.1 Le expresaba mi deseo de conocer la fecha de su muerte. jPues yo no lo deseo! Siento una gran paz. Eso apenas me preocupa. Durante el silencio, la puerta de la enfermeria estaba abierta, y sor San Juan de la Cruz entraba todas las noches y poniéndose a los pies de la cama la miraba riéndose durante un buen rato <63>. _ jQué visita mas indiscreta y como debe de cansarte! Pues si, cuando se sufre resulta muy penoso que te miren riéndose. Pero pienso que a Nuestro Senor, en medio de sus padecimientos, también lo miraban asi en la cruz. Y aquello era todavia peor, pues se burlaban de él de verdad: <,no se dice en el Evangelio que lo miraban meneando la cabeza? Este pensamiento me ayuda a ofrecerle gustosa ese sacrificio. 25.8.2 jCuânto sufres! jY qué duro es! <,Estâs triste? No. No me siento en absoluto desdichada. Dios me da justamente lo que puedo soportar<64>. 25.8.3 Le habian traido de parte de nuestra tia unos preciosos ramos de miosotis artificiales. Los pusieron para adornar sus estampas. Durante el silencio, con expresién infantil y muy graciosa: Ténia ganas de que me regalaran algo, no sabia muy bien qué ni por qué, pero lo estaba deseando; y van y me regalan esto. 25.8.4 jPobre hija mia!, bien puedes decir: «jAy, qué largo es mi destierro!». _ Pues a mi no me parece largo. Porque sufra, no es mas largo. 25.8.5 Gemia suavemente: jAy, como me quejo! Y sin embargo, no quisiera sufrir menos <65>. 25.8.6 Nos pedia insistentemente que rezâramos y que hiciéramos rezar por ella. jCuânto se debe rezar por los agonizantes! Si se supiera... Creo que el demonio ha pedido permiso a Dios para tentarme con sufrimientos extremados, para hacerme faltar a la paciencia y a la fe. A sor Maria del Sagrado Corazon le hablô del himno de Completas, a proposito de las tentaciones del espiritu de las tinieblas y de los fantasmas de la noche <66>. 25.8.7 Era la fiesta de san Luis, y habia hecho una ferviente oraciôn a papa sin ser escuchada. ... A pesar de lo que me doliô en un primer momento, le repeti a Dios que lo amaba todavia mas, y a todos los santos también. 25.8.8 Le hablaba de mi tristeza al pensar en lo que todavia tendria que sufrir: Estoy dispuesta a todo... Sin embargo, ya ves que hasta ahora no me ha pasado nada que fuera superior a mis fuerzas. ... Hay que abandonarse. Y quisiera que tù te alegraras. 25.8.9 jSi, si, lo acepto! jSi! jPero es eso...! ê,EI qué? jQue me ahogaré! 26 de agosto 26.8.1 Le habian dejado toda la noche encendido el cirio bendito. Gracias al cirio bendito no he pasado demasiado mala noche. 26.8.2 A nuestra madré, durante la oraciôn: Me alegro mucho de no haber pedido nada a Dios; asi, él esta obligado a darme valor<67>. 26.8.3 Yo le decia que estaba hecha para sufrir mucho, que su aima ténia temple para eso: Para el sufrimiento del aima, si, puedo mucho...; pero para los sufrimientos del cuerpo soy como un nino pequenito. No me doy cuenta, sufro minuto a minuto <68>. 26.8.4 Ténia que confesarse: Madrecita, tendria que hablarte, si pudiese. No sé si ser necesario que diga al Sr. Youf que he tenido pensamientos de gula, porque he pensado en cosas que me gustan, pero se las ofrezco a Dios. 26.8.5 Se ahogaba. ... jAy, me ahogaré...! jSi...! (ese "si", dicho con voz suave y lastimera, era como un gritito.) 26.8.6 Durante Maitines, le dije que se moviera a su antojo para ver si encontraba un poquito de alivio. ... jQué dificil es, con lo que tengo, encontrar alivio! 26.8.7 Se le habia saltado un punto en el ribete de la tûnica y yo intentaba cogerlo, pero era muy dificil y no acababa de acertar, cansandola mucho; ella ya no podia mas, y luego me dijo: Madrecita, no hay que extranarse de que una pobre enfermera se enfade a veces con las enfermas. jYa ves lo dificil que soy! jCuânto te quiero...! Eres muy dulce. jTe estoy muy agradecida, Horaria de buena gana! 26.8.8 jQué larga es tu enfermedad, pobrecita! No, no, a mi no me parece larga. Cuando todo haya acabado, ya veras como no te parece larga. 26.8.9 Mamaita, jqué necesaria es Ia ayuda de Dios cuando se sufre tanto! 27 de agosto 27.8.1 jQué desgraciado es uno cuando esta enfermo! jQué va!, uno no es desgraciado cuando se va a morir. jQué curioso tener miedo a morir! A fin de cuentas, cuando una esta casada, cuando se tiene un marido y unos hijos, se comprende; pero yo, que no tengo nada... 27.8.2 Me gustaria mucho que Monsenor no viniera a verme. De todas formas, siempre es una gracia la bendicién de un obispo. Riéndose: jSi al menos fuera san Nicolas, que resucité a tres ninos...! (Mons. Hugonin se encontraba en Lisieux.) 27.8.3 ΐ,Νο estas admirada, Madrecita, de como llevo mis sufrimientos? ... A fin de cuentas, en el fondo dei alma tengo una gran paz. 27.8.4 No has tornado nada desde esta manana. ôQue no he tornado nada? Tomé dos tazas de leche. Estoy atiborrada. Soy un haz de lena <69>, ya no hace falta comprarla. 27.8.5 jHago pasar las noches en blanco a Ia pobrecita sor Genoveva! 27.8.6 Durante Ia recreacion dei mediodia: Esta manana me decias que no ténias a nadie, y tienes unas hermanitas y una Madrecita. No, no tengo a nadie a quien dejar, porque a ellas no las dejo. Con aire travieso: jAnda, que si pensase que las dejo...! 27.8.7 <,Y si tuvieras que seguir enferma hasta la proxima primavera? Yo tengo miedo, <,tù qué dirfas? Bueno, pues dirfa que tanto mejor. 27.8.8 Por Ia tarde pasô un rato muy aliviada y nos hizo toda clase de monerias. 27.8.9 Sufria continuamente de sed (*). Sor Maria dei Sagrado Corazôn le dijo: ^Quieres agua bien fria? _ Si, jqué ganas tengo! _ Nuestra Madre te ha mandado pedir todo lo que necesites. _ Ya pido todo lo que necesito. _ ΐ,Νο pides mâs que lo necesario? ^Nunca lo que te puede aliviar? _ No, solo lo necesario. Por eso, cuando no tengo uvas, no las pido. Poco después de haber bebido, miraba el vaso de agua fria. _ Bebe un poco mâs, le dijeron. _ No, no tengo Ia lengua demasiado seca. (*) Los Cuadernos verdes matizan: Seguia sufriendo extremadamente a causa de Ia sed. "Nunca se me quita Ia sed, decia. Cuando bebo, Ia sed aumenta. Es como si echase fuego dentro". Por las mahanas tenia Ia lengua tan reseca, que parecia una escofina o un pedazo de madera. 28 de agosto 28.8.1 Le habian vuelto Ia cama hacia Ia ventana. jQué contenta estoy! Ponte ahi en frente, Mamaita, para que te vea bien. 28.8.2 Nuestra madre y otras hermanas decian que era muy guapa, y se lo contaron. jY eso qué me importa! No me importa nada, me molesta. Cuando una estâ tan cerca de Ia muerte, no puede alegrarse por cosas asi. 28.8.3 Durante el silencio dei mediodia: jFijate!, ^ves alia abajo aquel agujero negro (debajo de los castanos, cerca dei cementerio) en el que no se puede distinguir nada? Pues en un agujero como ése me encuentro yo, tanto en el alma como en el cuerpo. jSi, qué tinieblas! Pero siento paz. 28.8.4 Ya no aguantaba mâs, y se quejaba. Creo que Dios estaria mas contento si no dijese nada. 28.8.5 Mamaita, côgeme esa preciosa cosita blanca. : jFijate, me esta vigilando! 28.8.7 Me gustan mucho las flores, las rosas, las flores rojas y las preciosas margaritas rosadas. 28.8.8 Cuando tosia o hacia el menor movimiento en la cama, los ramos de miosotis se agitaban en torno a las estampas. Las flores tiemblan conmigo, me gusta. 28.8.9 Querida Santisima Virgen, <,sabes por qué tengo ganas de irme? Porque canso demasiado a mis hermanitas, y ademâs las hago sufrir al estar tan enferma... jSi, quisiera irme! 28.8.10 Después de Maitines: Querida Santisima Virgen, ten compasién de mi... «jpor esta vez!». 29 de agosto 29.8.1 Le leia el Evangelic del domingo: la parabola del buen samaritano. Yo estoy como ese pobre caminante "semivivo": medio viva, medio muerta. 29.8.2 Es muy duro sufrir sin ningùn consuelo interior. Si, pero es un sufrimiento sin inquietud. Me alegro de sufrir, ya que Dios lo quiere. 29.8.3 ^Mamaita? (Me llamaba.) i,Qué quieres? Acabo de contar 9 peras en el peral que esta junto a la ventana. Debe de haber muchas mas. Me alegro, las corneras. jQué buena es la fruta! 29.8.4 Esta noche nos dio un beso. 30 de agosto 30.8.1 Paso la noche muy tranquila, como la noche de 6 de agosto, feliz de pensar que quizâs moriria. ... Juntaba las manos con mucha gracia esperando a la muerte. 30.8.2 (sEstarias contenta si te anunciasen que ibas a morir indefectiblemente dentro de unos dias a mas tardar? ^Preferirias eso a que te anunciasen que ibas a sufrir cada vez mas durante meses y aun durante anos? No, no estaria en modo alguno mas contenta. Lo ùnico que me contenta es cumplir la voluntad de Dios. 30.8.3 La pusieron en la cama plegable y la llevaron hasta la puerta del coro que da al claustro. Alli la dejaron sola un largo rato. Rezaba con una mirada muy profunda hacia la reja. Luego arrojô hacia alla pétalos de rosa. Antes de volverla a meter, la fotografiaron <71>. Vino el doctor La Néele y le dijo: «Es para pronto, hermanita, estoy seguro». Y ella lo miré con una sonrisa de felicidad. También vino el Sr. Youf y le dijo estas palabras que ella me refiriô: «Ha sufrido mas de que le queda por sufrir. ... Terminâmes al mismo tiempo nuestro ministerio, usted como carmelita y yo como sacerdote». 31 de agosto 31.8.1 Nueva visita del Dr. La Néele. 31.8.2 Si murieses manana, <,ηο tendrias un poco de miedo? jSeria tan pronto! No, aunque fuese esta misma noche, no tendria nada de miedo, solo tendria alegria. 31.8.3 jCuânto me cuesta hacer la serial de la cruz! ... jAy, hermanitas! jAy, Dios mio, Dios mio!... jDios mio, ten compasiôn de mi!... Ya no sé decir otra cosa. 31.8.4 Pronto esta cama en la que te vemos estarâ vacia, jqué dolor para nosotras! Pues yo, en vuestro lugar, estaria muy contenta. 31.8.5 ... Tengo mas hambre que en toda mi vida. Siempre he comido como un pajarito, y ahora lo devoraria todo. Me parece que me estoy muriendo de hambre. ... jCuànto debié de sufrir santa Veronica! (Habia leido que esta santa habia muerto de hambre.) 31.8.6 Una de nosotras decia: "jQué ahogada esta! Podria muy bien morir hoy". jQué felicidad! 31.8.7 Por la tarde. Me decian que estaba dormida; ella abriô los ojos y me dijo: Que no. Acércate, jme gusta tanto verte! 31.8.8 jQué necesidad tengo de ver las maravillas del cielo! Ya nada me impresiona en la tierra. 31.8.9 Durante Maitines: jEs increible como se han realizado todas mis esperanzas! Cuando leia a san Juan de la Cruz <71>, le pedia a Dios que obrase en mi lo que él dice, es decir, lo mismo que si llegara a la vejez; en una palabra, que me consumara râpidamente en el amor. jY he sido escuchada! 31.8.10 Tras haber mirado largamente la estatua de la Santisima Virgen: ... i,Quién hubiera podido inventar a la Santisima Virgen? 31.8.11 A mi: ... Si es verdad que tù me quieres, jcuânto te quiero yo también a ti! 31.8.12 Me conté que en otro tiempo, para mortificarse, mientras comia pensaba en cosas repugnantes. ... Pero después, me parecié mas sencillo ofrecerle a Dios lo que me gustaba. 31.8.13 Hace un rato quise darme un auténtico banqueté: tomé un grano de uva y un sorbito de vino, y se los ofreci a la Santisima Virgen. Luego hice lo mismo con el Nino Jesûs, y se acabé mi banqueté. NOTAS Agosto Las hemoptisis diarias cesan el 5 de agosto. A partir de esa fecha, su estado, caracterizado por una fuerte opresién, se estabiliza. El domingo 15 marcarâ una nueva fase en la enfermedad. En el costado izquierdo comienza a asentarse un dolor agudo. Al estar ausente el médico de cabecera, el 17 de agosto se llama al Dr. La Néele, quien comprueba que «la tuberculosis ha llegado al ûltimo grado» (UC p. 669). El 22 de agosto, se produce un nuevo agravamiento. El grâfico médico de este mes se refleja en el periodo correspondiente del Cuaderno amarillo. La primera quincena aparece como una continuidad de julio: alusiones al manuscrite y a la misién futura de la carmelita, recuerdos biogrâficos, reflexiones de orden doctrinal precisando el «caminito». Luego, a partir del 15, declina notablemente la resistencia de Teresa. Lo que de ahi en adelante nos van a pintar las Ultimas Conversaciones sera a la gran enferma: a una enferma heroica. Hay que verla sufriendo, sonriendo, ahogândose, llorando. En cada gesto, en cada palabra, vemos a Teresa dar toda la talla de su amor. Los ùltimos dias del mes estân marcados por declaraciones de angustia fîsica que dejan traslucir un sufrimiento extremo. En esa misma época, la prueba espiritual dura todavia. En este contexto, se aprecia mejor la fuerza de voluntad de una Teresa que nos dejô cinco autôgrafos escritos a lâpiz, el ùltimo de los cuales la larga y ùltima carta al abata Bellière, del 10 de agosto (Cta 262-266). 1 En la catedral de San Pedro; cf Ms A 45v°. — En NV 1.8.1, la madré Inès sitùa esta gracia en el mes de julio de 1887. 2 En su Manuscrite C, inconcluso. 3 Que desde el 7 de julio se utilizaba contra las hemoptisis. 4 El P. Roulland; cf Cta 221, nota 1. 5 Biografia y cita no identificadas. 6 SAINTE THERESE DAVILA, Poésie-Glose [SANTA TERESA, Obras Completas, 7a ed. Burgos, Monte Carmelo, 1994, «Poesias» 1, p. 1324. N. del T.]; cf 4.9.7. 7 Cf el texto original en PN 45,7. 8 Reminiscencia de un cântico a san José: «La gloria humana es pasajera. Todo pasa en este mundo mortal», cf UC p. 523. 9 Cf 9.8.4; 3.9.2. 10 Cf 12.8.3. 11 Sobre este deseo, cf, entre otros, Ms A 61 r°; Ms B 3r°; Cta 132, 192, 197, 224; PN 35,10; RP6,11v°; Or 2; etc. 12 Cf 4.6.1; y la nota 70 del mes de julio, 13 Cf PN 17,11. 14 Cf Cta 108. 15 Cancién de O. Pradère, melodia utilizada para PN 23. 16 Cantico titulado «Suspiros de un desterrado». 17 Estas palabras aparecen en las pp. 39 y 7 del opùsculo que se cita en la Cta 196, n. 3. 18 Llama de amor viva, cane. 2a, verso 5. 19 Hebdomadaria: hermana que présidia el oficio coral durante una semana. 20 Cf Ms B 3v°/4v°; Ms C 3r°; Cta 178, 226, 261; PN 11,3; PN 13,5; 24,9; 31,4; 36,3; 45,4; 54,6; RP 7, estr. final; Or 14; CA 27.5.5. 21 Cf Ms B 4r°/v°; Cta 194; PN 34. 22 Cf 7.8.4; Cta 259; SANTA TERESA DE JESÛS, C, c. 40. [Asi en la edicién francesa. En el texto original de la Santa, C 38, passim. N. del T.] 23 Cf Ms B 5r°; Ms C 31 r°; Cta 143, 202; Or 7 y 20; CA 5.7.1 ; 7.8.4; etc. 24 Sor Maria de San José, que saliô en 1909. 25 Cf 7.6.2; Ms A 50v°; Or 21, documento. 26 Cf 5.8.5. 27 Cf 6.8.8; 7.8.4; 13.8.1; Ms C 2r°; Cta 197; PN 53,1. 28 Cf Or 6. 29 En 1886; cf MsA45r°; Cta 201. 30 Cf PN 48,5 final. 31 Cf Ll 1,6,31. 32 Cf Cta 147, 2r°/v°. 33 Fotografia de Teresa en el papel de Juana de Arco consolada por santa Catalina (VTL n° 14); cf RP 3,19v°; y Récréations, p. 334. 34 En su Carta a los Romanos, 4,1. 35 La madré Inès senalé en otra parte (NPPA): «Una noche, en la enfermeria, se encontraba mâs inclinada que de costumbre a hablarme de sus sufrimientos. Nunca hasta enfonces se habia desahogado conmigo de esta manera sobre este punto. Hasta enfonces yo solo conocia su prueba vagamente. «jSi supieses —me dijo— los horribles pensamientos que me acosan! Pide mucho por mi, para que no haga caso al demonio que quiere convencerme de tantas mentiras. El razonamiento de los peores materialistas se impone a mi espiritu: algùn dia, la ciencia, haciendo sin césar nuevos progresos, lo explicarâ todo naturalmente, y conoceremos la razén suprema de todo lo que existe y que sigue siendo hoy un problema, pues aùn quedan muchas cosas por descubrir..., etc. etc. Yo quiero hacer el bien después de mi muerte, jpero no podré! Ocurrirâ como con la madré Genoveva: esperâbamos verla hacer milagros, y un silencio total cayô sobre su tumba... iAy, Madrecita!, <,cômo se puede tener esa clase de pensamientos cuando se ama tanto a Dios? En fin..., ofrezco esos sufrimientos tan grandes para alcanzar la luz de la fe a los pobres incrédulos, y por todos los que viven alejados del credo de la Iglesia". Y anadiô que ella nunca entraba en discusién con esos pensamientos tenebrosos: Los sufro a la fuerza —me dijo—, pero mientras los sufro no ceso de hacer continuos actos de fe». 36 Cf 21.8.3* final; y Cta 137. 37 Cf 4.6.1; 5.8.4; 11.8.5; 11.9.7; RP 7,1v°; Or 16; pero en cambio, Cta 56, n. 2. 38 Invierno 1891-1892; cf Ms A 79r°. 39 La mujer de Jeroboam se habia disfrazado para ir a consultar al profeta Ajias. 40 Cf el final del Ms C. 41 Sobre estos antojos de enferma, cf 26.8.4; 31.8.5; 4.9.5; UC p. 687. 42 Cf LI 1,6,30; un pasaje éste que, en la enfermeria, Teresa habia senalado con varias crucecitas a lâpiz en su ejemplar (UC p. 419). 43 Entre el mediodia y la una de la tarde. 44 Sor Genoveva dormia en una celdita contigua a la enfermeria. 45 [Teresa dice «pas cor»], expresiôn popular normanda por «pas encore». 46 Tornado del «Credo» de Herculano, opera de F. David. 47 Sin duda, la carta del abate Bellière, del 17 de agosto (LC 194, en CG p. 1063s). 48 Cf 25.8.6; 29.9.3; Ms A 10v°; y el estudio sobre el demonio en TrH pp. 128-135. 49 Debido a esta debilidad, Teresa ya no volverà a comulgar hasta su muerte; cf 20.8.10 y la nota a la misma a pie de pagina. 50 Sobrenombre que Teresa daba, en los ùltimos meses de su vida, a su hermana Celina; cf 22.9.4; 23.9.3. 51 Cf 3.9.3. 52 Su nombre civil era Clara Bertrand. Sobre esa frase, cf «Escritos Varios», p. 1009. 53 Sobre estos gemidos, cf UC p. 677. 54 Teresa habia también de la vida de la Sagrada Familia en Ms A 59v°, y RP 6, Acto I. 55 Cf Ms C 25v°. 56 Cf sin embargo RP 6,2v°. 57 Cf PN 54. 58 «Libres», especifica en otra parte la madré Inès. 59 Alusiôn a las posturas atormentadas con que la iconografia présenta a menudo a esta santa. 60 PN 54,16; cf CA 10.6. 61 Cf Cta 167, P.D. pârr. 1, y sus notas 1 y 9. 62 PN 54,6. 63 «Lo hacia con buena intention», seüala la madré Inès. 64 Cf 14.6; 11.8.3; 15.8.6; 23.8.1; 25.8.8; 29.9.11. 65 Sobre esas «quejas» y esa aceptaciôn, cf 22.8.10; 23.8.10; 28.8.4; 5.9.3; 20.9.1; 30.9. 66 Compàrese con la escena que sor Genoveva sitùa en el 16 de agosto (infra). 67 Ese mismo dicho, en una carta de sor Maria de la Eucaristia a su padre, del 27 de agosto (UC p. 680). 68 Sobre esa capacidad de sufrimiento, cf Ms C 10r°; 29.7.14. 69 Teresa hace aqui un juego de palabras: «Je suis bourrée» («bourrée»: p.p. dei verbo «Bourrer» = atiborrar, atracar, corner en exceso), y «Je suis une bourrée» («Bourrée»: sustantivo fem., que significa haz de lena menuda de baja calidad) [Nota retocada por el traductor]. 70 La Virgen de la Sonrisa. 71 Foto VTL n°45. 72 Cf Ms A 83r°; LI 1,6,30; y nota 90 de julio. 2 de septiembre 2.9.1 Morirâs con toda seguridad en un dia de fiesta. _ jEse dia sera una fiesta muy hermosa! Nunca he deseado morir en un dia de fiesta <1>. 2.9.2 ... Hacia tal vez dos anos que estaba aqui cuando el Senor hizo que cesase mi prueba respecto a sor Maria de los Angeles <2> y que pudiese abrirle mi aima... Por fin pudo realmente consolarme. 1.9.3 ... Una cosa que me costaba mucho era pedir permiso para hacer mortificaciones en el refectorio, porque era muy timida y me ponia colorada; pero lo hacia fielmente mis dos dias por semana. Cuando esta prueba de la timidez se pasô, ponia menos cuidado, y seguro que mâs de una vez me olvidé de mis dos mortificaciones. 1.9.4 Le deciamos que ella era el jefe de la banda, que habia vencido a todos los enemigos, y que solo teniamos que seguirla. Enfonces hizo el gesto, tan familiar para nosotras, de poner las manos una sobre otra a una distancia muy pequena, diciendo: «jAsi de encumbrada en la familial». Luego, haciendo ademân de sembrar algo: j Pulgarcito! 1.9.5 Le decia sor Genoveva: «jY pensar que aùn te esperan en Saigon!». Iré, iré dentro de poco; jsi supieras qué pronto haré ese viaje! 1.9.6 Cuando una acepta el disgusto de haber sido mala, Dios vuelve enseguida. 1.9.7 He ofrecido muy especialmente mi prueba interior contra la fe por un allegado de nuestra familia que no tiene fe <3>. (El Sr. Tostain.) 1.9.8 ... jSi, si, deseo el cielo! «jRompe la tela de este dulce encuentro» <4>, Dios mio! 3 de septiembre 3.9.1 Le contaba lo que me habia dicho acerca de los honores rendidos en Francia al zar de Rusia. jNada de eso me deslumbra! Hâblame de Dios, del ejemplo de los santos, de todo lo que es verdad... 3.9.2 jY pensar que estamos cuidando a una santita! jBien, pues tanto mejor! Pero querria que tuera Dios quien lo dijese. 3.9.3 La pobre madré Corazôn de Jesûs <5> se volvia cada vez mâs exigente, y las enfermeras se quejaban de verse obligadas a ceder a sus manias. jCômo me hubiera atraido todo eso! 4 de septiembre 4.9.1 Comentaban que sor San Estanislao decia de ella que era «un ângel» debido a las sonrisas y a las caricias <6> que ella le hacia a cambio del menor servicio. ... Asi es como he conquistado a Dios, y por eso me va a recibir él tan bien a la hora de mi muerte. 4.9.2 Me alegro mucho de que me répugné la carne, porque asi, al menos, no siento gusto al comerla. (Se le servia un poco de carne). 4.9.3 En el momento en que yo salia de la enfermeria para ir al refectorio: jTe quiero! 4.9.4 Tocaban al angélus. ^Tengo que abrir las manitas? No, hasta para rezar el angélus estas demasiado débil. Basta con que invoques a la Santisima Virgen diciendo: «jVirgen Maria!». Ella prosiguiô: Virgen Maria, te quiero con todo el corazôn. Sor Genoveva le dijo: «Dile que la quieres también por mi». Entonces anadiô muy bajito: Por «la senorita Lili», por la marna, por la madrina, por Leonia, por Mariita, por mi tio, por mi tia, por Juana, por Francis, por «Mauricio», por «el pequeno Roulland» y por todos los que amo <7>. 4.9.5 Le apetecia cierto plato, por cierto muy sencillo, y una de nosotras se lo hizo saber a nuestro tio. jTiene gracia que hagamos saber esto a los dei mundo! En fin, se lo he ofrecido a Dios. Le dije que no era culpa mia, pues de hecho yo lo habia prohibido. Ella, tornando el platito, replicô: Ya esta ofrecido a Dios. No me importa nada. Que piensen lo que quieran. 4.9.6 Durante Maitines: Mamaita jcuanto te quiero! Con una hermosa sonrisa, haciendo esfuerzos por hablar: Digamos algo, sin embargo, digamos... ... jSi supieras la paz que me produce el pensamiento de que pronto me iré al cielo! Me siento muy feliz, si, pero no puedo decir que expérimente una intensa alegria y transportes de jùbilo, no. 4.9.7 No obstante, <,prefieres morir a seguir viviendo? No, mamaita, no prefiero ni una cosa ni otra. Yo no puedo decir como nuestra Madré santa Teresa: «Que muero porque no muero» <8>. Lo que mas me gusta es lo que Dios prefiera y elija para mi. 5 de septiembre 5.9.1 , dime algunas palabras tiernas. ^Qué puedo hacer para consolarte, criatura? Me siento totalmente incapaz. ... con semblante apacible: No necesito que me consuelen... 6.9.2 Por la tarde lloré de alegria cuando le llevaron una reliquia del venerable Teéfano Vénard. Me ofrecié con mucho carino una pequena margarita por mi cumpleanos. Durante toda la tarde estuvo muy carinosa con nosotras très, y extraordinariamente encantadora. Yo le dije: He observado que en cuanto puedes, vuelves a ser la misma de siempre. Es verdad. Si, cuando puedo hago todo lo posible por estar alegre y por agradar. 6.9.3 Esperaba al Sr. Youf para confesarse; pero no pudo venir, lo cual fue para ella una verdadera decepcién. Pero recobré enseguida su semblante sereno. 6.9.4 Le trajeron algo de corner; estaba mejor del estémago. jAy!, la arreglé, pero desde enfonces fallé (durante un tiempo) la nota mâs bonita. Yo estaba disgustada y le pregunté si ella también lo estaba. En absoluto. Solo lo estoy porque tù lo estas. 9.9.2 jSé muy bien lo que es sufrir! 10 de septiembre 10.9.1 En la consulta, el Sr. de Cornière quedé consternado ante su estado. Bueno, pestas contenta?, le dije una vez que se fue el doctor. Si, pero ya estoy un poco acostumbrada. Dicen y se desdicen. 10.8.2 Mientras le arreglaban, por la noche, las almohadas, apoyé en mi la cabeza mirândome con ternura. Aquello me recordé la mirada del Nino Jesûs a la Santisima Virgen cuando escucha la mûsica del ângel, en la estampa de la que ella decia refiriéndose a la Virgen: «Es Paulina en idéal» <11>. 11 de septiembre 11.9.1 La mamaita morirâ la ûltima. Vendremos a buscarla Teéfano y yo cuando haya terminado de trabajar para mi... ... a no ser que las aimas la necesiten. 11.9.2 jTe quiero mucho, pero que mucho! Cuando oigo abrir la puerta, siempre creo que eres tù, y si no vienes, me quedo muy triste. Dame un beso, pero un beso que haga ruido; o sea, que los labios hagan «jpit!». Solo en el cielo sabras lo que eres para mi... Eres una lira, un cântico..., muchisimo mas que una caja de mùsica, jque si!, incluso cuando estas callada. 11.9.3 Habia hecho (Teresa) dos coronas de acianos para la Santisima Virgen, y ésta las ténia una a sus pies y otra en la mano. Le dije: Seguro que piensas que la que tiene en la mano es para dàrtela a ti. No, que haga con ella lo que quiera. Lo que yo le doy es para que se deleite. 11.9.4 ... Temo haber tenido miedo a la muerte... Pero no tengo miedo a lo que haya después, jeso no! Y no lamento la vida, no. Solo me he preguntado: . 12 de septiembre 12.9 Era la fiesta del Santisimo Nombre de Maria, y me pidié que le leyera el Evangelio del domingo. No tenia a mano el misai y le dije sencillamente: Es el evangelio el que el Nuestro Senior nos advierte que «nadie puede servir a dos senores». Enfonces puso una vocecita de nino que recita la lecciôn y me lo dijo de punta a rabo. 13 de septiembre 13.9.1 Estaba mucho peor y tenia los pies hinchados desde el dia anterior. No se podia hacer el menor movimiento a su alrededor, como arreglarle un poco la cama y sobre todo tocarla, sin hacerle mucho dano, de débil que estaba. No suponiamos que estuviese tan mal, y sor Maria del Sagrado Corazôn, después de mi, le habia tornado el pulso durante un buen rato. Al principio, no manifesté ninguna senal de cansancio, por no apenarnos, pero al final ya no pudo mas y se echo a llorar. Y luego, cuando le arreglaban las almohadas y el almohadén, sollozé diciendo dulcemente: Quisiera... quisiera... _ ^Qué? No hacer sufrir a mis hermanitas, y para eso, irme muy pronto. En ese momento, miré a sor Maria del Sagrado Corazôn y le dirigié una sonrisa encantadora; era a ella a quien mâs temia haber hecho sufrir. Como no conseguiamos poner bien el almohadén, pues no nos atreviamos a moverla mucho, dijo con mucho salero, apoyândose en las manos y tratando de hacerlo ella misma: Esperad, voy a correrme a los pies de la cama, saltando como un saltamontes. 13.9.2 Una hermana <13> habia cogido para ella en la huerta una violeta. Se la ofrecié y se retiré. Enfonces Teresita me dijo, mirando a la flor: jAy, el perfume de las violetas! Luego me hizo una seüa, como para saber si podia olerla sin faltar a la mortification. 14 de septiembre 14.9.1 Le llevaron una rosa. La deshojé sobre su crucifijo con una gran piedad y amor, cogiendo uno a uno los pétalos y acariciando con ellos las llagas de Nuestro Seüor. En el mes de septiembre, dijo, Teresita sigue deshojando «la rosa primavera»: Quiero... deshojarte mi rosa _mi rosa primavera_ y enjugar con sus pétalos tu lianto, mi Serior<14>. Y como los pétalos se caian de la cama al suelo de la enfermeria, dijo con gran seriedad: Recoged cuidadosamente esos pétalos, hermanitas, mâs tarde os servirân para hacer obsequios... No perdais ni uno... 14.9.2 jAy, ahora...! «jMi destierro, lo espero, sera breve!» <15>. 14.9.3 El Dr. La Néele le habia asegurado que no tendria agonia, y como sufria cada vez mâs: ... jSin embargo, me habian dicho que no tendria agonia...! ... Pero, a fin de cuentas, acepto tenerla. <,Y si te dieran a elegir entre tenerla o no tenerla? No eligiria nada. 15 de septiembre 15.9.1 Cuando estés en el cielo, tus grandes sufrimientos de ahora te parecerân poca cosa. Ya aqui en la tierra me parecen muy poca cosa. 15.9.2 Durante la recreaciôn de la noche: Cuando sor Genoveva decia hace un poco a sor Marta, que preguntaba por mi: "Estâ muy cansada", yo pensaba para mis adentros: jQué verdad es, tiene razôn! Si, soy como un viajero cansado y agotado, que cae sin fuerzas al llegar al término de su viaje. ...Si, ipero caigo en los brazos de Dios! 15.9.3 Nuestra Madre me ha dicho que no ténia que hacer nada para prepararme para la muerte, porque ya estaba preparada por adelantado <16>. 16 de septiembre 16.9 A mi sola, a preguntas que yo le hacia: Una cosa que nos atrae las luces y la ayuda de Dios para guiar y consolar a las aimas es el no contar nuestras propias penas en busca de consuelo. Y es que, ademâs, eso no es un verdadero consuelo: en vez de calmar, excita. 17 de septiembre 17.9.1 Junto a las enfermas hay que estar alegres. (Y es que le manifestâbamos nuestra tristeza) Vamos a ver: No tenéis que lamentaros como los que no tienen esperanza. Con un aire un poco travieso: Acabaréis por hacerme lamentar la vida. _ jNo, lo sentiriamos mucho! jEs verdad! Lo dije para meteros miedo. 17.9.2 Hablândome de su ninez, me contô que un dia le regalaron un canastillo y que habia exclamado, loca de alegria: jAhora ya no deseo nada mas en la tierra! Y que luego habia cambiado de opinion y que habia dicho a toda prisa: Si, todavia deseo algo: jel cielo! 18 de septiembre 18.9.1 Le decia yo que ténia miedo a cansarla con mi charla: Madrecita, tu conversation me es muy agradable. No, no me cansa. Es para mi como una mùsica... No hay dos como tù en la tierra. jCuânto te quiero! 18.9.2 Mirando por la ventana la vina loca, toda roja, sobre la ermita de la Santa Faz: La Santa Faz esta en todo su esplendor. Fijate, hay ramas de vina loca hasta por encima de los castanos. 18.9.3 Esta tarde estoy mejor. En efecto, se interesaba por todo. Miraba con verdadero gusto el mantel que estaba haciendo sor Genoveva para el altar del oratorio, y luego los ornamentos para el senor abate Denis <7>. Pero por la manana, cuando sor Amada de Jesûs la habia cogido en brazos para arreglarle un poco la cama, crei que se moria. 19 de septiembre 19.9 Habian traido de fuera un ramo de dalias. Las mirô con gusto y pasô los dedos muy delicadamente por sus pétalos. Después de la primera Misa dei serior abate Denis, pidié que le ensenaran el câliz. Como mirara largo rato el fondo de la copa, le dijeron: <,Por qué miras tan atentamente el fondo del câliz? Porque me reflejo en él. En la sacristia, me gustaba hacerlo. Me sentia feliz al pensar: mis facciones se han reflejado en el mismo lugar donde ha reposado y adonde volverâ a bajar la sangre de Jesûs. jCuântas veces he pensado también que en Roma mi rostro se reprodujo en los ojos del Santo Padre <18>! 20 de septiembre 20.9.1 Visita del Dr. de Cornière, que nos dice que debe de estar sufriendo un verdadero martirio. Al salir, se hacia lenguas de su heroica paciencia. Le repeti a ella algo de esto. ôCémo puede decir que tengo paciencia? jEso no es cierto! No paro de quejarme, suspiro, exclamo continuamente: jAy, ayl. Y también: jDios mio, no puedo mas! jTen compasién, ten compasién de mi! 20.9.2 Por la tarde le cambiaron la tûnica, y nos impresioné su delgadez, pues la cara era la misma. Yo fui a pedirle a nuestra Madré que viniera a verle la espalda. Tardé mucho en venir, y me admiré la expresiôn tan dulce y paciente de nuestra enfermita mientras la esperaba. Nuestra Madré quedé penosamente sorprendida, y dijo con bondad: «<,Pero qué es una nina tan delgada?». jUn esqueleto! 21 de septiembre 21.9.1 Habia estado yo vaciando la escupidera, sin decir nada, y la dejé a su lado, pensando en mi interior: jQué feliz me sentiria si me dijese en el cielo me lo pagarâ! E inmediatamente, volviéndose hacia mi, me dijo: En el cielo te lo pagaré. 21.9.2 jCuando pienso que se va a morir...!, dijo sor Genoveva. jClaro que si! jY de resultas de esto, segùn creo! 21.9.3 jY pensar que ella no tiene una Teresita a quien amar! ... jÉl me llama su Teresita! , y quise volver a leerle su carta, pensando que le gustaria volver a encontrarse con esa expresiôn, pero estaba demasiado cansada y me dijo: i No, basta! j Estoy harta <20> de Teresita! Luego, volviéndose hacia mi con aire zalamero: jPero no harta de mi Paulinita! jEso no! 21.9.4 Me voy a fregar los platos, tengo doble turno <21>. jMuy duro para mi, si! 21.9.5 Sor Genoveva me pedia un lâpiz, yo también lo necesitaba, pero no obstante le di el mio. Entonces dijo con tono claro y preciso: Es un gesto muy bonito. 21.9.6 i Ay ! ôQué es la agonia? jMe parece estar en ella de continuo...! 21.9.7 Al secarse los ojos, se le desprendieron algunas pestanas de los pârpados: Recoge esas pestanas, sor Genoveva querida, hay que entregar lo menos posible a la tierra... E hizo un juego de palabras con el nombre del P. Alaterre <21a> (un obrero), hermano de sor San Vicente de Paùl: De todas formas, si eso le gusta al pobre... Asi de alegre estaba siempre, a pesar de sus grandes sufrimientos animicos y corporales. 22 de septiembre 22.9.1 Después de recordarle varias ocasiones en las que habia sido muy humillada durante su vida religiosa, aüadi: jCuàntas veces te tuve lâstima! Te aseguro que no ténias por qué tenerme tanta lâstima. j Si supieras como sobrevolaba por encima de todo eso! Salia fortalecida de las humillaciones. No habia nadie mâs valiente que yo en la familia. 22.9.2 Queria decirme algo y no podia. ... jQué duro es verse en semejante impotencia! ... jY precisamente contigo! jEra tan bonito cuando podia hablarte! Esto es lo mâs duro. 22.9.3 Decia yo, mirando la estampa de Teôfano Vénard: jAhi lo tienes, con su sombrero en la mano, y, para colmo de males, no viene a buscarte! Sonriendo: Yo no me burlo de los santos... Los quiero mucho... Ellos quieren ver... <,Qué? ^Si vas a perder la paciencia? Con aire travieso y profundo a la vez: Si..., pero sobre todo si voy a perder la confianza..., hasta dônde voy a llevar mi confianza... 22.9.4 Llamaba a sor Genoveva su "chacha", y a sor Maria de la Trinidad su "muneca" porque le parecia que ténia cara de muneca. Lo hacia por entretenernos, y nunca por disipaciôn o por infantilismo. Pero abusâbamos de esos apelativos, y nos dijo: No hay que llamarse de cualquier forma. No es religioso <22>. 22.9.5 Se te tiene que hacer muy largo el tiempo... No, el tiempo no se me hace largo. Me parece que fue ayer cuando todavia seguia los actos de comunidad u cuando escribia el cuaderno. (Su vida). 22.9.6 jQué enfermedad tan terrible y cuânto llevas sufrido! jjjSi!!! jY qué gracia tener fe! Si no hubiese tenido fe, me habria quitado la vida sin dudarlo un instante <23>. 23 de septiembre 23.9.1 ... jCuânto te debo! jPor eso te quiero tanto...! Pero no quiero hablar mâs de ello, porque me echaria a llorar... (Llorar la perjudicaba mucho.) 23.9.2 Mariana sera el aniversario de tu toma de vélo, y seguramente el dia de tu muerte. No sé cuando sera, lo espero de continuo, pero sé muy bien que no puede tardar. 23.9.3 Nos sonreia con frecuencia, a una o a otra, pero no siempre nos dâbamos cuenta. ... Muchas veces he dirigido radiantes sonrisas a la "chacha" y a otras, pero se han perdido... 23.9.4 Por la noche se habia oido como el arrullo de un pâjaro en la ventana cerrada, y nos preguntâbamos qué podria ser aquello. Una decia: es una tértola; otra: es un ave de rapina. Bueno, si es un ave de rapina, jpeor para mi! Las aves de rapina venian precisamente a corner a los mârtires. 23.9.5 A proposito de una confidencia de poca importancia que una hermana le habia hecho pidiéndole que guardara el secreto: ... Cuando las hermanas lo imponen, el secreto es sagrado... Aunque se tratase de cosa mas insignificante, no habria que decirlo. 23.9.6 Después de un silencio muy largo, mirândonos a sor Maria del Sagrado Corazôn y a mi, que en aquel momento estâbamos solas con ella: jHermanitas queridas, vosotras me habéis educado...! y los ojos se le llenaron de lâgrimas. 24 de septembre 24.9.1 En el aniversario de su toma de vélo, yo habia encargado la Misa por ella. jGracias por la Misa! Como la veia sufrir tanto, contesté con tristeza: <,Pero ya ves que te encuentras mas aliviada? <,0 sea, que has obtenido permiso para mandar decir la Misa para aliviarme? Lo hice por tu bien. Mi bien consiste, sin duda alguna, en sufrir<24>... 24.9.2 Me conté un disgusto que habia tenido tiempo atrâs, un aho en que habiamos podado demasiado tarde los castanos. Al principio fue una amarga tristeza, acompanada de grandes combates. jMe gustaban tanto las sombras! Y ese ano no las ibamos a tener. Las ramas, ya verdes, estaban en gavillas en el suelo, jy no quedaban mas que troncos! Luego, de pronto, me sobrepuse, diciéndome: Si estuviera en otro Carmelo, <,qué me importaria que cortasen aunque fuera todos los castanos del Carmelo de Lisieux? Y senti una gran paz y una alegria de cielo. 24.9.3 Visita del Sr. de Cornière, que esta cada vez mas edificado. Le dice a nuestra Madré: «jEs un ângel! Tiene cara de ângel, su rostro no se ha alterado lo mas minimo, a pesar de sus enormes sufrimientos. Nunca he visto cosa igual. Dado su estado de adelgazamiento general, es cosa sobrenatural». 24.9.4 ... Quisiera corner por las praderas del cielo... ... Quisiera correr por praderas donde la hierba no se aplastara, donde hubiera hermosas flores que no se marchitaran y preciosos ninos que fuesen ângeles <25>. No pareces nunca cansada de sufrir. <,Lo estas en realidad? Pues no. Cuando no puedo mas, no puedo mas, eso es todo. 24.9.5 Me daban ganas de decide al Sr. de Cornière: Me rio porque, a pesar de todo, usted no ha podido impedirme ir al cielo. Pero en castigo, cuando yo esté alla, no le dejaré a usted ir tan pronto <26>. 24.9.6 Dentro de poco ya solo hablaré el lenguaje de los ângeles. 24.9.7 En el cielo tù estarâs entre los serafines. Puede... Pero si estoy entre ellos, no haré como ellos. Elios se cubren con las alas delante de Dios; yo me guardaré muy bien de cubrirme con las alas. 24.9.8 ... jDios mio..., ten piedad de la ni... ni..ma! (Dândose vuelta con gran dificultad.) 24.9.9 _ Cuando Teresa acaricia a su "Teôfano", él se siente muy honrado. _ No se trata de honores... _ ^Entonces de qué se trata? _ Simplemente de caricias. (Estaba acariciando el retrato de Teôfano Vénard.) 24.9.10 i,Asi que no tienes ninguna intuition sobre el dia de tu muerte? Jntuiciones yo? jSi supieras la pobreza en que me encuentro! Yo no sé mas de lo que sabes tù ; yo no adivino nada a no ser por lo que veo y por lo que siento. Pero mi aima, a pesar de las tinieblas, goza de una paz asombrosa. 24.9.11 jQuién te quiere como nadie en la tierra...! 25 de septiembre 25.9.1 Le conté lo que habian dicho en la recreaciôn a proposito del Sr. Youf, que ténia mucho miedo a la muerte. Las hermanas habian estado hablando de la responsabilidad de los que tienen cura de aimas y han vivido mucho tiempo. ... Los pequenos serân juzgados con gran benignidad. Y se puede muy bien ser pequeno hasta en los cargos mâs temibles, aun viviendo muchos anos. Si yo muriese a los 80 aüos, si hubiese estado en China, o en cualquier otra arte, estoy segura de que moriria tan pequena como hoy. Y esta escrito que al final «el Seüor se pondra en pie para salvar a los humildes de la tierra». No dice juzgar, sino salvar. 25.9.2 Uno de estos ùltimos dias, de terribles sufrimientos, me habia dicho: Madre, es muy fàcil escribir cosas bonitas sobre el sufrimiento. Pero escribir no significa nada, jnada! jHay que pasar por él para saber...! Guardaba yo de estas palabras una impresiôn dolorosa, cuando, ese mismo dia, como si recordase lo que me habia dicho, me miré de una manera muy especial, y hasta solemne, y pronunciô estas palabras: Ahora sé que lo que he dicho y escrito es todo verdad... Es verdad que deseaba sufrir mucho por Dios, y es verdad que sigo deseândolo. 25.9.3 Le decian: jEs horroroso lo que estas sufriendo! No, no es horroroso. A una victima de amor no puede parecerle horroroso lo que su Esposo le envia por amor. 26 de septiembre 26.9 Estaba ya sin fuerzas. jAy, qué acabada estoy...! Mirando por la ventana una hoja muerta desprendida del ârbol y suspendida en el aire por un ligero hilo: Mira, ésa es mi imagen, mi vida solo pende de un ligero hilo. Después de su muerte, la noche misma del 30 de septiembre, la hoja, que hasta enfonces habia estado balanceândose a merced del viento, cayé al suelo, y yo la recogi con el hilo de arana que todavia estaba adherido a ella. 27 de septiembre 27.9 Entre las dos y las très de la tarde, le ofrecimos de beber. Nos pidié agua de Lourdes, diciendo: Hasta las très, prefiero el agua de Lourdes; es mâs piadoso. 28 de septiembre 28.9.1 ...jMamâ...! Me falta el aire de la tierra, <,cuândo me darâ Dios el aire del cielo...? j... Nunca esto ha sido tan escaso! (Su respiracién.) 28.9.2 jPobrecita mia, estas como los mârtires en el anfiteatro: ya no podemos hacer nada por ti! Si, si, el solo hecho de veros me hace mucho bien. Toda la tarde estuvo prodigândonos sus sonrisas. Me escuchô con atenciôn cuando le lei estos pasajes del Oficio de San Miguel: «Vino el arcangel Miguel con una multitud de ângeles. A él le ha confiado Dios las almas de los santos para que las haga Hegar a los gozos del paraiso». «Arcângel Miguel, yo te he constituido principe entre todos los elegidos». Me hizo una sena, extendiendo la mano hacia mi y posândola luego sobre el pecho, para darme a entender que yo estaba alii, en su corazôn. 29 de septiembre 29.9.1 Desde la madrugada, parecia estar en agonia. Tenia un estertor muy penoso y no podia respirar. Fue Hamada la comunidad, que se reuniô alrededor de su cama para recitar las preces del Manual. Al cabo de una hora, poco mâs o menos, nuestra Madré despidiô a las hermanas. 29.9.2 A mediodia, dijo a nuestra Madré: Madré, <,es esto la agonia...? <,Cémo haré para morir? jNo voy a saber morir...! 29.93 Volvi a leerle algunos pasajes del Oficio de San Miguel y las preces de los agonizantes en francés <28>. Cuando mencioné a los demonios, hizo un gesto infantil, como para amenazarles, y exclamé sonriendo: jOh! jOhl, con un tono de voz que queria decir: No les tengo miedo. 29.9.4 Después de la visita del doctor, le dijo a nuestra Madré: Es para hoy, Madré? _Si, hijita. Una de nosotras dijo entonces: Hoy Dios esta muy alegre. jY yo también! jQué felicidad si muriese ahora mismo! 29.9.5 ... jCuândo me ahogaré del todo...! jNo puedo mâs! jQue recen por mi...! jJesûs! jMaria! jSi! Quiero..., acepto... 29.9.6 Vino sor Maria de la Trinidad, y, al cabo de unos instantes, ella le pidié con mucha amabilidad que se retirara. Cuando se marché, yo le dije: jPobrecita! jTe queria tanto! <,He hecho mal diciéndole que se fuera? Y su rostro cobré una expresién de tristeza, pero yo la tranquilicé inmediatamente. 29.9.7 (6 de la tarde). Se le habia metido en una manga una especie de insecto, y la molestaban para sacarlo: Dejadlo, no importa. _Si, que te va a picar... No, dejadlo, dejadlo, os aseguro que conozco bien a esos animalitos. 29.9.8 Yo tenia un fuerte dolor de cabeza y cerraba los ojos, muy a pesar mio, al mirarla. Duérmete... y yo también. Pero ella no podia dormir, y me dijo: jAy, Madré, como me duelen los nervios! 29.9.9 Durante la recreaciôn de la noche: ... jAy, si supierais! (Si supierais como sufro.) 29.9.10 Quisiera sonreiros continuamente, jy os doy la espalda! ^Os disgusta? (Era durante el silencio.) 29.9.11 Después de Maitines, cuando nuestra Madré vino a verla, ténia las manos juntas, y dijo con voz dulce y resignada: Si, Dios mio, si, Dios mio, lo acepto todo... Es atroz lo que estas sufriendo, verdad?, dijo nuestra Madré. _ No, Madré, no es atroz, pero es mucho, mucho..., justo lo que puedo soportar. Pidié quedarse sola durante la noche, pero nuestra Madré no quiso. Sor Maria del Sagrado Corazon y sor Genoveva se repartieron el consuelo de velaria (*). Yo me quedé en la celda contigua a la enfermeria, que da al claustro. (*) Los Cuadernos verdes anaden: No habia consentido que pasasen las noches junto a ella durante su enfermedad. La noche del 29 al 30 de septiembre, que fue la ùltima de su vida, insistié aùn en que la dejaran sola. Por fin, sor Maria del Sagrado Corazon y sor Genoveva consiguieron compartir ese consuelo... La vieron atenta ùnicamente a no turbar el descanso de la que la velaba. jY sin embargo, jqué sufrimientos soporté! Sor Maria del Sagrado Corazon, después de darle una pocién, se durmié, jy cuâl no séria su enternecimiento cuando, al despertarse, vio que la pobrecita seguia sosteniendo en sus manos, temblorosas de fiebre, el vasito, esperando pacientemente a que su hermana se despertase para que volviera a ponerlo sobre la mesa! 30 de septiembre Jueves, dia de su preciosa muerte. Por la manana, estuve velândola durante la Misa. No me decia ni una palabra. Estaba agotada, jadeante. Adivinaba que sus sufrimientos eran indecibles. Junto un momento las manos, y mirando la estatua de la Santisima Virgen: iCon qué fervor la he invocado! Pero es la agonia pura, sin mezcla alguna de consuelo. Le dije algunas palabras de compasiôn y de carino, y anadi que me habia edificado mucho durante su enfermedad. _ ôY tù? jTodos los consuelos que me has proporcionado...! jHan sido muy grandes! Se puede decir sin exagerar que pasô todo el dia, sin un solo instante de respiro, entre verdaderos tormentos. Parecia estar al limite de sus fuerzas, y sin embargo, con gran sorpresa nuestra, podia moverse y sentarse en la cama. ... jYa veis, nos decia, con cuântas fuerzas me encuentro hoy! jNo, no estoy para morir! jTengo todavia para meses, tal vez para anos! _ Y si Dios asi lo quisiera, dijo nuestra Madré, Jo aceptarias? Comenzô a contestar, sumida en la angustia: No habria mâs remedio... Pero rehaciéndose enseguida, dijo con acento de resignaciôn sublime, dejândose caer sobre las almohadas: i Lo acepto! Pude recoger las siguientes exclamaciones, pero es imposible reproducir el acento con que las dijo: Ya no creo en mi muerte... Ya no creo mâs que en el sufrimiento... Pues bien, jmejor que mejor! iDios mio...! jAmo a Dios! jQuerida Virgen Santisima, ven en mi ayuda! Si esto es la agonia, <,qué serâ la muerte? jAy, mi buen Dios...! Si, es muy bueno, me parece muy bueno... Mirando a la Santisima Virgen: jTù sabes que me estoy ahogando! A mi: jSi supieras lo que es ahogarse! _ Dios te ayudarâ, pobrecita, y pronto terminarâ todo. Si, ôPero cuândo? ... jDios mio, ten compasiôn de tu pobre hijita! jTen compasiôn de ella! A nuestra Madré: jAy, Madré, le aseguro que el câliz estâ lleno hasta los bordes...! ... Pero Dios no me abandonarâ, seguro... ... Nunca me ha abandonado. ... Si, Dios mio, todo lo que quieras, jpero ten piedad de mi! ... Hermanitas, hermanitas, jrezad por mi! ... jDios mio, Dios mio! j jTù que eres tan buenoü ... jSi, eres bueno! Lo sé... Después de Visperas, nuestra Madré le puso sobre las rodillas una estampa de Nuestra Seriora del Carmen. La miré un instante y, cuando nuestra Madré le dijo que pronto acariciaria a la Santisima Virgen como el Nifio Jesûs lo hacia en aquella estampa, dijo: Madré, presénteme pronto a la Santisima Virgen, jque soy un bébé que no puede mas...! Prepâreme a bien morir. Nuestra Madré le contesté que, como ella siempre habia comprendido y practicado la humildad, ya estaba preparada. Reflexioné un instante y pronuncié humildemente estas palabras: Si, me parece que nunca he buscado mas que la verdad. Si, he comprendido la humildad del corazôn... Me parece que soy humilde. Y volvié a repetir: Todo lo que he escrito sobre mis deseos de sufrir es, con todo, una gran verdad. ... Y no me arrepiento de haberme entregado al Amor. Con insistencia: No, no me arrepiento, jal contrario! Un poco mas tarde: jNunca hubiera creido que fuese posible sufrir tanto (*)! jNunca! jNunca! No puedo explicârmelo, a no ser por los ardientes deseos que he tenido de salvar aimas. (*) No se le administré ni una sola inyeccién de morfina. Hacia las cinco, yo estaba sola a su lado. Su semblante cambié de pronto y comprend! que era la ûltima agonia. Cuando la comunidad entré en la enfermeria, acogié a todas las hermanas con una dulce sonrisa. Ténia en las manos el crucifijo y lo miraba sin césar. Durante mas de dos horas, desgarré su pecho un terrible estertor. Ténia el rostro congestionado, las manos amoratadas, los pies helados y le temblaban todos los miembros. Un sudor abundante perlaba su frente con gotas enormes y le resbalaba por las mejillas. La opresién era creciente y de vez en cuando, para respirar, emitia débiles gritos involuntarios. Durante todo este tiempo, tan cargado de angustia para nosotras, entraba por la ventana _y me hacia sufrir mucho_ todo un gorjeo de petirrojos y de otros pajarillos, jpero tan fuerte, tan cerca y tan largo rato! Yo pedia a Dios que los hiciese callar, pues aquel concierto me traspasaba el corazôn y temia que fatigase a nuestra pobre Teresita. En un determinado momento, parecia tener tan reseca la boca, que sor Genoveva, pensando aliviarla, le puso en los labios un trocito de hielo. Ella lo aceptô, dirigiéndole una sonrisa que jamâs olvidaré. Era como un supremo adiôs. A las seis, cuando sono el angélus, miré largamente la estatua de la Santisima Virgen. Por fin, a las siete y algunos minutos, habiendo despedido nuestra Madré a la comunidad, suspirô: Madré, <,no es esto aùn la agonia...? <,No me voy a morir...? _ Si, pobrecita mia, es la agonia, pero tal vez Dios quiera prolongarla algunas horas. Ella continué valientemente: Pues bien... jadelante...! jadelante...! No quisiera sufrir menos tiempo... Y mirando al crucifijo: jLo amo...! jDios mio..., te amo! Y de pronto, tras pronunciar estas palabras, cayé suavemente hacia atrâs, con la cabeza inclinada hacia la derecha. Nuestra Madré mandé que tocasen a toda prisa la campana de la enfermeria, para llamar a la comunidad. _ «Abrid todas las puertas», decia al mismo tiempo. Estas palabras tenian un no sé qué de solemne, y me hicieron pensar que en el cielo Dios se las decia también a los ângeles. Las hermanas tuvieron tiempo de arrodillarse en torno a su lecho y fueron testigos del éxtasis de la santa moribunda. Su rostro habia recuperado el color de azucena que ténia cuando gozaba de plena salud, sus ojos estaban fijos en lo alto, refulgentes de paz y de alegria. Hacia unos movimientos de cabeza como si Alguien la hubiera herido divinamente con una flécha de amor y luego retirase la flécha para volver a herirla de nuevo... Sor Maria de la Eucaristia se acercé con un cirio para ver mas de cerca su sublime mirada. A la luz de aquel cirio, no se percibié movimiento alguno en sus pupilas. Este éxtasis duré aproximadamente el espacio de un credo, y exhalé el ùltimo suspiro. Después de su muerte conservé una sonrisa celestial. La suya era una belleza encantadora. Ténia tan fuertemente asido el crucifijo, que hubo que arrancârselo de las manos para amortajarla. Sor Maria del Sagrado Corazôn y yo cumplimos este oficio con sor Amada de Jesûs y nos dimos cuenta al hacerlo de que no aparentaba tener mas de 12 é 13 anos. Sus miembros permanecieron flexibles hasta su inhumacién, que tuvo lugar el lunes 4 de octubre de 1897. Sor Inès de Jesûs r.c.i. APÉNDICE 30 de septiembre ... Todos mis pequenos deseos se han realizado... Portanto, este gran deseo (morir de amor) tendra también que realizarse. Por la tarde: jCon cuàntas fuerzas me encuentro hoy...! jTengo para meses! jY manana, y todos los dias, sera todavia peor...! ... Bueno, jpues mejor que mejor! jNo puedo respirar, no puedo morir...! (*) ... jNunca sabré morir...! (*) No respiré nunca con oxigeno; creo que entonces no se conocia. ... jSi, Dios mio...! jSi! ... Acepto seguir sufriendo... Hacia las cinco, la madre Maria de Gonzaga hizo caer las reliquias del beato Teéfano Vénard y de la madre Ana de Jesûs, que estaban prendidas con alfileres en la cortina, a su derecha. Las recogieron, y ella les hizo una pequeûa caricia. NOTAS Septiembre Los comienzos de este mes ven como se prolonga la mejoria momentanea —muy relativa— que sucedié a los terribles sufrimientos del periodo comprendido entre el 22 y el 27 de agosto. Teresa corne un poco y la familia Guérin se esfuerza por satisfacer sus antojos de enferma. Pero los sintomas no permiten albergar ninguna esperanza: adelgazamiento constante, debilidad extrema. Ni siquiera puede ya mover las manos y tiene muchos dolores. Ya no la pueden tocar. El 12 de septiembre comienzan a hinchârsele los pies. El 14, el Dr. de Cornière no le da mas de quince dias de vida. A partir del 21, Teresa confiesa que le parece estar continuamente en la agonia. No entrarâ en ella de verdad hasta el 29, vispera de su muerte. El contenido del Cuaderno Amarillo en este mes tiene tanto valor por los gestos que describe como por las palabras que refiere. Ahora mâs que nunca, Teresa es maestra experiencial. Sus breves frases llevan el sello de la autenticidad e incluso el de la literalidad. Ternas dominantes: la enfermedad, el sufrimiento, la muerte. La prueba de la fe continûa présente. La oraciôn de la enferma se apoya en las estampas y la estatua que la rodean. Teresa mira la naturaleza con verdadero placer, y a veces sigue bromeando. Aùn podrâ celebrar dos aniversarios: el 8, el de su profesiôn (ese dia escribirâ su ùltimo autôgrafo, Or 21), y el 24 el de su toma de vélo (cf Ms A 77r°). El gran nûmero de testimonios sobre el 30 de septiembre nos permite reconstruir casi hora a hora la agonia de Teresa. 1 Ver la nota 32 del mes de julio. 2 Su maestra de novicias; cf Ms A 70v°. 3 Cf Cta 126, n. 1. 4 SAN JUAN DE LA CRUZ, Ll 1,6. 5 La madré Hermancia del Corazôn de Jesûs; cf 20.8.3. 6 Sor San Estanislao era sorda. Teresa le mostraba su gratitud acariciândole la mano. 7 Es fâcil identificar a los personajes de esta letania: sor Genoveva, la madré Inès de Jesûs, sor Maria del Sagrado Corazôn, Leonia Martin, sor Maria de la Eucaristia, el senor y la senora Guérin, la seriora de Néele y el Doctor, el abate Bellière y el P. Roulland. 8 SAINTE THERESE D'AVILA, Poésie-Glose. [SANTA TERESA DE JESÛS, Obras Completas. Burgos, Monte Carmelo, 1994, «Poesias» 1, p. 1324. N. del T.] 9 Sin duda, la deception causada por el diagnostico del Dr. La Néele. 10 Augusto Acard. 11 Se trata de la «Sagrada Familia» de Müller; cf Cta 264. 12 Cf la nota 37 del mes de agosto. 13 Sor Maria de San José. 14 PN 34,1. 15 PN 17,9 segûn la primera version (Poésies, II, pp. 102s); Cf Cta 220. 16 Cf 30.9. 17 El abate Denis, que se ordenô de sacerdote el 18 de septiembre, celebraria su primera Misa al dia siguiente en el Carmelo de Lisieux. 18 En la audientia del 20 de noviembre de 1887; cf Ms A 63v°. 19 Carta a la madré Maria de Gonzaga, del 19 de septiembre; puede verse un extracto en CG p. 1163. 20 [La expresiôn que usa la santa es «fûtée]», «cansada», en lenguaje popular. 21 La madré Inès ténia que fregar los piatos dos dias a la semana, lo cual la privaba de la recreation con su hermana. 21a He aqui en qué basaba el juego de palabras: «à la terre» (a la tierra) — «Alaterre» (apellido dei sacerdote). N. del T. 22 Sobre el apelativo «muneca» que Teresa daba a sor Maria de la Trinidad, cf Cta 236 y 249; y CSM n° 56 en VT n° 77, pp. 66s. 23 Cf CG p. 1192. 24 Cf PN 54,16; y la nota 79 del mes de julio. 25 Cf el tema de sus sueüos en Ms A 79r°; y PN 18, estr. 33. 26 El Dr de Cornière muriô a los 80 aûos (1922). 27 La madre Inès; cf nota 104 de julio. 28 Traducciôn de las oraciones que la comunidad habia rezado esa misma mahana en latin, y que se encontraban en el libro Prières de la Recommandation de l'âme (L.-J. Biton, 1894). ÙLTIMAS CONVERSACIONES ÙLTIMOS DICHOS DE TERESA A CELINA Julio _ Septiembre de 1897 + 12 de julio 1 En medio de una conversaciôn Teresa se interrumpiô de repente mirândome con compasiôn y con ternura, y dijo: «... Sor Genoveva sera la que mâs va a sentir mi partida; y me parece que ella es ciertamente la mâs cligna de compasiôn, pues, en cuanto tiene un problema, viene a buscarme, y ya no va a tener a nadie... ...Si, pero Dios le darâ fuerzas... Y ademâs, jyo volveré!» <1>. Y dirigiéndose a mi: «Vendré a buscarte lo antes posible, y haré que papâ forme parte de la comitiva; ya sabes que siempre ténia prisa... (*)». (*) (Con eso no queria decir que fuese un precipitado, sino que aludia a su temperamento que no le permitia dejar para el dia siguiente lo que podia hacer la vispera. Una vez que tomaba una decision, nunca se le quedaba mucho tiempo entre las manos.) 2 Mâs tarde, mientras yo desempenaba a su lado mi oficio de enfermera, hablando como siempre de la cercana separation, se puso a canturrear, poniéndose en mi lugar, esta coplilla que iba componiendo a medida que cantaba (melodia del cântico «Il est à moi»): «Es mia aquella a quien el mismo cielo, el cielo entero vino a arrebatarme. Es mi, y yo la quiero, si, la quiero. Nada podrâ nunca separarnos». 3 Yo le decia: «Dios no podrâ llevarme inmediatamente después de tu muerte, pues no habré tenido tiempo de ser buena». Contesté: _ «Eso no importa. Acuérdate de san José de Cupertino: tenia una inteligencia mediocre, era ignorante y no conocia a fondo mâs que este evangelio: Beatus venter qui te portavit. Le preguntaron precisamente por este tema, y respondiô tan bien que todos se quedaron admirados y fue admitido con grandes honores al sacerdocio, junto con sus très companeros, sin mâs examen. Pues, juzgaron, de sus sublimes respuestas, que sus companeros debian de saber tanto como él. Asi que yo responderé por ti y Dios te darâ gratis todo lo que me haya dado a mi». 4 Ese mismo dia, mientras yo iba de acâ para alla por la enfermeria, dijo mirândome: «Mi pequeno Valeriano...». (Algunas veces comparaba nuestra union a la de santa Cecilia y Valeriano <2> \ Julio 1 Al mirarme, le brotaban espontâneamente comentarios como éstos: «Seremos como dos patitos, ya sabes qué de cerca se siguen uno a otro». «jQué disgusto me voy a llevar si veo a cualquier otro sentado en las rodillas de Dios! Me pasaré todo el dia llorando...». A mi Teresita le habia impresionado mucho el pasaje del Evangelio en que Jesûs niega a los hijos del Zebedeo el estar en el cielo a su derecha y a su izquierda, y decia: «Me imagino que Dios tiene reservados esos lugares para «dos ninos»... Y esperaba que esos dos ninos privilegiados fuésemos ella y yo... (Eso es lo que explica mis reiteradas preguntas reveladoras del temor, jpor cierto, fundado!, de no ser nunca digna de esa merced.) La gracia dei Haec facta est mihi, acaecida unas très semanas después de su muerte, fue la respuesta a la siguiente pregunta intima que le formulé de pronto durante el Oficio de Tercia: «Teresa no me ha dicho si ha recibido el sitio que esperaba: estar sobre las rodillas de Dios...». En ese précise momento el coro estaba diciendo: «Haec facta est mihi»... Y no entendia estas palabras, cuya traduccién busqué una vez terminado el Oficio: «Haec facta est mihi»... «Esto es lo que a mi me toca...». 2 Yo habia dicho que, al perderla, me volveria loca. Respondiô: «Si te vuelves loca, chacha, el «Bon_Sauveur» [el Salvador] vendra a buscarte» <3>. («Chacha» era un sobrenombre que ella me daba, con permiso de nuestra Madré, porque yo la atendia y porque, al tener que llamarme continuamente, la cansaba menos pronunciar ese nombre que el mio.) 3 Al ver que la madré Inès de Jesûs escribia todos los preciosos dichos de nuestro Angel, mientras que yo solo podia anotar a toda prisa los que se referian personalmente a mi, manifesté asi mi pesar por no poder escribirlo todo: «Yo no hago como las otras, no tomo nota de lo que dices». Ella respondiô inmediatamente: «Τύ no Ιο necesitas, yo vendré a buscarte...». (Antes de que la bajasen a la enfermeria, alla por el mes de junio, viéndome un dia desolada ante la perspectiva de su cercana partida, se dirigiô al Nino Jesûs y, apuntândole con el dedo en un gesto encantador, le dijo como si quisiera leerle la cartilla: «Jesusito, Jesusito, si me llevas a mi, tendras que llevarte también a la Senorita Lili (*). Estas son mis condiciones, asi que mira bien lo que haces... Nada de términos medios: o lo tomas o lo dejas. (*) Sobrenombre familiar que se remontaba a nuestra ninez y que ella me daba en la intimidad. Nos lo habia inspirado un cuento infantil titulado «El sefior Totô y la senorita Lili»: ella era el Sr. Totô y yo la Srta. Lili. 4 El 22 de julio escribia yo a mi tia, la senora de Guérin: ...El otro dia le leia yo a mi enfermita un pasaje sobre la bienaventuranza del cielo (*), y me interrumpié para decirme: «No es eso lo que me atrae...». _ ^Pues qué es?, le contesté. _ «j El amor! Amar, ser amada y volver a la tierra para hacer amar al amor» <4> (esto no esta en el autégrafo.) (*) Yo estaba sentada junto a la ventana. 5 Por la noche habia expectorado sangre. De tanto en tanto, con sus modales infantiles, me ensenaba toda contenta el plato <5>. Con frecuencia, me senalaba el borde con cierto aire de tristeza que queria decir: «yo lo quisiera lleno hasta aqui». Yo le contesté también tristemente: _«<,Qué importa que haya mucho o que haya poco? El hecho en si es ya una serial de tu muerte...». Y luego anadi: «jAy, tù tienes mâs suerte que yo, pues yo no tengo ninguna serial de la mia! Ella replico de inmediato: jSi, tienes una senal! Mi muerte es senal de la tuya... 21 de julio Mientras cumplia mi oficio en la enfermeria, ordenando la habitacién, ella me seguia con la mirada, y de pronto rompié el silencio con una frase que nada habia provocado: «En el cielo tù te sentarâs a mi lado». Y mas tarde, citando un pasaje de una hermosa poesias sobre Luis VXVII <6>. «Pronto vendras conmigo ... a acunar al nino que llora, y, en su ardiente morada, con sopio luminoso, a renovar los soles...». «Y después te pondré las alas azul marino de un rojo querubin... Te las sujetaré yo misma, pues tù no vas a saber, tù te las pondrias o demasiado bajas o demasiado altas». 24 de julio 1 Conocia multitud de historietas, y recordaba cantidad de anécdotas, de las que se servia en el momento oportuno, lo cual hacia que su conversation tuera muy grâfica y aguda. «Eres un alma de buena voluntad; no temas, tienes una "perrita" que te salvarâ de todos los peligros...». (Alusiôn a la confesiôn que el demonio habia hecho al P. Surin en el curso de un exorcismo: «Salgo adelante con todo; excepto con esta perra de buena voluntad, contra la que nada puedo»). 2 Yo le decia: «Tû eres mi ideal, y ese ideal no puedo alcanzarlo, jqué horrible! Creo que no tengo lo que se necesita para ello. Soy como un nino pequeno que no tiene concientia de las distantias: desde los brazos de su madré tiende la manita para coger la cortina o cualquier otro objeto..., jsin darse cuenta de que estân muy lejos!». «Si, pero en el ùltimo dia, Jesûs acercarâ su Celinita a todo lo que habia deseado, y entonces lo cogéra todo». 3 de agosto «Tû eres pequenita, no lo olvides, y cuando uno es pequenito no tiene grandes pensamientos» <7>. 4 de agosto 1 En mis primeros anos de vida religiosa asisti a una verdadera destruction de mi naturaleza; no veia en torno a mi mas que ruinas, y esto hacia que me lamentase con frecuencia. En una de esas ocasiones, la oi cantar (melodia) (*): «Chacha imperfecta en la tierra, jserâs perfecta en el cielo!» (ter). (*) La melodia de estas dos ùltimas lineas es la de un canto a san José: «José, desconocido en la tierra, iqué grande eres en el cielo!» (ter). La primera estrofa de este canto comenzaba asi: «Sangre noble corria por tus venas...», y el primer verso del estribillo: «La gloria del hombre es pasajera»), 2 Para aliviar un dolor muy fuerte que mi hermanita ténia en el hombro y en el brazo derechos, se me ocurrié sujetar en el dosel de su cama una larga cinta, que hice doblando una tela, dentro de la cual el brazo le quedaba suspendido en el vacio. Este alivio no duré mucho; ella, sin embargo, quedé muy agradecida y me dijo con carino: «Dios harâ también colgaderos para la chacha». 3 Interrumpiendo una conversation, exclamé con tristeza, pensando en su muerte: «jYo no podré vivir sin ella!». «Tienes razén, contesté con viveza, por eso te traeré dos» <7a>... (alas). 4 Cuando me encontré a solas con Teresa, le dije: «Quieres que de un huevo de gorrién saïga un pàjaro pretioso como tù, y eso jes imposible!». «Si, pero haré un experimento de fisica para divertir a los santos. Cogéré ese huevecito y diré a los santos: Fijaos bien, voy a hacer un juego de manos: Aqui tenéis un huevecito de gorrién; bueno, pues yo voy a hacer salir de él un hermoso pajarito como yo. Entonces le diré muy bajito a Dios, presentândole el huevecito, pero muy bajito, muy bajito: «Cambia la naturaleza del huevecito soplando sobre él...». Luego, cuando me lo devuelva, se lo daré a la Santisima Virgen y le pediré que lo bese... Después se lo pasaré a san José y le rogaré que lo acaricie... Y por ùltimo diré muy alto a todos los santos: _ jDecid todos que queréis tanto como yo al pajarito que va a salir de este huevecito! Y todos los santos exclamarân: jQueremos tanto como tù al pajarito que va a salir de ese huevecito! Entonces, con aire triunfal, yo romperé el huevecito, y un pretioso pajarito vendra a ponerse a mi lado sobre las rodillas de Dios, y todos los santos estallaron en un alborozo imposible de describir, al oir cantar a los dos pajaritos...». 5 de agosto 1 Sobre este pasaje del Evangelio: «Dos mujeres estarân moliendo juntas: a una se la llevarân y a la otra la dejarân...». «Nosotras dos llevamos juntas el negocio. Yo veré que tù no puedes moler el trigo sola, asi que vendre a buscarte... Por lo tanto, estate en vela, porque no sabes a qué hora vendra tu Serior». Me recordaba con frecuencia que éramos como dos socios. <,Qué importa que uno de los dos sea insolvente? Mientras no se separen, un dia participarân de los mismos beneficios. Mi Teresita siempre me decia que en su metâfora del pajarillo que a la puerta del nido espera al Aguila Divina <8>, y que no cesa de mirarla con amor, no se imaginaba sola sino que alli habia dos pajaritos... 2 Con dichos como éste, se esforzaba por inculcarme la pobreza de espiritu y de corazôn: «La chacha debe mantenerse en su position social, y no tratar nunca de ser una gran dama». Y como me faltaba por rezar una de las Horas Menores dei Oficio divino, me dijo con tono infantil: «Vete a rezar Nona. Y recuerda que eres una monja muy pequeüa, la ùltima de las monjas» <8a>. 3 _ jAsi que vas a dejarme! _ «j Ni a sol ni a sombra!». Y volviendo a mi tema favorito: «^Crees que puedo seguir esperando estar contigo en el cielo? Me parece imposible, es como si se hiciera concursar a un manco para coger algo que esta en lo alto de una cucaüa» <9>. Si, pero... ^y si hay alli un gigante que coge en brazos al manco lo levanta muy alto y él mismo le da el objeto deseado? Pues eso es lo que Dios harâ contigo. Pero no tienes que preocuparte por ello, basta que digas a Dios: «Sé muy bien que nunca seré digna de lo que espero, pero te tiendo la mano como un pobre mendigo y estoy segura de que me escucharâs plenamente, jpues eres tan bueno...!». 8 de agosto _ Si, una vez que te vayas, se escribe tu vida <10>, yo quisiera irme antes..., Jo crees? _ «Si, lo creo, pero no tendras que perder la patientia; mirame a mi que buenecita soy, tù tendras que hacer lo mismo». Agosto [estampa] 1 Mi querida hermanita, en todas las reuniones que teniamos, se esforzaba por desasirme de mi misma y comparaba nuestra carrera a la de los dos ninos pintados en esta estampa: ella camina despojada de todo, sin llevar encima nada mas que una tûnica, y sin nada en las manos, a no ser la mano de su hermanita a la que arrastra tras de si; ésta opone resistencia, tiene que coger flores y cargarse con un enorme ramo que le ocupa las dos manos... 2 Un dia me conté esta historieta alegérica: «Habia una vez una «senorita» que ténia muchas riquezas de esas que hacen al hombre injusto, y a las que daba mucha importancia. Ténia un hermanito que no poseia nada y que, sin embargo, nadaba en la abundancia. El nino cayé enfermo y dijo a su hermana: _ «Senorita», si quisieras, arrojarias al fuego todas esas riquezas que no sirven mas que para crearte preocupaciones, te convertirias en mi chacha renunciando a tu titulo de «senorita»; y cuando yo llegue al pais encantador al que pronto voy a ir, volveré a buscarte pues habrâs vivido pobre como yo y sin preocuparte por el dia de manana. La «senorita» comprendié que su hermanito tenia razén, se hizo pobre como él, se convirtié en su chacha y ya nunca mas se vio atormentada por la preocupacién de aquellas riquezas perecederas que habia arrojado al fuego... Su hermanito cumplié su palabra y vino a buscarla una vez que llegé al pais encantador en el que Dios es el Rey y la Santisima Virgen la Reina, y los dos vivirân eternamente sobre las rodillas de Dios, pues éste es el lugar que ellos escogieron porque, siendo tan pobres, no pudieron merecer unos tronos...». 3 En otra ocasién, haciendo de nuevo alusién a la imagen de los dos ninos, y, ademâs, a un ama de casa a la que no le falta de nada en los armarios, dijo: «Senorita demasiado rica: varios capullos de rosa, varios pâjaros cantândole al oido (*), unas enaguas, una bateria de cocina, pequenos paquetes...». (*) Tornado de un pasaje que habia leido, en el que el autor ensalzaba asi a su héroe: «Ténia un capullo de rosa en los labios y un pâjaro cantândole al oido». 4 Una noche que me vio desnudarme, sintié lâstima ante la miseria de nuestros vestidos, y sirviéndose de una expresién cémica que habia oido, exclamé: «iPobre, pobre! (*) jEstas envuelta en cuerdas (**)! Pero no siempre vas a estar asi, jte lo digo yo!». (*) Sobrenombre que me daba con frecuencia. (*) «Torée» [dice Teresa], del latin torus = cuerda. 5 «Cuando esté en el cielo, iré a meter m'no en los tesoros de Dios y diré: Esto para Maria, esto para Paulina, esto para Leonia, esto para la chiquitita de Celina.... Y haciéndole senas a papa: «Ahora es la mâs pequena, tenemos que darnos prisa por ir a buscarla». 6 Me conté este sueno que habia tenido poco antes de caer enferma: «Tû estabas a la orilla del mar con dos personas que yo no conocia. Una de ellas propuso dar un paseo, pero ella y su comparera eran muy avaras y dijeron que habia que alquilar un cordero en vez de un burro para montaros las très juntas en él. Pero cuando tù lo viste cargado con ellas dos, dijiste que tù irias a pie. El pobre cordero fue salvando a duras penas todos los obstâculos y, no pudiendo mâs, cayé agotado bajo la carga. Enfonces, en un recodo dei camino, se présenté ante ti un precioso corderito todo blanco que se ofrecié a llevarte. Y enfonces comprendiste que él te sostendria durante el viaje de la vida. Luego, el corderito anadié: «<,Y sabes?, quiero palpitar también dentro de ti...». Después comprend! que aquella era la recompensa por la caridad que habias tenido con aquellas dos personas al soportarlas sin quejarte. Por eso el mismo Jesûs vino a entregarse a ti». 16 de agosto Habiéndome levantado muy de madrugada, encontré a mi querida hermanita pâlida y desfigurada por el sufrimiento y por la angustia. Me dijo: «El demonio ronda a mi alrededor. No lo veo, pero lo siento... Me atormenta, me agarra como con una mano de hierro para impedirme tener el mâs ligero alivio, aumenta mis dolores para que me desespere... jY no puedo rezar! Solo puedo mirar a la Santisima Virgen y decir: jJesûs...! jCuân necesaria es la oracién de Completas: «Procul recedant somnia el noctium fantasmata»! Libranos de los fantasmas de Ia noche <12>. Siento algo misterioso... Hasta ahora me dolia sobre todo el costado derecho; pero Dios me pregunté si queria sufrir por ti, y yo le contesté inmediatamente que si... En ese mismo momento, comenzé a dolerme el costado izquierdo con increible intensidad... jSufro por ti, y el demonio no lo quiere!». Profundamente impresionada, encendi un cirio bendito y poco después recobré la calma, pero sin que se le pasara ese nuevo sufrimiento fisico. Desde enfonces, llamaba al costado derecho «el costado de Teresa» y al costado izquierdo «el costado de Celina». 20 de agosto «Si, vendré a buscarte, porque cuando eres buenecita, pones unos ojos que no son para seguir viviendo en la tierra». 21 de agosto «Cuando yo te diga: «Sufro», tù responderas: «Me alegro». Yo no tengo valor para hacerlo, asi que tù terminarâs lo que quiero decir». La opresiôn en aquel momento era muy fuerte, y, para ayudarse a respirar, decia, como si desgranase un rosario: «Sufro, sufro...»; pero pronto se lo reproché, como si hubiera sido una queja, y me dijo eso que acabo de escribir. 22 de agosto «^Senorita? Te quiero mucho, y es una delicia ser cuidada por ti». Me habia llamado para decirmelo. 24 de agosto Hablâbamos entre nosotras una especie de jerga infantil que las demâs no podian entender. Sor San Estanislao, la primera enfermera, dijo un dia con tono de admiration: «jQué gratiosas son estas dos jovencitas con su jerga ininteligiblel». Un poco mas tarde, yo le dije a Teresa: «Si, iqué gratiosas somos las dos! Pero tù eres graciosa sola, mientras que yo solo soy gratiosa contigo». Ella replicé vivamente: «jPor eso vendré a buscarte!» <13>. 31 de agosto «jChacha, te quiero mucho!». 3 de septiembre 1 Estaba yo delante de la chimenea de la enfermeria, yendo y viniendo para arreglar la habitation y me desesperaba por algo que no marchaba como yo queria... Me dijo: «Chacha, jnada de inquietud de espiritu!». 2 Ese mismo dia, pero no en la misma ocasién, le hice yo este comentario: «Las criaturas nunca sabrân que nos hemos querido tanto». Me contesté: «No vale la pena querer que lo sepan las criaturas, lo realmente importante es que sea asi...». Y en un tono de absoluta seguridad: «Si, pero... porque las dos estaremos sentadas en las rodillas de Dios». (Tenia una forma deliciosa de decir ese «si, pero...», expresiôn que era muy peculiar de ella.) 5 de septiembre 1 «jYo te protegerél». 2 Yo era muy avara con los domingos, tiempo libre de que disponia para pasar a limpio las notas que iba tornando a toda prisa en papeles sueltos. Y dije: «Hoy ha sido un domingo perdido. No he escrito nada en la celda» <14>. Contesté: «Esa es la medida de Lili, pero no la de Jesûs». 11 de septiembre 1 «Chacha, ya no eres mi chacha, eres mi nodriza..., y estas cuidando a un bébé que esta para morir». Y volviéndose hacia la estampa que representaba a su amigo Teéfano, dijo hablândole a él: «La chacha me cuida muy bien; asi que, cuando yo esté alla arriba, vendremos los dos a buscarla, verdad?». 2 «Quiero mucho a mi chacha, pero que mucho... Por eso, cuando me vaya, vendré a buscarla para darle gracias por haberme cuidado tan bien». 3 Mirândome con carino: «... jPero volveré a verte y se alegrarâ tu corazôn y nadie te quitarâ tu alegrial». 16 de septiembre 1 Acababa yo de cometer una imperfection, y me dijo, abriendo unos ojos como platos: «jA pesar de todo, estarâs junto a mi!» <15>. 2 Conmovida hasta las lâgrimas por los cuidados que le dispensaba, exclamo: «jCuânto tengo que agradecerte, mi chacha querida...! jYa verâs todo lo que te voy a hacer!». 3 Temia que tuviese frio y le dije: _ «Voy a buscarte un «alivio» (*). Pero me contesté râpidamente: _ «No, mi alivio eres tû...». (*) (Los «alivios» eran simples trozos de lana que la encargada de la roperia daba junto con las ropas de invierno.) 19 de septiembre «jQué dulce es mi chacha, qué bien me cuida...! jYo se lo pagarél». 21 de septiembre «Para amarte, estoy yo; para no amarte no esta Dios..., esta el diablo». 23 de septiembre «Τύ no necesitas entender, eres demasiado pequeha...». (Entender lo que Dios hace en mi.) 25 de septiembre «Voy a morirme, esto es seguro... No sé cuando, jpero es seguro!». Septiembre 1 Un dia le dije. «Nos miraras desde lo alto del cielo, <,no?». Entonces respondiô con total espontaneidad: _ «No, jbajaré!» <16>. 2 Durante la noche me levantaba varias veces, a pesar de su insistencia en que no lo hiciera. En una de aquellas visitas encontre a mi querida hermanita con las manos juntas y los ojos alzados al cielo: «ôQué estas haciendo asi? Je dije_ Deberias tratar de dormir». _ «No puedo, sufro demasiado, asi que rezo...». _ «ôY qué le dices a Jesûs?». _ «No le digo nada, jio amo!» <17>. 3 Uno de los ùltimos dias de su vida, en un momento de grandes sufrimientos, me suplicô: iAy, hermanita Genoveva, reza por mi a la Santisima Virgen! Si tu estuvieses enferma, yo le rezaria mucho. Una misma no se atreve a pedir...». («Una no se atreve a pedir por si misma...», éste es el sentido.) Y suspirô de nuevo, dirigiéndose a mi: «jCuânto hay que rezar por los agonizantes! Si se supiera...» <18>. (Yo oi estos dichos y la mayoria de los que escribiô la madre Inès de Jesûs a medida que los iba pronunciando; si no los escribia, era porque veia que ya los estaban anotando. Yo he sido testigo de todos ellos, a exception de los que fueron pronunciados durante el rezo de las Horas del Oficio divino en que la madre Inès de Jesûs se quedaba sola con ella.) Para mâs detalles, véase también mi Déposition manuscrita <19>. 27 de septiembre jChacha, mi corazôn siente por ti un carino enorme...!». 30 de septiembre Ultimo dia del destierro de mi querida Teresita... El dia de su muerte por la tarde, estando solas con ella la madre Inès de Jesûs y yo, nuestra querida santita, temblorosa y deshecha, nos llamô en su ayuda... Le dolian terriblemente todos los mûsculos, y apoyando uno de sus brazos en el hombro de la madre Inès de Jesûs y el otro en el mio, se estuvo asi, con los brazos en cruz. En aquel preciso momento dieron las très y nos vino a la mente el pensamiento de la Jesûs en la cruz: ^no era la pobrecita de nuestra mârtir su viva imagen...? A nuestra pregunta «^para quién séria su ûltima mirada?», nos habia respondido unos dias antes de morir: «Si Dios me déjà elegir, sera para nuestra Madre» (la madre Maria de Gonzaga). Pues bien, durante su agonia, tan solo unos minutos ante de expirar, y pasé por sus labios encendidos un pedacito de hielo, y en ese momento alzô los ojos hacia mi y me miro con una insistentia profética. * Su mirada estaba llena de carino; tenia a la vez una expresiôn sobrehumana, hecha de aliento y de promesas, como si quisiese decirme: «jBueno, bueno, Celina! jYo estaré contigo...!». ^Le revelô Dios en ese momento la larga y laboriosa carrera que, por su causa, tendria yo que recorrer aqui en la tierra, y quiso consolarme asi de mi destierro? Pues el recuerdo de esa ûltima mirada, que todas tanto deseâbamos y que fue para mi, ese recuerdo me sigue sosteniendo y constituye para mi una fuerza indecible.) La comunidad alli présente estaba como en suspenso ante aquel espectâculo grandioso. Pero de repente nuestra santita bajô los ojos buscando a nuestra Madré, que estaba arrodillada a su lado, mientras su mirada velada recobraba la expresiôn de sufrimiento que tenia antes. Ùltimos dichos de nuestra querida Teresita. 30 de septiembre de 1897 «jSi, es el sufrimiento puro, pues no hay en él el menor consuelo! jNo, ni el mâs minimo! i i iAy, Dios mio!!! Sin embargo, si, lo amo a Dios... jQuerida Virgen Santisima, ven en mi auxilio! Si esto es la agonia, <,qué sera la muerte...? jMadre, le aseguro que el vaso esta lleno hasta el borde! j Si, Dios mio, todo lo que quieras..., pero ten compasiôn de mi! Hermanitas... hermanitas... jDios mio, Dios mio, ten compasiôn de mi! jNo puedo mâs..., no puedo mâs! Sin embargo, tengo que resistir... Estoy... estoy vencida... No, nunca hubiera creido que se pudiese sufrir tanto..., jnunca, nunca! Madré, ya no creo en la muerte para mi... jya no creo mâs que en el sufrimiento! jY manana serâ todavia peor! Bueno, jpues mejor que mejor!». Por la noche (Nuestra Madré acababa de despedir a la comunidad, diciendo que la agonia iba a prolongarse todavia, y nuestra santa enfermita contesté): «Pues bien, jadelante, adelante! jNo quisiera sufrir menos!». «Si, le amo...». «iDios mio... te... amo!». NOTAS ÙLTIMAS CONVERSACIONES CON CELINA (UC/G) 1 Cf CA 9.7.2. 2 Cf Ms A 61 v°; PN 3; Cta 149 y 161. 3 Juego de palabras con «Bon Sauveur», nombre de la casa de salud de Caen en la que estuvo ingresado el seüor Martin. 4 «Para hacer amar al Amor». Sor Genoveva tachô estas palabras y anadiô la frase : «(esto no estâ en el autégrafo)». El autôgrafo quiere decir su carta del 22 de julio a la senora de Guérin. Sobre este tema puede consultarse la ediciôn critica de las Ultimas Conversaciones: UC, pp. 647649. 5 Platito que estaba en el suelo y que le servia de escupidera; cf CA 31.7.6. 6 Poesia de Victor Hugo. 7 Sobre los «grandes pensamientos», cf Ms C 19r°/v°; Cta 89 y 141 a Celina. 7a Teresa hace un juego de palabras con la frase de Celina: «sans elle» (sin ella), que dice Celina, se pronuncia igual que «sans aille» (sin ala); por eso la santa le contesta que le traerâ dos (alas). N. del T. 8 Cf Ms B 4v°/5v°. 8a Nuevo juego de palabras entre «None» (Hora litûrgica de Nona) y «nonne» (monja), que se pronuncian igual. N. del T. 9 Cf CA 8.7.7. 10 Publicando la Historia de un aima. 11 Evocaciôn de la ninez vivida con Celina y afirmaciôn de un destino comûn, que podemos encontrar a lo largo de todos los DE/G (Ultimas Conversaciones con Celina) (—.7.1; 12.7.4; 5.8.1; —.8.1; —7.3). Cf «las dos gallinitas» del Ms A 9r°. 12 Cf CA 25.8.6. 13 [Teresa dice «vous cri» = «buscar»], en vez de «vous quérir». 14 En «el cuaderno», escribe en otra parte sor Genoveva. 15 Se sobreentiende: «en el regazo de Dios». 16 Cf CA 13.7.3. 17 Dicho transmitido ùnicamente por sor Genoveva, y publicado a partir de HA 98 (p. 243). 18 Cf CA 25.8.6. 19 Las notas preparatorias para el Proceso Apostôlico (NPPA). ÙLTIMAS PALABRAS DE SOR TERESA DEL NINO JESÛS RECOGIDAS POR SOR MARIA DEL SAGRADO CORAZÔN 8 de julio 1 Le dije, a proposito de una novicia que la cansaba mucho: «jMenudo combate el que tienes con ella! ^Te da miedo?». _ Un soldado nunca tiene miedo al combate, y yo soy un soldado. (Después de haber reprendido a la novicia:) ΐ,Νο he dicho que moriré con las armas en la mano <1>? 2 El «Ladrôn» <2> esta muy lejos, jse ha ido a robar a otros ninos! 3 Estamos a 8 de julio, y el 9 de junio yo veia al Ladrôn. Si es asi como actùa, no esta a punto de robarme... 4 Me han puesto en «la cama de la mala suerte», en una cama que te hace perder el tren. Aludia a la madré Genoveva, que en aquella misma cama habia recibido por très veces la Unciôn de los Enfermos. 9 de julio Después de la visita del médico, que la habia encontrado mejor, iEl «Ladrôn» se ha vuelto a marchar! jQue sea lo que Dios quiera! 12 de julio Si tuvieras que empezar a vivir otra vez, <,qué harias? Haria lo mismo que he hecho <3>. 13 de julio 1 jSi supieras cuântos proyectos he hecho y cuântas cosas haré cuando esté en el cielo...! Comenzaré mi misién <4>... _ <,Y cuâles son tus proyectos? _ Los proyectos de volver al lado de mis hermanitas, y de irme alla lejos a ayudar a los misioneros, y ademâs el de impedir que los ninos salvajes mueran sin bautizar. 2 Le decia yo que, cuando ella se tuera, yo ya no tendria ânimos, a mi parecer, para dirigir a nadie una palabra, que caeria en un estado de depresién. Eso no esta de acuerdo con la ley evangélica. Hay que hacerse todo a todos. 3 jAlégrate, pronto te veras libre de los trabajos de la vida! ôYo, un soldado tan valiente? 4 i,Y que tendra que hacer tu madrinita? Elevarse por encima de todo lo que dicen las hermanas y de todo lo que hacen. Tendras que vivir como si no estuvieras en el monasterio, como si no tuvieras que pasar aqui mas que dos dias. Si tuera asi, te guardarias muy bien de decir lo que te desagrada, ya que tendrias que dejarlo. (Como estaba terminando de escribir estas palabras mientras tocaban para la Salve:) Seria mejor, muchisimo mejor, perderte eso, y ser fiel al toque de la campana. jSi supierais qué importante es esto! 16 de julio Si Dios me dijese: "Si mueres ahora mismo, tendras una gloria muy grande, pero si mueres a los 80 anos tu gloria sera mucho menor pero a mi me gustarâ mucho mâs", no vacilaria en contestarle: Dios mio, quiero morir a los 80 anos, pues no busco mi gloria sino complacerte a ti. Los grandes santos trabajaron por la gloria de Dios, pero yo, que no soy mâs que un aima pequenita, solo trabajo por complacerle y por satisfacer sus caprichos, y séria feliz de soportar los mayores sufrimientos _aun cuando él no lo supiera, si eso fuese posible_, y no por darie una gloria pasajera sino ùnicamente por saber que solo con ello haria aflorar a su labios una sonrisa <5>. 25 de julio Inclinândome un poco, veia por la ventana el sol poniente que lanzaba sus ùltimos rayos sobre la naturaleza, y la cima de los ârboles aparecia toda dorada. Y pensé: jQué diferencia entre estar a la sombra o, al contrario, exponerse al sol del amor!...! En este ùltimo caso, todo parece dorado. En realidad, yo no lo soy, y dejaria inmediatamente de serlo si me alejase del Amor. 28 de julio 1 Comentâbamos que nos costaria mucho perder la recreaciôn por cualquier otra que no fuera ella. Respondié sin pensârselo dos veces: jPues yo me sentiria feliz de hacer lo contrario! <,No estamos en la tierra para sufrir? Pues entonces, cuanto mâs sufrimos, mâs felices somos... Se practica mucho mejor la caridad sirviendo a quien te cae menos simpâtico <6> jQué mal sabemos llevar nuestros negocios en la tierra! 2 Le decia: jQué felicidad morir después de haber pasado la vida en el amor! Si, pero también es necesario no faltar a la caridad con el prôjimo. 29 de julio Yo le decia que una cierta musiquilla de santa Marta le habia dado ocasiôn de merecer. Y me contesté enseguida: jNada de merecer! Dar gusto a Dios... Si hubiese atesorado méritos, habria perdido muy pronto la esperanza. 1 de agosto No sé como haré para morir... Pero me abandono totalmente... jQue sea lo que Dios quiera! 10 de agosto Le decia: jCon todo lo que he pedido que no sufras mucho, y estas sufriendo tanto! Me contesté: Le he pedido a Dios que no escuche las oraciones que puedan suponer un obstaculo al cumplimiento de sus designios sobre mi y que haga desaparecer todos los obstâculos que se opongan a ellos. 11 de agosto ÔO sea que no podré desahogarme con la madre Inès de Jesûs? Solo tendrias que hacerlo en el caso en que ella tenga necesidad de consuelo. Tû no debes hablarle nunca buscando tu consuelo mientras no sea ella la priora. Te aseguro que esto es lo yo he hecho siempre. Por ejemplo, nuestra Madre le habia dado permiso a ella para hablar conmigo, pero yo no lo ténia, asi que no le decia nada sobre mi alma. Creo que precisamente esto es lo que convierte la vida religiosa en un martirio. Sin ello, séria una vida fâcil y sin méritos. 15 de agosto 1 El dia 13 <8>, antes de recibir la sagrada comuniôn, se habia emocionado mucho con el Confiteor que recitaba la comunidad. Y me dijo: Cuando oia a todas las hermanas decir en mi lugar: Yo confieso a Dios, Padre todopoderoso, a la Bienaventurada Virgen Maria y a todos los santos, pensaba: Si, es bueno pedir perdôn a todos los santos... No puedo explicar mis sentimientos. Dios me hace sentir asi lo pequena que soy. jY esto me hace tan feliz...! 2 Le decia: Lo que mas me duele es pensar que aûn vas a sufrir mucho. Pues a mi no, porque Dios me da lo que necesito. 3 Deciamos: "Si Dios la llevase esta noche, se iria sin que nos diésemos cuenta... j jCômo lo sentiriamos! jY a mi que me pareceria muy gracioso que hiciera eso! Séria como robarme... 20 de agosto Nadie sabe lo que es sufrir asi... No, hay que pasar por ello... Después de esta misma jornada, de continuos sufrimientos: jVed qué bueno es Dios! Hoy no tenia fuerzas para toser, y casi no he tosido. Ahora que estoy un poco mejor, la tos va a empezar de nuevo. 27 de agosto Le pregunté: ^Quieres agua helada? _ Si, jme gustaria tanto...! _ Nuestra Madré te ha mandado pedir todo lo que necesites. Hazlo por obediencia. _ Ya pido todo lo que necesito. _ <,Y no lo que te gusta? _ No, solo lo que necesito. Por eso, si no tengo uvas no las pediré. _ Un poco después de haber bebido, seguia mirando el vaso de agua. Yo le dije: Bebe un poco. _ No, no tengo la lengua seca <9>. _ Cuando pienso que, estando tan enferma como estas, todavia encuentras la manera de mortificarte... _ jY qué quieres! Si me escuchase a mi misma, estarâ todo el dia bebiendo. 1 de septembre (A proposito de la madré H. del Sagrado Corazon, a quien habia que prestarle numerosos pequenos servicios.) jCémo me hubiera gustado ser su enfermera! Tal vez me hubiese costado segùn la naturaleza, pero creo que la habria cuidado con mucho amor, porque pienso en aquello que dijo Nuestro Senor: "Estuve enfermo y me aliviasteis". 8 de septembre jAh, la Santisima Virgen...! jNo ha venido a buscarme...! 17 de septiembre (A proposito del cementerio): A vosotras comprendo que os impresione un poco. jPero ami...! ^Como me va a impresionar...? Meterân en la tierra algo simplemente muerto. No es como si estuviese en estado letârgico, eso seria cruel. 21 de septiembre Yo deseaba oirle una palabra, algo asi como se acordase del pasado y del carino con que yo la habia rodeado en su ninez. Apenas habia cruzado por mi mente este pensamiento, cuando nos miro a la madré Inès y a mi con los ojos llenos de lagrimas, diciendo: jHermanitas..., vosotras sois las que me educasteis...! 25 de septiembre Yo la estaba mirando con ternura. Madrina, jqué preciosa eres cuando tu rostro se ilumina con un rayo de amor...! jEs tan puro! 30 de septiembre Si, es el sufrimiento puro, pues no hay en él el menor consuelo... jNo, ni el mas minimo! j j jDios mio!!! Sin embargo, si, lo amo a Dios... jQuerida Santisima Virgen, ven en mi auxilio! Si esto es la agonia, jqué sera la muerte...! jMadrecita querida, te aseguro que el vaso esta lleno hasta el borde! jSi, Dios mio, todo lo que quieras...! jPero ten compasion de mi! Hermanitas..., hermanitas... jDios mio...! jDios mio, ten compasion de mi! jNo puedo mas..., no puedo mas! Y sin embargo, tengo que resistir... Estoy... estoy vencida... No, nunca hubiera creido que se pudiese sufrir tanto... jNunca! jNunca! Madre, ya no creo en la muerte para mi... jCreo en el sufrimiento! <,Y manana sera todavia peor? Bueno, jpues mejor que mejor! Ultimas palabras, mirando al crucifijo: jSi!, lo amo... jDios mio..., te amo! NOTAS ÙLTIMAS CONVERSACIONES CON SOR MARIA DEL SAGRADO CORAZON (UC/MSC) 1 PN 48,5,11-12. 2 Cf CA 9.6.1. 3 Dicho referido en HA 98, p. 227, y en NV 12.7.3. 4 Cf CA 13.7.17. 5 Cf CA 16.7.6*. 6 Cf Ms C 13v°/14r°. 7 Cf CA 6.6.4; 31.7.4; 1.8.5; 29.9.2; 30.9. 8 En realidad el 12 de agosto. 9 Cf CA 27.8.9. 10CfUC p. 573s, 19.7+a. OTROS DICHOS DE TERESA A LA MADRE INÈS DE JESÛS Mayo Un dia que fue a Misa y comulgô, aunque acababan de quitarle un vejigatorio, yo me eché a llorar y no pude ir a las Horas. La segui su celda, y siempre la veré sentada en su banquito y con la espalda apoyada en la pobre pared de tablas. Estaba extenuada, y me miraba con expresiôn triste, jpero tan dulce a la vez! Mis lâgrimas arreciaron, y, adivinando como la estaba haciendo sufrir, le pedi perdôn de rodillas. Ella me respondiô simplemente: No es demasiado sufrir a cambio de una comuniôn... Pero repetir la frase es lo de menos: jhay que haber escuchado el acento con que la pronunciô <1>! * Tosia mucho aquellos dias, sobre todo por la noche. Y en esos momentos se veia obligada a sentarse en el jergôn para reducir la opresiôn y poner recobrar el aliento. Yo hubiera deseado que bajase a la enfermeria para poder darle un colchôn, pero ella insistia tanto en que le gustaba mas estar en su celda, que la dejaron alii hasta que ya no habia nada que hacer.: Aqui no me oyen toser, no molesto a nadie _decia_, y ademâs si me cuidan demasiado ya no disfruto. * Para ponerle otro vejigatorio, la enfermera, una anciana venerable, muy bondadosa y abnegada, la habia instalado esta vez en la enfermeria en un sillon. Pero a fuerza de poner almohada tras almohada sobre el respaldo de aquel asiento para que estuviese mas blando, la pobre enfermita pronto se encontre) sentada en el borde del sillon, corriendo peligro de caerse en cualquier momento. En lugar de quejarse, le dio efusivamente las gracias a la buena de la hermana, y asi estuvo todo el dia escuchando los elogios de las caritativas visitas que recibia: «jBueno, ya veo que esta cômoda! jCuântas almohadas tiene! jBien se ve que la cuida una verdadera marna, etc.». También yo cai en la trampa, hasta que una sonrisa que yo conocia muy bien me hizo comprender..., pero ya era demasiado tarde para remediarlo. Junio El 9 de junio de 1897, sor Maria del Sagrado Corazôn le decia que después de su muerte nos quedariamos muy tristes. Ella respondiô: No, no, ya veréis..., sera como una lluvia de rosas... Y ahadiô: Después de mi muerte, iréis al buzôn y alli encontraréis consuelos <2>. * (La madré Inès de Jesûs anotô este recuerdo, que data de junio de 1897, relativo a las botellas de leche:) Este dibujo (deserito aqui debajo), recortado de una hoja de periodico encontrada por casualidad, me lo trajo con una sonrisa maliciosa sor Teresa del Nino Jesûs en un momento en que yo estaba desolada porque ella, que estaba muy enferma, no tomaba mas que leche. Era una manera de hacerme reir. Me dijo: Mi botella de leche me sigue tan fielmente como la suya a este borracho, de quien no se ve mas que la punta del bastôn, jffjate! Asi de alegre era nuestra querida Santita. (Hoja suelta manuscrita, en la que esta envuelto el dibujo en cuestiôn. Este représenta a un perro que llega al galope, estimulado por el bastôn de un amo invisible, con una botella en la boca <2b>. Julio El cielo, para ella, la vision y la posesiôn plena de Dios. A ejemplo de varios santos, particularmente de santo Tomâs de Aquino, no aspiraba a otra recompensa que el mismo Dios. Recordaba las palabras de Nuestro Senor: «La vida eterna consiste en conocerte a ti...»; y como, para ella, conocer a Dios era amarlo, podia decir: Una ûnica esperanza hace latir mi corazôn: el amor que recibiré y el que yo podré dar<3>. * Le pedia yo explicaciones sobre el camino que decia que queria ensenar a las aimas después de su muerte. Madré, es el camino de la infancia espiritual, el camino de la confianza y del total abandono. Quiero ensenarles los medios tan sencillos que a mi me han dado tan buen resultado, decides que aqui en la tierra solo hay que hacer una cosa: arrojarle a Jesûs las flores de los pequenos sacrificios, ganarle a base de caricias. Asi le he ganado yo, y por eso seré tan bien recibida <4>. Agosto Una noche, en la enfermeria, se sintiô animada a confiarme sus penas mas que de costumbre. Nunca se habia desahogado sobre ese tema de esa manera. Hasta entonces yo solo conocia su prueba muy vagamente. jSi supieras _me dijo_ qué espantosos pensamientos me asedian! Pide mucho por mi para que no escuche al demonio que intenta convencerme de tantas mentiras. Se impone a mi espiritu el razonamiento de los peores racionalistas: mas adelante, la ciencia, al hacer nuevos e incesantes progresos, lo explicarà todo de manera natural, descubriremos la razôn absoluta de todo lo que existe y que hoy aùn constituye para nosotros un problema, pues quedan todavia muchas cosas por descubrir..., etc., etc. Quiero hacer el bien después de mi muerte, jpero no podré! Pasarâ como con la madré Genoveva: esperâbamos verla hacer milagros, y un completo silencio cayé sobre su tumba... Madrecita, <,por qué se han de tener tales pensamientos cuando se ama tanto a Dios? En fin..., ofrezco estos tormentos tan grandes para alcanzar la luz de la fe a los pobres incrédulos y por todos los que viven alejados del credo de la Iglesia. Y anadiô que nunca discutia con esos pensamientos tenebrosos: Los sufro a la fuerza _dijo_, pero mientras los sufro no ceso de hacer actos de fe <5>. * En el Carmelo he sufrido de frio hasta morir. Me extraho orla hablar asi, pues en invierno su porte no revelaba en absoluto su sufrimiento. Nunca, ni durante los frios mas intensos, la vi frotarse las manos o caminar mas ligera o mâs encorvada que de costumbre, como se hace tan espontâneamente cuando se tiene frfo <6>. * Durante este periodo de su enfermedad, jcuântas veces debiô de hacer sonreir a Dios con su paciencia! jQué sufrimientos tuvo que soportar! A veces se quejaba como un pobre corderito al que estân inmolando: Madré _me dijo un dia_, cuando tengas enfermas victimas de tan violentos dolores, ten mucho cuidado con no dejar cerca de ellas medicamentos que contengan veneno. Te aseguro que, cuando se llega a este grado de sufrimiento, basta un solo momento para perder la razôn. Y enfonces es muy fâcil envenenarse <7>. Septiembre Un dia, la madré priora le hablaba al doctor, en su presencia, de la compra que acabâbamos de hacer de un nuevo terreno en el cementerio de la ciudad, porque ya no quedaba lugar en el antiguo. Anadiô que, en adelante, las fosas se excavarian lo suficientemente hondas como para poder sobreponer en ellas très féretros. Sor Teresa del Nino Jesûs dijo riendo: «^Enfonces seré yo quien estrene ese nuevo cementerio? El doctor, asombrado, le dijo que no pensase aùn en su inhumation. Sin embargo, es un pensamiento muy alegre _respondiô ella_. Pero me preocupa que el pozo sea tan profundo, pues podria ocurrirles alguna desgracia a los que tengan que bajarme. Y prosiguiô en son de broma: Ya me parece estar oyendo a un sepulturero que grita: jNo tires tanto por aqui de la cuerda!, y a otro que le responde: jTira de alla! jEh, cuidado! jBueno, ya esta! Echan tierra sobre mi féretro y todos se van. Cuando se marché el Sr. de Cornière, yo le pregunté si de verdad no le impresionaba la idea de que la iban a meter tan profundamente en la tierra. Me contesté, con aire de extraneza: jNo te entiendo! ^Por qué me a impresionar? Ni siquiera sentiria la menor repulsion si supiese que iba a ser echada en la fosa comûn. SOR GENOVEVA Junio Durante su enfermedad, habia acompanado a la comunidad con gran dificultad a la ermita del Sagrado Corazén, y se habia sentado mientras entonâbamos un canto. Una hermana le hizo senas de que se uniese al coro. Estaba agotada y no podia tenerse de pie. Sin embargo, se levanté enseguida, y como yo la critiqué por ello después de la reunion, me dijo simplemente: He cogido la costumbre de obedecerlas a todas como si fuese Dios quien me manifestase asi su voluntad <9>. * En el curso del ano 1897, sor Teresa del Nino Jesûs me dijo, mucho antes de caer enferma, que esperaba morir ese ano. He aqui la razén que me dio en el mes de junio: cuando se sintié presa de una tuberculosis pulmonar: Ya ve _me dijo-, Dios va a llevarme a una edad en que no habria tenido tiempo de ser sacerdote... Si hubiera podido ser sacerdote, habria recibido las sagradas Ordenes en este mes de junio, en esta ordenacién. Pues bien, para que no tenga ningùn pesar, Dios ha permitido que me encuentre enferma, asi que no habria podido acudir a la ordenacién y moriria antes de ejercer el ministerio <10>. Julio Una hermana le decia que podria tener una hora de temor antes de morir, para expiar sus pecados. îEl temor de la muerte para expiar mis pecados...! jEso no tendria mas eficacia que un poco de agua cenagosa! Por eso, si llego a tener esos temores, los ofreceré a Dios por los pecadores, y como sera un acto de caridad, ese sufrimiento sera para los demâs mucho mas eficaz que el agua. A mi lo ùnico que me purifica es el fuego del amor de Dios <11>. * Un dia, después de la comunién. Era como si hubiesen puesto juntos a dos ninitos, y los ninitos no se dijesen nada el uno al otro. Sin embargo, yo Le dije algunas cosillas, pero él no me contesté; seguro que estaba dormido. * Cuando esté muerta, no diré nada, no daré ningùn consejo. Si me coIocan del lado izquierdo o del derecho, no ayudaré. Dirân: esta mejor de este lado; hasta podrân poner fuego cerca de mi, yo no diré nada. * (Un dia en que se encontraba delante de una biblioteca) _ jCémo me pesaria haber leido todos esos libros! _ <,Por qué? Haberlos leido séria una riqueza que habrias adquirido. Entiendo que resuite pesado leerlos, pero no el haberlos leido. _ Si los hubiese leido, me habria roto la cabeza y habria perdido un tiempo precioso que hubiese podido emplear sencillamente en amar a Dios... * _ Me encuentro en un estado de ânimo en que me parece que ya no sé ni pensar. _ No importa, Dios conoce tus intenciones. Cuanto mâs humilde seas, tanto mâs feliz seras. * Una vez, en que sono el reloj y yo no me movia dei sitio con la suficiente rapidez, me dijo: Vete a tu obligacién... Y corrigiéndose: No, a tu amor. Y en otra ocasién yo le decia: Tengo que trabajar, porque, si no, Jesûs se pondria triste. Y ella me respondié: No, no, tû te pondrias triste. El no puede entristecerse por nuestras componendas. jPero qué pena la nuestra, de no darle todo lo que podemos! * Cuando se presentaban las hemorragias, se alegraba, pensando que estaba derramando su sangre por Dios: No podia ser de otra manera _decia_, yo sabia que tendria el consuelo de ver derramada mi sangre, pues muero mârtir de amor. * En otra ocasién le decia: Ya que querias ir a Saigon, tal vez cuando estés el cielo iré yo en tu lugar para completar tu labor, y entre las dos realizaremos una obra perfecta. Si algûn dia vas alla, no pienses que es para completar nada. No hace ninguna falta. Todo esta bien, todo es perfecto, todo esta consumado, solo cuenta el amor... Si vas alla, sera por un capricho de Jesûs, nada mâs. No pienses que serâ una obra ûtil, sera un capricho de Jesûs<12>. SOR MARIA DEL SAGRADO CORAZÔN Mayo La enfermera le habia aconsejado darse todos los dias un paseito de un cuarto de hora por la huerta. Yo me la encontre caminando penosamente y, por asi decirlo, al limite de sus fuerzas. "Harias mucho mejor descansando Je dije_; en las condiciones en que estas, este paseo no puede hacerte ningùn bien; te estas agotando, y basta. Es verdad _me contestô_, ^pero sabes lo que me da fuerzas? Pues camino por un misionero. Pienso que alla lejos, muy lejos, tal vez alguno de ellos esté agotado en sus correrias apostôlicas, y para aminorar sus fatigas ofrezco yo las mias a Dios <13>. Julio Su gran sufrimiento en el Carmelo fue el no poder comulgar todos los dias. Un poco antes de su muerte decia a la madré Maria de Gonzaga, la cual ténia miedo a la comuniôn diaria: Madré, cuando esté en el cielo le haré cambiar de opinion. Y asi sucediô. Después de la muerte de la Sierva de Dios, el Sr. capellân nos dio la sagrada comuniôn todos los dias, y la madré Maria de Gonzaga, en lugar de rebelarse como antes, se sentia muy dichosa. * Un dia le decia yo: jSi fuese yo la ùnica que va a sufrir con tu partida...! i,Pero como voy a poder consolar a la madré Inès de Jesûs, que te quiere tanto? Estate tranquila _me dijo_, no tendra tiempo para pensar en su sufrimiento, pues estarâ ocupada conmigo hasta el fin de su vida, y no podrâ dar abasto con todo <15> * Hacia el mes de agosto de 1897, unas très semanas antes de su muerte, yo estaba junto a su lecho con la madré Inès de Jesûs y sor Genoveva. De pronto, sin que ninguna conversation provocara esta frase, nos mire con una expresiôn celestial y nos dijo muy claramente: Sabéis bien que estais cuidando a una pequena santa... Interrogata a R.D. Judice Vicario Generali an Serva Dei aliquam hujusce sermonis explicationem vel correctionem addiderit? _ Respondit: Quedé muy emocionada ante esas palabras, como si hubiese oido a un santo predecir lo que aconteceria después de su muerte. Dominada por esa emotion, me alejé un poco de Ia enfermeria, y no recuerdo haber oido nada mas. SOR MARIA DE LA EUCARISTÎA 11 de Julio Cuando tengas tentaciones contra la caridad, te aconsejo que leas este capitulo de la Imitation: «De como se han de soportar los defectos ajenos». Verâs como tus tentaciones se desvanecen. Siempre me ha ayudado mucho; es muy bueno y muy verdadero <17>. 18 de julio Le pedia que, cuando estuviera en el cielo, me alcanzara muchas gracias, y me respondiô: Cuando esté en el cielo, haré muchas cosas, grandes cosas... Es imposible que no sea Dios mismo quien me da este deseo, jy estoy segura de que me escucharâ! Y ademâs, cuando esté alla arriba, te seguiré de cerca... Y como le dijese que a lo mejor me daba miedo: <,Te da miedo el ângel de la guarda...? Sin embargo, te sigue de continuo. Bueno, pues yo te seguiré lo mismo, jy mucho mâs de cerca todavia!, no te dejaré pasar ni una... Julio Siempre que se razona un poquito sobre lo que dice la madré priora, se le da a Dios un poquito de pena; y se le da mucha pena cuando se razona mucho, aunque sea interiormente. 2 de agosto No encuentro ningùn placer natural en que me quieran y me mimen, pero lo encuentro muy grande en que me humillen. Cuando hago alguna tonteria que me humilia y me hace ver lo que soy, enfonces si que siento un placer natural y experimento una verdadera alegria, como la que tù experimentarâs cuando te sientes amada. 11 de septiembre Tendrias que hacerte muy dulce: nunca palabras duras, tono duro, nunca adoptes una expresién dura. Sé siempre dulce. Por ejemplo, ayer le diste un disgusto a sor XXX; un momento después, otra hermana hizo lo mismo. <,Y qué pasé...? jPues que acabé llorando...! Si tù no la hubieses tratado con dureza, habria aceptado mejor el segundo disgusto, que le hubiera pasado desapercibido. Pero dos disgustos tan seguidos la sumieron en un estado de tristeza muy grande; mientras que si tû hubieses sido tierna con ella, nada de eso habria ocurrido. * Un dia me hizo prometer que seria santa. Me preguntô si hacia progresos, y yo le contesté: Te prometo ser santa cuando tû te hayas ido al cielo; en ese momento pondré manos a la obra con toda el aima. No, no esperes hasta entonces _me contestô_. Comienza ahora mismo. El mes que precediô a mi entrada en el Carmelo se me ha quedado grabado como un dulce recuerdo. Al principio, me decia a mi misma, como tû ahora: «Seré santa cuando esté en el Carmelo; mientras tanto, no pienso molestarme». Pero Dios me hizo ver el valor del tiempo, e hice todo lo contrario de lo que pensaba. Quise prepararme para entrar, siendo muy fiel. Y fue ése uno de los meses mâs hermosos de mi vida. Créeme, nunca esperes a manana para empezar a ser santa. SOR MARIA DE LA TRINIDAD Abril Me conté la siguiente anécdota, que ocurrié cinco meses antes de su muerte: Una tarde, vino la enfermera a ponerme una botella de agua caliente a los pies y tintura de yodo en el pecho. Yo estaba consumida por la fiebre y una sed ardiente me devoraba. Mientras soportaba esos remedios, no pude por menos de quejarme a Nuestro Senor: «Jesûs mio, le dije, tû eres testigo de que estoy ardiendo, jy encima me traen calor y fuego! jSi en vez de todo eso, me diesen medio vaso de agua...! jJesûs mio, tu hijita tiene mucha sed! Pero, no obstante, se siente feliz de encontrar la ocasién de que le faite lo necesario, a fin de parecerse mâs a ti y salvar aimas». Al poco, me dejé la enfermera, y yo ya no contaba con volverla a ver hasta el dia siguiente por la manana, cuando, con gran sorpresa de mi parte, volvié pocos minutos después trayéndome una bebida refrescante... jQué bueno es nuestro Jesûs! jY qué dulce confiar en él!<18>. Mayo Ayer, el canto de la «Rosa deshojada» me trajo a la memoria un grato recuerdo. La madre Maria Enriqueta, del Carmelo de Paris, avenida de Mesina, me habia pedido que pidiera a santa Teresa del Nino Jesûs que le compusiese una poesia sobre este terna. Como el tema respondia a los sentimientos de nuestra querida santa, puso en ello toda el aima. La madre Enriqueta quedé muy contenta; ûnicamente me escribié diciéndome que le faltaba una ûltima estrofa explicando que, a la hora de la muerte, Dios recogerâ esos pétalos deshojados para formar con ellos una rosa preciosa que brillarâ por toda la eternidad. Entonces sor Teresa del Nino Jesûs me dijo: Que esa buena Madré haga ella misma esa estrofa como quiera, pues yo no me siento inspirada en absoluto para hacerlo. Mi deseo es ser deshojada por siempre jamâs, para alegrara Dios. jY punto...<19>! Junio Tengo siempre présentes los très largos meses de agonia de nuestro Angel (...) Tenia prohibition de hablarle, bajo el pretexto de que, al ser joven, jpodia contraer su enfermedad! (Sin embargo, yo estaba segura de todo lo contrario, pues sor Teresa del Nino Jesûs me habia asegurado que nadie cogeria su enfermedad, que asi se lo habia pedido a Dios.) Las noticias sobre su salud eran cada dia mas tristes; yo me ahogaba de pena... Un dia que sali a tomar el aire a la huerta, la vi en su coche de enferma, debajo de los castanos. Estaba sola, y me hizo senas de que me acercase: "No, le dije, pueden vernos, y no tengo permiso". Entré en la ermita de Santa Faz, donde me eché a llorar. Al levantar la cabeza, vi con sorpresa a mi hermanita sor Teresa del Nino Jesûs sentada en un tronco de ârbol a mi lado. Me dijo: Yo no tengo prohibido acercarme a ti, y aunque tuviese que morir, quiero consolarte. Me secô las lâgrimas, apoyando mi cabeza sobre su pecho. Le supliqué que volviera al coche, pues estaba temblando de fiebre: Si, pero antes tienes que sonreirme. Lo hice inmediatamente, por miedo a que se pusiese peor, y la ayudé a llegar hasta el coche <20>. * Yo sentia mucha pena de verla enferma, y le repetia con frecuencia: «jQué triste es la vidal». Pero ella me corregia inmediatamente, diciendo: jLa vida no es triste! Al contrario, es muy alegre. Si dijeses: «El destierro es triste», te entenderia. Se comete un error al dar el nombre de vida a lo que tiene que acabar. Solo se puede dar de verdad ese nombre a las cosas del cielo, a lo que nunca jamâs morirâ; y bajo este aspecto, la vida no es triste, es alegre, muy alegre <21>. Julio_agosto Un dia de fiesta, en el refectorio, se habian olvidado de ponerme el postre. Después de corner, fui a la enfermeria, a ver a sor Teresa del Nino Jesûs, y al encontrar alli a mi vecina de mesa, le di a entender bastante sutilmente que se habian olvidado de mi. Cuando me oyô sor Teresa del Nino Jesûs, me obligé a que fuera yo misma a decirselo a la hermana encargada del refectorio, y como yo le suplicaba que no me obligase a eso: No, _me dijo_, ésa sera tu penitencia, no eres digna de los sacrificios que Dios te pide. El te pedia que te privaras del postre, pues fue él quien permitiô que se olvidaran de ti. Te creia suficientemente generosa para hacer ese sacrificio, jy tù has defraudado sus esperanzas viniendo a reclamarlo! Puedo decir que la lecciôn dio frutos y que me curé para siempre de querer volver a las andadas <22>. Agosto Esto me trae a la memoria el recuerdo de un momento de intimidad con mi hermanita sor Teresa del Nino Jesûs. Fue, poco mâs o menos, un mes antes de su muerte. Toda la comunidad estaba triste, y yo ciertamente no le iba a la zaga a nadie en la pena. Fui a verla a la enfermeria y descubri al pie de la cama un gran balén rojo que habian traido para que se entretuviese. Aquel balén me desperté las ganas de jugar, y no pude por menos de decirle: «jCémo me gustaria jugar con él!». Ella sonrié, pero como su debilidad era tan grande que no podia soportar el menor ruido, me dijo: Ponte detrâs de mi mientras no haya nadie, y juega con él; yo cerraré los ojos para que el ruido no me aturda. Cogi encantada el balén, y le sacaba tanto gusto al juego, que Teresita parpadeaba una y otra vez por verme sin aparentarlo y no podia contener la risa. Entonces le dije: «jNo soporto estar triste tanto tiempo! jYa no puedo mâs! Me vienen tentaciones de distraerme, ganas de jugar a la trompa que me regalaste por Navidad; pero si alguien me ve, es capaz de escandalizarse y de decir que no tengo corazôn». No, no _me respondio_, yo misma te mando coger la trompa e ir a jugar durante una hora en el desvân del noviciado. Alli nadie te oirâ, y si alguien se da cuenta le dirâs que te lo he mandado yo. Vete ya, me gusta mucho pensar que vas a divertirte <23>. * Cuando esté en el cielo _me dijo_, tendréis que llenar a menudo mis manos de oraciones y de sacrificios, para darme el gusto de arrojarlos en lluvia de gracias sobre las aimas <24>. Septiembre Ocho dias antes de su muerte, yo habia estado llorando durante toda la recreaciôn de la noche, pensando en su préxima partida. Ella se dio cuenta y me dijo: Has estado llorando. <,Lo has hecho en la concha <25>? No podia mentirle..., y mi confesiôn la entristeciô. Continuo: Me voy a morir, y no me quedaré tranquila respecto a ti si no me prometes que vas a seguir fielmente mi consejo. Lo considero de capital importancia para tu alma. No tuve mas remedio que rendirme, y le di mi palabra, pidiéndole sin embargo, como una gracia, permiso para llorar libremente su muerte <26>. * El dia de su muerte, después de Visperas, fui a la enfermeria, donde encontre a las Sierva de Dios sosteniendo, con anirno invencible, las ùltimas luchas de la mas terrible agonia. Tenia las manos completamente amoratadas, las juntaba angustiosamente y exclamaba con una voz que la sobreexcitaciôn de un intenso sufrimiento hacia clara y fuerte: jDios mio..., ten compasion de mi...! jMaria, venid en mi ayuda...! jAy, Dios mio, cuânto sufro...! El câliz esta lleno... jLleno hasta los bordes...! jNunca voy a saber morir...! _ jAnimo!, le dijo nuestra Madré, estas llegando al final. Un poco mas y todo habrâ terminado. _ jNo, Madre, todavia no ha terminado...! Estoy segura de que seguiré sufriendo asi durante meses. _ Y si fuera la voluntad de Dios dejarte asi un largo tiempo en la cruz, Jo aceptarias? Con un acento de extraordinario heroismo contesté: i Lo acepto! Y su cabeza volvié a caer sobre la almohada con una expresién tan tranquila y resignada, que no podiamos contener las lâgrimas. Era exactamente idéntica a una mârtir a la espera de nuevos suplicios. Yo abandoné la enfermeria, incapaz de soportar por mas tiempo tan doloroso espectâculo. Ya solo volvi con la comunidad para los ùltimos momentos, y fui testigo de su hermosa y prolongada mirada extâtica en el momento en que murié, el jueves 30 de septiembre de 1897 a las 7 de la tarde <27>. SOR TERESA DE SAN AGUSTIN Junio _ Dime si has tenido luchas interiores. _ Pues si, las he tenido. Ténia un temperamento nada fâcil; no lo parecia, pero yo lo sabia muy bien. Y puedo asegurarle que no he pasado un solo dia sin sufrir, ni uno solo. _ Pues creen que no los has tenido. _ jAy, los juicios de las criaturas! Si no ven, no creen <28>. * _ Hay hermanas que piensan que sufrirâs los espantos de la muerte. _ Todavia no han llegado. Si llegan, los soportaré; pero si los sufro, no bastarân para purificarme, no pasarân de ser una simple lejia... Lo que necesito es el fuego del amor<29>. SOR MARIA DE LOS ANGELES La madré Inès de Jesûs le decia, un dia en que la comunidad estaba reunida en torno a su lecho: «<,Y si arrojaras flores a la comunidad?». No, mamaita _respondiô_, no me pidas eso, por favor; no quiero arrojar flores a las criaturas. Quiero, si, arrojarselas a la Santisima Virgen y a san José, pero no a las demâs criaturas <30>. * Algunos dias antes de la muerte de la Sierva de Dios, habian llevado la cama, que ténia ruedas, al claustro. Sor Maria del Sagrado Corazôn, jardinera del patio, que estaba a su lado, le dijo: «Mira este retono de rododendro que se esta muriendo, voy a arrancarlo». Sor Maria del Sagrado Corazôn Je contesté, con voz lastimera y suplicante_, no te entiendo... Te pido por mi, que voy a morir, que perdones la vida a ese pobre rododendro. Tuvo que seguir insistiendo, pero su deseo fue respetado <31>. SORAMADA DE JESÛS En los ûltimos dias de septiembre de 1897, en que la debilidad de nuestra querida Santa no le permitia ya moverse, tuvimos que colocarla momentâneamente en una cama provisoria, para arreglar su cama de enferma. Viendo el apuro de las enfermeras, que temian hacerle dano, dijo: Creo que sor Amada de Jesûs podria cogerme fâcilmente en brazos. Es alta y fuerte, y muy tierna con las enfermas. Llamamos, pues, a la hermana, que levantô a la santa enfermita como si fuese una ligera carga, sin darle la menor sacudida. En aquel momento, con los brazos alrededor de su cuello, nuestro ângel le dio las gracias con tal sonrisa de carinosa gratitud, que la hermana no olvidô nunca aquella sublime sonrisa. Y hasta llegô a ser para ella una especie de compensation por el pesar que sintiô de haber sido la ûnica que no oyô la campana de la enfermeria que convocaba a las hermanas en el momento supremo de la muerte mas bella que jamâs se vio en el Carmelo de Lisieux <32> ANÔNIMO Le preguntaban bajo qué nombre habria que invocarla cuando estuviese en el cielo. Me llamaréis Teresita, respondiô humildemente <33>. NOTAS A OTRAS CONVERSACIONES DE TERESA 1 Este texto y los dos siguientes figuran en los Cuadernos verdes, en los dias 21/26 de mayo; cf UC II, p. 42 y 44. 2 PA p. 199 (UC p. 371). 2a UC p. 382. 3 NPPA Esperanza del cielo (UC II, p. 516). 4 Novissima Verba, 17 de julio (UC II, p. 179-180). 5 NPPA, Su prueba contra la fe (UC p. 449). 6 NPPA, Templanza (UC p. 459). 7 Cuadernos verdes, 30 de agosto (UC II, p. 374). 8 NPPA, Humildad. Un ejemplo de su desprecio de si misma (UC p. 573s). 9 PA p. 306. 10 PO p. 305 (UC p. 539s, Varia 4). 11 Para la fuente de este texto y de los seis siguientes, cf UC p. 514, Varia 3 y 5 (texto en p. 536-540). 12 CMG II p. 73 (UC II, p. 592). 13 Cf UC p 554, Varia 2 (el texto, p. 565). 14 PO p. 249 (UC p. 372). 15 NPPO 1908, p. 14 (UC p. 572). 16 PAp. 245 (UC p. 566). 17 Cf UC p. 697. 18 NPPA (Cuaderno rojo, pp. 21-22; cf UC p. 702s.. 19 Billete de sor Maria de la Trinidad a la madré Inès de Jesûs, del 17 de enero de 1935. 20 Carta a la madré Inès de Jesûs, del 27 de noviembre de 1934 (UC p. 699). 21 Histoire d'une âme, 1907, p. 296 (UC p. 700). 22 NPPA (Cuaderno rojo, p. 48); UC p. 700. 23 Carta a la madré Inès de Jesûs, Viernes Santo 1906 (UC p. 700s). 24 NPPA (Cuaderno rojo, p. 102); UC p. 506. 25 Una concha de mejillôn que Teresa utilizaba para sus trabajos de pintura. Habia mandado a su novicia, sor Maria de la Trinidad, que cada vez que le vinieran ganas de llorar recogiera en ella las lâgrimas. 26 Conseils et Souvenirs, de la Histoire d'une âme, 1899, pp. 280-281 (UC p. 701). 27 PO p. 472 (UC II, p. 581s). 28 Souvenirs d’une sainte amitié, p. 12; UC p. 706. 29 Ibid. (UC p. 354). 30 PO p. 415 (UC p. 708). 31 Hojas sueltas anadidas al NPPA (UC p. 466s). 32 Circular de sor Amada de Jesûs, 17 de enero de 1930; cf PO p. 573 y PAp. 408 (UC p. 481s). 33 Conseils et Souvenirs , de la Histoire d'une âme, 1953, p. 248. FIN DE «ÙLTIMAS CONVERSACIONES»